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Batalla de Ilipa para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Batalla de Ilipa
Parte de segunda guerra púnica
Iberia 210-206BC-it.png
Mapa ilustrativo de las campañas hispánicas de Escipión.
Fecha Primavera del 206 a. C.
Lugar Actual Alcalá del Río, Sevilla, España
Coordenadas 37°31′06″N 5°58′42″O / 37.518333333333, -5.9783333333333
Resultado Decisiva victoria romana
Beligerantes
República cartaginesa República romana
Comandantes
Asdrúbal Giscón
Magón Barca
Masinisa
Publio Cornelio Escipión
Marco Junio Silano
Lucio Marcio Séptimo
Cayo Lelio
Fuerzas en combate
35.000 soldados (estimación moderna) 4 legiones romanas y auxiliares
Bajas
15.000 muertos 800 muertos

La Batalla de Ilipa fue un importante enfrentamiento militar. Ocurrió en la primavera del año 206 a.C. Fue parte de la segunda guerra púnica, un gran conflicto entre la República romana y la República de Cartago.

En esta batalla, las legiones romanas, dirigidas por Publio Cornelio Escipión, se enfrentaron al ejército de Cartago. Los líderes cartagineses eran Asdrúbal Giscón y Magón Barca. La batalla tuvo lugar cerca de la actual Alcalá del Río, en Sevilla, España. Se cree que esta zona era la antigua ciudad romana de Ilipa.

El resultado fue una victoria muy importante para los romanos. Esta victoria llevó a la retirada de los cartagineses y a la conquista romana de Hispania.

Antes de la Batalla: Los Preparativos

La captura de Cartago Nova (hoy Cartagena) por Escipión fue un golpe duro para Cartago. Perdieron el control del Levante. Esto permitió a los romanos avanzar hacia la zona del río Guadalquivir. Allí, los romanos lograron una gran victoria en la Batalla de Baecula. Esta derrota impidió que Cartago enviara más ayuda a Aníbal Barca en la península itálica.

Además, Cartago perdió las minas de plata de Cástulo (hoy Linares). Esto redujo mucho su capacidad para contratar más soldados. Después de estas pérdidas, Cartago solo tenía entre 25.000 y 30.000 soldados en la península. Más tarde, recibieron 20.000 hombres y elefantes de África.

Los cartagineses necesitaban detener el avance romano. Se establecieron en la zona baja del río Guadalquivir. Esta región tenía Sierra Morena y las últimas fuentes de plata para pagar a sus tropas.

Enfrentamientos Previos y Estrategia Romana

Cartago envió a Hannón el Viejo y Magón Barca a la Celtiberia. Pero Escipión ordenó a su general Marco Junio Silano enfrentarlos. Silano los venció en Orongis, dispersando a sus aliados. Hannón fue capturado y Magón tuvo que huir a Gades (hoy Cádiz).

Después de esta derrota, las fuerzas cartaginesas se redujeron a unos 35.000 o 38.000 soldados. Unos 20.000 estaban en la Bética. Por eso, comenzaron a reclutar a los turdetanos para reemplazar a los soldados perdidos.

Escipión intentó conquistar la zona baja del Guadalquivir. Pero se dio cuenta de que cada ciudad tenía una fuerte defensa. Tomar cada una sería muy difícil y costoso. Así que se retiró a sus campamentos de invierno en Tarraco (hoy Tarragona). Decidió que lo mejor era buscar una gran batalla decisiva.

En la primavera siguiente, Escipión marchó hacia Cástulo y luego a Baecula. Allí se unió a las tropas de Silano y a muchos aliados celtíberos. Mientras tanto, los cartagineses reunieron sus fuerzas, que estaban dispersas. Se concentraron en Carmo (hoy Carmona) y luego marcharon a Ilipa.

Los cartagineses acamparon en Ilipa, una ciudad en las colinas. Frente a ella había una llanura perfecta para una batalla. Escipión llegó con su ejército y acampó en unas colinas bajas frente a ellos.

