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Caballeros templarios para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo del Rey Salomón
Pauperes Commilitones Christi Templique Salomonic
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Activa 1118/1119-1312
País Flag of the Papal States (pre 1808).svg Estados Pontificios
Fidelidad Estados Pontificios Papa
Tipo Orden religiosa y militar
Función Protección de los peregrinos cristianos en Tierra Santa
Tamaño 15 000-20 000 miembros, de los cuales un 10 % eran caballeros.
Acuartelamiento Monte del Templo
Disolución 22 de marzo de 1312jul.
Alto mando
Gran maestre del Temple Hugues de Payens (Primero)
Jacques de Molay (Último)
Cultura e historia
Mote Orden del Temple
Patrono/a San Bernardo de Claraval
Lema Non nobis, Domine, non nobis. Sed Nomini Tuo Da Gloriam ("No a nosotros, Señor, no a nosotros. Sino a tu nombre sea dada la gloria")
Guerras y batallas

Reconquista.
Cruzadas:

  • Batalla de Montgisard
  • Batalla de los Cuernos de Hattin
  • Batalla de Arsuf
  • Caída de Acre

La Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón, también conocida como Orden del Temple o caballeros templarios, fue una de las órdenes religiosas y militares más influyentes de la Edad Media. Estuvo activa por casi dos siglos.

Fue fundada entre 1118 y 1119 por nueve caballeros franceses, liderados por Hugo de Payens. Su objetivo principal era proteger a los cristianos que viajaban a Jerusalén después de que la ciudad fuera conquistada. La orden fue reconocida por el patriarca de Jerusalén, quien les dio una regla basada en la de los canónigos agustinos.

En 1129, la Iglesia católica aprobó oficialmente la Orden del Templo en el Concilio de Troyes. Los caballeros templarios se distinguían por un manto blanco con una cruz ancorada roja. Esta cruz, que simbolizaba el sacrificio de Cristo, les fue concedida por el papa Eugenio III en 1147.

Militarmente, los templarios eran de las unidades mejor preparadas en las cruzadas. Además, los miembros que no combatían manejaban una compleja red económica. Crearon nuevas formas de finanzas, que fueron un inicio de la banca moderna. También construyeron muchas fortificaciones en el mar Mediterráneo y Tierra Santa.

El éxito de los templarios estuvo muy ligado a las cruzadas. Cuando se perdió Tierra Santa, la orden perdió apoyo. También, los rumores sobre sus ceremonias secretas generaron desconfianza. El rey Felipe IV de Francia, que les debía mucho dinero y temía su poder, presionó al papa Clemente V para que actuara contra ellos.

En 1307, muchos templarios fueron arrestados, obligados a confesar bajo tortura y quemados. En 1312, el papa Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden. Su final repentino dio origen a muchas leyendas que mantienen vivo el nombre de los caballeros templarios hasta hoy.

Orígenes de los Caballeros Templarios

¿Cómo surgió la idea de las Cruzadas?

Después de controlar las invasiones en Europa occidental, la región comenzó a crecer. La agricultura y la población aumentaron, y el comercio y las ciudades revivieron. La Iglesia, que era la autoridad principal, promovió ideas como la "paz de Dios" y la "tregua de Dios". Estas ideas buscaban que los caballeros protegieran a los más débiles.

El papa Juan VIII ya había dicho en el siglo IX que quienes murieran luchando contra los no creyentes tendrían sus pecados perdonados. Esto hizo que la gente tuviera un fuerte sentimiento religioso y realizara peregrinaciones a lugares santos. A principios del siglo XI, Jerusalén se volvió un destino importante para los peregrinos, aunque el viaje era peligroso.

El papa Urbano II convocó el Concilio de Clermont en 1095. Allí habló de los peligros que enfrentaban los cristianos y los peregrinos en Jerusalén. Propuso una expedición militar para recuperar la ciudad de manos musulmanas.

Muchos príncipes y señores respondieron al llamado del papa, motivados por las recompensas espirituales y la esperanza de riquezas. La Europa cristiana se unió bajo el grito de Deus vult! ('¡Dios lo quiere!'). Esta expedición, la Primera Cruzada, terminó con la conquista de Jerusalén en 1099. Se crearon nuevos territorios latinos en la zona, como el reino de Jerusalén.

Historia de la Orden del Temple

Fundación y primeros años de los Templarios

Cuando se creó el reino de Jerusalén, algunos caballeros que participaron en la Primera Cruzada decidieron quedarse para proteger los lugares santos y a los peregrinos. El rey Balduino I no tenía suficientes recursos para proteger los caminos. Por eso, concedió a estos caballeros un lugar para descansar y guardar sus equipos.

