Sucro (oppidum) para niños
Datos para niños Sucro |
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Ciudad antigua | ||
Coordenadas | 39°09′01″N 0°26′17″O / 39.150204, -0.43809 | |
Entidad | Ciudad antigua | |
• País | Imperio romano | |
Idioma oficial | Latín | |
Fundación | Siglo III a C. | |
Desaparición | Siglo IV d C. | |
Correspondencia actual |
Albalat de la Ribera o Alcira (ciudad), Cullera o Sueca (puerto), en Valencia (![]() |
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Sucro fue una importante ciudad antigua, primero un asentamiento íbero llamado Sicana por los griegos, y luego una ciudad romana. Se cree que sus habitantes, los sicanos, poblaron Sicilia mucho antes de la famosa guerra de Troya.
El término oppidum es una palabra en latín que se usa para describir un lugar elevado, como una colina, cuyas defensas naturales fueron reforzadas por los humanos. Estos lugares podían ser de diferentes tamaños. En la península ibérica, los oppida también se conocían como castros.
Historiadores antiguos como Polibio (nacido en el año 200 a. C.) destacaron la importancia de Sucro. Mencionó que era un lugar muy bueno para el comercio debido a su excelente ubicación.
Contenido
- Historia de la antigua ciudad de Sucro
- Orígenes y desarrollo de Sucro
- El motín de Sucro: un desafío a Escipión el Africano
- Soldados de Sucro en ambos bandos de la Segunda Guerra Púnica
- Quinto Vario Híbrida Sucronense: un senador de Sucro
- La Batalla de Sucro: Pompeyo contra Sertorio
- La cierva blanca de Sertorio
- Sucro en la guerra entre César y Pompeyo
- Ubicación geográfica de Sucro
- Estudios geológicos y la importancia de Sucro
- Descubrimientos recientes en Sucro
- Véase también
Historia de la antigua ciudad de Sucro
Orígenes y desarrollo de Sucro
Contestanos | ||
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Asentamientos importantes | ||
Contestania (actual Cocentaina) | ||
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Durante la Edad del Hierro, el lugar conocido como «alteret de la vint-i-huitena» en Albalat de la Ribera fue un centro importante para el comercio. Allí se han encontrado muchos objetos de los fenicios y cerámicas de la Edad del Bronce Final. Desde este lugar, las mercancías se distribuían a otras zonas del interior.
También se hallaron restos de cerámica íbera con dibujos geométricos y florales en el «alteret de la vint-i-huitena». La presencia de cerámicas romanas, algunas del siglo II a. C., sugiere que la ciudad existió hasta la época de la República romana y más allá.
La ciudad romana de Sucro comenzó como un campamento militar romano. Fue establecido por Publio Cornelio Escipión en el año 209 a.C. Esto ocurrió cuando avanzaba desde Sagunto hacia Cartagena durante la segunda guerra púnica, un gran conflicto entre Roma y Cartago.
Más al norte, se fundó la ciudad de Valencia (llamada entonces Valentia). Poco a poco, Valencia se volvió el centro romano más importante de la región, superando a Sucro.
Ambas ciudades fueron destruidas casi al mismo tiempo en el año 75 a.C. Esto sucedió durante las guerras civiles romanas, cuando el general Cneo Pompeyo Magno luchó contra el general rebelde Quinto Sertorio. Aunque Valencia fue reconstruida más tarde, Sucro, que era mucho más antigua, no tuvo una reconstrucción similar.
El motín de Sucro: un desafío a Escipión el Africano
En el año 212 a.C., Publio Cornelio Escipión, padre del famoso "Africano", conquistó Sagunto a los cartagineses. Su hijo, Escipión el Africano, continuó la campaña y conquistó Cartagena en el 209 a.C. Luego, derrotó a los cartagineses en la importante batalla de Baecula.
Escipión había dejado un campamento en Sucro, un oppidum íbero cerca del río Júcar. Este campamento fue el origen de la futura ciudad romana de Sucro. Su ubicación era estratégica porque controlaba el paso entre dos regiones íberas, la Edetania al norte y la Contestania al sur. Era el único lugar donde el Júcar podía cruzarse fácilmente.
La región del Júcar entró en la historia cuando Tito Livio, un amigo del emperador César Augusto, relató la sublevación de Sucro a principios del 206 a.C. Esto ocurrió justo después de la batalla de Ilipa, durante la segunda guerra púnica.
