Historia de Transilvania para niños
Transilvania es una región histórica que se encuentra en el centro de Rumanía. Está rodeada por las montañas de los Cárpatos. La ciudad principal de esta región es Cluj-Napoca, que está en una meseta. Otras ciudades importantes, como Braşov y Sibiu, se encuentran al pie de los Cárpatos.
Transilvania es muy conocida porque en la famosa novela de Bram Stoker, era el lugar de origen del Conde Drácula.
Contenido
- Historia Antigua de Transilvania
- Transilvania en la Edad Media
- Transilvania en la Edad Moderna
- Época Dorada del Principado de Transilvania (1613-1686)
- Transilvania en la Edad Contemporánea
- Galería de imágenes
- Véase también
- Enlaces externos
Historia Antigua de Transilvania

Hace mucho tiempo, esta región formó parte de la provincia romana llamada Dacia. Esto ocurrió después de que el emperador Trajano venciera al rey dacio Decébalo en el año 106 d.C. En ese momento, la cultura romana se extendió por la Dacia conquistada.
Más tarde, en el año 271 d.C., los romanos se retiraron de la zona. Después de esto, Transilvania sufrió invasiones de diferentes pueblos, como los hunos, los gépidos y los ávaros.
Transilvania en la Edad Media



El primer líder conocido de Transilvania fue Gelou, quien falleció en una batalla contra los húngaros alrededor del año 904. Después de un acuerdo de paz, el siguiente líder fue el húngaro Tuhutum.
En el año 1003, los húngaros, liderados por San Esteban I de Hungría, lograron una victoria importante contra un señor de Transilvania llamado Iula/Gyula. A partir de entonces, Transilvania se fue incorporando al Reino de Hungría, un proceso que terminó en el siglo XIII.
Como los húngaros eran principalmente militares, trajeron colonos alemanes de Sajonia en los siglos XII y XIII. A estos colonos se les conoció como sajones de Transilvania.
Los rumanos de Transilvania tenían sus propias organizaciones, llamadas Universitas Valahorum, al menos desde el siglo XII. Eran gobernados por un líder llamado voivoda y por nobles locales conocidos como cneaz. Su sistema de justicia se basaba en la Jus Valachicum (Ley Rumana). Con el tiempo, los rumanos fueron perdiendo estos estados y su nobleza se mezcló con la nobleza local, adoptando la lengua y cultura húngaras.
Algunos rumanos que querían mantener su identidad tuvieron que dejar de ser nobles o irse a otras regiones. Este fue el caso de la familia de Basarab I, el primer señor del principado rumano de Valaquia, y de Bogdan I, el primero del principado rumano independiente de Moldavia.
En el siglo XIV, muchas familias nobles importantes del Reino de Hungría compitieron por los puestos de poder. Después de la muerte del rey Ladislao V de Hungría, el consejo real húngaro eligió como rey a Matías Corvino. Él era hijo de Juan Hunyadi, un conde de origen valaco que había sido regente de Hungría.
Transilvania en la Edad Moderna
El siglo XVI
Después de la derrota húngara ante los turcos otomanos en la batalla de Mohács en 1526, el Reino de Hungría se dividió en tres partes. Una parte quedó bajo control austriaco, otra bajo control turco, y la tercera fue Transilvania, que se convirtió en un estado independiente llamado el Principado de Transilvania. Este principado pagaba impuestos al Imperio otomano.
Durante el surgimiento del protestantismo, Transilvania fue muy importante. Líderes religiosos como Ferenc Dávid fundaron movimientos cristianos. Gracias a Ferenc Dávid, el rey y Príncipe Juan Segismundo Szapolyai de Transilvania emitió el primer Edicto de Tolerancia religiosa en Europa en 1568. Este edicto permitía la práctica libre de varias religiones: el catolicismo, el luteranismo, el calvinismo y el unitarismo. Sin embargo, la religión ortodoxa, practicada por la mayoría de los rumanos, no fue incluida.
A pesar de esta exclusión, las ideas protestantes trajeron un beneficio para los rumanos ortodoxos. En la ciudad de Braşov, el diácono rumano Coresi obtuvo permiso para publicar los primeros libros en idioma rumano en 1559. Esto fue importante porque los protestantes creían que todos debían leer la palabra de Cristo en su propio idioma. Coresi publicó obras de diferentes orientaciones, incluyendo algunas ortodoxas, lo que ayudó a mantener la fe ortodoxa entre los rumanos de Transilvania.
Después de la muerte de Szapolyai en 1571, la asamblea de Transilvania eligió como Príncipe al conde Esteban I Báthory, quien era católico. En 1576, fue elegido Rey de Polonia. Durante su reinado, Transilvania recibió una gran influencia católica. Aunque muchos de los siguientes gobernantes serían protestantes, la influencia del Papa y del emperador germánico se mantuvo por varios años.
Cuando Esteban Báthory murió, su sobrino Segismundo Báthory fue su heredero. Pero debido a conflictos de poder, estalló la guerra de los Quince Años (1591-1606), donde los ejércitos cristianos y otomanos se enfrentaron. El emperador germánico Rodolfo II de Habsburgo intentó controlar Transilvania, pero no tuvo éxito. Sus ejércitos fueron expulsados, y Esteban Bocskai se convirtió en Príncipe de Transilvania.