Les dio un alojamiento en su propio palacio, que era la mezquita de Al-Aqsa, dentro del antiguo recinto del Templo de Salomón. Cuando Balduino se mudó, todas las instalaciones pasaron a los templarios, quienes así obtuvieron su cuartel general y su nombre.

Archivo:Baldwin I of Jerusalem
Coronación de Balduino I (de la Histoire d'Outremer, siglo XIII).

El rey Balduino también pidió ayuda a los reyes y príncipes de Europa para la nueva orden. En 1129, nueve años después de su creación, se celebró el Concilio de Troyes. Allí se redactó la regla para la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo.

El concilio fue dirigido por el legado del papa y contó con la presencia de obispos, abades (como san Bernardo de Claraval) y laicos. Hugo de Payens explicó las necesidades de la orden, y se decidieron todos los detalles, desde la forma de ayunar hasta el armamento.

La regla más antigua conocida se basaba en las costumbres anteriores de los templarios. Antes vivían bajo la Regla de San Agustín, pero en el concilio se cambió por una versión modificada de la Regla Cisterciense. La regla primitiva tenía un acta oficial y 75 artículos.

Después de recibir la regla, cinco de los nueve fundadores, incluyendo a Hugo de Payens, viajaron por Francia y Europa. Recogieron donaciones y reclutaron caballeros. En poco tiempo, consiguieron unos trescientos caballeros, además de escuderos y sirvientes.

Archivo:Baldwin II ceeding the Temple of Salomon to Hugues de Payens and Gaudefroy de Saint-Homer
Balduino II de Jerusalén cede el Templo de Salomón a Hugo de Payens y a Godofredo de Saint-Omer

La ayuda de san Bernardo de Claraval fue muy importante. Él era pariente de algunos de los primeros caballeros y usó su influencia para dar a conocer la orden en Europa y en la Corte Papal. San Bernardo era un hombre de gran carácter y sabiduría. Aconsejó a los templarios una regla estricta y los animó a seguirla.

Las bulas papales Omne Datum Optimum (1139), Milites Templi (1144) y Militia Dei (1145) dieron grandes privilegios a la orden. Los templarios quedaron bajo la autoridad directa del papa, sin depender de obispos locales. Podían tener sus propios sacerdotes y recaudar dinero de diversas formas, como limosnas. También tenían derecho sobre las tierras conquistadas en Tierra Santa y podían construir fortalezas e iglesias. Esto les dio mucha independencia y poder.

En 1167 o 1187, se redactaron los estatutos de la orden. Estos documentos detallaban la jerarquía, la vestimenta, la vida en el convento, las actividades militares y religiosas, y los deberes y privilegios de los hermanos templarios. Tenían más de 600 artículos.

Archivo:Hugues de Payens (Versailles)
Hugo de Payens. Pintura del siglo XIX. Palacio de Versalles.

Al principio, en Jerusalén, los nueve caballeros solo escoltaban a los peregrinos. Su pequeño número no les permitía hacer más. Se instalaron en el desfiladero de Atlit para proteger los caminos cerca de Cesarea. Aunque eran nueve caballeros, se estima que la orden inicial tenía entre treinta y cincuenta personas, incluyendo sirvientes y escuderos.

Su número creció mucho después de que se aprobara la regla. Hacia 1170, unos cincuenta años después de su fundación, los templarios ya estaban en Francia, Alemania, Reino Unido, España y Portugal. Su expansión territorial aumentó enormemente su riqueza, convirtiéndolos en la orden más rica de Europa.

Los templarios tuvieron un papel destacado en la Segunda Cruzada, protegiendo al rey Luis VII de Francia. Tres grandes maestres fueron capturados en combate en 30 años: Bertrand de Blanchefort (1157), Eudes de Saint-Amand y Gerard de Ridefort (1187).

El comienzo del fin de los Templarios

Las derrotas contra Saladino, el sultán de Egipto, hicieron que los templarios retrocedieran. El 4 de julio de 1187, en la batalla de los Cuernos de Hattin, el ejército cruzado, con muchos templarios, fue derrotado por las tropas de Saladino. El gran maestre templario Gérard de Ridefort fue hecho prisionero, y muchos templarios murieron. Saladino tomó Jerusalén, poniendo fin al reino cruzado. Sin embargo, la Tercera Cruzada y las negociaciones de Ricardo I de Inglaterra (Corazón de León) lograron que Jerusalén fuera una "ciudad libre" para los peregrinos.

Archivo:Hattin
Batalla de los Cuernos de Hattin, en 1187, momento decisivo de las cruzadas.