Unos 8.000 soldados romanos se rebelaron contra Publio Cornelio Escipión. Los líderes de la revuelta fueron Atrio y Albio. Los soldados estaban enojados porque les faltaban alimentos, no les habían pagado y no habían recibido parte del botín de guerra de la conquista de Cartago Nova en el 209 a.C. Ellos habían permanecido en Sucro y no participaron en la batalla.
Los rebeldes creyeron que Escipión había muerto por una enfermedad, lo que animó el motín. Incluso se unieron a líderes íberos rebeldes, Indíbil y Mandonio, y saquearon pueblos cercanos.
Escipión, que solo tenía 7.000 hombres en Cartago Nova, tuvo que ser muy astuto. Envió una carta a los rebeldes pidiéndoles que fueran a Cartago Nova para cobrar sus salarios y obtener suministros. También hizo que se corriera la voz de que sus tropas estaban dispersas, para que los rebeldes se sintieran seguros.
Cuando los líderes de la revuelta llegaron a Cartago Nova, Escipión los invitó a una gran cena. Una vez que estuvieron distraídos, fueron capturados y encarcelados.
A la mañana siguiente, Escipión se reunió con los 8.000 soldados rebeldes, que no sabían que sus líderes habían sido capturados. Para su sorpresa, Escipión parecía estar en perfecto estado de salud.
Entonces, el lugarteniente de Escipión, M. Junius Silanus, rodeó a los 8.000 soldados desarmados con 7.000 soldados leales y bien armados. Escipión les dio un largo discurso, al principio llamándolos "hermanos" y luego "traidores". Les recordó el castigo que recibieron otros soldados que se habían rebelado en el pasado.
Mientras Escipión hablaba, las tropas leales los rodearon por completo. Al terminar el discurso, los soldados leales golpearon sus espadas contra sus escudos, asustando a los amotinados.
Luego, los 35 líderes de la revuelta, incluyendo a Atrio y Albio, fueron castigados severamente frente a todos. Después, los 8.000 soldados rebeldes fueron llamados uno por uno. Se les hizo jurar lealtad a Escipión y, para su sorpresa, se les pagó el salario que se les debía.
Así terminó el motín de Sucro. Escipión logró unir a los 8.000 soldados rebeldes con sus 7.000 hombres leales, formando un ejército de 15.000 soldados. Necesitaba estas tropas para continuar la lucha contra Cartago y contra los líderes indígenas Indíbil y Mandonio, que también se habían rebelado.
Después de conquistar Gadir (Cádiz) y expulsar a los cartagineses, Escipión incorporó Hispania al Imperio romano.
Soldados de Sucro en ambos bandos de la Segunda Guerra Púnica
El poeta romano Cayo Silio Itálico, que vivió del 25 al 99 d.C., escribió sobre la segunda guerra púnica. Mencionó a los soldados de Sucro que acompañaron a Aníbal hasta Italia, quienes, al igual que los soldados de Setabis, llevaban armaduras brillantes.
Estas tropas de Sucro y Setabis estaban formadas por íberos contestanos, ya que la Contestania se extendía desde Sucro (Albalat de la Ribera) hasta Ilice (la actual Elche). Esto demuestra que los íberos contestanos de Sucro participaron en la segunda guerra púnica apoyando tanto a los romanos (con Escipión) como a los cartagineses (con Aníbal y Asdrúbal). En ese momento, ser neutral en Hispania era casi imposible.
Quinto Vario Híbrida Sucronense: un senador de Sucro
El senador hispanorromano más antiguo que conocemos fue Quinto Vario Híbrida Sucronense. En el año 90 a.C., fue elegido tribuno de la plebe en Roma.
Se le conocía como Quintus Varius Sucronensis o Varius Severus Sucronensis. El término Sucronensis indica que nació en Sucro. El apodo Hybrida (híbrido) podría sugerir que era hijo de un romano y una mujer hispana.
Cicerón dijo que Quinto Vario Severo era un excelente orador. Sin embargo, su origen no itálico afectó su carrera política debido a la desconfianza de los romanos hacia los extranjeros. Sus enemigos lo acusaron de no ser un verdadero romano.
Durante su mandato, Quinto Vario impulsó una ley, la Lex Varia de maiestate, que permitía acusar de traición a quienes intentaran dar la ciudadanía a un aliado o incitaran a la rebelión. Irónicamente, años más tarde, Quinto Vario Híbrida Sucronense fue juzgado y condenado al exilio por la misma ley que él había promovido.
