Giganotosaurus carolinii para niños
Datos para niños Giganotosaurus carolinii |
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Rango temporal: 99 Ma - 95 Ma Cretácico Superior | ||
![]() Reconstrucción del esqueleto en el Museo de Historia Natural de Helsinki.
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Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Chordata | |
Subfilo: | Vertebrata | |
Clase: | Sauropsida | |
Superorden: | Dinosauria | |
Orden: | Saurischia | |
Suborden: | Theropoda | |
Infraorden: | Carnosauria | |
Superfamilia: | Allosauroidea | |
Familia: | Carcharodontosauridae | |
Subfamilia: | Carcharodontosaurinae | |
Tribu: | Giganotosaurini | |
Género: | Giganotosaurus Coria & Salgado, 1995 |
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Especie: | G. carolinii Coria & Salgado, 1995 |
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El Giganotosaurus carolinii (que significa "lagarto gigante del sur, de Carolini") es la única especie conocida del género extinto Giganotosaurus. Fue un dinosaurio terópodo de la familia Carcharodontosauridae, que vivió hace unos 99 a 95 millones de años. Esto fue al principio del Cretácico Superior, en lo que hoy conocemos como la Patagonia Argentina.
Se cree que el Giganotosaurus fue uno de los terópodos más grandes que existieron. Podía medir entre 12 y 13 metros de largo, con un cráneo de más de 1.60 metros y un peso de entre 7 y 8 toneladas. Su gran tamaño lo convirtió en un tema muy interesante para los científicos. Fue el depredador más grande de su época, estando en la cima de la cadena trófica. Probablemente cazaba una gran variedad de animales, incluyendo saurópodos gigantes. Tenía un olfato muy agudo para rastrear y una boca grande con dientes largos y planos, perfectos para cortar y desgarrar la carne de sus presas.
El descubrimiento de un esqueleto casi completo de este dinosaurio ha permitido a los científicos estudiar muchos detalles de su biología. Por ejemplo, cómo regulaba su temperatura corporal y cómo era su cerebro. También han podido investigar cómo se movía y la fuerza de su mordida. Se piensa que era un animal de "sangre caliente" (homeotermo), lo que significa que tenía un estilo de vida activo y crecía más rápido que un reptil de "sangre fría".
Contenido
¿Cómo era el Giganotosaurus?
Basándose en el primer esqueleto encontrado, llamado MUCPv-CH-1, los estudios han calculado que el Giganotosaurus medía entre 12 y 13 metros de largo. Su peso era de 6.1 a 6.9 toneladas, y su altura hasta las caderas superaba los 4 metros. Al principio se pensó que su cráneo medía 1.8 metros, pero ahora se estima en 1.56 metros. El fémur (hueso del muslo) podía medir hasta 143 centímetros. Estas medidas lo colocan entre los dinosaurios terópodos más grandes y entre los carnívoros terrestres más grandes de la historia de la Tierra.
Existe un segundo ejemplar, MUCPv-95, del que solo se encontraron fragmentos de la mandíbula izquierda. Estos fragmentos son un 6.5% u 8% más grandes que los del primer esqueleto. Esto podría significar que algunos Giganotosaurus eran aún más grandes, quizás de 13.2 a 13.5 metros de largo y de 8.2 a 8.7 toneladas de peso. Sin embargo, también es posible que fuera un animal del mismo tamaño, pero con una mandíbula más robusta.
El Giganotosaurus caminaba sobre dos patas y tenía un cráneo grande sostenido por un cuello fuerte. Sus brazos eran cortos en proporción a su cuerpo, con tres dedos que terminaban en garras curvas y afiladas. Sus patas traseras eran muy poderosas. Como otros terópodos, su cuerpo se mantenía paralelo al suelo y tenía una cola larga que le ayudaba a equilibrarse. Sus patas traseras tenían el fémur más largo que la tibia, lo que le daba mucho soporte, pero no una gran velocidad. Esto sugiere que era un depredador que cazaba al acecho o que perseguía presas lentas, como los saurópodos. Los fósiles encontrados de esta especie son de la mayor parte de su cuerpo, lo que permite estudiar sus características en detalle.
¿Cómo eran sus huesos?
