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Bernardo de Monteagudo para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Bernardo de Monteagudo
Bernardo de Monteagudo.jpg
por V. S. Noroña

Coat of arms of Argentina.svg
Diputado en la Asamblea General Constituyente y Soberana
por Mendoza
31 de enero de 1813-24 de enero de 1815

Bandera de la Provincia de Mendoza.svg
Auditor del Ejército de los Andes
1817-1819
General en jefe José de San Martín

Escudo del Perú (San Martín).png
1.° Ministro de Guerra y Marina del Perú
3 de agosto de 1821-25 de octubre de 1821
Predecesor Cargo creado

Escudo del Perú (San Martín).png
Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores del Perú
25 de octubre de 1821-26 de julio de 1822
Predecesor Juan García del Río
Sucesor Francisco Valdivieso y Prada

Información personal
Nombre de nacimiento Bernardo José de Monteagudo y Cáceres
Nacimiento 20 de agosto de 1789
San Miguel de Tucumán,
Bandera de España Virreinato del Río de la Plata
Fallecimiento 28 de enero de 1825

Lima, PerúFlag of Peru.svg Perú
Causa de muerte Asesinato
Sepultura Cementerio del Oeste de Tucumán
Residencia Tucumán, Córdoba, Chuquisaca, Buenos Aires, Santiago de Chile, Mendoza y Lima
Nacionalidad Argentina
Familia
Padres Miguel de Monteagudo
Catalina Cáceres Bramajo
Educación
Educado en Real y Pontificia Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, EspañaBandera de España España (actual BoliviaFlag of Bolivia.svg Bolivia)
Información profesional
Ocupación Abogado, militar político y periodista
Medio
  • Bandera de Argentina: Gaceta de Buenos Aires, Mártir o Libre y El Grito del Sud;
  • Bandera de Chile: El Censor de la Revolución
  • Bandera de Perú: El Pacificador
Rama militar Ejército
Rango militar Teniente coronel
Afiliaciones Logia Lautaro
Distinciones
  • PER Order of the Sun of Peru - Knight BAR.png Orden El Sol del Perú

Bernardo José Monteagudo (nacido en San Miguel de Tucumán, el 20 de agosto de 1789, y fallecido en Lima, el 28 de enero de 1825) fue un importante abogado, político, periodista y militar de la región del Río de la Plata. Participó activamente en los movimientos que buscaron la independencia de varios países de Hispanoamérica, especialmente en el Perú.

Desde muy joven, Bernardo de Monteagudo fue un gran defensor de la independencia. Con solo diecinueve años, fue uno de los líderes de la Revolución de Chuquisaca el 25 de mayo de 1809, y escribió el documento que la proclamaba.

Estuvo muy relacionado con el grupo de la Revolución de Mayo en Buenos Aires, especialmente con Juan José Castelli. Al igual que ellos, Monteagudo apoyó ideas fuertes para el cambio, uniéndose al sector más decidido del movimiento independentista. En 1811, creó el primer borrador de una constitución para el Cono Sur de América. En 1812, ayudó a organizar la Sociedad Patriótica, y junto a sus miembros, se unió a la Logia Lautaro, de la que formaron parte figuras como Bernardo O'Higgins y José de San Martín.

Su influencia fue importante en el Segundo Triunvirato, en la Asamblea del Año XIII (de la que fue miembro), y en el gobierno de Carlos María de Alvear, quien fue Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Acompañó al general José de San Martín como asesor legal del Ejército de los Andes. Se dice que fue el autor del acta de independencia de Chile, proclamada por Bernardo O’Higgins en 1818, aunque algunos historiadores chilenos no están de acuerdo. En Perú, fue ministro de Guerra y Marina, y luego también ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores de San Martín, durante el primer gobierno independiente de ese país.

Después de que San Martín se retiró, Monteagudo colaboró con el libertador Simón Bolívar. Desarrolló una visión de unidad para América, proponiendo la creación de una gran nación con los territorios que antes pertenecían a la Corona española. Esta idea coincidía con el sueño de Bolívar, quien convocó el Congreso Anfictiónico de Panamá para formar una confederación que uniera a todos los estados de América.

