Quinto Sertorio para niños
Datos para niños Quinto Sertorio |
||
---|---|---|
![]() Sertorio y su cierva (1849), por Juan León Pallière (Museu Dom João VI, Río de Janeiro).
|
||
Información personal | ||
Nombre en latín | Quintus Sertorius | |
Nacimiento | c. 123 a. C. Norcia (Italia) |
|
Fallecimiento | 72 a. C. Huesca (Aragón) |
|
Causa de muerte | Homicidio | |
Familia | ||
Padres | Rhea Desconocido |
|
Información profesional | ||
Ocupación | Político de la Antigua Roma y militar de la Antigua Roma | |
Cargos ocupados | ||
Lealtad | República romana | |
Conflictos | Batalla de Arausio y guerra de Sertorio | |
Partido político | Populares | |
Distinciones |
|
|
Quinto Sertorio, cuyo nombre en latín era Quintus Sertorius, fue un importante político y militar de la Antigua Roma. Nació en Nursia (Italia) alrededor del año 122 a. C. y falleció en Huesca (España) en el 72 a. C. Es conocido por liderar un movimiento contra el gobierno de Sila en Hispania. Con el tiempo, su figura se convirtió en un héroe en España y Portugal.
Sertorio provenía de una familia sencilla, pero tenía conexiones con la aristocracia romana a través de su tío, Cayo Mario. Sirvió bajo el mando de Mario en varias guerras, como la guerra de Yugurta y la guerra cimbria, donde se ganó fama como militar. Su carrera política comenzó en el 97 a. C. como tribuno militar en Hispania. Allí demostró sus habilidades y recibió una corona gramínea, una condecoración por su valentía, tras vencer a unos rebeldes en Cástulo.
En el 90 a. C., fue elegido cuestor de la Galia Cisalpina. Después, participó como legatus en la guerra Social. Cuando estalló una guerra civil entre su tío Mario y Sila, Sertorio apoyó a Mario. Fue nombrado pretor y se trasladó a Hispania antes de que los oponentes tomaran la capital.
Cuando Sila se convirtió en dictador, decidió acabar con la resistencia de Sertorio. Envió a dos de sus mejores comandantes, Metelo Pío (79 a. C.) y Pompeyo (76 a. C.), para enfrentarlo.
La llegada de Pompeyo cambió el rumbo de la guerra a favor de los oponentes de Sertorio. En el 74 a. C., casi toda la resistencia fue vencida. Estas derrotas llevaron a una conspiración liderada por Marco Perpenna Ventón que terminó con la vida de Sertorio en el 72 a. C. Perpenna tomó el mando, pero Pompeyo lo derrotó poco después.
Contenido
Los primeros años de Quinto Sertorio
Sertorio nació en Nursia (una región de Italia) alrededor del año 122 a. C. Su familia pertenecía a la clase de los Equites, que eran ciudadanos romanos con cierto nivel económico. Su padre falleció cuando él era joven, por lo que su madre, Rhea, se encargó de su educación. Es probable que un familiar cercano también lo ayudara como tutor. Desde joven, Sertorio destacó por su habilidad para hablar en público.
Cuando alcanzó la mayoría de edad, se fue a Roma. A los veinte años, comenzó su carrera militar. Sirvió bajo el mando de Quinto Servilio Cepión y Tito Didio. Más tarde, bajo Cayo Mario, se destacó en tareas de exploración, lo que le sería muy útil en futuras batallas.
¿Cómo ganó fama militar Sertorio?
Sertorio ganó mucho prestigio por su valentía en las batallas de Arausio (105 a. C.) y Vercelae (102 a. C.). En estas batallas, luchó contra tribus como los cimbrios y teutones bajo el mando de Cneo Malio Máximo y Cayo Mario. Se dice que Sertorio incluso entró en territorio cimbrio para conocer sus movimientos, usando sus conocimientos de la lengua celta.
Después, sirvió como tribuno militar en Hispania (del 97 al 93 a. C.) bajo Tito Didio. Allí, fue condecorado con una corona gramínea por su valor al controlar un levantamiento militar en Cástulo.
En el 90 a. C., fue nombrado cuestor y estuvo en la Galia Cisalpina. Poco después, participó como legado en la guerra Social. Durante la guerra civil, se opuso a Sila. Se dice que comandó una de las legiones que ocuparon Roma bajo el gobierno de Mario.
A pesar de su colaboración, Sertorio no estaba de acuerdo con las ejecuciones que siguieron a la toma del gobierno. Cinco días después de que estas comenzaran, Sertorio ordenó a sus tropas, que eran muy disciplinadas, detener a los responsables de las atrocidades. Mario aceptó esta acción sin tomar represalias.