El Giganotosaurus tenía unas de las patas traseras más altas entre los terópodos. En el primer esqueleto, el fémur medía entre 143 y 136.5 centímetros de largo, la tibia 112 centímetros y el peroné unos 84 centímetros. Esto le daba una gran altura sin que sus patas se vieran desproporcionadas, manteniendo una apariencia fuerte y compacta. El ilion, un hueso de la pelvis, era curvo en la parte superior y tenía proyecciones óseas para los músculos de la cola. El isquion era largo y recto.
Sus brazos, o extremidades anteriores, eran pequeños en comparación con su cuerpo, con tres dedos y garras afiladas. Probablemente los usaba para sujetar a sus presas mientras las atacaba con su boca. La escápula (omóplato) del Giganotosaurus era menos curvada y más corta que en otros terópodos.
Su columna vertebral tenía nueve vértebras en el cuello, catorce en la espalda, cinco en la cadera y más de cuarenta en la cola. Su cuello era corto y fuerte, con una curva menos pronunciada que en otros terópodos. Las vértebras del cuello eran altas, pero con espinas bajas, lo que indica que los músculos del cuello no eran tan fuertes como en los tiranosáuridos. La forma de las espinas de su espalda hacía que fuera más recta que la de la mayoría de los terópodos, menos curvada que la del Tyrannosaurus rex. Las costillas eran robustas y formaban una caja torácica ovalada, más ancha que en otros carcarodontosáuridos.
¿Cómo era su cráneo?
El Giganotosaurus tenía un cráneo muy grande, uno de los más grandes entre los dinosaurios terópodos, incluso para su enorme tamaño. Sin embargo, no se sabe su medida exacta porque los huesos encontrados estaban separados y no se ha hallado un cráneo completo. Se han encontrado partes de la mandíbula superior e inferior, el hueso nasal, el hueso lagrimal, el hueso detrás del ojo y la parte del cráneo que protegía el cerebro. Pero faltan otros huesos importantes, lo que dificulta reconstruir el cráneo por completo.
El maxilar (parte de la mandíbula superior) tenía una fila de dientes de 92 centímetros de largo. El hueso nasal era muy rugoso. El hueso lagrimal, justo delante de los ojos, tenía una cresta prominente parecida a un cuerno. El hueso yugal, que formaba el borde inferior de la cuenca del ojo, era similar al de otros terópodos como el Tyrannosaurus. El hueso cuadrado, en la parte trasera inferior del cráneo, medía 44 centímetros de largo. La parte superior del cráneo era ancha y tenía una proyección ósea.
La mandíbula se unía al cráneo más atrás que en otros terópodos. El Giganotosaurus no tenía una cresta en la parte superior del cráneo como la mayoría de los terópodos. Sus músculos de la mandíbula se unían a los lados inferiores de la plataforma ósea sobre el ojo. Los músculos del cuello que levantaban la cabeza se unían a las estructuras prominentes del hueso en la parte superior del cráneo.
El dentario (hueso delantero de la mandíbula inferior) era ancho y plano en la parte delantera. Tenía una pequeña proyección hacia abajo, como una "barbilla". Por dentro, tenía una fila de placas donde cada diente se anclaba a la mandíbula. La forma curva del dentario indica que la boca del Giganotosaurus era ancha. Probablemente tenía doce dientes en cada lado de la mandíbula inferior. Los dientes eran planos y curvos, estrechos de frente y ovalados desde arriba. Cada diente tenía una cubierta de esmalte con bordes afilados y dentados, perfectos para cortar.
Aunque el cráneo no está completo, se ha estimado su longitud. Al principio, se calculó en 1.53 metros. Luego, con el descubrimiento de otro fragmento de mandíbula, se pensó que podría ser de 1.8 metros, lo que lo convertiría en el dinosaurio carnívoro con el cráneo más grande. Sin embargo, estudios más recientes han corregido esta medida a 1.6 metros. Esto sigue siendo muy grande, superando a los cráneos más largos de Tyrannosaurus rex (1.4 a 1.5 metros) y rivalizando con el Carcharodontosaurus saharicus (1.6 metros). Solo el cráneo del Spinosaurus aegyptiacus (1.50 a 1.75 metros) podría ser más largo.