Fundó y dirigió periódicos que apoyaban la independencia en tres países. Algunos de ellos fueron la Gaceta de Buenos Aires, Mártir o Libre y El Grito del Sud en las Provincias Unidas del Río de la Plata; El Censor de la Revolución en Chile, y El Pacificador en Perú.

Monteagudo fue asesinado en Lima cuando tenía treinta y cinco años. Su figura ha sido y sigue siendo un tema de debate y estudio.

¿Dónde nació y estudió Bernardo de Monteagudo?

Bernardo Monteagudo nació en San Miguel de Tucumán. Su padre era Miguel Monteagudo, de origen español, y su madre, Catalina Cáceres Bramajo, de Tucumán. Algunas historias sugieren que su madre tenía orígenes humildes, y que sus enemigos políticos intentaron usar esto para criticarlo.

Fue el único de once hijos que sobrevivió. Su infancia fue de pocos recursos económicos. Su padre, después de ayudarlo con sus estudios, solo tenía una pequeña tienda y una esclava al morir. Bernardo estudió abogacía en Córdoba.

Archivo:TUCUMAN-1812
Tucumán en la época de las guerras de la independencia (óleo actual obra de Gerardo L. Flores Ivaldi)

Sus primeros pasos en el Alto Perú

Gracias a la recomendación de un sacerdote amigo de su padre, Bernardo ingresó a la Universidad de Chuquisaca. Allí se graduó en leyes en 1808 y comenzó a trabajar como defensor de personas con pocos recursos.

Ese mismo año, al enterarse de que Napoleón Bonaparte había invadido España, Monteagudo escribió una obra llamada Diálogo entre Atahualpa y Fernando VII. En este escrito, imaginó una conversación entre Atahualpa, el último gobernante del Imperio incaico (asesinado por los españoles), y Fernando VII, el rey de España (apartado del trono por los franceses). En esta obra, Monteagudo, con solo dieciocho años, planteó una idea muy importante conocida como el silogismo de Chuquisaca:

¿Debemos seguir el destino de España o resistir en América? Las tierras de América son propiedad personal del rey de España; el rey no puede gobernar; por lo tanto, las tierras de América deben gobernarse a sí mismas.
Bernardo de Monteagudo, Diálogo entre Atahualpa y Fernando VII, 1808.

Este escrito de Monteagudo circuló en secreto y fue una de las inspiraciones para los levantamientos independentistas en Chuquisaca, La Paz y Buenos Aires.

Se unió como teniente de artillería al ejército revolucionario, liderado por Juan Antonio Álvarez de Arenales. Cuando las fuerzas que apoyaban al rey recuperaron el control del Alto Perú, Monteagudo fue encarcelado junto a otros líderes independentistas. A finales de 1809, logró escapar de la cárcel de Chuquisaca y se dirigió a Potosí. Allí se unió como asesor legal a la Primera Expedición Auxiliadora al Alto Perú, que había tomado esa ciudad después de la victoria en la batalla de Suipacha.

Monteagudo se hizo muy cercano a Castelli, quien formaba parte del grupo más decidido de la Revolución de Mayo en Buenos Aires. Este grupo, liderado por Mariano Moreno, se oponía al sector más conservador, dirigido por Cornelio Saavedra. Monteagudo apoyó sin reservas las medidas que Castelli tomó en el Alto Perú. Estas medidas incluían eliminar los impuestos a los indígenas, acabar con la Inquisición, suprimir los títulos de nobleza y prohibir los instrumentos de tortura. También apoyó la decisión de Castelli de ejecutar a los militares que habían reprimido los movimientos independentistas.

Después de la batalla de Huaqui, donde las tropas que apoyaban al rey ganaron, Monteagudo se fue a Buenos Aires.