Las Fuerzas en Combate

El Ejército Cartaginés

Los historiadores antiguos dicen que el ejército cartaginés era mucho más grande. El historiador griego Polibio (del siglo II a.C.) menciona 70.000 soldados de infantería, 4.000 de caballería y 32 elefantes de guerra. Otro historiador, Apiano (grecorromano del siglo II d.C.), está de acuerdo con la infantería, pero dice que tenían 5.000 jinetes y 36 elefantes.

El historiador romano Tito Livio (del siglo I a.C.) dice que los africanos tenían 50.000 soldados de infantería y 4.500 de caballería. Sin embargo, él mismo reconoce que algunas fuentes elevan la infantería a 70.000. Una fuente moderna, Howard Hayes Scullard, estima que la fuerza cartaginesa era de solo 35.000 combatientes. Más de la mitad de sus soldados habían sido reclutados en la Hispania Ulterior, especialmente en la Bética y Turdetania.

Las Tropas Romanas

En el año 211 a.C., Roma envió a Cayo Claudio Nerón a Tarraco con 10.000 soldados de infantería y 1.000 de caballería. Esto equivalía a dos legiones romanas. Un año después, Escipión lo reemplazó y trajo 12.000 refuerzos de Italia. A esto se sumaron los restos del ejército de su padre y su tío. Antes de su derrota, este ejército también equivalía a dos legiones.

Así, antes de atacar Cartago Nova, el ejército romano en la península pudo haber sumado 28.000 soldados de infantería y 3.000 de caballería. Polibio cree que los romanos tenían 25.000 soldados de infantería y 2.500 de caballería en ese lugar.

Livio dice que Mandonio e Indíbil, durante su rebelión, reclutaron 20.000 soldados de infantería y 2.500 de caballería en el 206 a.C. Muchos expertos modernos creen que más de la mitad del ejército de Escipión estaba formado por aliados de la Celtiberia. Se dice que Escipión esperaba que los aliados nativos de Cartago cambiaran de bando durante la batalla.

En Ilipa, los romanos y sus aliados, según Apiano, eran tres veces menos numerosos que sus enemigos. Sin embargo, Scullard afirma que solo tenían diez mil soldados menos que los cartagineses. Livio dice que eran 45.000 combatientes en total. Polibio menciona 45.000 soldados de infantería y 3.000 de caballería.

El Desarrollo de la Batalla

Primeros Enfrentamientos

Archivo:Ilipa1
Mapa de la situación anterior a la batalla, pueden apreciarse a las legiones romanas flanqueadas por sus aliados hispanos.

Cuando los romanos estaban construyendo su campamento, Magón y Masinisa decidieron atacar con su caballería. Pero Escipión lo había previsto. Había escondido a sus propios jinetes detrás de una colina cercana. Cuando los cartagineses y númidas atacaron, los romanos los sorprendieron. Una lluvia de proyectiles cayó sobre los cartagineses. Después de una dura lucha, los africanos se retiraron. Al principio lo hicieron en orden, pero bajo la presión enemiga se dispersaron.

Esto hizo que los cartagineses fueran más cuidadosos y los romanos más confiados. Durante los días siguientes, hubo pequeñas escaramuzas en la llanura. Los romanos decidieron que era el momento de la batalla decisiva. Sus suministros estaban disminuyendo y los soldados empezaban a tener hambre. Escipión reunió a sus soldados para hacer rituales y animarlos para la batalla.

La Estrategia de Escipión

Durante varios días, ambos ejércitos formaron en la llanura, pero ninguno atacaba. Se retiraban al atardecer. Escipión había notado que Asdrúbal siempre formaba a sus hombres a última hora de la mañana. Ponía a la infantería pesada libia en el centro para enfrentarse a las legiones. Sus aliados hispanos estaban en los flancos, con los elefantes delante.