En 1998, se encontró otro fragmento de mandíbula, MUCPv-95, que era un 8% más grande que el del primer esqueleto. Si el primer cráneo medía 1.8 metros, este nuevo ejemplar podría haber tenido un cráneo de 1.95 metros. Cálculos posteriores sugirieron que era solo un 6.5% más grande. Basándose en las nuevas estimaciones del primer esqueleto, el cráneo de este segundo ejemplar podría haber medido entre 1.64 y 1.73 metros.
¿Qué tan grande era?

El tamaño de los dinosaurios terópodos siempre ha sido un tema de gran interés, ya que incluyen a los depredadores terrestres más grandes de la Era Mesozoica. Este interés comenzó con el descubrimiento del Megalosaurus en 1824. Más tarde, en 1905, se nombró al Tyrannosaurus, que fue considerado el terópodo más grande durante 90 años. En la década de 1990, nuevos descubrimientos en África y América del Sur reavivaron el debate sobre cuál era el terópodo más grande.
Cuando se describió por primera vez, los científicos Coria y Salgado consideraron al Giganotosaurus el terópodo más grande del hemisferio sur, y quizás del mundo. Compararlo con el Tyrannosaurus era difícil porque los huesos del cráneo del Giganotosaurus estaban separados. Sin embargo, notaron que el fémur del Giganotosaurus medía 1.43 metros, 5 centímetros más largo que el de "Sue", el ejemplar más grande de Tyrannosaurus. Además, los huesos del Giganotosaurus parecían más robustos, lo que indicaba un animal más pesado. Estimaron que el cráneo medía 1.53 metros y que el animal completo tenía 12.5 metros de largo, con un peso de 6 a 8 toneladas.
En 1996, el paleontólogo Paul Sereno describió un nuevo cráneo del Carcharodontosaurus de Marruecos. Este dinosaurio ya se conocía desde 1927, pero sus fósiles originales se perdieron. Sereno estimó que el cráneo del Carcharodontosaurus medía 1.60 metros, similar al Giganotosaurus y quizás más grande que el de "Sue" (1.53 metros). Señaló que los carcarodontosáuridos tenían cráneos proporcionalmente más grandes, mientras que el Tyrannosaurus tenía patas traseras más largas. En 1995, Sereno comentó que estos nuevos terópodos de Sudamérica y África competían con el Tyrannosaurus por el título de depredador más grande. El paleontólogo Philip J. Currie añadió que el tamaño de un animal es menos interesante para los paleontólogos que sus adaptaciones y relaciones.
En 1997, Coria estimó que el Giganotosaurus medía entre 13.7 y 14.3 metros y pesaba de 8 a 10 toneladas, basándose en nuevos materiales. Sereno respondió que era difícil determinar el tamaño exacto de una especie con pocos restos incompletos. Ambos científicos estuvieron de acuerdo en que otros aspectos de estos dinosaurios eran más importantes que el "concurso de tamaño". En 1998, Jorge O. Calvo y Rodolfo Coria encontraron un fragmento de mandíbula, MUCPv-95, que era un 8% más grande que el del primer esqueleto. Propusieron que el cráneo del primer ejemplar medía 1.80 metros y el del más grande, 1.95 metros, lo que lo convertiría en el cráneo de terópodo más largo.
En 2001, el científico Frank Seebacher calculó que el Giganotosaurus pesaba 6.6 toneladas, basándose en la estimación original de 12.5 metros de largo. En 2002, Coria y Currie estimaron que el cráneo del primer ejemplar medía 1.60 metros y que pesaba 4.2 toneladas. En 2004, Gerardo V. Mazzetta y sus colegas notaron que, aunque el fémur del Giganotosaurus era más grande que el de "Sue", la tibia era 8 centímetros más corta. Concluyeron que el primer ejemplar de Giganotosaurus era similar en tamaño al Tyrannosaurus (8 toneladas), pero que el fragmento de mandíbula más grande podría representar un animal de 10 toneladas, lo que lo convertiría en el carnívoro terrestre más grande conocido.
En 2005, Christiano Dal Sasso describió nuevos restos del cráneo del Spinosaurus, cuyos fósiles originales también se perdieron. Concluyó que este dinosaurio habría medido de 16 a 18 metros de largo y pesado de 7 a 9 toneladas, superando a todos los demás terópodos. En 2006, Coria y Currie describieron el gran terópodo Mapusaurus de la Patagonia, que estaba muy relacionado con el Giganotosaurus y era de tamaño similar. En 2007, François Therrien y Donald M. Henderson estimaron que el Giganotosaurus y el Carcharodontosaurus habrían medido cerca de 13.5 metros de largo y pesado 13.8 toneladas, superando al Tyrannosaurus. Advirtieron que estas medidas dependían de la correcta reconstrucción de los cráneos incompletos.