Su vida en Buenos Aires

Archivo:Martir o Libre - Primer número - 1812
Primer número de Mártir o Libre, periódico revolucionario que Bernardo de Monteagudo fundó en Buenos Aires en 1812. El texto en latín significa: "piensen en ustedes, preocúpense por la patria, sálvense ustedes, sus esposas, hijos y sus fortunas; defiendan el nombre y la existencia del pueblo".

Monteagudo llegó a Buenos Aires en 1811. En ese momento, el grupo más decidido de la Revolución de Mayo había perdido poder. Él defendió a varios acusados en el juicio por la derrota de Huaqui, incluyendo a Juan José Castelli. Fue editor del periódico la Gaceta de Buenos Aires. También influyó en la redacción del Estatuto Provisional, que fue la primera norma importante para el gobierno en el Cono Sur de América.

Defendió la idea de vigilar a los españoles que vivían en la península ibérica. En 1812, apoyó la investigación de una conspiración contra el gobierno. Monteagudo fue nombrado fiscal en este proceso, que terminó con la ejecución de 41 personas, incluyendo a Martín de Álzaga. Esto causó un gran impacto en la sociedad.

En 1812, fundó el periódico Mártir o Libre, donde insistía en la necesidad de declarar la independencia de inmediato. Intentó reactivar la Sociedad Patriótica y, con sus miembros, se unió a la Logia Lautaro, fundada por José de San Martín y Carlos María de Alvear. Apoyó la revolución de octubre de 1812, que cambió el gobierno y puso en su lugar al Segundo Triunvirato, dominado por la logia.

Formó parte de la Asamblea del Año XIII como representante de Mendoza. Impulsó medidas importantes como la adopción de símbolos nacionales, la abolición de la mita (un sistema de trabajo forzado) y la servidumbre indígena, la libertad de vientres (que los hijos de esclavas nacieran libres) y la eliminación de los títulos de nobleza y los instrumentos de tortura.

En 1814, apoyó a Carlos María de Alvear, quien era Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Cuando Alvear cayó en 1815, Monteagudo fue encarcelado en un barco en el Río de la Plata, de donde escapó. Pasó dos años en Europa, donde cambió sus ideas políticas y se hizo partidario de una monarquía constitucional. Con ayuda de Antonio González Balcarce, se le permitió regresar, pero no a Buenos Aires, sino a Mendoza.

Su paso por Chile, Mendoza y San Luis

Archivo:Proclamacion de la independencia-congreso01
Acta de Proclamación de la Independencia de Chile, cuya autoría se atribuye a Monteagudo, aunque también se disputa con Miguel Zañartu.

En 1817, poco después de la batalla de Chacabuco, cruzó la cordillera de los Andes y se puso a las órdenes de José de San Martín como asesor legal del Ejército de los Andes. En enero de 1818, redactó la Proclamación de la Independencia de Chile (aunque su autoría es discutida con Miguel Zañartu). Se convirtió en confidente y consejero de Bernardo O'Higgins, quien también era miembro de la Logia Lautaro.

Durante un momento de confusión en la Sorpresa de Cancha Rayada, regresó a Mendoza para reorganizar las fuerzas. Allí se enteró de que el Ejército de los Andes se había recuperado y que San Martín y O'Higgins estaban bien. Después de la victoria en la Batalla de Maipú, estuvo involucrado en la ejecución de los hermanos Juan José y Luis Carrera, y posiblemente también en la muerte de Manuel Rodríguez Erdoíza, quienes se oponían a San Martín y O'Higgins.

La participación de Monteagudo en la condena de los hermanos Carrera lo distanció de San Martín y de la Logia Lautaro. Por ello, San Martín ordenó que fuera confinado en San Luis. Allí, Monteagudo presionó al gobernador para que endureciera las condiciones de los prisioneros que apoyaban al rey.

En San Luis, hubo un enfrentamiento entre los prisioneros y las tropas. El gobernador ordenó la ejecución de 31 prisioneros. Monteagudo fue nombrado fiscal en el juicio de los sobrevivientes, logrando la ejecución de ocho más.

