Amazonas (mitología) para niños
Las amazonas eran, según la mitología clásica, un pueblo antiguo formado y gobernado solo por mujeres guerreras. En las historias griegas, las amazonas siempre aparecen como rivales de los griegos. Los mitos a menudo cuentan batallas entre héroes griegos y reinas amazonas. Por ejemplo, el héroe Aquiles luchó contra Pentesilea en la guerra de Troya, y Hércules se enfrentó a Hipólita como parte de sus doce trabajos. En las esculturas, las amazonas eran representadas luchando contra guerreros griegos o heridas después de esos combates.
El historiador griego Heródoto las ubicó en una zona cercana a Escitia en Sarmacia. Sin embargo, más tarde se dijo que vivían en Asia Menor. Diodoro cuenta que Hércules venció a las amazonas en Temiscira. Otros historiadores las situaron en diferentes lugares, como los montes Tauro o el río Tanais. Durante la antigüedad tardía, las amazonas se asociaron con varios pueblos reales. Cuando se descubrió América, se imaginó que también había amazonas en el nuevo continente. A principios de la Edad Moderna, el término "amazona" empezó a usarse para referirse a cualquier mujer guerrera.
Los antiguos griegos creían firmemente en la existencia de estas guerreras y las ubicaban cerca del mar Negro. Hoy en día, se duda de su existencia, e incluso se desmiente. Sin embargo, estas mujeres no fueron solo una invención griega. Hay pruebas históricas que sugieren que en las estepas de Europa y Asia existieron tribus nómadas donde las mujeres participaban en la caza y sabían usar armas. Se han encontrado tumbas de mujeres con heridas de guerra y enterradas con sus armas, lo que apoya esta idea.
Contenido
- ¿De dónde viene la palabra "amazona"?
- Las amazonas en los mitos griegos
- Las amazonas en la historia antigua y medieval
- Las amazonas en la literatura de la Edad Media y el Renacimiento
- Las amazonas en la exploración de América
- ¿Hay una base histórica para las amazonas?
- Representaciones antiguas y modernas de las amazonas
- Véase también
¿De dónde viene la palabra "amazona"?
La palabra "amazona" probablemente viene de un idioma iraní, *ha-mazan-, que significa ‘guerreros’. Otra palabra relacionada podría ser ἁμαζακάραν, que significa ‘hacer la guerra’ en persa. Algunos expertos del siglo XIX también la relacionaron con la palabra amazig.
Los griegos antiguos tenían una explicación popular para la palabra, aunque no era correcta. Creían que venía del prefijo griego a–, que significa 'sin', y mazos, que significa "pecho". Así, inventaron una leyenda que decía que estas guerreras se quitaban o quemaban el pecho derecho para poder usar el arco y lanzar lanzas con más facilidad. Sin embargo, no hay pruebas de que esto fuera cierto. En las obras de arte, las amazonas siempre aparecen con ambos pechos, aunque el derecho a menudo está cubierto. Además, tener ambos pechos no impide usar un arco.
Las amazonas en los mitos griegos
En la mitología griega, se dice que las amazonas eran hijas de Ares, el dios de la guerra, y la ninfa Harmonía. Se les describe como mujeres fuertes y valientes, dedicadas a la guerra.
Se cree que Ares fue el padre de amazonas famosas como Hipólita, Pentesilea, Antíope y Otrera. Aunque la versión más común dice que Otrera era su compañera, no su hija.
Se decía que las amazonas vivían en Terma, en la actual Región del Mar Negro de Turquía, cerca del mar Negro. Allí formaron un reino independiente gobernado por la reina Hipólita. Se cree que fundaron muchas ciudades, como Esmirna, Éfeso, Sinope y Pafos.
Según el dramaturgo Esquilo, en el pasado vivieron en Escitia, cerca del mar de Azov, y luego se mudaron a Temiscira. Heródoto las llamó Andróctonas (‘asesinas de varones’) y dijo que en escita se les llamaba Oiorpata, con el mismo significado. En la Ilíada, se les llama Antianiras (las que luchan como hombres).