La escritora australiana Colleen McCullough lo describió en su novela La corona de hierba de 1991. También es un personaje principal en la novela La ciudad perdida de Sucro de Mª Amparo Olivares Estruch.
La Batalla de Sucro: Pompeyo contra Sertorio

Plutarco, en el siglo I d.C., relató en sus Vidas Paralelas que la ciudad de Sucro fue completamente destruida en la batalla de Sucronem en el año 75 a.C. En esta batalla, las tropas del Senado, lideradas por Cneo Pompeyo Magno, se enfrentaron al general rebelde Quinto Sertorio.
Quinto Sertorio había colocado sus tropas en Sucro para evitar que los dos ejércitos del Senado se unieran: el del viejo procónsul Quinto Cecilio Metelo Pio (en la actual Andalucía) y el del joven Pompeyo (en la actual Cataluña).
En la primavera del 75 a.C., Pompeyo avanzó desde Cataluña hacia Sucro, mientras Metelo se acercaba por el valle del Júcar. Dos generales de Sertorio, Perpenna y Herenio, se enfrentaron a Pompeyo en la batalla del Turia, cerca de Valencia. Pompeyo ganó esta batalla, y Valencia fue devastada.
El ejército de Perpenna se unió al de Sertorio en Sucro, y ambos esperaron la llegada de Pompeyo y Metelo. Pompeyo, impaciente, atacó a Sertorio al atardecer, sin esperar a Metelo. Sertorio también buscó la batalla para luchar solo contra Pompeyo.
Sertorio lideró el ala derecha de su ejército y logró hacer retroceder a las tropas de Pompeyo. Pompeyo fue herido, pero logró escapar. Mientras tanto, el general de Pompeyo, Lucio Afranio, había logrado tomar Sucro y la saqueó. Sin embargo, Sertorio regresó y obligó a Afranio a retirarse.
La batalla de Sucro terminó con la oscuridad. Ambos ejércitos se retiraron. A la mañana siguiente, el ejército de Metelo llegó, y su unión con las tropas de Pompeyo hizo que Sertorio se retirara hacia Sagunto.
La batalla de Sucro marcó el inicio del declive de Sertorio. Fue una batalla muy sangrienta y el resultado fue incierto. Sertorio perdió unos 10.000 hombres, y el ejército del Senado una cifra similar.
Más tarde, en el 72 a.C., Sertorio fue asesinado por traición en Osca por su propio general, Perpenna. Pompeyo derrotó fácilmente a Perpenna.
Con esto, Hispania quedó bajo el control romano. Pompeyo regresó a Italia y derrotó a los restos del ejército de otro rebelde, Espartaco. Al llegar a Roma, el Senado le permitió celebrar un triunfo por sus victorias en Hispania.
La cierva blanca de Sertorio

Una historia curiosa sobre Sertorio es la de su cierva blanca. Se dice que Sertorio tenía una cierva blanca muy rápida como mascota o talismán, que había sido cazada en Lusitania.
Sus soldados creían que la cierva era un regalo de la diosa Diana y que le daba a Sertorio consejos sobre el futuro, lo que les daba esperanza de victoria.
La cierva desapareció justo cuando las cosas empezaron a ir mal en la batalla de Sucro, lo que entristeció a Sertorio y a sus soldados. Sin embargo, la cierva fue encontrada más tarde. Sertorio pagó a quien la encontró para que guardara silencio y les dijo a sus tropas que los dioses le habían prometido ayuda, mostrando la cierva como una señal de buena suerte.
Fue entonces cuando la situación de la batalla mejoró para los hombres de Sertorio. Algunas fuentes dicen que la cierva tenía un tono marrón al salir del agua, lo que sugiere que todo fue un truco para levantar la moral de las tropas.
Sucro en la guerra entre César y Pompeyo

Sucro vuelve a aparecer en la historia a través de Séneca. En su obra Tratado sobre los beneficios, menciona que Julio César (100-44 a.C.) se torció un tobillo cerca de Sucro. Esto ocurrió cuando se dirigía desde Tarraco (Tarragona) a la Bética durante su conflicto con Pompeyo.
Séneca tomó esta historia de Asinio Polión, quien vivió en la época de Julio César. La historia fue recogida por Suetonio en su Vida de los doce césares.
Se cuenta que un viejo legionario, que había quedado herido en la batalla de Munda, le recordó a Julio César que él lo había ayudado cuando se torció el tobillo en Sucro, dándole agua con su casco. César no lo había reconocido debido a sus heridas.
