robot de la enciclopedia para niños

Peronismo para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Eva&Juan
Juan Domingo Perón, fundador del movimiento peronista, junto a su esposa Eva Duarte.

El peronismo o justicialismo es un movimiento político argentino basado en las ideas y el legado del presidente argentino Juan Perón (1895-1974). Ha sido un movimiento influyente en la política argentina. Desde 1946, los peronistas han ganado 10 de las 13 elecciones presidenciales en las que se les ha permitido presentarse. El principal partido peronista es el Partido Justicialista. Las ideas de cada presidente eran diferentes, pero la ideología general ha sido descrita como "una vaga mezcla de nacionalismo y laborismo" o populismo.

Juan Perón se convirtió en ministro de Trabajo de Argentina después de participar en el golpe militar de 1943 y fue elegido presidente de Argentina en 1946. Introdujo programas sociales que beneficiaron a la clase trabajadora, apoyó a los sindicatos y pidió una participación adicional del Estado en la economía. Además ayudó a los industriales. Perón fue muy popular y ganó aún más admiración a través de su esposa, Eva, quien defendió los derechos de los trabajadores migrantes y era amada por la gente. Debido al aumento de la inflación y otros problemas económicos, los militares derrocaron a Perón en 1955. El partido peronista fue prohibido y no fue hasta 1973 que se volvieron a celebrar elecciones abiertas. En las elecciones de 1973, Perón fue elegido nuevamente presidente. Murió al año siguiente y su viuda, Isabel, ocupó su lugar como presidenta. La muerte de Perón provocó desunión y los militares derrocaron a Isabel en 1976.

El peronista Carlos Menem fue presidente de 1989 a 1999. Sus políticas fueron muy diferentes a las de los peronistas anteriores, se centró en la privatización, las políticas de libre mercado y las relaciones internacionales. El peronista Néstor Kirchner fue presidente de 2003 a 2007, y su esposa Cristina Fernández de Kirchner fue presidenta de 2007 a 2015. Según The Economist, los Kirchner regresaron al "nacionalismo económico y a la casi autarquía". La ideología de los Kirchner se conoce como kirchnerismo.

Etimología

La palabra “justicialismo” proviene de una de las tres grandes banderas de esta ideología, la justicia social, y fue sugerida por primera vez por Eduardo Raúl Stafforini, especialista en Derecho laboral y funcionario de la Secretaría de Trabajo y Previsión cuando Perón se desempeñaba como secretario de Trabajo.

Archivo:Archivo General de la Nación Argentina 1945 Buenos Aires Plaza de Mayo el 17 de octubre, pies en el agua
Histórica foto conocida como Las patas en la fuente, del 17 de octubre de 1945, fecha fundacional del peronismo.
Archivo:Escudo de la Provincia de Presidente Perón -sin silueta-
Primer escudo del Partido Peronista, 1946-1955.
Archivo:Bandera del Partido Justicialista
Bandera del Partido Justicialista.

El Estado de Bienestar peronista

El Estado de Bienestar construido durante los dos primeros gobiernos de Perón es la obra más valorada por los simpatizantes del peronismo. Una de las observaciones críticas más habituales de los antiperonistas, es que las leyes laborales no fueron obra de Perón, sino de los socialistas. La respuesta también habitual de los peronistas es que las leyes estaban, pero no se cumplían. En gran medida ambas cosas son ciertas. Si bien el peronismo sancionó importantes leyes para garantizar derechos laborales (Constitución de 1949, Peón rural, estatutos profesionales, jubilaciones), el aspecto central de su política laboral fue crear un Estado de Bienestar capaz de garantizar el cumplimiento de las leyes laborales y de seguridad social. Ese Estado de Bienestar se construyó sobre cuatro pilares principales:

  1. Creación en 1949 del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, con una activa policía de trabajo con facultades en todo el país (hasta 1943 había sido un Departamento Nacional de escaso poder y escasa capacidad de acción fuera de la Ciudad de Buenos Aires; Perón lo jerarquizó a Secretaría ese año);
  2. Creación de la Fundación Eva Perón en 1948 que canalizó la ayuda social a los más necesitados, sobre todo niños, mujeres y ancianos;
  3. Creación de los tribunales laborales en 1944;
  4. Fortalecimiento de los sindicatos y las convenciones colectivas (Ley 14.250 de 1952).

Otras medidas sociales importantes tomadas por el primer peronismo fueron la creación en 1947 del Consejo Económico Social integrado por el gobierno, y las organizaciones sindicales y patronales; la creación por ley N.º 13.229 de la Universidad Obrera Nacional en 1948; la aprobación de Plan de Turismo Infantil de 1950; y la gratuidad de la enseñanza pública secundaria (10 de marzo de 1952) y universitaria (Decreto N° 29.337 del 22 de noviembre de 1949).

