José Ignacio Rucci para niños
Datos para niños José Ignacio Rucci |
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![]() José Ignacio Rucci en 1972
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![]() Secretario General de la Confederación General del Trabajo |
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11 de junio de 1970-25 de septiembre de 1973 | ||
Predecesor | Francisco Prado | |
Sucesor | Adelino Romero | |
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Información personal | ||
Nacimiento | 15 de marzo de 1924![]() |
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Fallecimiento | 25 de septiembre de 1973![]() |
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Causa de muerte | Herida por arma de fuego | |
Sepultura | Cementerio de la Chacarita | |
Nacionalidad | Argentina | |
Familia | ||
Hijos | Aníbal Rucci, Claudia Rucci | |
Información profesional | ||
Ocupación | obrero metalúrgico y sindicalista | |
Partido político | Partido Justicialista | |
José Ignacio Rucci (nacido en Alcorta, Santa Fe, el 15 de marzo de 1924 – y fallecido en Buenos Aires, el 25 de septiembre de 1973) fue un importante líder de los trabajadores en Argentina. Fue parte de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y llegó a ser secretario general de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) entre 1970 y 1973.
Rucci ayudó a fundar las 62 Organizaciones Peronistas en 1957. Tuvo una relación cercana con Juan Domingo Perón y fue clave para que Perón regresara a Argentina después de 18 años de exilio. También representó a los trabajadores en el Pacto Social de 1973. Falleció en 1973 en un ataque.
Contenido
- ¿Quién fue José Ignacio Rucci?
- Inicios en el Liderazgo Sindical
- El Golpe de Estado de 1955 y la Resistencia
- Las 62 Organizaciones y el Programa de La Falda
- Rucci en los Gobiernos de Frondizi e Illia
- Secretario General de la CGT (Primer Mandato)
- Lanusse y el Apoyo de Perón
- Un Cambio de Rumbo
- Reelección en la CGT
- El Regreso de Perón
- Perón en Buenos Aires
- Campaña y Triunfo Electoral
- El Gobierno de Cámpora y el Pacto Social
- Ezeiza y la Renuncia de Cámpora
- Perón Presidente
- El Asesinato de José Ignacio Rucci
- Reactivación de la Investigación
- Indemnización a la Familia
- Calificación del Hecho
- El Último Mensaje de Rucci
- Consignas y Legado
- Homenajes a Rucci
¿Quién fue José Ignacio Rucci?
José Ignacio Rucci nació el 15 de marzo de 1924 en Alcorta, un pueblo de la provincia de Santa Fe, Argentina. Su padre era de Italia y su madre de Alcorta. Su padre fue un líder de los trabajadores portuarios en Alcorta.
De niño, José Ignacio y su familia se mudaban mucho por el trabajo de su padre en el campo. Él también trabajó desde pequeño. Estudió la escuela primaria en Llambi Campbell y Alcorta, hasta quinto grado.
Cuando era adolescente, su padre dejó a la familia. José Ignacio se mudó con su madre a Rosario. Después de varios años con trabajos temporales, en 1942 se fue a Buenos Aires. En esa época, muchas industrias se estaban instalando allí, atrayendo a jóvenes de otras partes del país.
En Buenos Aires, vivió en una pensión en el barrio de Boedo. Se hizo fanático del club San Lorenzo de Almagro. Su primer trabajo fue lavando copas en una confitería. También trabajó en una fábrica de gaseosas y en otra confitería.
El 17 de octubre de 1945, Rucci fue a la plaza de Mayo con miles de trabajadores para pedir la libertad del general Juan Domingo Perón. Por esto, fue despedido de su trabajo.
Luego, entró a trabajar en la fábrica de automóviles Hispano-Argentina, en Caballito. Allí conoció a Hilario Salvo y Adelino Romero, quienes luego serían líderes de la Unión Obrera Metalúrgica.
En 1947, empezó a trabajar en una fábrica de electrodomésticos. Allí fue elegido delegado de los trabajadores. Cuando lo despidieron, hubo una huelga de siete meses para que lo volvieran a contratar. Por su buen desempeño, la Unión Obrera Metalúrgica lo llamó para participar en las negociaciones entre trabajadores y empresas. Él consideraba este momento el inicio de su carrera como líder sindical.
Inicios en el Liderazgo Sindical
En 1952, fue despedido de su empresa por liderar los reclamos de los trabajadores. Ese mismo año, conoció a Nélida Blanca Vaglio, con quien se casaría en 1957.
Al mismo tiempo, empezó a trabajar en la CATITA, una importante empresa metalúrgica en Barracas. En 1954, a los 30 años, fue elegido delegado de los trabajadores. En la UOM, se relacionó con Ángel Perelman, quien fue su guía en esos primeros años.
En julio de 1955, Augusto Timoteo Vandor fue elegido secretario general de la UOM de la Capital. Desde entonces, Rucci trabajó bajo la dirección de Vandor, una figura clave en la Resistencia Peronista y en la dirección de la UOM y la CGT.
En una década, la industria metalúrgica creció mucho. La UOM pasó de 6.000 a 200.000 miembros, convirtiéndose en el sindicato más fuerte de la CGT.
El Golpe de Estado de 1955 y la Resistencia
El golpe de Estado de 1955 y la dictadura militar cambiaron todo. Perón se fue al exilio y su partido fue prohibido. Los sindicatos fueron intervenidos y los líderes peronistas fueron perseguidos.
En este momento difícil, surgió la Resistencia Peronista, dirigida por Perón desde otros países. Vandor y Rucci se unieron a esta resistencia. Colocaron bombas, crearon radios clandestinas y reorganizaron los sindicatos. En diciembre de 1955, Rucci lideró una huelga exitosa en CATITA.
A finales de 1956, los salarios estaban muy bajos por la inflación. El 16 de noviembre, a pesar de que el sindicato estaba controlado por los militares, los delegados declararon una huelga general. Esta huelga, que duró hasta el 26 de diciembre, fue reprimida con miles de despidos y cientos de arrestos. Sin embargo, consolidó el liderazgo de Vandor y de una nueva generación de jóvenes sindicalistas peronistas como Rucci.
Las 62 Organizaciones y el Programa de La Falda
Para controlar a los sindicatos, la dictadura convocó un Congreso Extraordinario de delegados sindicales en agosto de 1957. El gobierno militar creía que podría controlar el Congreso y elegir líderes a su favor.
Rucci fue elegido delegado de la UOM. Fue uno de los encargados de identificar a los representantes peronistas y buscar alianzas con otros grupos. Rucci y Eleuterio Cardozo se destacaron por sus discursos defendiendo los logros del peronismo.
Los peronistas y sus aliados sorprendieron a la dictadura. El 3 de septiembre, lograron la mayoría en una votación, rechazando los delegados falsos que apoyaban a los militares.