En 2012, Matthew T. Carrano y sus colegas señalaron que, aunque el Giganotosaurus era famoso por su tamaño, su esqueleto no se había descrito en detalle. Encontraron que los cráneos de Giganotosaurus y Carcharodontosaurus tenían el mismo tamaño que el del Tyrannosaurus. También midieron el fémur del primer Giganotosaurus en 1.365 metros, diferente de la medida original, y propusieron que su masa corporal habría sido menor. En 2013, Scott Hartman estimó que el Tyrannosaurus "Sue" era más grande que el Giganotosaurus en general. Calculó que el primer Giganotosaurus pesaba 6.8 toneladas y el ejemplar más grande, 8.2 toneladas. El Tyrannosaurus pesaba 8.4 toneladas. Hartman señaló que el Tyrannosaurus tenía un torso más ancho. En 2014, Nizar Ibrahim y sus colegas estimaron que el Spinosaurus había superado los 15 metros de largo, lo que lo convertiría en el dinosaurio carnívoro más grande de todos los tiempos.
Descubrimiento e investigación
En 1993, un aficionado a la búsqueda de fósiles llamado Ruben Darío Carolini descubrió la tibia de un dinosaurio terópodo mientras exploraba las tierras baldías de la provincia del Neuquén en la Patagonia argentina. El hallazgo fue a solo 15 kilómetros al sur de Villa El Chocón. Después de que Carolini avisara a las autoridades, especialistas de la Universidad Nacional del Comahue comenzaron la excavación. El descubrimiento fue anunciado por los paleontólogos argentinos Rodolfo Coria y Leonardo Salgado en 1994.
El fósil encontrado conserva casi el 70% de su esqueleto. Incluye partes del cráneo, como el maxilar, el dentario, gran parte del hueso nasal, el hueso lagrimal y el hueso detrás del ojo. También se conservan partes del esqueleto postcraneal (el resto del cuerpo), como la escápula, la pelvis, ambos fémures, una tibia, un peroné, varias costillas y gran parte de la columna vertebral. La descripción de este nuevo dinosaurio fue publicada en 1995 por Rodolfo Coria y Leonardo Salgado en la revista Nature. El ejemplar, llamado MUCPv-Ch-1, fue clasificado en el nuevo género y especie Giganotosaurus carolinii. Los restos están muy bien conservados y se encuentran en el Museo Ernesto Bachmann de Villa El Chocón, en Villa El Chocón, Argentina. Este museo fue inaugurado en 1995 por petición de Rubén Carolini. El Giganotosaurus es la principal atracción del museo, con un esqueleto hecho de huesos originales y reconstruidos.
Un segundo ejemplar, MUCPv-95, fue descubierto a 35 kilómetros al suroeste de Plaza Huincul. Es un dentario (parte de la mandíbula inferior) incompleto de 61 centímetros de largo, con 15 espacios para dientes, de los cuales solo tres tienen dientes parciales. Después de estudiarlo en 1998, Rodolfo Coria y Jorge Calvo confirmaron que tenía características muy similares al dentario del primer esqueleto, pero era entre un 6.5% y un 8% más grande.
¿De dónde viene su nombre?
El nombre del género Giganotosaurus viene del griego: gigas (gigante), notos (sur) y –saurus (lagarto). Así, significa "lagarto gigante del sur". El nombre de la especie Giganotosaurus carolinii es un homenaje a Rubén Carolini, el aficionado que descubrió sus restos en 1993.
Otros descubrimientos

En la Quebrada de Chacarilla en Chile, se han encontrado huellas fosilizadas que datan de finales del Jurásico y principios del Cretácico. En 1962, se reportaron grandes huellas de terópodos, aunque se atribuyeron incorrectamente a Tyrannosaurus rex y Allosaurus. Más tarde, en 1999, un estudio identificó la huella de terópodo más grande de Sudamérica, de 65 centímetros de largo, que podría haber sido dejada por un Giganotosaurus o un dinosaurio similar, ya que no hay muchos carnívoros sudamericanos de ese tamaño. Esto sugiere que grandes carcarodontosáuridos también vivieron en Chile.