El resultado de la política social de Perón fue una importante redistribución de la riqueza a favor de los sectores trabajadores y más desposeídos, con una política para mejorar tanto el salario directo como del salario indirecto (educación y salud públicas, turismo social, etc.). Los economistas Pablo Gerchunoff y Lucas Lach resumieron del siguiente modo la evolución favorable del salario real durante el peronismo:

A pesar de las buenas relaciones entre el gobierno y los gremios durante el período anterior a Perón, los salarios reales apenas habían aumentado entre 1943 y 1945. A partir de ese año los salarios crecieron a una tasa récord, aumentando 62% entre el último de esos años y 1949... El incremento de los salarios reales llevó a una distribución del ingreso nacional más equitativa. Se ha calculado que el componente salarial del ingreso nacional superó, por primera vez en la historia, a la retribución obtenida en concepto de ganancias, intereses y renta de la tierra. En 1948, aquel ascendía a 53%, contra 47% de éste, lo que se comparaba favorablemente con la situación imperante sólo un lustro atrás, cuando los trabajadores percibían 44,4% y los empresarios, capitalistas y rentistas recibían 55,6%.

La política económica peronista

La política económica del primer peronismo estuvo apoyada en cuatro grandes líneas:

  1. Ampliación del mercado interno, a través de la inclusión de sectores marginados y aumento de los ingresos y salarios de los sectores más postergados;
  2. Intervención y regulación de la economía por parte del Estado, incluyendo nacionalización de sectores estratégicos;
  3. Promoción de la industrialización y la producción nacional;
  4. Planeamiento económico.

1. Mercado interno. La ampliación del mercado interno se produjo principalmente a través de la política social y laboral.
2. Estado. En algunos casos el peronismo amplió las funciones de algunas reparticiones y empresas del Estado que ya existían, varias de ellas creadas en la década anterior, como el Banco Central (que nacionalizó), el Banco Nación, la Junta Nacional de Carnes, la Junta Nacional de Granos y la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). A ello se sumó la creación del IAPI al que se le atribuyó el monopolio del comercio exterior; de una empresa estatal siderúrgica (SOMISA) y la elaboración de un Plan Nacional Siderúrgico, dirigida por el general Manuel Savio; la nacionalización de los ferrocarriles y creación de la empresa Ferrocarriles Argentinos, la nacionalización del servicio telefónico y creación de la empresa ENTel, la creación de la empresa Agua y Energía Eléctrica; nacionalización del grupo naviero Dodero; creación de la empresa Aerolíneas Argentinas; creación de la empresa Gas del Estado.
3. Industrialización y producción nacional. El peronismo promovió la industrialización y la producción nacional, ampliando el mercado interno, créditos públicos, a través de las empresas estatales, o por medio de políticas tarifarias y de compras preferenciales del Estado, como el "compre nacional".
4. Planeamiento. El primer peronismo le dio una gran importancia al planeamiento macroeconómico, aprobando dos planes quinquenales, el primero para el período 1947-1952 y el segundo para el período 1953-1958.

La llegada del peronismo al poder se produce en plena posguerra mundial, lo cual significaba la debilidad económica de una Europa en ruinas, y el liderazgo creciente de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental. En este escenario, Argentina se encontraba por primera vez en su historia en la posición de acreedor de los países centrales, gracias a las exportaciones de carnes y granos a las potencias beligerantes. El principal deudor era el Reino Unido que ante la emergencia declaró su iliquidez, bloqueando la libre disponibilidad de esos montos. El gobierno peronista optó por utilizar parcialmente esos créditos para adquirir empresas de servicios públicos de capital británico, como fue el reconocido caso de los ferrocarriles que emisarios ingleses venían intentando vender desde 1938. En septiembre del '46, el gobierno peronista impulsó el tratado Miranda-Eady, que creaba la "Sociedad Mixta en FF.CC.", donde, amén de otros privilegios concedidos al capital británico, se le reconocía una abultada inversión de $2000 millones, se le garantizaba una ganancia mínima del 4 % anual ($80 millones), y la exención ilimitada de aranceles de importación. (dicho tratado cayó ante la presión del secretario del tesoro de EE. UU., el cual obligaba al Reino Unido a cancelar sus deudas al contado).

La bonanza económica de la Argentina continuaba, impulsada por el creciente mercado que se había formado por la baja de las importaciones provenientes de los países en guerra. Esto permitió al gobierno aplicar una vasta política de bienestar que incluía la efectivización de nuevos derechos sociales, como períodos de vacaciones y descanso, planes de vivienda, inversiones en salud y educación, etcétera. Estas conquistas sociales fueron ampliamente capitalizadas por las figuras de Perón y su esposa, Eva Perón, que manejaba una fundación de asistencia social financiada principalmente con fondos estatales y algunos aportes empresarios. Las nacionalizaciones y estatizaciones de los servicios públicos, como los ferrocarriles británicos, fueron proclamados como conquistas de soberanía e independencia económica.

No obstante, el contexto mundial pronto dejó de ser favorable ya que los Estados Unidos mediante el Plan Marshall, comenzó a ubicar sus excedentes agrícolas en Europa limitando el acceso al mercado de los alimentos argentinos.

A partir de 1950, la situación económica comienza a empeorar y un nuevo ministro de Asuntos Económicos, Alfredo Gómez Morales, aplicó medidas de corte ortodoxo, como el ajuste del gasto público; Perón, que había declarado una vez que "se cortaría las manos" antes que endeudar a la Nación comprometiendo su independencia económica, contrajo finalmente un préstamo con el Banco de Exportaciones e Importaciones de Estados Unidos (Eximbank) y firmó contratos de explotación petrolífera con compañías extranjeras.