Después de la derrota de Hattin, la situación empeoró. En 1244, Jerusalén, que había sido recuperada años antes, cayó definitivamente. Los templarios tuvieron que trasladar su cuartel general a San Juan de Acre, junto con otras órdenes militares como los hospitalarios y los teutónicos.

Las siguientes cruzadas (la Cuarta, Quinta y Sexta) no tuvieron resultados duraderos en Tierra Santa. En 1248, Luis IX de Francia (San Luis) lideró la Séptima Cruzada hacia Egipto. Debido a errores tácticos y enfermedades, el ejército cruzado fue derrotado, y Luis IX fue capturado. Los templarios negociaron la paz y prestaron al rey el dinero para su rescate.

En 1291, ocurrió la caída de Acre, donde los últimos templarios lucharon junto a su maestre, Guillermo de Beaujeu. Esto marcó el fin de la presencia cruzada en Tierra Santa. La orden trasladó su cuartel general a Chipre, una isla que habían comprado a Ricardo Corazón de León.

¿Qué pasó con los Templarios después de Tierra Santa?

Después de perder Acre en 1291, los templarios intentaron reconquistar territorios en el Cercano Oriente desde Chipre. Fueron la única de las tres grandes órdenes que lo intentó. Las otras órdenes, los hospitalarios y los teutónicos, se enfocaron en otros lugares.

La isla de Arwad, en la costa de la actual Siria, fue la última posesión templaria en Tierra Santa, perdida en 1302. Con la pérdida de todo su territorio en el Cercano Oriente, los templarios perdieron la razón principal de su existencia: defender las posesiones cristianas en Tierra Santa. Esto hizo que los reyes europeos los vieran como menos útiles.

El esfuerzo de los templarios por regresar al Levante mediterráneo después de 1302 fue inútil. No fue por falta de guerreros, sino porque ningún rey europeo estaba realmente interesado en reconquistar los lugares santos. El papado, bajo Clemente V, incluso propuso fusionar a los caballeros hospitalarios y templarios. Una de las razones por las que Jacques de Molay estaba en Francia cuando lo capturaron era para convencer al rey Felipe IV de Francia de iniciar una nueva cruzada.

Disposiciones importantes sobre la Orden del Temple

  • 1129 - Concilio de Troyes: Se aprueba la Regla de la Orden.
  • 1139 (29 marzo) - Omne Datum Optimum: El papa Inocencio II aprueba la regla y les da protección papal.
  • 1144 (9 junio) - Milites Templi: El papa Celestino II les da protección eclesiástica y fomenta las donaciones.
  • 1145 (7 de abril)- Militia Dei: El papa Eugenio III les permite recaudar el diezmo y tener sus propios cementerios.
  • 1307 (13 octubre) - Pastoralis Praeminentiae: El papa Clemente V ordena el arresto de los caballeros y la confiscación de sus bienes.
  • 1308 (12 agosto) - Faciens Misericordiam: El papa Clemente V establece el procedimiento para juzgar a los templarios.
  • 1308 (12 agosto) - Regnans in Coelis: El papa Clemente V convoca el Concilio de Vienne para decidir sobre los Templarios.
  • 1312 (20 de marzo) Concilio de Vienne: Se decide la supresión de la Orden.
  • 1312 (22 marzo) - Vox in Excelso: El papa Clemente V disuelve la orden de los Caballeros Templarios.
  • 1312 (2 mayo) - Ad Providam Christi Vicarii: El papa Clemente V entrega las propiedades de los templarios a los Caballeros Hospitalarios.
  • 1312 (6 mayo) - Considerantes Dudum: El papa Clemente V decide el destino de los que confesaron y sus aliados.

Los Templarios en diferentes territorios

En la Corona de Aragón

La orden llegó a la zona oriental de la península ibérica en la década de 1130. En 1131, el conde de Barcelona, Ramón Berenguer III, pidió unirse a la orden. En 1134, el rey Alfonso I de Aragón dejó su reino a los templarios y otras órdenes en su testamento. Este testamento fue anulado, y los nobles aragoneses entregaron la corona a Ramiro II, pero con muchas concesiones a las órdenes.

Ramón Berenguer IV de Barcelona, conde de Barcelona y príncipe de Aragón, llegó a un acuerdo con los templarios para que ayudaran en la Reconquista en 1143. Recibieron castillos como Monzón, Mongay, Chalamera, Barberá, Remolins y Corbins. También recibieron donaciones de tierras y derechos sobre las conquistas.

En 1148, por su ayuda en las conquistas del sur, los templarios recibieron tierras en Tortosa y Lérida. Después de una resistencia, las últimas plazas de la región cayeron en 1153, y los templarios recibieron Miravet, un lugar estratégico en el río Ebro.