Guerra de independencia de Esteban Bocskai (1604-1606)


Aunque Esteban Bocskai había apoyado a los Habsburgo, se vio obligado a actuar cuando el comandante militar de Hungría atacó ciudades del norte. En 1604, Bocskai reunió a soldados rurales húngaros, llamados hajdú, y a tropas de cinco ciudades libres. Con este nuevo ejército, tomó la ciudad de Debrecen y venció a las fuerzas germánicas cerca de Álmosd. Luego, el 11 de noviembre, entró en Kassa, donde estableció su sede.
Los soldados enemigos fueron acorralados, y Bocskai ganó mucha influencia en gran parte del territorio húngaro. A finales de noviembre, el sultán otomano Ahmed I le dio el título de príncipe de Transilvania y de Rey de Hungría. La nobleza transilvana y los székely lo apoyaron, y la Gran Asamblea lo eligió príncipe de Transilvania el 21 de febrero de 1605.
El 20 de abril de ese mismo año, una asamblea en Szerencse le dio el título de príncipe de Hungría. Solo los sajones de Transilvania se le opusieron, pero para finales de septiembre, Bocskai ya tenía el apoyo total de las tres naciones transilvanas (székely, húngara y sajona). Sus tropas ocuparon la región de Dunántúl y continuaron con el objetivo de unificar el reino. El 11 de noviembre de 1605, llegó a Pest, donde recibió del líder turco Lalla Mehmed la carta del sultán y la corona. Sin embargo, por consejo de sus aliados, Bocskai no tomó el título de Rey húngaro oficialmente. Él quería mantener el equilibrio político de los húngaros entre las dos grandes potencias. Así, cambió su prioridad a conservar la independencia de Transilvania y comenzó a negociar la paz con Viena.
Las negociaciones fueron exitosas, y en junio de 1606, llegaron a un acuerdo de paz negociado por el príncipe heredero Matías de Habsburgo, hermano de Rodolfo II. El acuerdo establecía que Transilvania era nuevamente independiente de la Hungría Real y obtenía las regiones de Ugocsa, Bereg, Szatmár, junto con el castillo de Tokaj. Además, los nobles húngaros protestantes podían practicar su fe, siempre que no ofendieran a los católicos. El Imperio otomano y los Habsburgo también firmaron un tratado de paz en otoño de 1606, gracias a Esteban Bocskai. Los turcos renunciaron a cobrar impuestos a los húngaros y prometieron no intervenir militarmente por 10 años.
Transición tras la muerte de Esteban Bocskai (1606-1613)
Después de la muerte del príncipe Esteban Bocskai en 1606, no hubo acuerdo sobre quién sería el nuevo gobernante de Transilvania. Bocskai había nombrado heredero a Valentín Homonnai Drugeth, apoyado por los otomanos. Otro candidato era Gabriel Báthory, de solo 18 años. Sin embargo, ambos cometieron el error de acompañar el cortejo fúnebre de Bocskai. En ese tiempo, el influyente conde Segismundo Rákóczi, al no asistir a la procesión, aprovechó su ausencia política para ser elegido príncipe de Transilvania el 9 de febrero de 1607.
Segismundo comenzó a dar privilegios a los székely y pronto obtuvo la aprobación de la nobleza húngara transilvana. Apoyó fuertemente los movimientos protestantes en Transilvania, expulsó a los jesuitas y promovió la publicación de la traducción de la Biblia al húngaro de Gáspár Károli. Se opuso a Gabriel Báthory, quien quería pactar con los Habsburgo. La corte de Viena veía el gobierno de Segismundo Rákóczi como algo temporal y deseaba que Gabriel Báthory subiera al trono para restaurar el catolicismo en Transilvania y acercarla a su influencia.
Pronto, el descontento creció. Los soldados campesinos hajdú, que habían luchado para Bocskai, se organizaron bajo el mando de Andrés Nagy. Gabriel Báthory pactó con ellos y en octubre de 1607 llegó a un acuerdo con Segismundo Rákóczi. Para evitar más conflictos, Rákóczi renunció el 5 de marzo de 1608. Ante esta situación, la asamblea transilvana eligió a Báthory para el trono de Transilvania el 7 de marzo. Él firmó un tratado con el rey húngaro Matías de Habsburgo y estableció a los soldados hajdú. Casi de inmediato, movilizó sus ejércitos contra el principado vecino de Valaquia. Esto enfureció al sultán turco, quien desaprobaba estas acciones militares en estados bajo su poder. En 1610, tras una mala política interna que descontentó a los nobles húngaros y al emperador germánico, Báthory atacó a los Habsburgo, perdiendo el favor del rey Matías. También excluyó de su gobierno a los sajones, una importante minoría, quienes disgustados llamaron en 1611 al voivoda Radul de Valaquia para que invadiera Transilvania. Las fuerzas valacas fueron rechazadas.
