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Plumaria de México para niños

Enciclopedia para niños

La plumaria es una técnica artística muy antigua que consiste en usar plumas para crear obras de arte. Fue muy importante en México antes de la llegada de los españoles y también durante la época colonial.

Aunque en otras partes del mundo también se han usado plumas para el arte, las creaciones de los artistas mexicanos, llamados "amantecas", impresionaron mucho a los conquistadores españoles. Por eso, algunas de estas obras fueron enviadas a Europa.

En Europa, las obras de plumas se hicieron muy famosas. Durante un tiempo, esta técnica única de usar plumas para hacer piezas espectaculares fue muy valorada. La plumaria es una técnica que viene de las culturas antiguas de México y se siguió usando por más de un siglo después de la conquista.

A principios del siglo XVII, la práctica de la plumaria empezó a disminuir por varias razones:

  • Fallecieron muchos de los maestros expertos en plumaria.
  • Algunas aves con plumajes finos, ideales para estas obras, empezaron a escasear.
  • Se perdieron muchas artesanías indígenas.

Las obras hechas con plumas, especialmente los mosaicos o pinturas, a menudo representaban imágenes religiosas. En el siglo XX, se lograron recuperar algunas de estas obras. Sin embargo, hoy en día es muy raro encontrar personas que sigan practicando esta técnica. Aunque la plumaria ya no es tan común como antes, las plumas siguen siendo parte importante de los trajes tradicionales en varios estados de México.

¿Qué es la Plumaria Mesoamericana?

El uso de plumas para decorar obras de arte se ha visto en muchas partes del mundo. En el continente americano, estas obras se usaban en ceremonias y para mostrar la importancia de cada grupo social. Las vestimentas de las personas con poder y prestigio se adornaban con plumas. En Mesoamérica (la región que hoy incluye parte de México y Centroamérica), se crearon obras increíbles, muchas de las cuales se encuentran en el centro de México.

Un Arte con Significado

Para las culturas mesoamericanas, las plumas tenían un valor similar al del jade y las turquesas. Se creía que las plumas tenían propiedades especiales, como traer fertilidad, abundancia, riqueza y poder. Quienes usaban plumas en sus atuendos eran vistos como personas con poderes especiales. Hay pruebas del uso de plumas desde los tiempos de los mayas, quienes criaban aves para obtener las plumas que necesitaban para sus artesanías.

Dioses y Plumas

Los toltecas creaban símbolos con plumas, inspirados por el dios Quetzalcóatl. A esta deidad se le representaba como una serpiente cubierta de plumas (Quetzalcóatl significa "serpiente emplumada"). Se decía que él descubrió el oro, la plata y las piedras preciosas.

Al dios azteca Huitzilopochtli se le relaciona con los colibríes. Según una leyenda, una bola de plumas finas cayó sobre su madre, Coatlicue, y así ella concibió a Huitzilopochtli. Cuando nació, tenía una armadura hecha con plumas de águila y plumas finas que cubrían su cabeza y su pie izquierdo (Huitzilopochtli significa "colibrí zurdo").

¿Qué Aves Daban sus Plumas?

Se usaban plumas de aves de lugares cercanos y lejanos, especialmente durante el imperio azteca. Las plumas se obtenían de aves silvestres, pavos y patos domesticados. Las plumas más finas venían de Chiapas, Guatemala y Honduras, obtenidas a través del comercio.

Las plumas más valiosas eran las de quetzal, largas y verdes, que se enviaban a los líderes y al emperador. Los quetzales no podían ser domesticados porque eran aves silvestres. Cuando se les capturaba, se les quitaban las plumas y luego se les liberaba.