En 1987, A. Delgado descubrió un diente grande e incompleto de terópodo cerca del Lago Ezequiel Ramos Mexía. En 1999, Jorge Orlando Calvo lo identificó como posiblemente perteneciente a Giganotosaurus, siendo el primer fósil de este género hallado en la Patagonia argentina. Calvo también sugirió que algunas huellas grandes encontradas cerca del lago, que miden hasta 50 centímetros de largo, podrían ser de Giganotosaurus.
También se han encontrado grandes dientes con bordes aserrados en el sitio paleontológico de La Buitrera en 2001, que se han atribuido a Giganotosaurus.
Clasificación

El Giganotosaurus pertenece al grupo de los terópodos llamado Tetanurae. Los estudios genéticos han demostrado que es parte de una familia de dinosaurios carnívoros llamada Carcharodontosauridae. Esta familia incluye a todos los terópodos de la superfamilia Allosauroidea que están más relacionados con el Carcharodontosaurus que con el Allosaurus. Los carcarodontosáuridos se caracterizan por tener grandes aberturas en el cráneo y huesos faciales rugosos.
Aunque los primeros carcarodontosáuridos se encontraron en África (como el Carcharodontosaurus saharicus), la mayor cantidad de fósiles de este grupo proviene de la Patagonia argentina, en las provincias de Neuquén, Chubut y Río Negro. Allí se han encontrado grandes especies como el Tyrannotitan chubutensis, el Mapusaurus roseae y el Giganotosaurus carolinii. Hoy se sabe que esta familia se extendió por todo el mundo, con descubrimientos en España (Concavenator) y China (Kelmayisaurus y Shaochilong).

Los carcarodontosáuridos de la Patagonia y África, que vivieron a mediados del período Cretácico, están muy relacionados con el Giganotosaurus. Después del descubrimiento del Mapusaurus en 2006, se vio que compartía muchas características con el Giganotosaurus, incluso más que con cualquier otro carcarodontosáurido. Por esta razón, los científicos propusieron una nueva subfamilia, Giganotosaurinae, que incluía a los carcarodontosáuridos más cercanos al Giganotosaurus y al Mapusaurus.
Más tarde, en 2013, una revisión cambió la subfamilia Giganotosaurinae por Carcharodontosaurinae. En esta nueva subfamilia solo se incluyen los carcarodontosáuridos de Sudamérica y África que vivieron entre el Aptiense y el Cenomaniense. Así, Carcharodontosaurus, Tyrannotitan, Mapusaurus y Giganotosaurus son los únicos géneros en esta subfamilia. Los tres últimos, que son de la Patagonia, fueron reasignados a una nueva tribu llamada Giganotosaurini. Estos tres géneros comparten varias características, como la forma de un hueso en el cráneo y la ausencia de agujeros en las vértebras de la cola.
Árbol familiar
El siguiente diagrama muestra la posición del Giganotosaurus dentro de la familia Carcharodontosauridae:
Carcharodontosauridae |
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¿Cómo vivía el Giganotosaurus?
Su cerebro y cráneo

Dentro del cráneo del Giganotosaurus se encontraba el neurocráneo, la estructura ósea que protegía el cerebro y sus nervios. Cuando el animal moría, el material blando dentro del neurocráneo se descomponía, dejando una cavidad hueca. Los científicos han estudiado esta cavidad reconstruyéndola digitalmente con tomografías o físicamente con moldes de resina. Estos moldes, llamados endomoldes, permiten investigar cómo era el cerebro del animal cuando estaba vivo.
El endomolde del Giganotosaurus tiene una forma similar a la de un plátano. Su volumen se calculó en 275 cm³. La mayor parte de este espacio (hasta un 95%) habría sido ocupada por el cerebro. Una característica importante del endomolde del Giganotosaurus es el gran tamaño de sus lóbulos olfatorios (la parte del cerebro relacionada con el olfato), que eran incluso más grandes que los del Tyrannosaurus rex. La comparación entre ambos endomoldes también mostró que el Tyrannosaurus tenía los lóbulos ópticos (relacionados con la vista) más desarrollados y un endomolde más grande (343 cm³).