La corte de Viena envió entonces al conde Segismundo Forgách con un ejército germánico, pero también fue repelido por las fuerzas de Báthory. Aunque el príncipe firmó un acuerdo con el emperador germánico el 11 de abril de 1613 en Bratislava, donde a cambio de que el emperador reconociera la independencia del principado, él permitiría la entrada de tropas germánicas en Transilvania, no logró el acuerdo con los otomanos. Ese mismo año, Gabriel Bethlen —un conde húngaro y antiguo consejero de Báthory que había huido con los otomanos—, dirigió un gran ejército contra el príncipe Báthory hasta Kolozsvár. Báthory logró escapar a la ciudad de Várad, pero fue asesinado en su huida por un székely el 27 de octubre de 1613.
El 23 de octubre de 1613, la Dieta de Transilvania reunida en Cluj (Kolozsvár) confirmó la elección de la Puerta Sublime, en contra del consejo del emperador austríaco de Habsburgo, que prefería un príncipe más cercano a Viena que a Constantinopla. En 1615, Bethlen fue reconocida oficialmente por el emperador Mateo de Habsburgo como Príncipe de Transilvania, a cambio de la promesa secreta de Bethlen de apoyar a los Habsburgo contra los turcos.
Época Dorada del Principado de Transilvania (1613-1686)
Gabriel Bethlen, príncipe de Transilvania (1613-1629)

Con su hábil política, Gabriel Bethlen recuperó los territorios entregados al Imperio otomano y abrió Transilvania a mineros, comerciantes y artesanos valacos (rumanos), moldavos y serbios, que pronto comenzaron a poblar el principado, generando gran prosperidad económica. Fue un gran mecenas cultural, promotor del arte y las danzas y de las ciencias, llenando su corte de extranjeros y sabios llegados de Italia, España, Alemania y muchas otras naciones. Pronto Kolozsvár se convirtió en la capital mercantil y cultural de toda Europa Central, y el Principado en una pequeña potencia que mantuvo viva la llama cultural húngara, pues los territorios centrales del reino se hallaban ocupados por los otomanos y despoblados en su mayoría, y los territorios occidentales se hallaban en manos de los Habsburgo. Bethlen actuó de una manera paciente y en 1615 firmó un acuerdo con los representantes de Matías de Habsburgo, quien había sido elegido emperador germánico solo dos años antes. Por otra parte, el Imperio otomano exigió la entrega de la ciudad de Lipova en Transilvania en 1616, lo cual significó una gran pérdida, puesto que esta era la puerta comercial al territorio bajo ocupación turca en el centro del reino de Hungría.
La guerra de los Treinta Años
En 1618 estalló la guerra de los Treinta Años y al año siguiente falleció el emperador, siendo sucedido por Fernando II de Habsburgo, quien fue coronado igualmente como rey húngaro. Bethlen, calvinista, vio el conflicto como una oportunidad de enfrentarse frontalmente a los Habsburgo y manifestó su desaprobación a las sanciones antiprotestantes tomadas por Fernando II contra Bohemia. Al organizarse la liga de países protestantes, Bethlen fue uno de los primeros en unirse, pues si el emperador católico era derrotado, Hungría podría ser reunificada, y el príncipe de Transilvania colocado a su cabeza. De esta manera, sería un monarca húngaro quien gobernaría de nuevo el reino y no por el contrario uno germánico desde la corte de Viena como sucedía desde hacía décadas.
Tras recibir la aprobación del sultán turco, Bethlen partió vía Viena con el ejército transilvano, con soldados hajdú y székely para unirse a la Unión Protestante. En ese mismo año conquistó las ciudades de Kassa, Érsekújvár y Bratislava, llegando también a sus manos la Santa Corona Húngara. En 1620, una asamblea de nobles húngaros reunidos en Bratislava le ofreció el título de rey húngaro, pero no lo utilizó, solo tomó el de príncipe de Hungría, y firmó un tratado con Fernando II. La asamblea húngara de Bestercebánya le ofrece nuevamente el título de rey húngaro a Bethlen, pero este no se hace coronar. Ese mismo año la liga Católica se rehízo y obtuvo una victoria y en 1622 Bethlen firmó la paz de Nikolsburg, por la que el príncipe renunciaba al título de rey de Hungría y Fernando II le otorgaba siete provincias a cambio.
En 1624 condujo una segunda campaña contra los Habsburgo, no tan favorable como la primera que terminó con la paz de Viena el 8 de mayo del mismo año. Sin darse por vencido, Bethlen intentó establecer una gran coalición protestante contra los Habsburgo y tomó por esposa a Catalina de Brandeburgo en 1626, a la que la Gran Asamblea designó como su sucesora, puesto que Bethlen no tenía hijos varones. Ese mismo año, emprendió su tercera campaña contra el emperador Fernando II, y tras estimar que no obtendría la victoria, acordó una nueva paz en Bratislava basada en los puntos de la anterior de Nikolsburg.
Gabriel Bethlen murió en 1629, sin ver cumplido su sueño de reunificar Hungría e independizarla de los Habsburgo, como le había ocurrido a Esteban Bocskai décadas antes.
Catalina de Brandeburgo elige sucesor (1630)
Tras la muerte de Gabriel Bethlen, su esposa Catalina de Brandeburgo asumió el gobierno del principado y de inmediato entregó al emperador germánico las tierras del norte de Hungría. Los soldados hajdú y muchos otros no querían jurar fidelidad al rey húngaro. Sin embargo, uno de los mayores terratenientes húngaros, Jorge Rákóczi, hijo del fallecido Segismundo Rákóczi, no hizo nada al respecto. Esos acontecimientos deterioraron la relación entre Catalina y el regente Esteban Bethlen (1582-1648), el hermano menor del fallecido príncipe.
