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Saurópsidos para niños

Enciclopedia para niños

Los saurópsidos (también conocidos como Sauropsida) son un gran grupo de animales vertebrados que ponen huevos con una envoltura especial llamada amnios. Este grupo incluye a la mayoría de los reptiles y a todas las aves. Una característica que comparten es tener escamas en la piel, hechas de una sustancia llamada queratina, y un huevo amniótico muy parecido en todos ellos.

Fueron muy diversos en la Era Mesozoica, cuando surgieron los dinosaurios, pterosaurios (reptiles voladores) e ictiosaurios (reptiles marinos). Hoy en día, existen cerca de 9,000 especies de reptiles y casi 10,000 especies de aves.

El científico Thomas Henry Huxley fue el primero en sugerir en 1864 que las aves están relacionadas con los dinosaurios. Esta idea es aceptada por los expertos hoy en día.

Datos para niños
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Saurópsidos
Rango temporal: Carbonífero-Reciente
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Diversos saurópsidos actuales.
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
(sin rango): Amniota
Superclase: Tetrapoda
Clase: Sauropsida
Goodrich, 1916
Subclases

Clasificación tradicional:

Clasificación actual:

  • Eureptilia
  • Parareptilia
Sinonimia

¿Qué son los saurópsidos?

Los saurópsidos son un grupo de vertebrados que incluye a los reptiles y a las aves. Se distinguen por tener escamas de queratina en la piel y por poner huevos amnióticos. Esto significa que sus huevos tienen una membrana especial que protege al embrión y le permite desarrollarse fuera del agua.

Originalmente, el término "reptiles" no incluía a las aves, lo que hacía que el grupo no fuera completo desde el punto de vista de la cladística (una forma de clasificar a los seres vivos que agrupa a un ancestro común y a todos sus descendientes). Por eso, se usa el término "saurópsidos" para incluir tanto a los reptiles como a las aves, ya que comparten un mismo origen evolutivo.

La evolución de los saurópsidos

Los saurópsidos son una de las dos grandes ramas de los amniotas (animales que ponen huevos con amnios). La otra rama son los sinápsidos, de los que descienden los mamíferos.

Orígenes en el Carbonífero

Los primeros saurópsidos aparecieron al principio del Carbonífero Superior. Descendieron de tetrápodos primitivos. Estos primeros amniotas pronto se dividieron en dos grupos: los sinápsidos y los saurópsidos.

Una de las diferencias clave entre estos grupos está en el cráneo. Los sinápsidos tenían una abertura temporal en el cráneo, mientras que los saurópsidos tenían dos (diápsidos) o ninguna (anápsidos).

Entre los primeros saurópsidos conocidos están Hylonomus y Petrolacosaurus. Petrolacosaurus fue uno de los primeros diápsidos.

Archivo:Hylonomus BW
Hylonomus, uno de los primeros saurópsidos.

El Pérmico: Dominio de los sinápsidos

Durante el Pérmico, la Tierra estaba dominada por los sinápsidos. Sin embargo, algunos saurópsidos importantes de este período fueron los pareiasaurios, grandes animales con armadura como Scutosaurus. Estos eran anápsidos, un grupo menos avanzado.

También existieron diápsidos en el Pérmico, como Coelurosauravus. En este período, surgió un grupo importante de diápsidos llamado arcosauromorfos, que incluye a los ancestros de cocodrilos, pterosaurios y dinosaurios.

Archivo:Scutosaurus BW
Scutosaurus, un saurópsido del Pérmico.

El Triásico: Una nueva era

Una gran extinción masiva del Pérmico-Triásico al final del Pérmico eliminó a casi toda la vida en la Tierra. Los pocos supervivientes se diversificaron rápidamente. En tierra, los arcosaurios (un tipo de saurópsidos) comenzaron a ser más importantes.

Aparecieron los lepidosaurios, que incluyen a los lagartos y serpientes. Los primeros dinosaurios surgieron al final del Triásico. En el agua, aparecieron los reptiles marinos como ictiosaurios y sauropterigios, así como las tortugas. En el aire, surgieron los pterosaurios.