Después de la derrota de Muret, los templarios se convirtieron en guardianes de Jaime I el Conquistador, el heredero al trono, en el castillo de Monzón. Apoyaron a Jaime I en su campaña en Mallorca y en Valencia, donde también recibieron parte de las ciudades.

Los templarios se mantuvieron leales al rey Pedro III de Aragón durante su conflicto con los franceses en Italia. Se establecieron en Aragón al unirse con la Orden del Santo Redentor de Teruel en 1196.

En el Reino de León y la Corona de Castilla

Los templarios ayudaron a repoblar las zonas conquistadas por los cristianos. Crearon fortalezas, como el castillo de Ponferrada o el castillo de Cornatel, y asentamientos donde construían ermitas.

Ante la invasión almohade, los templarios lucharon en el ejército cristiano que ganó la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), junto a los ejércitos de Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragón.

En 1265, colaboraron en la conquista de Murcia. Como recompensa, recibieron Burguillos del Cerro, Jerez de los Caballeros, Fregenal de la Sierra, el castillo de Murcia y Caravaca.

En el Reino de Galicia

La Orden del Temple tuvo grandes propiedades en Galicia. Estas propiedades pasaron más tarde a la Orden de San Juan de Jerusalén.

Algunos historiadores creen que la Orden del Temple también poseía tierras en varias parroquias y el monasterio de Nogueira.

En Portugal

Archivo:Castelo de Soure
El castillo de Soure en Portugal

Los templarios estaban bien establecidos en Portugal. Llegaron en tiempos de la condesa Teresa de León, quien les dio el castillo de Soure en 1127 a cambio de su ayuda en la Reconquista. En 1145, recibieron el castillo de Longroiva por su apoyo a Alfonso Henriques en la toma de Santarém. En 1147, recibieron el castillo de Cera, cerca de Tomar, que se convirtió en su sede regional.

Después de la disolución de la orden por el papa, los reyes portugueses cambiaron el nombre de la orden en Portugal a Orden de Cristo. Sin embargo, esta nueva orden tenía diferencias importantes con la Orden del Templo original.

En Inglaterra, Escocia e Irlanda

En Inglaterra, la Orden estuvo presente desde sus inicios. Aunque su presencia no fue tan extensa como en Francia, fue muy importante. Ricardo Corazón de León fue un gran benefactor de la Orden. Su escolta personal estaba formada por templarios, y fue enterrado con su hábito.

En Polonia

Los templarios llegaron a Polonia en el siglo XIII. El príncipe silesio Henryk Brodaty les dio propiedades. Más tarde, otros príncipes polacos también les hicieron donaciones. La Orden llegó a tener al menos doce "comendadores" (centros) en Polonia, y algunos historiadores creen que pudieron ser hasta cincuenta. A pesar de estar lejos de Tierra Santa, Polonia tuvo entre ciento cincuenta y doscientos caballeros templarios, la mayoría de origen alemán. Después de la disolución, la mayoría se unió a los Caballeros Hospitalarios o a los Caballeros Teutónicos.

En Hungría

La presencia de los templarios en Hungría y en la mayor parte de Europa Oriental se debió al deseo de los reyes de colonizar esas regiones. Los templarios no tuvieron grandes propiedades en Hungría, ya que las órdenes Teutónica y del Hospital fueron más favorecidas. Sin embargo, tuvieron al menos dos casas en Hungría central y un castillo. En Croacia (que entonces era parte del reino húngaro) tuvieron varias fortalezas y ejercieron más influencia. Después de la disolución de la orden, sus propiedades pasaron a los caballeros hospitalarios.

El fin de la Orden del Temple

Ilustración de un manuscrito medieval en el que se acusa a los templarios de prácticas inaceptables, circa 1350.

El último gran maestre, Jacques de Molay, se negó a la idea de fusionar las órdenes militares. El 6 de junio de 1306, el papa Clemente V lo llamó a Poitiers para un último intento, pero fracasó. El rey Felipe IV de Francia convenció (o intimidó) al papa Clemente V, que estaba muy ligado a Francia, para que iniciara un proceso contra los templarios. La Corona francesa le debía mucho dinero a la orden, y el rey quería un Estado fuerte donde él tuviera todo el poder.

Para lograr esto, el rey contó con la ayuda de Guillermo de Nogaret, canciller del reino, y de Guillermo Imberto, el inquisidor general de Francia. También participó Eguerrand de Marigny, quien luego se apoderaría del tesoro de la orden.