Al perder la mayoría, los sindicatos apoyados por la dictadura se retiraron del Congreso, haciéndolo fracasar. Los sindicatos mayoritarios se reunieron en otro lugar para crear un nuevo grupo: las 62 Organizaciones. Rucci, Eleuterio Cardozo y Jorge Álvarez fueron elegidos para dirigir las reuniones. Al principio, las 62 Organizaciones eran una alianza de peronistas y comunistas. Luego, los comunistas se retiraron y las 62 Organizaciones se convirtieron en el brazo sindical del peronismo.
El 15 de noviembre de 1957, la dictadura llamó a elecciones generales para mayo de 1958, pero prohibió la participación de Perón y el peronismo. El peronismo se preparaba para una gran huelga general.
A fines de noviembre, Rucci y Eleuterio Cardozo lideraron la delegación de las 62 Organizaciones que recibió el histórico Programa de La Falda. Este programa fue aprobado por los delegados de la CGT en La Falda, Córdoba.
El 10 de diciembre, Rucci fue uno de los oradores en un gran evento de las 62 Organizaciones en el Luna Park. Criticó duramente a la dictadura y defendió a Perón. El evento fue disuelto por la policía, y Rucci fue arrestado. La revista Periscopio contó que Rucci y Cardozo se envolvieron en banderas argentinas y enfrentaron a los agentes.
El 28 de diciembre, Perón lo nombró miembro suplente del Comité Táctico Peronista. Sin embargo, Perón ya había empezado a hablar con Arturo Frondizi para un acuerdo. Este acuerdo permitiría a Frondizi ganar las elecciones con los votos peronistas, a cambio de detener la persecución al peronismo.
Rucci en los Gobiernos de Frondizi e Illia
En las elecciones presidenciales de 1958, Frondizi ganó con el apoyo de Perón. Frondizi se comprometió a terminar con la prohibición del peronismo y convocar a elecciones libres. El peronismo se enfocó en fortalecerse en los sindicatos.
En diciembre de 1958, se realizaron elecciones en la UOM. Rucci apoyó la lista ganadora. En las elecciones sindicales de 1960, fue elegido secretario de Prensa de la UOM de la Capital.
Frondizi no cumplió su promesa de terminar con la prohibición del peronismo. Incluso, aumentó la persecución a los opositores con el Plan Conintes, un sistema que limitaba las libertades.
Rucci fue encarcelado dos veces por el gobierno de Frondizi y despedido de su trabajo en CATITA en 1960.
A pesar de la persecución, el peronismo ganó las elecciones de 1962. Esto demostró que no lograban "desperonizar" a la gente. El triunfo peronista provocó un nuevo golpe de Estado contra Frondizi.
Con el peronismo y el frondizismo prohibidos, se realizaron nuevas elecciones en 1963. Ganó Arturo Illia, un candidato del sector más antiperonista.
El peronismo no reconoció la legitimidad del gobierno de Illia y presionó para que se volviera a la democracia.
En ese tiempo, la UOM, bajo la dirección de Vandor, se había vuelto el sindicato más poderoso. Perón intentó regresar al país en 1964, pero Illia lo prohibió y lo envió de vuelta a España.
El fracaso del regreso de Perón llevó a Vandor a liderar una corriente de "peronismo sin Perón". Perón consideró a Vandor como un "enemigo principal". En esa misma época, Rucci empezó a distanciarse de Vandor y se unió a quienes apoyaban el liderazgo de Perón y su regreso al país.
En 1965, Vandor separó a Rucci de su cargo. Rucci, muy molesto, renunció al sindicato y pensó en trabajar como taxista. Vandor le ofreció ser interventor de una sección lejana en la Patagonia. Rucci aceptó, pero un problema en la sección de San Nicolás cambió su situación. Vandor le ofreció unirse a la intervención allí. Esto fue en agosto de 1965.
San Nicolás: Un Nuevo Comienzo
Como colaborador en la intervención de la UOM de San Nicolás, Rucci se instaló en la ciudad en agosto de 1965.
San Nicolás era un centro industrial importante. La creación de SOMISA en 1940 y la construcción de su primer alto horno en 1960, con más de 8.000 trabajadores, la convirtieron en un punto estratégico para la industria argentina.
Durante varios años, Rucci se dedicó a organizar la sección sindical. Aumentó el número de miembros y formó a nuevos líderes. Su primer logro fue ganar la Comisión Interna de Somisa.
En 1966, la dictadura de Onganía suspendió la personería de la UOM, congeló sus fondos y despidió a muchos trabajadores de SOMISA. Rucci dejó de recibir su salario y fue ayudado por amigos. Para enfrentar la medida, organizó un "Congreso de Delegados".
Poco después, Rucci logró un acuerdo con SOMISA sobre las categorías de los trabajadores. También demandó a la empresa para que reconociera la antigüedad de los empleados desde que empezaron a trabajar en la construcción de la planta.
El 29 de mayo de 1969, Vandor fue asesinado. La UOM quedó bajo el mando de Lorenzo Miguel. Rucci decidió entonces competir por la dirección de la sección de San Nicolás. Con el apoyo de Lorenzo Miguel, en marzo de 1970, la lista de Rucci ganó sin oposición.
Dos meses después, el asesinato de Aramburu provocó la caída de Onganía y el inicio de un proceso de "apertura política". La dictadura había causado mucha inestabilidad, con muchas protestas y el surgimiento de grupos armados.
Rucci jugaría un papel muy importante en los siguientes tres años.
Secretario General de la CGT (Primer Mandato)

El 8 de junio de 1970, el general Juan Carlos Onganía fue derrocado. Onganía había tomado el poder en 1966, estableciendo una dictadura con el objetivo de un gobierno permanente. La falta de libertades y la disolución de los partidos políticos llevaron a muchas protestas y al surgimiento de varios grupos armados.
La caída de Onganía mostró las dificultades de imponer un gobierno autoritario y el fracaso de prohibir al peronismo. La Junta Militar nombró al general Roberto Marcelo Levingston para buscar una salida electoral controlada, que permitiera al peronismo pero sin que llegara al poder ni regresara Perón.
En este contexto, el 2 de julio de 1970, la CGT eligió a Rucci como secretario general. Rucci era el candidato de las 62 Organizaciones (el brazo sindical del peronismo), con el apoyo de Lorenzo Miguel y de Perón.
El movimiento sindical peronista se había dividido en varios grupos. Rucci logró un acuerdo entre diferentes corrientes para presentar una lista única.
Desde su cargo, Rucci impulsó el regreso de Juan Domingo Perón al país y apoyó su política de "pacto social". Rucci representaba la idea de que "Nada sin Perón", que significaba que el peronismo no podía existir sin el liderazgo de su fundador.
