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Pogromos de 1391 en España para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Masacre antisemita de 1391
Parte de Antisemitismo en España
Fecha 1391
Lugar Castilla, Aragón y Navarra
Casus belli Antijudaísmo cristiano
Resultado Muerte, conversión y exilio de gran parte de la comunidad judía en la península ibérica
Beligerantes
Cristianos Judíos
Bajas
Miles de muertos

Los ataques contra los judíos de 1391 fueron un periodo de gran violencia y antisemitismo (odio hacia los judíos) que comenzó el 6 de junio de ese año en Sevilla. Rápidamente, estos ataques se extendieron por casi todos los reinos cristianos de la península ibérica, incluyendo Castilla, Aragón y el Reino de Navarra.

Durante este tiempo, hubo saqueos, incendios y muchas pérdidas de vidas en las principales juderías (barrios judíos) de las ciudades. También se obligó a muchos judíos a convertirse al cristianismo. Los disturbios más graves ocurrieron en Sevilla, Córdoba y Toledo, entre otras ciudades castellanas.

A estos eventos se les ha llamado históricamente "pogromo", una palabra que describe ataques violentos y organizados contra un grupo de personas, especialmente judíos. En el calendario hebreo, se conocen como Gzirot kana, que significa "conversiones forzadas del 5151".

¿Qué causó los ataques de 1391?

Las razones principales de estos ataques se encuentran en la crisis del siglo XIV, un periodo difícil que afectó la economía y la sociedad. En la Corona de Castilla, esto llevó a la primera guerra civil castellana y al ascenso de la Casa de Trastámara. En 1390, el rey Enrique III de Castilla subió al trono siendo muy joven (11 años), lo que generó un momento de inestabilidad. Además, la forma en que la monarquía se relacionaba con los judíos y cómo la sociedad percibía esa relación también influyó.

Desde hacía medio siglo, toda Europa sufría la peste de 1348, una enfermedad que causó la muerte de una gran parte de la población. La gente buscaba explicaciones para esta tragedia. Algunos creían que era un castigo divino por permitir la presencia de los judíos, o incluso los acusaban falsamente de envenenar los pozos de agua para propagar la enfermedad.

La convivencia entre las comunidades se deterioró. La envidia por la riqueza que algunos judíos habían acumulado y el deseo de robarles también contribuyeron al estallido de la violencia. Estos ataques contra los judíos comenzaron en Europa central y se extendieron hasta España.

Un evento que aumentó la hostilidad en Sevilla fue el caso de José Pichón en 1379. Él era un importante administrador de impuestos del rey Enrique II de Castilla. Fue denunciado por otros judíos y, aunque al principio se libró de la cárcel, fue ejecutado por miembros de su propia comunidad. El rey castigó a los responsables, y a partir de entonces, la comunidad judía perdió la autoridad para aplicar justicia entre sus miembros.

Desarrollo de los ataques

Archivo:San Vincenzo Ferrer polyptych by Giovanni Bellini
Ferrán Martínez fue una figura importante en el aumento del antisemitismo en España. Su lema era "bautismo o muerte". La imagen muestra a Vicente Ferrer, quien también predicaba en esa época.

El detonante de los ataques en Sevilla fueron las predicaciones de Ferrán Martínez, un líder religioso de Écija, que desde 1376 incitaba a la población contra los judíos. A sus seguidores se les conocía como "matadores de judíos". A los motivos religiosos se sumó la sensación de que quienes atacaban y destruían las sinagogas (lugares de culto judío) no serían castigados, debido a la inestabilidad política por la minoría de edad del rey Enrique III.

Los ataques se extendieron a otras ciudades. Primero, en el valle del Guadalquivir (Córdoba, Andújar, Montoro, Jaén, Úbeda, Baeza, etc.). Luego, en la Meseta Sur (Villa-Real -hoy Ciudad Real-, Cuenca, Huete, Escalona, Madrid, Toledo -18 de junio-, etc.) y otras zonas de Castilla (Burgos, Logroño -12 de agosto-, etc.). También llegaron a la Corona de Aragón (Valencia -9 de julio-, Orihuela, Játiva, Barcelona -5 de agosto-, Lérida -13 de agosto-, Mallorca, etc.), donde también hubo predicadores que incitaban a la violencia, como San Vicente Ferrer, cuyo lema era "bautismo o muerte". Algunos historiadores señalan que Vicente Ferrer no estuvo en Valencia en 1391 y que no aprobaba la violencia, aunque sí veía en estos eventos una oportunidad para intensificar la enseñanza religiosa.

