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Septimania para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Septimania
Septimània
Región histórica
462-1229 (aproximadamente)
Septimania ubicada en Francia
Septimania
Septimania
Localización de Septimania en Francia
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Septimania en el contexto medieval, alrededor del año 537.
Coordenadas 43°36′N 3°12′E / 43.6, 3.2
Capital Narbona
Entidad Región histórica
 • País Francia (región histórica)
 • Imperio Imperio Romano, Reino visigodo, Emirato de Córdoba, Imperio carolingio
Subdivisiones  
 • Ciudades y Diócesis Narbona, Nîmes, Agde, Béziers, Elne, Lodève, Magalona
Idioma oficial Latín vulgar, occitano, árabe (durante el período islámico)
Gentilicio Septimaniano/a
Religión Cristianismo (rito arriano, catolicismo), islam
Moneda Variada, incluyendo monedas visigodas, francas y del califato durante el período islámico.
Período histórico Edad Antigua y Edad Media
 • 462 Cesión a los visigodos
 • 719 Invasión musulmana
 • 759 Reconquista de Narbona por los francos
 • 800 (aproximadamente) Incorporación a la Marca de Gotia
 • 1229 (aproximadamente) Incorporación a la Corona de Francia
Forma de gobierno Dependió de diversas formas de organización: Reino visigodo, Emirato, Marquesado carolingio.
Reyes visigodos, Valí de Córdoba, Condes y Marqueses
462 - 1229
Teodorico II, Ardón, Pipino el Breve
Correspondencia actual Languedoc-Rosellón (hasta 2016), ahora Occitania
Miembro de Diferentes imperios y reinos según el período
Precedido por
Sucedido por
Imperio Romano (Siglo I a. C.)
Reino visigodo (462)
(719) Emirato de Córdoba
(759) Marquesado de Gotia
(1229) Corona de Francia
Septimania ha perdurado como concepto histórico, y el nombre fue objeto de intento de restauración en la década de 2000 por la región de Languedoc-Rosellón.

Septimania fue una región histórica muy importante en el sur de lo que hoy es Francia. Se encontraba en gran parte de la zona que ahora conocemos como Occitania. Esta región pasó por muchos cambios de gobierno, desde que los visigodos la controlaron en el siglo V hasta que se unió al Reino de Francia en el siglo XIII.

¿De dónde viene el nombre de Septimania?

El nombre Septimania tiene varias posibles explicaciones, y los historiadores aún debaten cuál es la correcta:

  • Una idea popular es que el nombre viene de una antigua ciudad romana llamada "Colonia Julia Septimanorum Beaterrae". Esta ciudad, que hoy es Béziers, fue fundada en honor a los soldados veteranos de la Legio VII Claudia, una legión romana. Así, Septimania podría significar "la tierra de estos soldados".
  • Otra teoría dice que Septimania se refiere a las siete ciudades o diócesis (zonas de gobierno religioso) más importantes de la región en la época romana y visigoda. Estas ciudades eran Narbona, Nîmes, Agde, Béziers, Elne, Lodève y Mauguio. Si esta teoría es cierta, Septimania significaría "la tierra de las siete ciudades".
  • Una tercera idea, menos común, sugiere que el nombre podría venir de una división administrativa romana llamada "Diocesis Septem Provinciarum". Aunque Septimania no era exactamente igual a esas siete provincias, esta división pudo haber influido en el nombre.

El nombre Septimania se usó hasta el siglo XIII. Después, fue reemplazado poco a poco por Languedoc, que se refería a la región donde se hablaba el occitano, un idioma local.

Historia de Septimania

Los visigodos y el inicio de Septimania

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Septimania en el año 537.

En el año 462, el Imperio Romano de Occidente, que ya estaba débil, entregó Septimania al rey visigodo Teodorico II. Esto fue parte de un acuerdo para que los visigodos protegieran la región de otros pueblos. Así, Septimania pasó a formar parte del Reino Visigodo de Tolosa, cuya capital estaba en Toulouse.

Septimania, con su capital en Narbona, era muy importante. Conectaba el reino visigodo en la Galia (parte de la actual Francia) con los ostrogodos en Italia. Esto ayudaba a crear alianzas y a comerciar entre ellos.

Al principio del gobierno visigodo, Septimania mezcló la cultura romana con la visigoda. La agricultura y el comercio crecieron mucho. Los visigodos tenían una forma de cristianismo llamada arrianismo, diferente a la de la mayoría de la gente local, que eran católicos. Esto causó algunas tensiones.

En el año 507, los visigodos fueron derrotados por los francos en la Batalla de Vouillé. Perdieron muchos territorios en la Galia y tuvieron que mover su capital a Toledo, en la península ibérica. Pero Septimania siguió bajo su control. Fue la última parte de la Galia que los visigodos gobernaron. Esto les permitió mantener una conexión con la Galia.

