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José María Pino Suárez para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
José María Pino Suárez
José María Pino Suárez, retrato.png

Coat of arms of Mexico (1893-1916).svg
Vicepresidente de los Estados Unidos Mexicanos
23 de noviembre de 1911-19 de febrero de 1913
Presidente Francisco I. Madero
Predecesor Ramón Corral
Sucesor Cargo abolido

Coat of arms of Mexico (1893-1916).svg
Secretario de Educación y Bellas Artes
26 de febrero de 1912-19 de febrero de 1913
Presidente Francisco I. Madero
Predecesor Miguel Díaz Lombardo
Sucesor Jorge Vera Estañol

Coat of arms of Mexico (1893-1916).svg
Presidente del Senado de México
23 de noviembre de 1911-26 de febrero de 1912
Presidente Francisco I. Madero
Predecesor Ramón Corral
Sucesor Vacante

Coat of arms of Yucatan.svg
Gobernador de Yucatán
8 de octubre de 1911-5 de noviembre de 1911
Predecesor Jesús L. González
Sucesor Nicolás Cámara Vales

Provisional
6 de junio de 1911-8 de agosto de 1911
Predecesor Luis del Carmen Curiel
Sucesor Jesús L. González

Información personal
Nacimiento 8 de septiembre de 1869
Tenosique, Tabasco, México
Fallecimiento 22 de febrero de 1913 (43 años)
Ciudad de México, México
Causa de muerte Herida por arma de fuego
Nacionalidad Mexicana
Familia
Cónyuge María Casimira Cámara Vales
Información profesional
Ocupación Abogado, político, periodista y poeta
Partido político Partido Nacional Antirreeleccionista
Distinciones
  • Medalla Belisario Domínguez

José María Pino Suárez (Tenosique, Tabasco; 8 de septiembre de 1869-Ciudad de México, 22 de febrero de 1913) fue un político, abogado, escritor y periodista mexicano que fue una figura clave de la Revolución mexicana y vicepresidente de México entre 1911 y su asesinato en 1913, durante los eventos de la denominada Decena Trágica.Junto con el presidente Francisco I. Madero, Pino Suárez ha sido considerado en la historiografía nacional como un personaje importante en la evolución de la democracia y los derechos sociales en México.

Nació en Tenosique en el seno de una distinguida familia originaria de la península de Yucatán siendo bisnieto de Pedro Sainz de Baranda, gobernador de Yucatán, industrial y comandante naval durante la guerra de independencia de México que ha sido considerado por algunas fuentes como el padre de la Armada Mexicana.Fue educado en Mérida por los jesuitas y se licenció en derecho en 1894. Estableció un despacho de abogados con Joaquín Casasús en la Ciudad de México y se involucró en diversos negocios en sociedad con su suegro, Raymundo Cámara Luján. En 1904, fundó El Peninsular, un periódico que dio voz a una nueva generación de intelectuales liberales opuestos a Olegario Molina, un poderoso cacique yucateco. A pesar de enfrentarse a los ataques del gobierno local, El Peninsular rápidamente se estableció en el mercado, ganando lectores y anunciantes, siendo conocido por su uso de tecnología moderna de impresión, su cobertura de noticias nacionales e internacionales y su equipo editorial, que incluía a algunos de los intelectuales más prominentes de Yucatán, incluyendo a Serapio Rendón y Antonio Ancona Albertos, entre otros. Pino Suárez fue autor de una serie de artículos de periodismo de investigación que revelaron la explotación de los indígenas mayas y yaquis que habían sido ilegalmente reducidos a condiciones de esclavitud en algunas haciendas henequeneras. Ello provocó la ira de algunos sectores de la oligarquía yucateca que utilizaron su poder político y económico para amenazar la existencia del periódico. La defensa de la libertad de expresión frente a la censura gubernamental condujo a Pino Suárez a seguir la carrera política.

Partidario de Francisco I. Madero, compartió su lucha por democratizar el país. A medida que la popularidad de Madero crecía, Porfirio Díaz, el dictador, decidió encarcelarlo bajo cargos de sedición. Después de fugarse de prisión, Madero emitió el Plan de San Luis el cual declaraba las elecciones federales de 1910 fraudulentas y exigía varias reformas políticas y sociales, incluyendo el establecimiento de instituciones democráticas, la prohibición a la reelección presidencial, la reforma agraria y el establecimiento de una jornada laboral de ocho horas, entre otras. Se convirtió en un punto de referencia para los opositores a la dictadura y condujo al desenlace de la Revolución Mexicana. Pino Suárez organizó la causa revolucionaria en el sureste de México. Amenazado con prisión y obligado a exiliarse, Pino Suárez se unió a Madero en San Antonio, Texas. Allí, Madero organizó un gobierno provisional, nombrando a Pino Suárez como secretario de justicia. Después de una importante victoria militar para la causa revolucionaria, Pino Suárez participó en las negociaciones que culminaron en la firma de los Tratados de Ciudad Juárez (1911) que condujeron al derrumbe de la dictadura porfirista después de tres décadas en el poder. Después del triunfo de la Revolución y al renunciar el general Luis Curiel, el gobernador porfirista de Yucatán, Pino Suárez fue nombrado gobernador interino por el congreso estatal. Su nombramiento fue recibido con violentas protestas por los seguidores de Delio Moreno Cantón, un político populista que, pese a sus estrechos lazos con el viejo régimen, contaba con una fuerte base de apoyo entre las clases populares. Como gobernador interino del estado, Pino Suárez convocó las elecciones estatales extraordinarias para elegir un gobernador constitucional y, para no influir en las elecciones en las que sería candidato, Pino se retiró de la gubernatura en agosto de 1911; el congreso estatal dejó el poder ejecutivo en manos de Jesús L. González quien asumió la gubernatura interina. En la contienda se presentaron a la lisa electoral Moreno Cantón y Pino Suárez. En una reñida contienda electoral, Pino Suárez logró ganar a la causa maderista a la gran mayoría de las familias de la élite económica del estado. Pino Suárez resultó electo gobernador constitucional del Estado con un ajustado margen. Al poco tiempo debió pedir licencia de su cargo para poder asumir la vicepresidencia y el congreso estatal designó a Nicolás Cámara Vales, su cuñado, como su sucesor en la gubernatura.

Las elecciones presidenciales de 1911, descritas como "pacíficas e indudablemente entre las más limpias, entusiastas y democráticas en la historia de México,'” resultaron en que Madero y Pino Suárez fueran elegidos, respectivamente, presidente y vicepresidente, formando una administración que ha sido considerada por algunos como el primer gobierno elegido democráticamente en el país.Después de 1912, la influencia política de Pino Suárez aumentó significativamente cuando fue nombrado secretario de educación pública ya que la reforma educativa era uno de los pilares ideológicos del maderismo. Enfrentándose a un país con un índice de alfabetización extremadamente bajo, enfocó sus esfuerzos en la educación popular queriendo que la instrucción pública se extendiera más allá de los estrechos círculos de élite que hasta entonces tenían acceso a ella. También buscó la transición ideológica en la educación nacional del positivismo (teoría filosófica que se remontaba a las ideas de Auguste Comte y que había sido favorecido por los Científicos, los asesores tecnócratas de Díaz) hacía el pensamiento humanista que favorecía Madero. Sin embargo, la Escuela Nacional de Jurisprudencia, entonces un importante semillero de la clase gobernante, aún se encontraba controlado por los Científicos que se resistían a las reformas educativas del gobierno maderista. El enfrentamiento resultante condujo a la fundación de la Escuela Libre de Derecho que, a pesar de haberse fundado en abierta oposición a Pino Suárez, fue autorizada por este para operar autónoma del gobierno. Muchas de las reformas inconclusas de Pino Suárez serían posteriormente implementadas por José Vasconcelos cuando se convirtió en secretario de educación pública en la década de 1920.

