Panadería de México para niños
Datos para niños Panadería mexicana |
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![]() Panes dulces de diferentes tipos: conchas (abajo izquierda), panetones (abajo derecha) y pan de muerto (arriba)
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Tipo | Pan | |
Origen | ![]() |
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La cultura del pan en México es muy antigua y diversa. La historia del pan en México comenzó con la llegada de los españoles. Ellos trajeron el arte de hornear el pan a Mesoamérica, donde antes solo se usaba la harina de maíz. Los mexicas aprendieron a cultivar el trigo, molerlo y hornearlo. Luego, crearon sus propios panes usando ingredientes locales.
Más tarde, la panadería mexicana recibió influencias de otros países. Por ejemplo, de Francia llegaron ideas como la crêpe. De Inglaterra, el paste (pasty) y los panqués (pound cake). De Estados Unidos, las tortitas o panqueques (pancakes). El secreto de la panadería mexicana ha sido adaptar estas recetas y crear una variedad única.
En 2018, se calculó que cada persona en México consume unos 33.5 kilogramos de pan al año. Los estados de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Sonora y Michoacán, junto con la Ciudad de México, tienen la mayor parte de las panaderías del país.
Contenido
¿Qué tipos de pan hay en México?
Una especialidad de la gastronomía mexicana son los panes de dulce. También se les llama pan dulce o pan de azúcar. Se estima que el 89% de los mexicanos compra pan dulce con frecuencia.
Panes dulces populares
Entre los panes dulces más comunes están:
- La concha
- El pan de muerto
- El ojo de buey
- El polvorón
- El mantecado
- El elote o elotito
- Las banderillas
- Los bigotes o bigotitos (un cuernito azucarado)
- Los garibaldis
- Un tipo de panqué
Panes salados comunes
Entre los panes salados, destacan:
- El bolillo
- La telera
- El pan bazo
- El birote
- La cemita
Para ver una lista completa, puedes consultar el Anexo:Panes de México.
¿Cómo funcionan las panaderías tradicionales en México?
En México, es raro que las familias horneen pan en casa. Tradicionalmente, la gente compra el pan en las panaderías o a vendedores ambulantes.
La frase "como pan caliente" significa que algo es muy popular o tiene mucha demanda. El pan de trigo es el segundo alimento más importante después de las tortillas de maíz. Su consumo puede indicar el nivel social o el origen de una persona.
El pan blanco se come a menudo como parte de la comida callejera, como las tortas. También puede ser una alternativa a las tortillas en comidas grandes. El pan de dulce se consume más en la mañana, como parte del desayuno, o por la noche. Esta comida de la noche se llama "merienda" y se toma entre las 6 y 8 p.m., junto con una bebida caliente como café o chocolate caliente.
Antes, era común ver a los panaderos (vendedores de pan) en bicicleta, llevando una gran canasta de pan sobre la cabeza. Aunque ahora es menos común, todavía se puede ver en algunos lugares. La forma más común de comprar pan es en pequeñas panaderías familiares. Estas suelen estar en el centro de los pueblos o en lugares clave de los barrios, a poca distancia. A menudo, una de las tareas de la familia es ir a la panadería a una hora específica para conseguir el pan más fresco.
El sector de la panadería es muy estable en México porque el pan es una necesidad básica. Sin embargo, a veces es difícil controlar los precios y el aumento de los costos de producción. La venta de panes tradicionales en los supermercados también ha afectado a las panaderías de barrio.
Organización de las panaderías
Las panaderías mexicanas a menudo se especializan. Algunas hacen pasteles (pastelerías) y otras hacen panes blancos y dulces (panaderías). Pero a veces, una misma panadería hace de todo. Hacer pasteles se considera más refinado.
Una panadería promedio puede producir alrededor de cien variedades de panes a lo largo del año. La harina que se usa sigue siendo del mismo tipo de trigo que se usaba desde la época colonial. La mayoría de las panaderías usan levadura comercial, pero evitan los conservantes. Algunos panaderos creen que los conservantes arruinan el sabor.
Las panaderías mexicanas tradicionales han mantenido su forma de trabajar desde la época colonial. El oficio de panadero se aprende trabajando, aunque las leyes actuales han limitado este sistema. Los puestos de trabajo en la panadería son jerárquicos. Los panaderos pueden subir de puesto a medida que aprenden más habilidades. Sin embargo, los hombres dominan la fabricación de productos de panadería, con pocas excepciones. Las mujeres empleadas suelen estar en el mostrador, atendiendo a los clientes.
