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Revolución mexicana en Yucatán para niños

Enciclopedia para niños

La revolución mexicana en Yucatán fue un proceso social importante que ocurrió en el estado de Yucatán al mismo tiempo que la revolución mexicana a nivel nacional. Este proceso tuvo sus propias características debido a que Yucatán estaba un poco aislado del resto de México. Además, en esa región existían condiciones sociales y económicas muy particulares a principios del siglo XX, cuando Francisco I. Madero inició el movimiento armado en el país.

En ese tiempo, Yucatán tenía una forma de organización social única. Esto se debía a su geografía, a eventos históricos como la independencia y la Guerra de Castas, y especialmente a su economía. La economía de Yucatán giraba en torno a las grandes haciendas de henequén y a un grupo de familias muy poderosas que las controlaban.

Mientras tanto, en el norte de México, Francisco I. Madero escapó de la prisión y desde Estados Unidos lanzó el Plan de San Luis. En este documento, Madero llamó a la gente a levantarse en armas contra el gobierno de Porfirio Díaz el 20 de noviembre de 1910. Esto dio inicio a un conflicto armado que se extendió por todo el país. Después de que las fuerzas revolucionarias tomaron Ciudad Juárez, Porfirio Díaz renunció y se fue a vivir a Francia.

Sin embargo, en Yucatán ya había habido señales de descontento contra el gobierno de Porfirio Díaz meses antes del Plan de San Luis. La sociedad yucateca sentía mucha desigualdad e injusticia, especialmente por el sistema de las haciendas henequeneras. Los grupos locales querían tomar el poder que había estado en manos de los seguidores de Díaz, liderados por Olegario Molina, quien era Secretario de Fomento en el gobierno de Díaz.

La Rebelión de Valladolid: Un Grito de Cambio

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El general Porfirio Díaz en 1902.
Archivo:Olegario Molina
Olegario Molina Solís, exgobernador de Yucatán y secretario de Fomento.

Algunos historiadores dicen que la primera chispa de la revolución mexicana ocurrió en la ciudad de Valladolid el 4 de junio de 1910. Fue una rebelión que, aunque no estaba directamente relacionada con el Plan de San Luis de Madero, fue una manifestación armada contra la dictadura de Porfirio Díaz. Al final, esta rebelión se unió al movimiento revolucionario nacional.

Esta rebelión surgió del Plan de Dzelkoop. Este plan decía que el gobierno de Yucatán era injusto y estaba en manos de una sola familia que controlaba las riquezas y convertía al pueblo en trabajadores sin derechos. El plan afirmaba que el gobierno no era legal porque no había sido elegido por el pueblo. Entre los firmantes estaban el Coronel Maximiliano R. Bonilla y el Coronel José Crisanto Chi.

El objetivo principal de esta rebelión era derrocar al gobernador de Yucatán, Enrique Muñoz Aristegui, quien era apoyado por Porfirio Díaz y el grupo poderoso de Olegario Molina y Avelino Montes. Estos últimos controlaban las actividades económicas más importantes del estado, especialmente la industria henequenera, que era el motor de la economía. El descontento venía de las elecciones de 1909, donde Delio Moreno Cantón y José María Pino Suárez compitieron por la gubernatura. A pesar de los resultados, Porfirio Díaz decidió que Aristegui siguiera siendo gobernador, y persiguió a los otros candidatos hasta que tuvieron que salir del país.

La rebelión de Valladolid fue controlada rápidamente, a pesar de que comenzó con un ejército de 1500 hombres. La falta de un buen liderazgo y una mala estrategia militar contribuyeron a su derrota. Sin embargo, el gobierno de Aristegui no se fortaleció con esta victoria; al contrario, Yucatán entró en un periodo de mayor inestabilidad política, lo que llevó a más represión y a un aumento de las tensiones sociales.

Antes de este levantamiento, en 1909, también en Valladolid, hubo otra rebelión llamada la Rebelión de la Candelaria. Esta intentó quitar del poder al gobernador Muñoz Aristegui y fracasó, pero fue una señal de lo que vendría después, incluyendo el Plan de Dzelkoop.

Madero y Pino Suárez: Nuevos Líderes

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El Presidente Francisco I. Madero.