Eva Perón

Eva Perón jugó un papel muy importante entre 1946 y 1952, fecha esta última en la que falleció. En el peronismo, Eva Perón tiene un lugar de máxima importancia simbólica, ya sea desde su propio origen como mujer trabajadora, migrante interna y humilde, ya sea desde el punto de vista de los derechos de la mujer y de su propia condición de mujer —en una época en la que no era frecuente que las mujeres actuaran en política y tenían prohibido ocupar cargos electivos— como desde su tarea de ayuda social a los humildes a través de la Fundación Eva Perón, o desde la relación estratégica que mantuvo con los sindicatos, que llegó a proponerla como candidata vicepresidente de la Nación. Eva Perón mantuvo una fuerte confrontación con los sectores no peronistas a los que denominaba "los oligarcas". Al morir Eva Perón fue embalsamada y llevada a la Confederación General del Trabajo.

En la doctrina peronista resultan de gran importancia los discursos de Eva Perón, entre los que se destaca el conocido como Renunciamiento de Eva Perón, y los dos libros que escribió, La razón de mi vida (1951) y Mi mensaje (1952).

Situación política y económica

Durante la Segunda Guerra Mundial, Argentina llenó sus arcas de dinero mediante la exportación de materias primas (cereales y carnes, principalmente) a los países beligerantes europeos (sobre todo a Gran Bretaña). Fue una época de gran prosperidad para el país. Sin embargo, dicha situación cambió, ya que Estados Unidos colocó sus excedentes agrícolas en Europa, lo cual generó que se limitaran las exportaciones de Argentina. Además, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1949, los mercados se retrajeron y esto trajo aparejado una gran reducción en las exportaciones argentinas (de productos primarios). Por otra parte, las reservas acumuladas se consumieron desmesuradamente, finalizando de este modo, con el período de gran prosperidad económica. La crisis tocaba la puerta del país.

No obstante a lo acontecido, el gobierno tenía la esperanza de que el desarrollo de la industria sacara al país de la situación en la cual se encontraba. Pero para ello, era necesario el uso de combustibles, acero, maquinarias y demás repuestos que el país, en ese momento, carecía.

Para salir de la situación, en 1952, el gobierno decidió llevar a cabo un segundo plan Quinquenal, el cual tuvo vigencia entre 1953 y 1957. Este, planteaba básicamente como objetivo fundamental, asegurar el desarrollo de la economía social por medio de actividades que ayuden a gestar la independencia económica del país. Con este fin, el Estado se reservaba el manejo del comercio exterior, guiado por el propósito de defender la producción Nacional y obtener términos de intercambios justos y equitativos. Su empresa estaba también orientada a la consolidación y diversificación de los mercados de importación y exportación, en los cuales se veía involucrado el país.

Además se hicieron algunos ajustes, que consistieron en: restringir el consumo interno, por lo cual fueron eliminados subsidios a diversos bienes de uso popular; se estableció una veda parcial al consumo de carne; y se levantó el congelamiento de los alquileres. Por otra parte se proclamó “la vuelta al campo”, donde el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) invirtió su mecanismo y emprendió la tarea de estimular a los productores rurales con precios retributivos.

Según el historiador Luis Alberto Romero, “Esta política [...] apuntaba a aumentar la disponibilidad de divisas para seguir impulsando el desarrollo del sector industrial”. Sin embargo, algunas ramas del ámbito industrial (metalúrgicas, petroquímicas, entre otras) continuaban estancadas. Debido a la maquinaria obsoleta, el deterioro de los servicios, donde se destacaban la escasa electricidad y los deficientes transportes, sobre todo ferroviarios, los cuales no fueron renovados por el Estado.

Para desarrollar el sector industrial y salir de la crisis (la cual había generado disconformidad en los sindicatos y en el Ejército) se limitó el crédito industrial y el uso de las divisas, y se dio prioridad a las empresas grandes, sobre todo, a las industrias de bienes de capital. Uno de estos casos, fue la reactivación de la empresa siderúrgica SOMISA. Otra medida consistió en el congelamiento por dos años de los contratos colectivos de trabajo. Otro ‘gesto’ importante del Estado fue que, en 1955, incentivó que empresarios y sindicalistas se juntaran para discutir sobre temas inherentes a las relaciones laborales. También, el gobierno, se enfocó en atraer capitales extranjeros. Un proyecto de gran importancia fue el petrolero. Argentina realizó un acuerdo con una filial de la Standard Oil de California, que consistía en la explotación de 40 000 (cuarenta mil) hectáreas en la provincia de Santa Cruz, pero no fue aprobado en el Congreso por oposición de diputados radicales y la renuencia de los propios legisladores peronistas.

Todas estas medidas generaron la reducción de la inflación, y el re-equilibrio de la balanza de pagos. Pese a eso, no se obtuvieron cambios significativos en lo que respecta al agro y a la industria.