En algunas versiones del mito, ningún hombre podía vivir en el país de las amazonas. Sin embargo, una vez al año, para que su pueblo no desapareciera, visitaban a los gargarios, una tribu cercana. Los niños varones que nacían de estas visitas eran entregados a sus padres o abandonados. Las niñas se quedaban con sus madres y eran entrenadas en el campo, la caza y la guerra.
Los grandes héroes de la mitología griega, como Heracles, Belerofonte y Aquiles, e incluso el dios Dioniso, se enfrentaron a las amazonas en sus aventuras y siempre las vencieron.
Uno de los trabajos que Euristeo le encargó a Heracles fue conseguir el cinturón de la reina amazona Hipólita. Su amigo Teseo lo acompañó y raptó a la princesa Antíope, hermana de Hipólita. Este hecho llevó a una invasión del Ática por parte de las amazonas, donde Antíope murió luchando junto a Teseo. En otras versiones, Teseo se casó con Hipólita o con Antíope, y ella no murió. La batalla entre atenienses y amazonas se representa a menudo en el arte, como en los bajorrelieves del Partenón o las esculturas del mausoleo de Halicarnaso.
Cuando las amazonas invadieron Licia, el rey Yóbates envió a Belerofonte, esperando que muriera a manos de las guerreras. Sin embargo, Belerofonte, montando el caballo alado Pegaso, salió victorioso.
El poema perdido Etiópida cuenta la participación de las amazonas en la Guerra de Troya. Después de que Aquiles matara a Héctor, las amazonas, lideradas por su reina Pentesilea, desafiaron a los aqueos. Sin embargo, Aquiles mató a Pentesilea en combate y las amazonas fueron derrotadas.
En la mitología griega, las amazonas realizaron muchas incursiones militares. En la Ilíada, Homero cuenta que atacaron a los frigios, quienes fueron ayudados por un joven Príamo, rey de Troya. También se decía que las amazonas atacaron la isla de Leuce, donde estaban las cenizas de Aquiles. El fantasma del héroe asustó a los caballos, que pisotearon a las invasoras, obligándolas a retirarse. Según Diodoro, la reina amazona Mirina venció a los atlantes y a las gorgonas, pero en este relato las amazonas vivían en Libia. La tumba de esta reina se menciona en la Ilíada.
El escritor romano Virgilio se inspiró mucho en el mito de las amazonas para crear a la guerrera volsca Camila en su obra Eneida.
Nombres de amazonas famosas

Existen varias listas de nombres de amazonas. Quinto de Esmirna menciona a las guerreras que acompañaron a Pentesilea: Clonia, Polemusa, Derínoe, Evandra, Antandra, Bremusa, Hipótoa, Armótoa, Alcibia, Derimaquea, Antíbrote y Termodosa.
Higino nombra a Ocíale, Dioxipe, Ifínome, Jante, Hipótoe, Otrera, Antíoque, Laómaque, Glauce, Ágave, Teseida, Hipólita, Clímene, Polidora y Pentesilea.
Diodoro Sículo cuenta la historia de la expedición de Heracles contra las amazonas y menciona a las más destacadas que lucharon contra él: Aela, Filípide, Prótoe, Eribea, Celeno, Euribia, Febe, Deyanira, Asteria, Marpe, Tecmesa y Alcipe.
Otros nombres de amazonas mencionados por autores clásicos incluyen:
- Antianira: Sucedió a Pentesilea como reina.
- Antíope: Reina amazona raptada por Teseo.
- Cime: Fundadora de una ciudad con su mismo nombre.
- Cleta: Nodriza de Pentesilea, fundó la ciudad de Clete en Italia.
- Esfinge: Según una versión, esposa de Cadmo.
- Esmirna: Amazona que fundó la ciudad de Éfeso.
- Hipólita: Reina amazona con un cinturón mágico de su padre, Ares. Murió a manos de Heracles.
- Lampedo: Reina amazona que gobernó junto a su hermana Marpesia.