Por otra parte, el hijo del regente, también llamado Esteban Bethlen como su padre, alcalde de la ciudad de Nagyvárad, y David Zólyomi decidieron hacerse cargo del asunto de los hajdú y declararse partidarios de Jorge Rákóczi I, con la esperanza de que este dirigiese al nuevo ejército que se oponía a Catalina y a Esteban Bethlen padre. Su intento no resultó exitoso por la cautela de Rákóczi, quien decidió no ponerse al frente del alzamiento en ese momento. El 9 de septiembre de 1630 se logró ensamblar el ejército real, y el joven Esteban Bethlen abrió las puertas de la ciudad de Várad al ejército de Rákóczi, quien lo conducía hacia Viena.
Ahí el 3 de octubre se enteró de que cinco días antes, el 28 de septiembre, Catalina había sido obligada a renunciar al trono siendo sucedida por su cuñado Esteban Bethlen. Los nobles que lo eligieron claramente le temían, y el propio nuevo príncipe se esforzó por dar una imagen de mala reputación de Rákóczi ante los turcos. pero Catalina simpatizaba con Rákóczi, puesto que no olvidaba la afrenta de la destitución de Bethlen contra ella. Los otomanos no lograban decidir cuál sería al que apoyarían, así que pronto enviaron dos cartas a la viuda, una con el nombre de Rákóczi y otra con el de Bethlen.
Esteban Bethlen no llegó a gobernar 3 meses, pues una asamblea nacional celebrada en Sárospatak el 1 de diciembre de 1630 lo obligó a renunciar a su cargo al leer Catalina la carta nombrando príncipe de Transilvania a Jorge Rákóczi I, hijo del fallecido Segismundo Rákóczi, que también había sido príncipe de Transilvania.
Los Rákóczi en el poder (1630-1660)
Jorge Rákóczi I continuó con una política similar a la del fallecido Bethlen y se alió a las facciones protestantes de la guerra de los Treinta Años. Sin embargo, luego de varios ataques, no obtuvo victorias importantes contra los Habsburgo y se conformó con gobernar dentro de las fronteras de su Principado. De confesión calvinista, fundó numerosas escuelas calvinistas y persiguió a todos aquellos que respetaban el sábado y que de alguna forma ofendiesen su religión en Transilvania. El 6 de octubre de 1636 enfrentó y venció a Esteban Bethlen, el destituido príncipe transilvano, quien trataba de recuperar el trono con ayuda del pachá de Buda. Por otra parte, Rákóczi otorgó gran libertad a los voivodas rumanos de Valaquia, ganando simpatía entre ellos.
El mismo anhelo de Bocskai y Gabriel Bethlen de recuperar Hungría sería compartido por Jorge Rákóczi I. Tras asegurar nuevamente su control sobre sus fronteras, después de pedir la aprobación del sultán, condujo un par de años después, en la primavera de 1644, una campaña contra el emperador Fernando III de Habsburgo, aliándose con los suecos y franceses protestantes. Habiendo ocupado los territorios húngaros del emperador se dispuso a avanzar hacia Viena, pero el sultán se lo prohibió y le ordenó regresar a Transilvania. El contrataque de Fernando III lo obligó a retroceder hasta el río Tisza. Aunque parecía que la victoria estaba en manos del emperador, pronto se vio forzado a firmar la paz en diciembre de 1645, donde permitió la libertad religiosa entre sus súbditos y le entregó varias provincias húngaras a Jorge Rákóczi. Con esto terminó su participación en la guerra de los Treinta Años, que culminó tres años después en 1648 con la victoria de los Habsburgo católicos.
El 11 de octubre de 1648 murió Jorge Rákóczi I, siendo elegido en su lugar su propio hijo del mismo nombre, conocido como Jorge Rákóczi II a partir de su nombramiento como príncipe.
Declive de la figura del príncipe transilvano
Jorge Rákóczi II aprovechándose de la buena situación interna que le dejó su padre, se volvió hacia la política exterior para ampliar la influencia transilvana en Europa —como había hecho Esteban Báthory un siglo antes—, en un momento en extremo hostil, en el que la enemistad entre los cosacos y polacos se enconaba. En 1648, apoyó por primera vez la candidatura de su hermano Sigismond II Rákóczi al trono de la República de las Dos Naciones. El debilitamiento del poder otomano le permitió intervenir en los principados del Danubio para instalar príncipes que le fueran leales: en 1653 expulsó de Moldavia a aquellos partidarios de los cosacos que traían el caos a la región e instaló a Gheorghe Ștefan; en 1655 se opuso al alzamiento de soldados mercenarios y después de vencerlos, sometió al voivoda valaco Constantin Brâncoveanu e instaló a Constantine I Șerban Basarab, consiguiendo el respeto de los altos nobles europeos, entre ellos el recientemente elegido emperador y rey húngaro Leopoldo I de Habsburgo. Rákóczi no se ocupó mucho de los asuntos otomanos y protestó contra la acusación que le hicieron de que el príncipe estaba abusando de los valacos, a pesar de pagarle tributos.
