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Guerra de la Independencia en Valladolid para niños

Enciclopedia para niños

Las primeras tropas francesas llegaron a Valladolid en otoño de 1807. Esto ocurrió por el Tratado de Fontainebleau, un acuerdo entre Francia y España para invadir y repartir Portugal. Sin embargo, Napoleón también estaba planeando una invasión secreta de España.

La situación se volvió tensa y el conflicto estalló el 2 de mayo de 1808 en Madrid, extendiéndose por toda la península. Valladolid fue liberada en el verano de 1808. Pero en noviembre de ese año, Napoleón llegó con más soldados y se quedó en Valladolid durante 11 días en enero de 1809.

La ocupación francesa continuó, con ataques constantes de grupos de resistencia llamados guerrillas, hasta mediados de 2012. En ese momento, una ofensiva de los aliados (españoles, ingleses y portugueses) liberó la ciudad. Pocas semanas después, los franceses la recuperaron, y luego los aliados la volvieron a tomar brevemente. A finales de 2012, una nueva ofensiva francesa ocupó la ciudad hasta junio de 2013, cuando comenzó la retirada definitiva de los franceses. Durante toda la ocupación, hubo una constante guerra de guerrillas, donde destacó el líder conocido como el Empecinado.

Cuando la guerra terminó oficialmente en 1814, los municipios de Valladolid habían cambiado de manos siete veces desde el levantamiento de 1808.

¿Por qué Francia se expandió por Europa?

El Tratado de San Ildefonso de 1796, firmado por Manuel Godoy en nombre del rey Carlos IV y la Convención Francesa, así como el Convenio de Aranjuez de 1801 con el gobierno de Napoleón Bonaparte, habían restablecido la alianza entre España y Francia.

En mayo de 1801, Francia contó con el apoyo militar español para obligar a Portugal a ser neutral. Portugal se negaba a romper su alianza con Gran Bretaña. Esto llevó a la Guerra de las Naranjas. Desde 1803, España también apoyó a Francia económicamente y con su Armada española en la guerra naval contra Inglaterra, que culminó en octubre de 1805 con la Batalla de Trafalgar.

Aunque la derrota de la flota hispanofrancesa en Trafalgar impidió a Napoleón invadir Gran Bretaña por mar, sus victorias militares en Austerlitz (1805) y Jena (1806), y el fracaso de las negociaciones con el gobierno británico, llevaron a Napoleón a lanzar el Bloqueo Continental. Este bloqueo, iniciado en noviembre de 1806, era una "guerra económica total" para impedir el comercio británico en Europa.

La política del Bloqueo hizo que Napoleón se interesara por la península ibérica y el Mediterráneo occidental. Aumentó la presión sobre Portugal, exigiéndole que cerrara sus puertos al comercio británico y confiscara los bienes de los residentes ingleses. Como Portugal no actuó, en agosto de 1807 Napoleón encargó a Jean-Andoche Junot organizar un ejército de unos 30.000 soldados en Bayona. Para obligar a Portugal a aceptar el Bloqueo, Napoleón pidió el apoyo de España, que envió un ultimátum al gobierno portugués el 12 de agosto de 1807. A partir del 25 de septiembre de 1807, Portugal expulsó los barcos ingleses, pero no tomó medidas contra los ciudadanos británicos.

El 18 de octubre de 1807, Junot cruzó la frontera. Pocos días después, el 27 de octubre, el representante de Godoy firmó el Tratado de Fontainebleau. Este acuerdo estipulaba una invasión militar conjunta, la cesión de nuevos reinos a la corona y el reparto de las colonias. Así, las tropas al mando de Murat ocuparon el norte de España.

La llegada del ejército francés a Valladolid

Valladolid fue elegida para alojar a las tropas francesas en su avance por la Península. Esto se debió principalmente a su ubicación estratégica en el camino entre París, Madrid y Lisboa.

El ejército de Junot se quedó unos veinte días en Valladolid, y el de Dupont unos tres meses. Valladolid no tenía grandes cuarteles para tantos soldados, así que la ciudad tuvo que hacer un gran esfuerzo para adaptar conventos (como San Pablo, San Gregorio, San Benito) y otros edificios. También tuvieron que licenciar a parte del ejército español de algunos cuarteles.