Mientras tanto, en el norte del país, el 10 de mayo de 1911, las tropas revolucionarias tomaron Ciudad Juárez, obligando al gobierno de Díaz a rendirse. Madero fue nombrado presidente provisional y formó su equipo de gobierno, incluyendo a Venustiano Carranza y José María Pino Suárez.

El 17 de mayo se firmó un acuerdo de paz temporal para todo México. Después, el 21 de mayo, se firmaron los Tratados de Ciudad Juárez para buscar la paz. Sin embargo, la situación política no mejoró solo con la renuncia de Díaz o los esfuerzos de Madero.

Madero fue elegido presidente y asumió el cargo el 6 de noviembre de 1911. Su gobierno fue corto y se caracterizó por ser democrático, pero no logró conectar con las clases más necesitadas del país. Además, mantuvo en su equipo a algunas personas que habían trabajado con Porfirio Díaz. Esto causó varios levantamientos armados, como el de Emiliano Zapata, quien el 25 de noviembre proclamó el Plan de Ayala exigiendo la devolución de tierras y desconociendo a Madero como presidente. También se levantó Pascual Orozco en marzo de 1912.

En Yucatán, poco antes de la elección de Madero, el gobernador Muñoz Aristegui fue reemplazado, y Pino Suárez asumió el cargo de gobernador interino. Se convocaron elecciones, y nuevamente compitieron José María Pino Suárez y Delio Moreno Cantón. Aunque hubo controversia y acusaciones de fraude, Pino Suárez ganó y fue gobernador del 17 de octubre al 15 de noviembre de 1911. Cuando Madero se convirtió en presidente de México, le pidió a Pino Suárez que fuera su vicepresidente. Así, Pino Suárez dejó Yucatán y Nicolás Cámara Vales fue nombrado gobernador interino por el Congreso local.

La Decena Trágica y sus Consecuencias en Yucatán

Archivo:Jose Maria Pino Suarez
El Vicepresidente José María Pino Suárez.

En febrero de 1913, hubo un golpe de Estado contra el gobierno de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, conocido como la Decena Trágica. Este golpe fue realizado por los generales Félix Díaz, Victoriano Huerta, Bernardo Reyes y Manuel Mondragón. Como resultado, el gobierno de Yucatán, liderado por Nicolás Cámara, también fue derrocado. En su lugar, asumieron Fernando Solís León y luego Arcadio Escobedo, apoyado por los generales que seguían a Huerta y por el grupo dominante de Olegario Molina.

En ese momento, Yucatán entró en un periodo de mucha confusión y desorden. Esto se debió a que los diferentes grupos políticos locales no se ponían de acuerdo: estaban los seguidores de Delio Moreno Cantón, los de José María Pino Suárez (quien ya había fallecido) y los de Olegario Molina. Este último se había ido a vivir a Cuba antes de la renuncia de Porfirio Díaz, pero desde allí seguía intentando controlar la situación en Yucatán.

Entre 1911 y 1915, en solo cincuenta meses, Yucatán tuvo catorce gobernadores diferentes. Ninguno de ellos permaneció en el poder por más de unos pocos meses.

El Constitucionalismo Llega a Yucatán

Archivo:Venustiano Carranza ca. 1917
Jefe máximo del Ejército Constitucionalista.

Después del triunfo del Plan de Guadalupe y de que Venustiano Carranza tomara el control del país, tras los tratados de Teoloyucan, Carranza envió a Yucatán a dos personas para que la revolución avanzara en el estado. Eleuterio Ávila y Toribio de los Santos, ambos gobernadores apoyados por Carranza en 1914, llegaron al poder en Yucatán con el respaldo de las fuerzas constitucionalistas. Sin embargo, ninguno de los dos pudo resistir la presión del poderoso grupo de Olegario Molina, que seguía controlando la situación desde La Habana.

En febrero de 1915, un general llamado Abel Ortiz Argumedo, que vivía en Yucatán, se levantó en armas con el apoyo de los hacendados que seguían a Molina. Se rebeló contra el gobierno de Toribio de los Santos, quien huyó a Campeche el 10 de febrero. Dos días después, las tropas rebeldes ocuparon Mérida, y Ortiz Argumedo se declaró gobernador y comandante militar del estado. Intentó ganarse el apoyo de Venustiano Carranza, pero no lo logró.

