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Convento de las Descalzas Reales (Valladolid) para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Convento de las Descalzas Reales
Bien de Interés Cultural
4 de abril de 1974
RI-51-0003932
Monumento Nacional
Valladolid - Convento de la Descalzas Reales 002.jpg
Localización
País EspañaBandera de España España
Comunidad Castilla y LeónFlag of Castile and León.svg Castilla y León
Localidad Valladolid
Coordenadas 41°39′21″N 4°43′16″O / 41.65583333, -4.72111111
Información religiosa
Culto Iglesia católica
Diócesis Valladolid
Orden Clarisas Franciscanas Descalzas
Advocación Nuestra Señora de la Asunción
Historia del edificio
Fundador Felipe III de España y Margarita de Austria-Estiria
Construcción Siglo XVII
Arquitecto Francisco de Mora
Datos arquitectónicos
Tipo Convento
Estilo Barroco clasicista

El Convento de las Descalzas Reales en Valladolid es un edificio histórico muy importante. Al principio, estaba dedicado a "Nuestra Señora de la Piedad", pero el rey Felipe III cambió su nombre a "Nuestra Señora de la Asunción".

Este convento fue fundado en 1550 y se estableció en Valladolid en 1552. Se encuentra en una zona amplia de la ciudad, entre varias calles importantes. El edificio que vemos hoy es de principios del siglo XVII, diseñado por el arquitecto Francisco de Mora. Originalmente, tenía una iglesia, un claustro (un patio rodeado de galerías), un patio, otras habitaciones y una huerta. En 2007, vivían allí 13 monjas clarisas coletinas que se dedican a la vida de clausura (viven dentro del convento). Su sustento proviene de una lavandería industrial que tienen en el mismo convento. Desde 1974, es considerado un Monumento Nacional.

La Historia del Convento de las Descalzas Reales

Archivo:Diego Velázquez - Philip III on Horseback (detail) - WGA24408
El rey Felipe III

La comunidad de monjas de este convento pertenece a la Orden de las Franciscanas Descalzas de Santa Clara de Nuestra Señora de la Piedad. La orden se fundó en Villalcázar de Sirga (Palencia) en 1550. Dos años después, en 1552, las monjas se mudaron a Valladolid. Contaron con la ayuda del conde de Osorno, quien les consiguió una casa temporal mientras esperaban su ubicación definitiva.

Para establecer el convento en la zona actual, fue necesario comprar varias casas de familias nobles. En 1552, Fadrique Osorio de Toledo y su esposa Inés de Pimentel compraron el palacio de Alonso de Argüello y otras casas cercanas. Todos estos edificios se adaptaron para que las monjas pudieran vivir allí.

En 1595, el apoyo al convento cambió a Francisco Enríquez de Almansa y su esposa Mariana de Zúñiga. Ellos prometieron construir una iglesia nueva y un monasterio adecuado, además de dar una cantidad de dinero anual. A cambio, querían que la capilla principal fuera el lugar de entierro para ellos y su familia.

Sin embargo, a principios del siglo XVII, cuando el rey Felipe III y su esposa Margarita de Austria-Estiria trasladaron la corte a Valladolid, ellos se hicieron cargo del convento. Decidieron financiar la construcción de un nuevo monasterio y una nueva iglesia. El diseño estuvo a cargo de su arquitecto, Francisco de Mora, y la construcción fue dirigida por Diego de Praves. Las obras comenzaron mientras la corte estaba en Valladolid.

El acuerdo final de apoyo real se firmó el 26 de junio de 1615, después de que la corte regresara a Madrid. En este documento, se establecieron varias reglas para las monjas:

  • Debían ofrecer una misa diaria por el alma de la reina Margarita, quien había fallecido en 1611.
  • El número de monjas debía ser de 33, y todas debían ingresar por orden de los reyes y sin necesidad de aportar una dote (dinero o bienes).
  • No se permitían entierros en la iglesia sin el permiso del rey.
  • La Corona se comprometía a dar 500 ducados al año para el mantenimiento del convento.

Así, el convento quedó bajo la protección de los reyes. Se sabe que en 1618, Felipe III ordenó algunas reparaciones. En 1657, se compró una casa adicional para ampliar la huerta del convento.

El Convento de las Descalzas Reales fue declarado Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico-Artístico Nacional el 4 de abril de 1974.