La resistencia de Sertorio contra Sila
Sertorio fue una figura importante en el gobierno de Cinna. En el 83 a. C., viajó a la Hispania Citerior como pretor. Sin embargo, cuando Sila tomó Roma, nombró a Cayo Valerio Flaco gobernador de esa provincia. Esto convirtió a Sertorio en un líder rebelde que luchó contra Sila en las llamadas Guerras Sertorianas. Durante este tiempo, Sertorio buscó el apoyo de las tribus locales de la península. Los trató amablemente, redujo sus impuestos y los liberó de la obligación de alojar soldados.
En el 82 a. C., Valerio Flaco y Cayo Annio Lusco intentaron expulsar a Sertorio de su gobierno con veinte mil hombres. El ejército de Sila avanzó hacia los Pirineos, donde Sertorio había fortificado los pasos orientales. Había dejado a su lugarteniente Livio Salinator con seis mil hombres para defenderlos.
Después de que Salinator fuera asesinado, los seguidores de Sila pudieron entrar en la provincia. Sertorio tuvo que huir con los tres mil hombres que le quedaban a Carthago Nova, y luego a Mauritania (81 a. C.). Allí, había un grupo fuerte que apoyaba a los populares de Roma.
Algunas fuentes mencionan que Sertorio colaboró con piratas en acciones contra las islas de Ibiza y Plana, y luego contra la costa mauritana. Allí, venció a la guarnición romana enviada por Sila y poco después tomó la ciudad de Tingis.
El regreso de Sertorio a Hispania
Sertorio regresó a la península ibérica en el 80 a. C., cruzando el Estrecho de Gibraltar. Llegó con un ejército de tres mil trescientos hombres. Este grupo estaba formado por dos mil soldados romanos leales, setecientos jinetes mauritanos y seiscientos aliados locales. Otras fuentes, como Plutarco, mencionan un contingente de 7300 hombres.
Sertorio obtuvo una victoria fácil en una batalla naval cerca de Mellaria contra la flota enviada por Sila. Esto le permitió desembarcar en Baelo Claudia. Sertorio hizo una alianza con los rebeldes lusitanos, quienes lo nombraron su líder. A su ejército se unieron cuatro mil soldados de infantería y setecientos jinetes. En el estuario del Guadalquivir, venció fácilmente a las legiones de Lucio Fufidio, el nuevo gobernador de Sila en la Hispania Ulterior. Sertorio causó dos mil bajas a sus enemigos y pudo llegar a Lusitania a finales de ese año.
La llegada de Metelo y Pompeyo
Sila, preocupado por lo que sucedía en Hispania, decidió enviar a la península a Quinto Cecilio Metelo Pío (79 a. C.). Metelo llegó como gobernador de la Ulterior con dos legiones y muchos aliados, sumando unos 15.000 hombres. Quería entrar en combate de inmediato, pero Sertorio logró evitarlo al principio. Cuando Metelo asedió la ciudad de Lacóbriga, algunos historiadores creen que Sertorio controlaba la zona al norte del río Tajo. Esto se apoya en las batallas cerca de ciudades como Dipo y Conistorgis. La creación del campamento fortificado de Castra Caecilia, cerca de Cáceres, muestra la intención de aislar a Sertorio al otro lado del Tajo para cortar sus suministros desde el sur.
Los ejércitos de Sertorio y Metelo se enfrentaron en el sur de Lusitania durante ese año y el siguiente. Sertorio actuó con inteligencia a pesar de tener menos soldados (apenas 8000). Sus tropas lograron romper el asedio de Metelo a Lacóbriga, obligándolo a retirarse a la zona del Guadiana. Otros autores sugieren que Metelo pasó el invierno en Castra Caecilia y fue entonces cuando pidió ayuda a Marco Domicio Calvino.
Sertorio envió a su lugarteniente Lucio Hirtuleyo para detener a las tropas del gobernador de la Citerior, Marco Domicio Calvino, que venía a ayudar a Metelo. Hirtuleyo no solo venció a Calvino cerca de Consabura, sino que también derrotó a las tropas de ayuda de Lucio Manlio cerca de Ilerda (78 a. C.).
¿Cómo gobernó Sertorio en Hispania?
Sertorio fue un político muy hábil. Creó un Senado con romanos exiliados y mantuvo las formas de gobierno romanas, llamándose a sí mismo solo procónsul. Con una política inteligente de alianzas, tolerancia y justicia, y tratando bien a la gente (por ejemplo, bajando los impuestos), se ganó el apoyo de los pueblos de Hispania. Su buen trato ayudó a aumentar el apoyo popular, especialmente en la Citerior, que dominaba por completo, junto con gran parte de la Ulterior.
