Arthur Rubinstein para niños
Datos para niños Arthur Rubinstein |
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Información personal | ||
Nacimiento | 28 de enero de 1887 Lodz |
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Fallecimiento | 20 de diciembre de 1982 (95 años) Ginebra, Suiza |
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Nacionalidad | Estadounidense y polaca | |
Familia | ||
Cónyuge | Nela Rubinstein | |
Pareja | Annabelle Whitestone | |
Hijos | Eva Rubinstein | |
Educación | ||
Alumno de | Ignacy Jan Paderewski | |
Información profesional | ||
Ocupación | Compositor, pianista | |
Género | Música clásica | |
Instrumento | Piano | |
Arthur Rubinstein, KBE (honoraria) (Lodz, Polonia, 28 de enero de 1887 - Ginebra, 20 de diciembre de 1982) fue un pianista polaco-estadounidense de origen judío, célebre por sus interpretaciones de Chopin y de muchos otros compositores. Fue nombrado por The New York Times y mejores especialistas como uno de los grandes pianistas del siglo XX.
Contenido
Biografía
Fue el séptimo hijo de una familia judía de tejedores afincada en Polonia. Empezó a estudiar piano a los tres años. Poco después pasó a la tutela del músico Alexander Rozincki, que rápidamente se desesperó ante la pereza del pupilo para realizar los ejercicios que se le exigían. Su enorme talento musical le llevó sin embargo a dar su primer concierto en público cuando contaba sólo con seis años. Las posteriores experiencias con profesores polacos siguieron igualmente un curso desafortunado, y en 1897 marchó a Berlín para conocer a Joseph Joachim, afamado violinista y amigo de Johannes Brahms. El músico alemán quedó maravillado y se ocupó inmediatamente de su educación musical, en la cual también participaron Max Bruch, Heinrich Barth y Reynaldo Hahn. En 1900 se presentó ante el público berlinés bajo la dirección de Joseph Joachim y acompañado por la Orquesta Filarmónica de la ciudad interpretando el Concierto para piano n.º 23 de Mozart, el Concierto para piano n.º 2 de Camille Saint-Saëns, piezas de Schumann y de Chopin. Le siguieron otros conciertos en Alemania y en Polonia.
En 1904 debutó en París, donde poco más tarde fijaría su residencia. Dos años después daría su primer concierto en los Estados Unidos, en el Carnegie Hall, con la Orquesta de Filadelfia. El recibimiento fue frío, y la gira posterior en tierras norteamericanas tampoco estuvo marcada por el éxito. Siguieron conciertos en Austria, Italia y Rusia. En 1912 debutó en Londres, donde se le pudo oír como solista y compañero del violonchelista Pau Casals. Durante la Primera Guerra Mundial vivió principalmente en la capital británica. Ejerció de traductor, pues dominaba ocho idiomas, y tocó junto al violinista Eugène Ysaÿe. Conciertos en Sudamérica y España (1916/1917) despertaron su interés por Albéniz, Falla, Granados y Villa-Lobos, cuyas piezas pasarían a partir de entonces a formar parte de su repertorio. Debido a un juramento realizado al estallar la guerra, no volvió a actuar en Alemania a partir del 1914. En los años veinte, después de una segunda gira por los Estados Unidos, tocaría principalmente en Europa.