Al terminar su confinamiento, a principios de 1820, regresó a Santiago de Chile. Allí fundó el periódico El Censor de la Revolución y ayudó a preparar la Expedición libertadora del Perú.

Su labor en el Perú

Archivo:Orden del Sol
La Orden del Sol es una distinción que otorga el Perú.

En 1821, Monteagudo viajó con la expedición libertadora de San Martín al Perú como asesor legal del ejército. Su primer logro fue convencer al gobernador de Trujillo, José Bernardo de Tagle, de unirse a los patriotas. Tagle sería más tarde el primer presidente del Perú.

El 28 de julio de 1821, San Martín proclamó la independencia del Perú en Lima y asumió como Protector Supremo el 3 de agosto. Monteagudo se convirtió en su mano derecha en el gobierno, siendo ministro de Guerra y Marina, y luego también de Gobierno y Relaciones Exteriores. Mientras San Martín se enfocaba en la guerra, Monteagudo se encargaba del gobierno del Perú.

Sus principales acciones de gobierno incluyeron la libertad de vientres (que los hijos de esclavas nacieran libres), la abolición de la mita, la expulsión del arzobispo de Lima, la creación de una escuela normal para maestros y la Biblioteca Nacional del Perú.

En Perú, Monteagudo apoyó la idea de San Martín de establecer una monarquía constitucional en el país. Ambos creían que solo una monarquía constitucional podría evitar el desorden y las guerras internas. Monteagudo pensaba que lo más importante era asegurar la independencia, y que las libertades políticas debían establecerse poco a poco.

Por orden de San Martín, Monteagudo creó la Orden del Sol, una distinción para reconocer a los patriotas que habían contribuido a la independencia del Perú. Esta orden fue muy debatida por su carácter aristocrático. Las ideas monárquicas de Monteagudo no eran populares en Perú y fueron la razón principal de su caída cuando San Martín se fue. La Orden del Sol fue eliminada en 1825, pero restablecida en 1921 con el nombre de Orden El Sol del Perú, y existe hasta hoy.

Entre diciembre de 1821 y febrero de 1822, Monteagudo ordenó la expulsión de españoles que no se habían bautizado, confiscando parte de sus bienes y prohibiéndoles comerciar. Se calcula que unos 10.000 españoles fueron expulsados del Perú por su decisión.

Cuando el ejército libertador llegó a las costas del Perú, había en Lima más de 10.000 españoles. Poco antes de mi partida, no quedaban ni 600 en la capital. Esto es hacer una revolución, porque creer que se puede establecer un nuevo orden con los mismos elementos que se oponen a él es una fantasía.
Monteagudo, 1822, p. 351

El 19 de enero de 1822, San Martín dejó Lima para reunirse con Simón Bolívar en la entrevista de Guayaquil, dejando a José Bernardo de Tagle a cargo del poder. La ausencia de San Martín debilitó a Monteagudo. El 25 de julio de 1822, un grupo de vecinos importantes de Lima exigió la renuncia de Monteagudo a Tagle. Tagle aceptó y Monteagudo fue destituido. Inmediatamente después, el Congreso ordenó su destierro a Panamá, con pena de muerte si regresaba.

Viajes por Panamá, Ecuador y Guatemala

El 28 de noviembre de 1821, los habitantes de Panamá declararon su independencia de España y decidieron unirse a la Gran Colombia. Pocos meses después, llegó Monteagudo. Desde Panamá, Monteagudo comenzó a escribirle a Simón Bolívar, quien finalmente lo invitó a unírsele en Ecuador.

Bolívar y Monteagudo se encontraron en Ibarra, después de la batalla de Ibarra del 10 de julio de 1823, que liberó el norte del actual Ecuador. Bolívar quedó muy impresionado con Monteagudo y le pidió que viajara a México para conseguir fondos. Sin embargo, este viaje fue cancelado.