Se usaron las acusaciones de un hombre llamado Esquieu de Floyran. Se les acusó de faltar el respeto a la cruz, de herejía, de adorar ídolos paganos y de otras prácticas.

Parece que Esquieu fue primero a Jaime II de Aragón con su historia, pero el rey no le creyó. Entonces, Esquieu fue a Francia y habló con Guillermo de Nogaret, quien aprovechó la oportunidad para actuar contra la orden.

Felipe envió órdenes secretas a todo su reino para que nadie las abriera hasta el 12 de octubre de 1307. Ese día, se ordenó arrestar a todos los templarios y confiscar sus bienes. Así, en Francia, Jacques de Molay y ciento cuarenta templarios fueron encarcelados.

Esta investigación se hizo sin la autorización del papa, lo que causó la protesta de Clemente V. El papa anuló el juicio y suspendió los poderes de los obispos. Sin embargo, la acusación ya había sido aceptada y se mantuvo como base para los procesos siguientes.

Felipe IV se presentó como "campeón y defensor de la fe". En los Estados Generales de Tours, puso a la opinión pública en contra de los templarios. Logró que 72 templarios, elegidos y preparados de antemano, confirmaran sus confesiones ante el papa. Después de esta investigación, el papa Clemente V se interesó y abrió una nueva comisión, dirigiendo él mismo el proceso.

Ese mismo verano, Clemente ordenó la persecución de los caballeros en todas partes. Una vez arrestados en Francia, fueron sometidos a torturas. La mayoría de los acusados se declararon culpables de los cargos, algunos por miedo a la tortura. El mismo Jacques de Molay confesó, pero luego admitió haber mentido para salvar su vida. Solo en París, 36 murieron por los suplicios. El 10 de mayo de 1310, otros 54 fueron quemados.

La comisión papal no pudo probar que la orden, como grupo, tuviera doctrinas heréticas o una regla secreta. En el Concilio General de Vienne, el 16 de octubre de 1311, la mayoría estaba a favor de mantener la orden. Pero el papa, indeciso y presionado por el rey de Francia, decidió disolverla. Lo hizo no por una condena penal, sino por un decreto apostólico (bula Vox clamantis del 22 de marzo de 1312).

Archivo:Templars on Stake
Quema de templarios en Francia

El papa se reservó la decisión sobre el gran maestre y sus tres principales dignatarios. Ellos habían confesado y solo debían arrepentirse públicamente. Para esto, se levantó una plataforma frente a la catedral Notre Dame de París. Pero, en el momento decisivo, Molay recuperó su valor y proclamó la inocencia de los templarios. Dijo que sus confesiones habían sido falsas, obtenidas bajo tortura y presión del rey. Fue arrestado inmediatamente como hereje reincidente, junto con otro dignatario, y fue quemado con Godofredo de Charnay el 18 de marzo de 1314.

Actualmente, en los archivos vaticanos se encuentra el pergamino de Chinon. Este documento contiene la absolución del papa Clemente V a los Templarios. Aunque es muy importante históricamente, nunca fue oficial y está fechado antes de las bulas que disolvieron la Orden. Según la bula Vox in excelso, la Orden de los templarios fue suprimida "definitivamente y perpetuamente". El pergamino de Chinon es de agosto de 1308. Ese mismo mes, el papa emitió otras bulas que sí fueron oficiales, confirmando la jurisdicción de los inquisidores y convocando el Concilio de Vienne. Por lo tanto, el documento de Chinon es un "borrador" histórico, pero no tiene validez legal.

Processus contra Templarios establece que:

  • El papa Clemente V no estaba convencido de la culpabilidad de la Orden del Temple.
  • La Orden del Temple, su gran maestre Jacques de Molay y los templarios arrestados fueron absueltos por el papa.
  • La Orden nunca fue condenada, sino disuelta. Se prohibió a cualquiera intentar restablecerla.
  • El papa Clemente V no creyó en las acusaciones de herejía. Por eso, permitió que los templarios ejecutados recibieran los Sacramentos.
  • Clemente V negó las acusaciones de traición y herejía que el rey de Francia hizo contra los templarios. Sin embargo, convocó el Concilio de Vienne para confirmarlas.
  • El proceso y el sufrimiento de los templarios fueron un "sacrificio" para evitar una división en la Iglesia católica.
  • Las acusaciones fueron falsas y las confesiones se obtuvieron bajo tortura.

Aunque el papa Clemente V intentó evitar la condena de los templarios, su debilidad ante Felipe IV de Francia hizo que continuara con el proceso de disolución de la Orden, que terminó en 1312. La bula Ad Providam dice que la Orden fue suprimida "no mediante sentencia definitiva, pues esto sería ilegal... sino mediante orden o provisión apostólica".