Pino Suárez lideró al "bloque renovador" en el gabinete y, en su función como presidente del senado, en la cámara alta. Se trataba de una facción perteneciente al ala liberal del maderismo que buscaban orientar las políticas públicas hacia el liberalismo social y aquellas reformas progresistas que se habían prometido en el Plan de San Luis. El "bloque renovador", encabezado en la Cámara de Diputados por Gustavo A. Madero, contaba con una mayoría parlamentaria pero se enfrentaban a una oposición bien organizada que incluía a varios antiguos porfiristas, mismos que atacaron al gobierno de Madero y lanzaron virulentos ataques personales contra Pino Suárez. Posteriormente, en la dictadura huertista, el Congreso sería suspendido y varios políticos del "bloque renovador" serían encarcelados y algunos otros, como Serapio Rendón o Belisario Domínguez, serían asesinados. No obstante, varios políticos pertenecientes al "bloque renovador" participarían en la elaboración del proyecto de la constitución política de 1917,aún vigente, que es reconocida como "la primer constitución de todo el mundo que incorpora amplias garantías y protecciones sociales y económicas" incluyendo "disposiciones específicas sobre el trabajo, la reforma agraria y la dimensión social del derecho de propiedad."

El gobierno reformista de Madero fue considerado demasiado progresista por algunos e insuficientemente radical por otros. Debió enfrentarse a varias rebeliones encabezadas por diversos bandos revolucionarios y contrarrevolucionarios hasta que fue derrocado por un golpe militar en febrero de 1913. Posteriormente, Madero y Pino Suárez fueron asesinados por órdenes del general Victoriano Huerta, el dictador que los reemplazó. En 1969, María Cámara Vales, viuda de Pino Suárez, recibió la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República, reconociendo el sacrificio que la pareja había realizado por el país.

Juventud y estudios

Nacimiento

Nació en Tenosique, Tabasco, “casi por accidente, su familia era de las más notables de Mérida”. Fue hijo mayor del empresario José María Pino Salvatiel y de Josefa Suárez; ambos padres habían nacido en Mérida. Al poco tiempo de su nacimiento, su madre murió, hecho que fue devastador para el joven.Tenía un hermano menor, Néstor Pino Suárez, quien se desempeñaba como coronel en el ejército y fue herido de muerte en la batalla de 1912, tratando de acabar con la insurrección de Francisco "Chicho" Quintero en Sinaloa.

Orígenes familiares

Pino Suárez provino de una familia connotada en la península de Yucatán. Su bisabuelo fue Pedro Sainz de Baranda y Borreiro, un marino, industrial y político novohispano nacido en San Francisco de Campeche instruido en la Armada Española que participó en la batalla de Trafalgar, sirviendo en el buque Santa Ana en el enfrentamiento contra el buque insignia británico del almirante Cuthbert Collingwood, el HMS Royal Sovereign. Posteriormente, fue diputado constituyente en las Cortes de Cádiz que redactaron la Constitución española de 1812, de corte marcadamente liberal. Al regresar a México, participó en la guerra por la independencia; en estos años, Sainz de Baranda jugó un papel importante en la creación de la marina del México independiente por lo cual algunos lo consideran el padre de la Armada Mexicana. Bajo su mando, la incipiente armada efectuó un bloqueo naval del puerto de Veracruz, logrando así la captura del fuerte de San Juan de Ulúa, el último remanente del territorio mexicano aún en manos españolas. Brevemente, se desempeñó como gobernador de Yucatán y, en 1833, fundó Aurora Yucateca, la primera fábrica textil del país en utilizar máquinas de vapor, introduciendo así la Revolución Industrial en al país; no fue hasta 1854 que Gregorio Zambrano fundó otra fábrica textil en Monterrey.

Hijos de Pedro Sainz de Baranda y por tanto tíos abuelos de José María Pino Suárez, fueron los campechanos, Joaquín y Pedro Baranda Quijano. El primero, abogado, político, escritor e historiador mexicano que se desempeñó como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, gobernador de Campeche, senador y secretario de Justicia e Instrucción Pública (1882-1901) de los presidentes Porfirio Díaz y Manuel González. Durante casi dos décadas en el gabinete presidencial, fue responsable de fundar instituciones como la Procuraduría General de la República o la Escuela Normal Superior. Habiendo sido uno del los asesores más poderosos de Porfirio Díaz, la rivalidad de Baranda con José Yves Limantour, el influyente secretario de Hacienda, le costó a uno su cartera ministerial y al otro su candidatura a la presidencia de la República. El general Pedro Baranda y Quijano, fue diputado constituyente en 1857, e impulsó la creación de los estados de Campeche y Morelos, siendo el primer gobernador de este último.El historiador Terry Regeley ha señalado que el poder de los hermanos Baranda en el sureste de la República fue tal que por muchos años la capital estatal de Campeche llevó su nombre:

“[Pedro Baranda] provenía de los escalones más altos de la elite política del sureste.. de una familia radicada en Campeche, activa durante mucho tiempo en asuntos civiles y militares. Su padre, Pedro Sáinz de Baranda, [...] había abanderado un independentismo socialmente conservador, gaditano; poco tiempo después, fundó la famosa fábrica de algodón Aurora Yucateca en Valladolid, un audaz experimento de revolución industrial […] El mismo Pedro había luchado […] para crear el estado de Campeche, luego luchó contra los intervencionistas en Tabasco. Ascendido al rango de general por Juárez, también se desempeñó como primer gobernador del estado de Morelos y luego como senador por su estado natal. El honorífico “Campeche de Baranda” conmemora su papel allí, mientras una enorme estatua de su padre don Pedro, espada en mano, saluda al motorista moderno en el malecón de la ciudad.

También tío de Pino Suárez, fue Joaquín Casasús, abogado y economista que fue embajador de México en los Estados Unidos y logró obtener el fallo favorable a México en el juicio arbitral con los Estados Unidos en el Caso del Chamizal.

Finalmente, fue primo hermano de los militares revolucionarios José Eusebio y Luis Felipe Domínguez Suárez; este último fue dos veces gobernador de Tabasco.

Estudios

Poco después del nacimiento de José María murió su madre. Su padre, un ocupado hombre de negocios encargó su educación a un tutor privado. Al llegar Pino Suárez a la adolescencia, se decidió que realizara sus estudios en Mérida. Ahí vivió en la casa de un amigo cercano de su padre, Raúl Carrancá, cónsul de España en Mérida y padre de los hermanos Camilo y Raúl Carrancá Trujillo, que se convertirían en reconocidos juristas.

Ingresó al Colegio de San Ildefonso, un instituto de inspiración jesuita que llevaba un plan de estudios basado en el de los liceos en Francia. Pino Suárez terminó sus cursos hablando francés e inglés con fluidez. Durante su tiempo en el colegio, entabló una estrecha amistad con Norberto Rodríguez que era rector de San Ildefonso y sería arzobispo de Yucatán.

Continuó su estudios en el Instituto Literario de Yucatán y en la Escuela de Jurisprudencia de Yucatán, obteniendo el título de licenciado en Derecho en 1894.

Matrimonio y descendencia

Archivo:Pino Cámara
José María Pino Suárez y María Cámara Vales el día de su matrimonio en septiembre de 1896

En septiembre de 1896, se casó con María Cámara Vales, hija de Carmen Vales Castillo y Raymundo Cámara Luján, acaudalado banquero, empresario, hacendado y jefe de la aristocrática familia de la Cámara. Su tío político fue Agustín Vales Castillo, industrial y banquero que fue jefe político de Mérida en albores del siglo XX. Dos de los cuñados de Pino Suárez fueron notables políticos maderistas: Alfredo y Nicolás Cámara Vales que se desempeñaron, respectivamente, cómo gobernador de Quintana Roo y de Yucatán.