El 31 de julio, la revista Semana Gráfica publicó una entrevista a Rucci. Él definió al peronismo como "un socialismo adaptado a la realidad nacional para establecer la justicia social". Rucci fue el primer líder sindical muy conocido en los medios. Los medios destacaban su forma "popular" de hablar y vestir, sin corbata, con una campera de cuero, que se convirtió en un símbolo.
Dos meses después de asumir en la CGT, el 14 de septiembre, Rucci sorprendió con un documento político. Retomó las ideas del Programa de La Falda y pidió "elecciones libres sin prohibiciones". Este documento fue apoyado por los principales partidos políticos.
Al mismo tiempo, Perón, desde su exilio en España, empezó a comunicarse con el líder radical Ricardo Balbín. Buscaban un acuerdo entre los partidos políticos para presionar a la dictadura a convocar elecciones libres.
Juan Manuel Abal Medina dijo que con la llegada de Rucci a la CGT, el movimiento obrero se unió completamente al liderazgo de Perón. Destacó que Rucci era carismático, fuerte y muy leal a Perón.
Desde la CGT, Rucci visitó las provincias para conocer la situación de los sindicatos. Su objetivo principal era unir al sindicalismo y a la CGT bajo el liderazgo de Perón y luchar por su regreso. Rucci tuvo que lidiar con diferentes grupos, algunos que negociaban con la dictadura y otros más radicalizados.
Ante el rápido deterioro de la situación, la CGT decretó una huelga general para el 9 de octubre de 1970, que fue muy exitosa. El 17 de octubre, Rucci asistió a un acto del Día de la Lealtad en Córdoba, donde hubo tensiones con los jóvenes vinculados a los grupos armados.
Días después, la CGT programó un paro de diez horas. La dictadura lo prohibió, pero Rucci decidió hacer el acto frente al edificio de la CGT. En su discurso, criticó duramente a la dictadura y advirtió sobre los grupos "izquierdistas" que, según él, tenían malas intenciones.
El 11 de noviembre de 1970, los principales partidos políticos crearon La Hora del Pueblo. Por primera vez, el peronismo y el radicalismo se unieron para acordar líneas democráticas y exigir elecciones inmediatas.
Los días 12 y 13 de noviembre, la CGT paralizó el país. Rucci resistió la presión para levantar el paro. En Tucumán, la huelga de la CGT se unió a un conflicto estudiantil y se convirtió en una protesta masiva que tomó la ciudad, conocida como Segundo Tucumanazo.
El éxito de la huelga y la creación de la Hora del Pueblo llevaron a Rucci a buscar unir la acción de la CGT con la estrategia de Perón de presionar al gobierno para una salida electoral. Sin embargo, las amenazas del gobierno y la resistencia de muchos líderes sindicales obligaron a Rucci a aceptar que la CGT se enfocara en reclamos laborales, como la negociación de salarios. Al mismo tiempo, en Córdoba, crecía una postura muy crítica hacia Rucci, proponiendo un enfrentamiento directo con el gobierno militar.
La tensión política aumentó a fines de 1970, cuando el gobierno anunció que la dictadura duraría hasta 1974 y que la actividad política estaría prohibida. Rucci intentó reunir a los líderes sindicales para responder con un plan de lucha, pero la mayoría de ellos cuestionó su postura, prefiriendo una tregua con el gobierno para negociar salarios.
Mientras tanto, Córdoba era una ciudad muy tensa, con un sindicalismo radicalizado, un movimiento estudiantil activo y la presencia de grupos armados. En este contexto, Agustín Tosco, un líder sindical de Córdoba, se hizo muy conocido por sus críticas a Rucci.
El 15 de marzo de 1971, estalló una nueva protesta en Córdoba, conocida como "Viborazo". Esto causó la caída del gobernador de la provincia y luego del propio presidente Levingston. El general Alejandro Agustín Lanusse asumió el poder con un plan para una salida electoral controlada por los militares, legalizando al peronismo pero sin autorizar el regreso de Perón. A esto lo llamó "Gran Acuerdo Nacional".
Lanusse y el Apoyo de Perón
Cuando Lanusse asumió el poder en marzo de 1971, la situación del movimiento obrero era muy complicada. El ascenso de Lanusse fortaleció a un sector del sindicalismo cercano al gobierno militar y alejado de Perón. Se decía que Rucci sería desplazado de la CGT. Rucci, molesto, incluso pensó en renunciar.
Ante esta situación, Rucci decidió viajar por primera vez a Madrid para conocer a Perón. Antes de irse, dijo: "El viejo tiene más vigencia que nunca; ya verán esos renegados", refiriéndose a los líderes sindicales que lo criticaban.
El 19 de abril, Rucci se reunió con Perón, junto con Lorenzo Miguel y Jorge Daniel Paladino. Esta reunión fue un gran apoyo para Rucci. Perón lo elogió y le envió un mensaje de apoyo a la CGT, diciendo que Rucci tenía la capacidad para liderar.
El apoyo de Perón detuvo el intento de desplazar a Rucci, pero no las críticas en su contra, tanto dentro de la CGT como del gobierno militar.
De vuelta en Argentina, Rucci pidió al gobierno la libertad de los sindicalistas presos por el Viborazo, como Raimundo Ongaro y Agustín Tosco. En junio, lideró la delegación sindical en la Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra. Allí criticó las persecuciones desde 1955 y pidió la libertad de los presos políticos.
Después de la OIT, volvió a visitar a Perón en Madrid. Perón lo hizo hablar con líderes sindicales de Córdoba que criticaban a la CGT y a Rucci. Perón les aconsejó convivir con otros grupos, pero siempre liderando el movimiento. En otra reunión a solas, Perón le ratificó su "apoyo incondicional" y le dijo que atacara al gobierno de Lanusse, "golpeando sin romper".
El mismo día de su regreso a Argentina, el 25 de junio, 60 organizaciones sindicales publicaron un comunicado criticando a Rucci. El lunes 28 de junio, la CGT se dividió. Solo siete de los veintiún miembros del Consejo Directivo asistieron a la reunión de Rucci. El resto se reunió en otro lugar para formar una comisión "antiruccista". Lorenzo Miguel intentó mediar, pero Rucci, apoyado por Perón, se negaba a "despolitizar" la CGT y abandonar el objetivo del regreso de Perón.
El líder Rogelio Coria defendía una CGT que solo se ocupara de reclamos sociales, sin política. Calificaba a Rucci de "sectario" por promover el peronismo y el regreso de Perón desde la CGT.
A fines de julio, Lorenzo Miguel y Paladino acordaron que la CGT no debía actuar como una rama del peronismo. Ese papel debía ser de las 62 Organizaciones. Se dijo que si Rucci no aceptaba, sería desplazado.