Durante toda esta época reconoce Rubinstein que se salió un poco del camino y se dedicó a la tarea principal de un niño prodigio, “librarse de la inmadurez”. Según sus confesiones, se entregó a los placeres carnales; falto de ganas y de disciplina, se dedicaba al piano y en los conciertos confiaba ciegamente en su talento y su musicalidad: “De joven era vago. Tenía talento, pero había muchas cosas en la vida que me interesaban más. Grandes vinos, mujeres guapas, en la relación 20% y 80%, respectivamente”, motivo por el cual posiblemente nunca alcanzó la perfección técnica de sus concurrentes. Se designaba a sí mismo como “el último tahúr” entre los pianistas, hecho que posiblemente determinaba sus lugares de actuación. Le agradaba tocar en los países del sur, especialmente en España. Allí gustaba su temperamento desenfrenado, su ligereza, su ímpetu. Los cuatro conciertos planeados para el año 1916 pronto terminaron siendo más de cien. Se hizo amigo de la Casa Real, y el rey Alfonso XIII le otorgó un pasaporte español para que pudiera viajar libremente en sus recitales en plena Primera Guerra Mundial. Tal era su reconocimiento que muchos países de habla hispana le declararon hijo adoptivo y se convirtió en uno de los más significados intérpretes de su música. No gozaba de la misma celebridad en los Estados Unidos e Inglaterra. Dice Rubinstein con cierto sarcasmo y autocrítica: “La gente allí cree que paga para oír todas las notas. Yo, sin embargo, dejo caer unas cuantas debajo de la mesa, alrededor de un 30%, y la gente se siente estafada. No podía estar sentado de ocho a diez horas delante del piano. Yo vivía para cada minuto. Admiro a Leopold Godowsky. Necesitaría quinientos años para tener su técnica. ¿Pero qué tuvo él de todo esto? Era un hombre infeliz, tenso, que se sentía mal cuando no estaba sentado al piano. ¿No dejó pasar su vida?”. Alguna vez dijo Rubinstein que Paul Dukas contribuyó a su salvación: “Diviértase cuanto quiera, pero no se eche a perder. París no es para usted. Vuelva a Polonia, encárguese de curarse en cuerpo y moral, beba leche, salga a montar en caballo, váyase a dormir a horas decentes, conviértase en un hombre honrado”, le dijo. Añade Rubinstein: “Fue un consejo muy sabio, y lo mejor es que lo seguí.”
Al parecer, dos hechos harían dar un giro a su vida, en ese momento: su boda en 1932 con Aniela Mlynarski, hija del famoso director polaco, y la brillante actuación de Horowitz en París. Según palabras del propio Rubinstein: “Vi en él al nuevo Liszt, capaz de dominar su época. Quería tirar todo por la ventana. Antes de morir, quiero demostrar aquello de lo que soy capaz. Cerré los puños, no por mucho tiempo debido a mi profesión, los abrí de nuevo y empecé a trabajar duramente. Tenía que vengarme. No de Horowitz, sino de mí mismo”.
Desde este momento asumió Rubinstein con renovadas fuerzas su dedicación a la música, se impuso autodisciplina y llegó a practicar hasta dieciséis horas al día. Semejante esfuerzo tuvo su recompensa, ya que tras su reaparición en el Carnegie Hall en el año 1937 fue aclamado como un genio y toda la gira por los Estados Unidos fue triunfal. Pudieron al fin escuchar el porcentaje de notas pertinente. Con cincuenta años se había convertido en un gran pianista.
Tras la invasión alemana de París en la Segunda Guerra Mundial, se trasladó con su familia a los Estados Unidos, país cuya nacionalidad obtuvo en 1946.
En las décadas siguientes dio conciertos por todo el mundo, realizó multitud de grabaciones y trabajó con músicos de renombre como Jascha Heifetz, Emanuel Feuermann, Henryk Szeryng, Gregor Piatigorsky y el Cuarteto Guarneri. En 1958 volvió a tocar, después de más de veinte años de ausencia, en Polonia, donde el público le honró con lágrimas y, puesto en pie, una ovación, la segunda en la historia de este país, después de la que recibiera Paderewski. Siguió tocando hasta una edad muy avanzada, siendo capaz de interpretar en una misma noche los dos conciertos de Brahms. Debido a una ceguera progresiva que le obligó a retirarse en 1976, su última actuación tuvo lugar en el Wigmore Hall de Londres. Si algo marca la carrera de este extraordinario pianista, al que Thomas Mann calificó como "virtuoso feliz", es, junto con su inconfundible sonido, su fama de vividor, de humanista y de persona embriagada por la “joie de vivre”.
Estilo y repertorio
Su mentalidad optimista se reflejaba en la vitalidad de sus interpretaciones. Poseía un sonido inconfundible, seguro, redondo, lleno de claridad y sonoridad, y capaz de matices impensables. Se sentía a gusto tanto en el clasicismo como en el romanticismo, en el repertorio ruso, español y francés. Será sin duda recordado como uno de los mejores intérpretes de Frédéric Chopin. Liberó a las obras del compositor polaco del excesivo sentimentalismo y amaneramiento. Les dio fuerza, ritmo y una sutil sensibilidad.