- Lisipe: Reina amazona que fundó Temiscira y estableció reglas para sus guerreras.
- Marpesia: Reina amazona que gobernó junto a su hermana Lampedo.
- Melanipa o Menalipe: Hermana de Hipólita, secuestrada por Heracles.
- Mirina: Reina amazona mencionada por Homero.
- Molpadia: Amazona que luchó contra los atenienses y mató a Antíope.
- Oritía: Reina de las amazonas que sucedió a Marpesia.
- Otrera: Compañera de Ares y madre de Hipólita y Pentesilea.
- Pantariste: Mató a Timiades en la batalla contra Heracles.
- Pentesilea: Reina amazona que realizó muchas hazañas en la Guerra de Troya hasta que fue muerta por Aquiles.
- Pitane: Fundadora de una ciudad con su mismo nombre.
- Priene: A quien se le atribuye la fundación de una ciudad en Asia Menor.
- Sisirbe: Amazona por la que algunos de los efesios eran llamados sisirbitas.
- Talestris o Talestria: Reina amazona que se encontró con Alejandro Magno.
También se menciona a una mujer llamada Helena, hija de Títiro, que desafió a Aquiles en combate, pero no se sabe con seguridad si era una amazona.
Culto y homenajes a las amazonas
Según fuentes antiguas, se podían encontrar tumbas de amazonas en muchos lugares del mundo griego, como Megara, Atenas y Queronea. También había estatuas de amazonas por toda Grecia. En Calcis y Atenas, existía un amazoneum o altar de las amazonas, lo que sugiere que se les rendía culto. En Atenas, se hacían sacrificios anuales a las amazonas el día antes de las Teseas. En Éfeso, las jóvenes griegas realizaban una danza circular anual con armas y escudos, que había sido establecida por Hipólita y sus amazonas.
Las amazonas en el arte
Las amazonas aparecen en el arte griego desde el período arcaico, relacionadas con varias leyendas. En las obras de arte, las batallas entre amazonas y griegos se representan al mismo nivel que las batallas entre griegos y centauros. La creencia en su existencia, aunque mítica, hizo que se las representara de forma que parecieran seres no sobrenaturales.
Sus actividades eran la caza y la guerra. Sus armas incluían el arco, la lanza, el hacha y un escudo con forma de medialuna llamado pelta. En el arte más antiguo, usaban un casco similar al de la diosa Atenea. Más tarde, se las representó con un estilo parecido al de Artemisa, con vestidos ligeros para moverse rápido. En vasijas pintadas, a menudo llevaban ropa de estilo persa, como pantalones ajustados y un sombrero alto llamado cidaris. Solían montar a caballo, aunque a veces iban a pie. La batalla entre Teseo y las Amazonas era un tema popular en los frisos de los templos y en relieves de vasijas y sarcófagos.
Las amazonas en la historia antigua y medieval

En general, los historiadores griegos y latinos aceptaron la existencia de las amazonas y las incluyeron en sus relatos. Heródoto, el primer historiador, habla de las amazonas en sus Historias (Libro IV, CX-CXVI) al explicar el origen de los sármatas. Cuenta que un grupo de amazonas fugitivas llegó a Escitia y adoptó una vida nómada, dedicándose a la caza, la pesca y el saqueo. Los escitas, cansados de los ataques, enviaron a sus jóvenes para que las conocieran, les enseñaran su idioma y las unieran a su nación. Las amazonas aceptaron casarse, pero con la condición de mantener su estilo de vida y vivir fuera de Escitia. Heródoto incluye un discurso de las amazonas donde explican sus razones:
«...a nosotras no nos es posible vivir con vuestras mujeres, pues no tenemos la misma educación. Nosotras disparamos el arco, lanzamos el dardo, montamos a caballo, y las habilidades de mujer como hilar o cuidar la casa, las ignoramos: vuestras mujeres, al contrario, no saben nada de lo que sabemos nosotras, sino que sentadas en sus carros cubiertos hacen sus labores sin salir a cazar ni ir a ninguna parte.»