Situación y participación de la mujer

El peronismo tomó medidas muy importantes para promover la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre. En 1947 sancionó la ley de reconocimiento de los derechos políticos de la mujer (sufragio femenino), que estableció la sufragio universal en Argentina a partir de las elecciones de 1951. A partir de la sanción de reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, el peronismo organizó el Partido Peronista Femenino, que promovió una amplia participación de las mujeres en la política, como militantes y como dirigentes. La propia situación destacada de Eva Perón dentro del movimiento fue un ejemplo de esa alta participación de las mujeres en el peronismo.

Como consecuencia de las elecciones legislativas de 1951, asumieron 23 diputadas nacionales, todas ellas por el Partido Peronista, ya que ninguna diputada fue elegida por los partidos de oposición. Esas 23 primeras diputadas fueron: Delia Parodi (elegida Vicepresidenta primera de la Cámara de diputados en 1953), Judith Élida Acuña (Corrientes), Generosa D. Aguilar de Medina (Salta), Magdalena Álvarez de Seminario (Buenos Aires), Celfa Argumedo de Pedroza (Mendoza), Josefa Biondi (Santa Fe), Josefa D. Brigada de Gómez (Santa Fe), María Elena Casuccio (Buenos Aires), María C. Caviglia de Boeykens (Entre Ríos), Angélica Esperanza Dacunda (Corrientes), Juana Alicia Espejo de Ramos (Capital Federal), Francisca Ana Flores (Buenos Aires), Dora Matilde Gaeta de Iturbe (Capital Federal), Ana Carmen Macri (Capital Federal), Dominga Ortiz de Sosa Vivas (Santiago del Estero), Mafalda Piovano de Castro (Santiago del Estero), Zulema Noemí Pracánico (Buenos Aires), Seferina del Carmen Rodríguez de Copa (Salta), Celina E. Rodríguez (Buenos Aires), Carmen Salaber (Buenos Aires), María Urbelina Tejada (San Juan), Isabel A. Torterola de Roselli (Santa Fe) y Otilia Villa Maciel de Cano (Tucumán). Varias de ellas fueron desplazadas por la fuerza de sus cargos democráticos por la dictadura autodenominada Revolución Libertadora en 1955.

A ellas se sumaron tres delegadas al Congreso Nacional elegidas por los territorios nacionales: Elena Aída Fernicola (Misiones), Esther Mercedes Fadul (Tierra del Fuego) y Paulina Escardó de Colombo Berra (Chubut), y dos diputadas por nuevas provincias creadas, en elecciones parlamentarias complementarias realizadas en 1952: Josefa Miguel de Tubio (La Pampa) y Obdulia Alvaredo de Blanco Silva (Chaco).

El peronismo también estableció a través de la Constitución de 1949 la igualdad jurídica de mujeres y hombres, aclarando que esa igualdad alcanzaba a "los cónyuges y la patria potestad" (artículo 37, II, 1). Adicionalmente, en 1950 se sanciona el delito de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar (alimentos), para combatir la tendencia de los padres a desentenderse del cuidado económico de los hijos. Cuando la Constitución de 1949 fue dejada sin efecto por la dictadura militar autodenominada Revolución Libertadora, la mujer casada en Argentina volvió a tener un estatus inferior durante varias décadas más. Hasta 1968 se la consideraría legalmente como una incapaz relativa, similar a un menor de edad, y recién en 1985 se estableció su igualdad jurídica con el hombre frente a la patria potestad de sus hijos.

Peronismo y cristianismo

El peronismo atrajo el apoyo de diversos sectores del cristianismo católico ligados a la doctrina social de la Iglesia y su concepto central, la justicia social. La investigadora María Soledad Catoggio identifica cuatro grandes grupos cristianos que apoyaron al primer peronismo: a) el grupo nacionalista ligado al padre Leonardo Castellani; b) un significativo grupo de cuadros proveniente de Acción Católica y la Juventud Obrera Católica (JOC) y los sindicatos católicos, como Emilio Mignone; c) intelectuales católicos provenientes de los Cursos de Cultura Católica, relacionados con la revista Criterio —entre quienes se encontraba el convencional constituyente Pablo A. Ramella—, que se vinculan también a los sectores que adhirieron a las ideas de Jacques Maritain como Arturo Sampay; d) el grupo formado por el sacerdote Hernán Benítez, que trabajó en la Fundación Eva Perón y luego publicaría la revista Rebeldía, durante la resistencia peronista.

Catoggio explica que:

Para diversos analistas la originalidad del peronismo fue la de fundar una concepción propia de lo religioso a partir del empoderamiento de los trabajadores, el culto cívico religioso a su mujer, Eva, y la construcción de un linaje donde se proponía a sí mismo como continuador del "cristianismo primitivo" (Caimari, 1995; Cuchetti, 2005). Este linaje tuvo el doble efecto de generar una diferenciación dogmática con respecto a la autoridad eclesiástica y de mantener al mismo tiempo una interpelación identitaria con sectores del catolicismo identificados con ese modelo histórico-utópico. En tal sentido, la dislocación que produjo el encuentro —y el choque— con el peronismo erosionó la solidaridad corporativa de una institución que hasta entonces se había manejado con principios fuertemente verticales.