En respuesta, Venustiano Carranza envió a uno de sus mejores generales, Salvador Alvarado, para someter a los rebeldes y recuperar el gobierno de Yucatán para su causa. Ortiz Argumedo, al ver que no podía convencer a Carranza, decidió usar la fuerza. Con el apoyo de los ricos hacendados de Yucatán, formó un ejército financiado con el dinero del henequén y preparó la defensa de Mérida desde poblaciones de Campeche.

Alvarado llegó a Campeche a principios de marzo de 1915. El 14 de marzo tuvo los primeros enfrentamientos con las fuerzas de Argumedo y las derrotó. El 16 de marzo, en Halachó, los rebeldes fueron derrotados definitivamente. Ortiz Argumedo, al saber de la derrota, huyó de Mérida hacia Valladolid, y de allí al puerto de El Cuyo, con la excusa de que recibiría armas del extranjero. En realidad, planeaba escapar del estado. Zarpó hacia Cuba llevándose consigo una gran parte del dinero del estado y otros fondos privados que sus patrocinadores le habían dado para la guerra.

El Gobierno de Salvador Alvarado en Yucatán: Grandes Cambios

Archivo:Salvador Alvarado
Mural de Salvador Alvarado en el Palacio de Gobierno de Yucatán. Mural de Fernando Castro Pacheco.

El 19 de marzo de 1915, el general Salvador Alvarado entró triunfalmente a la ciudad de Mérida. Se proclamó gobernador del estado y comandante militar de la región en nombre del ejército Constitucionalista. De esta manera, Carranza logró su objetivo, ya que Yucatán se convertiría en una de las fuentes de dinero más importantes para la revolución constitucionalista. La venta de henequén a los Estados Unidos, que se realizaba desde Yucatán, principalmente por un grupo que Alvarado llamó la Casta Divina (formado por Olegario Molina, su yerno Avelino Montes, y otros hacendados ricos), generaba enormes cantidades de dólares que eran muy importantes para Carranza y para la causa revolucionaria.

Además de la situación política caótica, Yucatán también vivía una situación social muy difícil. Esto se debía a que los grupos poderosos controlaban la economía y a que la mayor parte de la población, especialmente los trabajadores, vivía en condiciones de sometimiento y explotación.

Aunque Yucatán fue uno de los pocos estados de México que no sufrió una guerra civil directa, las tensiones sociales y las diferencias entre los grupos de poder eran muy grandes. El general Alvarado supo aprovechar estas contradicciones para llevar a cabo grandes cambios en Yucatán durante los casi tres años que fue gobernador.

Durante su gobierno, se hicieron importantes reformas políticas, económicas, sociales y legales. Se creó la Comisión Reguladora del Mercado del Henequén, una herramienta clave para controlar la principal actividad económica. Se modificó el sistema legal para liberar a los trabajadores domésticos que vivían en condiciones de esclavitud. Se reconocieron los derechos de los trabajadores, incluyendo el derecho a la huelga. También se reconocieron los derechos de las mujeres. Se estableció un salario mínimo. Se promulgaron leyes con un gran contenido social que fueron un adelanto de la Constitución de 1917. Las más importantes fueron las llamadas "Cinco hermanas": la Ley Agraria, la de Hacienda, del Trabajo, del Catastro y la Ley Orgánica de los municipios del Estado.

A partir del primer Congreso Pedagógico, organizado bajo la dirección de Rodolfo Menéndez de la Peña, se impulsó la educación. Se crearon más de mil escuelas en el estado y al menos una biblioteca por municipio. Se fundó el Partido Socialista Obrero, que fue el origen del Partido Socialista del Sureste y de las Ligas de Resistencia que impulsaron a Felipe Carrillo Puerto al poder años después. Se hicieron muchas otras reformas que transformaron de manera duradera la sociedad de Yucatán.

Salvador Alvarado dejó Yucatán el 1 de febrero de 1918, después de organizar las elecciones estatales de noviembre de 1917, según lo establecido en la recién promulgada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. Él mismo quiso ser candidato a gobernador, pero Venustiano Carranza no se lo permitió, argumentando que Alvarado no había vivido el tiempo suficiente en Yucatán para poder postularse.