Según Frontino, Sertorio se presentaba ante sus soldados lusitanos con una cierva blanca. Decía que la cierva tenía el don de la profecía, lo que le ayudaba a obtener la obediencia de los pueblos locales.
Las principales bases de Sertorio estaban en la región del Alto Ebro: Calagurris (Calahorra, La Rioja), habitada por celtíberos; Osca (Huesca), donde creó un Senado propio y una Academia; y en Ilerda (Lérida). También tenía mucho apoyo en la costa alrededor de la capital provincial Tarraco (Tarragona).
Sertorio logró reconciliarse con los celtíberos, quienes le dieron su apoyo. Esta alianza pudo haber causado recelo en los vascones, que competían con los celtíberos por el Valle del Ebro y antes habían tenido el favor de Roma. Con los celtíberos aliados con Sertorio, los vascones apoyaron a sus rivales.
Tito Livio menciona que en el 77 a. C., Sertorio ordenó a Hirtuleyo regresar a Lusitania para defenderla. Mientras tanto, él siguió con sus tropas el curso del río Ebro, pasando por Bursao (Borja, Zaragoza), Cascantum (Cascante, Navarra) y Graccurris (Alfaro, La Rioja) hasta Calagurris (Calahorra, La Rioja). Al día siguiente, pasó a las tierras de los berones. Esto sugiere que los vascones habían logrado establecerse al sur del Ebro, más allá de Calahorra.
En ese momento, Sertorio pudo cruzar el territorio vascón sin problemas. Es probable que la hostilidad fuera latente. Los vascones esperarían la llegada de fuerzas leales a los optimates (el partido conservador romano) para oponerse. Además, Sertorio estaba en la cima de su poder, y los vascones de esa zona no podían ofrecer mucha resistencia. Quizás los celtíberos esperaban que su alianza con Sertorio los librara de la presión de los vascones.
En ese mismo año, Marco Perpenna unió sus tropas a las de Sertorio. Esto aumentó el ejército de Sertorio con 40 cohortes (unos 20.000 soldados de infantería) y 100 turmas (unos 3000 jinetes), lo que le permitió controlar casi toda la Hispania Citerior. Sertorio también reorganizó el territorio bajo su control. Creó un Senado formado por romanos exiliados, fundó una Academia en Osca para educar a los hijos de la nobleza local al estilo romano y entrenó a las tribus celtíberas con tácticas militares romanas. Según Orosio, en ese entonces Sertorio ya tenía unos 8000 jinetes y 60.000 soldados de infantería, dos tercios de ellos aliados íberos y solo 2000 legionarios veteranos bajo el mando de Perpenna.
La llegada de Pompeyo y el cambio en la guerra
El Senado de Roma envió a Cneo Pompeyo Magno a la Citerior. Pompeyo cruzó los Pirineos con seis legiones (30.000 legionarios y unos 2500 jinetes) más 20.000 aliados, y entró en la provincia en el 76 a. C. Ese mismo año, Pompeyo fracasó en su intento de liberar la ciudad de Lauro (hoy Liria) del asedio de Sertorio. Sertorio realizó una maniobra táctica brillante que le causó a Pompeyo la pérdida de 10.000 hombres y algunos de sus oficiales. Mientras la mayor parte de sus fuerzas luchaban contra Pompeyo, Sertorio envió 6000 hombres a atacar al enemigo por la retaguardia. Pompeyo, humillado y sin suministros, fue testigo de la victoria de Sertorio. Sertorio fue amable con la población civil, pero la ciudad fue saqueada e incendiada. Además, envió dos cohortes a saquear los restos del campamento de Pompeyo. Mientras Pompeyo se retiraba por la noche, fue emboscado por 2000 jinetes y 20 cohortes de infantería, perdiendo otros 10.000 soldados. Otros 5000 aliados que intentaron defender su retaguardia fueron derrotados.