La confrontación entre el peronismo y la Iglesia Católica de 1954 y 1955, produjo también un fuerte debate y toma de posiciones, tanto en el seno del peronismo como del catolicismo. Pero la estrecha relación entre el peronismo y el cristianismo continuaría luego del derrocamiento de Perón, y tomaría nuevas formas a partir del Concilio Vaticano II y el surgimiento de la Teología de la liberación basada en la opción por los pobres, influyendo en la Teología del pueblo donde se destacó el pensamiento de Lucio Gera, el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y la creación del movimiento de curas villeros. El papa Francisco, simpatizante del peronismo, se formó y desarrolló su visión pastoral bajo la influencia de esos movimientos.

Ideología o doctrina

El peronismo es un movimiento político amplio, con gran variedad de tendencias, a veces enfrentadas, al igual que otras ideologías políticas internacionales, como el socialismo, el liberalismo, el comunismo, el anarquismo o la democracia cristiana, u otras ideologías políticas nacionales, como el radicalismo.

Hasta que proclamamos nuestra doctrina, frente a nosotros se levantaba triunfante el individualismo capitalista y el colectivismo comunista alargando la sombra de sus alas imperiales por todos los caminos de la humanidad (…) Así nació el justicialismo bajo la suprema aspiración de un alto ideal. El justicialismo creado por nosotros y para nuestros hijos, como una tercera posición ideológica tendiente a liberarnos del capitalismo sin caer en las garras opresoras del colectivismo.
Juan Domingo Perón ante la Asamblea Legislativa en 1952.

Debe reiterarse que los intentos del propio Perón por dar un marco ideológico a su movimiento fueron deliberadamente ambiguos, aunque siempre haciendo referencia a temas nacionalistas y de Justicia Social. Véanse al respecto las Veinte verdades peronistas propuestas por Perón el 17 de octubre de 1950 como el eje sobre el que debería centrarse la doctrina peronista.

Posicionamiento internacional

En el campo de las relaciones internacionales, Perón abogó siempre por esa tercera posición equidistante entre el comunismo soviético y el capitalismo estadounidense, lo que lo llevó a apoyar al Movimiento de Países No Alineados y buscar puntos de contacto con Nasser y Nehru. Lo que no impidió que ratificara el Acta de Chapultepec (1 de agosto de 1946), cediendo a las presiones norteamericanas, para despecho e ira de los sectores nacionalistas de su movimiento.

Hizo siempre profesión de fe hispanoamericanista («El año 2000 nos encontrará unidos o dominados»), de lo que es ejemplo su impulso al ABC, y cultivó buenas relaciones con todos los presidentes de la región: los gobiernos constitucionales de Carlos Ibáñez del Campo en Chile, Enrique Hertzog de Bolivia, y los gobiernos dictatoriales de Alfredo Stroessner en Paraguay y Marcos Pérez Jiménez en Venezuela, quienes le darían asilo luego del golpe de Estado de 1955, y Manuel A Odria en Perú y los también dictatoriales de Anastasio Somoza García de Nicaragua, Eurico Gaspar Dutra en Brasil, y, más adelante, con el de Augusto Pinochet de Chile. En 1954 devolvió al Paraguay los trofeos de guerra de la Guerra de la Triple Alianza: banderas, armas y otras reliquias.

En 1947 en Guatemala, cuando el gobierno de Juan José Arévalo sancionó el Código del Trabajo, las compañías navieras norteamericanas comunicaron que dejarían de prestar servicios en los puertos del país. Esto equivalía prácticamente a un bloqueo, ya que el país no contaba con flota mercante propia. Entonces Arévalo acudió a Perón a través de una misión secreta. En el acto el líder justicialista ordenó al director de la Flota Mercante de Argentina que a partir de ese momento todos los barcos de bandera nacional hicieran escala en Guatemala. Al mismo tiempo, secretamente, los barcos mercantes argentinos llevaron a Guatemala armas para defender la revolución popular guatemalteca.

Seis años después, en la Décima Conferencia Interamericana de 1954, en momentos en que los norteamericanos presionaban para aprobar un proyecto de declaración mediante el cual legitimar su intervención en Guatemala, los representantes argentinos adoptaron una actitud premeditadamente ambigua, junto con México se abstuvieron al votarse un voto de condena al régimen de Árbenz. Ya en la Novena Conferencia Interamericana, de 1948, los representantes argentinos y guatemaltecos habían sostenido una posición conjunta, condenando el colonialismo estadounidense en Puerto Rico, y logrando aprobar la Resolución XXXIII, por la que se propiciaban "métodos pacíficos para abolición del coloniaje".

Las Veinte Verdades Peronistas

Uno de los elementos que constituyen la doctrina peronista son las Veinte Verdades Peronistas, equivalente a los principios del movimiento. Las mismas fueron dadas a conocer por Perón en ocasión del acto realizado el 17 de octubre de 1950, para celebrar el quinto aniversario del Día de la Lealtad. Perón las leyó desde el balcón.