Bernardino de Sahagún hizo una lista de las aves cuyas plumas se usaban. Algunas de ellas eran:

  • Trogón mexicano
  • Cotinga azulejo
  • Espátula rosada
  • Pájaro ardilla
  • Mielero dorsioscuro
  • Tucán esmeralda
  • Garza agamí
  • Momoto mexicano
  • Momoto cejiazul
  • Picogordo azul
  • Águila real
  • Garza blanca
  • Guacamayo militar
  • Guacamayo macao
  • Loro de cabeza amarilla
  • Zacua mayor
  • Más de 53 especies de colibríes de México

Objetos Hechos con Plumas

Los toltecas usaban plumas blancas y negras en sus obras. Los aztecas, los tlaxcaltecas y los purépechas usaron mucho las plumas como adornos en sus creaciones.

Las plumas se usaban para hacer objetos como flechas, abanicos, cascos y ropa muy fina. Durante el gobierno del emperador azteca Ahuízotl, las plumas más hermosas de quetzal llegaban de las zonas tropicales al imperio azteca. También, durante el gobierno de Moctezuma, se usaron plumas para decorar escudos ceremoniales y la ropa de los guerreros aztecas. Esta técnica se usó también para vestir figuras importantes y a los sacerdotes.

Durante la conquista, Moctezuma pidió ayuda a los purépechas para luchar contra los españoles. Este mensaje incluía plumas de quetzal, que eran muy valiosas y difíciles de conseguir. Los purépechas usaban plumas para decorar escudos ceremoniales, ropa para el gobernante y prendas para sacerdotes, guerreros y generales. Para declarar la guerra, los purépechas mostraban a sus enemigos una madera cubierta de plumas, lo que representaba grandeza y poder. Los soldados que morían en la guerra eran enterrados con plumas, para mostrar respeto y honor.

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Guerreros aztecas con escudos de plumas y otros equipos. Códice Mendoza.

Las Plumas como Moneda

Las plumas también tenían un uso especial: funcionaban como una especie de moneda, al igual que los granos de cacao. Eran un producto comercial muy popular por su valor y porque eran fáciles de transportar a largas distancias. Cuetzalan pagaba tributo a Moctezuma con plumas de quetzal. La demanda de estas plumas era tan grande que llevó a la extinción de los quetzales en esa región.

Los Amantecas: Artistas Especiales

En la sociedad azteca, el grupo de personas que se dedicaban a crear objetos con plumas se llamaba amantecas. Su nombre venía del barrio Amantla, en Tenochtitlán, donde vivían y trabajaban. Los amantecas tenían sus propios dioses, como Coyotlináhual. Las hijas de los amantecas solían ser bordadoras, y los jóvenes también hacían objetos de plumas. Las creaciones de las hijas de los amantecas eran consideradas "divinas".

Los amantecas eran una clase de artesanos muy respetada. No pagaban impuestos ni estaban obligados a prestar servicio público. Tenían libertad para organizar su trabajo. El arte de la plumaria era tan valorado que incluso los hijos de la nobleza lo aprendían como parte de su educación. La gran habilidad de este arte se puede ver en piezas creadas antes de la conquista española, algunas de las cuales están en el Museo de Etnología de Viena. Allí se pueden encontrar obras como el penacho de Moctezuma y capas ceremoniales. Los escudos de guerreros están en la colección del Museo de la Ciudad de México.

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Detalle de una tela de algodón y plumas en el Centro Cultural de España en México, en la Ciudad de México.

¿Cómo se Hacían las Obras de Plumaria?

El Códice Florentino nos da información sobre cómo se hacían estas obras de plumas. Los amantecas usaban dos métodos:

  • Asegurar las plumas con hilos: Esto se usaba para crear objetos tridimensionales como abanicos, pulseras, sombreros y otros adornos.
  • Técnica de mosaico: Esta era más compleja y los españoles la llamaron "pintura con plumas". Los mosaicos se hacían principalmente en escudos y capas para figuras importantes. Para crear estos mosaicos, la elección de plumas era muy específica.

