Manuel de Falla para niños
Datos para niños Manuel de Falla |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Manuel María de los Dolores Clemente Ramón del Sagrado Corazón de Jesús Falla y Matheu | |
Nacimiento | 23 de noviembre de 1876 | |
Fallecimiento | 14 de noviembre de 1946 Alta Gracia (Argentina) |
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Sepultura | Cripta de la catedral de Cádiz | |
Nacionalidad | Española | |
Religión | Catolicismo | |
Educación | ||
Educado en | Real Conservatorio Superior de Música de Madrid | |
Alumno de | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Compositor, poeta y pianista | |
Área | Artes escénicas | |
Género | Orquesta y música clásica | |
Instrumento | Órgano y piano | |
Obras notables |
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Miembro de |
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Sitio web | www.manueldefalla.com | |
Distinciones |
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Manuel de Falla y Matheu (nacido en Cádiz, España, el 23 de noviembre de 1876 y fallecido en Alta Gracia, Argentina, el 14 de noviembre de 1946) fue un compositor español muy importante de la primera mitad del siglo XX. Es considerado uno de los compositores españoles más destacados de todos los tiempos, junto a Isaac Albéniz y Enrique Granados.
Manuel de Falla creció en una familia de comerciantes en Cádiz y empezó a estudiar música desde pequeño, aprendiendo a tocar el piano y solfeo. Continuó sus estudios y se relacionó con importantes figuras de la cultura de su ciudad. Su primera actuación en público fue con su madre. Más tarde, se mudó a Madrid, donde siguió formándose en piano y componiendo. Allí conoció a Felipe Pedrell, quien lo inspiró a interesarse por el flamenco y el cante jondo.
Después, Manuel de Falla vivió en París, donde hizo amistad con compositores famosos como Paul Dukas, Claude Debussy, Maurice Ravel e Ígor Stravinski. Cuando regresó a Madrid en 1914, colaboró en varias obras y se hizo muy conocido. En 1919, se mudó a Granada, donde profundizó su conocimiento del flamenco y se hizo amigo de artistas como Federico García Lorca. En 1939, debido a la situación en España, se trasladó a Argentina, donde vivió hasta su fallecimiento en 1946.
Entre sus obras más conocidas están la pantomima El amor brujo, el ballet El sombrero de tres picos, y las Siete canciones populares españolas. También compuso la ópera La vida breve y una ópera para marionetas llamada El retablo de Maese Pedro. Su última obra, Atlántida, fue terminada por su alumno Ernesto Halffter después de su muerte.
Manuel de Falla influyó mucho en el Grupo de los Ocho y la Generación del 27. En Granada, existe el Archivo Manuel de Falla, que guarda muchos de sus documentos, cartas y partituras.
Contenido
Vida de Manuel de Falla
Sus primeros años y educación

Manuel María de los Dolores Clemente Ramón del Sagrado Corazón de Jesús Falla y Matheu nació el 23 de noviembre de 1876 en Cádiz, España. Fue el hijo mayor de José María Falla Franco, un comerciante, y María Jesús Matheu Zabala, de una familia industrial. Tuvo cuatro hermanos.
Manuel y sus hermanos recibieron una buena educación en casa. Su madre, que tocaba el piano, le dio sus primeras clases de solfeo. Su niñera le enseñó canciones populares que estimularon su imaginación. A los nueve años, Manuel empezó a estudiar música de forma más formal con Eloísa Galluzo, una profesora de piano.
Después, estudió solfeo y armonía con Alejandro Odero, y armonía y contrapunto con Enrique Broca. También practicaba piano a cuatro manos con una amiga de la familia, tocando obras de Richard Wagner y Wolfgang Amadeus Mozart.
Manuel asistía a reuniones musicales en casa de Salvador Viniegra, un amigo de la familia, donde tenía acceso a una gran biblioteca de música. También iba a otros eventos musicales en Cádiz, donde descubrió obras de compositores como Charles Gounod y Ludwig van Beethoven. Su primera actuación pública fue con su madre en la iglesia de San Francisco, tocando el piano en un recital de Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz de Joseph Haydn.