Archivo:Cymbospondylus BW
Cymbospondylus, un ictiosaurio del Triásico.

El Jurásico: La edad de oro de los dinosaurios

Una extinción masiva del Triásico-Jurásico al final del Triásico eliminó a muchos cocodrilotarsianos y arcosaurios primitivos. En tierra, los dinosaurios se volvieron dominantes. El Jurásico es conocido como la edad de oro de los dinosaurios, ya que alcanzaron su mayor tamaño y diversidad. Algunos medían más de 30 metros de largo.

En el agua, los plesiosaurios crecieron mucho y empezaron a reemplazar a los ictiosaurios. Los cocodrilos y tortugas seguían siendo principalmente de agua dulce. En el aire, los pterosaurios dominaban, pero al final del Jurásico aparecieron las aves, los únicos dinosaurios que sobreviven hoy.

Archivo:Dimorphodon2DB
Dimorphodon, un pterosaurio del Jurásico.

El Cretácico: Nuevas formas y el fin de una era

En el Cretácico, los dinosaurios continuaron su dominio. Surgieron nuevas formas de lagartos, que dieron origen a las serpientes y anfisbenios. En el mar, los mosasaurios (lagartos marinos gigantes) y las tortugas marinas se hicieron comunes.

Algunas aves se adaptaron a la vida acuática. Al final del Cretácico, aparecieron pterosaurios gigantes, los animales voladores más grandes. Sin embargo, una extinción masiva al final del Cretácico acabó con los dinosaurios no avianos, los pterosaurios, los plesiosaurios, los mosasaurios y las aves primitivas.

Archivo:Velociraptor mongoliensis
Velociraptor, un dinosaurio del Cretácico.

El Cenozoico: El ascenso de los mamíferos

En el Cenozoico, después de la extinción de los dinosaurios, los mamíferos se convirtieron en los animales dominantes. Los saurópsidos, aunque no dominaron, siguieron evolucionando. Las serpientes se diversificaron mucho, y los lagartos, cocodrilos y tortugas también cambiaron.

Las aves, por otro lado, tuvieron mucho éxito y hoy en día hay casi 11,000 especies.

Archivo:Varanus priscus BW
Megalania, un lagarto gigante del Cenozoico.

Anatomía y características de los saurópsidos

A diferencia de los anfibios, los saurópsidos tienen la piel dura y seca, cubierta de escamas (las aves tienen plumas). Sus huevos tienen una cáscara casi impermeable. Estas características les permiten vivir lejos del agua y en lugares muy secos.

El esqueleto de los saurópsidos

El esqueleto de los saurópsidos varía mucho entre los grupos. La estructura básica incluye un cráneo, una columna vertebral, costillas y extremidades.

  • Los cocodrilos, lagartos y tuátaras tienen una estructura similar a la de los primeros saurópsidos, con cabeza, tronco, extremidades y cola.
  • Las serpientes y anfisbenios han perdido las extremidades para adaptarse a la vida bajo tierra o en el agua.
  • Las tortugas tienen un caparazón defensivo.
  • Los pterosaurios tenían un cuarto dedo muy largo en sus patas delanteras para sostener sus alas.
  • Las patas de los dinosaurios eran verticales, y la cola de las aves se ha acortado.

El cráneo

El cráneo de los saurópsidos tiene aberturas llamadas fosas temporales. Los anápsidos tradicionalmente no tenían estas aberturas, mientras que los diápsidos tenían dos. Sin embargo, esta característica puede variar, ya que algunos grupos han perdido o ganado estas aberturas a lo largo de la evolución.

La mandíbula de los saurópsidos está formada por varios huesos. En serpientes, la mandíbula es muy flexible. En cocodrilos, es muy potente. En las aves, la mandíbula se ha convertido en la parte inferior del pico.

Archivo:Skull diapsida 1
Esquema de un cráneo diápsido.

La piel

La piel de los saurópsidos es una barrera protectora. Está hecha de queratina y forma escamas que se superponen. Estas escamas no son como las de los peces, sino que son parte de una capa continua de piel.