Las Veinte Verdades Peronistas se hicieron muy populares y muchos de sus principios arraigaron en la cultura popular. La primera verdad se refiere a la democracia, a la que define como aquella donde "el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo". Las verdades tercera y cuarta se refieren al trabajo, al que define como un derecho y un deber. La quinta verdad ("para un peronista no puede no haber nada mejor que otro peronista") fue reformada en 1974 para formularla como "para un argentino no puede haber nada mejor que otro argentino". La octava verdad establece la prioridad de poner a la patria por encima del movimiento y recién después los individuos; se combina con la verdad n.º 15 que manda equilibrar los derechos del individuo con los de la comunidad. La verdad n.º 12, muy difundida, establece un valor igualitarista en el que "los únicos privilegiados son los niños". Las verdades n.º 16 y n.º 17 promueve la economía social (el capital al servicio del bienestar social) y la justicia social, respectivamente.

Las siguientes son las Veinte Verdades Peronistas según fueron leídas por Perón el 17 de octubre de 1950:

  1. La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.
  2. El peronismo es esencialmente popular. Todo círculo político es antipopular y, por lo tanto, no peronista.
  3. El peronista trabaja para el Movimiento. El que, en su nombre, sirve a un círculo o a un caudillo, lo es solo de nombre.
  4. No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan.
  5. En la nueva Argentina de Perón, el trabajo es un derecho que crea la dignidad del hombre y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume.
  6. Para un peronista de bien, no puede haber nada mejor que otro peronista.
  7. Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca.
  8. En la acción política, la escala de valores de todo peronista es la siguiente: primero la patria, después el Movimiento y luego los hombres.
  9. La política no es para nosotros un fin, sino solo el medio para el bien de la patria, que es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional.
  10. Los dos brazos del peronismo son la justicia social y la ayuda social. Con ellos, damos al pueblo un abrazo de justicia y amor.
  11. El peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea héroes, pero no mártires.
  12. En la nueva Argentina, los únicos privilegiados son los niños.
  13. Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso, el peronismo tiene una doctrina política, económica y social: el justicialismo.
  14. El justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista.
  15. Como doctrina política, el justicialismo realiza el equilibrio del derecho del individuo con el de la comunidad.
  16. Como doctrina económica, el justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del bienestar social.
  17. Como doctrina social, el justicialismo realiza la justicia social, que da a cada persona su derecho en función social.
  18. Queremos una Argentina socialmente "justa", económicamente "libre" y políticamente "soberana".
  19. Constituimos un gobierno centralizado, un Estado organizado y un pueblo libre.
  20. En esta tierra, lo mejor que tenemos, es el pueblo.

La constitución justicialista de 1949

Una importante fuente de la doctrina justicialista es la Constitución de 1949, una reforma constitucional inserta en la corriente del constitucionalismo social conocida también como la constitución justicialista, que incluyó en la Constitución argentina muchos de los principios del peronismo.

Los principales contenidos doctrinarios incluidos en la Constitución son los siguientes:

  • El objetivo de "constituir una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana" (Prólogo).
  • Derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad, de la educación y cultura (art. 37)
  • La función social de la propiedad, el capital y la actividad económica (arts. 38/40)

El principal doctrinario de la constitución justicialista fue el jurista Arturo Sampay, que entre los libros que escribió se destaca Constitución y pueblo (1974), donde analiza su concepción del derecho constitucional basada en la idea de bien común.

Proyecto educativo

En la búsqueda de una construcción de hegemonía, para algunos sectores, se diseñó un adoctrinamiento político de la juventud para idealizar una "mística peronista". Es decir que logró crear un nuevo imaginario político que redefinió la identidad de importantes sectores sociales a través del sistema educativo nacional.

La tradición liberal, que se entendía hasta el momento como una ideología en donde el estado debe defender al individuo, sus derechos y sus intereses, de la educación fue reemplazada por una doctrina peronista, fortaleciendo una maquinaria de propaganda que se venía dando durante los procesos previos al peronismo y desplazando a la religión por un espacio simbólico social.

Los opositores han sostenido que en algunas universidades el primer gobierno peronista removió a profesores disidentes utilizó recursos del Estado para la actividad del Partido Peronista, e impulsó un culto a la personalidad de Perón y Eva Perón que llegó a impactar los libros de lectura en la escuela primaria.

Los opositores al peronismo consideran que el primer peronismo «disciplinó» de la clase obrera a través de la enseñanza técnica, y de las escuelas y universidades de formación profesional, lo que permitió el crecimiento económico del proyecto nacional, a su vez que promovió el ascenso social de la clase trabajadora, generando una segmentación de mera capacitación y entrenamiento técnico, frenando y excluyendo la movilidad social, anulando ser parte de la sociedad civil para ser parte del Estado peronista. El obrero fue el sujeto pedagógico estandarte del peronismo.

A su vez, generó una promoción de extracción obrera hacia altos cargos en el Estado y en sindicatos, estableciendo posiciones de poder dirigencial. Por lo que los trabajadores encontraron un lugar en el Estado para poder ser parte de las decisiones.

Los discursos de Perón lograron transformar un nuevo sujeto social, que le permitió a la sociedad romper con los armados educacionales que se venían dando, para que florezca uno nuevo, "el sujeto nacional popular".