Aun así, el Giganotosaurus tiene el endomolde más grande de todos los carcarodontosáuridos, tanto en volumen como en longitud. Es un 19% más largo y tiene un volumen 23% mayor que el de su pariente africano Carcharodontosaurus saharicus, a pesar de que sus cráneos eran de tamaño similar. La comparación entre los endomoldes de Carcharodontosaurus y Giganotosaurus ha revelado que ambos géneros tienen casi la misma disposición de vaso sanguíneos y nervios craneales. Esto apoya la idea de que están muy relacionados.
En el Giganotosaurus, al igual que en otros carcarodontosáuridos, no se han encontrado marcas claras de vasos sanguíneos en el interior del neurocráneo. Esto es similar a lo que ocurre con los reptiles actuales y sugiere que su cerebro era más pequeño en proporción al espacio disponible en el cráneo. En cambio, en los moldes de cerebros de celurosaurios (el grupo que incluye a las aves), sí se ven marcas de vasos sanguíneos. Esto indica que el cerebro de las aves y sus parientes cercanos estaba mucho más cerca de las paredes óseas del cráneo. La ausencia de estas marcas en el Giganotosaurus lo sitúa en una posición más "primitiva" y alejada de las aves que otras especies como el Tyrannosaurus rex. Por esta razón, se cree que el Giganotosaurus tenía escamas en lugar de plumas.
¿Cómo regulaba su temperatura?
Para entender mejor el comportamiento de dinosaurios terópodos como el Giganotosaurus, es importante saber cómo funcionaba su metabolismo y cómo regulaba su temperatura corporal. Con esta información, se pueden hacer mejores suposiciones sobre su vida, como cuánto comía, qué tan activo era, qué tan rápido crecía o cómo se reproducía.
Estudiando los isótopos de oxígeno en los fósiles, se puede determinar la distribución de calor en el cuerpo de un animal extinto. Si los isótopos de oxígeno son muy similares, significa que la temperatura corporal era constante, lo que se llama homeotermia. En un animal de "sangre caliente" (endotermo), la temperatura es mucho más uniforme que en uno de "sangre fría" (ectotérmico).
Al usar este método en 84 muestras de 13 huesos de Giganotosaurus, se encontró que la diferencia de temperatura entre las vértebras del tronco y la tibia de la pierna no era mayor a 5 °C. Esto sugiere que el Giganotosaurus era homeotermo y tenía un metabolismo intermedio, más alto que el de los reptiles actuales de "sangre fría" pero menor que el de los mamíferos y aves actuales de "sangre caliente". Esto habría favorecido un estilo de vida activo y de caza, y un crecimiento rápido. Estas conclusiones también se encontraron en el Tyrannosaurus rex, que tenía un rango de temperatura similar.
¿Cómo se movía?
Las características del Giganotosaurus que indican que era un depredador y no solo un carroñero incluyen su cuerpo poderoso pero ligero, y sus patas grandes y musculosas, más grandes que las de cualquier otro terópodo. Su cola larga y fuerte le ayudaba a equilibrar su peso al moverse. Sus pies tenían un tejido acolchado que funcionaba como un resorte. Los huesos largos de sus patas estaban unidos para transmitir la fuerza generada al caminar. Todo esto hacía del Giganotosaurus un depredador robusto pero relativamente rápido, especializado en cazar presas de tamaño mediano a grande. Sin embargo, una caída a gran velocidad podría haberle causado lesiones graves, lo que limitaría su velocidad máxima.
En 2001, Ernesto Blanco y Gerardo Mazzetta estudiaron la capacidad de correr del Giganotosaurus. Calcularon que la velocidad máxima del Giganotosaurus en una superficie ideal habría sido de hasta 14 metros por segundo, unos 50 kilómetros por hora.
¿Qué comía?
En 2002, Coria y Currie descubrieron varias características en la parte trasera del cráneo del Giganotosaurus, como una inclinación hacia adelante y un cóndilo occipital ancho. Esto sugiere que podía mover bien la cabeza de lado a lado. La articulación de la mandíbula del Giganotosaurus y otros carcarodontosáuridos estaba más atrás que en otros terópodos, lo que permitía un cierre más rápido de sus fauces. Los tiranosáuridos, en cambio, tenían mandíbulas más fuertes para triturar huesos.