El Socialismo en Yucatán

En las elecciones organizadas por Salvador Alvarado antes de su partida, se restableció el Partido Liberal Yucateco, formado en gran parte por personas que habían sido afectadas por las reformas de Alvarado y que contaban con el apoyo de Carranza. Este partido propuso como candidato a gobernador a Bernardino Mena Brito. Por otro lado, el Partido Socialista de Yucatán apoyó a Carlos Castro Morales, un líder ferrocarrilero que había participado en la primera huelga de trabajadores en Yucatán en 1911.

Castro Morales ganó las elecciones. Su éxito se atribuyó, por un lado, a la simpatía que le tenía Alvarado, pero sobre todo al apoyo de Felipe Carrillo Puerto y su organización social. El propio Felipe Carrillo fue elegido diputado local en noviembre de 1917 y se convirtió en presidente de la legislatura. De hecho, este fue el primer gobierno socialista de América, que se consolidaría más tarde con el gobierno de Carrillo Puerto.

El Gobierno de Felipe Carrillo Puerto: Un Líder para el Pueblo Maya

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Felipe Carrillo Puerto y el general Lázaro Cárdenas del Río. Mural en el Palacio de Gobierno de Yucatán por Fernando Castro Pacheco.

A Felipe Carrillo Puerto se le conoció como el Apóstol rojo de los mayas. Tuvo una participación muy destacada en la revolución en Yucatán desde la llegada de Salvador Alvarado en 1915. Impulsado por Alvarado, había organizado el Partido Socialista (que tuvo varios nombres: Partido Socialista Obrero, Partido Socialista de Yucatán y finalmente Partido Socialista del Sureste) y las Ligas Campesinas de Resistencia. Estas ligas fueron una herramienta de lucha para los que buscaban cambios y contra los grupos poderosos del estado.

Carrillo Puerto había salido de Yucatán en 1913 para apoyar el Plan de Ayala de Emiliano Zapata, trabajando con él en el Estado de Morelos como representante agrario. A su regreso a Yucatán en 1915, colaboró con el gobernador Alvarado y se hizo conocido en 1917-1918 al apoyar la campaña electoral de Castro Morales desde la presidencia del Partido Socialista de Yucatán, que había sido reorganizado para ese fin.

Después de la elección de Castro Morales, en 1919, Carrillo fue perseguido por Carranza, quien estaba en contra de los socialistas. Esto causó una división entre los grupos revolucionarios de Yucatán: una parte, la de Castro Morales, apoyó a Carranza, mientras que el grupo más radical apoyó a Álvaro Obregón. Para las elecciones presidenciales de 1920, el gobernador Carlos Castro apoyó al candidato de Carranza, Ignacio Bonillas, mientras que el Partido Socialista del Sureste, bajo el liderazgo de Carrillo Puerto, apoyó a Álvaro Obregón.

Esto provocó un distanciamiento definitivo de Carrillo Puerto con Carranza y con Castro Morales. Carrillo y el Partido Socialista fueron perseguidos. Por ello, tuvo que salir de Yucatán y se fue a vivir a Nueva Orleans.

Regresó a México más tarde, en el mismo año de 1920, para unirse al Plan de Agua Prieta, que derrocó a Carranza. Volvió a Yucatán ese mismo año para reconstruir el Partido, que entonces cambió su nombre a Partido Socialista del Sureste. Desde esa plataforma, fue elegido de manera contundente gobernador del estado en noviembre de 1921, para el periodo de 1922 a 1926.

Durante su gobierno, que al igual que el de Alvarado se caracterizó por buscar grandes transformaciones, impulsó la educación pública, especialmente la escuela racionalista. Tradujo la Constitución Federal de 1917 al idioma maya para que fuera conocida por el pueblo maya, que era la mayoría en Yucatán. Inició con fuerza el reparto de tierras, que había sido obstaculizado. Impulsó la participación de las mujeres en la vida social y política del estado (aunque no logró el voto femenino, que era solicitado por las organizaciones de mujeres lideradas por su hermana Elvia Carrillo Puerto). También fundó la Universidad del Sureste, que es la actual Universidad Autónoma de Yucatán, entre otras cosas.

La Rebelión Delahuertista y el Trágico Final de Carrillo Puerto

La lucha por el poder en México en 1923 llevó al país a una nueva guerra civil. La disputa por la Presidencia de la República entre dos importantes figuras del obregonismo, Adolfo de la Huerta (quien había sido presidente provisional) y Plutarco Elías Calles, afectó gravemente la situación política de Yucatán.