La zona donde se prepara el pan se llama "amasijo". Está en la parte trasera del local. Allí hay mesas, mezcladoras y hornos. Los hornos pueden ser de gas o de leña. Las panaderías más antiguas en pueblos pequeños pueden tener hornos tan grandes que se puede entrar en ellos para meter la leña.
La harina que se deja fermentar con levadura se llama "madre". Pedazos de esta "madre" se usan para preparar diferentes tipos de masa. Hoy en día, las mezcladoras eléctricas hacen la mezcla de grandes cantidades de ingredientes. Sin embargo, el amasado final de lotes más pequeños todavía se hace a mano en la mayoría de las panaderías. Los pasteles son hechos por los panaderos más experimentados, que tienen un estatus más alto. A menudo son el maestro panadero o el dueño.
Las diferentes etapas de la fabricación del pan ocurren al mismo tiempo en distintas áreas. Los panes que están creciendo o ya horneados se colocan en estantes. Estos estantes suelen ser de metal, pero algunos antiguos de madera todavía se pueden encontrar. La limpieza es una tarea constante para mantener todo ordenado durante los turnos de horneado.
Cuando los productos están listos, se llevan del amasijo a la parte delantera de la panadería. Se colocan en grandes bandejas en los estantes. Los clientes toman bandejas circulares y pinzas para elegir sus panes. Luego, llevan la bandeja a un mostrador para que cuenten los panes y calculen el precio. El pago se hace en una caja separada, usando un recibo con el precio total.
Las panaderías pueden tener o no una sección especial para pasteles o pastelitos con crema o fruta. Estos suelen estar en estantes refrigerados. Es común ver un pequeño espacio dedicado a un santo, como la Virgen de Guadalupe o Judas Tadeo en la Ciudad de México. Este espacio suele estar cerca del mostrador o la caja registradora, con una moneda de la primera venta del negocio, velas y flores.
Los productos horneados mexicanos también son importantes en algunas regiones de los Estados Unidos. Especialmente en áreas con muchas personas de origen mexicano y latinoamericano. Por ejemplo, en Los Ángeles, California, en los años 1920, había pocas panaderías mexicanas. Pero esto ha crecido mucho con el aumento de la población mexicana.
La panadería Monarca fue fundada por dos personas de Monterrey, Nuevo León, que extrañaban los pasteles de su casa mientras estudiaban en los Estados Unidos. La primera panadería abrió en Huntington Park, California en 2006. Desde entonces, se han abierto muchas más en el área de Los Ángeles. Además, la empresa mexicana Bimbo ha comprado varias empresas panaderas estadounidenses desde 1994. Las opera con sus nombres originales y también introduce algunos de sus productos importados de México.
¿Cuánta variedad de panes mexicanos existe?
Siglos de experimentación y la influencia de diferentes tradiciones europeas han creado la gran variedad de panes que se encuentran hoy en las panaderías mexicanas. La mayoría de los panes mexicanos son únicos y están relacionados con la historia y cultura de México. México ha superado a España en la variedad de panes que produce. Tiene una de las tradiciones de pan más diversas, con estimaciones que van desde más de 300 hasta más de 1000 tipos. Incluso las panaderías pequeñas tienen una gran variedad de panes.
Nombres curiosos de panes
Una razón por la que es difícil saber el número exacto de variedades de pan es cómo se nombran. Los nombres pueden cambiar de una región a otra, e incluso de una panadería a otra. Algunos tienen nombres curiosos o divertidos. Esto se debe a la creatividad de los panaderos para mantenerse entretenidos durante su trabajo.
Los nombres provienen de la cultura y sociedad mexicana. También de características obvias como la forma, por ejemplo, "corbata" o "violín". Algunos nombres tienen significados culturales, como "Ojo de Buey", que se refiere a la vida en el campo. El nombre "Chilindrina" puede significar algo de poco valor o una cosa sin importancia.
También hay nombres de la historia de México para los panes. El nombre "Carlota" se refiere a la emperatriz de México en el siglo XIX. También hay panes llamados "Duque" y "Polca". Algunos panes llevan nombres de mujeres comunes, como "Carmela" y "Margarita". Otros se refieren a alimentos como el taco, el elote y el zapote (una fruta).
