Carlos Mugica para niños
Datos para niños Carlos Mugica |
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![]() Carlos Mugica en 1970
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe | |
Nacimiento | 7 de octubre de 1930 Buenos Aires (Argentina) |
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Fallecimiento | 11 de mayo de 1974 Villa Luro (Buenos Aires, Argentina) |
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Causa de muerte | Herida por arma de fuego | |
Nacionalidad | Argentina | |
Religión | Catolicismo | |
Familia | ||
Padres | Adolfo Mugica Carmen Echagüe |
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Educación | ||
Educado en |
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Información profesional | ||
Ocupación | Sacerdote católico, profesor, columnista y escritor | |
Orden religiosa | Compañía de Jesús | |
Miembro de | Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo | |
Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe, más conocido como el Padre Mugica, fue un sacerdote argentino que nació en Buenos Aires el 7 de octubre de 1930 y falleció el 11 de mayo de 1974 en Villa Luro. Fue una figura muy importante por su trabajo con las personas más necesitadas.
El Padre Mugica fue uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y del movimiento de Curas villeros. Estos grupos de sacerdotes se dedicaban a ayudar a las comunidades más pobres, especialmente en los barrios humildes de Argentina. Su principal idea era la "opción preferencial por los pobres", que significa que la Iglesia debe enfocarse en ayudar a quienes más lo necesitan.
Gran parte de su trabajo lo realizó en la Villa 31 de Retiro, en Buenos Aires, que hoy lleva su nombre. Allí fundó la parroquia Cristo Obrero. Fue asesinado por un grupo violento después de celebrar una misa en la Iglesia de San Francisco Solano en Villa Luro. Sus restos fueron llevados en 1999 a la Villa 31 para ser enterrados en la parroquia que él fundó. El entonces Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio (quien luego sería el Papa Francisco), lo describió como "un gran sacerdote que luchaba por la justicia". Muchas personas lo consideran un ejemplo de fe y compromiso.
Contenido
- Biografía del Padre Carlos Mugica
- Su legado
- Sus frases y oraciones más conocidas
- Homenajes al Padre Mugica
- Galería de imágenes
- Filmografía
- Vídeos
Biografía del Padre Carlos Mugica
Sus primeros años y educación
Carlos Mugica nació en Buenos Aires el 7 de octubre de 1930. Fue uno de los siete hijos de Adolfo Mugica y Carmen Echagüe. Su padre fue un político y su madre venía de una familia con tierras en Buenos Aires. Carlos nació en el Palacio de los Patos, un edificio en el elegante Barrio Norte de Buenos Aires.
Estudió en el colegio Domingo Faustino Sarmiento y luego en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde se graduó en 1948. También pasó por el Instituto Libre de Segunda Enseñanza.
Le gustaban mucho los deportes, especialmente el fútbol, y era un gran fanático del Racing Club. También disfrutaba del tenis, la natación, el boxeo y el automovilismo.
Su familia era muy religiosa y lo criaron con mucha fe. Sin embargo, Carlos luego reflexionaría sobre su fe, buscando una forma de vivirla que lo conectara más con los problemas del mundo. Atribuyó su vocación sacerdotal a un cura que conoció de niño, el padre Antonio María Aguirre, de quien dijo: "A él, después de Dios y mi madre le debo la vocación sacerdotal".
En 1949, Carlos comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de Buenos Aires. En 1950, viajó a Roma para el Año Santo, una experiencia que lo ayudó a decidir que quería ser sacerdote.
Su camino para ser sacerdote
En marzo de 1952, a los 21 años, Carlos ingresó al Seminario Metropolitano de Buenos Aires en Villa Devoto, dejando sus estudios de Derecho.
Como seminarista, se dedicó mucho a la oración. A fines de 1954, empezó a ayudar al padre Juan José Iriarte en las misiones a los conventillos (casas grandes divididas en muchas viviendas pequeñas) en la zona sur de Buenos Aires. Allí, Carlos tuvo su primer contacto con la gente humilde y sus problemas.
Él mismo contó: "El padre Iriarte visitaba a la gente de la parroquia; no la esperaba, la iba a buscar. No se trataba solamente de ir con la palabra de Dios; se trataba de recoger la palabra de los hombres. Tratábamos de hablar con la gente, de comprender. Era un barrio popular y la gente humilde siempre tiene problemas".