Cómo es el Convento

Archivo:Descalzas Valladolid 20140131a
Vista del conjunto desde el edificio del Hospital Clínico Universitario
Archivo:Valladolid descalzas reales 04 lou
Las dos casas-palacios con un torreón de esquina
Archivo:Valladolid descalzas reales 06 lou
Un gran rectángulo que hace esquina entre las calles de Ramón y Cajal y San Martín
Archivo:Valladolid descalzas reales 01 lou
La Asunción atribuida a Gregorio Fernández
Archivo:Valladolid - Mº Descalzas Reales 4
Retablo mayor de la iglesia

El convento mantiene los mismos espacios que tenía en el siglo XVII, después de la ampliación de la huerta en 1657. De los edificios originales, aún se conservan las dos casas-palacios que se compraron a Alonso de Argüelles. Estas casas tienen un torreón en una esquina y dos puertas con arcos de medio punto y grandes piedras. Las paredes están hechas de mampostería (piedras unidas con mortero) y tapial (tierra compactada). Como eran casas particulares, tenían balcones y ventanas que fueron cubiertos con celosías (rejillas) para la privacidad de las monjas. La huerta está en la esquina de dos calles y está rodeada por un muro alto. La iglesia y el claustro, construidos en la época de Felipe III, se mantienen sin cambios.

La Iglesia del Convento

La iglesia es un gran edificio rectangular que forma una esquina entre dos calles. Tiene dos entradas, pero se accede por la de la calle San Martín. Dentro, tiene una sola nave (el espacio principal) con cuatro secciones cubiertas por una bóveda de cañón (techo en forma de medio cilindro) con lunetos (ventanas semicirculares). Estas secciones están separadas por pilastras (columnas adosadas a la pared). También tiene un crucero (la parte que cruza la nave principal) con una cúpula (techo redondo) sobre pechinas (triángulos curvos que conectan la cúpula con las paredes). Por fuera, la cúpula tiene un cimborrio cuadrado (una torre que la cubre) con un tejado a cuatro aguas. Al fondo de la iglesia, hay un coro grande que ocupa el espacio de las dos últimas secciones. La iglesia está construida con ladrillo sobre una base de piedra.

El diseño de la iglesia fue obra de Francisco de Mora, quien ya había usado un estilo similar en otras iglesias. La construcción fue llevada a cabo por Diego de Praves.

El Exterior de la Iglesia

El exterior de la iglesia es sencillo y equilibrado. La fachada principal tiene una puerta de entrada con un marco de piedra y pilastras a los lados. En las esquinas, hay decoraciones barrocas en forma de bolas. Encima de la puerta, hay una hornacina (un hueco en la pared) de piedra, con un frontón (parte superior triangular) también adornado con bolas. Dentro de la hornacina, se encuentra una imagen de piedra de la Asunción, que se cree que fue hecha por Gregorio Fernández.

Por encima del frontón de la hornacina, está la parte superior de la fachada con una ventana rectangular en el centro. A los lados de la ventana, se ven los escudos de los reyes Felipe y Margarita. Todo esto termina con una imposta (moldura saliente) y otro frontón con un ojo de buey (ventana redonda) en el centro. En el tejado de la izquierda, se levanta una pequeña espadaña (estructura para campanas) con espacio para tres campanas.

El Interior de la Iglesia

Lo más destacado del interior es el retablo mayor, un gran mueble decorado que está detrás del altar. Es de estilo barroco y fue construido entre 1610 y 1615. Tiene tres cuerpos y una parte superior. Fue hecho por Juan de Muniátegui (el ensamblador), Gregorio Fernández (el escultor) y Santiago Morán (el pintor de la Corte). Las pinturas del retablo representan escenas de la vida de la Virgen y fueron realizadas por pintores italianos como Nicodemo Ferrucci y Giovanni Biliverti. Los cuadros de los retablos laterales, que muestran a Santa Clara y San Francisco, se atribuyen a Donato Mascagni.

Estas pinturas tienen una historia interesante: la reina Margarita había encargado unas pinturas para el convento de las Descalzas Reales de Madrid en Italia. Cuando llegaron, estaban muy dañadas, así que la reina pidió a su pintor, Santiago Morán, que hiciera copias. Poco después, regaló estas copias al convento de Valladolid, que también estaba bajo su protección. Las esculturas de la parte superior del retablo son de Gregorio Fernández, de 1614, y representan un Crucifijo, la Virgen, San Juan, San Francisco y otro santo franciscano. El retablo fue restaurado en 2010.

En el crucero, hay dos retablos idénticos de principios del siglo XVII con algunas pinturas de Morán. En un lado, se conserva un púlpito (plataforma elevada para predicar) barroco de hierro del siglo XVIII, con un tornavoz (techo sobre el púlpito) de madera.

El Claustro del Convento

El claustro tiene una forma cuadrada perfecta. Cuenta con dos pisos: el de abajo tiene arcos de medio punto (semicirculares) sobre columnas toscanas (columnas sencillas), y el de arriba tiene arcos escarzanos (arcos más planos), también sobre columnas toscanas. Desde su construcción, fue diseñado para estar cerrado, y así se mantiene hoy en día. Las paredes están cubiertas con enlucido (una capa de yeso o mortero), y el suelo es el original.