A veces, los nombres de los panes cambian en nuevos lugares. Un tipo de pan dulce mexicano trenzado se llama Alamar en la mayor parte de México. Pero en las comunidades mexicanas de Los Ángeles, se le conoce como "Autopista", por las muchas carreteras de la zona. Para las comunidades mexicanas en los Estados Unidos, los panes mexicanos pueden tener nuevos nombres, algunos en inglés. Esto puede ser por la traducción del nombre ("rope" en lugar de "lazo") o por comparación con algo similar en ese país. También ocurre al revés: "Dona" es una adaptación en español de "donut". "Panque" (de pound cake), a veces llamado "queque", generalmente se refiere a pasteles individuales o pastelitos.
En general, las categorías de pan se basan en el tipo de masa que se usa. Algunas formas, como las roscas (anillos) o los cuernos (cruasanes), se pueden hacer con diferentes masas, pero se distinguen con nombres diferentes. Los panes de la misma categoría tendrán el mismo sabor básico, pero variarán en forma y aditivos. Las conchas, monjas, limas, chilindrinas, picones y negritos son el mismo pan dulce básico, pero con ingredientes que los hacen lucir muy diferentes entre sí.
Los tipos de pan se basan en sus formas. Un tipo importante son los panes redondos que se producen por la fermentación natural de la masa, como los "volcanes" y "almejas". Otros se hacen usando tiras de masa para crear formas similares a objetos hechos por el hombre, como "reja" (parrilla), "estribo", "puro", "libro" (acordeón), "ladrillo" y "lazo".
Existen diecisiete categorías básicas de pan, incluyendo: "pan fino", "pan de huevo", "pan engranillado", "hojaldrado", "cemitas", "Picón", "masa panque", "torta / pastel", "mantecado", "galletas", "paloteado", "pambazo", "enrollado", "pan de agua" (pan hecho solo con agua), "masa feite", "pucha", "danesa", "pan de vapor", "pan agrio" y "pan de maíz".
Los panes más comunes que se venden siguen siendo los panes blancos básicos. Se usan para sándwiches o para acompañar las comidas. Se hacen con una masa simple de harina con un poco de sal o azúcar para dar sabor. Incluyen: españolas, bolos, pan de agua, violines, estribos, cuernos, pan de mesa, birotes, juiles, pambazos y teleras.
La mayor variedad se encuentra en los panes dulces, debido a la gran cantidad de sabores y rellenos. La vainilla y la canela son ingredientes importantes en muchos panes dulces. Otros sabores importantes incluyen almendras, coco, ajonjolí, cacahuates, nueces, chocolate, tequila, ron, cáscara de naranja, mermelada de fresa, membrillo, conservas de albaricoque, manzana y piña. En algunos tipos de pan que necesitan inflarse mucho, se usa tequesquite (un tipo de sal). El uso de este ingrediente se ha documentado desde el año 1700. La mayoría de los panes dulces se hornean, pero algunos se fríen, generalmente usando grasa de res o cerdo, a veces mantequilla. Los más populares son los churros y los buñuelos.
Panes para ocasiones especiales
Hay eventos y festivales que se celebran con tipos específicos de panes y pasteles, como las fiestas patronales. Pueden ser panes dulces o blancos y a menudo se sirven con bebidas como el atole y chocolate caliente. Los panes hechos con masa de picón, con ingredientes como huevos, leche o crema, son comunes para ocasiones festivas. Por ejemplo, en Domingo de Pascua, cuando los cristianos pueden comer libremente después de la Cuaresma. En otras ocasiones, los panes y pasteles más comunes se decoran para días festivos como Navidad, Día de San Valentín, Día de la Independencia y las conmemoraciones de la Batalla de Puebla.
Un pan tradicional es el pan de pulque. Como su nombre lo indica, está hecho con la savia fermentada del maguey. Es más popular en el centro y sur de México. Se presenta en diferentes formas y con varios ingredientes. Generalmente lo venden vendedores ambulantes en sus propios camiones de panadería, que viajan entre las muchas ferias de la ciudad y religiosas en todo México. A veces, estos panes también se llaman pan de burro, porque antes los vendedores los llevaban con estos animales.