En 1655 surgió una guerra entre Polonia y Suecia por la sucesión del trono polaco parte de la guerra de los Treinta Años. Rákóczi intervinó como aliado de las potencias protestantes de Suecia y Brandeburgo contra la Polonia católica. Rákóczi aun pensaba en hacerse con el trono de Polonia y aunque el año anterior los propios polacos le habían ofrecido la corona con la condición de enfrentar al rey Carlos X Gustavo de Suecia, había rehusado para no generar conflictos con el poderoso soberano. Pero ahora se alió con el propio Carlos X para obtener la corona polaca mediante una invasión militar. El príncipe transilvano no consultó al sultán ese movimiento político-militar de gran alcance ni pidió permiso para realizar dicha campaña contra un aliado de los otomanos. En enero de 1657 Rákóczi partió para enfrentar al nuevo rey Juan II Casimiro Vasa de Polonia, llevándose a los ejércitos moldavos consigo.
La recuperación del poder otomano bajo el gran visir Mehmed Köprülü (r. 1656-1661), que había sido nombrado en septiembre del año anterior cuando tenía 73 años, fue fatal para Rákóczi. Los otomanos impusieron de nuevo una política de mano dura y el 17 de enero de 1657, incluso antes de que Rákóczi dejara el país, ya habían obligado a la Gran Asamblea a nombrar como regentes a los nobles Ákos Barcsay (sobrino de Gabriel Bethlen) y a Francisco Rhédey. Después de que Rákóczi se negase a comparecer ante el gran visir, este ordenó que los nobles regentes de Transilvania rompiesen las relaciones con él y su gente, pero estos no se atrevían a darle la espalda al príncipe transilvano. Los representantes de Rákóczi en la Sublime Puerta (incluido Jakab Harsányi Nagy), fueron arrestados y encarcelados en la fortaleza de las Siete Torres (agosto de 1657).
Los inicios de la campaña polaca de Rákóczi habían sido exitosos, pero pronto los ejércitos cosacos y rumanos le abandonaron, resistiendo durante un breve periodo confiando sus ejércitos al noble húngaro Juan Kemény. Pero Köprülü envió a los tártaros de Crimea de Mehmed IV Giray, vasallo suyo, a atacar Transilvania como represalia. Los tártaros destruyeron Transilvania a su voluntad, justo como habían hecho en 1241 bajo el reinado de Béla IV de Hungría. Y obligaron a Rákóczi a retirarse de Polonia y a dimitir el 25 de octubre de 1657, aunque se negó a reanudar su obediencia al sultán. Por petición de los otomanos, el 2 de noviembre de 1657 fue elegido un nuevo príncipe, Francisco Rhédey (r. 1657-1658), bien relacionado con ellos. De inmediato Jorge Rákóczi II regresó con soldados hajdú y székely, y el 9 de enero de 1658 retomó por la fuerza su cargo obligando a Rhédely a renunciar a su favor.
Tras el golpe de Estado, Rákóczi pidió asistencia contra los otomanos al emperador Leopoldo I, pero este no respondió. Cansado, Mehmed Köprülü decidió poner orden él mismo, y al frente de sus tropas y con sus aliados tártaros invadió el país. Ocupó las fortalezas de Jenő y expulsó a los voivodas rumanos leales a Rákóczi. Los turcos y sus aliados tártaros tomaron la capital Gyulafehérvár, matando y capturando y esclavizando a 50.000 personas. El gran visir hizo que la asamblea escogiese como príncipe a Ákos Barcsay, su protegido, subiendo al trono el 7 de octubre de 1658. Ákos impidió que Francisco Rákóczi I, el hijo del fallecido príncipe destituido, pudiese reclamar sus derechos sucesorios en Transilvania. Para asegurar la paz, Ákos prometió un enorme tributo a los otomanos, entregándoles también varios territorios húngaros y prometiendo la captura de varios voivodas valacos y del propio Jorge Rákóczi II, con lo que logró que las tropas turcas se retirasen en octubre del mismo año. Para proteger el Principado, Barcsay viajó en septiembre de 1659 al vilayato de Temesvár, y se reunió con el pachá, asegurándose la paz. Mientras tanto Rákóczi aprovechó para entrar en Transilvania con un ejército y se hizo nombrar nuevamente príncipe el 27 de septiembre de 1659.
Pronto las fuerzas otomanas actuaron y se libraron varias batallas contra Rákóczi, quien recibió una herida mortal en la batalla de Szászfenes el 22 de mayo de 1660, falleciendó el 7 de junio en Várad. Por otra parte, Barcsay acordó el pago de un alto tributo al sultán para así congraciarse con este, pero a causa de un retraso en el pago, el gran visir de Buda lo puso bajo arresto domiciliario. Los otomanos se anexionaron de Yanova (Jenö) el 1 de agosto y de Várad el 27 de agosto. A finales de agosto Barcsay fue liberado tras cancelar una parte del pago. La popularidad de Barcsay disminuyó entre los nobles húngaros e incluso comenzaron a apoyar a Juan Kemény, un reconocido guerrero de la época de Jorge Rákóczi II que no deseaba que el cargo de príncipe de Transilvania fuese ocupado por un monarca totalmente obediente al sultán. Después de varios enfrentamientos, para evitar una guerra civil, Barcsay pactó con Kemény y renunció a su cargo el 31 de diciembre de 1660, sin superar los tres meses.