Septimania fue clave en las luchas entre visigodos y francos durante el siglo VI. Los francos intentaron varias veces conquistar la región, pero los visigodos lograron defenderla, a veces con ayuda de los ostrogodos. Gracias a esta resistencia, Septimania se mantuvo como un lugar fuerte para los visigodos, conservando su cultura y sus leyes.

La llegada de los musulmanes

En el año 719, fuerzas musulmanas de al-Ándalus (la parte de la península ibérica bajo control musulmán), lideradas por Al-Samh ibn Málik al-Jawlani, cruzaron los Pirineos y ocuparon Septimania. La capital se estableció en Narbona, que fue llamada Arbuna. Narbona se convirtió en una base militar importante para planear la expansión hacia el sur de la Galia.

Desde Narbona, los musulmanes tomaron el control de otras ciudades importantes como Béziers, Agde, Lodève, Magalona y Nîmes. Durante este tiempo, los musulmanes permitieron a los habitantes cristianos y judíos practicar su religión. A cambio, debían pagar un impuesto especial llamado yizia. Esto ayudó a mantener la paz en la región.

Sin embargo, en el año 721, Al-Samh intentó avanzar hacia Aquitania, pero fue derrotado en la Batalla de Tolosa por las tropas del duque Odón el Grande. Al-Samh fue herido y murió poco después. Esta derrota frenó la expansión musulmana hacia el norte de Septimania.

A pesar de la derrota, los musulmanes siguieron en Septimania por varias décadas. Mantuvieron el control de Narbona y otras ciudades, usando el puerto para recibir suministros desde al-Ándalus. Los conflictos con los francos y aquitanos continuaron. En el año 732, los musulmanes sufrieron otra gran derrota en la Batalla de Poitiers contra Carlos Martel. Esto debilitó mucho su poder en la región.

Finalmente, en el año 759, después de muchos años de batallas, Pipino el Breve logró recuperar Narbona. Expulsó a las últimas fuerzas musulmanas de Septimania. Esto marcó el fin del control musulmán en la región y la convirtió en una marca (una zona fronteriza de defensa) del Imperio Carolingio.

Los francos toman el control

En el año 732, el avance de los ejércitos musulmanes en Europa occidental fue detenido en la famosa Batalla de Poitiers. Allí, el líder franco Carlos Martel logró una victoria clave. A pesar de esto, los musulmanes mantuvieron el control de la importante ciudad de Narbona y otras zonas de Septimania. Desde allí, resistieron los ataques francos durante varias décadas.

En el año 737, Carlos Martel intentó recuperar Septimania. Sitió Narbona y ganó una batalla contra los musulmanes, pero no pudo tomar la ciudad. La guarnición musulmana y algunos visigodos locales, que preferían el control musulmán al franco, resistieron. Martel se retiró sin conquistar toda la región.

No fue hasta el año 759 que el hijo de Carlos Martel, Pipino el Breve, logró conquistar Narbona. Pipino prometió a la gente local, en su mayoría visigodos, que respetaría sus leyes y costumbres. Así, ganó su apoyo y la ciudad se rindió sin mucha resistencia. Con la conquista de Narbona, los francos expulsaron a las últimas fuerzas musulmanas de Septimania y consolidaron su control.

Después de la conquista, Septimania se unió al Imperio carolingio. Se convirtió en una zona de defensa, a menudo llamada la "Marca de Gotia". Esta zona protegía el imperio de futuras incursiones musulmanas desde el sur. La Marca de Gotia incluía varios condados, como Narbona, Nîmes, Agde, Béziers y Mauguio, gobernados por condes nombrados por el emperador carolingio.

Durante los VIII y IX, la Marca de Gotia fue muy importante para la expansión carolingia hacia la península ibérica. También ayudó a crear la Marca Hispánica, una serie de territorios fronterizos al sur de los Pirineos bajo control franco. La administración carolingia construyó fortalezas y monasterios, que eran centros de influencia religiosa y cultural.

El control franco sobre Septimania y la Marca de Gotia duró hasta el siglo X. En ese momento, el poder carolingio empezó a debilitarse. La región se dividió en pequeños territorios feudales, que, aunque seguían siendo leales al imperio, actuaban con mucha independencia.

Septimania se une a Francia

Entre los X y XI, el control de Septimania pasó poco a poco a los condes de Tolosa y otros nobles locales. El poder carolingio se estaba fragmentando. La región se volvió más independiente y desarrolló su propia identidad. Por eso, se empezó a usar más el nombre "Languedoc". Los condes de Tolosa y otros señores, como los vizcondes de Narbona, gobernaban Septimania con mucha libertad, ya que la Corona de Francia tenía poca influencia en el sur en ese momento.