La rosca de reyes es el pan dulce tradicional para el Día de los Santos Reyes Magos, el 6 de enero. Es un pan en forma de anillo, de origen judío. Antes se rellenaba de crema, pero en México se adorna con ate (Dulce de membrillo), pasas y nueces. Tradicionalmente, se come con chocolate caliente. Dentro de la rosca, hay pequeñas figuras del niño Jesús. Quienes las encuentran son responsables de llevar los tamales para el Día de la Candelaria, el 2 de febrero. Este pan y la tradición llegaron a México con los españoles.
El Pan de muerto es un pan importante para el Día de los Muertos, el 2 de noviembre. Es especialmente popular en estados con muchas comunidades indígenas, como Michoacán, México, Guerrero, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Hidalgo, Chiapas y Oaxaca, así como la Ciudad de México. Para esta ocasión, las panaderías producen cientos de barras de este pan ligeramente dulce. A menudo se usa como ofrenda en los altares y lo comen las personas vivas. La mayoría de estos panes son redondos con una cruz de masa encima que representa huesos. Sin embargo, hay variaciones, como los hechos con hojaldre y los que tienen formas de ovejas, corazones, manos, personas fallecidas y formas de rueda muy decoradas. En Oaxaca, hay pan para este día decorado con pequeñas cabezas pintadas hechas de flor y agua. Hay variaciones, como en Hidalgo, donde los elementos son de color rojo, lo que indica una influencia anterior a la llegada de los españoles, ya que ese color se asocia con la muerte.
Panes de cada región
Los panes de México también varían según la región. Algunas especialidades locales incluyen:
- Ladrillos en Aguascalientes
- "Mestizas", "pan de mujer" y "biscotelas" en Sinaloa
- "Coricos" en Sonora y Sinaloa
- "Coyotas" en Sinaloa y Sonora
- "Semas" en Durango y Coahuila
- "Muéganos" en Huamantla y Tehuacán, Puebla
- "Cocoles" y el pan relleno de queso en Perote, Veracruz
- "Pan de yema" en Oaxaca
- "Turcos" en Nuevo León
- "Aguacatas" en Michoacán
- "Frágiles", "doradas" y "campechanas" en Santa María del Río, San Luis Potosí
- "Picones de huevos" / "picones de nata" en Lagos de Moreno, Jalisco
- "Picones" en Poncitlan, Jalisco
La panadería del sureste, como Campeche, Yucatán y Quintana Roo, tiene una tradición que se remonta a la época colonial. En Campeche, hay un pueblo llamado “Pomuch” con una panadería muy variada y deliciosa. Allí elaboran panes como: pichones (pan francés relleno de jamón, queso y chile jalapeño), hojaldras de jamón y queso, el tuti, el trenzado, el macizo, la camelia, los polvorones, pan de anís y el pan de “Pomuch” (panetela), entre otros. Para hacer estos panes se usan ingredientes como queso blanco y amarillo, canela, anís, jamón, chile jalapeño y otros. Esta panadería es tan deliciosa y variada que en la temporada del Día de Muertos, estos panes se usan para adornar y honrar a los antepasados.
Algunas ciudades son famosas por sus panes especialmente finos. Estas incluyen Tingüindín, Michoacán, Acámbaro, Guanajuato, Chilapa, Guerrero, San Juan Huactzinco, Tlaxcala y Totolac, Tlaxcala.
Historia de la panadería en México
La panadería en la época colonial
Antes de la Conquista de México, no existían productos horneados como los conocemos en Europa. El alimento principal era (y sigue siendo) el maíz, usado para hacer tortillas y Tamales. Otros productos de grano incluían el amaranto, que se tostaba en comales y se mezclaba con savia de maguey para darle forma.
El trigo y la levadura llegaron con los españoles durante la Conquista. El trigo era necesario para hacer las hostias de la iglesia. La primera cosecha de trigo se plantó en tierras de Hernán Cortés, quien luego las regaló a Juan Garrido, un esclavo liberado y uno de los primeros panaderos de la época. Las primeras panaderías se establecieron en la década de 1520.
Al principio, el mercado del pan era pequeño porque los primeros panes no eran muy buenos y los indígenas no los comían. Pero a medida que la calidad mejoró y la población española y mestiza creció, también lo hizo el mercado del pan. Aunque el consumo de trigo nunca superó al de maíz, el pan se volvió un alimento básico importante.