Los científicos han analizado la fuerza de mordida de los terópodos. Se descubrió que el Giganotosaurus y sus parientes estaban adaptados para capturar y derribar a sus presas con mordeduras rápidas y fuertes. Sus fauces tenían dientes curvos y aserrados, diseñados para desgarrar la carne y causar heridas profundas con mucha pérdida de sangre. En cambio, las mandíbulas robustas de los tiranosáuridos estaban adaptadas para triturar carne y huesos.
La fuerza de mordida del Giganotosaurus no era tan potente como la del Tyrannosaurus rex. Se ha estimado que la fuerza máxima de mordida del Giganotosaurus era de 13,258 N. Las mandíbulas más cortas y macizas del Tyrannosaurus rex alcanzaban una fuerza máxima de 35,000 a 57,000 N. El Giganotosaurus probablemente usaba la parte delantera de su boca para capturar y someter a sus víctimas, y la parte trasera para desgarrar la carne una vez que la presa estaba abatida.
Estos científicos sugirieron que el Giganotosaurus y otros alosauroides eran depredadores generalistas, es decir, que se alimentaban de una amplia variedad de presas, a menudo más pequeñas que ellos, como ornitópodos o saurópodos jóvenes. La "barbilla" ósea en la mandíbula inferior pudo haber sido una adaptación para resistir la tensión al luchar contra una presa.
Los primeros fósiles de Mapusaurus, un pariente cercano del Giganotosaurus, se encontraron en un lugar donde había varios ejemplares de diferentes edades y tamaños. Esto sugiere que, aunque pudo ser casual, es posible que vivieran en grupo. En un artículo de 2006 de National Geographic, el paleontólogo Rodolfo Coria señaló que la presencia de varios ejemplares de tamaño medio, y pocos grandes o pequeños, coincide con los patrones de animales que viven en grupos, especialmente depredadores. Coria sugiere que grandes terópodos podrían haber cazado en grupos, lo que sería una ventaja al cazar saurópodos gigantes.
¿Dónde vivía el Giganotosaurus?
A mediados del período Cretácico, en la Patagonia argentina, la mayoría de los ríos desembocaban en el Océano Pacífico porque la Cordillera de los Andes aún no existía. El lugar donde vivió el Giganotosaurus estaba rodeado de exuberantes bosques de coníferas, helechos y cícadas, con grandes árboles de araucarias y palmeras. Las plantas con flores y de hoja ancha acababan de aparecer. Había dos estaciones: un largo periodo seco y uno más corto con lluvias intensas.
La razón de la existencia de especies tan gigantescas en el mismo período y lugar sigue siendo un misterio. Pudo deberse al clima cálido y al ambiente exuberante de entonces, junto con las vastas llanuras aluviales, que favorecieron el desarrollo de formas de vida gigantes. Otro factor posible fueron las diferencias de temperatura entre el día y la noche. Los animales más grandes pueden retener más calor durante más tiempo, lo que les ayudaría a soportar los cambios drásticos de temperatura.

En ese tiempo, Sudamérica estaba mucho más cerca de África de lo que está ahora. Antes, en el Cretácico Inferior, estaban unidos en una sola gran masa de tierra. Esta cercanía creó ecosistemas muy similares con especies parecidas. Grupos de dinosaurios como los carcarodontosáuridos, abelisáuridos y titanosaurios, entre otros, prosperaron en estas zonas. Géneros como Giganotosaurus y Carcharodontosaurus, o Argentinosaurus y Paralititan, son ejemplos claros de faunas muy similares encontradas en rocas de casi la misma antigüedad. Esto apoya la teoría de que continentes que ahora están separados, alguna vez estuvieron muy cerca.
Se ha especulado que el Giganotosaurus carolinii y otros giganotosaurinos, como el Mapusaurus roseae, cazaban en manadas. Entre los saurópodos sudamericanos de esta época se encontraban titanosaurios como el Andesaurus delgadoi y rebaquiosáuridos como el Cathartesaura anaerobica y el Limaysaurus tessonei. Con presas tan grandes, no sería fácil para los giganotosaurinos cazar a un adulto si no lo hacían en grupo. Además, sus lóbulos olfatorios muy desarrollados y los ópticos menos desarrollados han llevado a los paleontólogos a suponer que el Giganotosaurus cazaba a menudo de noche, usando su olfato para guiarse en la oscuridad. Cazar en manada y de noche sería más seguro para los depredadores, ya que a los herbívoros les sería más difícil detectarlos. Otras posibles presas eran ornitópodos de tamaño mediano encontrados en la misma formación geológica. Entre los terópodos carnívoros que competían con los giganotosaurinos por los mismos nichos ecológicos estaban el Ekrixinatosaurus novasi (un abelisáurido), un posible neovenatórido, y el Buitreraptor gonzalezorum (un dromeosáurido).