Las escamas varían mucho: pueden ser lisas (en lagartos y serpientes) o formar una coraza dura (en cocodrilos y tortugas). Las aves tienen plumas, que son escamas modificadas para el vuelo o la natación. La piel se muda periódicamente, como se ve en las serpientes.

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Pez de arena (Scincus scincus), con piel lisa para moverse en la arena.

Los sentidos

La vista es el sentido más importante para los saurópsidos. La usan para encontrar alimento, pareja, defenderse y huir. Muchas especies tienen colores brillantes o patrones para comunicarse visualmente. Algunos saurópsidos tienen un "tercer ojo" (ojo parietal) sensible a la luz, especialmente desarrollado en los tuátaras. Las serpientes pueden detectar calor (radiación infrarroja). Muchas aves tienen una vista excepcional.

El olfato está bien desarrollado en varanos y serpientes. Usan su lengua para recoger sustancias químicas del aire y un órgano especial llamado órgano de Jacobson para detectarlas. Las aves no tienen un olfato muy desarrollado, excepto algunas como los kiwis.

Archivo:Jacobson's organ in a reptile
Esquema del órgano de Jacobson.

El oído no está muy desarrollado en la mayoría de los saurópsidos. Las serpientes no tienen oídos externos. Las tortugas tienen oído medio e interno. Los cocodrilos usan el oído para comunicarse con sonidos. Las aves tienen un oído muy desarrollado, pero sin orejas externas. Algunas aves usan la ecolocación para orientarse en la oscuridad.

El tacto no es muy útil debido a las escamas. Las aves tienen receptores especiales en la lengua para sentir cambios de presión.

Sistema circulatorio

La mayoría de los saurópsidos actuales tienen un corazón con tres cámaras: dos aurículas y un ventrículo. La sangre oxigenada y no oxigenada se mezcla en el ventrículo.

Los cocodrilos y las aves tienen un corazón de cuatro cámaras, similar al de los mamíferos, lo que permite una circulación más eficiente.

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Esquema del sistema circulatorio de los saurópsidos.

Aparato digestivo

El aparato digestivo de los saurópsidos es similar al de los mamíferos, pero con diferencias. Ningún saurópsido mastica la comida. Los picos y dientes sirven para sujetar o desgarrar. La digestión suele ser lenta, excepto en las aves, que tienen un buche para ablandar el alimento.

Muchos saurópsidos herbívoros (como los saurópodos extintos) tienen una molleja y tragan piedras para triturar la comida. Los cocodrilos también tragan piedras, pero con otro propósito. Los grandes carnívoros pueden pasar mucho tiempo sin comer debido a su lento metabolismo.

Archivo:Snake and Fish
Culebra de agua (Nerodia sipedon) comiendo un pez.

Aparato respiratorio

Todos los saurópsidos respiran con pulmónes, pero de diferentes maneras. Las tortugas usan músculos abdominales para mover sus pulmones, ya que su caparazón no les permite expandir el pecho. Las serpientes tienen un pulmón derecho más grande.

Las aves tienen un sistema respiratorio muy eficiente con sacos aéreos que les permiten obtener aire fresco tanto al inhalar como al exhalar. También tienen una siringe para producir sonidos. Muchos saurópsidos acuáticos tienen un paladar óseo que les permite respirar bajo el agua.

Archivo:RespiraciónAves
Esquema del aparato respiratorio de las aves.

Sistema nervioso e inteligencia

El sistema nervioso de los saurópsidos es similar al de otros amniotas. El encéfalo y el cerebelo son más grandes que en los anfibios, y en las aves son proporcionalmente muy grandes.

Los saurópsidos son muy inteligentes. Los dragones de Komodo pueden jugar, muchos varanos cooperan, y los cocodrilos tienen sistemas sociales complejos. Las aves son especialmente inteligentes: los loros y cuervos resuelven problemas, usan herramientas, cuentan y aprenden conceptos. Su lenguaje es complejo y algunas pueden imitar la voz humana.

Aparato excretor

Los saurópsidos tienen riñones que eliminan desechos nitrogenados, principalmente en forma de ácido úrico, que expulsan por la cloaca. Muchas aves no tienen vejiga.