Monteagudo decidió entonces viajar a las Provincias Unidas del Centro de América, que en ese momento incluían a los actuales países centroamericanos y Chiapas, excepto Panamá.

En la ciudad de Guatemala, Monteagudo se relacionó con José Cecilio del Valle, presidente de las Provincias Unidas del Centro de América. Ambos compartían la visión de una América unida y habían propuesto organizar un Congreso continental para tratar los problemas comunes de las naciones recién independizadas de España.

Regreso a Perú y la idea de una Federación Hispanoamericana

A pesar de la orden de destierro, Monteagudo regresó a Perú por Trujillo y acompañó a Bolívar en la campaña final de la guerra de independencia del Perú. Entró en Lima después de la victoria en la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824.

Para entonces, Monteagudo había desarrollado una visión de unidad para toda América. Había participado en las revoluciones de Argentina, Chile y Perú, y había visitado Panamá y Centroamérica. Esto lo convenció de que toda Hispanoamérica debía ser una sola nación.

Su visión entusiasmó a Simón Bolívar, quien impulsó a Monteagudo a crear las bases para hacer realidad esa idea. Fue en este período cuando Monteagudo escribió su obra más importante, aunque no pudo terminarla debido a su muerte: el Ensayo sobre la necesidad de una federación general entre los estados hispano-americanos y plan de su organización.

Pocos meses después de la muerte de Monteagudo, Bolívar convocó el Congreso de Panamá en 1826 y aprobó la creación de una gran nación hispanoamericana, excluyendo a Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. Sin embargo, los acuerdos nunca fueron aprobados por la mayoría de los países, y la federación nunca se formó.

La muerte de Monteagudo afectó seriamente la realización de este proyecto.

Un hombre grande y fuerte concibió la enorme idea de la unión entre las Repúblicas recién nacidas, y era el único capaz de llevarla a cabo. Monteagudo fue ese hombre. Muerto él, la idea de la Confederación Americana que había surgido en su poderosa mente se desvirtuó por sí sola.
Se le ha atribuido al Libertador de Colombia, Simón Bolívar, el mérito de haber pensado en la importante idea de reunir un congreso de las Naciones Americanas. Pero la verdad exige decir que el primero en recomendar este proyecto verdaderamente grandioso fue el Coronel Monteagudo, de gran fortaleza de espíritu y compañero de campañas del General San Martín en sus memorables acciones en Chile y el Perú.

La muerte de Monteagudo

¿Cómo fue asesinado?

Archivo:Plaza Micheo - Lima - 1898
Plazoleta de la Micheo en Lima, donde fue asesinado Bernardo de Monteagudo (foto de 1898).
Archivo:Teatro Colon - Lima - 4140822933
Estado actual del lugar en que fue asesinado Bernardo de Monteagudo. Al centro, el Teatro Colón y a la derecha, el edificio Giacoletti. Entre ambos se encuentra el pasaje Quilca. La plazuela de Micheo se encontraba en el lugar que ocupan los árboles.

Bernardo de Monteagudo fue asesinado en Lima el 28 de enero de 1825, a los treinta y cinco años. El crimen ocurrió entre las 7:30 y las 8:00 de la noche, en la Plazoleta de la Micheo. El lugar exacto de su muerte se encuentra hoy frente a la esquina suroeste de la Plaza San Martín, donde se unen el pasaje Quilca, la avenida Colmena y el Jirón de la Unión. Monteagudo venía de su casa y se dirigía a la casa de Juana Salguero.

Su cuerpo permaneció en el lugar por una hora, sin que nadie se atreviera a acercarse, hasta que unos sacerdotes lo llevaron a una celda. Fue enterrado en ese mismo lugar, donde hoy se encuentra la Plaza San Martín.

El cuerpo fue encontrado boca abajo, con un gran puñal clavado en el pecho. El certificado de defunción indica que la herida fue hecha con un instrumento cortante que le atravesó el corazón.

Esa misma noche, Bolívar fue al convento de San Juan de Dios al enterarse del crimen y dijo: "¡Monteagudo! ¡Monteagudo! Serás vengado."