En una entrevista comentaba Daniel Barenboim: “La forma de tocar de Rubinstein era tan natural que a uno le parece un juego de niños. Cuando alguien intenta alcanzar semejante claridad se da cuenta de cuán difícil es lo aparentemente fácil”. Al preguntarle el crítico Joachim Kaiser cómo genera ese inconfundible sonido, Rubinstein respondió: “Es muy fácil: piso el pedal izquierdo y toco un poco más fuerte”, lo cual era sin duda una exageración en tono algo jocoso, puesto que las grabaciones en video de sus interpretaciones nos revelan que no abusaba de este pedal, como la frase nos puede inducir a creer.
Anécdotas
Una vida como la de Arthur Rubinstein deja muchas anécdotas para contar, aquí queda constancia de unas pocas.
- En uno de sus conciertos en el Teatro Principal de Palma de Mallorca le dijo al desesperado afinador, que no acertaba a ajustar una nota: “Déjelo, hombre. Si la gente no se va a dar cuenta”. Años más tarde, en el mismo escenario, hizo pasar a toda la gente que se había quedado a las puertas sin entrada y les dejó sentarse sobre el escenario alrededor de él. Algo similar ocurrió en Bilbao el 20 de noviembre de 1970, cuando muchos estudiantes accedieron al concierto tras romper una de las puertas de cristal del local y escucharon la interpretación de Rubinstein sentados en los pasillos.
- Cuenta el director y pianista Daniel Barenboim que la primera vez que fue a visitarlo a los once años, muerto de miedo ante semejante eminencia musical, el maestro le dio un puro y una copa de coñac. La tensión quedó evidentemente aliviada, y la alegría con la que volvió Barenboim a casa les resultó a sus padres algo sospechosa.
- Cuenta Astor Piazzolla que en 1939, a los dieciocho años, lo escuchó en el Teatro Colón (Buenos Aires) y quedó enamorado de su manera de tocar el piano. Decidió escribir un concierto para piano, especialmente para él. Luego lo fue a visitar a su departamento en Buenos Aires para mostrárselo. La primera reacción de Rubinstein, aunque muy amable, fue la sorpresa de que el concierto fuese para piano solo. Comenzó a tocar los primeros compases del joven futuro genio de la música argentina y le lanzó una mirada "fuerte y cordial". Le preguntó "¿Digame joven, a usted le gusta la música?" "Sí" respondió Astor. "¿Entonces, porqué no va a estudiarla?" "Justamente, por eso estoy acá, quiero estudiar música." Rubinstein se encargaría de hablar con el director de orquesta Juan José Castro, que terminaría recomendando a Astor que estudiara con Alberto Ginastera.
- Joachim Kaiser narra en su libro “Große Pianisten in unserer Zeit” (Grandes pianistas de nuestro tiempo) el contratiempo que se le presentó mientras interpretaba en Eindhoven la sonata Appassionata, cuyo significado explicó Beethoven con la frase: “Lean La tempestad de Shakespeare”. En el tercer movimiento, en el presto-fortissimo, en ese final salvaje, se rompió la banqueta con un fuerte chasquido. Rubinstein se puso pálido; pero, lejos de acobardarse, siguió tocando, medio de pie, medio sentado, con notas incorrectas, hasta el final.
Libros
- Autobiografía en inglés: My Young Years (1973) y My Many Years (1980).
- Autobiografía en francés: Mes longues années (3 volúmenes), ed. Robert Laffont, 1973-1980.
Premios y condecoraciones
Repertorio discográfico
Muchas de las obras las grabó en varias ocasiones.
- Isaac Albéniz: Córdoba; Evocación (de Iberia); Navarra; Sevillanas; Triana.
- Johann Sebastian Bach: Toccata, Adagio y Fuga en DO mayor, BWV 564 (arr. Busoni); Chaconne en RE menor, BWV 1004 (arr. Busoni).