Después de recordar esta anécdota, el veterano soldado recibió los campos por los que había un pleito.
Ubicación geográfica de Sucro
Las localidades de Albalat de la Ribera, Algemesí, Alcira, Cullera y Sueca han afirmado tradicionalmente ser el lugar donde se encontraba la antigua ciudad de Sucro, basándose en descubrimientos arqueológicos.
Los que apoyaban la ubicación en la actual Sueca (provincia de Valencia) señalaban que se encontraron restos en la cercana Cullera. Sin embargo, a finales del siglo XX, nuevos descubrimientos arqueológicos y la revisión del miliario de la Vía Augusta indicaron que la ubicación más probable es en el punto medio entre Sueca y Alcira, es decir, en la pequeña villa de Albalat.
En los últimos años, Albalat de la Ribera ha ganado más apoyo como la ubicación de Sucro. La Vía Augusta solo pasaría por Albalat y por Alcira, dejando fuera a Cullera y Sueca. Además, solo en Albalat y Cullera se han encontrado restos íberos, y en Alcira no hay restos arqueológicos íberos.
Descripciones de geógrafos antiguos
El geógrafo Estrabon de Amasi, en tiempos de Tiberio, en su obra Geografía, describió la costa valenciana. Mencionó que entre Cartagena y el río Ebro se encuentra el río Sucro, su desembocadura y la ciudad del mismo nombre. Indicó que Sucro estaba a mitad de camino de la Vía Augusta entre Tarragona y Cartagena. La actual villa de Albalat de la Ribera está a unos 300 km de ambas ciudades.
Plinio el Antiguo, naturalista y geógrafo, en su Naturalis historia, también mencionó a Sucro. La describió junto al río que le da nombre, marcando el final de la Contestania. También señaló que la región Edetania comienza en un "ameno lago" (la albufera de Valencia), y no en el Júcar, como límite entre las regiones íberas de Contestania y Edetania.
Lucio Floro, en su obra Epitome, especificó que Sucro, junto a su río, se podía ver desde Laurona (actual Llaurí), que está a solo 8 km de Albalat.
Albalat siempre se ha salvado de las inundaciones del río Júcar porque está construida sobre una elevación natural. Era un lugar ideal para un oppidum porque era el mejor sitio para cruzar el río y porque allí se cruzaba el Júcar con la Vía Augusta, lo que la hacía un punto estratégico para el comercio y el transporte.
En la zona llamada «alteret de la vint-i-huitena», donde hoy hay campos de naranjos, se cree que estaban las mansiones romanas, es decir, las casas de los ciudadanos más ricos de Sucro.
Puertos y límites de la Contestania
El Portus Sucronis (al norte de la Contestania, situado en Cullera, a unos 14 km de la actual Albalat) se corresponde con el Portus Ilicitanus (al sur de la Contestania, situado en Santa Pola, también a unos 14 km de la actual Elche). Estos dos puertos y sus ciudades marcaban los límites norte y sur de la antigua Contestania íbera. Ambos puertos estaban a cierta distancia de sus ciudades principales por el miedo a los ataques de piratas.
Documentos antiguos que mencionan Sucro
Los Vasos Apolinares, también conocidos como Vasos de Vicarello, son objetos de plata que tienen grabados los nombres y las distancias entre las diferentes paradas de la Vía Augusta. Esta vía iba desde Roma hasta Gades (Cádiz).
Estos vasos fueron descubiertos en 1852 en unas termas cerca de Roma. Actualmente se encuentran en el Palacio Massimo alle Terme del Museo Nacional Romano.
En estos vasos, la distancia entre Valencia y Sucro es de 20 millas, y entre Sucro y Játiva es de 16 millas. Estas distancias coinciden con las del Itinerario Antonino o Itinerario de Antonino Augusto Caracalla, un documento romano del siglo III que recopila rutas del Imperio romano.
Otro documento, el Anónimo de Rávena, distingue entre la ciudad de Sucro y su Portus Sucronis. Se cree que estos corresponden a las localidades actuales de Albalat y Cullera, respectivamente. Este texto, compilado en el siglo VII, es una fuente valiosa para estudiar las calzadas romanas, aunque no proporciona distancias.
Las distancias entre ciudades, que coinciden en las dos primeras fuentes antiguas, se corresponden con la realidad actual. Por ejemplo, los 23,64 km entre Sucro y Saetabi y los 29,56 km entre Sucro y Valentia coinciden con los 25 km entre Albalat y Játiva, y los 29 km entre Albalat y Valencia.