Una noche, Escipión dio órdenes escritas a sus tribunos (oficiales romanos). A la mañana siguiente, ordenó que los soldados desayunaran temprano. Inmediatamente después, marcharon a la llanura en formación de batalla. Esto se hizo muy rápido. La infantería ligera y la caballería se acercaron a los puestos enemigos para lanzarles proyectiles.

Poco después, al amanecer, las legiones romanas ocuparon sus posiciones. Pero, a diferencia de lo habitual, los aliados hispanos estaban en el centro. Los soldados romanos estaban en las "alas" (los extremos de la formación).

El Choque Final

Archivo:Ilipa2
Mapa de la batalla, se pueden apreciar a las legiones, caballería y vélites flanqueando a los púnicos mientras sus aliados nativos quedan inactivos en el centro.

Los africanos fueron tomados por sorpresa. Tuvieron que formarse rápidamente y sin haber comido. Asdrúbal, al ver a la vanguardia romana tan cerca, ordenó a su caballería e infantería ligeras salir a enfrentarlos. Intentó atraer a las legiones a la base de la colina. Su infantería salió del campamento, formándose de la manera habitual. El choque de las tropas ligeras continuó durante la mañana.

Finalmente, cuando estaban a menos de un kilómetro del enemigo, Escipión ordenó el ataque frontal. Las tropas de las alas, dirigidas por él mismo (derecha) y por Silano y Lucio Marcio Séptimo (izquierda), comenzaron a girar. Tanto los soldados de a pie como los de caballería se movían, con los vélites (infantería ligera) delante.

Las legiones en las alas chocaron con los flancos enemigos. Mientras tanto, el centro romano, formado por hispanos, avanzaba lentamente sin entrar en contacto. En las alas, los legionarios atacaron. Los cartagineses fueron flanqueados por los vélites y jinetes ligeros que estaban ocultos. Una lluvia de proyectiles cayó sobre los elefantes, que se asustaron y huyeron. Esto desordenó las propias filas cartaginesas. Los jinetes romanos vencieron a los númidas. Los honderos baleares lucharon bien contra los romanos en los flancos.

Mientras las alas africanas eran destruidas, los libios en el centro, que eran las mejores tropas, no hacían nada. No podían ayudar a sus compañeros. Si desprotegían el centro, los hispanos que tenían enfrente atacarían. Los hispanos habían recibido la orden de avanzar lentamente.

Los flancos cartagineses resistieron como pudieron. Pero al mediodía, los cartagineses comenzaron a ceder por el cansancio, el calor y la falta de alimento. Esto afectaba menos a los legionarios romanos, que estaban mejor alimentados y disciplinados. En el centro, donde la lucha comenzó más tarde, los cartagineses ya estaban afectados por el ayuno.

Finalmente, Escipión, montado en su caballo, lideró la carga final de sus soldados por todos los lados. Los africanos intentaron retirarse en orden, defendiéndose. Pero finalmente huyeron al pie de una colina. Los romanos los persiguieron hasta su campamento en las colinas. No fueron masacrados allí porque una tormenta providencial hizo que las legiones volvieran a su propio campamento.

La Huida Cartaginesa

La lluvia continuó toda la noche. Los vencidos no descansaron. Estaban asustados porque sabían que las legiones atacarían el campamento al amanecer. Intentaron mejorar sus defensas apilando rocas. Pero cuando los guerreros nativos comenzaron a desertar, Asdrúbal decidió abandonar la posición en silencio, en plena oscuridad.

Consecuencias de la Victoria Romana

La Retirada Final

Los exploradores de Escipión le informaron al amanecer que los africanos habían huido. Los romanos intentaron alcanzarlos antes de que cruzaran el río Guadalquivir. Asdrúbal, al enterarse de que los romanos habían llegado al vado donde iba a cruzar, desvió su camino hacia las marismas costeras, rumbo a Gades (hoy Cádiz).