Ese mismo año, hizo su primera misión en el Chaco santafesino, donde conoció de cerca "el dolor de los pobres".
Su compromiso con la sociedad
Carlos Mugica creció en una familia que no apoyaba al movimiento político conocido como peronismo. Incluso celebró un cambio de gobierno en 1955 que afectó a ese movimiento.
Pero al año siguiente, su forma de ver la política cambió por completo. Él mismo relató que esto ocurrió en un conventillo al que iba cada semana. Vio un mensaje escrito en la pared que decía: "Sin Perón, no hay Patria ni Dios. Abajo los cuervos". Al entrar a la casa, encontró a la gente muy triste por el cambio de gobierno. Se dio cuenta de que si la gente humilde estaba triste, él estaba en el lado equivocado.
Mugica dijo: "Yo fui antiperonista hasta los 26 años y mi proceso de acercamiento al peronismo coincidió con mi cristianización. Es decir, en la medida en que descubrí en el Evangelio... que la Iglesia es de todos pero ante todo es de los pobres... empecé a mirar las cosas desde otro punto de vista".
En noviembre de 1957, escribió su primer trabajo: "El católico frente a los partidos políticos".
Fue ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1959 en la catedral de Buenos Aires.
Después de su ordenación, trabajó un año en la diócesis de Reconquista, en el chaco santafesino, al norte del país.
Regresó a Buenos Aires en 1960. Trabajó hasta 1963 con el cardenal Antonio Caggiano, quien lo envió a la parroquia Nuestra Señora del Socorro, en Barrio Norte, donde asistía gente de clase alta. Al mismo tiempo, empezó a ser consejero de jóvenes universitarios y profesor de teología en la Universidad del Salvador.
En 1961, comenzó a trabajar como capellán en una escuela en la Villa 31. Esta tarea lo llevó a su compromiso más conocido como "cura villero", trabajando en la Villa de Retiro o Villa 31, que hoy lleva su nombre.
También daba una charla semanal en Radio Municipal.
En 1963, criticó las elecciones presidenciales porque una parte importante del pueblo no pudo votar.
Mugica influyó en muchos jóvenes de la Juventud Estudiantil Católica (JEC), enseñándoles sobre el compromiso con el mundo y la ayuda a los demás.
En 1965, participó en encuentros de diálogo entre católicos y personas con otras ideas, lo que generó algunas críticas. También se unió a un grupo de sacerdotes que defendieron a un cura obrero que había sido despedido de su trabajo.
En 1966, el sacerdote Camilo Torres Restrepo, una figura importante para Mugica, falleció en Colombia. Ese mismo verano, Mugica dirigió una misión rural en Santa Fe con jóvenes, lo que los hizo reflexionar sobre la importancia de la acción social.
El Concilio Vaticano II y el compromiso social
Entre 1962 y 1965, se realizó en Roma el Concilio Vaticano II, un evento muy importante para la Iglesia católica. Buscó que la Iglesia se acercara más a los problemas del mundo, como la injusticia y la desigualdad.
Este Concilio impulsó la creación de movimientos como los curas obreros en Francia y los curas villeros en Argentina, de los cuales Mugica fue un gran representante. Documentos importantes de los Papas, como Mater et Magistra y Pacem in Terris, y luego Populorum progressio, reforzaron la idea de que la Iglesia debía tener un fuerte compromiso social.
En este contexto de cambios en la Iglesia, surgieron también el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, fundado en 1967, y la teología de la liberación, que se enfocaba en la "opción por los pobres".
En estos años, de 1966 a 1974, el Padre Mugica desarrolló su trabajo pastoral y su compromiso social, primero durante un período de gobierno militar y luego con el regreso de la democracia.
Su trabajo durante el gobierno militar
El 28 de junio de 1966, un cambio de gobierno en Argentina llevó a un período de gobierno militar. Esto generó muchas protestas y el surgimiento de grupos que buscaban la "liberación nacional" y la "revolución".
A fines de 1967, Mugica viajó a Bolivia para pedir por los restos del Che Guevara, que había sido asesinado. Luego fue a Francia.
En Francia, el 31 de diciembre, Mugica se unió a otros 270 sacerdotes que apoyaron un mensaje de 18 Obispos del Tercer Mundo. Este mensaje, liderado por el obispo brasileño Hélder Cámara, apoyaba el llamado del Papa Pablo VI en su documento Populorum Progressio. El mensaje vinculaba la pobreza con la explotación y expresaba el compromiso religioso para superar estas injusticias. Poco después, 400 sacerdotes argentinos se unieron a este movimiento, que se llamó Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM).