Su expediente escolar, que se guarda en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, muestra que tenía buenas notas y una excelente caligrafía.
A los doce años, Manuel se interesaba mucho por la literatura y el periodismo. En 1888, fundó y dirigió una revista literaria casera llamada El Burlón. En 1891, participó en otra revista, El Cascabel, que también llegó a dirigir. Se cree que en esa época compuso una ópera de la que solo se conserva el libreto. Alrededor de 1892, a los 16 años, compuso su primera obra para piano, Gavotte et Musette. A los diecisiete años, Manuel decidió que su verdadera vocación era la música.
Su tiempo en Madrid
A partir de 1896, Manuel de Falla empezó a viajar con frecuencia a Madrid. Allí, estudió piano en el Real Conservatorio de Música y Declamación con José Tragó, quien lo consideraba un alumno muy talentoso. A finales de ese año, se mudó definitivamente a Madrid. En 1897, compuso Melodía para violonchelo y piano. Al año siguiente, superó con muy buenas notas varios cursos de solfeo y piano en el Conservatorio.
En 1899, terminó sus estudios oficiales en el Conservatorio y ganó el primer premio de piano. Durante esos años, viajaba a Cádiz para dar recitales, tocando obras de Frédéric Chopin y Robert Schumann, además de sus propias composiciones. En 1900, compuso más piezas para piano y voz. Su familia se mudó con él a Madrid debido a problemas económicos, y Manuel los mantuvo dando clases de piano.

Hasta ese momento, Falla solo había compuesto para piano o música de cámara. Alrededor de 1900, escribió su primera zarzuela, La Juana y la Petra, aunque nunca se estrenó. En 1901, conoció a Felipe Pedrell, quien fue una gran influencia para él. Pedrell le enseñó sobre el flamenco y el cante jondo, despertando su interés por la música tradicional española.
El 12 de abril de 1902, se estrenó Los amores de la Inés, la única de sus zarzuelas que se representó. Ese mismo año, conoció a Joaquín Turina y Federico Chueca. Entre 1901 y 1902, escribió otra zarzuela, Limosna de amor, que tampoco se estrenó.
En 1903, compuso Allegro de concierto para un concurso, que ganó Enrique Granados. Ese mismo año, empezó a trabajar en otras zarzuelas con Amadeo Vives. Los años de estudio en Madrid culminaron en 1904 con la composición de la ópera La vida breve, que ganó un premio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Aunque la obra debía estrenarse en Madrid, Falla tuvo que esperar ocho años para que se presentara en Niza, Francia. En 1905, ganó otro premio como pianista.
Su etapa en París

A pesar de su creciente fama en Madrid, Manuel de Falla decidió mudarse a París en 1907, en parte por la decepción de no poder estrenar La vida breve. Sus inicios en París fueron difíciles, y tuvo que trabajar como pianista y director de una pequeña compañía de pantomima para ganarse la vida.
Poco después de llegar a París, conoció a Paul Dukas, quien le presentó a Isaac Albéniz y Claude Debussy. También se relacionó con Ricardo Viñes, quien lo introdujo en un grupo de jóvenes músicos progresistas llamado Los Apaches, donde estaban Debussy, Maurice Ravel e Ígor Stravinski. Falla también conoció a otros artistas españoles en París, como Enrique Granados y Pablo Picasso. Durante este tiempo, se mantuvo dando clases de piano y haciendo giras de conciertos.

En 1908, el rey Alfonso XIII le dio una beca para que pudiera seguir viviendo en París y terminar sus Cuatro piezas españolas. El 27 de marzo de 1909, estas piezas se estrenaron en París y fueron publicadas gracias a la recomendación de Dukas, Debussy y Ravel. Ese mismo año, empezó a componer una serie de piezas que se convertirían en Noches en los jardines de España.
El contacto con la vida musical de París influyó mucho en Falla. Le impresionaron obras como Peleas y Melisande de Debussy y Borís Godunov de Modest Músorgski. También conoció la música sinfónica y de cámara más moderna de Europa.
