Rodrigo Díaz de Vivar para niños
Datos para niños Rodrigo Díaz |
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Señor de Valencia | ||
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Ejercicio | ||
17 de junio de 1094-1099 | ||
Sucesor | Jimena Díaz | |
Información personal | ||
Nombre completo | Ruderico (latín) | |
Nacimiento | c. 1048 ¿Vivar? |
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Fallecimiento | 1099 Valencia |
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Sepultura | Catedral de Valencia (1099) Monasterio de San Pedro de Cardeña (1102) Catedral de Burgos (1921) |
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Familia | ||
Padre | Diego Laínez o Flaínez | |
Consorte | Jimena Díaz | |
Hijos | Cristina, Diego y María | |
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Firma | ![]() |
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Rodrigo Díaz de Vivar (nacido alrededor de 1048, posiblemente en Vivar del Cid, y fallecido en Valencia en 1099), conocido como el Cid Campeador, fue un importante líder militar de Castilla. Logró controlar una gran parte del este de la península ibérica a finales del siglo XI. Conquistó la ciudad de Valencia y estableció allí un gobierno independiente desde 1094 hasta su muerte. Su esposa, Jimena Díaz, continuó gobernando Valencia hasta 1102.
Aunque más tarde se le consideró un héroe de Castilla, Rodrigo Díaz trabajó para diferentes líderes, tanto cristianos como musulmanes. Luchaba por sus propios intereses, lo que hace que algunos lo vean como un mercenario, un soldado profesional que ofrecía sus servicios a cambio de dinero.
Es una figura histórica y legendaria de la Reconquista. Su vida inspiró el Cantar de mio Cid, una de las obras más importantes de la literatura española. Se le conoce como «el Campeador» (que significa 'experto en batallas') o «el Cid» (que viene de una palabra árabe que significa 'señor').
Contenido
¿Qué significan "Cid" y "Campeador"?
El apodo "Campeador" se usaba para Rodrigo Díaz mientras vivía. Aparece en un documento de 1098 firmado por él mismo, donde se lee "ego Rudericus Campidoctor". Las fuentes árabes de la época también lo llamaban "alkanbīṭūr" o "alqanbīṭūr", que significa 'el Campeador'.
El sobrenombre "Cid" (que también se usó para otros líderes cristianos) pudo haber sido un título de respeto que le dieron sus contemporáneos en Zaragoza o, más probablemente, en Valencia después de que conquistara la ciudad en 1094. La primera vez que aparece escrito como "Meo Çidi" es en el Poema de Almería, escrito entre 1147 y 1149.
La combinación "Cid Campeador" se encuentra por primera vez alrededor del año 1200 en el Linaje de Rodrigo Díaz y en el Cantar de mio Cid.
La vida de Rodrigo Díaz
¿Cuándo y dónde nació el Cid?
Rodrigo Díaz nació a mediados del siglo XI, probablemente en 1048. La tradición dice que nació en Vivar del Cid, cerca de Burgos. Sin embargo, no hay documentos de su época que lo confirmen. La primera vez que se menciona a Vivar en relación con el Cid es en el Cantar de mio Cid (alrededor de 1200).
¿De dónde venía su familia?
Se ha debatido mucho sobre la familia del Cid. Algunos historiadores pensaban que venía de una familia noble de bajo rango, lo que encajaba con la idea de un héroe que asciende por su propio esfuerzo. Sin embargo, otros documentos lo describen como un "varón ilustrísimo" o "descendiente del más noble linaje", lo que sugiere que venía de una familia importante.
Estudios más recientes indican que Rodrigo Díaz heredó muchas propiedades de su padre, algo que solo era posible para una familia de la alta nobleza. Además, su madre, cuyo apellido era Rodríguez, venía de una de las familias más importantes de la nobleza castellana. Esto significa que Rodrigo Díaz estaba conectado con familias muy poderosas de su tiempo.
En resumen, es muy probable que Rodrigo Díaz perteneciera a la alta aristocracia, tanto por parte de su madre como, posiblemente, por parte de su padre.
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Froiloba Bermúdez |
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Muño Flaínez |
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Rodrigo Álvarez |
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Flaín Muñoz |
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Diego Flaínez |
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María, Sancha o Teresa Rodríguez |
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Diego Laínez |
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Rodrigo |
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En la línea de primer grado se muestran las dos variantes más aceptadas sobre los posibles padres de El Cid.