Los soldados franceses causaron muchos destrozos en los cuarteles. Por ejemplo, rompieron tablados, sacaron maderas y ensuciaron los lugares. Esto provocó que los edificios se deterioraran y que la salud de los propios soldados estuviera en riesgo. Además, encendían fuegos en cualquier parte, con peligro de incendios.

Esta situación también fue aprovechada por algunos habitantes para vender cosas en el mercado negro, lo que afectó la economía de la ciudad. El descontento creció y hubo muchos problemas y pequeños levantamientos.

Las autoridades españolas, como el capitán general Francisco de Horcaditas, la Real Chancillería de Valladolid y el ayuntamiento, pidieron en varios comunicados que la gente conviviera en paz. Pero los vallisoletanos veían a los franceses como enemigos del rey Fernando VII.

El 2 de mayo en Valladolid

Desde el 5 de mayo, García de la Cuesta reemplazó a Horcaditas como capitán general. Las noticias del 2 de mayo en Madrid reavivaron el espíritu de resistencia en Valladolid. El partido que apoyaba a Fernando VII, que controlaba el ayuntamiento, desafió la postura más conciliadora de García de la Cuesta.

En otras partes de España, desde el 22 de mayo en Cartagena (Murcia) hasta el 31 de mayo en Valladolid y Zamora, surgieron levantamientos contra los franceses. Este alzamiento marcó el inicio de la Guerra de Independencia. Solo pudo ocurrir en territorios no ocupados por los franceses, ya que en las ciudades bajo control militar era imposible una insurrección, como se vio el 2 de mayo en Madrid.

Así, el 31 de mayo, en Valladolid, una multitud de civiles y soldados se reunió en las calles y plazas gritando "¡Viva Fernando VII!". Exigían el alistamiento general, la entrega de armas, la designación de un líder y la proclamación de Fernando VII. El Cabildo (gobierno local) aceptó, y los manifestantes fueron a la Chancillería.

El 1 de junio, García de la Cuesta aceptó el alistamiento obligatorio de hombres de 17 a 40 años y la entrega de militares para entrenarlos. Incluso los líderes religiosos ofrecieron sus propiedades y el alistamiento de los novicios. Además, Cuesta creó la "Junta de Armamento y Defensa de Valladolid", bajo su presidencia, con representantes de varias instituciones. Cuesta controlaba esta Junta y la elevó a Junta General o Superior para otras juntas en Castilla. Sin embargo, tenía un gran problema para organizar la defensa, ya que Castilla no tenía una buena infraestructura militar ni un ejército regular.

La noticia del levantamiento en Valladolid llegó al cuartel general francés en Burgos la noche del 4 de junio. El mariscal Bessières, viendo el riesgo de que se cortara la ruta militar entre Francia y Madrid, decidió despejar el camino. Así, las operaciones de los generales Merle y Lasalle se desviaron hacia la meseta, uniendo sus fuerzas en Dueñas el 11 de junio.

Cuesta, al tanto del avance francés, sacó a sus tropas de la ciudad los días 9 y 10 de junio.

La Batalla de Cabezón (12 de junio)

Archivo:Gregorio García de la Cuesta
El general García de la Cuesta.

García de la Cuesta logró reunir una fuerza de unos 4.700 milicianos, 300 jinetes regulares y 4 cañones. A este grupo se le llamó el "Ejército de Castilla". Entre estos voluntarios estaba Juan Martín Díez, "el Empecinado", quien sería un valiente líder guerrillero durante la guerra.

Por su parte, el ejército francés preparó un destacamento de unos 9.000 hombres al mando del General Lasalle, con órdenes de controlar la situación en Valladolid.

Al principio, las tropas de Cuesta se colocaron en Cabezón del Pisuerga, entre el puente y el camino a Burgos, frente a los franceses. Sin embargo, Cuesta, animado por sus hombres, decidió cruzar el puente y atacar a las fuerzas francesas, que les doblaban en número. El resultado fue predecible: la experimentada caballería de Lasalle aplastó a los nuevos reclutas. Los franceses pudieron marchar hacia Valladolid, después de saquear los pueblos de Cabezón y sus alrededores, como Santovenia, La Overuela y Cigales.