¿Qué pasó con los Templarios en otros países?

La misma orden papal de 1308 llegó a varios reinos europeos, incluyendo el Reino de Hungría. Allí, el rey Carlos I Roberto de Hungría tenía otros problemas. En 1314, en el concilio de Zagrab, el rey húngaro y el clero decidieron disolver la provincia templaria húngara. Sus propiedades en Hungría y Eslavonia pasaron a manos del rey y luego a la orden Hospitalaria.

En otros países europeos, las acusaciones no fueron tan graves, y muchos templarios fueron absueltos. Pero, debido a la disolución de la orden, los templarios se dispersaron. Sus bienes se repartieron entre los diferentes estados y la orden de los Hospitalarios.

En la península ibérica, los caballeros fueron arrestados y juzgados. Castilla y Portugal lo hicieron en un Concilio en Salamanca en 1310. Aragón lo hizo en otro concilio en Tarragona dos años después. En ambos casos, fueron absueltos y liberados. Sin embargo, sus bienes pasaron a las coronas de Aragón, Castilla y Portugal, y a los Hospitalarios. En Aragón y Castilla, varias órdenes militares ya existentes tomaron el relevo. En Portugal, el rey Dionisio I los restituyó en 1317 como Militia Christi o Caballeros de Cristo, asegurando así sus propiedades.

En Polonia, los Hospitalarios recibieron todas las posesiones de los Templarios.

Acusaciones contra los Templarios

Durante el proceso contra la Orden, se hicieron muchas acusaciones. Una de las más conocidas es el culto a Baphomet, que se hizo popular en el siglo XIX. También se les acusó de rituales donde negaban la cruz o a Cristo.

En la lista de cargos contra los templarios había más de cien acusaciones. Las relacionadas con la adoración de ídolos incluían: adorar a un gato que se les aparecía, tener ídolos (cabezas con una o tres caras, o calaveras humanas) en cada provincia, adorar esos ídolos, especialmente en reuniones importantes, y decir que esas cabezas podían salvarlos o hacerlos ricos. También se decía que tocaban los ídolos con cordones que luego se ataban al cuerpo.

Processus contra Templarios

El 25 de octubre de 2007, el Archivo Vaticano publicó el documento Processus contra Templarios. Este documento incluye el Pergamino de Chinon, que son las actas de exculpación de la Santa Sede a la Orden del Templo. Esto ocurrió en el 700 aniversario del inicio de la persecución contra la Orden.

El evento tuvo lugar en la Ciudad del Vaticano, con la presencia de importantes historiadores y funcionarios del archivo.

Los documentos que usó el Tribunal papal para decidir el destino de los templarios se habían perdido desde el siglo XVI. En 2001, la investigadora italiana Bárbara Frale los encontró. Su estudio mostró que el papa Clemente V al principio no quería condenar a los templarios, pero finalmente cedió a las presiones del rey de Francia, Felipe IV.

El Pergamino de Chinon, parte del Processus contra Templarios, corrige la "leyenda negra" sobre la Orden. Muestra que todas las acusaciones fueron inventadas por Felipe IV para su propio beneficio. A pesar de esto, y dado que el Pergamino de Chinon es anterior a las bulas papales de disolución, quedó como una expresión de la opinión personal del papa. La postura oficial de la Iglesia sigue siendo la disolución de la Orden. El documento de Chinon es de agosto de 1308. Ese mismo mes, el papa promulgó otras bulas que sí fueron oficiales, confirmando la jurisdicción de los inquisidores y convocando el Concilio de Vienne. En la segunda sesión del Concilio de Vienne, el 3 de abril de 1312, se aprobó la Bula Vox in Excelso, emitida por el papa Clemente V el 22 de marzo de 1312, y confirmada por la Bula Ad Providam del 2 de mayo de 1312. Ambas declaran la disolución definitiva de la Orden.

Processus contra Templarios establece que:

  • El papa Clemente V no estaba convencido de que la Orden del Temple fuera culpable.
  • La Orden del Temple, su gran maestre Jacques de Molay y los templarios arrestados fueron absueltos por el papa.
  • La Orden nunca fue condenada, sino disuelta. Se prohibió a quien quisiera restablecerla.
  • El papa Clemente V no creyó en las acusaciones de herejía. Por eso, permitió que los templarios ejecutados recibieran los Sacramentos.
  • Clemente V negó las acusaciones de traición y herejía con las que el rey de Francia acusó a los templarios. Sin embargo, convocó el Concilio de Vienne para confirmar dichas acusaciones.
  • El proceso y el sufrimiento de los templarios fueron un “sacrificio” para evitar una división en la Iglesia católica.
  • Las acusaciones fueron falsas y las confesiones se obtuvieron bajo torturas.