Finalmente, según Heródoto, este grupo mixto se estableció más allá del río Tanais (hoy río Don) y sus descendientes fueron los sármatas, que luego lucharon con los escitas contra el rey persa Darío I en el siglo V a. C..
Hipócrates las describe así: «No tienen pechos derechos... pues cuando aún son bebés sus madres ponen al rojo un instrumento de bronce y lo aplican al pecho derecho para detener su crecimiento, y toda su fuerza se desvía al hombro y el brazo derechos.»

Algunos historiadores escribieron que cuando Alejandro Magno estaba conquistando Asia, recibió una visita de la reina amazona Talestris. Ella, con 300 mujeres, había viajado 25 días para tener un hijo con él. Sin embargo, otros biógrafos, como Plutarco, dudan de esta historia.
Las amazonas también fueron importantes en la historiografía romana. César mencionó la conquista de Asia por las amazonas. Pompeyo Trogo les dio mucha importancia, contando que venían de una colonia capadocia fundada por dos princesas escitas.
Diodoro relata la historia de Hércules derrotando a las amazonas en Temiscira. Filóstrato las ubica en los montes Tauro, Amiano al este del río Tanais, y Procopio en el Cáucaso.
Aunque Estrabón dudaba de su existencia real, las amazonas siguieron siendo consideradas históricas durante la antigüedad tardía. Varios Padres de la Iglesia las mencionaron como personas reales. Solino adoptó la versión de Plinio el Viejo. Según Flavio Vopisco, bajo el imperio de Aureliano, las mujeres godas capturadas eran identificadas como amazonas. La versión de Marco Juniano Justino fue muy influyente y usada por Orosio, quien fue leído durante la Edad Media. Los autores medievales continuaron ubicando a las amazonas en el norte, como Adán de Bremen en el mar Báltico y Pablo el Diácono en Germania.
Las amazonas en la literatura de la Edad Media y el Renacimiento
En el siglo XIII, Marco Polo mencionó en su famoso libro de viajes por Asia una isla habitada solo por mujeres. Aunque no las llama amazonas ni las describe como guerreras, su relato tiene algunas similitudes con el mito clásico:
«En donde se habla de las islas llamada Varón y Mujer. La que se llama Varón está en alta mar, a 500 millas hacia el Mediodía (...) Pero en esta isla no viven las mujeres, ninguna, ni las casadas ni las solteras, sino que habitan en otra isla llamada la Mujer. Desde esta isla se van los maridos por tres meses: marzo, abril y mayo, para vivir con sus mujeres a la isla de la Mujer, y allí disfrutan de ellas. Y al cabo de los tres meses vuelven a esta isla y quedan trabajando los nueve meses restantes. (...) De esta isla a la que habitan sus mujeres hay por lo menos 30 millas. Y por eso no viven con ellas todo el año, porque dicen que si hubieran de pasarlo todo el año con ellas, se morirían. La madre amamanta en verano al hijo que nace durante el año. Pero en cuanto tienen catorce años los mandan por mar a la isla de sus padres, y ésta es la costumbre de las dos islas, como lo oís. Las mujeres no hacen más que criar a sus hijos y recogen las frutas que hay en la isla.»

Las amazonas siguieron siendo tema de discusión para los autores del Renacimiento europeo. Los escritores medievales y renacentistas creían, como Plinio el Viejo, que las amazonas inventaron el hacha de guerra. Esto se relaciona con el sagaris, un arma similar a un hacha asociada tanto con las amazonas como con las tribus escitas. Paulus Héctor Mair se sorprendió de que tales "armas de hombres" hubieran sido inventadas por una "tribu de mujeres", pero aceptó la idea por respeto a la autoridad de Juan Aventino.
El escritor renacentista Giovanni Boccaccio dedicó dos capítulos de su obra De claris mulieribus ("De las mujeres famosas") (1374) a las reinas amazonas Lampedo y Marpesia.