Para empezar una obra, se ponía una capa de papel y luego se colocaban las plumas deseadas. Las primeras capas se hacían con plumas "comunes". Para terminar, se ponían las plumas más preciosas para darle elegancia y una mejor apariencia a la pieza. El adhesivo para las plumas en el periodo mesoamericano se hacía con bulbos de orquídeas.

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El huipil de La Malinche, con bordes de hilo de plumas.

A veces, las plumas se teñían con líneas finas o puntos. Algunas de las obras más bellas del arte azteca combinaban plumas, oro y piedras preciosas. Debido a los materiales tan delicados, estas piezas de arte deben protegerse de la luz. Si se exponen a la luz por mucho tiempo, el color puede desvanecerse.

Otra forma de usar plumas era en la confección de ropa. Las vestiduras de los guerreros águila estaban completamente cubiertas de plumas. Las telas usadas para la ropa eran diferentes, lo que ayudaba a distinguir a la nobleza de la gente común. Hay poca información sobre cómo se incorporaban las plumas en los tejidos durante el periodo mesoamericano. Se sabe que para los huipiles de boda en Zinacantán, Chiapas, se usaban plumas.

Las telas hechas con plumas en Mesoamérica se hacían con hilo de algodón y plumas, similar a cómo los huipiles de novia actuales tienen plumas hiladas con algodón.

La Plumaria y los Europeos

Cuando los españoles llegaron a México, quedaron impresionados por las aves y el uso que la gente daba a las plumas. Entre los regalos que Hernán Cortés recibió de Moctezuma, destacaban algunas plumas. Ya en 1519, Cortés envió a España escudos, cascos emplumados y abanicos.

En 1524, Diego de Soto regresó a España desde el Nuevo Mundo. Entre los regalos para el Rey Carlos V había una obra de arte hecha con plumas. También se le regalaron escudos con dibujos de serpientes, mariposas, aves y penachos.

Después de la conquista, la plumaria siguió existiendo, pero en menor medida y con cambios en la técnica. La llegada de la religión cristiana a Mesoamérica influyó en este cambio. Sin embargo, la creación de mosaicos de plumas se mantuvo fuerte, y muchos se enviaron a Europa, Guatemala y Perú. Incluso llegaron a Asia como regalos. Plumas exóticas se exportaron a Europa, donde se usaban para adornar sombreros, caballos y ropa.

La importancia del arte plumario y el asombro que causó en los españoles fue documentado por varios conquistadores y cronistas.

Plumaria con Temas Cristianos

La evangelización (la difusión de la religión cristiana) añadió temas cristianos a esta técnica. Después de la llegada de los conquistadores, los amantecas comenzaron a crear imágenes religiosas, que se exportaron a Europa y Asia. Las primeras imágenes de inspiración cristiana se hicieron en banderas y en ropa de algodón.

Al principio, los españoles intentaron eliminar las obras hechas con plumas, como parte de sus esfuerzos por cambiar las creencias antiguas. Sin embargo, pronto cambiaron de idea y permitieron que los amantecas crearan imágenes cristianas. A estos nuevos trabajos se les llamó "mosaicos de pluma", por los pequeños trozos de plumas que se usaban.

Después de la conquista, se usaron plumas de colibríes para adornar imágenes de Cristo en Michoacán, así como sandalias de hilo de agave y plumas de colibrí en Tzintzuntzan Michoacán. También, los artesanos hacían cruces y candelabros adornados con plumas verdes llamadas quetzalli. Se creaban imágenes y colgantes que servían como amuletos protectores.

Los mosaicos del siglo XVI se hacían con plumas de diferentes tamaños, combinadas con tiras de papel. Con el tiempo, las plumas se hicieron más pequeñas, las composiciones más armoniosas y los diseños más delicados, a veces con hojas de oro. Las imágenes de estas obras de arte con plumas se centraban en los fundadores y santos protectores, junto con figuras de las diferentes órdenes religiosas.