El 4 de mayo de 1910, se estrenaron sus Trois mélodies. Ese año, conoció a Ígor Stravinski y a otros artistas. En 1911, visitó Londres por primera vez para dar algunos recitales. Su salud, que ya era delicada, empeoró en los inviernos de 1910 y 1911, lo que aumentó su interés por temas religiosos.
En 1912, viajó a Suiza e Italia. El 1 de abril de 1913, La vida breve se estrenó en el Casino Municipal de Niza y fue un éxito. Después de este éxito, Falla decidió quedarse en París. Sin embargo, con el inicio de la Primera Guerra Mundial, tuvo que regresar a España y se estableció de nuevo en Madrid.
De vuelta en Madrid
Al regresar a Madrid, el 14 de noviembre de 1914, La vida breve se representó en el Teatro de la Zarzuela y fue un gran éxito. Su relación con María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra, a quienes había conocido en París, se hizo más cercana. Colaboraron en varias obras de teatro, para las que Falla compuso música.
El 15 de enero de 1915, el Ateneo de Madrid rindió homenaje a Joaquín Turina y Manuel de Falla. En este evento, se estrenaron con gran éxito las Siete canciones populares españolas, interpretadas por Luisa Vela y con Falla al piano. Falla conoció a Adolfo Salazar, un crítico influyente que lo apoyó.
El 15 de abril, se estrenó la primera versión de El amor brujo, que escribió con Martínez Sierra. La obra tuvo una buena acogida del público. Entre marzo y abril, Falla viajó por Andalucía con María Lejárraga, conociendo Granada por primera vez. Después, se trasladó a Barcelona por casi seis meses.
La Orquesta Sinfónica de Madrid estrenó la versión de concierto de El amor brujo el 28 de marzo de 1916. El 9 de abril, se estrenó Noches en los jardines de España en el Teatro Real. Falla empezó a trabajar con los Martínez Sierra en la pantomima El corregidor y la molinera, basada en la novela El sombrero de tres picos. Se estrenó el 7 de abril de 1917.

España fue neutral durante la Primera Guerra Mundial, pero Falla se opuso a esta postura. Criticó la situación por la muerte de Enrique Granados. La neutralidad de España atrajo a artistas internacionales, como Serguéi Diáguilev y sus Ballets Rusos. Falla conoció a Ígor Stravinski y Diáguilev, y viajó con ellos por el sur de España.
En 1918, Falla empezó a componer la ópera cómica Fuego fatuo, con libreto de María Martínez Sierra. La obra no llegó a estrenarse. Falla rechazó una propuesta de Diáguilev para componer un ballet, que finalmente fue encargado a Stravinski y se convirtió en Pulcinella. La relación entre Falla y los Martínez Sierra se rompió después de un tiempo.
En 1919, fallecieron sus padres. Falla había estado trabajando en una nueva versión de El corregidor y la molinera, que se convirtió en el ballet El sombrero de tres picos. Se estrenó el 22 de julio de 1919 en el Alhambra Theatre de Londres, con coreografía de Léonide Massine y decorados de Pablo Picasso. Fue un gran éxito. Ese mismo año, por encargo de Arthur Rubinstein, empezó a componer Fantasia Bætica.
Su vida en Granada

Después de la muerte de sus padres, Falla se mudó a Granada en septiembre de 1919 con su hermana María del Carmen. Allí conoció al poeta Federico García Lorca. El 23 de enero de 1920, se estrenó en París Noches en los jardines de España. Ese mismo mes, los Ballets Rusos tuvieron una exitosa representación de El sombrero de tres picos. El 20 de febrero, Arthur Rubinstein estrenó en Nueva York la Fantasia Bætica.
En septiembre de 1920, Falla y su hermana decidieron vivir en Granada. Una de sus primeras actividades allí fue organizar un concurso de cantaores de cante jondo. Llevó una vida tranquila, rodeado de amigos como Antonio de Luna García y Federico García Lorca.