La imagen de las amazonas desde la Antigüedad hasta el Renacimiento se ve claramente en Las crónicas de Nuremberg, una historia universal publicada en 1493. Su autor recopila y resume los diferentes relatos mitológicos sobre estas mujeres guerreras: su origen escita, su hogar cerca del río Termodonte, su expansión por Asia y la fundación de Éfeso, sus batallas con héroes griegos, sus encuentros anuales con hombres, la preferencia por las hijas mujeres y la explicación incorrecta de la palabra "amazona" como "sin pecho".
En el poema épico Orlando furioso de Ariosto (1532) aparece un país de mujeres guerreras, gobernado por la reina Orontea. La historia describe un origen muy similar al mito griego, donde las mujeres, abandonadas por guerreros, se unieron para formar un país donde los hombres tenían un papel muy limitado para evitar que recuperaran el poder.
Las amazonas en la exploración de América
Las amazonas fueron un tema recurrente en las exploraciones de la era de los descubrimientos. A partir de entonces, ya no se pensaba que vivían en Europa o Asia, sino en las nuevas tierras descubiertas al otro lado del océano Atlántico.
Las amazonas se mencionan en el primer relato europeo sobre América, el diario del primer viaje de Cristóbal Colón. En su entrada del 16 de enero de 1493, escribe, basándose en el testimonio de los nativos, una versión similar a la descripción de Marco Polo:
«Dijéronle los indios que por aquella vía hallaría la isla de Matinino, que decían que estaba poblada de mujeres sin hombres (...) y que cierto tiempo del año venían los hombres a ellas de la dicha Isla de Carib, que decían que estaba de ellas diez o doce leguas, y si nacía niño lo enviaban a la isla de los hombres, y si niña la dejaban consigo.»
El conquistador de México, Hernán Cortés, informó al rey de España Carlos V en su Cuarta Carta de Relación (1524). Se trata de una nueva versión del mito que ubica a las amazonas en Cihuatán, al noroeste del Valle de México.
«Y así mismo me trajo información de los señores de la provincia de Cihuatán, que se afirma mucho de haber una isla poblada de mujeres, sin varón ninguno, y que en ciertos momentos van de la tierra firme hombres que se encuentran con ellas....y si nacen mujeres las cuidan; y si hombres, los alejan de su compañía, y que esta isla está a diez jornadas de esta provincia de Colima; y que muchos de ellos han ido allá y la han visto. Me dicen también que es muy rica en perlas y oro; yo trabajaré, cuando tenga la oportunidad, de saber la verdad y hacer de ello una larga relación a Vuestra Majestad....»
Cortés no confirma ni niega la versión, ni se atreve a escribir que son amazonas, aunque su descripción encaja perfectamente con la mitología. Pero evidentemente estaba interesado en saber más y suponía que su rey compartía la misma curiosidad, pues según las leyendas, las amazonas poseían muchas riquezas.
Dos décadas después, la esperanza de encontrar amazonas en el Nuevo Mundo seguía viva. El sacerdote Gaspar de Carvajal escribió que la expedición del conquistador español Francisco de Orellana por el río Marañón en Sudamérica (1542), en la que él participó, sufrió el ataque de mujeres guerreras que les disparaban dardos y flechas desde la orilla. Debido a esta historia, el río fue renombrado Amazonas o río de las Amazonas. Así cuenta Carvajal el supuesto encuentro con las legendarias amazonas:
«(...) aquí fue una muy gran y peligrosa batalla (...) Quiero que sepan cuál fue la causa por que estos indios se defendían de tal manera. Han de saber que ellos son sujetos y tributarios de las Amazonas, y sabida nuestra venida, les van a pedir socorro y vinieron hasta diez o doce, que éstas vimos nosotros, que andaban peleando delante de todos los indios como capitanas, y peleaban ellas tan valientemente que los indios no osaban volver las espaldas, y al que las volvía delante de nosotros le mataban a palos, y esta es la causa por donde los indios se defendían tanto. Estas mujeres son muy blancas y altas, y tienen muy largo el cabello y trenzado y recogido a la cabeza, y son muy fuertes y andan sin ropa, cubiertas sus partes, con sus arcos y flechas en las manos, haciendo tanta guerra como diez indios; y en verdad que hubo mujer de éstas que metió un palmo de flecha por uno de los bergantines, y otras que menos, que parecían nuestros bergantines puerco espín.»