La ofensiva contra Rucci empeoró cuando el Consejo Directivo de la CGT decidió hacer una huelga general el 9 de septiembre para celebrar la devolución del cuerpo de Eva Perón. Pero el gobierno militar declaró ilegal la huelga. Los líderes sindicales y peronistas, incluyendo Lorenzo Miguel y Paladino, le exigieron a Rucci que la cancelara. Rucci consultó con Perón, y como Perón no se pronunció, decidió levantar la huelga. Esto lo dejó debilitado.
En septiembre, Rucci invitó a Abal Medina a dar conferencias sobre peronismo para líderes sindicales en la CGT. Abal Medina escribió un documento diciendo que la situación política favorecía al peronismo y el regreso de Perón. Rucci se entusiasmó y se lo envió a Perón.
Buscando recuperar terreno, Rucci logró apoyo para una huelga general el 29 de septiembre, en respuesta a la inflación. El éxito de la huelga mostró las diferentes estrategias dentro del peronismo.
En noviembre de 1971, Muhammad Alí visitó Argentina. Varios líderes peronistas le hicieron un asado. Alí, al escuchar que a los peronistas los llamaban "cabecitas negras", respondió: "Yo soy un cabeza negra". Rucci le contó su proyecto de crear un sindicato de boxeadores. Alí se emocionó y lo abrazó.
Un Cambio de Rumbo
A fines de 1971, mientras Rucci intentaba frenar a quienes querían alinear al peronismo con el Gran Acuerdo Nacional de Lanusse, Perón cambió la estrategia. Primero, le encargó a Rucci reorganizar las 62 Organizaciones. Luego, Paladino renunció como delegado de Perón y fue reemplazado por Héctor J. Cámpora. Cámpora anunció que Perón había nombrado a Rodolfo Galimberti, un joven de 25 años, como representante de la Juventud en el Movimiento Peronista. A partir de enero de 1972, Perón empezó a tratar personalmente con Juan Manuel Abal Medina, un joven abogado que tenía buenas relaciones con militares, grupos armados y líderes sindicales como Rucci y Lorenzo Miguel. En octubre, Abal Medina sería nombrado secretario general del Movimiento Peronista.
Cámpora, Rucci, Galimberti y Abal Medina fueron el grupo clave con el que Perón planeó desarmar el Gran Acuerdo Nacional de Lanusse, regresar al país y ganar las elecciones de 1973.
A fines de 1971, Perón le pidió a Rucci que reorganizara las 62 Organizaciones. Esto era muy importante porque estas organizaciones definían las candidaturas para las elecciones de 1973. Rucci y Lorenzo Miguel, con el poder de la UOM, se aliaron con el grupo de Rogelio Coria, aislando a otros grupos. El 5 de noviembre, se eligió una Mesa Provisoria, encabezada por Coria.
Al mismo tiempo, Perón impulsó el acercamiento de la CGT a la Confederación General del Trabajo (CGE), un grupo de empresarios. La CGE, dirigida por José Ber Gelbard, buscaba un desarrollo industrial propio. Poco después, la CGT y la CGE firmaron una declaración conjunta, iniciando un diálogo entre trabajadores y empresarios. Esto complementó el acuerdo entre los partidos políticos y la formación del Frente Justicialista de Liberación Nacional (Frejuli) en 1972.
Reelección en la CGT
El 7 de enero de 1972, la CGT, con Rucci a la cabeza, se reunió por segunda vez con Lanusse. Rucci le transmitió los reclamos de la CGT: libertad, una amplia amnistía, y la negociación de salarios frente a una inflación del 47%. Lanusse se mostró abierto, pero negó la negociación de salarios y dijo que no habría elecciones generales inmediatas.
La negativa de Lanusse a negociar salarios debilitó al sector de Coria. Rucci buscó entonces una alianza con los grupos que apoyaban la participación y los no alineados. Esta alianza ganó las elecciones sindicales en todo el país. El Consejo Directivo decidió entonces una huelga general de 48 horas para el 29 de febrero y el 1 de marzo de 1972, pidiendo negociaciones salariales y libertad para los presos políticos. El paro tuvo un éxito casi total, a pesar de que el gobierno lo declaró ilegal.
El éxito del paro llevó a las 62 Organizaciones y la CGT a querer seguir con el plan de lucha. Pero Perón intervino con una carta a Rucci, señalando el riesgo de otra huelga en un momento de aumento de las acciones de los grupos armados y las protestas en varias ciudades. Perón dijo que parar el país era importante si iba acompañado de otras acciones decisivas.
Rucci frenó la reunión del Comité Confederal siguiendo las instrucciones de Perón.
A principios de abril, hubo una protesta popular en Mendoza, conocida como Mendozazo, donde dos manifestantes fueron asesinados. Rucci, sin acuerdo del Consejo Directivo, apoyó la protesta. El gobierno militar bloqueó los fondos de la CGT. El Consejo Directivo votó por rectificar el comunicado de Rucci, y el gobierno levantó las sanciones. Para Lanusse, neutralizar a Rucci era clave para el éxito de su Gran Acuerdo Nacional.
En la segunda mitad de mayo, Perón recibió a una delegación de la CGT y las 62 Organizaciones, incluyendo a Rucci, para unificar el sindicalismo peronista.
El 30 de mayo, Cámpora organizó una "Asamblea de las Coincidencias Nacionales" en el Hotel Savoy de Buenos Aires. Rucci fue uno de los principales oradores. En su discurso, rechazó el proyecto de la dictadura de reformar la Constitución.
El 15 de junio, Perón le escribió una carta a Rucci felicitándolo por su discurso en el Savoy. Le dijo que se acercaba un enfrentamiento generalizado contra el gobierno militar, que comparó con "un nuevo 17 de octubre pero nacional".
El 6 de julio, la CGT realizó su Congreso. Rucci fue reelegido por unanimidad para el período 1972-1974, consolidando su poder y el de Perón dentro del sindicato. El Congreso se llamó "Eva Perón" y se inició cantando el himno nacional y la Marcha peronista, mostrando la posición política de la CGT.
En su discurso, Rucci confirmó la prioridad de la política sobre los reclamos sindicales inmediatos. Defendió la democracia, la unidad del movimiento obrero, el peronismo y el liderazgo de Perón.

El Congreso de la CGT también aprobó un mensaje dirigido "al pueblo de la República" y "A las Fuerzas Armadas". Este mensaje, publicado en los periódicos, advertía a los militares que eran responsables de la situación del país. Decía que si el pueblo era engañado en las elecciones, buscaría la "revolución violenta".