Mientras ocurrían estos eventos, las Cortes de Castilla (una especie de parlamento de la época) estaban reunidas en Madrid. Al enterarse, enviaron mensajeros con cartas urgentes a cada ciudad para intentar detener los disturbios, pero solo lo lograron en parte.

Los ataques en Sevilla

A mediados del siglo XIV, la judería de Sevilla era la segunda más grande de Castilla, con unas doscientas familias. Muchos judíos se dedicaban a la industria y el comercio. La práctica de prestar dinero con intereses y su riqueza a menudo generaban envidia y odio en la población, lo que los hacía vulnerables a los ataques.

El 15 de marzo de 1391, hubo un primer disturbio en el que algunos judíos perdieron la vida, pero los nobles lograron calmar la situación. Sin embargo, tres meses después, el 6 de junio, la gente enfurecida atacó masivamente las juderías, saqueando y quemando las casas. Se estima que más de 4000 judíos perdieron la vida, y la mayoría de los que sobrevivieron fueron obligados a convertirse al cristianismo para salvarse. Según una carta de Hasdai Crescas, algunas mujeres y niños fueron vendidos como esclavos a los musulmanes.

El cronista Pero López de Ayala escribió sobre estos eventos en su Crónica, mencionando cómo los judíos pidieron ayuda al Consejo del rey y cómo, a pesar de los intentos de detener la violencia, esta se extendió por muchas ciudades, impulsada por el deseo de robar y la falta de autoridad real debido a la juventud del rey.

En 1396, el rey encargó a Diego López de Zúñiga y Juan Hurtado de Mendoza la remodelación de la judería de Sevilla, que fue renombrada como Villa Nueva. Las cuatro sinagogas se convirtieron en iglesias o conventos, como la iglesia de Santa María la Blanca y la iglesia de San Bartolomé.

Los ataques en Córdoba

Dos días después de los eventos en Sevilla, comenzaron los ataques en Córdoba. Con la excusa de forzar a los judíos a convertirse, una multitud, incluyendo clérigos y sirvientes de familias nobles, irrumpió en la judería y en "el castillo", saqueando y causando muchas pérdidas de vidas. Los ataques duraron tres días, y casi todos los judíos de Córdoba fueron afectados. Los que no perdieron la vida fueron obligados a convertirse.

Un proceso judicial posterior, a cargo de Pedro Martínez, estimó la magnitud de los daños. Se impusieron multas al ayuntamiento de Córdoba, que tuvo que pagar una gran suma de dinero al rey por la destrucción de la judería.

La judería de Córdoba no sufrió daños irreparables en sus edificios, pero fue "cristianizada" de inmediato. Los atacantes se apoderaron de las viviendas y bienes de las víctimas. La sinagoga, construida en 1315, dejó de ser un lugar de culto judío y se usó más tarde como hospital y capilla.

Los ataques en Toledo

Archivo:Sinagoga Toledo Spain 840
Entrada de la antigua "Sinagoga Mayor", el principal centro de culto judío en Toledo hasta el siglo XIV. Fue expropiada y renombrada como Iglesia de Santa María la Blanca.

A finales del siglo XIV, Toledo tenía una importante población judía y musulmana. Había diez sinagogas y varios centros de estudio y oración. Casi todas las sinagogas fueron afectadas en los ataques de 1391. Solo se han identificado con seguridad el Templo Nuevo (convertido en la Iglesia de Santa María la Blanca) y la Sinagoga del Tránsito (que hoy alberga el Museo Sefardí). El 18 de junio de 1391, los disturbios llegaron a la ciudad, y la judería de Toledo fue atacada de forma similar a otras ciudades. Entre las víctimas hubo destacados artesanos, poetas y estudiosos.