El conquistador alemán Ulrico Schmidl relata en su libro de viajes sobre la colonización española en la Cuenca del Plata (publicado en 1557) la búsqueda sin éxito del reino de las amazonas, a quienes describe según la antigua tradición griega:
«Las mujeres de estos amossenes no tienen más que un pecho y solo se encuentran con sus compañeros 3 o 4 veces al año, y si de este encuentro con el compañero quedan embarazadas de varón, se lo envían a que esté con el compañero; mas si resulta mujer, la conservan a su lado y ellas mismas le queman el pecho derecho, para que no pueda crecer más. Pero la razón es esta, para hacerse hábiles y poder manejar sus armas, los arcos; porque son mujeres de pelea y hacen guerra contra sus enemigos.»
Las amazonas también aparecen en El descubrimiento de la Guyana, relato del caballero y marino inglés Walter Raleigh, donde se mezclan la tradición antigua y la información de los indígenas sobre tierras ricas y fabulosas, y noticias sobre costumbres de fiestas e intercambios comerciales: «Inquirí a los más ancianos y a los que más habían viajado entre los indígenas Orenoqueponi, pues yo que conocía todos los ríos entre el Orinoco y el Amazonas me encontraba muy ansioso por conocer la verdad de estas mujeres guerreras, porque algunos creen en ellas y otros no [...] Se tiene antigua memoria de estas mujeres tanto en África como en Asia [...] Su presencia se verifica en muchas historias, en diversas edades y provincias; pero las que están cerca de la Guyana se acompañan de hombres una vez al año, por el lapso de un mes, que por su relato entiendo que será en el mes de abril; y que en esa época todos los reyes de las fronteras y las reinas de las amazonas se reúnen; y después de que las reinas eligieron, el resto echa suertes para encontrar compañeros. Durante este mes festejan, bailan y beben sus vinos en abundancia; y una vez terminada la luna todos parten a sus respectivas provincias. Se dice que son muy crueles y sanguinarias, especialmente con aquellos que invaden sus territorios. Estas amazonas tienen almacenadas muchas láminas de oro, que consiguen a cambio de una suerte de piedras verdes, que los españoles llaman piedras hijadas, y que nosotros usamos para curar males del bazo [...].»
Durante la segunda expedición de Juan Vázquez de Coronado a Costa Rica, en 1563, este registró la existencia de una clase guerrera de mujeres entre los pobladores del reino de Coctú, ubicado en la región sureste de Costa Rica, a las que los indígenas huetares llamaban biritecas. Según relató el alcalde mayor, los guerreros de Coctú usaban lanzas de veinte palmos o más, varas, estolicas y escudos de cuero, y sus mujeres les ayudaban en la guerra dándoles varas y lanzas y tirando piedras: «...por cuyo respeto las llaman los Güetares y otras naciones biritecas, que es lo mismo que amazonas.»
¿Hay una base histórica para las amazonas?
El experto en estudios clásicos Peter Walcot dijo lo que piensan la mayoría de los historiadores de mitos: «Dondequiera que los griegos ubicaran a las amazonas, ya fuera en algún lugar del mar Negro en el lejano norte, o en la Libia del distante sur, siempre estaba más allá de los límites del mundo conocido. Las amazonas existen fuera de la experiencia humana normal.»
A pesar de esto, hay varias ideas sobre un posible origen histórico de las amazonas en la historia griega. Los candidatos más obvios son las regiones históricas de Escitia y Sarmacia, lo que coincide con el relato de Heródoto. Aunque algunos autores prefieren compararlas con culturas de Asia Menor o incluso la Creta minoica.
La idea de que el mito de las amazonas tiene una base real se apoya más recientemente en hallazgos arqueológicos de tumbas. Estos hallazgos sugieren que algunas mujeres sármatas pudieron haber participado en batallas. Esto ha llevado a los investigadores a pensar que la leyenda de las amazonas en la mitología griega pudo haber sido "inspirada por guerreras reales", aunque esta opinión sigue siendo minoritaria entre los historiadores clásicos.