El matrimonio Pino Cámara procreó seis hijos: María, Alfredo, José, Aída, Hortensia y Cordelia. Al morir en febrero de 1913, a los 43 años de edad, la mayor de sus hijas era una adolescente de 14 años mientras que la menor no había cumplido su primer año.

Sus dos hijos varones siguieron los pasos de su padre, destacándose en la profesión jurídica. Alfredo Pino Cámara, fue ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y es recordado por haber instruido el proceso penal en contra de Tina Modotti, la célebre actriz y fotógrafa italiana acusada del homicidio doloso de Julio Antonio Mella, uno de los fundadores del Partido Comunista Cubano. También fue un prominente empresario en el sector ganadero, siendo propietario de la Hacienda de la Asunción en el Estado de México y llegando a ser presidente de la Asociación de Ganaderos.

Varias de sus hijas se casaron con descendientes de conocidas familias empresariales yucatecas. María, su primogénita, se casó en primeras nupcias con Fernando Ponce Alonzo, nieto de José María Ponce Solís y miembro de la familia Ponce, propietarios de la Cervecería Yucateca. En segundas nupcias, se casó con José González Sada, empresario regiomontano que era primo hermano del presidente Francisco I. Madero y de Eugenio Garza Sada, presidente de la Cervecería Cuahtemoc Moctezuma y fundador del Tecnológico de Monterrey. Similarmente, Cordelia Pino Cámara se casó con Patricio Escalante Guerra, nieto de Eusebio Escalante, hacendado y empresario responsable de desarrollar la industria henequenera en Yucatán, y sobrino nieto de Carlos Peón Machado, gobernador de Yucatán entre 1894 y 1897.

Su nieto, Ismael Moreno Pino, fue un distinguido jurista y diplomático que fue subsecretario de Relaciones Exteriores y embajador eminente de México, representando a su país en Alemania, Países Bajos, Chile, la Organización de Estados Americanos en Washington, D.C. y las Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra, Suiza.También jugó un papel prominente en las negociaciones que culminaron con la firma del Tratado de Tlatelolco que prohibió la proliferación de las armas nucleares en América Latina y el Caribe.

Trayectoria

Carrera en la iniciativa privada

Abogado y empresario

Archivo:CASSASUS, JOAQUIS. HONORABLE LCCN2016857892
Pino Suárez se asoció con su tío, Joaquín Casasús, para montar un despacho de abogados en la Ciudad de México. Casasús, un distinguido jurista y economista, fue integrante del grupo de ''Los Científicos'', asesores tecnócratas del presidente Díaz.
Archivo:Raymundo Cámara Luján
Raymundo Cámara, cuyo distanciamiento del porfiriato, segurmanete influenció a Pino Suárez, su yierno.

Entre 1894 y 1896, ejerce como abogado postulante en Mérida.

En 1896, recién casado, se muda a la Ciudad de México, donde montó un despacho de abogados asociado con su pariente,Joaquín Casasús, un distinguido abogado que tenía amplias conexiones con los Científicos, aquel poderoso grupo de tecnócratas que asesoraban al presidente Díaz.

Hacía 1899, regresó a Mérida donde emprendió actividades comerciales en sociedad con su suegro, Raymundo Cámara Luján, un empresario con estrechos vínculos con la oligarquía yucateca (conocida como la casta divina). En esas épocas, la casa exportadora encabezada por Cámara Luján y José María Ponce Solís, exportaba el 16% del total de las pacas de fibra de henequen que se enviaban hacía el mercado estadounidense y europeo, mismos que tenían una demanda insaciable por el monocultivo yucateco. A diferencia de otros empresarios, Cámara Luján se enfocó en la exportación del henequén y no en su producción, encontrando que aquel negocio era más rentable. Similarmente, a diferencia de otros capitalista yucatecos, había diversificado sus intereses empresariales para abarcar diversos ramos incluyendo ferrocarriles, banca y cervecería. Socio, junto con Eusebio Escalante, de la Compañía Agrícola del Cuyo y Anexas, S.A, también se dedicaba a la explotación de diversas materias primas como fueron el chicle, caña de azúcar, tabaco, cacao, algodón, plátano, vainilla y varios recursos forestales en lo que hoy día es Quintana Roo. El palo de tinte y el chicle se destinaba para exportación al mercado estadounidense y europeo.

A fines del siglo XIX, el auge henequenero había convertido a Mérida en la ciudad con más millonarios per cápita en el mundo; entre 1870 y 1920, el henequén comprendía el 20 % de la exportaciones totales de México, convirtiéndolo en el segundo producto exportable mexicano más importante después de los metales preciosos. Mucha de esta riqueza se había concentrado en las manos de un contado número de familias yucatecas de origen criollo. La rivalidad entre diversos grupos empresariales se intensificó en la primera década del siglo XX. Por una parte estaban Estaban Eusebio Escalante, José María Ponce Solís, Carlos Peón y el propio Cámara Luján, que representaban un grupo de capitalistas “compuesto por las tradicionales familias latifundistas, encomenderas y estancieras, cuyo prestigio venía desde la época virreinal y que ‘demostraron una misteriosa habilidad para adaptarse al cambiante orden económico’.” Por otra parte, se encontraba Olegario Molina, cuya fortuna era de nueva acuñación pero que pretendía hacer uso del poder político y económico que acaparó como gobernador de Yucatán y secretario de Comercio e Industria para crear un lucrativo monopolio sobre la industria del Henequén. En 1902, firmó un pacto secreto con el estadounidense Cyrus McCormick, de la International Harvester, para deprimir los precios del Henequén y forzar a su competencia hacía la quiebra.

Después del pánico financiero de 1907, Escalante, quien encabezaba una de las principales casas exportadoras de henequén declaró a esta en concurso mercantil. Escalante había sido socio de Cámara Luján en varias empresas en distintos sectores económicos aunque no en la industria del henequén. La quiebra de la casa exportadora de los Escalante sorprendió a toda la sociedad de Mérida, así como a los círculos financieros de la Ciudad de México, París y Nueva York.En esta última ciudad, a causa de los sucesos en Yucatán, también se quebró Thebaud Brothers, uno de los principales bancos de inversión de Wall Street que había financiado a la familia Escalante por dos generaciones. Muchos empresarios y personas adineradas perdieron importantes sumas de capital, mientras que Olegario Molina incrementaba sus utilidades: “pocas veces en la historia un negocio se ha beneficiado tanto de la desgracia de otro. La caída de la casa exportadora de los Escalante aseguró el dominio de Molina sobre los sectores clave de la economía regional.” Ante esta situación, varios empresarios tradicionales, entre ellos Cámara Luján, se distanciaron de Molina y del gobierno de Porfirio Díaz, que lo apoyaba. Esto sucesos segurmanete influenciarían al joven abogado.

Escritor

En su tiempo libre, Pino se dedicó a la poesía, llegando a publicar dos volúmenes de su obra: Melancolias (1896) y Procelarias (1903). También escribió el prólogo de Memorias de un alférez, escrito por su amigo cercano, Eligio Ancona (1904). Poco antes de morir, le escribió a su amigo, Serapio Rendón, pidiéndole que rescatara un tercer volumen que estaba preparando que se titularía Constelaciones; lamentablemente, este último volumen de poemas jamás se lllegó a publicar:

Tengo en los cajones de mi mesa algunos manuscritos que en nada se relacionan con la política, pues son esbozos literarios escritos a vuela pluma. Procura conseguirlos del subsecretario, que conoce el número de la llave. Si los obtienes hazme el favor de entregárselos a mi esposa. No quiero que se hagan perdedizos o vayan a ser vistos por ojos profanos. El tomito llamado Constelaciones escrito en papel azul lo hallarás en el fondo del cajón de la derecha, bajo varias cartas de carácter privado.