Ideólogos del peronismo

Perón

Los discursos, actos y obra de gobierno de Perón constituyen una fuente de primera importancia para la doctrina peronista. Entre los historiadores y los peronistas es usual distinguir al "primer Perón", correspondiente al "primer peronismo" y el "último Perón", correspondiente al que volvió a la Argentina del exilio en 1973. Puede distinguirse también otro ciclo ideológico en Perón, correspondiente al exilio entre 1955 y 1972, durante el cual fue ilegalizado y proscripto políticamente.

Eva Perón

Eva Perón tiene una importancia en la doctrina peronista similar a la de Perón. Algunas corrientes del peronismo dan más importancia al pensamiento de Eva Perón que al de Juan Domingo Perón, al que critican algunas posturas y acciones, sobre todo sus relaciones con el grupo parapolicial Triple A. Son importantes sus discursos, su obra y los dos libros que escribió, La razón de mi vida (1951) y Mi mensaje (1952).

Otros ideólogos del peronismo

Otros ideólogos del peronismo tienen mayor o menor influencia, según sean las distintas corrientes. Entre los que poseen mayor consenso se encuentran Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz.

Otros referentes ideológicos de importancia por su influencia dentro del peronismo, ya sea por sus ideas o por su obra, son Miguel Miranda (economista), John William Cooke, Ramón Carrillo, Carlos Astrada, Raimundo Ongaro, Juan José Hernández Arregui, el sacerdote Carlos Mujica, Rodolfo Walsh, Arturo Sampay, Rodolfo Kusch, Andrés Framini, Rodolfo Puiggrós, Saúl Ubaldini, Fermín Chávez, Julio Godio, Norberto Galasso, Jorge Abelardo Ramos, Antonio Cafiero, Julio Bárbaro, Horacio Verbitsky, Salvador Treber, Juan Tedesco, Aldo Ferrer, Adriana Puiggrós, Pino Solanas, Leonardo Favio, Miguel Bonasso y Eduardo Anguita.

El peronismo en la cultura popular

El peronismo, como movimiento político y social, tuvo y sigue teniendo un fuerte correlato cultural, ya sea por los movimientos culturales relacionados (como el "boom del folklore" por ejemplo), o ya sea por la obra de los artistas e intelectuales peronistas en los distintos campos de la cultura.

Música

Archivo:Antonio Tormo
Antonio Tormo, lanzó en 1950 la canción El rancho 'e la Cambicha, que vendió 5 millones de unidades, cifra nunca superada. Allí se inicia el «boom del folklore» en Argentina. Tormo resultaría censurado por peronista a partir de 1955.

En la música, el surgimiento del peronismo se corresponde con el auge de lo que en Argentina se llama "música folklórica" o simplemente "folklore". El primer peronismo (1945-1955) coincide con el auge de la música folklórica, que expresaba a los sectores populares del "interior" de la Argentina, aludidos despectivamente por las clases medias y altas, como "cabecitas negras". Hasta ese momento, la música popular dominante era el tango, género musical surgido en Buenos Aires a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, relacionado con el proceso de inmigración. En 1950 el folklore supera en ventas de discos por primera vez al tango, con la canción "El rancho 'e la Cambicha", cantada por Antonio Tormo, conocido como El Cantor de los Cabecitas Negras. Este éxito discográfico dio inicio al período conocido en la historia de la música argentina como el "Boom del folklore", que hizo desde entonces al género folklórico como uno de los principales de la música popular argentina.

Otro músico peronista de gran impacto en la renovación de la música folklórica en la década de 1960 fue el Chango Farias Gómez, líder de agrupaciones musicales como los Huanca Hua y el Grupo Vocal Argentino. También se destacaron folkloristas como Peteco Carabajal y Pedro Pablo García Caffi (líder del Cuarteto Zupay), Marián Farías Gómez, Teresa Parodi.

En el tango también hubo importantes músicos y letristas peronistas, que influyeron decisivamente en el género. Entre ellos se destacan Enrique Santos Discépolo, Aníbal Troilo, Nelly Omar, Hugo del Carril, José Luis Castiñeira de Dios, entre otros.

En el rock nacional se han identificado públicamente como peronistas músicos como Litto Nebbia y Emilio del Guercio, Ricardo Iorio.

En otros géneros musicales se destacan artistas como Nacha Guevara, Ignacio Copani, Marilina Ross, Leonardo Favio, la Mona Jiménez, Horacio Fontova.

Cine

Durante los dos primeros mandatos presidenciales de Perón, el cine argentino tuvo un importante desarrollo y difusión a nivel hispanoamericano, generando obras como Las aguas bajan turbias de Hugo del Carril, Pino Solanas (La Hora de los hornos, Tangos, El exilio de Gardel), Leonardo Favio (Perón, sinfonía de un sentimiento).

Teatro y actuación

Entre los actores y actrices se cuentan Juan Carlos Gené, Carlos Carella, Florencia Peña, Federico Luppi, Sergio Renán, Haydee Padilla, Victor Laplace, Alejandro Dolina, Diego Capusotto.