Los saurópsidos marinos tienen glándulas especiales para eliminar el exceso de sal del cuerpo, como las glándulas lacrimales de las tortugas marinas.

Comportamiento y vida de los saurópsidos

Los saurópsidos se comunican de varias maneras. Los lagartos usan señales visuales, las serpientes se comunican con feromonas (sustancias químicas), y los cocodrilos y algunos lagartos emiten sonidos. Las aves se comunican con graznidos, cacareos y silbidos. Estas señales informan sobre la especie, el sexo y la capacidad de reproducirse.

Para defender su territorio, muchos lagartos machos realizan exhibiciones. Las serpientes de cascabel mueven su cola para hacer ruido y alertar a los enemigos. Algunas serpientes se camuflan o simulan estar muertas. Los lagartos tienen métodos diversos: algunos cambian de color, otros despliegan gorgueras para asustar, o tienen escamas duras y espinosas. Las tortugas se defienden con su caparazón. Las aves usan espuelas, picos puntiagudos o extienden sus alas para parecer más grandes.

Cortejo y reproducción

Los saurópsidos tienen diferentes formas de cortejo. Las serpientes macho se deslizan sobre la hembra. Algunos lagartos usan patrones similares. Las tortugas macho golpean sus caparazones. En las aves, el cortejo es más elaborado, con plumas de colores, colas desplegables o crestas. A veces, los machos luchan por el derecho a aparearse.

Las hembras suelen poner sus huevos en nidos excavados en la arena o en madrigueras. Algunos lagartos y serpientes retienen los embriones dentro de su cuerpo y dan a luz crías vivas (esto se llama ovoviviparismo).

Archivo:Clutch of Python molurus bivittatus
Python molurus cuidando sus huevos.

Cuidado de las crías

El cuidado parental es raro en la mayoría de los saurópsidos, pero hay excepciones. Las hembras de algunos lagartos y pitones protegen sus huevos. Las serpientes de cascabel cuidan a sus crías durante la primera semana.

Los cocodrilos son conocidos por su cuidado parental. Tanto machos como hembras defienden el nido. Cuando las crías nacen, la hembra las lleva al agua y las protege durante los primeros meses.

Las aves son una gran excepción, ya que la mayoría cuida de sus crías. A menudo, ambos padres participan en el cuidado. La duración del cuidado varía mucho, desde el abandono al nacer hasta más de un año en algunas aves marinas.

Archivo:Chlamydosaurus kingii
Chlamydosaurus kingii mostrando su gorguera para defenderse.

Migración

La mayoría de los saurópsidos actuales no migran, pero hay excepciones. Las tortugas marinas viajan miles de kilómetros entre sus zonas de alimentación y nidificación. Algunas serpientes de cascabel y cocodrilos marinos también migran.

Muchas especies de aves migran para buscar climas más cálidos o por razones de reproducción.

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Chelonia mydas, una tortuga marina que migra.

Longevidad

La vida de los saurópsidos varía mucho. Algunos lagartos pequeños viven poco más de un año, mientras que las boas y pitones grandes pueden vivir 30 años. Los dragones de Komodo alcanzan los 40 años, y los tuátaras pueden vivir un siglo.

Las tortugas son famosas por su longevidad, algunas han vivido casi 200 años. Las aves también varían, con cuervos y loros que pueden vivir 70 u 80 años. La longevidad depende del tamaño y del metabolismo del animal.

Archivo:Henry head close up
Henry, un tuátara muy longevo.

Hábitats y adaptaciones de los saurópsidos

Los saurópsidos se han adaptado a vivir en muchos tipos de ambientes.

Saurópsidos terrestres

Los saurópsidos que viven en tierra tienen patas largas y fuertes para correr, como muchos lagartos. Las serpientes se mueven doblando su cuerpo y empujándose. Las tortugas terrestres tienen caparazones abovedados y patas gruesas para moverse o excavar. Algunas aves terrestres han perdido la capacidad de volar.

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Testudo hermanni, una tortuga terrestre.