En 1912, al morir Marcelino Menéndez Pelayo, Pino Suárez recibió una carta de Alejandro Pidal y Mon, director de la Real Academia Española, proponiendole ocupar la silla vacante. Pino Suárez, para ese entonces vicepresidente de la República, rechazó la distinción citando su excesiva carga de trabajo. La silla finalmente fue ocupada por Jacinto Benavente.

Archivo:José María Pino Suárez y el periodista Gerald Brandon asistiendo a la semana aérea
José María Pino Suárez y el periodista Gerald Brandon asistiendo a la semana aérea

Fundador del diario El Peninsular

Para 1904, Pino Suárez había liquidado su sociedad con su suegro y había decidido reinvertir su capital en la fundación de El Peninsular, periódico desde el cuál criticaría al monopolio encabezado por Olegario Molina.

El redactor-en-jefe del periódico fue Ignacio Ancona Horruytiner, un amigo cercano de Pino Suárez, que era sobrino de Eligio Ancona, ex-gobernador de Yucatán. Ambos "eran representantes de la juventud en el grupo liberal y con El Peninsular dieron voz a un sector crítico de la estructura social yucateca; una crítica proveniente de la misma élite política y empresarial local que había quedado al margen del gobierno con el ascenso de Olegario Molina. El diario de Pino y Ancona era vocero de una generación formada por las instituciones “liberales” de Yucatán, educada para manejar el discurso del liberalismo histórico pero que había nacido ya en el período de paz porfiriano, y que no era necesariamente un grupo al que –no obstante su filiación –se le permitiera el ascenso social, económico y político durante la primera década del siglo XX."

Bajo su liderazgo, Pino Suárez reunió a algunas de las mentes más brillantes de la intelectualidad yucateca, que "representaban a una nueva generación entre los liberales,"incluyendo a Serapio Rendón, quien luego se desempeñaría como congresista maderista antes de ser brutalmente asesinado por el régimen de Huerta. Otro futuro político que trabajó para el periódico fue Alberto Ancona Albertos, hijo de Eligio Ancona, quien luego sería diputado constituyente en 1917 antes de ser senador y gobernador de Yucatán en la década de 1920. Otros distinguidos periodistas que trabajaron para el periódico incluyeron a Serapio Baqueiro Barrera y Ricardo Mimenza Castillo.

En su lanzamiento, el diario fue muy extioso:

"El Peninsular nació como un diario moderno, capaz de hacer alarde de incorporar continuamente a sus talleres los instrumentos más novedosos en cuanto a tipos, viñetas, clisés, linotipos, rotativas o mesas de composición, así como de su servicio telegráfico, que le permitía contar con noticias nacionales e internacionales con mayor anticipación que sus competidores. Tuvo un tiraje en constante aumento por su cobertura de la península de Yucatán y algunos estados del Golfo de México. En apariencia, venía a un mercado ya cubierto por la oferta de publicaciones. Sin embargo, su dinamismo logró captar la atención de la prensa de la ciudad de México, particularmente de El Mundo y El Imparcial. Como recién llegado, El Peninsular se colocó rápidamente y con éxito en el gusto del público lector y consiguió dictar la agenda periodística de Yucatán. Si como proyecto editorial pretendía ser un modelo de periodismo meramente noticioso, el hecho de haber establecido redacciones en Campeche y en el territorio Quintana Roo, lo colocaban como un intento por lograr la integración regional por medio de la prensa.

No obstante, pronto se enfrentó a los ataques de la facción molinista:

Este diario vespertino se destacó –curiosamente– por su servicio de noticias nacionales e internacionales, como fue su reseña de la guerra ruso-japonesa. Durante su primer año de circulación el periódico ganó bastantes lectores y anunciantes importantes. Sin embargo, las denuncias del sistema de explotación de los peones en algunas haciendas henequeneras que aparecieron a partir de febrero de 1905 provocaron el enojo de los propietarios, quienes presionaron para quitarle anuncios y suscriptores hasta el punto de amenazar su estabilidad. En sus esfuerzos por mantener el diario y defender la libertad de expresión frente a dichas presiones, Pino Suárez participó en agosto de ese año en la fundación de la “Asociación de la Prensa Yucateca”, de la que fue vicepresidente. Parece haber sido entonces cuando, al calor de la defensa de su diario, creyó vislumbrar su vocación política."

Desde el diario, Pino Suárez “expresó su abierto y claro repudio al mal trato que recibían los trabajadores de las grandes plantaciones”, principalmente los indígenas mayas y yaquis, así como los obreros asiáticos (principalmente inmigrantes chinos y coreanos) obligados a trabajar como esclavos en las haciendas henequeneras.

El profesor Timothy J. Henderson describe acertadamente las condiciones a las que se enfrentan estos trabajadores en el siguiente extracto:

"Para garantizar este último incentivo (mano de obra barata), el gobierno de Díaz prohibió los sindicatos y dio carta blanca a los empleados para que se comportaran tan cruelmente como quisieran. La represión de los trabajadores durante el Porfiriato […] fue notoria. Uno de los relatos más famosos, el acertadamente titulado México bárbaro del periodista John Kenneth Turner, contiene desgarradoras descripciones de indígenas mayas y yaquis obligados a trabajar como esclavos en plantaciones de cáñamo bajo el brutal sol de Yucatán, comenzando su jornada mucho antes del amanecer y terminando mucho después del atardecer. la única comida del día un par de tortillas, una taza de frijoles y un plato de caldo de pescado rancio […] Los capitalistas estadounidenses encontraban el atractivo de la mano de obra barata casi irresistible. El expresidente Ulysses S. Grant, hacia el final de su vida, se dedicó a predicar oportunidades ilimitadas para el capital estadounidense en México, principalmente porque, además de muchos recursos naturales valiosos, México podía proporcionar obreros que fueran "trabajadores, frugales y dispuestos a trabajar por una miseria, si se le brinda la oportunidad'.”

Felipe Carrillo Puerto, el futuro gobernador de Yucatán, relataría más tarde que al oponerse a la esclavitud de los trabajadores de las plantaciones, Pino Suárez había "avivado la llama revolucionaria". A partir de marzo de 1905, Pino Suárez "comenzó a publicar una serie de artículos en los cuales pretendió analizar a fondo el problema de las relaciones laborales en las haciendas henequeneras. Dicha serie, titulada La servidumbre de los campos en Yucatán, constó de seis artículos" y, argumentaba "que los braceros no eran “libres”, como resultado de varias prácticas originadas en tiempos de la Colonia y que mantenían a los indígenas en un estado de degradación." En esos artículos, Pino Suárez describió las mismas condiciones laborales que en 1909 serían descritas por John Kenneth Turner, el períosista estadounidense, en su célebre libro, México bárbaro.

Si bien la esclavitud había sido prohibida por la Constitución Federal de 1824, los peones vivían en esas condiciones. Se les prohíbia salir de las haciendas en donde laboraban debido a que estaban sometidos a mecanismos de deudas, además de que aquellos que protestaban eran latigados y encarcelados por sus patrones. Pino Suárez señaló que el uso de los azotes era una "práctica...envilecedora" y propuso establecer un salario mínimo para los jornaleros y garantizar su movilidad y su capacidad de buscar empleo en otros sitios y negociar sus condiciones de empleo.Como buen abogado, Pino Suárez señaló que el peonaje en Yucatán, además de ser injusto, violentaba la Constitución Federal de 1857 que prohíbia la esclavitud y garantizaba los derechos de tránsito (artículo 11), educación (artículo 11) y laborales (artículos 3 y 4). En materia de educación, acusó "al régimen molinista de haberse desentendido de una obligación que consistía en la integración del indígena a la vida pública y promoviendo la instalación de escuelas en las haciendas y que a través de ellas llegara “la enseñanza laica obligatoria.”".