Esto no impidió que la infantería y caballería ligeras de Escipión los persiguieran sin descanso. Finalmente, los cartagineses fueron inmovilizados por estos ataques. Esto permitió que las legiones romanas los alcanzaran. El terreno era estrecho y dificultaba el movimiento de los perseguidos. Posiblemente esto ocurrió en las colinas de Aljarafe, cerca de Hispalis (hoy Sevilla). Hubo una gran matanza, y apenas 6.000 hombres se salvaron.

Apiano dice que lograron llegar a una ciudad fortificada. Livio indica que construyeron un campamento improvisado en una colina. Fueron asediados por algunos días y muchos desertaron. Asdrúbal, después de buscar barcos en la costa, abandonó a sus soldados y huyó por mar a Gades. Se embarcó cerca de Caura (hoy Coria del Río).

Al enterarse de su fuga, Escipión dejó al general Silano a cargo del asedio con 10.000 soldados de infantería y 1.000 de caballería. Él regresó a Tarraco para reunirse con líderes locales. Mientras tanto, Silano convenció a Masinisa de regresar a África con sus númidas y cambiar de bando. Magón logró llegar a Gades en barcos enviados por Asdrúbal. Los soldados, abandonados por sus oficiales, se dispersaron. Silano fue a Tarraco para unirse a Escipión.

El Motín de Sucro

Poco después de la victoria, los soldados romanos que estaban en el campamento de Sucro se rebelaron. Escipión reunió a sus oficiales y les dijo que debían pagar los sueldos atrasados a los soldados lo antes posible. Luego envió a los oficiales a informar a los soldados. Se fijó un día para que todos se reunieran y se repartiera el dinero.

Cuando llegó la fecha, Escipión dio instrucciones a los oficiales. Debían invitar a los líderes del motín a sus aposentos. Una vez allí, fueron arrestados.

Más tarde, los soldados dejaron su equipaje a las puertas de una ciudad hispana cercana. Fueron convocados a una asamblea en el mercado y todos asistieron. Escipión hizo rodear el lugar con sus tropas más leales. Se presentó ante los soldados y los regañó por su falta de lealtad. Dijo que la falta de pago no era su culpa y que rebelarse no era la solución. Anunció que perdonaría a la tropa, excepto a sus líderes. Los líderes del motín fueron mostrados atados y sin ropa. Luego fueron castigados y arrastrados entre la multitud de soldados. El resto de los soldados, asustados, juraron a sus oficiales que nunca más se rebelarían.

Análisis de la Batalla

La victoria de Ilipa es similar a la Batalla de Cannas. En ambas, un ejército más pequeño logra rodear a uno más grande gracias a la habilidad de su comandante. La diferencia es que Escipión tuvo que provocar la acción, siendo más agresivo. La caballería romana no era tan numerosa, lo que impidió atrapar completamente al enemigo.

Mientras tanto, Asdrúbal Barca cruzaba los Pirineos y se dirigía a la península itálica. Allí se enfrentaría a su destino en el río Metauro.

Escipión no tomó rehenes, lo que lo hizo muy popular entre los nativos. Esta política la había seguido desde su victoria en Baecula. Poco después, toda la Hispania cartaginesa quedó bajo su control. Pronto regresó a Roma, con gran fama por sus victorias. A pesar de traer un gran botín, muchos prisioneros y barcos capturados, el Senado le negó el derecho a un triunfo. Esto fue porque había luchado como un "privatus" (no tenía el mando de cónsul o procónsul, solo de general). Solo recibió una "ovación", una celebración menor.

Después de su partida, muchas tribus y ciudades que antes apoyaban a Roma, comenzaron a exigir su independencia. A pesar de la lucha contra Aníbal, el Senado envió refuerzos. Para el año 201 a.C., la situación estaba tan tranquila que la guarnición romana se redujo.

En el año 197 a.C., el territorio conquistado se dividió en dos provincias: Hispania Citerior y Hispania Ulterior. Cada pretor (gobernador) tenía 8.000 legionarios y 400 jinetes para mantener el orden.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Battle of Ilipa Facts for Kids

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Batalla de Ilipa para Niños. Enciclopedia Kiddle.