Literatura

Leopoldo Marechal, Rodolfo Walsh, Juan Gelman, Francisco "Paco" Urondo, Adolfo Bioy Casares, Julio Cortázar y Germán Rozenmacher.

  • Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges. Uno de los cuentos más conocidos de Borges, donde habla sobre el Peronismo, es “La fiesta del monstruo”. Este cuento está escrito con la colaboración de Bioy Casares bajo el seudónimo de Bustos Domecq en 1947 (un año después que Perón asumió la presidencia), y fue publicado en el año 1955.

Pintura

Entre los principales pintores relacionados con el peronismo se destacan Ricardo Carpani, Numa Ayrinhac y Daniel Santoro. Otros artistas plásticos que han reflejado el peronismo en sus obras son Peti López, Juan Pablo Renzi, Aurelio García, María de los Ángeles Crovetto, Nicolás García Uriburu, Daniela Jozami, entre otros.

Deportes

José María El Mono Gatica, Mary Terán de Weiss, Claudio Morresi, Alejandro Sabella, Marcela "la Tigresa" Acuña, Norma Baylon, Enriqueta Duarte, Miguel Domingo Ballícora, Eduardo Guerrero, Osvaldo Roberto Suárez, Juan Cruz Komar.

Ciencias sociales

Ernesto Laclau, Chantal Mouffe, Rodolfo Puiggrós, Juan José Hernández Arregui, Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, John William Cooke, Gino Germani, Miguel Murmis; Juan Carlos Portantiero, Juristas, médicos y profesionales (Arturo Sampay, Ramón Carrillo), además de Juan Carlos Torre.

Símbolos y fechas

Archivo:Museo del Bicentenario - Afiche Inconmovible
Afiche conmemorativo del segundo aniversario del Día de la Lealtad, conmemorado por primera vez en 1947 (Museo del Bicentenario).

Los principales símbolos del peronismo son la "Marcha peronista", "Evita Capitana" (o "Marcha de las muchachas peronistas"), el gesto de los dedos en ve y el escudo peronista. Los colores del peronismo son el celeste y blanco que simboliza a la Argentina. En los actos peronistas se canta ritualmente también el Himno nacional argentino.

Las principales fechas o sucesos de celebración o recordación del peronismo son:

  • 17 de octubre: Día de la Lealtad. Recuerda y celebra la movilización obrera a Plaza de Mayo en 1945, que obtuvo la liberación de Perón.
  • 1 de mayo: Celebración del Día de los trabajadores.
  • 17 de noviembre: Día de la militancia. Recuerda y celebra la movilización popular del 17 de noviembre de 1972, durante la dictadura de Lanusse, para recibir al general Perón, luego de 17 años de exilio.
  • 1 de julio: Se conmemora el día de la muerte de Juan Domingo Perón.
  • 26 de julio: Se conmemora el día de la muerte de Eva Perón.
  • 27 de octubre: Se conmemora el día de la muerte de Néstor Kirchner. También podría llamarse el “Día de la Juventud Peronista”, ya que la fecha coincide con el Primer Congreso Nacional de la Juventud Peronista, celebrado el 27 de octubre de 1963.
  • 16 de junio: Se recuerda del Bombardeo de la Plaza de Mayo realizado en 1955 por aviones de la Marina de Guerra con apoyo de dirigentes civiles antiperonistas, en el que murieron más de 360 personas.
  • 9 de junio: Se recuerda el levantamiento cívico-militar peronista en 1956, contra la dictadura autodenominada Revolución Libertadora, liderada por el general Juan José Valle, y los fusilamientos realizados por la dictadura, incluyendo los fusilamientos clandestinos de José León Suárez.
  • 11 de marzo: Se recuerda el triunfo en las elecciones presidenciales de 1973, luego de 18 años de proscripción del peronismo.

En el peronismo son importantes también la conmemoración de dos fechas que exceden al movimiento: el 24 de marzo, en que se recuerda a los desaparecidos de la última dictadura militar iniciada ese día en 1976 y se condena el terrorismo de Estado y el 10 de diciembre en el que se festeja la recuperación de la democracia ese día de 1983. También son fecha de celebración en el peronismo, tres fechas patrias: el 25 de mayo (día del primer gobierno patrio), el 9 de julio (independencia nacional) y el 20 de noviembre (Batalla de la Vuelta de Obligado de 1845 contra Inglaterra y Francia).

Peronismo en la actualidad

En las elecciones legislativas de 2021 el Peronismo pierde, por vez primera desde 1983, el quorum mayoritario en el Senado.

  • Partidos políticos:
    • Alianza Electoral Frente de Todos
      • Partido Justicialista
      • Frente Grande
      • Partido de la Victoria
          • Otros
  • Sindicatos
    • Confederación General del Trabajo de la República Argentina
    • Movimiento obrero argentino
    • Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina Ideología: Plural (con mayoría peronista)
    • Unión Obrera Metalúrgica Ideología: Plural (con mayoría peronista)
    • Unión del Personal Civil de la Nación Ideología: Plural (con mayoría peronista)
  • Líderes:

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Peronism Facts for Kids

kids search engine
Peronismo para Niños. Enciclopedia Kiddle.