En octubre, después de once meses fuera del país, Mugica regresó a Argentina y se unió al Equipo Intervillas, un grupo de "curas villeros".
Se enteró de que había sido removido de su puesto en la escuela Mallinckrodt debido a sus ideas. Pero pronto tuvo la oportunidad de abrir una capilla en la Villa 31 de Retiro. Con la ayuda económica de su hermano Alejandro, construyó la capilla Cristo Obrero, desde donde realizó la mayor parte de su trabajo. También trabajó en otras parroquias y dio clases de teología.
Entre 1969 y 1970, hubo muchas protestas en diferentes ciudades del país. Esto llevó a la formación de varios grupos. Las protestas hicieron que el gobierno militar se debilitara y anunciara que buscaría una "salida electoral". Esto abrió el camino para que el expresidente Juan Domingo Perón, que estaba fuera del país, pudiera regresar y se prepararan elecciones libres.
Las protestas y la relación con algunos grupos generaron un debate en el MSTM y en el Padre Mugica sobre el uso de la fuerza. Mugica pensaba que la lucha había sido necesaria para que hubiera elecciones libres, pero al mismo tiempo, decidió no participar en acciones violentas, porque "estaba dispuesto a morir, pero no a matar". La mayoría del MSTM tuvo una postura similar.
El 7 de septiembre de 1970, dos jóvenes líderes fallecieron en un enfrentamiento. Mugica ofició el funeral y dijo: "Gustavo y Fernando Luis, que eligieron el camino más duro y difícil por la causa de la dignidad del hombre. No podemos seguir con indefinición y con miedo, sin comprometernos... Fue fiel a Cristo, tuvo un amor concreto y real por los que sufren; se comprometió con la causa de la justicia, que es la de Dios, porque comprendió que Jesucristo nos señala el camino del servicio. Es un ejemplo para la juventud, porque tenemos que luchar para alcanzar la sociedad justa y superar el mecanismo que quiere convertirnos en autómatas. Que este holocausto nos sirva de ejemplo."
Por sus palabras, fue detenido por un tiempo.
En 1972, publicó un artículo sobre la relación entre la fe cristiana y el compromiso social, que generó críticas de algunos sectores de la Iglesia. El cardenal Juan Carlos Aramburu, arzobispo de Buenos Aires, incluso lo presionó para que dejara el sacerdocio.
En junio de 1972, una revista lo entrevistó. En la entrevista, Mugica habló sobre el compromiso cristiano con los pobres y el uso de la fuerza. Dijo que el Evangelio no dice que el cristiano deba usar la fuerza, pero tampoco que no deba usarla.
También en 1972, escribió una oración sobre la pobreza que es muy conocida y usada por los curas villeros:
Señor, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece. Señor, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no. Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas, de las que puedo no sufrir, ellos no. Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo. Señor, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre. Señor, perdóname por decirles 'no solo de pan vive el hombre' y no luchar con todo para que rescaten su pan. Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí. Señor, quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos. Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz.
A fines de 1972, Juan Domingo Perón regresó a Argentina. Carlos Mugica y otros sacerdotes del MSTM se reunieron con él.
La democracia y su último año
Antes de las elecciones de marzo de 1973, a Mugica le ofrecieron ser candidato a diputado, pero el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo decidió no participar en cargos políticos. Entonces, Mugica trabajó como asesor en el Ministerio de Bienestar Social, para ayudar en los barrios humildes y construir viviendas.
En 1973, se publicó un libro con escritos de Carlos Mugica.
Con el regreso del gobierno democrático, Mugica empezó a no estar de acuerdo con algunos grupos que seguían usando la fuerza. En junio de 1973, hubo un conflicto violento en un evento político.
Mugica pensaba que la fuerza había sido necesaria para oponerse al gobierno militar y lograr elecciones libres. Pero ahora creía que era muy importante dejar de usar la fuerza.
El 28 de agosto de 1973, renunció a su cargo en el Ministerio de Bienestar Social porque no estaba de acuerdo con la forma en que se manejaban los planes para los barrios humildes. Él quería que las viviendas fueran construidas por los propios vecinos, organizados en cooperativas.