Investigaciones históricas y hallazgos arqueológicos
La ubicación de Sucro en Albalat fue propuesta por historiadores a finales del siglo XX. Esto fue gracias a estudios más profundos de las vías romanas en Hispania y al descubrimiento de restos romanos en la zona del «alteret de la vint-i-huitena», cerca de Albalat de la Ribera. También se encontraron restos en la otra orilla del Júcar, en «La Granja», que hoy está en el término de Poliña del Júcar.
A finales de 1957, durante trabajos de drenaje en los campos de naranjos del «alteret de la vint-i-huitena», se encontraron grandes piedras, restos de edificios y mucha cerámica íbera y romana. Estos hallazgos datan desde el siglo III a.C. hasta bien entrada la época romana.
En marzo de 1961, se encontraron más restos arqueológicos por casualidad al abrir zanjas para el alcantarillado. Tras analizar estos datos, A. Schulten, quien inicialmente había situado Sucro en Alcira, identificó Sucro con el actual Albalat.
Muchos historiadores y arqueólogos han apoyado esta idea a lo largo de los años. Por ejemplo, en 1935, P. Bosch Gimpera y Aguado Bleye escribieron que la batalla de Sucro se libró cerca de la ciudad del mismo nombre, no lejos del actual Albalat.
Entre 1996 y 1998, Xavier Vidal y Carmen Martínez realizaron excavaciones en el centro de Albalat, donde encontraron restos de una vivienda y hogares. En el «alteret de la vint-i-huitena», se encontró una parte de una casa con restos cerámicos del siglo VIII a. C.. Esto demostró que el lugar estuvo habitado desde la Edad del Bronce Final hasta la época romana tardía.
Los investigadores J. Vidal y C. Martínez sugirieron que Sucro habría ocupado la actual villa de Albalat de la Ribera y también el cercano paraje del «alteret de la vint-i-huitena». Xavier Vidal señaló que Albalat era un lugar ideal por su ubicación geográfica, dominando un punto donde el Júcar era fácil de cruzar. La función de la actual Cullera sería la de puerto de Sucro, que estaría más hacia el interior, como muchas ciudades importantes del Mediterráneo.
Historiadores como Toni Carrasquer y José Manuel Roldán Hervás también han afirmado que Sucro se encontraba en los cimientos de Albalat de la Ribera. Las excavaciones y estudios recientes refuerzan la idea de que Albalat de la Ribera y su yacimiento del «alteret de la vint-i-huitena» son la ubicación más aceptada para la antigua Sucro.
Estudios geológicos y la importancia de Sucro
Estudios geológicos han demostrado que en la antigüedad, el río Júcar dejaba de estar encajonado justo en Albalat. Se abría en dos brazos que desembocaban al norte y al sur de la montaña de Cullera. Esto hacía que el lugar de Sucro fuera ideal para cruzar el río, tanto en la época de Escipión (206 a.C.) como en la de Sertorio (75 a.C.) y en épocas posteriores.
Se ha calculado que los sedimentos de las inundaciones periódicas del Júcar habrían enterrado los restos romanos a una profundidad de entre dos y cuatro metros.
La ubicación de Sucro era muy estratégica porque estaba entre dos vías importantes: la fluvial (el río Júcar) y la terrestre (la Vía Augusta). Esto permitía controlar fácilmente el paso de mercancías y tropas por ambas rutas.
Descubrimientos recientes en Sucro
El 4 de octubre de 2019, el diario Levante informó que los arqueólogos habían encontrado en Albalat de la Ribera una importante zona comercial anterior a la época imperial. Se extrajeron vasijas y materiales del periodo íbero, como ánforas y tinajas. Estos hallazgos apoyan la hipótesis de que Albalat albergó la antigua Sucro romana.
En junio de 2020, se anunció que el grupo de trabajo Arqueología del Xúquer-Cabriel había fechado las estructuras y materiales encontrados en 2019 entre los siglos V y IV antes de Cristo, lo que significa que son anteriores a la época imperial. Se realizó una prospección con georradar para decidir dónde se harán las próximas excavaciones arqueológicas en Albalat («alteret de la vint-i-huitena»).
Véase también
- Albalat de la Ribera
- Batalla de Ilipa
- Batalla de Sucro
- Escipión el Africano
- Guerras sertorianas
- Júcar
- Pompeyo
- Segunda guerra púnica
- Sertorio
- Sicana
- Sublevación de Sucro
- Tito Livio
- Vía Augusta