En 1921, se estrenó su obra Homenaje pour le Tombeau de Claude Debussy. Falla estuvo muy involucrado en la vida cultural de Granada y se hizo amigo de muchas personas importantes. En mayo, viajó a París y Londres. A su regreso a España, coincidió con Ígor Stravinski en Madrid.
A principios de 1922, se estableció en una casa en la Antequeruela Alta. Se unió a Miguel Cerón, Federico García Lorca y otros para organizar un concurso de cante jondo para preservar el "canto primitivo andaluz". El festival se celebró en junio en la Alhambra.

El 6 de enero de 1923, Falla participó en una fiesta privada organizada por Federico García Lorca, donde se representaron obras con títeres de cachiporra y un auto sacramental para el que Falla había compuesto música.
En febrero, se publicaron dos artículos de Falla. El 23 y 24 de marzo, se estrenó en Sevilla la versión de concierto de El retablo de Maese Pedro. La obra se escenificó en París en junio de 1923, con decorados de Manuel Ángeles Ortiz y títeres de Hermenegildo Lanz.
Falla viajó por Francia, Bélgica e Italia, y en Madrid conoció a Ernesto Halffter. Empezó a componer el Concierto para clavecín por encargo de Wanda Landowska. En 1924, fue nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de Granada.
A principios de 1924, terminó la obra Psyché. En junio, se presentó la Orquesta Bética de Cámara, en la que Falla había trabajado durante dos años.
En 1925, aceptó el cargo de académico de la Real Academia de Bellas Artes de Granada. El 22 de mayo, se estrenó en París la versión definitiva para ballet de El amor brujo. Falla volvió a tener problemas de salud. Fue nombrado miembro de la Hispanic Society of America.
En 1926, participó en un homenaje al caricaturista Luis Bagaría. Las representaciones de El retablo en Ámsterdam y Zúrich fueron un éxito. Terminó la composición del Concerto para clavecín y orquesta de cámara, que se estrenó el 5 de noviembre en Barcelona. Fue homenajeado por su quincuagésimo aniversario y recibió distinciones de las ciudades de Sevilla y Cádiz.
Los homenajes continuaron en 1927. Falla compuso la música para el Soneto a Córdoba de Luis de Góngora, que se estrenó en París. También preparó música para la representación de un auto sacramental en la Alhambra. Sus actuaciones finalizaron ese año con un homenaje a Domenico Scarlatti en Granada.

El 30 de enero de 1928, tomó posesión de su cargo como académico de la Real Academia de Bellas Artes de Granada. En marzo, viajó a París para supervisar una producción de El amor brujo. Recibió la condecoración de caballero de la Legión de Honor. En septiembre, viajó a Siena para actuar como solista. Por esas fechas, recibió la visita de Maurice Ravel en Granada.
En 1929, Falla fue elegido por unanimidad miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, aunque nunca llegó a leer su discurso de ingreso. Estaba muy concentrado en su obra Atlántida.
A finales de enero de 1930, lo visitó Alfredo Casella. En junio, grabó el Concerto y algunas de sus canciones en París. En diciembre, viajó a Cádiz para dirigir un concierto en el teatro que lleva su nombre. Aprovechó para visitar el islote de Sancti Petri, un lugar que lo inspiró para Atlántida.

En 1931, realizó su última visita a Londres para dirigir El retablo de Maese Pedro. Apoyó la Segunda República tras su proclamación, pero también expresó su preocupación por los cambios sociales. En 1932, escribió sus deseos, pidiendo que sus obras se representaran con respeto a los valores cristianos y que fuera enterrado en un lugar sagrado.
En diciembre de 1935, terminó Pour le Tombeau de Paul Dukas. Falla se mostró inicialmente a favor de los cambios políticos en España en julio de 1936, pensando que traerían estabilidad. Defendió a sus amigos, incluso arriesgándose. Su amigo Federico García Lorca falleció en circunstancias difíciles en agosto de ese año. Después de esto, Falla se aisló en su casa y su salud empeoró. En 1937, escribió el Himno marcial para las tropas. Continuó su aislamiento voluntario y solo tuvo contacto con su hermana y un pequeño grupo de amigos. En 1938, lo nombraron director del Instituto de España, pero rechazó el cargo por su delicada salud.