La situación cambió mucho en el siglo XIII con la Cruzada Albigense (1209-1229). Esta fue una campaña militar apoyada por la Iglesia católica y el rey de Francia para acabar con un movimiento religioso diferente en el sur de Francia, especialmente en Languedoc. La cruzada, liderada por Simón IV de Montfort, resultó en la toma de los territorios de los nobles occitanos, incluyendo el condado de Tolosa. Después de la derrota de este movimiento y la firma del Tratado de Meaux-Paris en 1229, la mayor parte de Septimania y Languedoc se unieron definitivamente a la Corona de Francia.

Esta unión significó que el poder del rey se hizo más fuerte en el sur de Francia. Las estructuras de poder locales desaparecieron, y las tierras de los nobles derrotados pasaron a ser del rey. La administración real reorganizó la región bajo el nombre de Languedoc, que reemplazó por completo a "Septimania". Bajo el control francés, Languedoc fue gobernado como una provincia, con leyes y costumbres más parecidas a las del norte de Francia, aunque mantuvo algunas características propias.

Con el tiempo, la identidad de Septimania se fue perdiendo, y el nombre dejó de usarse, quedando solo en los libros de historia. Fue reemplazado por Languedoc, que duraría hasta la reorganización de las regiones en tiempos modernos. Septimania se convirtió en parte de la Francia unificada, fortaleciendo el poder de la monarquía Capeta.

¿Cómo era la vida en Septimania?

Septimania fue una región con muchas culturas diferentes. Allí se mezclaron e influyeron mutuamente pueblos como los godos, árabes, francos y los habitantes locales. Bajo el dominio visigodo, se siguió usando el latín vulgar, que con el tiempo se convirtió en el occitano, el idioma de la región en la Edad Media. Cuando llegaron los musulmanes en el siglo VIII, también se añadieron palabras y costumbres del árabe a la lengua y cultura locales, sobre todo en la administración.

Durante el tiempo de control musulmán, Septimania fue un lugar donde convivieron diferentes comunidades religiosas. Había cristianos y musulmanes, la mayoría bereberes y árabes, que administraban la región. Los cristianos podían seguir practicando su fe, pero debían pagar un impuesto llamado yizia. Esta libertad religiosa ayudó a que la región fuera estable durante el dominio musulmán.

Con la reconquista de los francos y la creación de la Marca de Gotia en el siglo VIII, el control cristiano volvió a la región. Se construyeron iglesias y monasterios, que eran centros importantes para la cultura y la religión. La población cristiana visigoda, que incluía a arrianos y católicos, adoptó poco a poco el catolicismo que promovían los francos.

Septimania también fue un lugar importante para el desarrollo de la arquitectura y el arte. Durante los periodos visigodo y carolingio, se construyeron varias iglesias con un estilo anterior al románico. Algunas de ellas tienen el arco de herradura, una característica de la arquitectura visigoda de la península ibérica.

La sociedad de Septimania estaba formada principalmente por campesinos, artesanos y una nobleza local que incluía a francos y visigodos. Cuando la región se unió al Imperio Carolingio, se establecieron sistemas feudales. Esto significaba que los nobles locales tenían más poder sobre los campesinos. Este sistema duró durante la Edad Media, mostrando cómo se mezclaron las costumbres germánicas y romanas en la organización social.

El legado de Septimania hoy

El nombre "Septimania" se siguió usando en algunos escritos y documentos antiguos, sobre todo en textos que hablaban de las divisiones territoriales de antes. Pero con el tiempo, el término fue reemplazado por "Languedoc". Este nombre se usó durante siglos para referirse a la región del sur de Francia y destacaba el idioma occitano, también conocido como la "lengua de oc".

En el siglo XXI, el nombre "Septimania" volvió a aparecer en debates. En la década de 2000, el presidente de la región de Languedoc-Rosellón, Georges Frêche, propuso cambiar el nombre de la región a "Septimania". Quería recuperar la identidad histórica de la zona. Sin embargo, esta propuesta causó mucha discusión, especialmente en la Cataluña del Norte (Pirineos Orientales). Allí, muchas personas sintieron que el cambio amenazaba su identidad cultural catalana, que es diferente de la occitana de Languedoc. Hubo mucha oposición y protestas contra el cambio de nombre.

Finalmente, la oposición local hizo que el Consejo Regional abandonara la idea de cambiar el nombre. La región siguió llamándose Languedoc-Rosellón hasta el año 2016. En ese año, se unió con Mediodía-Pirineos para formar la nueva región administrativa de Occitania. Aunque la propuesta de "Septimania" no prosperó, el nombre dejó una huella en la cultura y en el estudio de la historia, como un símbolo del pasado visigodo y franco de la región.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Septimania Facts for Kids

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Septimania para Niños. Enciclopedia Kiddle.