Su juventud al servicio del rey Sancho II

Desde muy joven, Rodrigo Díaz sirvió al príncipe Sancho, quien más tarde sería el rey Sancho II de Castilla. Allí aprendió a usar las armas y también a leer y escribir. Se sabe que firmó un documento en 1098 para la Catedral de Valencia. También tenía conocimientos de leyes, pues el rey le pidió que resolviera algunos problemas legales.
Es posible que Rodrigo Díaz acompañara al ejército de Sancho II en la batalla de Graus en 1063. Cuando Sancho II se convirtió en rey de Castilla en 1065, el Cid fue uno de sus hombres de confianza. Pudo haber sido su "armígero real", una especie de escudero que llevaba las armas del rey en ceremonias.
Rodrigo luchó junto a Sancho en las guerras contra sus hermanos, Alfonso VI de León y García de Galicia. Los hermanos se peleaban por el control del reino. Las habilidades de Rodrigo en la batalla destacaron en las victorias de Llantada (1068) y Golpejera (1072). Después de estas batallas, Sancho se hizo con el control de León y Galicia. Es probable que en estas campañas Rodrigo Díaz se ganara el apodo de "Campeador".
Tras la muerte de Sancho II, su hermano Alfonso VI se convirtió en rey de Castilla, León y Galicia.
Al servicio de Alfonso VI

Las relaciones entre Alfonso VI y Rodrigo Díaz fueron buenas al principio. Aunque el Cid no tuvo cargos tan importantes como otros nobles, el rey lo nombró juez en algunos casos. Además, Alfonso VI arregló un matrimonio honorable para Rodrigo con Jimena Díaz entre 1074 y 1076. Tuvieron tres hijos: Diego, María y Cristina. Este matrimonio con una familia noble importante demuestra la buena relación entre el Cid y el rey en ese momento.
En 1079, Alfonso VI envió al Campeador a cobrar los tributos (llamados "parias") del rey de Sevilla. Durante esta misión, otro rey, Abdalá ibn Buluggin de Granada, atacó al rey de Sevilla. El Cid defendió al rey de Sevilla y venció a Abdalá en la batalla de Cabra. En esta batalla, otro noble castellano, García Ordóñez, fue capturado. Algunos creen que este evento causó la enemistad entre Alfonso y Rodrigo, pero en realidad, el Cid estaba protegiendo los intereses del rey Alfonso al asegurar el pago de los tributos.
Los problemas con Alfonso VI surgieron en 1080. Después de repeler un ataque, Rodrigo Díaz persiguió a las tropas enemigas y saqueó una zona del reino de Toledo, que estaba bajo la protección de Alfonso VI.
Primer destierro: al servicio de Zaragoza
Debido a este incidente, el rey Alfonso VI desterró a Rodrigo Díaz y le quitó sus bienes. A finales de 1080 o principios de 1081, el Campeador tuvo que buscar un nuevo señor. Ofreció sus servicios a los reyes de las taifas (reinos musulmanes), algo que no era raro en esa época.
Desde 1081 hasta 1086, Rodrigo Díaz y sus hombres (su "mesnada") sirvieron al rey de Zaragoza, al-Mutamán. El Cid lideró campañas militares para al-Mutamán. En 1082, derrotó a una alianza formada por el gobernador de Lérida y el conde de Barcelona, Berenguer Ramón II, en la batalla de Almenar.
En 1084, el Cid volvió a ganar una batalla importante, la batalla de Morella, contra el rey de Lérida y el rey de Aragón, Sancho Ramírez. En alguna de estas victorias, la gente de Zaragoza pudo haberlo aclamado con la palabra árabe "sīdī" ('mi señor'), que dio origen al apodo "Cid".
Reconciliación con Alfonso VI
En 1085, Alfonso VI conquistó Toledo. En 1086, un ejército almorávide (musulmanes del norte de África) llegó a la península y derrotó a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas. Ante esta nueva amenaza, Alfonso VI necesitaba a sus mejores guerreros. Es posible que se reconciliara con el Cid en este momento.
Rodrigo regresó a la corte de Alfonso en 1087. Luego se dirigió a Zaragoza y, junto al rey de allí, fue a Valencia para ayudar al rey al-Qadir, que estaba siendo atacado. El Cid logró defender Valencia. Después, el Cid comenzó a cobrar los tributos de Valencia para sí mismo, estableciendo su propia influencia en la zona.