Reorganización de las fuerzas españolas

Después de la victoria francesa en Cabezón el 12 de junio, una parte de los franceses entró en Valladolid, pero la evacuaron tres días después. Bessières, con pocos soldados y muchos informes sobre movimientos de tropas españolas e inglesas, dejó Valladolid sin protección. Esto animó a García de la Cuesta a intentar recuperar posiciones en la llanura castellana.

Tras ser derrotado en Cabezón, García de la Cuesta llevó a su ejército hacia el norte de la provincia, a Benavente. Allí se le unieron nuevos reclutas locales, soldados de León y un regimiento enviado por la Junta de Asturias. Eran unos 10.000 soldados de infantería nuevos, mal organizados, en quienes no se podía confiar para una ofensiva. La esperanza estaba en el Ejército de Galicia, más grande, dirigido por Joaquín Blake.

A principios de julio, los dos ejércitos se unieron en el valle del Bierzo. Cuesta y Blake planearon atacar Valladolid para luego avanzar hacia Palencia y separar a Lasalle del resto de las unidades francesas. Bessières, que informaba al emperador sobre la unión de los ejércitos españoles, se concentró en la ruta Burgos-Valladolid y recibió refuerzos.

Los ejércitos de Galicia y Castilla marcharon hacia Valladolid. Los franceses hicieron lo mismo, dirigiéndose a Benavente. Cuesta, tan desorientado como Blake, pasó a unos veinte kilómetros de las columnas francesas. Dudando, pidió ayuda a los gallegos y se quedó inmóvil, esperando un ataque francés desde Valladolid. El Ejército de Galicia se situó en la meseta de Valdecuevas, mientras que el de Castilla se quedó en el llano frente a Rioseco. La situación de ambos ejércitos era muy desorganizada, dejando un gran espacio entre ellos que los franceses podían aprovechar para dividirlos y vencerlos por separado.

La Batalla de Medina de Rioseco (14 de julio)

Enterado del movimiento de las tropas españolas, Bessières organizó un ejército de unos 14.000 hombres que marchó rápidamente para detener a los españoles. El enfrentamiento ocurrió en Medina de Rioseco. Las tropas españolas estaban divididas en dos partes muy separadas, sin protección en los lados y con una ruta de retirada muy limitada. Bessières decidió atacar por el centro, rodear y aplastar primero a los gallegos y luego a los castellanos de Cuesta. La operación fue un éxito francés: Blake perdió cerca de 3.000 hombres y toda su artillería, mientras que los franceses tuvieron menos de 500 bajas. Esta victoria aseguró el camino a Madrid para José I, quien se había detenido en Burgos. Para Napoleón, esta batalla significaba la solución definitiva a los asuntos de España. Para el pueblo español, significó conocer los horrores de la guerra, ya que los prisioneros fueron ejecutados y el pueblo de Medina de Rioseco fue saqueado.

Primera ocupación francesa (junio-julio de 1808)

Después de que los reyes españoles Carlos IV y Fernando VII renunciaran al trono en Bayona el 5 de mayo de 1808, la Corona Española pasó a manos de Napoleón. Aunque Napoleón nombró a su hermano mayor, José I, como Rey de España el 4 de junio, el reinado de José I comenzó oficialmente el 8 de julio de 1808, después de jurar la nueva Constitución.

El 12 de junio de 1808, los soldados que escaparon de Cabezón llegaron a Valladolid, anunciando el saqueo de los franceses. Esto provocó que muchos habitantes, incluyendo religiosos, huyeran de la ciudad por miedo a las represalias. Los franceses entraron finalmente por la tarde. Una delegación de autoridades esperaba al general Merle en la puerta del Carmen Descalzo.

Las órdenes de Bessières eran que Valladolid debía ser respetada, aunque desarmada, y que una representación de sus líderes debía ir a Burgos para hablar con él. Los vallisoletanos, asustados, se libraron del saqueo general. Aunque hubo algunos actos de profanación en conventos abandonados, en general, la estancia de los franceses no causó grandes excesos. El 16 de junio, la población había sido evacuada. El comercio ilegal de bienes saqueados se hizo común.