La vida de Monteagudo había estado en peligro desde que regresó a Lima. El ministro José Faustino Sánchez Carrión había incluso hecho un llamado público para que cualquiera matara a Monteagudo si volvía a Perú, garantizando impunidad. Bolívar le había contado a Santander sobre Monteagudo:

Es odiado en el Perú por haber querido una Monarquía Constitucional, por su apoyo a San Martín, por sus cambios rápidos y por su tono arrogante cuando mandaba; esto lo hace muy temible para los líderes actuales del Perú, quienes me han rogado que lo aleje de sus tierras, porque le tienen un miedo terrible. Añadiré francamente que Monteagudo conmigo puede ser un hombre muy útil.
Carta de Bolívar a Santander del 4 de agosto de 1823.

Monteagudo sabía el riesgo que corría al volver a Perú con Bolívar.

La investigación y los culpables

El asesinato conmovió a la sociedad peruana. Bolívar tomó medidas esa misma noche, prohibiendo a los vecinos salir de sus casas y ordenando que se usaran todos los recursos para la investigación.

La pista principal era el cuchillo, que estaba recién afilado. Se citó a todos los barberos de Lima para ver si alguno lo reconocía. Un barbero reconoció haber afilado el cuchillo a un hombre llamado Candelario Espinosa. Un sereno de barrio también lo identificó.

El 30 de enero, Candelario Espinosa y Ramón Moreira fueron detenidos. Ambos confesaron su culpabilidad y fueron sentenciados a muerte (Espinosa) y a 10 años de prisión (Moreira). Sin embargo, las penas no se cumplieron. El 4 de marzo de 1826, Bolívar conmutó la pena de muerte de Espinosa por 10 años de prisión y la de Moreira por 6 años, enviándolos a una prisión en Chagres.

¿Quiénes fueron los autores materiales?

No hay duda de que Candelario Espinosa y Ramón Moreira fueron los que cometieron el crimen. Ambos fueron reconocidos por testigos, confesaron y dieron detalles de lo sucedido. Todos los historiadores están de acuerdo en esto.

Candelario Espinosa tenía 19 años y había sido soldado. Ramón Moreira era esclavo y cocinero de Francisco Moreyra y Matute, quien había sido miembro de la Sociedad Patriótica de Lima junto a Monteagudo.

¿Quiénes fueron los autores intelectuales?

La pregunta de quiénes ordenaron el asesinato de Monteagudo sigue siendo un misterio y ha generado muchos debates.

Al principio, Candelario Espinosa dijo que nadie le había encargado matar a Monteagudo y que su único motivo fue el robo. Sin embargo, esto se contradice con el hecho de que Monteagudo no fue robado, a pesar de llevar objetos de valor. Más tarde, Espinosa cambió su declaración e implicó a otras personas, pero luego se retractó.

Las pruebas del juicio demostraron que las personas que Espinosa había mencionado no estaban involucradas en el asesinato, y fueron absueltas. Formalmente, la sentencia no identificó a ningún autor intelectual del crimen.

La reunión de Bolívar con el asesino

Desde el inicio de la investigación, a Candelario Espinosa se le ofreció conmutar su pena de muerte si confesaba quién había ordenado el crimen. Espinosa ofreció decir la verdad sobre los autores intelectuales, pero solo a Simón Bolívar, en privado y a solas. Esta reunión ocurrió el 23 de abril de 1825, y nunca se informó oficialmente lo que sucedió. Después, Bolívar ordenó que Espinosa y Moreira fueran trasladados a Colombia, y la pena de muerte de Espinosa nunca se ejecutó.

La hipótesis de Sánchez Carrión

Archivo:Monumento Monteagudo
Monumento a Monteagudo en Buenos Aires

La idea de que el ministro José Faustino Sánchez Carrión fue quien ordenó el asesinato de Monteagudo es una de las más probables. Esto se basa en la declaración del general Tomás Cipriano de Mosquera, quien era jefe de Estado Mayor de Bolívar.