Durante el periodo colonial, las panaderías estaban muy reguladas. El propio Hernán Cortés dio las primeras licencias para moler trigo y ordenó que el pan se vendiera en la plaza principal para controlar los precios. Las autoridades coloniales fijaban la cantidad de trigo, el peso de los panes y los precios. Cada panadería debía marcar sus productos con un sello para identificarlos. Los productores de trigo vendían a los molineros, quienes luego vendían la harina a las panaderías. Todas las empresas debían informar sus ventas y compras al gobierno. El objetivo era asegurar un suministro de pan barato y evitar la manipulación del mercado. Sin embargo, no siempre fue efectivo debido a la corrupción y a la mezcla del trigo con otras cosas.
Como la panadería se convirtió en un oficio, las regulaciones también incluían la formación de gremios y los títulos de maestro panadero. Los miembros del gremio tenían privilegios, como vender en los mercados de las clases altas y controlar la mayor parte del mercado del pan. Estos miembros debían ser de ascendencia española. Aunque algunas mujeres indígenas que aprendieron en los conventos vendían pan fuera de los gremios, se arriesgaban a ser castigadas. Ser miembro del gremio daba un alto estatus, pero el trabajo lo hacían empleados que no tenían oportunidad de ascender.
Hasta principios del siglo XX, la vida de los trabajadores de panadería era muy difícil. El trabajo de hornear, especialmente amasar la masa, era muy exigente. Los trabajadores tenían turnos de entre 14 y 18 horas al día. La falta de ventilación y las condiciones poco higiénicas hacían que los panaderos fueran propensos a enfermedades respiratorias y úlceras. Los dueños españoles se aprovechaban de las clases más bajas de la sociedad colonial. En el siglo XVIII, el 90% de los panaderos eran indígenas, y el resto eran mulatos o mestizos. La mayoría moría joven debido a enfermedades.
La popularidad del pan creció con el tiempo en varias comidas, especialmente el desayuno. En el periodo colonial, el desayuno de pan dulce con chocolate caliente se puso de moda. A finales del siglo XVII, el chocolate fue reemplazado por el café. A finales del siglo XVII, había cientos de panaderías en todas las principales ciudades coloniales de México. Las ventas se hacían en estas panaderías, así como en tiendas de barrio, mercados tradicionales y por vendedores ambulantes.
La gran variedad de panes de México comenzó en el periodo colonial. Los estilos de pan pronto se diferenciaron por la clase social. Los panes más finos y blancos, llamados pan floreado, eran para la nobleza y los ricos. Las clases bajas comían "pambazos", hechos con harina más oscura. La palabra "pambazo" es una mezcla de pan y "basso" (bajo), y hoy en día se refiere a un tipo de comida callejera. La influencia francesa en la panadería de México también comenzó en el periodo colonial, dando origen a un pan básico que todavía se encuentra hoy: el bolillo (similar a un Brötchen).
Los monasterios y conventos de la época colonial también fueron una fuente temprana de innovación. Horneaban su propio pan, tanto para su consumo como para dar caridad a los pobres. En el siglo XVII, Sor Juana Inés de la Cruz transcribió el libro de cocina de su convento, con la mitad de las recetas dedicadas a los panes. Estas instituciones desarrollaron recetas para buñuelos, empanadas y más, que todavía se hacen hoy en día.
Aunque los primeros panes eran muy básicos, las panaderías especializadas en panes dulces, llamadas bizcocherías en México, ya existían en 1554. A finales del siglo XVII, ya estaban bien establecidas. A finales del siglo XVIII, la mayoría de las panaderías tenían personal dedicado a los panes dulces, y se registraron más variedades, especialmente en los cafés, popularizados por los inmigrantes italianos en la Ciudad de México.
La panadería en el siglo XIX
Después de la Guerra de Independencia de México, las regulaciones coloniales sobre las panaderías se hicieron menos estrictas. Se esperaba que esto mejorara las condiciones de trabajo de los panaderos. Sin embargo, no tuvo mucho éxito, sobre todo por la necesidad de mantener bajos los precios del pan para la población. Esto significaba mantener muchas de las viejas prácticas, incluyendo el trabajo forzado.