Durante las décadas de 1920 y 1930, visitó con frecuencia Barcelona y Cataluña, relacionándose con varios artistas e intelectuales catalanes.
Su exilio en Argentina y fallecimiento
Debido a la situación en Europa y en España, Falla empezó a considerar mudarse a Argentina. El 2 de octubre de 1939, partió de Barcelona hacia Buenos Aires, donde llegó el 18 de ese mes. Realizó varios conciertos exitosos en noviembre en el Teatro Colón. El gobierno español intentó que regresara a España, ofreciéndole una pensión, pero él decidió quedarse en Argentina. Se mudó a una casa en Córdoba, y luego a Villa del Lago, buscando un clima más adecuado.
Debido a los conflictos en Europa, no pudo recibir dinero por sus derechos de autor y tuvo que ser ayudado por amigos argentinos y españoles exiliados. Continuó trabajando en Atlántida, pero tuvo que parar temporalmente por problemas de salud. Entre 1941 y 1942, revisó la orquestación de algunas obras.
Mantuvo contacto con muchos amigos. Con la ayuda de un amigo, se mudó a Alta Gracia, a una casa llamada «Los Espinillos», que le gustaba por su parecido con Granada. Allí siguió trabajando en Atlántida. Sus problemas de salud continuaron, y se obsesionó con ellos. En 1944, empezó a trabajar en su biografía con Jaime Pahissa. En octubre de 1945, lo nombraron académico de la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina.
En junio de 1946, copió la versión final del prólogo de Atlántida. El último manuscrito es de julio de ese año. Finalmente, falleció la noche del 13 al 14 de noviembre, nueve días antes de cumplir setenta años, por un problema de salud mientras dormía. Su funeral tuvo lugar en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Córdoba el 19 de noviembre. El 22 de diciembre, sus restos regresaron a España. Fueron recibidos en Cádiz y enterrados en la cripta de la catedral de Santa Cruz de Cádiz, con permiso especial del papa Pío XII.
Con su muerte, no pudo terminar su última obra, Atlántida. La tarea de finalizarla, siguiendo sus ideas, la realizó su alumno Ernesto Halffter.
Las obras de Manuel de Falla
Su estilo musical e influencias
Manuel de Falla no compuso muchísimas obras, pero cada una es como una "joya" por su gran calidad. Felipe Pedrell fue una gran influencia para él, ya que le enseñó sobre la música popular española. Falla dijo que a Pedrell le debía la "orientación más clara y firme" de su trabajo.
Falla combinó el nacionalismo musical (que usa elementos de la música de un país) con el impresionismo (un estilo que busca crear atmósferas y sensaciones), que conoció en Francia. Su estilo evolucionó desde un nacionalismo más folclórico en sus primeras obras, hasta uno que se inspiraba en la música del Siglo de Oro español. Ejemplos de esto son la ópera para marionetas El retablo de Maese Pedro y el Concierto para clave y cinco instrumentos.
Al principio, sus obras seguían la tradición de otros compositores nacionalistas españoles, pero con un toque más "refinado" y técnicas impresionistas. Usaba elementos del cante jondo, el flamenco, y melodías y ritmos andaluces o castellanos, pero con una elaboración propia de los compositores franceses. Durante su estancia en París, la influencia de compositores como Claude Debussy y Maurice Ravel se notó en sus obras de ese período, especialmente en Noches en los jardines de España. Esta obra, aunque tiene un claro "aroma español", también muestra un estilo impresionista en su instrumentación.