Tras ocupar el trono, Kemény inició una cacería donde hizo ejecutar a muchos nobles húngaros simpatizantes de los otomanos, y rompió relaciones con el gobierno del sultán. De inmediato Kemény comenzó una serie de negociaciones con el emperador y rey húngaro Leopoldo I de Habsburgo, donde planeaba que Transilvania pasase a manos de poderes cristianos y el reino de Hungría se reunificase finalmente. Pero el sultán sumido en cólera envió los ejércitos otomanos sobre Transilvania para ocuparla, tras lo cual Kemény huyó a Viena buscando la protección de Leopoldo I. Los turcos eligieron entonces el 14 de septiembre de 1661 a Miguel Apafi I, un nuevo príncipe al cual pensaban manipular como desearan. Al poco tiempo se sucedieron varios enfrentamientos armados entre ambos bandos, que concluyeron el 23 de enero de 1662 con la muerte de Juan Kemény en la batalla de Nagyszőllős por no haber recibido suficientes refuerzos germánicos.
Avance de los otomanos hacia occidente y el movimiento rebelde de Emérico Thököly (1660-1686)

Miguel Apafi I nuevo monarca transilvano estaba totalmente sometido a la voluntad otomana y así, en 1663, avanzó junto con el gran visir Ahmed Köprülü hacia Viena para atacarla. El intento resultó un fracaso y en 1664 se firmó la paz de Vasvár entre el sultán y Leopoldo I, quien reconoció que Transilvania seguía siendo un territorio del Imperio otomano.
Apafi, obedeciendo órdenes del sultán, rechazó auxiliar a las provincias húngaras que se rebelaban contra los Habsburgo y posteriormente, cuando Francia y Polonia emprendieron una guerra contra el Sacro Imperio Romano Germánico en 1671, nuevamente declinó el ofrecimiento de participar por la prohibición de los turcos.

Aprovechando la debilidad de los alemanes tras tantas guerras, estalló un movimiento anti-Habsburgo en los territorios húngaros bajo su control. Lo componían fugitivos políticos húngaros de las regiones turcas y germánicas que se habían dado a los otomanos o a los Habsburgo, respectivamente, y a partir de 1673 comenzaron a reunirse e hicieron de Pablo Wesselényi su comandante. Los transilvanos fugitivos escogieron como jefe al conde Miguel Teleki, y ambos bandos se reunieron en 1672 en Torda; se adueñaron de las ciudades húngaras de Szádvár y Torna (1675) y de Ónod (1676). En ese mismo año, Miguel Apafi I nombró jefe supremo del movimiento a Teleki y ordenó a Wesselényi que renunciase al mando, pero este no lo hizo y continuó luchando por su propia cuenta.
En 1677 el conde transilvano Emérico Thököly se unió al movimiento con permiso de Miguel Apafi I; ascendió rápidamente hasta ser el segundo al mando en 1678. En 1679, tras la enfermedad de Teleki, el príncipe transilvano lo nombró sustituto. Se produjeron enfrentamientos entre los húngaros fugitivos y las tropas del emperador hasta el 13 de noviembre de 1681, cuando los enviados de Thököly firmaron un tratado de paz con Leopoldo I de Habsburgo. Entre las peticiones de Thököly figuraba que el emperador le otorgase al húngaro el control sobre las provincias de la Hungría germánica, que eran de la familia Rákóczi, y que le permitiese casarse con la noble Helena Zrínyi, viuda de Francisco Rákóczi I. La respuesta resultó desilusionante, pues el emperador obvió todos los requisitos y solo permitió el matrimonio (que se celebró posteriormente en 1682).
En 1681, el sultán Mehmed IV ordenó a Miguel Apafi I que movilizase sus tropas contra Leopoldo I y apoyase a Emérico Thököly, quien mandaba las fuerzas húngaras de soldados kuruc aún junto a Miguel Teleki. La campaña tuvo lugar en 1682 en los territorios húngaros bajo control germánico y en 1683, el sultán ordenó a Apafi que dirigiese sus fuerzas hacia Viena y se uniese a los turcos en el asedio; participó así en la batalla de Kahlenberg. Las fuerzas germánicas al mando del príncipe Eugenio de Saboya, junto con otros aliados cristianos, tenían por misión planificar y consumar la defensa de Viena. El asedio resultó un fracaso total, y las tropas turcas, las transilvanas de Miguel Apafi y las de los fugitivos kuruc húngaros de Thököly hubieron de retirarse hacia territorio húngaro.
El siglo XVIII
Austria, que ya había reclamado Transilvania, obtuvo el control del Principado con el Tratado de Karlowitz en 1699. Este tratado puso fin a la guerra con Turquía y permitió a Austria anexar los territorios que habían sido parte de Hungría antes de su derrota ante los otomanos, incluyendo Transilvania. La región permaneció bajo el gobierno de los Habsburgo.