Los documentos históricos muestran que, aunque el papa Clemente V intentó evitar la condena de los templarios, su debilidad ante Felipe IV de Francia hizo que continuara con el proceso de disolución de la Orden, que terminó en 1312. La bula Ad Providam, que sigue vigente, dice: "Nos, suprimimos (...) la Orden de la Caballería del Templo de Jerusalén a causa de los abominables, incluso impronunciables, hechos de su Maestre, hermanos y otras personas de la Orden en todas partes del mundo... Nos, hicimos esto no mediante sentencia definitiva... sino mediante orden o provisión apostólica."

Economía de la Orden Templaria

Hacia 1220, cien años después de su fundación, la Orden era la organización más grande de Occidente. Tenía más de 9000 encomiendas (propiedades) en Europa, unos 30 000 caballeros y sargentos (más sirvientes y artesanos), más de 50 castillos y fortalezas, y una flota propia en el Mediterráneo y en La Rochela (Francia).

Todo este poder económico se basaba en dos instituciones clave: la encomienda y la banca.

La banca de los Templarios

La orden se destacó rápidamente por crear un sistema económico sin precedentes. Para mantener un frente en ultramar, necesitaron una gran flota, una red de comercio y muchas propiedades en Europa para asegurar un flujo constante de dinero para el ejército en Tierra Santa.

La gente hacía donaciones de buena gana, ya sea por fe o para quedar bien con la Orden. Así, la Orden recibía propiedades, bienes, tierras, títulos, derechos y hasta pueblos enteros. Muchos nobles europeos confiaron en ellos para guardar sus riquezas. Incluso, muchos templarios fueron tesoreros reales, como en el reino francés.

Para asegurar que el dinero no fuera robado durante los viajes, la Orden estableció una red de encomiendas en Francia. Estas estaban a no más de un día de viaje unas de otras, garantizando que los comerciantes durmieran seguros.

No solo crearon un sistema de mercado, sino que se convirtieron en los primeros banqueros desde la caída de Roma. Lo hicieron porque había poca moneda en Europa y ofrecían intereses más justos que otros comerciantes. Crearon libros de cuentas, la contabilidad moderna, los pagarés y la primera letra de cambio. La gente no quería llevar dinero en efectivo por los caminos, así que la Orden ofrecía documentos para retirar dinero en cualquier otra encomienda. Solo se necesitaba una firma o un sello.

La encomienda Templaria

La encomienda era una propiedad, generalmente un terreno, que se formaba con donaciones y compras. Al frente de cada encomienda había un "preceptor". Por ejemplo, a partir de un molino, los templarios compraban un bosque cercano, luego tierras de cultivo, y después adquirían derechos sobre un pueblo. Así formaban una encomienda, similar a un feudo. También podían agrupar varias donaciones dispersas bajo un solo preceptor. Había encomiendas rurales y urbanas.

Pronto, su red de encomiendas se convirtió en una gran red de comercio desde Inglaterra hasta Jerusalén. Con la ayuda de una poderosa flota en el Mediterráneo, compitieron con los comerciantes italianos. La gente confiaba en la Orden, sabiendo que sus donaciones y negocios estaban seguros. Llegaron a hacer préstamos a los reyes de Francia e Inglaterra.

¿Comerciaban los Templarios con reliquias?

Los templarios tuvieron un negocio muy rentable con la venta de reliquias. Distribuían el aceite milagroso de Sednaya, un santuario cerca de Damasco donde se decía que una imagen de la Virgen exudaba un líquido aceitoso. Lo embotellaban en pequeños frascos y lo vendían en Occidente. También se dice que comercializaron fragmentos del Lignum Crucis, la Santa Cruz donde se creía que había sido crucificado Jesucristo.

Sin embargo, sus operaciones económicas siempre tuvieron como objetivo principal conseguir fondos para mantener un ejército en Tierra Santa. Por eso, el lema de la Orden era:

Non nobis, Domine, non nobis,
sed Nomini Tuo da gloriam
No a nosotros, Señor, no a nosotros
sino a Tu Nombre da la gloria

La Cruz Patada Roja de los Templarios

Archivo:Cross-Pattee-red
La Cruz patada roja

El 27 de abril de 1147, el papa Eugenio III asistió a una reunión de la orden en París. Concedió a los templarios el derecho a llevar permanentemente una cruz sencilla, pero "ancorada" o "paté", que simbolizaba el sacrificio de Cristo. El color autorizado para esta cruz fue el rojo, que representaba la sangre de Cristo y también la vida. Llevar la cruz de forma permanente simbolizaba que los templarios mantenían su promesa de cruzada.