Estas obras también se enviaron a varios papas en Roma. Algunos de estos líderes religiosos las regalaron a nobles. Por esta razón, se pueden encontrar en varios museos en diferentes partes de Europa. La plumaria se hizo popular en las colecciones de reyes, emperadores, nobles, líderes religiosos, pensadores y naturalistas entre los siglos XVI y XVIII. Algunas piezas llegaron a lugares como Praga, Castillo de Abras y El Escorial. Incluso se enviaron tan lejos como China, Japón y Mozambique.

Además de crear imágenes con plumas, se usaban para adornar la ropaje y accesorios de los sacerdotes. También hacían adornos de plumas para los altares de iglesias y conventos. Aunque no hay registros escritos que digan que la ropa con plumas fuera una influencia mexicana, no fue hasta la segunda mitad del siglo XVI cuando se reconoció que la idea de usar adornos de plumas sí fue iniciada por la cultura mexicana.

Grabados europeos sirvieron de modelo para las imágenes hechas con plumas para mitras (sombreros de obispos), que hoy se pueden encontrar en Milán, Florencia y Nueva York. Sin embargo, estas y otras imágenes cristianas no eran copias exactas, sino que se combinaron con imágenes de las culturas antiguas de México.

En conventos y otros lugares religiosos de México se enseñó el arte plumario, especialmente el de mosaicos. Al principio, las habilidades de estos artistas eran muy importantes. Incluso podían copiar la escritura latina. Un ejemplo importante es "Sacras de Ambras", en el Museo de Historia del Arte de Viena. Allí, plumas negras se pegaron sobre una cinta de plumas blancas pequeñas.

Un lugar donde se pueden encontrar estas obras de arte es en Pátzcuaro, Michoacán. Allí se mantuvieron muchas de las técnicas antiguas que usaban los artesanos de plumaria.

El arte hecho con plumas de la época mesoamericana inspiró obras europeas, como el Libro di piume (Libro de plumas), de Dionisio Minaggio, un jardinero de Milán que aprendió la técnica y creó reproducciones de aves de sus regiones, así como retratos.

Otros artistas como Tommaso Ghisi y Jacopo Ligozzi usaron esta técnica y crearon obras para colecciones importantes.

La Plumaria en los Siglos XVII al XX

Durante la "edad de oro" mexicana, las obras hechas con plumas continuaron hasta principios del siglo XVII, pero luego disminuyeron por la falta de maestros antiguos. También bajó la demanda, porque los españoles empezaron a valorar menos las artesanías indígenas, y la pintura al óleo se convirtió en la forma principal de hacer imágenes religiosas.

En el siglo XVII, la técnica de usar plumas para crear imágenes aumentó. Este método se usó para hacer la imagen de la Virgen de Guadalupe. Se implementaron nuevas técnicas, usando tiras de papel y adornos de oro. Un hermoso ejemplo es la imagen de la Virgen de Guadalupe, que está totalmente decorada con plumas. Otra pieza importante del siglo XVII es la imagen de la Asunción de María, que se encuentra en el Museo de las Américas, en Madrid.

Otras modificaciones de la técnica ocurrieron en el siglo XVIII, cuando no solo los indígenas practicaban este arte. Las obras con plumas se complementaban con pinturas al óleo. Los artistas usaban estas pinturas para dar más detalle a las caras y manos de los personajes.

En el siglo XIX, un barco que transportaba obras de este arte se hundió. Solo se recuperaron algunas obras, que hoy están en Michoacán. En 1803, Alexander von Humboldt visitó Pátzcuaro y compró una obra de plumaria de Nuestra Señora de la Salud, que ahora está en un museo alemán. Las manos y la cara están pintadas al óleo, pero el resto de la obra está hecha con plumas de colibríes.