El 7 de septiembre de 1973, Mugica dio un sermón en una misa. En ese momento, insistió en la necesidad de "dejar las armas para empuñar los arados", es decir, dejar la violencia y dedicarse al trabajo y la construcción.
En noviembre de 1973, en un programa de radio, Mugica criticó el uso de la fuerza en democracia. Dijo que la fuerza tenía sentido durante el gobierno militar, pero no con un gobierno elegido por el pueblo.
En un programa de televisión, el Padre Mugica afirmó que el marxismo era "un colonialismo cultural" en Argentina, mostrando su desacuerdo con algunas ideas de izquierda.
Después de un ataque a una base militar en enero de 1974, Mugica dijo que la violencia contra el ejército, cuyo comandante era el presidente Perón, era "absurda, antipueblo, inhumana y anticristiana".
Carlos Mugica promovía la paz y el apoyo al gobierno elegido por el pueblo. Se le atribuye haber influido en muchos jóvenes para que dejaran los grupos armados y se unieran a movimientos más pacíficos.
Su asesinato

El Padre Mugica recibía críticas y amenazas. El 11 de mayo de 1974, después de las 8 de la noche, fue atacado cuando iba a subir a su auto frente a la iglesia de San Francisco Solano en Villa Luro, donde acababa de celebrar misa. Mugica recibió varios disparos. Su amigo, Ricardo Capelli, que lo acompañaba, también resultó herido.
Testigos, incluyendo Capelli, identificaron a un hombre llamado Eduardo Almirón como el atacante. Almirón era policía y trabajaba como guardaespaldas de un ministro del gobierno, a quien Mugica y Capelli conocían.
Ambos fueron llevados al hospital. El doctor Marcelo Larcade, que los atendió, contó que Mugica insistió en que primero atendieran a su amigo. La operación de Mugica duró unas dos horas, pero sus heridas eran muy graves y falleció. El doctor Larcade también dijo que el informe médico de Mugica desapareció y que nunca fue llamado a declarar. Capelli fue perseguido y amenazado después del ataque.
Mugica fue una de las muchas personas de la Villa 31 que fueron asesinadas o desaparecidas en esos años. Poco después de su muerte, un disco musical religioso llamado Misa para el Tercer Mundo, con letras suyas, fue destruido por el ejército. Décadas después, el álbum fue recuperado.
La investigación de su muerte
Falta de investigación en la época
El crimen del Padre Mugica no fue investigado por la justicia en ese momento. Solo en 2007, más de treinta años después, se abrió una investigación. En la época, se especuló mucho sobre quiénes fueron los responsables. Algunos medios de comunicación del gobierno atribuyeron el asesinato a grupos que buscaban generar miedo. Otros señalaron a grupos que no estaban de acuerdo con las críticas de Mugica. También actuaban grupos violentos de derecha que atacaban a personas consideradas de izquierda.
Un grupo negó de inmediato haber sido el autor y culpó a "bandas armadas de derecha".
Investigación y juicio a partir de 2006
Décadas después, la justicia reabrió la investigación y llamó a los testigos. Ellos señalaron a un grupo de derecha llamado Alianza Anticomunista Argentina (conocida como la Triple A) e identificaron a Rodolfo Eduardo Almirón como el autor de los disparos. Ricardo Capelli, quien fue herido en el mismo ataque, reconoció a Almirón.
Basándose en esta declaración, en 2012, un juez declaró que "Rodolfo Eduardo Almirón fue el autor inmediato del homicidio de Carlos Francisco Sergio Mugica, en el marco del accionar delictivo de la Triple A". Almirón había sido traído desde España y falleció en Argentina en 2009.
Ricardo Capelli relató que al llegar a la iglesia con Mugica, vio a Rodolfo Almirón. Al salir de la misa, alguien llamó al Padre Mugica. Este se dio vuelta y Capelli escuchó un insulto y luego los disparos. Capelli cayó herido y vio claramente a Rodolfo Almirón con el arma.
La investigación sobre el asesinato de Carlos Mugica forma parte de una causa más grande sobre los crímenes cometidos por la Triple A. En 2016, una jueza condenó a varias personas por pertenecer a la Triple A, y se confirmó que esa organización fue la que asesinó al Padre Mugica. La Fiscalía pidió que se condene a estas personas también por el asesinato de Mugica y otros crímenes.
Otras opiniones
Algunos políticos, historiadores y periodistas han presentado otras ideas sobre quiénes fueron los responsables, a veces señalando a otros grupos.