- Ludwig van Beethoven: Sonata en DO mayor, Op. 2, n. 3; Sonata en DO menor, Op. 13 Pathétique; Piano concerto n. 1 en DO mayor, Op. 15; Piano concerto n. 2 in B-flat major, Op. 19; Sonata de violín y piano en FA mayor, Op. 24 Spring; Sonata in C-sharp minor, Op. 27, n. 2 Moonlight; Sonata de violín y piano in G major, Op. 30, n. 3; Sonata in E-flat major, Op. 31, n. 3; Piano concerto n. 3 in C minor, Op. 37; Sonata de violín y piano in A major, Op. 47 Kreutzer; Sonata en DO mayor, Op. 53 Waldstein; Sonata en FA menor, Op. 57 Appassionata; Piano concerto n. 4 in G major, Op. 58; Piano concerto n. 5 in E-flat major, Op. 73 Emperor; Sonata in E-flat major, Op. 81a "Les Adieux"; Piano Trio in B-flat major, Op. 97 Archiduque.
- Johannes Brahms: Piano Sonata n. 3 en FA Menor, Op. 5; Piano Trio in B major, Op. 8; Four Ballades, Op. 10; Piano Concerto in D minor, Op. 15; Piano Quartet in G minor, Op. 25; Piano Quartet in A major, Op. 26; Piano Quintet in F minor, Op. 34a; Cello Sonata in E minor, Op. 38; Wiegenlied, Op. 49, n. 4; Piano Quartet in C minor, Op. 60; Capriccio in B minor, Op. 76, n. 2; Intermezzo in A minor, Op. 76, n. 7; Sonata de violín y piano in G major, Op. 78; Rhapsody in B minor, Op. 79, n. 1; Rapsodia en SOL menor, Op. 79, n. 2; Piano Concerto in B-flat major, Op. 83; Piano Trio in C major, Op. 87; Sonata para chelo en FA mayor, Op. 99; Sonata de violín y piano in A major, Op. 100; Piano Trio n. 3, Op. 101; Sonata de violín y piano en RE menor, Op. 108; Intermezzo in E minor, Op. 116, n. 5; Intermezzo in E major, Op. 116, n. 6; Intermezzo in E-flat major, Op. 117, n. 1; Intermezzo in B-flat minor, Op. 117, n. 2; Intermezzo in C-sharp, Op. 117, n. 3; Intermezzo in A major, Op. 118, n. 2; Ballade in G minor, Op. 118, n. 3; Romance en FA mayor, Op. 118, n. 5; Intermezzo in E-flat minor, Op. 118, n. 6; Intermezzo in E minor, Op. 119, n. 2; Intermezzo en DO mayor, Op. 119, n. 3; Rhapsody in E-flat major, Op. 119, n. 4; Hungarian Dance en FA menor, WoO 1, n. 4.
- Pëtr Il'ič Čajkovskij: Piano Concerto n. 1 in B-flat minor, Op. 23; Piano Trio in A minor, Op. 50.
- Emmanuel Chabrier: Scherzo-valse (da Pièces pittoresques).