Las monjas del Convento de Santa Rosa, en Puebla, México, destacaron por las obras que crearon en el siglo XIX. A mediados de ese siglo, se empezó a usar la litografía en México, y algunos grabados se usaron como base para la plumaria. En Puebla, esta técnica era muy popular entre las chinas poblanas. La última innovación fue usar fotografías como base.

En el siglo XX, había pocos ejemplos de obras hechas con plumas, debido a la extinción de diferentes aves con plumas muy finas. Durante la primera mitad de ese siglo, las imágenes hechas con plumas eran en su mayoría tarjetas postales y otros artículos con imágenes de gallos o pájaros. Manuel Gamio intentó revivir esta técnica. En 1920, se crearon dos murales que representaban serpientes, una azteca y otra maya, copiadas de piezas arqueológicas.

Es importante mencionar que, durante este siglo, casi todas las prendas hechas con plumas pasaron de moda. Sin embargo, la única prenda que aún se elabora con plumas es el vestido de novia llamado huipil, adornado con diversas decoraciones, hecho por los tzotziles de Zinacatlán, Chiapas.

En la última parte del siglo XX, varios artistas intentaron retomar la técnica de hacer obras con plumas. Pintores y personas dedicadas a la tapicería, como Carmen Padín, comenzaron a investigar esta técnica.

Carmen Padín, de 1979 a 1981, expuso varias obras en diferentes ciudades de México. La exhibición incluía túnicas, capas y escudos. Estas obras eran muy difíciles de hacer, porque las plumas que usaba no eran fáciles de conseguir. Otra artista, Josefina Ortega Salcedo, se interesó en la técnica después de leer sobre ella en la revista Artes de México. Ella estudió dibujo y pintura para poder combinar lo aprendido con la técnica de usar plumas. Sus obras más conocidas fueron varios retratos, que eran copias exactas de fotografías.

Sus imágenes estaban compuestas por tres capas: una base de plumas claras, luego una capa de papel crepé y, finalmente, una capa de plumas coloridas y delicadas. Elena Sánchez Garrido también sigue practicando esta técnica, combinándola con acuarelas. Tita Bilbaro hace imágenes de estilo azteca y modernas, usando plumas, arena, tela, cuero, espejos y conchas marinas.

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Tocado para la danza de concheros. Museo de Arte Popular en la Ciudad de México.

Una familia reconocida por seguir la técnica de la plumaria es la familia Olay. Esta tradición comenzó cuando Gabriel Olay, mientras viajaba y cazaba aves, aprendió de un indígena a crear cosas hermosas con plumas. Después, convirtió esto en un oficio familiar que se heredaría de generación en generación. La mayor parte de la familia trabaja en reproducciones de imágenes antiguas de México.

Gabriel Olay ha creado muchas obras de plumas. Vive en Tlalpujahua, Michoacán. Cuatro de sus piezas están en la colección del Centro Cultural de Morelia. Otras están en varios museos de Michoacán. Una imagen de la Virgen de Guadalupe que creó la regaló al presidente mexicano Luis Echeverría y una copia de la misma imagen la obsequió al Papa Juan XXIII. Hoy, esa obra es parte de la colección del Vaticano.

Hans Matías Olay, nieto de Gabriel Olay, se especializa en reproducir aves y flores que existían en los pueblos nahuas de Guerrero. En 1990, en el Museo Nacional de Antropología (México) se hizo una exposición con las obras de Gabriel Olay Ramos y sus hermanas Gloria y Esperanza. Gabriel Olay Ramos vive en la Ciudad de México y usa plumas de gallos y gallinas de muchos colores en sus obras.

Otros artistas de la plumaria son Juan Carlos Ortiz, de Puebla, y Jorge Castillo, de Taxco. Juan Carlos hace mosaicos decorados con plumas. Jorge Castillo decora sus obras con plata y plumas.