La redacción de Pino Suárez en estos artículos ha sido criticada, ya sea porque difundia una "imagen idealizada del indígena yucateco" o, según los diarios contemporáneos molinistas, porque al interponer los derechos de los indígenas por encima de los intereses del criollo, mostraba que carecía de "cariño por Yucatán". En el contexto de la guerra de castas, aquel conflicto racial entre los mayas y la población "blanca" que apenas acababa de concluirse en 1901, esta crítica era particularmente dañina ante los ojos de lectores criollos y mestizos. Si bien Pino Suárez era hijo de padre y madre yucatecos y se había criado, educado y casado en Mérida, los diarios molinistas no desaprovechaban oportunidad alguna para recordarle a sus lectores que había nacido en Tabasco y, por ende, era foráneo.

El diario también criticó el papel de Olegario Molina es sus dos facetas de gobernante y empresario. “Los funcionarios estatales desconfiaron tanto de las críticas de cualquier tipo que cerraron […] El Peninsular, en octubre, por tener la temeridad de argumentar que Molina no merecía un segundo mandato.” Molina reaccionó ante la crítica, logrando que la oligarquía le retirara su apoyo al diario: "aunque Pino Suárez no sufrió la cárcel, el retiro de suscriptores y anunciantes que impulsaron Manuel Sierra Méndez y Rafael Peón fue un duro golpe que lo obligó a vender El Peninsular, que quedó en manos de sus hermanos políticos; Nicolás y Raymundo Cámara Vales."

Luego de estos hechos, la familia Pino Cámara se retiró de la vida pública, yendóse a vivir por dos años a la Hacienda Polyuc, una remota hacienda azucarera al interior del Estado.

Carrera Política

Gobernador de Yucatán

Archivo:MIAU - Pino Suárez, Gobernador de Yucatán, 1911
Una caricatura contemporánea muestra a Pino Suárez ojeando el sillón vacío del gobernador de Yucatán. De rodillas, Enrique Muñoz Aristegui, ex-gobernador, se lamenta: "Adios por la vez última sillón de mis dolores, sillón que el pueblo entero a Pino quiere dar. Adios por la vez ultima sillón de mis amores yo fui de los traidores al pueblo liberal y fue de mis amores el bando clerical."

Miembro del Partido Nacional Antirreeleccionista, se unió a Francisco I. Madero a su paso por Yucatán haciendo campaña política. Pino Suárez organizó grupos leales en Tabasco y Yucatán. Además, cuando Madero estuvo preso en San Luis Potosí, Pino Suárez le escribió regularmente informándole de los progresos revolucionarios en Yucatán y Tabasco.

En 1909, fue candidato al gobierno de Yucatán apoyado por el Partido Nacional Antirreeleccionista que representaba a la corriente maderista, contendiendo contra Delio Moreno Cantón y Enrique Muñoz Arístegui. Mediante un evidente fraude electoral, el triunfo fue otorgado a Muñoz Aristegui, candidato oficial del Porfiriato, iniciándose casi de inmediato una persecución política artera en contra de los dos candidatos perdedores que los hace huir temporalmente del estado.

Cuando Madero se liberó de la prisión y asumió la presidencia provisional conforme al Plan de San Luis, nombró a Pino Suárez secretario de justicia en su gabinete provisional.

Luego de la Rebelión de Valladolid, Porfirio Díaz intervino en la política yucateca, obligando a Muñoz Arístegui a renunciar y reemplazándolo por el general Luis Curiel, militar originario de Jalisco.

A mediados de 1911, al triunfo de la revolución maderista, el general Curiel presentó su renuncia al Congreso del Estado, el cual la aceptó y nombró a Pino gobernador interino de Yucatán el 6 de junio de 1911.

La designación de Pino Suárez provocó fuertes protestas y reacciones violentas entre los simpatizantes de Moreno Cantón, quienes pronto emprendieron “acciones más enérgicas y violentas… los ciudadanos eran despertados con frecuencia por gritos, disparos y explosión de bombas, viendo con asombro cómo quemaban casas de funcionarios o los campos de henequén de los hacendados pinistas. En algunos pueblos incluso fue necesario organizar servicios de vigilancia nocturna y alumbrado público para evitar ataques. Durante el día, los morenistas organizaban mítines y marchas que desfilaban desafiantes por las calles, asaltando simbólicamente el palacio municipal y la comisaría.”

Como gobernador interino del estado, la responsabilidad fundamental de Pino era convocar a elecciones estatales extraordinarias para elegir un gobernador constitucional ante la vacante provocada por la renuncia del general Curiel. Para no influir en las elecciones en las que sería candidato, Pino se retiró de la gubernatura en agosto de 1911; el congreso estatal dejó el poder ejecutivo en manos de Jesús L. González quien asumió la gubernatura interina. Ya con Madero a punto de asumir la presidencia de México, decidieron presentarse nuevamente a la lisa electoral los candidatos perdedores de la contienda anterior: Moreno Cantón y Pino Suárez.

Moreno Cantón era sucesor político de su tío, Francisco Cantón Rosado, un ex gobernador populista (1898-1902) que había sido cercano al clero y a los sectores populares. El morenismo encabezado por Moreno Cantón eran antielitista y en ocasiones demagógico, encontrando su base de apoyo entre los peones, la clase obrera y los artesanos.

Pino Suárez, por su parte, era el sucesor ideológico de Carlos Peón Machado, un ex-gobernador de Yucatán (1894-1897), cuyas ideas se basaban en el liberalismo clásico y las ideas de la Revolución francesa y norteamericana, llegando a ser descrito como un “terrateniente millonario [que] amaba presentarse como una especie de Conde Mirabeau yucateco”. Así, “el pinismo recogía todas las clientelas urbanas y rurales del viejo peoncismo, lideradas por hacendados y hombres de negocios y contaban con la adhesión de parte de los sectores intelectuales de Mérida.” Entre los seguidores de Pino, estaban Humberto Carlos Peón Suárez, hijo de Peón Machado, quien en 1911 fue electo regidor del Ayuntamiento de Mérida, eligiéndose como alcalde maderista a Fernando Solís León.

Aunque Pino Suárez se había iniciado en la política para abolir el peonaje y por convicción en los ideales democráticos de Madero, no entendía la política como una contienda de popularidad como sí lo hacía Moreno Cantón, que siempre había mostrado tintes de oportunismo político. Pese a ser sobrino de un ex-gobernador porfírista, Moreno Cantón no tenía empacho en presentarse como defensor del pueblo: un candidato antisistema, opuesto a la oligarquía gobernante. Pino Suárez no presentó una plataforma igual de radical, se limitaría a ser un liberal reformador. Su entorno le aconsejaba actuar con moderación: su propia familia había pertenecido a las élites liberales que gobernaban el país desde la Guerra de Reforma mientras que su familia política descendía de la conservadora aristocracia terrateniente de la Nueva España.

La cercanía de Pino Suárez a las clases gobernantes han sido duramente criticadas por no estar en consonancia con los valores revolucionarios, llegando a señalarse que:

“debe recordarse, por cierto, que por entonces los grandes propietarios rurales que habían formado parte del antiguo régimen y sustentaban el sistema tradicional (oligárquico), permanecían vigentes; sus vínculos incluían a los dirigentes del maderismo local, quienes mantenían posiciones más moderadas – diríase conservadoras – que en otras entidades. De hecho, la esposa de Pino Suárez, María Cámara Vales, era hija de familias de hacendados con amplios recursos económicos, que habían mantenido mucha cercanía con el antiguo régimen: Raymundo Cámara Luján y Carmen Vales Castillo. Incluso, uno de los hermanos de María (Nicolás) sería gobernador del estado un año más tarde.”