La advertencia de la CGT sorprendió al gobierno militar y aceleró los acontecimientos. Su primer efecto fue anular la posible candidatura presidencial de Lanusse. La Junta de Comandantes decidió suspender la personería gremial de la CGT, intervenirla y congelar sus fondos. Lanusse anunció que ningún funcionario del gobierno ni ciudadano que no estuviera en Argentina antes del 25 de agosto de 1972 podría ser candidato. Esto significaba que ni él ni Perón podrían ser candidatos.
Las sanciones contra la CGT incluyeron presión para que Rucci fuera separado de su cargo. Perón lo defendió públicamente en una revista, diciendo que cuanto más eficaz fuera su liderazgo, más sería resistido por los enemigos de los trabajadores.
El 10 de julio de 1972, un plenario sindical normalizó las 62 Organizaciones. La alianza de Rucci y Lorenzo Miguel con el grupo de Coria dejó fuera de la dirección a otros grupos.
Presionado por las denuncias sindicales ante la ONU, la OEA y la OIT, el 25 de julio, el gobierno militar levantó las sanciones y la intervención de la CGT.
En una entrevista, Rucci hizo un balance de su gestión en la CGT. Se diferenció de los líderes que solo se limitan a los reclamos y defendió la politización de la CGT y el acceso al poder político. Dijo que ningún país había logrado la justicia social sin que el pueblo tuviera el poder.
El Regreso de Perón
Para reducir la violencia (el 22 de agosto ocurrió la Masacre de Trelew), Perón aceleró dos acuerdos: uno político con los partidos y otro económico con la CGE. Rucci, a su vez, buscó el apoyo del Consejo de Planificación del Movimiento Nacional Justicialista.
El 7 de septiembre, la CGT y la CGE emitieron un documento conjunto con propuestas económicas y sociales. Decían que la pobreza y el desempleo eran la causa de la violencia. Proponían reformas económicas y un aumento inmediato de salarios. Lanusse recibió bien la propuesta y anunció medidas inspiradas en ella, incluyendo un aumento de salarios y la apertura de negociaciones colectivas.
Abal Medina cuenta que el 4 de agosto, Perón anunció que regresaría a Argentina en noviembre. El 15 de agosto, Cámpora anunció la decisión, sin dar la fecha. El regreso de Perón, después de 18 años, era un evento muy importante. Perón le encargó a Cámpora organizar la "Operación Retorno".

El 30 de octubre, Lanusse se reunió de nuevo con Rucci y otros líderes sindicales. Rucci habló sobre la situación política y social, criticando el "Gran Acuerdo Nacional" de Lanusse. Dijo que el peronismo y los trabajadores no querían el colapso del gobierno, sino la unidad nacional y un país que dependiera de las decisiones de su gente. Al final de la reunión, Rucci agradeció la invitación y señaló que era una demostración de que los trabajadores podían participar. Lanusse preguntó si necesitaba esas reuniones para saber que el gobierno los tenía en cuenta. Rucci respondió: "Cada vez que abrimos la boca nos sancionaron".
Perón felicitó a Rucci por su exposición ante Lanusse, considerándola una muestra de su madurez y la del movimiento obrero.
El 7 de noviembre, Cámpora anunció que Perón regresaría el 17 de noviembre. Ese mismo día, Perón publicó un comunicado en los diarios argentinos confirmando su regreso.
Antonio Cafiero dijo que la decisión de Perón de regresar fue histórica y heroica. Los líderes peronistas, con el apoyo de la juventud y las 62 Organizaciones y la CGT, decidieron llevar a cabo el regreso de Perón. En esta decisión, José Ignacio Rucci y Juan Manuel Abal Medina jugaron un papel clave.

El 15 de noviembre, el gobierno militar amenazó a Rucci y Abal Medina para que cancelaran el regreso de Perón. Rucci enfrentó al militar diciendo: "Mejor que el General llegue, porque, si no, declaramos una huelga general por tiempo indeterminado". El 16 de noviembre, el régimen rodeó con tropas el edificio de la CGT, donde se organizaba el regreso de Perón.
El 17 de noviembre, la tensión fue máxima. El propio Lanusse no creía que Perón aterrizaría en Argentina. Rucci frustró un intento de desviar el avión de Perón amenazando con una huelga general. El avión de Alitalia llegó con 153 personalidades peronistas. Rucci y Abal Medina se quedaron en Buenos Aires para dirigir el operativo y recibir a Perón. Como llovía, Rucci llevó su paraguas para proteger a Perón de la lluvia. Este momento quedó inmortalizado en muchas fotos famosas.
La llegada de Perón descolocó a la Junta Militar, que no autorizó la salida del líder del aeropuerto. Los militares querían que Perón se reuniera con Lanusse. Rucci amenazó con una huelga general. Finalmente, después de 20 horas de tensión, los militares autorizaron la salida.
Perón en Buenos Aires
Perón se quedó en Argentina casi un mes. Se instaló en una casa en la calle Gaspar Campos de Vicente López, comprada con fondos de donaciones conseguidas por Rucci. La compra se hizo en secreto porque el dueño era un militar antiperonista. El 13 de diciembre, Perón regresó a España hasta su vuelta definitiva el 20 de junio de 1973.
Durante ese tiempo, Perón se reunió con políticos, empresarios y líderes sindicales. Buscó acuerdos para garantizar la convivencia y la estabilidad. También formó un frente electoral (Frejuli) con muchos partidos que habían sido antiperonistas.
La primera reunión de Perón fue con el líder radical Ricardo Balbín, el 19 de noviembre. Balbín había sido perseguido durante el gobierno de Perón. Al salir, ambos líderes se abrazaron. Esta entrevista y abrazo se consideran un símbolo de unidad nacional en la historia argentina.
Al día siguiente, Perón tuvo otra reunión histórica con la mayoría de los partidos políticos, la CGT y la CGE. Allí se sentaron las bases de las Coincidencias Programáticas, que cerraban la posibilidad de un acuerdo con la dictadura. Las Coincidencias fueron firmadas por casi todos los partidos políticos, la CGT y la CGE. Fueron la base del Pacto Social de 1973.
Perón no podía ser candidato legalmente porque la dictadura exigía que los candidatos estuvieran en Argentina antes del 25 de agosto de 1972. Rucci y todos los sectores de los trabajadores querían que Perón fuera candidato.
Pero Perón decidió no aumentar el riesgo de un golpe interno. Impulsó la candidatura de Héctor J. Cámpora, su delegado personal. La idea era que si Cámpora ganaba, renunciaría después de asumir para convocar nuevas elecciones sin prohibiciones. El 16 de diciembre, el Congreso Nacional del Partido Justicialista se reunió para elegir la fórmula presidencial. Perón había regresado a España, pero dejó a Abal Medina a cargo de gestionar la designación de Cámpora como candidato a presidente y de Vicente Solano Lima como vicepresidente.