El Giganotosaurus en la cultura popular
Los fósiles originales de Giganotosaurus se encuentran en el Museo Ernesto Bachmann de Villa El Chocón y en el Museo de Geología y Paleontología de la Universidad Nacional del Comahue, ambos en Argentina. Sin embargo, hay réplicas de esqueletos completos en otros lugares, como el Museo de Senckenberg en Fráncfort y el Museo Australiano en Sídney.
El Giganotosaurus ha ganado popularidad recientemente, a menudo presentado como un rival del Tyrannosaurus rex, que antes era considerado el dinosaurio carnívoro más grande. Otros terópodos como el Carcharodontosaurus y el Spinosaurus también son presentados de esta manera en los medios.
El Giganotosaurus en películas y documentales
- Aparece en la película IMAX sobre dinosaurios Dinosaurios: Gigantes de la Patagonia, donde el Dr. Rodolfo Coria muestra los lugares de los descubrimientos más importantes de Argentina.
- En el episodio especial Tierra de Gigantes de la serie documental Chased by Dinosaurs, presentado por Nigel Marven, se ve al Giganotosaurus cazando solo y en manada. En este último caso, cooperan para derribar un Argentinosaurus.
- Se usó material genético de Giganotosaurus para crear el genoma final del Indominus rex en la película de ciencia ficción Jurassic World (2015).
- En Jurassic World: Dominion (2022), el Giganotosaurus carolinii es el principal "villano" dinosaurio. Es un adulto clonado con un aspecto similar al del Acrocanthosaurus o al del Concavenator. En el universo de Jurassic Park/World, el Giganotosaurus es ubicado hace 66 millones de años en Norteamérica, conviviendo con animales con los que no lo hizo en la realidad, como el Quetzalcoatlus, Pteranodon, Nasutoceratops, Moros y Tyrannosaurus rex. Esto es incorrecto, ya que el Giganotosaurus vivió en Sudamérica y ya se había extinguido cuando apareció el Tyrannosaurus rex en Norteamérica.
- El documental Dinolandia (2025) narra el descubrimiento del Giganotosaurus carolinii y sus efectos en la comunidad de El Chocón, usando material de archivo filmado por sus protagonistas.
En libros de ficción
- Aparece en la historia El mundo inferior de Dinotopia como un personaje inesperado en el Bajío Lluvioso.
En videojuegos
- En el juego en línea "Ark: Survival Evolved", es el carnívoro más grande y peligroso. Sus dimensiones han sido exageradas, siendo más grande que el Spinosaurus.
- En el videojuego Dino Crisis 2 y su continuación, se le presenta con dimensiones excesivas (unos 7 metros de alto y 20 de largo).
- También aparece en los juegos más recientes de Jurassic Park.
- El videojuego Turok (2008) lo incluye en el nivel Death Valley.
- Aparece en Carnivores 4: City Scape. Es el dinosaurio más grande del juego y reemplaza al Tyrannosaurus de otros juegos de la saga.
En otros formatos
- También ha aparecido en la serie británica de ITV Primeval como uno de los dinosaurios que llegaron al presente de los protagonistas a través de una grieta en el espacio-tiempo.
- La empresa japonesa Tomy ha lanzado una colección de animales-robot llamada Zoids, de los cuales el modelo Gojulas Giga está inspirado en un giganotosaurio. Gojulas Giga también aparece como personaje en el anime Zoids: Fuzors, de la serie Zoids, basada en la colección de juguetes.
- Aparece en la serie animada por CGI Dinotren, vigilando el tren; el personaje es hembra y se llama Laura.
Galería de imágenes
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Réplica de un esqueleto de Giganotosaurus montado en el Museo Australiano de Sídney.
-
Cráneo reconstruido de Giganotosaurus en Japón.
Véase también
En inglés: Giganotosaurus Facts for Kids
- Anexo: Géneros válidos de dinosaurios