Escitia y las guerreras sármatas
Las pruebas arqueológicas parecen confirmar la existencia de guerreras, dado el papel activo de las mujeres sármatas en las operaciones militares y la vida social. Las tumbas de mujeres sármatas armadas representan cerca del 25% de los enterramientos militares de ese grupo, y a menudo eran enterradas con arcos. Esto sugiere que la versión de Heródoto sobre las costumbres guerreras de las mujeres sármatas podría tener algo de verdad.
La arqueóloga rusa Vera Kovalevskaya señala que cuando los hombres escitas estaban luchando o cazando, las mujeres nómadas debían ser capaces de defenderse a sí mismas, a su ganado y a sus tierras. Durante un período de veintiocho años en que los hombres escitas estuvieron en campaña, las mujeres no solo tuvieron que defenderse, sino también tener hijos. Esto podría ser el origen de la historia de que las amazonas se encontraban una vez al año con sus vecinos, si Heródoto se basó en un hecho real. Antes de que la arqueología moderna descubriera algunas de las tumbas escitas de doncellas guerreras enterradas bajo kurganos en el macizo de Altái y Sarmacia, dando forma a los relatos griegos de amazonas a caballo, el origen de la historia de las amazonas fue objeto de muchas ideas entre los investigadores clásicos.
Creta minoica
Cuando la arqueología minoica estaba empezando, surgió una teoría que ubicaba los posibles orígenes de las amazonas en la civilización minoica. Esta teoría, propuesta por Lewis Richard Farnell y John Myres, señalaba similitudes entre ambas culturas. Según Myres, las costumbres de los supuestos cultos de amazonas parecen haber sido muy parecidas a las de la cultura minoica, e incluso podrían haberse originado allí.
Representaciones antiguas y modernas de las amazonas
Se ha observado que a lo largo de la historia y hasta el siglo XX, las amazonas han sido representadas en la literatura y el arte como un enemigo extranjero que amenazaba la fuerza de los héroes. La figura de una guerrera contradecía la idea de la mujer sumisa y recluida en el hogar. Por eso, un objetivo clásico de los artistas y escritores era representarlas en escenas de derrota y humillación para reafirmar la superioridad masculina.
Ya en el siglo XX, las amazonas comenzaron a ser representadas con más simpatía. Hoy en día, la imagen típica de estos personajes es la de una comunidad aislada de guerreras fuertes y hermosas. Los héroes masculinos tienen el desafío de ganarse su respeto para convertirlas en valiosas aliadas. El ejemplo moderno más famoso de una amazona es la superheroína Wonder Woman. Las amazonas también aparecen a menudo en series de televisión como Xena: la princesa guerrera y Hércules: Los viajes legendarios. También aparecen en animes como Ranma 1/2, donde la poderosa Shampoo es una guerrera de la tribu amazona. De igual manera, en el cuarto arco del manga Sailor Moon, se presentan cuatro personajes descendientes de las guerreras amazonas: el cuarteto amazonas.
Las amazonas forman parte de la instalación de la artista feminista Judy Chicago, The Dinner Party. Esta obra es una historia simbólica de la mujer en la civilización occidental que representa a 1.038 mujeres importantes de la historia. Las amazonas están representadas como un grupo simbólico, y en el suelo de la obra están inscritos los nombres de guerreras amazonas como Hipólita, Lampedo y Pentesilea. La obra representa a las amazonas como guerreras y adoradoras de diosas. Los colores usados (negro, rojo y blanco) son los que tradicionalmente se usan en su representación artística.
Véase también
En inglés: Amazons Facts for Kids
- Valquiria
- Skjaldmö (‘doncella escudera’)
- Matriarcado
- Johann Jakob Bachofen, iniciador de los estudios sobre el matriarcado
- Mujer maravilla
- Xena (personaje)
- Feminismo de las amazonas