Uso de la cruz y los colores Templarios

La cruz se colocaba sobre el hombro izquierdo, encima del corazón. Los caballeros la llevaban sobre un manto blanco, que simbolizaba pureza. Los sargentos la llevaban sobre un manto negro o pardo, que simbolizaba fuerza y valor. El estandarte de la Orden, llamado baussant o bauceant, también incluía estos dos colores, blanco y negro.

Los Templarios en la actualidad

Archivo:Templario en Santalla del Bierzo
Caballero templario tallado en el tronco de un árbol en Priaranza del Bierzo (León)

En 1804, un médico francés, Bernard Raymond Fabré-Palaprat, con el apoyo de Napoleón Bonaparte, "rescató" la orden medieval, llamándola "Orden de los Caballeros del Templo".

Este médico afirmaba que la Orden nunca dejó de existir, a pesar de su disolución en el siglo XIV. Esta "disolución" es vista hoy por algunos como una suspensión, gracias a documentos como el Pergamino de Chinon.

Como prueba de la continuidad de la Orden, Fabré-Palaprat presentó la controvertida Carta de Transmisión de Juan Larmenius. Este documento lista a 24 grandes maestres que supuestamente asumieron el cargo después de que Jacques de Molay fuera quemado en 1314. Esta lista llega hasta el propio Fabré-Palaprat.

Según este documento, la Orden salió de la clandestinidad en 1705. Felipe, duque de Chartres y de Orleans, fue elegido gran maestre y publicó nuevos estatutos.

La Carta de Transmisión es considerada por la mayoría de los historiadores como una falsificación, probablemente del siglo XVIII. Sin embargo, no hay acuerdo sobre si la Orden del Templo, a pesar de la suspensión papal, siguió existiendo en secreto.

Lo que sí es cierto es que a partir de 1804, con lo que algunos llaman la "reinstauración" de la Orden, ha habido una continuidad en la historia de la Orden del Templo hasta nuestros días.

En 1932, la Secretaría Internacional Templaria, con sede en Bélgica, decidió revitalizar la Orden. Cambiaron su nombre a Orden Soberana Militar del Templo de Jerusalén (OSMTH).

Existen grupos reconocidos por la Iglesia católica como Asociaciones Privadas de Fieles que siguen las Reglas de San Bernardo de Claraval, adaptadas a los tiempos modernos. Estos grupos buscan la rehabilitación oficial de la Orden por parte del papa.

Templarios destacados

Los nueve fundadores

  • Hugo de Payens
  • Godofredo de Saint-Omer
  • Godofredo de Bisol
  • Payen de Montdidier
  • André de Montbard
  • Arcimbaldo de Saint-Amand
  • Hugo Rigaud
  • Gondemaro
  • Rolando

Grandes maestres de la orden

Archivo:JacquesdeMolay
Jacques de Molay, el último gran maestre de la orden.
  • Hugo de Payens (1118-1136)
  • Robert de Craon (1136-1146)
  • Evrard des Barrès (1147-1151)
  • Bernard de Tremelay (1151-1153)
  • André de Montbard (1154-1156)
  • Bertrand de Blanchefort (1156-1169)
  • Philippe de Milly (1169-1171)
  • Eudes de Saint-Amand (1171-1179)
  • Arnaldo de Torroja (1180-1184)
  • Gérard de Ridefort (1185-1189)
  • Robert de Sablé (1191-1193)
  • Gilbert Hérail (1193-1200)
  • Phillipe de Plaissis (1201-1208)
  • Guillaume de Chartres (1209-1219)
  • Pedro de Montaigú (1219-1232)
  • Armand de Périgord (1232-1244)
  • Richard de Bures (1245-1247)
  • Guillermo de Sonnac (1247-1250)
  • Renaud de Vichiers (1250-1256)
  • Thomas Bérard (1256-1273)
  • Guillermo de Beaujeu (1273-1291)
  • Thibaud Gaudin (1291-1292)
  • Jacques de Molay (1292-1314)

En la cultura popular

Los Templarios han inspirado muchas obras de ficción. Una de las más conocidas es la serie de videojuegos Assassin's Creed. Su historia trata sobre la lucha entre los Asesinos, que buscan la paz a través de la libertad, y los Templarios (que en la saga no desaparecen, sino que se vuelven secretos). Los Templarios en la saga buscan la paz mediante el control total de la sociedad. En la serie, ambas facciones son muy antiguas, con predecesores desde el inicio de la civilización.

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Caballeros templarios para Niños. Enciclopedia Kiddle.