Segundo destierro y su dominio en el Levante
A finales de 1088, hubo un nuevo desacuerdo entre el Cid y Alfonso VI. El rey Alfonso estaba asediando una fortaleza y le ordenó al Cid que se uniera a él. Sin embargo, el Cid no llegó al encuentro, ya sea por problemas logísticos o por decisión propia. Como castigo, Alfonso VI desterró al Cid de nuevo y le quitó sus bienes.
A partir de este momento, el Cid actuó como un líder independiente. En 1089, saqueó la taifa de Denia y luego se acercó a Murviedro (actual Sagunto). El rey de Valencia, al-Qadir, comenzó a pagarle tributos para obtener su protección.
En 1090, el Cid derrotó nuevamente al conde de Barcelona, Berenguer Ramón II, en la Batalla de Tévar. Después de estas victorias, el Cid se convirtió en la figura más poderosa del este de la península. Estableció un protectorado sobre varias ciudades y reinos, que le pagaban tributos.
En 1092, el Cid reconstruyó la fortaleza de Peña Cadiella como base. Alfonso VI intentó recuperar su influencia en Valencia, pero el Cid ya era demasiado fuerte. La amenaza de los almorávides, que eran muy poderosos, llevó al Cid a tomar una decisión importante: conquistar Valencia para establecer su propio señorío hereditario, sin depender de ningún rey cristiano.
La conquista de Valencia

A finales de 1092, el líder de Valencia, Ibn Ŷaḥḥāf, ejecutó a al-Qadir, quien estaba bajo la protección del Cid. Rodrigo se enfureció y regresó a Valencia. Sitió la fortaleza de Cebolla, cerca de la capital, y la tomó en 1093. Esta fortaleza le sirvió como base para atacar Valencia.
El Cid comenzó a cercar la ciudad. Valencia pidió ayuda a los almorávides, pero su ejército se retiró. La ciudad sufrió mucho por la falta de alimentos. La gente llegó a comer ratas y perros. Finalmente, Valencia se rindió el 17 de junio de 1094. El Cid tomó la ciudad y se proclamó "príncipe Rodrigo el Campeador".
La presión almorávide continuó. En septiembre de 1094, un ejército almorávide asedió Valencia, pero el Cid los derrotó en la Batalla de Cuarte. Fue la primera vez que un ejército cristiano vencía a los almorávides.
El Cid castigó severamente a Ibn Ŷaḥḥāf por la muerte de al-Qadir. Para asegurar su nuevo señorío, Rodrigo se alió con el rey de Aragón, Pedro I, y tomó el Castillo de Serra y Olocau en 1095.
En 1097, otra incursión almorávide intentó recuperar Valencia, pero el Campeador, con la ayuda de Pedro I, los derrotó en la batalla de Bairén. Ese mismo año, el único hijo varón del Cid, Diego Rodríguez, murió luchando junto a Alfonso VI contra los almorávides en la Batalla de Consuegra. A finales de 1097, el Cid tomó Almenara y en 1098 conquistó Sagunto, consolidando su control sobre Valencia.
También en 1098, el Cid consagró la nueva Catedral de Santa María en Valencia, que antes había sido una mezquita. Se consideraba un gobernante autónomo, aunque no tenía sangre real. Sus alianzas militares se fortalecieron con matrimonios. Sus hijas se casaron con importantes nobles: Cristina con el infante Ramiro Sánchez de Pamplona y María con Ramón Berenguer III, conde de Barcelona. Esto hizo que los descendientes del Cid se emparentaran con reyes de España.
Muerte y legado

Rodrigo Díaz falleció en Valencia en 1099, posiblemente en mayo o julio. Su esposa, Jimena, intentó defender la ciudad con la ayuda de su yerno, pero en mayo de 1102, la familia del Cid y sus seguidores abandonaron Valencia, que fue incendiada. Al día siguiente, los almorávides la reconquistaron.
El Cid fue enterrado inicialmente en la catedral de Valencia. Después, sus restos fueron llevados al Monasterio de San Pedro de Cardeña. A lo largo de los siglos, sus restos fueron trasladados varias veces. Desde 1921, reposan junto a los de su esposa, Doña Jimena, en la Catedral de Burgos.