Su etapa más creativa comenzó al regresar a Madrid en 1914. Su estilo cambió mucho después de la Primera Guerra Mundial. Ígor Stravinski, que estaba explorando el neoclasicismo, influyó en Falla. El retablo de Maese Pedro, escrita para una orquesta pequeña con instrumentos poco comunes como el clavicordio y el xilófono, es un ejemplo de este cambio. El Concierto para clave y cinco instrumentos es una "expresión del neoclasicismo hispánico". Aunque esta obra no fue tan popular como las anteriores, tiene raíces más profundas en la canción popular española y recuerda a las obras de Domenico Scarlatti.
Sus composiciones más importantes
Cuando regresó de París, compuso sus obras más famosas: la pantomima El amor brujo, el ballet El sombrero de tres picos (encargado por los famosos Ballets Rusos de Sergéi Diáguilev), las Siete canciones populares españolas para voz y piano, la Fantasia Bætica para piano y Noches en los jardines de España.
También compuso la ópera La vida breve, una ópera para marionetas llamada El retablo de Maese Pedro, el Concierto para clave y cinco instrumentos, varias zarzuelas (solo Los amores de la Inés se representó) y varias obras para voz, piano y música de cámara. El retablo de Maese Pedro es una de sus composiciones dramáticas más complejas, donde Falla tuvo mucho control sobre el tema y el libreto.
En obras como El retablo de Maese Pedro y el concierto para clavecín de 1926, la influencia de la música folclórica es menos evidente, y se ve más un estilo neoclásico similar al de Ígor Stravinski. Mientras que en sus obras anteriores Falla usaba muchos sonidos diferentes, en estas últimas composiciones su estilo se volvió más sencillo y directo.
Los últimos veinte años de su vida, Manuel de Falla los dedicó a la que consideraba su obra más importante: la cantata escénica Atlántida, basada en un poema de Jacinto Verdaguer. Esta obra le obsesionó desde su infancia y en ella reflejó sus ideas filosóficas y religiosas. Cuando murió, la obra estaba inacabada, y su alumno Ernesto Halffter se encargó de terminarla.
Falla consideraba la guitarra, su música y sus estilos de interpretación como elementos muy importantes en su propia música.
El legado de Manuel de Falla
Su influencia en otros artistas
Las obras más importantes de Falla se estrenaron en la década de 1920 en ciudades como París y Nueva York, y para finales de esa década, había alcanzado la cima de su fama. Sus obras siguen siendo populares, y el interés de los expertos en su música ha variado con el tiempo.
El Grupo de los Ocho nació a principios de los años 1930 para modernizar la música española, siguiendo el camino que había iniciado Manuel de Falla. Algunos de sus miembros, como Rosa García Ascot y Ernesto Halffter, fueron alumnos suyos. Las obras de Falla que más influyeron en este grupo fueron El retablo de Maese Pedro y el Concierto para clavecín.
Además, Falla inspiró a la Generación del 27, un grupo de escritores y artistas importantes de la época, y se convirtió en su "líder espiritual". Muchos de ellos, como Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda, tenían un gran aprecio por su música.
El Archivo Manuel de Falla
El Archivo Manuel de Falla se creó en 1991 en Granada para conservar los documentos y la biblioteca del compositor. Contiene más de 25.000 cartas que ayudan a entender la relación de Falla con otras personas. También incluye un catálogo de partituras y manuscritos musicales, su biblioteca personal con unos 4.500 libros y partituras, y 2.300 fotografías. Además, guarda programas de conciertos, recortes de prensa que el propio Falla coleccionó, y otros documentos personales.
Manuel de Falla en la cultura popular

Como homenaje a su trabajo artístico, el Banco de España usó un retrato de Manuel de Falla en los billetes de 100 pesetas, que se emitieron a partir de 1970. Este billete fue muy usado en los años 70.
En Cádiz, su ciudad natal, el Gran Teatro Falla lleva su nombre en su honor. Allí se celebra el Festival de Música Española de Cádiz Manuel de Falla cada noviembre, cerca de la fecha de su nacimiento. El Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla de Buenos Aires y la Estación de Manuel de Falla del Metro de Madrid también llevan su nombre.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Manuel de Falla Facts for Kids