Muchos años después, Mosquera contó que Espinosa confesó que asesinó a Monteagudo por encargo de Sánchez Carrión, quien le pagó 50 monedas de oro. Sánchez Carrión era el líder de un grupo secreto que se oponía a las ideas monárquicas de Monteagudo y había pedido que lo mataran si regresaba a Perú.

Mosquera también explicó que, como respuesta, Bolívar mandó envenenar a Sánchez Carrión, quien murió de una enfermedad extraña poco después, el 2 de junio de 1825. A su vez, el asesino de Sánchez Carrión también fue asesinado por orden de Bolívar, para evitar que se supiera la verdad. Finalmente, Bolívar suspendió la ejecución de Espinosa y ordenó el traslado de los asesinos de Monteagudo a Colombia.

Otros posibles autores intelectuales

Algunos han sugerido que partidarios de los españoles pudieron haber ordenado el crimen, motivados por su odio hacia Monteagudo. El propio Bolívar escribió que el suceso podría tener un origen "muy profundo o muy alto", y que los asesinos confesaron que dos personas de un grupo "gótico" (en referencia a los españoles) estaban involucradas.

También se ha considerado que pudo ser una venganza por motivos personales o un simple robo, como creyeron algunos cercanos a Bolívar.

¿Dónde están sus restos?

Monteagudo fue enterrado en el Convento de San Juan de Dios el 30 de enero de 1825. Entre 1848 y 1851, el convento fue demolido y en su lugar se construyó una estación de tren. Actualmente, ese terreno está ocupado por la Plaza San Martín. Sus restos fueron trasladados al Cementerio Presbítero Matías Maestro.

En 1878, sus restos fueron exhumados y colocados en un mausoleo en el mismo cementerio. En 1917, los restos de Monteagudo fueron enviados a la Argentina y ubicados en el Cementerio de la Recoleta de Buenos Aires. Esto generó una discusión entre Argentina, Bolivia y Perú sobre la nacionalidad de Monteagudo y el derecho a sus restos.

Con la repatriación de sus restos a Argentina, se inauguró un monumento en su honor, esculpido por el artista alemán Gustavo Eberlein, en la Plazoleta Pringles de Parque Patricios, Buenos Aires.

El 24 de junio de 2016, la urna con sus restos fue trasladada del Cementerio de la Recoleta a su ciudad natal, San Miguel de Tucumán. Fue depositada en un mausoleo en el Cementerio del Oeste el 29 de junio, en un acto oficial de "repatriación".

Los retratos de Monteagudo

Retrato de Bernardo de Monteagudo, reproducido por V. S. Noroña, 1876.
Retrato de Bernardo de Monteagudo, mandado hacer por el historiador Mariano Pelliza en 1880.

La imagen más conocida de Monteagudo es en realidad un error. El historiador argentino Mariano Pelliza, su primer biógrafo, publicó en 1880 un libro sobre Monteagudo. Como no existía ningún retrato de él, Pelliza decidió crear uno. Averiguó cómo era Monteagudo y le dijeron que se parecía a Bernardo Vera y Pintado, de Chile. Basándose en esto, le pidió al dibujante Henri Stein que hiciera un retrato de Monteagudo, usando el rostro de Vera y Pintado con algunos cambios. Este retrato se incluyó en la primera biografía y desde entonces se difundió como la imagen real.

Décadas después, otro biógrafo argentino, Manuel Lizondo Borda, descubrió un retrato hecho por el pintor V. S. Noroña en 1876, donde Monteagudo aparece con rasgos mestizos. Noroña se había basado en un retrato anterior que Monteagudo se había hecho en Panamá, cuyo paradero actual se desconoce. Lizondo incluyó una foto en blanco y negro de este cuadro en su biografía de 1943. Después de 1966, el cuadro original se perdió.

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Bernardo de Monteagudo para Niños. Enciclopedia Kiddle.