Pese la crítica, Pino Suárez logró que en Yucatán la oligarquía molinista cambiara de bando y le respaldara, cosa que no lograría Madero en la capital con la oligarquía porfirista:

Pino Suárez manifestó sus tendencias conservadoras al mantener íntegra la estructura del poder anterior mediante el pacto con las familias más poderosas de la oligarquía yucateca [...] reprobando públicamente la propaganda “subversiva” morenista que, alborotando a los peones, se hacía responsable del posible estallido de una guerra de castas: “los jornaleros de nuestros campos han sido soliviantados imprudentemente por agentes de un partido político poco escrupuloso [el morenista, el cual] creó […] un estado de insurrección que amenazaba degenerar en una guerra de las razas”. Esta actuación poco “revolucionaria” de Pino Suárez ganó a la causa maderista a la gran mayoría de las familias de la élite económica del estado. Los que eran molinistas se hicieron maderistas, y lo mismo pasó con los antiguos partidarios “liberales” del ex gobernador Carlos Peón, inactivos políticamente desde la crisis de 1897 [...] Al pinismo se pasaron los Cámara, Medina, Vales, Espejo, Castellanos, Escalante, Manzanilla y Peniche. La defección de la poderosa familia Peniche, de Espita, que había sido fiel partidaria del régimen de Molina, es el ejemplo de la actitud que asumió la mayoría de los grupos acaudalados del estado. Un ex militante morenista relató: “en el pueblo de Montejo los que estaban con Porfirio Díaz, con Enrique Muñoz Aristegui […] se viraron y se fueron a favor de Pino Suárez […] En mi pueblo la familia Quijano, que era porfirista, se pasó a las filas de Pino Suárez, al igual que todas las familias ricas del estado”.

Archivo:Carlos Peón Machado
Pino Suárez fue el sucesor político de Carlos Peón Machado, gobernador de Yucatán entre 1894 y 1897. Peón Machado era un acaudalado terrateniente que creía en el liberalismo clásico y basaba su pensamiento en la Revolución francesa y norteamericana.

Aunque todo parecía indicar que Delio Moreno sería ganador de la contienda electoral por su abrumadora popularidad, el triunfo favoreció a Pino Suárez, quien asumió la gubernatura constitucional de Yucatán el 17 de octubre de 1911.

Pese a la derrota de Moreno Cantón, el morenismo ha influido fuertemente en el socialismo regional: "si se analizan en detalle los datos electorales, además se pueden evidenciar dos coincidencias: primero, la que existía entre las regiones “morenistas” y las regiones más “católicas” del estado. Segundo, estas mismas regiones coinciden con las dominadas por el Partido Socialista de Yucatán, a partir de 1920. Esto no puede sorprender si consideramos que la mayoría de los socialistas, comenzando con Felipe Carrillo Puerto, fueron en principio militantes de [Moreno]. Entre la tradición católico-popular yucateca y el génesis del socialismo regional existe, sin duda, una relación estrecha."

En su breve período como gobernador, Pino se propuso reformar liberalmente el Código Penal que anteriormente había sido diseñado, bajo el antiguo régimen, para restringir los derechos fundamentales. El 15 de noviembre de 1911, poco después de asumir la gubernatura, Pino Suárez pidió licencia indefinida para asumir el cargo de vicepresidente para el que había sido elegido, acudiendo al llamado que tiempo más tarde le costaría la vida.

En Yucatán, mientras tanto, el congreso estatal designó como gobernador a Nicolás Cámara Vales, cuñado de Pino Suárez, contra quien Delio Moreno se rebeló el mismo año de 1911, iniciando un movimiento infructuoso desde la población de Opichén. Obligado a salirse del estado, Moreno Cantón se unió en el norte con las fuerzas de Pascual Orozco. Más tarde, apoyaría el golpe militar encabezado por el general Victoriano Huerta en contra del gobierno maderista.

Elecciones Federales de 1911

El 9 de julio de 1911, Madero lanzó un manifiesto creando el Partido Constitucional Progresista (PCP) que reemplazó al Partido Nacional Antirreeleccionista (PNA) ya que, habiendo derrotado al presidente Díaz y modificado la Constitución para prohibir que los presidentes mexicanos se reeligieran, ya no tenía sentido luchar por la antirreelección. El 27 de agosto, los delegados del PCP se reunieron en el Teatro Hidalgo para decidir quién ocuparía la candidatura a la presidencia, decidiendo por unanimidad a favor de Madero. Seguidamente, el 2 de septiembre, se llevó a cabo la elección del candidato a la vicepresidencia de la República, compitiendo Pino Suárez contra Francisco Vázquez Gómez, Alfredo Robles Domínguez y Fernando Iglesias Calderón. Madero se había declarado públicamente a favor de la elección de Pino.

Archivo:DiazFoxMODO08
Algunos objetos de la campaña presidencial Madero-Pino Suárez.

La votación la ganó Pino Suárez con 876 votos frente a los 469 de Francisco Vázquez Gómez. Sin embargo, inmediatamente hubo desacuerdo por parte de “algunos de los elementos vazquistas…[in]conformes con el resultado de la votación…[se] propuso que se lanzara un nuevo candidato de transacción, que podría ser el licenciado Federico González Garza proposición que fue rechazada por la Asamblea.”

Francisco Vázquez Gómez no aceptó la decisión del partido y decidió lanzar su propia candidatura independiente a la vicepresidencia. En tanto, el candidato del Partido Católico era Francisco León de la Barra, entonces presidente interino de la República. El 26 de septiembre, Madero y Pino llegaron a la Ciudad de México en plena campaña presidencial y “una multitud llenó los andenes de la estación de San Lázaro para recibirlos.”

Las elecciones federales extraordinarias de 1911 han sido recordados cómo “pacíficas e incuestionablemente... entre las más limpias, entusiastas y democráticas de la historia de México; incluso la prensa de la oposición las calificó cómo 'libres y espontáneas.'”

Las elecciones primarias se realizaron el 1 de octubre de 1911 y la elecciones secundarias del día 15. Madero "ganó con bastante margen la presidencia de la República. La verdadera lucha fue entre los candidatos a la vicepresidencia.” Después de una reñida competencia, Pino triunfó con el 52,79% del voto popular. El 2 de noviembre de 1911, de conformidad con la Constitución de 1857, se reunió como colegio electoral el Congreso de la Unión para certificar las elecciones populares; se declaró el triunfo de Madero y Pino. Para la vicepresidencia de la República, Pino obtuvo 10.254 votos frente a los 5.564 obtenidos por León de la Barra y los 3.374 obtenidos por Vázquez Gómez. Tres días después se publicó la proclama que reconocía el triunfo electoral de Madero y Pino, quienes gobernarían por el quinquenio entre 1911 y 1916.