En 1704, Francisco II Rákóczi fue elegido Príncipe de Transilvania y gobernó hasta la derrota de la guerra de independencia húngara en 1711.
La historia de la mayoría rumana de Transilvania en el siglo XVIII se centró en la religión, ya que era el único aspecto de la vida pública donde se les permitía cierta expresión. El obispo uniata Ion Inochentie Micu (Klein), nombrado en 1729, fue un defensor del nacionalismo rumano. Él se enfrentó a las clases privilegiadas que dominaban la vida de la región y se oponían a los cambios. En 1744, la petición de la emperatriz María Teresa de reconocer la Iglesia Uniata como igual a las cuatro religiones oficiales fue rechazada. Micu fue expulsado y se exilió en Roma, donde murió. A pesar de las presiones, en 1747, el sínodo volvió a pedir el reconocimiento de la Iglesia y de la nación rumana, argumentando que eran la población más numerosa y antigua.
En 1733, el general Preiss informó que había 677.308 rumanos, 130.884 sajones y 275.825 húngaros y székelys en Transilvania.
La minoría alemana (sajones) también se oponía a los rumanos, negándoles la igualdad de derechos en las poblaciones mixtas y defendiendo sus privilegios.
Las reformas del emperador José II dieron esperanza a los rumanos. En 1781, el emperador declaró la igualdad entre los ciudadanos en las poblaciones bajo control directo de la corona. Su visita a Transilvania en 1783 generó grandes expectativas. Al año siguiente, hubo una revuelta campesina que fue aplastada. Después de la rebelión, el emperador abolió la servidumbre, lo que le ganó el favor de los rumanos. Sin embargo, en 1790, con el fracaso de sus reformas, el sistema feudal regresó.
En la segunda mitad del siglo, los problemas sociales se hicieron más importantes que los religiosos. El territorio estaba bajo un sistema feudal muy estricto, del que los rumanos eran las principales víctimas. En 1733, de las 135.000 familias que pagaban impuestos en Transilvania, 85.000 eran rumanas. Los campesinos, que eran la mayoría de la población, estaban obligados a realizar trabajos duros para sus señores, pagar rentas y producir una cantidad de tejido. No podían poseer tierras y no eran reconocidos legalmente. Los señores tenían derecho sobre la vida de sus siervos. El descontento era generalizado.
En 1765, la región se convirtió en un principado gobernado por la Casa de Habsburgo (desde 1806 el Imperio austríaco), pero también con una importante nobleza húngara.
En el siglo XVIII, un grupo de intelectuales rumanos de Transilvania fundó la Şcoala Ardeleană (Escuela Transilvana). Ellos pidieron representación política para los rumanos en la Dieta de Cluj, basándose en su número. A través del documento Supplex Libellus Valachorum de 1791, pidieron igualdad de derechos para los rumanos con las demás naciones de Transilvania (nobles, sajones y Székely). El documento fue enviado al emperador austriaco Leopoldo II, quien lo envió a la Dieta, pero esta lo rechazó.
El siglo XIX

Durante la primera mitad del siglo XIX, Transilvania era como una provincia de Hungría. Bajo el reinado del emperador Francisco I, la Dieta (asamblea) no se reunió entre 1811 y 1834. El gobierno actuaba de forma ilegal, sin respetar la constitución. La primera vez que se convocó la Dieta después de este largo periodo, se disolvió rápidamente debido a las protestas. Después de la muerte de Francisco I, el gobierno se volvió más moderado y permitió reuniones periódicas de la Dieta.
En la década de 1840, el nacionalismo magiar resurgió y buscó la unión política de Transilvania con Hungría. Se adoptó el húngaro como idioma oficial del gobierno (1840). También se usaron las iglesias para difundir ideas nacionalistas magiares y se aprobaron medidas para reprimir otros nacionalismos, como el eslovaco o el rumano. No había representantes rumanos en el parlamento de Presburgo. La representación política de los rumanos en Transilvania no era proporcional a su número, y no se les tomaba en cuenta en las decisiones.
La Revolución de 1848

Durante la revolución europea de 1848, el gobierno húngaro aprobó medidas importantes: el parlamento se reuniría anualmente, habría elecciones cada tres años, se ampliaría el derecho a voto, se abolirían los privilegios de la nobleza y la servidumbre, y habría libertad de prensa y religión. También se proclamó la unión de Transilvania con Hungría. El 29 de mayo de 1848, la Dieta de Klausenburg (Cluj) aprobó la unión, con el voto favorable de los sajones (quienes pronto se arrepintieron).
Por su parte, los revolucionarios rumanos de Transilvania organizaron una Gran Asamblea Nacional en Blaj el 3 de mayo, a la que asistieron 40.000 rumanos. Redactaron un documento llamado "Petiţiunea naţională", pidiendo la independencia nacional de los rumanos de Transilvania, la liberación de los siervos sin compensación, una guardia nacional rumana, y libertad individual y de expresión. Se organizó un Comité Nacional Permanente en Sibiu. Los revolucionarios afirmaron que "Transilvania ya no es Transilvania, es simplemente Rumania", refiriéndose al ideal de crear un Estado nacional unido para todos los rumanos.
El gobierno húngaro era muy estricto y no quería hacer concesiones a otras nacionalidades, lo que hizo que estas se aliaran con la corte.