En Yucatán, la situación política seguía siendo delicada, en parte por las tensiones causadas por los cambios que impulsó el gobierno de Carrillo Puerto, que afectaron muchos intereses. También porque las luchas nacionales por el poder se reflejaban en el estado. La situación se puso muy tensa en noviembre de 1923, cuando se emitió un decreto sobre la ley agraria. Este decreto permitía a las Ligas de Resistencia de Carrillo Puerto, o a cualquier asociación de trabajadores, solicitar las tierras improductivas de los hacendados para trabajarlas. A partir de este decreto, que los afectados llamaron "ley del despojo", esas tierras sin uso podían ser tomadas y expropiadas a favor de los campesinos. El descontento contra esta medida fue inmediato. Además, la rebelión de Adolfo de la Huerta contra Álvaro Obregón a finales de 1923 terminó de dividir a Yucatán y el desorden volvió.

El ejército en Yucatán tomó partido y, apoyado por los grupos de terratenientes que representaban a las familias poderosas de siempre, se puso a favor de Adolfo de la Huerta. Carrillo Puerto y sus seguidores expresaron su apoyo al presidente Obregón y a Calles. Pero las armas fueron más fuertes que el apoyo popular de Carrillo Puerto. Juntos, hacendados y ejército, derrocaron a Felipe Carrillo y nombraron al Coronel Juan Ricárdez Broca como gobernador y comandante militar de Yucatán. Así, el grupo que apoyaba a De la Huerta tomó el poder real en el estado.

A partir de esto, se desató una persecución implacable contra Felipe Carrillo y los socialistas en general, incluyendo las Ligas de Resistencia. El gobernador depuesto no pudo enfrentar militarmente a sus adversarios porque no estaba preparado y tuvo que huir para salvar su vida. Se retiró pasando por Motul, su pueblo natal, que era uno de sus lugares más importantes. Pero la persecución continuó. Siguió hacia el oriente del estado con algunos seguidores, entre ellos tres de sus hermanos: Benjamín, Edesio y Wilfrido. Se embarcó en El Cuyo en un barco alquilado. Cuando estaban en alta mar, el barco tuvo problemas, por lo que regresaron a la costa. Fueron capturados el 17 de diciembre de 1923 en Holbox.

Fue hecho prisionero, llevado de regreso a Mérida y, ante una sociedad sorprendida y con mucha desaprobación, fue ejecutado junto con sus seguidores (trece en total) la madrugada del 3 de enero de 1924, en el Panteón Civil de la capital yucateca, después de un juicio muy rápido. Este acto fue condenado por todos. El propio Adolfo de la Huerta lamentó lo sucedido y dijo que él no sabía que Yucatán había sido dominado por "fuerzas amigas" a su causa.

El Fin de la Revolución en Yucatán

La ejecución de Carrillo Puerto dejó a la sociedad yucateca muy impactada. Después se supo que los hacendados habían ofrecido una gran suma de dinero por su captura. El Partido Socialista del Sureste, al perder a su líder, comenzó a dividirse. Aunque la rebelión delahuertista en Yucatán fue controlada, el nuevo gobierno local, encabezado por José María Iturralde Traconis, perdió completamente su autonomía y capacidad de acción política en el estado.

Plutarco Elías Calles intervino poco después para entregar en 1926 la dirección del Partido Socialista a Bartolomé García Correa, quien más tarde sería gobernador del estado de 1930 a 1934. El propio Calles se acercó al grupo de hacendados henequeneros para calmar los ánimos. Como muestra de buena voluntad, durante el gobierno de Álvaro Torre Díaz (1926-1930), creó la empresa paraestatal Henequeneros de Yucatán, que fue el antecedente de Cordemex. Esta entidad tenía la intención de coordinar los intereses de los hacendados y los trabajadores en relación con la industria henequenera.

El movimiento social conocido como revolución mexicana había terminado en Yucatán. A pesar de ello, sus efectos se seguirían viendo durante la presidencia del General Cárdenas, en agosto de 1937, cuando se emitió el decreto para aplicar la Reforma Agraria completa en Yucatán. Esto terminaría de transformar la agroindustria del henequén.

Galería de imágenes

Véase también

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Revolución mexicana en Yucatán para Niños. Enciclopedia Kiddle.