La situación política inestable y el desinterés de muchas familias criollas (mexicanos de ascendencia europea) ya establecidas en el negocio de la panificación hicieron que las panaderías cambiaran de dueño con frecuencia. A mediados y finales del siglo XIX, esto permitió que empresarios de Europa, como franceses, italianos, austriacos y vascos, entraran en el mercado. Su participación aumentó el número de panaderías y añadió nuevas ideas al repertorio de panes. Uno de ellos fue el italiano Manuel Mazza, quien se estableció en Oaxaca y fundó su negocio. Más tarde se convirtió en el padre adoptivo de Benito Juárez. La cadena de panaderías El Globo en la Ciudad de México fue fundada en 1884 por la familia italiana Tronconi. Durante el gobierno de Porfirio Díaz, el pan y la repostería francesa eran especialmente populares, sobre todo en los cafés de la Ciudad de México. Además, el pan estilo estadounidense o pan de sándwich se introdujo durante la Intervención estadounidense en México. Aunque se introdujeron nuevos estilos, los nuevos dueños adoptaron las prácticas tradicionales mexicanas de empleo y monopolio, incluyendo alianzas matrimoniales.
Lo que sí hicieron fue aumentar considerablemente el número de panaderías. Esto permitió que muchas personas tuvieran una panadería cerca. Antes de eso, la mayoría de la gente compraba el pan a vendedores ambulantes. En 1880, había 78 panaderías en la Ciudad de México, además de muchas más personas indígenas que vendían sus propios panes en las calles y mercados. En el siglo XX, varias de estas panaderías ganaron buena reputación, como La Vasconia.
Aunque las prácticas de empleo no cambiaron durante la mayor parte de este siglo, una huelga importante en 1895 marcó el principio del fin para algunas de ellas. Puso fin a la práctica de encerrar a los trabajadores de panaderías en los dormitorios fuera de las horas de trabajo.
Del siglo XX hasta hoy
Aunque a principios del siglo XX los trabajadores de panadería podían salir en su tiempo libre, todavía tenían turnos de 14 a 18 horas. Esto les dejaba poco tiempo para algo más que dormir. El Día de Muertos era uno de los pocos días festivos reconocidos por los panaderos. Gran parte de la industria panadera estaba en manos de extranjeros, especialmente vascos en la Ciudad de México, que era el mayor consumidor de pan.
La Revolución Mexicana trajo un cambio importante en la industria panadera. Primero, rompió los antiguos sistemas de suministro de alimentos, especialmente en la Ciudad de México, que quedó aislada por la guerra civil. La revolución también impulsó el activismo laboral. Los panaderos se unieron al movimiento sindical más grande, primero con la organización Casa de Obrero Mundial en 1915. Sin embargo, esta industria tuvo dificultades para conseguir mejoras a pesar de la simpatía del gobierno de Venustiano Carranza por los sindicatos. Esto se debía a la necesidad de alimentar a la población con pan barato. Esto permitió a los dueños de panaderías resistir muchas de las demandas de los trabajadores hasta 1928.
A mediados del siglo XX, hubo innovaciones en la producción y las ventas. A principios de siglo se introdujeron amasadoras y mezcladoras mecánicas. Hasta mediados de los años 40, la mayoría de las panaderías mostraban y vendían sus productos en vitrinas. Los clientes tenían que pedir a los vendedores que prepararan su pedido. En la década de 1950, el panadero Antonio Ordóñez Ríos decidió quitar las vitrinas de cristal. Permitió a los clientes elegir sus propios panes y colocarlos en una bandeja para que el personal los contara y cobrara. Este es el sistema que se usa en la mayoría de las panaderías de México hoy en día.
Desde mediados de la década de 1950, la variedad de panes ha disminuido un poco. Pero las panaderías de barrio siguen prosperando. La mayoría de ellas hacen sus propios productos. Las panaderías todavía dan empleo a muchos mexicanos. Los panes blancos básicos como bolillos y teleras representan alrededor del 85% de todas las ventas.
Las tradiciones de panadería mexicana se han extendido a lo largo de su historia y siguen expandiéndose en los Estados Unidos. Una razón es la tradición de los panaderos que viajaban detrás de los mineros y otros trabajadores migrantes en busca de nuevas oportunidades de negocio. También los camiones de panaderos que ofrecen panes especiales en ferias y festivales. Las migraciones de trabajadores mexicanos a los Estados Unidos también han llevado a la apertura de panaderías de estilo mexicano allí.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Mexican breads Facts for Kids
- Anexo:Panes de México
- Pan de elote