Los nobles húngaros no querían abolir la servidumbre y organizaron un ejército que atacó a las fuerzas rumanas de Transilvania, lideradas por Avram Iancu. Iancu logró varias victorias y recibió promesas del emperador austriaco Francisco José I de que las demandas rumanas serían atendidas.
Mientras tanto, el líder húngaro Luis Kossuth estableció tribunales revolucionarios que ejecutaron a miles de supuestos opositores sin juicio. Su represión contra los sajones transilvanos fue muy dura.
Para julio de 1849, el parlamento húngaro, ya en Szeged, redactó una ley que concedía amplios derechos lingüísticos y religiosos a las nacionalidades. Pero ya era demasiado tarde: los magiares no tenían apoyo entre ellas, y la intervención del ejército ruso a favor del emperador hizo que su participación en la guerra fuera innecesaria.
La Reacción
El gobierno que se estableció después de la revolución (1849-1859) se basó en el control central, la influencia de la iglesia y la germanización del Imperio, ignorando las aspiraciones nacionalistas.
El regreso al gobierno constitucional después de las derrotas en Italia hizo que la Dieta resurgiera en 1861. Los húngaros no asistieron, argumentando que la unión con Hungría de 1848 lo impedía. Sajones y rumanos tuvieron poder por primera vez y aprobaron medidas para lograr el reconocimiento de la nación rumana, su idioma y sus iglesias en igualdad de condiciones. En 1865, la Dieta regresó de Sibiu a Cluj, y un cambio en el censo aseguró nuevamente la mayoría magiar. Esto fue motivado por las negociaciones entre el emperador Francisco José y la nobleza húngara. La nueva Dieta solicitó el reconocimiento imperial de la unión con Hungría, a pesar de la oposición rumana y la postura ambigua de los sajones.
Reunificación con Hungría
Con el Compromiso Austrohúngaro entre Francisco José I y los nobles húngaros, Transilvania pasó a formar parte de Hungría de forma definitiva. La unión, establecida por la Ley XLIII de 1868, aseguraba en teoría la igualdad de los ciudadanos, sin discriminación por origen o religión. Sin embargo, en la práctica, no fue tan igualitaria.
Las autoridades austrohúngaras implementaron una política de "magiarización" de los rumanos y alemanes (sajones) de Transilvania. Esto significaba obligarlos a cambiar sus nombres y apellidos por otros húngaros, e imponer el idioma húngaro en las escuelas y la administración.
Aun así, el censo de 1910 mostró que los rumanos eran la mayoría en el territorio que después de 1918 pasó a formar parte de Rumania.
Transilvania en la Edad Contemporánea
En diciembre de 1918, después de la victoria de la Triple Entente en la Primera Guerra Mundial, la Gran Asamblea Nacional de Alba Iulia, que representaba a todos los rumanos de Transilvania, Banato y Ţara Ungurească, decidió la unión con Rumanía de todos los territorios con mayoría de población rumana. La Asamblea también decidió crear un Gran Consejo Nacional Rumano para representar a estas provincias y defender a la nación rumana.

La unión con Rumania, apoyada también por los sajones (alemanes) de Transilvania, fue reconocida por las potencias de la Triple Entente el 4 de junio de 1920, con el Tratado de Trianon. Aunque la frontera con Hungría se estableció más al este de lo que se había pedido inicialmente. En el momento del tratado de Trianon, la población rumana en Transilvania era del 55%, la húngara del 31% y la alemana del 10%.
Según Elek Fényes, un importante investigador húngaro, entre 1830 y 1840, el 62.3% de la población de la Transilvania actual era rumana, mientras que el 23.3% tenía el idioma húngaro como lengua materna. Se estima que, en el censo de 1869, el 59% de la población transilvana era rumana, y el 24.9% era húngara. Árpád Varga explica que el crecimiento de los húngaros en Transilvania fue el doble que el de la población total, debido a la política de magiarización que se aplicó entre la creación del dualismo austrohúngaro (1867) y la Primera Guerra Mundial.
Hungría mantuvo sus reclamos sobre el territorio. En 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, el norte de Transilvania fue entregado a Hungría por el Segundo arbitraje de Viena de las potencias del Eje (Alemania, Italia, Japón) el 30 de agosto. En el sur de Transilvania permanecieron más de 2 millones de rumanos. El historiador Keith Hitchins resumió la situación así:
Lejos de resolver el asunto, el Arbitraje de Viena sólo consiguió empeorar las relaciones que había entre Rumania y Hungría. No consiguió separar a todos los rumanos de todos los húngaros. Entre 1.150.000 y 1.300.000 rumanos, es decir, entre el 48% y más del 50% de la población del norte de Transilvania (dependiendo de la estadística que se tome como referencia) se vieron incorporados a Hungría, mientras que 500.000 húngaros siguieron viviendo en el sur de Transilvania, en Rumania.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el territorio cedido por el Eje fue devuelto a Rumania. Tras la caída del régimen de Ceausescu, Transilvania se ha convertido en la región más activa del país en términos económicos y sociales.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: History of Transylvania Facts for Kids
Enlaces externos
- Edouard Sayous (pag 25) [1]
ro:Transilvania#Istoria Transilvaniei