El claustro tiene cuatro entradas al patio central, que llevan a un pozo de piedra con una estructura de hierro para subir el agua.

En el lado sur del piso de abajo, se encuentra la sala llamada "De Profundis". Aquí, las monjas cantan un salmo y velan los cuerpos de las monjas fallecidas. Desde esta sala, los restos se llevan a la cripta de enterramiento de la comunidad, donde aún se siguen enterrando. Las paredes de la sala están decoradas con grandes cuadros religiosos de la colección real.

Desde esta sala, se pasa al refectorio (el comedor) en el lado oeste. Es una sala rectangular con un techo de bóveda de arista (formado por la intersección de dos bóvedas de cañón). Recibe luz de tres ventanas. Conserva un pequeño púlpito que se usa para leer durante las comidas. Un banco corrido de madera rodea tres de las paredes, y delante hay mesas largas de madera. La comunidad sigue usando esta sala como comedor. Una puerta conecta con la cocina. Preside el refectorio un gran cuadro de la Última Cena del siglo XVII.

Una escalera en el lado este lleva al claustro alto, donde se encuentra el antecoro. Aquí se guarda un pequeño museo con relicarios (objetos que contienen reliquias), imágenes de santos de vestir y otros objetos religiosos. En la parte superior, cerca del techo, hay letreros enmarcados que representan las horas del reloj de la Pasión.

El coro alto está protegido por un muro con celosías (rejillas), decorado con un gran tríptico (obra de arte con tres paneles) que parece un retablo-relicario. La sillería (conjunto de asientos) es de nogal, con 30 asientos altos y 8 bajos. Está adornada con bolas y gallones (decoraciones en forma de gajos) barrocos del siglo XVII.

La Colección de Pinturas y su Restauración

Archivo:Valladolid descalzas reales expo lou
Cartel de la Última Cena, de la exposición del 2007, puesto sobre la pared exterior del monasterio

En junio de 2007, se abrió al público una exposición con las pinturas de este convento, llamada "Descalzas Reales: El legado de la Toscana". Las obras se colocaron en sus lugares originales, aunque algunas se bajaron para que los visitantes pudieran admirarlas mejor. Con motivo de esta exposición, el convento abrió sus puertas a los visitantes, permitiéndoles recorrer el claustro, la sala "De Profundis", el refectorio, el claustro alto y el coro. Durante la exposición, las monjas se trasladaron a otras habitaciones para dejar libres estos espacios.

La restauración de las pinturas fue impulsada por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León. Durante los trabajos de restauración, se descubrieron datos históricos muy importantes, como las firmas de los artistas, los tipos de materiales usados (telas y madera) y las técnicas de pintura. Toda esta información, junto con los archivos del convento y las historias transmitidas por las monjas, ha permitido conocer mucho más sobre la historia de estas pinturas.

La colección de pinturas fue un regalo del Gran Ducado de Toscana a la Corte de España. Las obras fueron encargadas por Cristina de Lorena. Su hijo, Cosme II de Médici, estaba comprometido con María Magdalena de Austria, hermana de la reina Margarita. Por eso, la gran duquesa Cristina de Lorena quiso hacer un regalo a la reina Margarita de España, encargando 30 cuadros a 20 pintores diferentes de la escuela toscana.

Las pinturas llegaron desde Florencia en tres cajas y permanecieron guardadas durante tres años, hasta 1615. Ese año, el pintor de la Corte, Santiago Morán, recibió la orden de colocarlas en el convento de las Descalzas Reales de Valladolid con marcos adecuados. El informe del pintor fue desalentador, ya que comentó que las obras estaban "podridas y rotas".

A pesar de su estado, las pinturas fueron colocadas y permanecieron allí por más de tres siglos, deteriorándose aún más con el tiempo. En algunos casos, las monjas intentaron restaurar y arreglar algunas pinturas, repintándolas o poniendo parches en la parte de atrás con trozos de sus propios hábitos. Gracias a la restauración, se han descubierto las firmas de los autores, algunas de las cuales estaban ocultas por la suciedad o se encontraban en el armazón o en la parte trasera de las telas. Algunos de los pintores son:

  • Pietro Sorri
  • Niccolò Betti
  • Michelangelo Cinganelli
  • Filippo Tarchiani
  • Pompeo Caccini
  • Francesco Curradi
  • Cosimo Gamberucci
  • Valerio Marucelli
  • Simone Sacchettini
  • Jacopo Chimenti

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Convento de Las Descalzas Reales, Valladolid Facts for Kids

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Convento de las Descalzas Reales (Valladolid) para Niños. Enciclopedia Kiddle.