Abal Medina habló con Rucci (CGT) y Lorenzo Miguel (62 Organizaciones) sobre la decisión de Perón. Ambos se resistieron. Rucci quería que si Perón no podía ser candidato, lo fuera Antonio Cafiero, muy cercano a él.
El día del Congreso (15 de diciembre), todas las corrientes sindicales se opusieron a la candidatura de Cámpora. Rucci y Coria propusieron que el Congreso designara a Perón como candidato a pesar de la prohibición, apoyado por una huelga general. Inicialmente, el Congreso designó a Perón, pero él envió un mensaje desde Paraguay renunciando. Ante esto, los delegados sindicales de Rucci y Coria se retiraron del Congreso. Solo Lorenzo Miguel se quedó y votó a favor de Cámpora.
La retirada del sector sindical y su descontento con el candidato peronista los alejó de la elaboración de las listas de candidatos y de la campaña electoral. Esto permitió que la Juventud Peronista se acercara a Cámpora y dominara la campaña.
Al día siguiente, en el Congreso del PJ de la provincia de Buenos Aires, Rucci apoyó la candidatura a gobernador de Manuel de Anchorena, quien había sido vetado por Perón. El Consejo Superior del Movimiento Nacional Justicialista anuló el Congreso y expulsó a Anchorena del partido.
A fines de 1972, Perón pidió informes detallados de lo sucedido en los congresos. Al mismo tiempo, Rucci empezó a distanciarse cada vez más de Cámpora.
Campaña y Triunfo Electoral
El boicot sindical a la candidatura de Cámpora y la gran popularidad de la Juventud Peronista hicieron que los jóvenes fueran los protagonistas de la campaña electoral. Esto acercó a Cámpora a la "Tendencia Revolucionaria del peronismo", mientras se alejaba de Rucci y el sector sindical.
Los líderes sindicales peronistas también se habían opuesto a la idea de Perón de que las listas de candidatos tuvieran un 25% para cada rama del Movimiento Peronista (política, sindical, femenina y juvenil). Rucci y Lorenzo Miguel apoyaron la directiva de Perón, pero muchos líderes sindicales querían más presencia sindical en las listas.
El 4 de enero de 1973, Rogelio Coria renunció como titular de las 62 Organizaciones, criticando la forma en que se decidieron las candidaturas. Dos semanas antes, el diario Clarín había identificado a Coria como el informante que transmitía a Lanusse los planes de Perón.
Preocupado por el crecimiento de un sindicalismo más radical y el doble juego de algunos líderes sindicales, Perón decidió criticar a Coria. El 11 de enero de 1973, dijo en una entrevista que el manejo sindical se hacía a través de la CGT, porque allí estaba Rucci, quien hacía lo que debía.
Pocos días después, Coria fue expulsado de las 62 Organizaciones y de la UOCRA.
En la segunda mitad de enero, Perón llamó a Rucci a Madrid para analizar la necesidad de "reperonizar" el movimiento obrero y evitar el avance de la izquierda.
El 18 de enero, mientras Rucci estaba en Madrid, estalló una huelga con toma de fábrica en la planta siderúrgica de SOMISA, en San Nicolás, el centro del poder de Rucci. La huelga fue declarada por un sindicato paralelo a la UOM. La huelga fue levantada después de 64 horas. Rucci logró que Naldo Brunelli lo reemplazara como secretario general de la UOM de San Nicolás.
El 12 de febrero, durante un acto de campaña, hubo un enfrentamiento entre sectores sindicales y la Juventud Peronista, que terminó en un tiroteo. Murió Luis Osvaldo Bianculli, el secretario personal de Rucci. Este crimen afectó mucho al secretario general de la CGT. En una entrevista, Rucci dijo que se sentía decaído, pero que no renunciaría a la CGT.
El 23 de febrero, se creó la Juventud Sindical Peronista (JSP), como una organización juvenil diferente de la Juventud Peronista.
Se dice que la táctica de los sindicalistas era apoyar formalmente a Cámpora pero no intervenir en la campaña electoral. Sin embargo, Rucci y Miguel, a pesar de no haber apoyado la candidatura de Cámpora en el Congreso del PJ, aceptaron la decisión de Perón y participaron activamente en la campaña.
En febrero de 1973, Rucci publicó un artículo criticando a Agustín Tosco, líder de un sindicato de Córdoba. Ambos debatieron en un programa de televisión. Rucci defendió al peronismo como la ideología de los trabajadores argentinos, llamándolo "socialismo nacional". Tosco defendió el marxismo y la lucha de clases. Ambos se declararon "antiimperialistas" y partidarios de la "liberación nacional". Rucci criticó a los líderes sindicales que solo se limitan a los reclamos sociales, diciendo que la única manera de lograr la justicia social es "asumir el poder".
El 11 de marzo se realizaron las elecciones generales. El Frejuli ganó con un 49,5% de los votos, lo que sorprendió al gobierno militar. La transición fue muy tensa. Las tensiones entre los jóvenes y los sindicalistas aumentaron. Rucci, Cámpora, Lorenzo Miguel y Abal Medina intentaron calmar los enfrentamientos.
Tres días antes de la asunción del gobierno, un grupo armado asesinó al secretario general del SMATA (sindicato de la industria automotriz), Dirck Kloosterman.
El Gobierno de Cámpora y el Pacto Social
Cámpora gobernó 49 días. El plan era que renunciara y convocara a elecciones "libres y sin prohibiciones". Perón se quedó en España para evitar conflictos entre el poder real y el poder institucional.
Con el apoyo de Rucci y Miguel, Cámpora nombró a Ricardo Otero como ministro de Trabajo. Bajo su gestión, se promulgaría la Ley de Contrato de Trabajo de 1974.
Los primeros días del gobierno de Cámpora fueron difíciles. Hubo tomas de cárceles para liberar a los presos políticos y muchas ocupaciones por parte de militantes. Perón intervino el 14 de junio desde Madrid, ordenando a los líderes del PJ y a Rucci que detuvieran las ocupaciones. Esa misma noche, Abal Medina leyó un mensaje por radio y televisión, acompañado por Rucci y Miguel, pidiendo que se desalojara lo ocupado.
El Pacto Social
José Ber Gelbard, líder de la CGE, fue nombrado ministro de Economía. Rucci recibió la orden de Perón de trabajar con Gelbard y Julio Bronner para elaborar un "Pacto Social". Este pacto se basaba en un plan acordado en 1971 y las Coincidencias Programáticas firmadas en noviembre del año anterior.
El 8 de junio, Gelbard por el Estado, Bronner por la CGE y Rucci por la CGT, firmaron el "Acta de Compromiso Nacional para la Reconstrucción, la Liberación Nacional y la Justicia Social”, conocido como Pacto Social. Luego se unieron otras organizaciones.