Por ejemplo, el historiador Javier Garín sostiene que las sospechas iniciales apuntaban a otro grupo, y que la Triple A no existía antes de la muerte de Perón. Según él, Mugica estaba ayudando a Perón a formar un grupo para quitarle miembros a otro.
Un escritor, Juan Manuel Duarte, en un libro de 2014, acepta que la Triple A asesinó a Mugica, pero sugiere que otro grupo no lo defendió adecuadamente. Sin embargo, las afirmaciones de Duarte sobre lo que dijo un sacerdote ya fallecido fueron desmentidas por muchas personas que conocieron a ese sacerdote.
En 2020, una política llamada Patricia Bullrich afirmó en un programa de televisión que el asesinato había sido cometido por el grupo al que ella misma pertenecía en ese momento.
Su legado
Carlos Mugica es visto por sus seguidores como un ejemplo de cómo vivir de acuerdo con las propias ideas y de tener una fe fuerte. Él siempre animaba a los demás a no rendirse y a seguir orando y ayudando a Dios. Un libro sobre él dice:
En poco más de 13 años de labor sacerdotal, había llegado a ser ampliamente conocido en el país. Su asesinato conmovió profundamente. Miles de personas desfilaron ante su féretro... Una impresionante multitud, que reunía exponentes de todas las clases sociales, pero especialmente a los pobres de las «villas miseria», lo acompañó por más de 50 cuadras hasta la Recoleta, en una manifestación de fe con tal profundo sentido religioso y popular que no se tiene memoria, en nuestra ciudad, de otra similar.
El 9 de octubre de 1999, los restos de Carlos Mugica fueron trasladados desde el cementerio de la Recoleta hasta la parroquia Cristo Obrero en la Villa 31 de Retiro, donde descansan ahora. Este lugar fue donde el sacerdote realizó la mayor parte de su trabajo como "cura villero". El traslado fue sugerido por un grupo de sacerdotes y fue encabezado por el entonces arzobispo Jorge Mario Bergoglio.
A fines de 2007, la Compañía de Jesús y la Universidad Católica de Córdoba acordaron guardar la Colección Meisegeier – Archivo Mugica, que contiene volantes, fotos, libros, revistas y otros documentos sobre su vida y obra. Esta colección lleva el nombre del padre José "Pichi" Meisegeier, amigo de Carlos Mugica.
Sus frases y oraciones más conocidas
Después de que una bomba explotara cerca de la casa de sus padres en 1971 y de que lo buscaran en la Villa de Retiro, Carlos Mugica dijo una frase que se considera su testamento espiritual:
Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición.Carlos Mugica, agosto de 1971
Carlos Mugica también escribió varias oraciones. Una de ellas, de 1969, es muy usada hoy por los "curas villeros":
Señor, perdóname por haberme acostumbrado
a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece.
Señor, perdóname por haberme acostumbrado
a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.
Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas,
de las que puedo no sufrir, ellos no.
Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo.
Señor, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no,
porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre.
Señor, perdóname por decirles 'no solo de pan vive el hombre'
y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí.
Señor, quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz.
Homenajes al Padre Mugica
- Los Guardianes de Mugica es la primera murga del Barrio 31. Fue creada en 1999 por vecinos que lo conocieron. El músico León Gieco compuso un tango electrónico con el nombre de la murga. La fundadora de la murga, Nelly Benítez, escribió un libro llamado "Los Guardianes de Mugica, diamantes en el barro".
- Después de su fallecimiento, los vecinos de la Villa 31 le pusieron su nombre al barrio, que hoy se conoce como "Barrio Padre Mugica".
- En 2014, se construyó un monumento en la avenida 9 de Julio, en Buenos Aires, para recordarlo a 40 años de su muerte.
- En el 50 aniversario de su muerte, se organizaron varias actividades bajo el lema Semana Carlos Mugica.
Galería de imágenes
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Parroquia San Francisco Solano de Villa Luro - Placa conmemorativa del asesinato del sacerdote Carlos Mugica
Filmografía
En 1999 se estrenó una película documental llamada Padre Mugica sobre su vida.
Vídeos
- Gustavo Gordillo y Gabriel Mariotto (1998). Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Documental "Padre Mugica".
- Luis Barone. Documental sobre el Padre Mugica, "Los malditos caminos".