Saurópsidos arborícolas

Los saurópsidos que viven en los árboles tienen garras afiladas para sujetarse a las ramas. Los gecos usan almohadillas en sus patas. Los camaleones tienen dedos que pueden agarrar y una cola prensil. Las serpientes trepan con facilidad. Algunos saurópsidos arborícolas pueden planear, como los gecos voladores o las serpientes planeadoras. Las aves arborícolas tienen patas adaptadas para agarrarse firmemente a las ramas.

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Morelia viridis, una serpiente que vive en los árboles.

Saurópsidos acuáticos

Muchos saurópsidos pueden nadar, pero solo se consideran acuáticos si pasan gran parte de su vida en el agua. Las serpientes marinas tienen válvulas que cierran sus orificios nasales y una piel que absorbe oxígeno. Las tortugas marinas pueden permanecer mucho tiempo bajo el agua.

Los cocodrilos y lagartos semiacuáticos tienen patas palmeadas y colas en forma de remo. Los saurópsidos marinos tienen glándulas para eliminar la sal. Las aves marinas tienen plumaje impermeable, patas palmeadas y, a veces, picos especiales para pescar.

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Orinoco crocodile Cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius).jpg

Arriba Crocodylus acutus y abajo Crocodylus intermedius dos saurópsidos acuáticos.

Saurópsidos subterráneos

Los saurópsidos que viven bajo tierra suelen tener ojos pequeños o atrofiados debido a la falta de luz. La mayoría no tienen patas, ya que estorbarían al excavar. Sus cráneos son compactos y sirven para abrirse paso en la tierra. Los anfisbenios, que son casi todos subterráneos, tienen diferentes formas de cabeza para excavar.

Archivo:Amphisbaenia
Blanus cinereus, un anfisbenio subterráneo.

Saurópsidos insulares

Los saurópsidos insulares son aquellos que llegaron a una isla y se adaptaron a ella. Muchos lagartos insulares viven en la madera que llega flotando. Algunos gecos ponen huevos tolerantes a la sal. El principal problema es la ausencia de otros individuos de su especie, pero algunos gecos pueden reproducirse sin machos (partenogénesis).

Los saurópsidos insulares pueden ser enanos o gigantes. Por ejemplo, el dragón de Komodo y la tortuga gigante de las Galápagos son gigantes, mientras que el colibrí abeja es muy pequeño.

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Gallotia galloti, un lagarto insular.

Saurópsidos voladores

Las únicas aves actuales con capacidad de volar son las aves. Los extintos pterosaurios también volaban. Otros animales pueden planear, pero no volar de verdad. Las aves y pterosaurios tienen huesos huecos para ser más ligeros. Las aves también han fusionado muchos de sus huesos para el vuelo.

Las plumas de las aves tienen funciones diversas: algunas aíslan y otras ayudan al desplazamiento en el aire. Las aves depredadoras, como los halcones, son muy aerodinámicas. Los pterosaurios desarrollaron una membrana entre su cuarto dedo alargado y sus patas traseras para volar.

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Apus apus, un ave muy adaptada al vuelo.

Conservación de los saurópsidos

Actualmente, los saurópsidos (incluyendo o no a las aves) son uno de los grupos de vertebrados más amenazados. Las causas son la fragmentación de hábitat, la caza furtiva, la contaminación y la presencia de especies introducidas.

Muchas tortugas mueren atropelladas o son capturadas. Las tortugas marinas son cazadas por su carne y caparazón, y mueren al ingerir bolsas de plástico. Los lagartos insulares están amenazados por la fragmentación de su hábitat y las especies introducidas. Las serpientes están en peligro por el comercio de su piel, y los cocodrilos por la caza.

La mayoría de los saurópsidos, excepto las aves, tienen poca protección. Esto se debe a la imagen negativa que algunas personas tienen de ellos. Las aves, sin embargo, reciben más protección.

Según la UICN, en 2009, el 28% de los saurópsidos no aves y el 12% de las aves estaban en peligro de extinción.

Archivo:Lonesome George -Pinta giant tortoise -Santa Cruz
El Solitario George, el último de su especie, que se extinguió en 2012.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Sauropsid Facts for Kids

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Saurópsidos para Niños. Enciclopedia Kiddle.