Los objetivos del Pacto eran:
- 1) Que los salarios representaran el 40-50% del ingreso nacional en 4 años.
- 2) Reducir la inflación.
- 3) Fortalecer el crecimiento económico.
Para esto, se estableció un "congelamiento de precios", un aumento inmediato de salarios y jubilaciones, y la suspensión de la negociación de salarios por dos años. Los resultados inmediatos fueron muy buenos: la inflación bajó del 62% al 17% anual, los salarios reales aumentaron un 13%, y el desempleo disminuyó.
El Pacto Social fue bien recibido en general, pero criticado por sectores de izquierda. Al firmarlo, Rucci dijo: "Yo sé que con esto estoy firmando mi sentencia de muerte, pero como la patria está por encima de los intereses personales, lo firmo igual".
Ezeiza y la Renuncia de Cámpora
El 20 de junio fue el día elegido para el regreso definitivo de Perón. Se esperaba una multitud histórica. Sin embargo, la relación de Cámpora con Perón estaba tensa, y aumentaba la disputa entre la juventud y el sector sindical.
Ese día, una multitud de más de un millón de personas se movilizó a Ezeiza para recibir a Perón. Pero la celebración se vio interrumpida por un tiroteo en el palco, que causó trece muertos y muchos heridos. Los enfrentamientos impidieron que el avión aterrizara en el Aeropuerto de Ezeiza. Perón, Isabel y su comitiva se alojaron en la Quinta presidencial de Olivos. Ese mismo día, Perón dio un discurso por radio y televisión, pidiendo disculpas por no haber podido llegar a Ezeiza.
Las causas y responsabilidades de la Masacre de Ezeiza tienen muchas interpretaciones. Este evento aumentó los conflictos internos del peronismo y selló el destino del proyecto de Cámpora de permanecer en la Presidencia.
Al día siguiente de lo sucedido en Ezeiza, Perón dio un mensaje desde la residencia presidencial, acompañado por Cámpora, su esposa Isabel Martínez y José López Rega. Advirtió sobre la grave situación y la "postguerra civil" que se vivía. Perón llamó a la paz, la convivencia y la "reconstrucción" del país. Advirtió a quienes "piensan que pueden copar a nuestro Movimiento" y a quienes "tratan de infiltrarse".
Veintitrés días después, Cámpora y Solano Lima renunciaron. Asumió provisionalmente la Presidencia Raúl Alberto Lastiri, quien llamó a elecciones presidenciales para el 23 de septiembre.
Perón Presidente
Nadie dudaba que Perón ganaría las elecciones, pero su salud estaba tan deteriorada que se sabía que probablemente fallecería durante su mandato. Por eso, la elección del vicepresidente era muy importante. Perón intentó formar una fórmula con Ricardo Balbín para lograr la "reconciliación nacional". Sin embargo, el rechazo del sector sindical y del grupo de López Rega llevó a la nominación de la esposa de Perón, María Estela Martínez de Perón.
Durante la campaña electoral, el 22 de agosto, un grupo realizó un acto multitudinario. Un miembro de la dirección de ese grupo, Mario Firmenich, habló públicamente por primera vez. Firmenich se opuso a la candidatura de Isabel Perón y criticó a Rucci por su papel en el Pacto Social.
Finalmente, las elecciones se realizaron el 23 de septiembre. Perón ganó con un 61,85% de los votos. Dos días después, Rucci fue asesinado.
El Asesinato de José Ignacio Rucci
El 25 de septiembre de 1973, a las 12:11 del mediodía, un grupo armado atacó a Rucci cuando salía de su casa en el barrio de Flores. El líder de los trabajadores recibió 23 impactos de bala. El ataque ocurrió a plena luz del día, con muchos testigos.
Ninguna organización se atribuyó el hecho en ese momento. Dos años después, un grupo se atribuyó explícitamente el crimen en su revista oficial.
La investigación oficial sobre el asesinato de Rucci, realizada durante la presidencia de Perón, nunca pudo identificar a los responsables. La causa fue reabierta en 2009, pero no se encontraron pruebas suficientes para llevarla a juicio. El juez a cargo de la investigación dijo que no se descartaba la participación de ese grupo.
Consecuencias Políticas del Asesinato
El asesinato de Rucci marcó un punto sin retorno en las relaciones de Perón con ciertos grupos. Se dijo que este hecho no buscaba despertar la conciencia de los trabajadores, sino presionar a Perón para que equilibrara su juego político.
En 2013, Roberto Perdía afirmó que la muerte de Rucci favoreció el avance de políticas opuestas a su grupo.
Algunos análisis sugieren que la competencia entre Rucci y López Rega por liderar un sector del peronismo terminó con el asesinato de Rucci. La atribución del asesinato por parte de un grupo fue utilizada para justificar la creación de grupos violentos.
Juan Manuel Abal Medina, una figura política clave de esa época, dijo que el asesinato de Rucci fue la mayor provocación contra Perón. Perón nunca dudó de quiénes habían sido los responsables y lo vivió con mucha tristeza.
Según testimonios, el líder de un grupo armado confirmó que su organización fue responsable del ataque.
Un exmiembro de un grupo armado afirmó que el asesinato de Rucci fue utilizado para resolver problemas internos de la organización, para que sus miembros no se "aburguesaran" en las oficinas.
Claudia Rucci, hija del líder asesinado, afirma que los responsables no aceptaban que Perón tuviera un proyecto propio, diferente al de ellos. El motivo del asesinato fue "forzar ante el pueblo nuestras diferencias con Perón".
Aníbal Rucci, hijo de José Ignacio, dice que su padre tenía una amistad personal con Perón y un papel importante en sus proyectos. Acusa del crimen a grupos muy radicalizados que "no estaban en el proyecto de Perón".
El Padre Carlos Mugica consideró que "la ejecución de Rucci fue un gravísimo error".
Graciela Fernández Meijide dijo que, lamentablemente, después de que Perón fue elegido para detener el caos y la violencia, Rucci fue asesinado.
Antonio Cafiero escribió que Perón sufrió un fuerte impacto por la muerte de Rucci, y que algunos creen que aceleró su enfermedad y fallecimiento.
El asesinato de Rucci fue visto como un hecho positivo por muchos sectores de izquierda y parecía abrir la posibilidad de que un grupo armado aumentara su poder. Sin embargo, dentro del peronismo, hubo un fuerte rechazo, y ese grupo comenzó a perder apoyos.
Según Julio Bárbaro, "Los Montoneros eligieron un símbolo de la lealtad a Perón y lo mataron para demostrar poder." Y concluye: "Los «montos» entran al peronismo matando a Aramburu y se van del peronismo asesinando a Rucci."
¿Quién se Atribuyó el Hecho?