Un año después, gracias a la colaboración de Metelo y Pompeyo, la guerra empezó a cambiar. Metelo logró vencer a Hirtuleyo en Itálica y, meses después, destruyó su ejército en la batalla del río Silingis, donde Hirtuleyo perdió la vida junto con 20.000 de sus hombres. Luego, Metelo se unió rápidamente a Pompeyo. Pompeyo, después de derrotar a Cayo Herennio y 20.000 de sus hombres cerca de la actual Valencia, tuvo un encuentro difícil con Sertorio en el río Sucro. La batalla tuvo un resultado incierto, con 3.000 sertorianos y 6000 pompeyanos fallecidos. En un flanco, Lucio Afranio, un oficial de Pompeyo, salió victorioso, mientras que en otro, el propio Sertorio evitó una derrota parcial de su lugarteniente Perpenna. En esta dura batalla, el propio Pompeyo resultó herido. Sertorio y Perpenna perdieron cerca de 15.000 hombres, y los senatoriales una cifra similar. Sertorio huyó de Sucrone después de la batalla al ver que las tropas de Metelo se acercaban. Hubo un tercer enfrentamiento cerca de Arse poco después, con un resultado similar, donde Lelio, cuñado de Pompeyo, perdió la vida y Metelo resultó herido. Con esto terminaron las campañas del 75 a. C.
Durante estos meses, los vascones, o parte de ellos, hicieron una alianza con Pompeyo. A finales de año, Pompeyo, con escasez de víveres, se retiró a su territorio. Ese mismo invierno, fundó la ciudad de Pompaelo, quizás sobre una aldea ya existente.
En el 74 a. C., Pompeyo tenía 45.000 hombres en su ejército gracias a los refuerzos de Roma, mientras que Sertorio tenía cerca de 20.000 y sus fuerzas disminuían más por las deserciones que por las bajas en combate. Entonces, los oponentes cambiaron su estrategia: en lugar de enfrentar a Sertorio en costosas batallas, decidieron asediar y conquistar una por una las ciudades fortificadas enemigas. Sin embargo, Sertorio logró causarles muchas bajas al ayudar a tiempo a sus ciudades. Además, los oponentes, después de tomar las zonas costeras, llevaron la guerra al interior de la península, evitando así que los sertorianos recibieran refuerzos y suministros por mar.
El final de Quinto Sertorio

En el 74 a. C., Pompeyo y Metelo avanzaron en dos frentes. Pompeyo por el valle del Duero hacia el oeste, y Metelo por el valle del Jalón en el este. Asediaron las fortalezas de Sertorio, destruyeron los campos y trataron de ganarse el apoyo de la población local. Las dificultades de Sertorio se confirman por el pacto que hizo con Mitrídates VI, rey del Ponto y enemigo de Roma, quizás a finales del 75 a. C. Pompeyo y Metelo se unieron al final de esta campaña para intentar tomar Calagurris, ciudad defendida por el propio Sertorio. El fracaso de ambos les costó diez mil soldados, frente a los mil doscientos de Sertorio, y los obligó a retirarse y esperar una nueva campaña después del invierno.
Durante el 73 a. C., Pompeyo, sin la ayuda de Metelo, llevó a cabo una intensa campaña de conquistas en la Celtiberia. Esto obligó a Sertorio a fortalecerse en el valle del Ebro (especialmente en las ciudades de Ilerda, Osca y Calagurris). Las fortalezas de Sertorio en la costa, como Tarraco y quizás Dianium, también cayeron durante estos meses. Finalmente, en el 72 a. C., una conspiración de sus colaboradores más cercanos, liderada por Marco Perpenna y apoyada por otros, puso fin a su vida durante un banquete organizado por Perpenna en su villa de Osca.
Marco Perpenna asumió el control de las pocas fortalezas que seguían apoyando la rebelión. Sin embargo, poco después fue derrotado en combate por Pompeyo, hecho prisionero y ejecutado. Con su ejecución, Pompeyo evitó que Perpenna usara correspondencia que comprometía a muchos nobles romanos en la revuelta.
En ese momento, varias ciudades se rindieron a Pompeyo, incluyendo Osca. También se rindieron los vascones que habían sido leales a Sertorio. Solo cuatro ciudades se resistieron: Tiermes, Uxama (Osma), Clunia y Calagurris. Todas fueron tomadas por los soldados romanos. La resistencia de Calagurris fue notable. La mayoría de los seguidores de Sertorio que lograron escapar huyeron a Mauritania o se unieron a los piratas.
La figura de Sertorio ha sido vista de diferentes maneras a lo largo de la historia. Algunos, como Plutarco, lo veían de forma positiva, mientras que otros, como Apiano, tenían una opinión contraria.
El legado de Sertorio
Sertorio es recordado por su deseo de integrar a los pueblos locales en la cultura romana. A diferencia de muchos de sus compatriotas, que veían las tierras conquistadas solo como una fuente de riquezas y recursos, Sertorio buscó hacer de ellos ciudadanos romanos. Logró crear una especie de "República Romana en miniatura" o un "Estado Romano paralelo" en la provincia más importante de la República en ese momento.
Véase también
En inglés: Quintus Sertorius Facts for Kids