El uso más común de plumas en el México actual se ve en los trajes de danza tradicionales. Las plumas se usan para decorar los accesorios de los bailarines. En Oaxaca, la danza de la pluma es una danza ritual donde se usan plumas de avestruz para un toque especial. En la danza de Calalá, en Suchiapa, Chiapas, el bailarín principal usa un abanico hecho de plumas de pavo y de gallo. En los trajes de danzas tradicionales son más comunes las plumas de avestruz, seguidas por las de gallo, de pavo y de gallina. Aunque son muy coloridas, no es muy común que estos trajes estén hechos con plumas de pavorreal.

Piezas Importantes de Plumaria

A pesar de su gran importancia en el periodo mesoamericano, pocas obras de esta técnica se conservan intactas. Esto se debe a que cuidarlas es muy difícil; necesitan pasos y cuidados especiales para mantenerse limpias y en buen estado. Para que las obras decoradas con plumas se conserven bien, deben guardarse en una caja sellada con pequeños orificios para controlar la temperatura. Esto limita que se puedan ver con frecuencia. Algunas obras se exhiben en galerías, museos y colecciones privadas, siempre con el cuidado necesario.

Quizás la pieza más conocida sea el penacho de Moctezuma. Aunque lleva su nombre, las investigaciones han demostrado que el emperador azteca no lo usó. La pieza original está en el Museo de Etnología de Viena. Una réplica hecha con técnicas auténticas se encuentra en el Museo de Antropología de la Ciudad de México.

Debido a que muchos mosaicos se enviaron a Europa, varias piezas importantes se encuentran hoy en museos y colecciones de ese continente. La pieza más antigua de plumas creada por artistas indígenas cristianos es la Misa de San Gregorio, que está en el Museo de los Jacobinos en Auch, Francia. Fue hecha por artesanos de San José de Belén de los Naturales.

En 1539, el virrey Antonio de Mendoza donó esta obra al papa Paulo III. La pieza nunca llegó a manos del Papa. Hasta 1987 no se sabía dónde estaba, cuando un comerciante de ropa de segunda mano la encontró y la llevó a subasta en París. Otra obra importante, creada por Juan Correa en el siglo XIX, llamada San Lucas pintando a la Virgen, se encuentra en el Museo del Hombre, de París. La ropa en esta obra está detallada con plumas, pero las manos y el rostro fueron hechos con pinturas al óleo.

Sin embargo, una cantidad importante de piezas de mosaico de plumas permanece en México. San Pedro es una obra del siglo XVI que muestra influencia romana. Se encuentra en el arzobispado de Puebla. Otra pieza en Puebla es un retrato de Juan de Palafox y Mendoza, un obispo que protegió a los indígenas en Puebla. La obra La Piedad, hecha en el siglo XVII, muestra a María con Jesús. Esta pieza y la llamada Virgen del Rosario se encuentran en el Museo Franz Mayer.

Una imagen importante del siglo XVI, cuyo nombre es Salvator Mundi, se encuentra en el Museo de Tepotzotlán. Esto muestra la influencia de las imágenes bizantinas, que incluyen rasgos asiáticos. En las cuatro esquinas hay caracteres cirílicos que aún no se han descifrado.

Lamentablemente, hoy en día no existen obras de arte hechas con plumas elaboradas antes de la conquista. Solo hay unas pocas obras del periodo colonial. En el Museo de Antropología hay dos obras muy importantes. La primera incluye dos mantos de San Miguel Zinacantepec. La segunda es el huipil de la Malinche.

Los adornos usados en las iglesias de aquel entonces se encuentran en diversas colecciones de Europa, incluyendo el Vaticano. En la iglesia de Santa María en Vallicella, en Roma, se conservan dos conjuntos de vestimentas que fueron regalos de México del siglo XVIII. Estos regalos incluían dos adornos con una base de papel de lino y seda, decorados con plumas blancas. También se usaron plumas de diferentes colores para crear un dibujo de una corona de flores sobre el adorno.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Mexican featherwork Facts for Kids

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Plumaria de México para Niños. Enciclopedia Kiddle.