La muerte de Rucci ocurrió dos días después de las elecciones presidenciales de septiembre de 1973, en las que Perón ganó con más del 62% de los votos. Fue asesinado por un grupo armado, pero ninguna organización se atribuyó el asesinato en ese momento. Dos años después, un grupo se atribuyó explícitamente el crimen en la página 18 de su revista oficial, Evita Montonera n.º 5. En un artículo titulado "Justicia popular", se incluye una lista de personas "ajusticiadas", y la primera de ellas dice: JOSE RUCCI, ajusticiado por Montoneros el 23-09-73.
Testimonios e Investigaciones
Según José Amorín, uno de los fundadores de un grupo armado, la operación fue decidida por un líder con su propia gente. No había una dirección conjunta de los grupos armados en ese momento.
No hay confirmación de que toda la dirección de la organización haya autorizado el ataque. Una exmilitante afirmó que la fusión de los grupos armados no estaba terminada y que probablemente un comando actuó por su cuenta.
En su libro, Militancia sin tiempo. Mi vida en el peronismo, Antonio Cafiero cuenta lo que escribió en septiembre de 1973: "Martes 25 al mediodía: José Ignacio Rucci asesinado. Un manto de tragedia y catástrofe oculta la alegría de la víspera."
Según el periodista Ceferino Reato, un líder de un grupo armado se habría instalado cerca de la casa de Rucci y habría llevado las armas necesarias para el operativo.
Según otras fuentes, el ataque fue ejecutado por siete "oficiales" de la organización armada.
En dos libros recientes, dos importantes líderes de un grupo armado, Mario Firmenich y Roberto Perdía, niegan la autoría del hecho.
Mario Firmenich afirmó en una entrevista que "no hubo jamás un comunicado de Montoneros diciendo: nosotros matamos a Rucci". Afirma que sí hubo una asunción de la responsabilidad política y una "alegría exteriorizada masivamente" en la organización.
En 1997, Roberto Cirilo Perdía escribió: "Las balas que segaron su vida pudieron haber partido desde diferentes trincheras. Pero la mayor parte de las miradas apuntaron hacia nosotros. Más allá de quien haya sido el ejecutor material de este hecho, nosotros pagamos su costo político".
Reactivación de la Investigación
En octubre de 2008, se reabrió la investigación del asesinato de Rucci. El periodista Ceferino Reato presentó su libro Operación Traviata, en el que sostiene que el hecho fue realizado por la organización Montoneros. Afirmó que una persona que tuvo un alto cargo en esa organización le confirmó la hipótesis. Después de la publicación del libro, dos personas que pertenecieron a grupos armados admitieron públicamente la responsabilidad de esa organización. Sin embargo, Dante Gullo, quien fue un importante líder juvenil, culpó a la CIA y a un complot contra las democracias latinoamericanas.
Indemnización a la Familia
El 1 de noviembre de 1999, el Estado argentino ordenó pagar a la familia de Rucci una compensación de 224 mil dólares. Esto se hizo bajo una ley que permitía el pago de indemnizaciones a víctimas de "cualquier grupo paramilitar". El decreto decía que fue un ataque llevado a cabo por una organización de tipo militar que actuó con impunidad.
En junio de 2009, un hijo de personas desaparecidas inició una acción legal contra la familia Rucci. Según la denuncia, cobraron la indemnización alegando que Rucci había sido asesinado por grupos paramilitares o la dictadura, y no por grupos civiles.
Calificación del Hecho
La reapertura de la investigación permitió a la familia Rucci reabrir el debate sobre los crímenes de "lesa humanidad", que no prescriben. Argumentan que algunos de los responsables pertenecían a un grupo armado y que había versiones de que el crimen fue apoyado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires. También se mencionan versiones de que se intervino ilegalmente la línea telefónica de Rucci antes del hecho. Según Luis Moreno Ocampo, el asesinato de Rucci podría ser calificado como crimen de lesa humanidad.
En una resolución del 10 de agosto de 2012, el juez federal Ariel Lijo sostuvo lo contrario. Dijo que se descartó la participación de un grupo paramilitar y que se estableció la posible responsabilidad de miembros de un grupo armado en el homicidio. Sin embargo, las deficiencias en las primeras etapas de la investigación impidieron establecer los detalles del hecho. El juez concluyó que la hipótesis de la participación de ese grupo no cumple con las características de los delitos de "lesa humanidad" y, por lo tanto, no puede ser imprescriptible.
El Último Mensaje de Rucci
El día de su asesinato, Rucci iba a leer un mensaje por televisión. En él, decía que las luchas habían pasado y que la realidad era la unión, el trabajo y la paz. Afirmaba que por primera vez en 18 años, la voluntad popular se había expresado sin limitaciones. También decía que la destrucción del país no solo fue material, sino también espiritual y cultural.
Rucci sostenía que no se podían exigir soluciones inmediatas a problemas de tantos años. Criticaba la violencia en un clima de libertades y la ambición que impedía la consolidación de un proceso aprobado por la mayoría del país.
También se puede escuchar una breve entrevista que le hicieron a Rucci ese mismo día.
Consignas y Legado
En una revista de julio de 1973, se criticaba la trayectoria sindical de Rucci.
En un acto de un grupo armado en agosto, se lanzaron duras consignas contra Rucci, acusándolo de "burócrata sindical".
En el único acto público de la campaña presidencial de Perón, el 31 de agosto, hubo un gran desfile. Los organizadores lograron que un grupo armado desfilara al final, y Perón se retiró "cansado" antes de que pasaran.
Una de las consignas de un grupo juvenil, con la música de un jingle, decía:
-
- «Que lindos que son tus dientes»
- le dijo Rucci a Perón.
- Perón contestó sonriente:
- «¡Ja, ja!, morirás como Vandor.»
Después del asesinato, los militantes de un grupo armado coreaban:
-
- ¡Rucci, traidor,
- saludos a Vandor!
En el ámbito sindical, aparecieron consignas que relacionaban a Rucci con la "patria peronista" y con la violencia política:
-
- ¡Rucci, leal,
- te vamos a vengar!
-
- Vea vea vea,
- qué cosa más bonita,
- Rucci dio la vida
- por la patria peronista.
Rucci también inspiró una de las consignas más representativas de las luchas políticas de principios de los años 70:
-
- ¡Ni yanquis ni marxistas, peronistas!
Homenajes a Rucci
En su honor, llevan su nombre un barrio en Rosario, un barrio en Bahía Blanca, uno en General Pico (La Pampa), un barrio de edificios en Azul y otro en Córdoba. También hay calles con su nombre en Villa Lugano (Buenos Aires), Isidro Casanova, Ciudadela, Valentín Alsina y San Nicolás de los Arroyos (provincia de Buenos Aires). Además, hay calles en Gualeguay, Gualeguaychú (Entre Ríos) y en San Lorenzo (Santa Fe).