Archivo:Francisco I. Madero, Retrato (Palacio Nacional)
Francisco I. Madero, presidente de México entre 1911 y 1913; es recordado como el apostol de la democracía.
Partido Candidato Votos Porcentaje
Partido Constitucional Progresista Jose Maria Pino Suarez (3).jpg José María Pino Suárez✓ Done 10,245
 52.79 %
Partido Católico Nacional Francisco León.jpg Francisco León de la Barra 5,564
 28.67 %
Partido Popular Evolucionista Vasquez Gomez.jpg Francisco Vázquez Gómez 3,373
 17.38 %
Partido Liberal Fernando Iglesias Calderón 173
 0.89 %
Otros 51
 0.12 %
Total 19,406
 100.00 %

Vicepresidente de México y secretario de Educación

Archivo:José María Pino Suárez y funcionarios salen de la Cámara de Diputados
El vicepresidente Pino Suárez abandona la Cámara de Diputados tras rendir la protesta de ley como vicepresidente de la República en noviembre de 1911

El 18 de noviembre, Pino Suárez llegó a la Ciudad de México en tren. En la mañana del 23 de noviembre, en el pleno de la Cámara de Diputados y ante su presidente, Manuel Levy, prestó juramento de cargo; los diarios de la época informaron que Pino “se emocionó a tal grado que cambió algunos de los términos de ella.” Luego del acto, fue escoltado por dos regimientos de gendarmería montada hasta Palacio Nacional donde se encontraba el presidente Madero, quien, acompañado de su gabinete, recibió al vicepresidente a quien le dirigió las siguientes palabras:

Acabáis de protestar guardar y hacer guardar la Constitución y sé porque os conozco que vuestra protesta es sincera y cumpliereis con ella. El triunfo de vuestra candidatura es una garantía para el porvenir porque demuestra la cordura, inteligencia y patriotismo del pueblo mexicano con la manifiesta intención de ayudarme en la ardua tarea que me impuso con el cargo más alto de la República. Poner a mi lado para que colabore conmigo y me substituya en caso de que llegue a faltar un hombre de la energía de usted para defender los intereses del pueblo. En Ciudad Juárez, vos dijisteis en determinado momento: “¿Cómo es posible que a un hombre que ha prestado tan eminentes servicios a la República, lo abandonemos en este momento supremo? ¡Es posible que él se hunda y vaya a un abismo, pero es nuestro deber acompañarlo, porque tal determinación sólo la inspira el más puro amor a la patria!" La suerte ha querido que en lugar de acompañarme al abismo me acompañéis al más alto puesto de la Nación.”

A los pocos días de la toma de posesión de Pino, Emiliano Zapata publicó el Plan de Ayala, que pretendía derrocar al gobierno de Madero y lo acusaba de haber hecho del “sufragio efectivo una sangrienta burla al pueblo ya imponiendo contra la voluntad del mismo pueblo, en la vicepresidencia de la República, al licenciado José María Pino Suárez.” Originalmente, Madero se había pronunciado públicamente a favor de nombrar a Pino Suárez secretario de Gobernación concurrente a la vicepresidencia. Sin embargo, en el primer gobierno de Madero, Pino Suárez no ocupó ninguna cartera ministerial, lo que llevó al historiador José C. Valadés a concluír que en ese momento su influencia política era limitada. El primer gabinete de Madero estuvo plagado de problemas:

“El gabinete se formó con una mayoría conservadora y una minoría revolucionaría. Esta situación generó serios problemas en la administración pues todos los intentos de reforma se vieron obstaculizados por los ministros conservadores apoyados por algunos miembros de la burguesía, como el propio padre de Madero, y por el sector reaccionario de la prensa cuyos ataques eran terriblemente virulentos"

Archivo:Francisco I. Madero y José María Pino Suárez acompañados de señoritas
El presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez reciben a sufragistas en el Castillo de Chapultepec, entonces residencia presidencial.

El 26 de febrero de 1912, el presidente Madero inauguró su segundo gobierno y, como resultado, la influencia política de Pino aumentó significativamente. Entre los cambios al gabinete, Abraham González Casavantes renunció a la secretaría de Gobernación para asumir la gubernatura de Chihuahua, siendo reemplazado en el cargo por Jesús Flores Magón. Mientras tanto, Pino Suárez fue nombrado secretario de Educación, reemplazando a Miguel Díaz Lombardo, quien sería designado embajador de México en Francia. A recomendación de José Vasconcelos, Pino Suárez nombró a Alberto J. Pani para ocupar la subsecretaría del ramo. ​ El nombramiento de Pino Suárez era estrátegico ya que la instrucción pública era uno de los pilares clave de la revolución maderista. Al hacerse cargo de la Secretaría, Pino Suárez se enfrentaba a una realidad donde el 68% de la población del país no sabía leer y escribir ​y "comenzó a mostrar sus simpatías por una educación popular y no sólo por la difusión de la cultura a los círculos de la élite intelectual como hasta entonces se hacía."

En torno a la educación preparatoria y profesional, quiso eliminar los últimos vestigios del positivismo, ideología basada en las ideas de Auguste Comte, que predicaba el progreso material mediante la manutención del orden social. Adoptada por Gabino Barrera, esta ideología había sido favorecida por los Científicos, los antiguos asesores tecnócratas del porfiriato que ahora formaban parte de la oposición al maderismo. Desde la primera década del siglo XX, el ateneo de la juventud, un grupo de jóvenes intelectuales que incluía a José Vasconcelos, Antonio Caso, Alfonso Reyes, Martn Luis Guzmán, y Pedro Henríquez Ureña, rechazaban la ideología positivista prevaleciente en la educación portfirista y proponían reemplazarla con ideas humanistas. Pino Suárez deseaba implementar esta transición ideológica en la educación nacional. Sin embargo, al intentar modificar el plan de estudios de la carrera de Derecho se enfrentó a la resisentica de los Científicos que, “por el triunfo del movimiento revolucionario de 1910…habían perdido casi todas sus posiciones políticas; la Escuela de Jurisprudencia era una de las pocas importantes – como fuente de aprovisionamiento de “cuadros” políticos – que conservaban y decidieron dar una frontal batalla antes de perderla.”

Para acabar con el control que el antiguo régimen tenía sobre la Escuela de Jurisprudencia, Pino Suárez nombró a Luis Cabrera como su director, nombramiento que fue recibido con desdén por los estudiantes de Derecho. Las diferencias entre la Secretaría y los estudiantes condujó a la fundación de la Escuela Libre de Derecho, la primera vez que un gobierno mexicano autorizaba que existiera una universidad privada con capacidad de establecer un plan de estudios autónomo de sus decisiones. Una vez derrocado el régimen maderista en 1913, varios profesores de esta nueva institución fueron nombrados a encabezar secretarías de estado en el gobierno de facto encabezado por el general Victoriano Huerta y muchos de sus estudiantes celebraron el cambio de régimen. Muchas de las reformas que intento realizar Pino Suárez en la educación pública, incluyendo el énfasis en la educación popular y la preferencia por ideas humanistas, serían implementadas por Vasconcelos cuando se hizo cargo de la Secretaría en los años veinte.

El 9 de abril, Manuel Calero y Sierra renunció a la Cancillería para convertirse en embajador de México en Estados Unidos, siendo sustituido en el cargo por Pedro Lascuráin. La misión de Calero en Washington fue breve; en diciembre se vio obligado a renunciar debido a un bochornoso escándalo: el embajador estaba asesorando a empresas estadounidenses para evadir los nuevos impuestos que había establecido la administración Maderista. Luego de renunciar, acusó ante los díarios de la época que “la influencia del vicepresidente Pino Suárez se ha vuelto dominante en la administración.”

El segundo gobierno de Madero pronto se enfrentó a varios levantamientos en el contexto de la revolución Mexicana: la rebelión de Bernardo Reyes, la revolución orozquista, el crecimiento del zapatismo en Morelos y finalmente el levantamiento de Félix Díaz en Veracruz. Todos estos levantamientos fueron exitosamente sofocados por el gobierno.

Archivo:José María Pino Suárez durante un banquete en su honor
Pino Suárez en un banquete ofrecido en su honor por los diputados del bloque renovador. A su derecha se encuentra Gustavo A. Madero y Juan Sánchez Azcona. Mientras tanto, a su izquierda se encuentra Jesús Urueta. Gustavo Madero encabezó al bloque renovador en la legislatura mientras que Pino Suárez lo encabezaba en el ejecutivo.