El Cid en la cultura y el arte
La figura del Cid ha inspirado muchas obras a lo largo de la historia.
Literatura
Las primeras historias sobre el Cid vienen de fuentes árabes del siglo XI. Aunque a veces lo llamaban "tirano" o "perro enemigo", también admiraban su gran habilidad en la guerra.
Las fuentes cristianas, como el Poema de Almería (alrededor de 1148), ya lo presentaban como un héroe invencible. La Historia Roderici (alrededor de 1190) es una crónica en latín que ofrece datos más fiables sobre su vida, aunque con algunas lagunas.

Con el tiempo, la leyenda del Cid creció. Se inventaron detalles y se omitieron otros para presentarlo como un héroe cristiano perfecto. El Carmen Campidoctoris, un poema latino de 1190, ya lo elogiaba como a un héroe clásico.
El Cantar de mio Cid, escrito entre 1195 y 1207, es el poema épico más importante sobre él. Narra los hechos de la última parte de su vida, como su destierro y la conquista de Valencia. El Cid del Cantar es un personaje equilibrado y prudente. Muestra buenas relaciones con muchos musulmanes, lo que refleja la convivencia de la época.

Las crónicas medievales también añadieron elementos legendarios, como el episodio de la Jura de Santa Gadea, que hoy se sabe que es una invención literaria.
En el siglo XIV, las Mocedades de Rodrigo se centraron en su juventud, imaginándolo como un personaje altivo que incluso invadía Francia.
La Leyenda de Cardeña le dio al Cid un carácter más piadoso, contando historias sobre sus últimos días y su entierro en el monasterio. Aquí aparecen elementos como sus famosas espadas, Colada y Tizona, y su caballo Babieca.
A partir del siglo XV, la figura del Cid se popularizó en los romances. Se añadieron historias sobre su juventud, sus amores con Jimena y actos de caridad, como ayudar a un leproso.
En el Siglo de Oro, el Cid fue protagonista de obras de teatro, como Las mocedades del Cid de Guillén de Castro, que inspiró la famosa obra Le Cid de Corneille en Francia.
En el siglo XIX, los románticos también se interesaron por el Cid, con obras de teatro y novelas históricas que recreaban su leyenda.
En el siglo XX, se hicieron adaptaciones modernas del Cantar de mio Cid y nuevas novelas que exploraban su figura.
Pinturas
Numerosas pinturas han representado escenas de la vida del Cid, tanto históricas como legendarias. Algunas de las más conocidas son:
- Primera hazaña del Cid, de Juan Vicens Cots (1864).
- Jura de Santa Gadea, de Marcos Hiráldez Acosta (1864).
- Las hijas del Cid, de Dióscoro Puebla (1871).
- Se va ensanchando Castilla, de Marceliano Santa María (1906).
Cine, televisión y videojuegos
El Cid ha sido protagonista de muchas producciones:
- En 1961, se estrenó la famosa película El Cid, dirigida por Anthony Mann y protagonizada por Charlton Heston.
- En 1980, se lanzó la serie de animación Ruy, el pequeño Cid, que narra las aventuras de un Cid niño.
- En 2003, se realizó la película animada El Cid: La leyenda.
- El Cid también aparece como personaje en videojuegos como Age of Empires II: The Conquerors (2000) y Medieval: Total War (2001).
- En 2020, Amazon Prime Video estrenó la serie El Cid.
Música y Ópera
La figura del Cid ha inspirado óperas y canciones.
- El compositor Giovanni Paisiello creó la ópera Il gran Cid en 1775.
- Jules Massenet compuso la ópera Le Cid en 1885.
- El grupo de rock español Tierra Santa dedicó su álbum Legendario a la leyenda del Cid.
Galería de imágenes
-
Francisco de Goya, «El Cid Campeador lanceando otro toro», grabado n.º 11 de La tauromaquia, 1816
-
Iglesia de San Miguel (siglo XI) de San Esteban de Gormaz, localidad donde Rodrigo Díaz tenía dominios.
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Estatua ecuestre del Cid en Burgos, fundida por Juan Cristóbal González Quesada e inaugurada en 1955.
-
Cartel de la ópera de Jules Massenet Le Cid, con ilustración de Georges Clairin para el Teatro Nacional de la Ópera de París.
Véase también
En inglés: El Cid Facts for Kids