- Fryderyk Chopin: 51 Mazurkas (Opp. 6, 7, 17, 24, 30, 33, 41, 50, 56, 59, 63, 67, 68, "à Émile Gaillard", "Notre temps"); 21 Nocturnos (Opp. 9, 15, 27, 32, 37, 48, 55, 62, 72, op. posth.); Étude in C-sharp minor, Op. 10, n. 4; Étude in E-flat minor, Op. 10, n. 5; Étude en DO Menor, Op. 10, n. 12; Piano Concerto n. 1 in E minor, Op. 11; Fantasia on Polish Airs, Op. 13; Berceuse, Op. 16; 14 Waltzes (Opp. 18, 34, 64, 69, 70); Bolero, Op. 19; Scherzo n. 1 in B minor, Op. 20; Piano Concerto n. 2 en FA menor, Op. 21 Funeral March; Andante Spianato e Grand Polonaise in E-flat major, Op. 22; Ballade n. 1 in G minor, op. 23; Étude in A-flat major, Op. 25, n. 1; Étude in F Minor, Op. 25, n. 2; Étude en FA mayor, Op. 25, n. 3; Étude in E minor, Op. 25, n. 5; Polonaise n. 1 in C-sharp minor, Op. 26 n. 1; Polonaise n. 2 in E-flat minor, Op. 26 n. 2; 24 Preludes, Op. 28; Impromptu in A-flat major, Op. 29; Scherzo n. 2 in B-flat minor, Op. 31; Sonata in B-flat minor, Op. 35; Impromptu in F-sharp major, Op. 36; Balada n. 2 en FA mayor, op. 38; Scherzo n. 3 in C-sharp minor, Op. 39; Polonaise n. 3 in A major, Op. 40 n. 1; Polonaise n. 4 en DO menor, Op. 40 n. 2; Tarantelle, Op. 43; Polonaise n. 5 in F-sharp minor, Op. 44; Prelude in C-sharp minor, Op. 45; Ballade n. 3 in A-flat major, op. 47; Fantaisie en FA menor, Op. 49; Impromptu in G-flat major, Op. 51; Balada n. 4 en FA menor, op. 52; Polonaise n. 6 in A-flat major, Op. 53 Héroique; Scherzo n. 4 in E major, Op. 54; Berceuse in D-flat major, Op. 57; Sonata in B minor, Op. 58; Barcarolle, Op. 60; Polonaise-Fantasie in A-flat major, Op. 61; Fantaisie-lmpromptu in C-sharp minor, Op. 66; Trois nouvelles études.
- Claude Debussy: Prélude (de Suite Bergamasque); La soirée dans Grenade (de Estampes); Jardins sous la pluie (de Estampes); Masques; L'Isle joyeuse; Hommage à Rameau (de Images, I); Reflets dans l'eau (de Images, I); Poissons d'or (de Images, II); Mouvement (de Images, II); Danseuses de Delphes (de Préludes, I); La fille aux cheveux de lin (de Préludes, I); La cathédrale engloutie (de Préludes, I); Minstrels (de Préludes, I); La plus que lente; La terrasse des audiences du clair de lune (de Préludes, II); Ondine (de Préludes, II).
- Antonín Dvořák: Quinteto para piano en LA mayor, Op. 81; Cuarteto para piano en MI-flat mayor, Op. 87.
- Manuel de Falla: Andaluza G. 37; Dance of Terror (del El amor brujo); Ritual Fire Dance (del El amor brujo); Dance of the Miller's Wife (del El sombrero de tres picos); Miller's Dance (del El sombrero de tres picos); Nights in the Gardens of Spain.
- Gabriel Fauré: Cuarteto para piano en DO menor, Op. 15; Nocturno in A-flat major, Op. 33, n. 3.
- César Franck: Prélude, Choral et Fugue, M. 21; Sonata de violín y piano in A major; Symphonic Variations.
- George Gershwin: Preludio n. 2.
- Enrique Granados: Andaluza (de Danzas españolas, Op. 37); The Maiden and the Nightingale (Quejas o la maja y el ruiseñor, de Goyescas).
- Edvard Grieg: Elves' Dance, Op. 12, n. 4; Folk Song, Op. 12, n. 5; Piano Concerto in A minor, Op. 16; Ballade in G minor, Op. 24; Album Leaf in C-sharp minor, Op. 28, n. 4; Berceuse, Op. 38, n. 1; Spring Dance, Op. 38, n. 5; Folk Song, Op. 38, n. 2; Butterfly, Op. 43, n. 1; Little Bird, Op. 43, n. 4; Spring Dance, Op. 47, n. 6; Shepherd Boy, Op. 54, n. 1; March of the Dwarfs, Op. 54, n. 3; At the Cradle, Op. 68, n. 5.
- Franz Joseph Haydn: Andante con variaciones para piano en FA menor, H. 17, n. 6.
- Franz Liszt: Piano Concerto in E-flat major, S. 124; Consolation in D-flat major, S. 172, n. 3; Harmonies poétiques et religieuses, S. 173, n. 7 Funérailles; Sonata in B minor, S. 178; Valse-Impromptu, S. 213; Valse oubliée n. 1, S. 215; Hungarian Rhapsody n. 10 in E major, S. 244; Hungarian Rhapsody n. 12 in C-sharp minor, S. 244; Mephisto Waltz n. 1, S. 514; Liebesträume, in A-flat major, S. 541, n. 3; Widmung (de Schumann, arr. Liszt, S. 566).