Dentro del gabinete, Pino Suárez encabezó el ala liberal del partido Maderista (conocido como el bloque renovador) que buscaba volver a los valores liberales y democráticos que había favorecido Madero antes de asumir el poder:

“Por el gabinete de Madero desfilaron personajes de todas las filiaciones, más o menos determinadas; y fue siempre nula, cuando no contraria la tarea que se les impuso de amalgamar a los hombres de la alta representación político, social y económica, en el país. El maderismo, independiente de Madero, y por lealtad a Madero, aunque en contra de Madero, rompía lanzas por el exclusivismo que el gobierno rechazaba y aceptaba: en unos departamentos administrativos conciliador; tesonero e intolerante en otros, y, en todos, con mayoría de subalternos “porfiristas”. Pino Súarez, encausaba la corriente “renovadora” y con un grupo de ministros defendía las tendencias de origen revolucionario que devolviesen al gobierno su índole y su base popular”.

Archivo:Francisco I. Madero, José María Pino Suárez en el Hemiciclo a Juárez
Esta fotografía tomada en febrero de 1913 fue la última aparición pública de Madero y Pino Suárez antes de ser asesinados.

A partir de febrero de 1912, los maderistas, organizados como el bloque renovador, encabezados en la Cámara de Diputados por Gustavo A. Madero, obtuvieron una mayoría que consistía en casi 100 diputados en el Congreso de la Unión. Entre estos se encontraban políticos de renombre como eran Luis Cabrera, Eduardo Hay, Juan Sánchez Azcona, Luis Manuel Rojas, Isidro Fabela, Pascual Ortiz Rubio, José Inés Novelo, Serapio Rendón, Antonio Ancona Albertos, Roque González Garza, Adrián Aguirre Benavides, Alfonso Cravioto y Félix F. Palavicini, entre otros. Muchos de ellos serían apresados en octubre de 1913 por la dictadura militar de Huerta después de que éste disolviera el Congreso de la Unión. Algunos otros legisladores maderistas, como fue el caso de Serapio Rendón o del senador Belisario Domínguez, serían asesinados por órdenes expresas de Huerta. La mayoría legislativa del bloque renovador era reducida y la oposición estaba mejor organizada, “exageraba la mala situación en el país, entorpecía la acción del ejecutivo y lanzaba duros ataques contra el gobierno…con sus actividades fueron minando el prestigio de Madero a quien tildaban de inepto e ingenuo.” La oposición incluía a importantes exporfiristas, entre ellos el famoso cuadrilátero: Nemesio García Naranjo, José María Lozano, Francisco de Olaguíbel y a quienes a veces se agregó Querido Moheno después de renunciar a pertenecer al grupo gobiernista. Sin embargo, lo ataques más virulentos siempre fueron reservados hacía la figura de Pino Suárez que era inmensamente impopular con la oposición:

Si violento el ataque a [Madero]…más violenta la oposición a Pino Suárez. Ponerlo a diario en solfa y atribuirle defectos que no tenía, constituyó la moda elegante de la época. Y como si el destino hiciese de la vicepresidencia en todas las formas de gobierno, blanco de iras insaciables, Pino Suárez empató sus dolores a los del ya difunto Corral. Entre Madero y el maderismo y los adversarios, de todos los bandos, que lo habrían de crucificar, apuraba su vaso de hiel aguardando a que las desazones y los golpes inclinasen de su lado y a su partido la política vacilante de [Madero]. Después de un delicioso banquete, obsequio de Madero al Cuerpo Diplomático, el proprio Pino Suárez, fumando un rico cigarro de Vuelta Abajo y con la copa de chartreusse entre los dedos, explicábame, en tono de intimidad, su criterio, y recuerdo, como si hubiera sido ahora, sus palabras llenas de fe. 'Nos hallamos – decía – en situación muy crítica; y solo un cambio de métodos podrá evitar la catástrofe; pero el cambio está planteado y el gobierno se apartará de precipicio. Una mano enérgica, una dirección política determinada, concreta, invariable, es cuanto requiere la salud alteradísima del país. Ir hacia los antiguos cómplices de don Porfirio es poner la garganta bajo el hacha del verdugo. Y bajo el hacha del verdugo estamos hoy. No que recomiende persecuciones, atropellos, ni maldades. Yo mantengo el programa de San Luis, que es un homenaje a las leyes y a la libertad y a la civilización. Pero la política de acercamiento al aristócrata, que nos odia y se aleja, nos lanza a los abismos. No somos ahora un gobierno precisamente científico, pero tampoco somos un gobierno popular. Y ésa, la causa de las revueltas y el origen de nuestro abatimiento. Porque administramos entre dos fuegos. No somos adversarios de nadie; pero todo el mundo es adversario nuestro. El presidente ve ya claro en este asunto del cual dependen la vida del gobierno y quizás nuestra propia vida. Tengamos Congreso y pueblo y no nos hacen falta los aristócratas.'”

Archivo:Francisco I. Madero y José María Pino Suárez en los funarales de Justo Sierra
El presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez rodeados por el ejército porfirista que les traicionaría. A la izquiera de Madero se encuentra Pedro Lascuraín, canciller de México.

El 25 de enero de 1913, sólo un mes antes del golpe de Estado, "los diputados renovadores optaron por hablar con el presidente para que tomara conciencia del peligro que se cernía sobre su gobierno y recomendarle que reestructurara su gabinete nombrando a revolucionarios de probada lealtad. Encabezados por José Novelo [secretario particular de Pino], los diputados se entrevistaron con el presidente, pero Madero desestimó sus propuestas y terminó abruptamente con la reunión."

Asesinato

Leal a Madero, Pino Suárez murió junto a él y por la misma causa. Fue apresado en el Palacio Nacional por los generales Carlos García Hidalgo y Francisco Landeros, al mismo tiempo en que el presidente Madero era aprehendido por el general Aureliano Blanquet. El día 22 de febrero de 1913, ambos fueron asesinados cerca de la penitenciaría de la Ciudad de México. Los acontecimientos de la Decena Trágica fueron encabezados por Bernardo Reyes, Félix Díaz, Manuel Mondragón, Aureliano Blanquet y Victoriano Huerta. Cuando se conoció el asesinato del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, se originaron levantamientos armados.

Jesús Silva Herzog, historiador y economista, describió al asesinato de Madero y Pino Suárez como un "horrendo crimen...el segundo más abominable crimen político de la historia mexicana después del sacrificio de Cuauhtémoc."

Los restos mortales de Pino Suárez fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres en noviembre de 1986.

Reconocimientos

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Sepulcro de José María Pino Suárez en la Rotonda de las Personas Ilustres (México).

En 1915 por decreto del H. Congreso del Estado de Tabasco, Tenosique, la ciudad natal de José María Pino Suárez, fue elevada a la categoría de ciudad con el nombre de Tenosique de Pino Suárez en honor al gran político tabasqueño, y a la entrada de la ciudad, fue colocada una estatua en su memoria.

En la Capital del Estado de Tabasco, Villahermosa, hay una estatua de José María Pino Suárez, con la leyenda:"El Pueblo de Tabasco al Caballero de la Lealtad". Está situada en el anexo de la Plaza de Armas frente al malecón de la ciudad. Igualmente una de las principales avenidas del centro de la ciudad y de muchas ciudades tabasqueñas llevan su nombre, el cual también está escrito en letras de oro en el Salón de Sesiones del H. Congreso de Tabasco.

En la Ciudad de México una de las principales calles del centro de la ciudad, así como una de las más importantes estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (METRO) llevan su nombre.

Véase también

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José María Pino Suárez para Niños. Enciclopedia Kiddle.