En la judería de Toledo existía un antiguo molino, que después de los ataques fue conocido como "Molino de la Judería". El historiador Juan Moraleda y Esteban (1911) describió cómo muchos judíos de Toledo sufrieron y perdieron la vida, y cómo el río Tajo se tiñó de sangre.

En febrero de 1398, el rey ordenó investigar a los responsables de los robos en la judería de Toledo y les impuso una multa de 30.000 monedas de oro. Las consecuencias económicas para la ciudad fueron graves, especialmente para las instituciones religiosas que dependían de los impuestos de las comunidades judías.

Los ataques en Barcelona

El 5 de agosto de 1391, día de la festividad de Santo Domingo, la judería o call de Barcelona fue asaltada y destruida. En ese momento, los judíos representaban el 15% de la población de la ciudad. Se estima que unas 300 personas perdieron la vida. Las cinco sinagogas del call y todos los bienes de la comunidad judía pasaron a ser propiedad del rey.

Después de las conversiones, las personas afectadas pudieron ocupar cargos que antes les estaban prohibidos por ser judíos.

Zonas menos afectadas

La intensidad de los ataques fue menor en algunas zonas. Ciudades como Illescas, Ocaña o Torrijos sufrieron menos daños. Otras poblaciones del centro de España con importantes juderías, como Maqueda, Talavera de la Reina, Alcalá de Henares, Guadalajara, Hita, Uceda, Buitrago, Mondéjar, Pastrana, Almoguera, Zorita, Tendilla, Cogolludo, El Puente del Arzobispo, Cobeña o Torija, no parecen haber sufrido disturbios. Esto se atribuye a que estas juderías estaban bajo la protección de señores poderosos, como el arzobispado de Toledo, la Orden de Calatrava y la Casa del Infantado.

En la Corona de Aragón, mientras que las comunidades judías de Barcelona, Valencia y Mallorca fueron muy afectadas, la de Zaragoza incluso creció, pasando de 300 familias en 1369 a 350 a principios del siglo XV.

Consecuencias de los ataques

Entre las pérdidas de vidas, las huidas y las conversiones forzadas, muchas comunidades judías, especialmente la de Sevilla, prácticamente desaparecieron.

Pero López de Ayala escribió que "se perdieron por este levantamiento en este tiempo las comunidades de judíos de Sevilla y Córdoba y Burgos y Toledo y Logroño, y muchas otras del reino; y en Aragón las de Barcelona y Valencia y otras muchas; y los que escaparon quedaron muy pobres." Otro cronista, Yosef ben Sadiqq de Arévalo, afirmó que "más de doscientos mil judíos cambiaron su religión por la del dios extranjero del país."

Estos eventos tuvieron consecuencias históricas muy importantes. Surgió el "problema converso", que se refiere a la gran cantidad de judíos que se convirtieron al cristianismo, ya fuera de forma sincera o manteniendo su fe judía en secreto (conocidos como criptojudíos). A todos ellos se les llamaba despectivamente "marranos". Este "problema converso" llevó a eventos como la revuelta de Pedro Sarmiento en Toledo (1449), el fortalecimiento de la Inquisición española y la expulsión de los judíos de España en 1492. Este problema continuó durante la Edad Moderna.

Emigración de judíos

Los ataques de 1391 provocaron una gran ola de emigración. Muchos judíos se trasladaron dentro de la península ibérica (al principio, hacia Portugal) y luego fuera de ella (hacia el norte de África) y a ciudades que hoy son turcas, como Estambul o Esmirna.

Entre los que emigraron se encuentra la familia Abravanel, que se fue de Sevilla a Portugal después de la conversión forzada de Samuel Abravanel en 1391. También emigró al Magreb el rabino Isaac ben Sheshet Perfet, una importante autoridad religiosa judía. Los judíos españoles que emigraron tuvieron una gran influencia en las comunidades judías del norte de África, impulsando un renacimiento cultural en la zona.

Para saber más

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Massacre of 1391 Facts for Kids

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Pogromos de 1391 en España para Niños. Enciclopedia Kiddle.