- Felix Mendelson: Piano Trio in D minor, Op. 49; Spinning Song, Op. 67, n. 4.
- Darius Milhaud: Ipanema (de Saudades do Brasil, n. 5); Sumaré (de Saudades do Brasil, n. 9); Larenjeiras (de Saudades do Brasil, n. 11).
- Federico Mompou: Canciones y danzas, n.1 y n.6.
- Wolfgang Amadeus Mozart: Piano Concerto in G major, K. 453; Piano Concerto in D minor, K. 466; Piano Concerto in C major, K. 467; Piano Quartet in G minor, K. 478; Piano Concerto in A major, K. 488; Piano Concerto in C minor, K. 491; Piano Quartet in E-flat major, K. 493; Rondo in A minor, K. 511.
- Francis Poulenc: Trois mouvements perpétuels, FP 14; Napoli, FP 40; Intermezzo for piano in D-flat major, FP 71, n. 2; Intermezzo in A-flat major, FP 118.
- Serguei Prokofiev: Visions fugitives, Op. 22 (selección); March (del L'amore delle tre melarance, Op. 33).
- Serguei Rachmaninoff: Prélude in C-sharp minor, Op. 3, n. 2; Piano Concerto n. 2 en DO menor, Op. 18; Rapsodia sobre un tema de Paganini, Op. 43.
- Maurice Ravel: La vallée des cloches (de Miroirs); Valses nobles et sentimentales; Piano Trio in A minor; Forlane (de Le tombeau de Couperin).
- Anton Rubinstein: Barcarolle in G minor, Op. 50, n. 3; Barcarolle n. 4 in G major; Walse-Caprice in E-flat major.
- Camille Saint-Saëns: Concierto para piano en SOL menor, Op. 22.
- Franz Schubert: Fantasia en DO mayor, D. 760 Wanderer; Minuetto de la Sonata en SOL mayor, D. 894; Piano Trio in B-flat major, D. 898; Impromptu in G-flat major, D. 899, n. 3; Impromptu in A-flat major, D. 899, n. 4; Piano Trio n. 2, D. 929; Sonata in B-flat major, D. 960.
- Robert Schumann: Carnaval, Op. 9; Fantasiestücke, Op. 12; Symphonic Études, Op. 13; Träumerei (de Kinderszenen), Op. 15, n. 7 Kreisleriana, Op. 16; Fantasie in C major, Op. 17; Arabeske in C major, Op. 18; Novelette in F major, Op. 21 n. 1; Novelette in D major, Op. 21 n. 2; Novelette in D major, Op. 21, n. 5; Nachtstück in F major, Op. 23, n. 4; Romance in F-sharp major, Op. 28, n. 2; Piano Quintet in E-flat major, Op. 44; Piano Concerto in A minor, Op. 54; Piano Trio in D minor, Op. 63; The Prophet Bird (de Waldszenen), Op. 82.
- Alexander Scriabin: Nocturne for the Left-hand alone in D-flat, Op. 9, n. 2.
- Igor Stravinski: Tres Escenas (de Petrouchka).
- Karol Szymanowski: Mazurka, Op. 50, n. 1; Mazurka, Op. 50, n. 2; Mazurka, Op. 50, n. 3; Mazurka, Op. 50, n. 4; Mazurka, Op. 50, n. 6; Symphonia Concertante, Op. 60.
- Heitor Villa-Lobos: Alegria na horta, (de Suite floral), A. 117, n. 3; Branquinha (de A Prole do bebê, I, A. 140, n. 1); Moreninha (de A Prole do bebê, I, A. 140, n. 2); Caboclinha (de A Prole do bebê, I, A. 140, n. 3); Negrinha (de A Prole do bebê, I, A. 140, n. 5); A pobresinha (de A Prole do bebê, I, A. 140 n. 6); O Polichinelo (de A Prole do bebê, I, A. 140, n. 7); A Bruxa (de A Prole do bebê, I, A. 140, n. 8).
Véase también
En inglés: Arthur Rubinstein Facts for Kids