Al salir, los franceses se llevaron a los prisioneros de Cabezón, junto con sacerdotes y líderes religiosos. Una vez que la ciudad fue desalojada, el ayuntamiento se encargó de la seguridad. Los vecinos que habían huido el 12 de junio regresaron a sus casas.

Desde Palencia, el 21 de junio de 1808, Lasalle envió una carta al Obispado, la Chancillería y el Ayuntamiento, transmitiendo las órdenes de Napoleón para Valladolid:

  • Devolver al gobierno el dinero que se había usado para la causa de Fernando VII.
  • Imprimir 2.500 folletos con los nombres de los miembros de la Asamblea de Bayona y de la Junta de Gobierno en Madrid, la proclama del emperador a España y el nombramiento de José Bonaparte como rey.
  • Redactar un comunicado, con 4.000 copias, en el que las tres autoridades de la ciudad juraran obediencia a José I e invitaran a la sumisión.
  • Convocar a esas mismas autoridades para el juramento solemne de fidelidad al rey José, del cual también se imprimirían 4.000 copias.

La delegación de la Chancillería y el Ayuntamiento se reunió con Bessières en Burgos. Al principio, intentaron evitar las exigencias económicas, diciendo que era asunto del intendente. Respecto a las demandas políticas, el juramento (sin la proclamación) se realizó el 27 de junio. Napoleón había cedido la Corona de España a su hermano mayor el 6 de junio de 1808. Bessières consideró que Valladolid debía enviar una delegación a Bayona para felicitar al nuevo monarca. El 25 de junio, partió la delegación, compuesta por 9 representantes de la Chancillería, el Ayuntamiento, la nobleza, el Cabildo Eclesiástico y la Universidad. En Bayona, la delegación expresó el reconocimiento de la ciudad al nuevo rey de España, José I Bonaparte. También se acordó que el nuevo rey visitaría la ciudad en su viaje a Madrid. La delegación salió de Bayona el 9 de julio. Sin embargo, José I cambió su ruta y tomó el camino de Aranda de Duero, llegando a Madrid el 20 de julio.

El gobierno de Cuesta (julio-noviembre de 1808)

El 19 de julio, el ejército español obtuvo una victoria inesperada en la Batalla de Bailén contra el ejército francés de Dupont. El 31 de julio, José I salió de Madrid para retirarse con su ejército detrás del río Ebro.

Así, Valladolid quedó libre de tropas francesas y volvió a depender del capitán general García de la Cuesta, quien seguía al frente del Ejército de Castilla. Cuesta, con un carácter muy autoritario, comenzó una lucha de poder con las Juntas.

A mediados de agosto, los representantes de Valladolid entregaron a García de la Cuesta una solicitud para que se reconstituyera la "Junta de Armamento". Esta Junta acordó:

  • Alistar en la provincia a los hombres solteros y viudos de 17 a 40 años, y a los militares retirados hasta los 50 años.
  • Organizar y entrenar a los reclutas en compañías y batallones, a cargo de oficiales retirados.
  • Recolectar armas y municiones que estaban dispersas por la provincia.
  • Proporcionar uniformes a los alistados.
  • Requisar caballos.

Para financiar la Junta, se usaron los ingresos de propiedades públicas, almacenes de grano, obras de caridad y otros recursos disponibles. También se abrió una colecta, pidiendo la ayuda de personas adineradas y privilegiadas, especialmente el obispo y el clero.

Cuesta nombró personalmente a los miembros de la "Junta de Armamento de Valladolid". Un militar fue presidente (asegurando la obediencia militar), un juez de la Chancillería fue vicepresidente, y como vocales: un conde, un religioso, el procurador síndico y dos vecinos.

Esta Junta no era una Junta Superior a nivel regional, como la de junio. Su autoridad se limitaba al territorio de Valladolid y a un objetivo específico. Pero Cuesta intentó usarla para tomar el poder.

Archivo:Aranjuez PalacioDesdePuenteBarcas
Palacio Real de Aranjuez. Aquí se reunieron los diputados para formar la Junta Central Suprema.

Sin embargo, al mismo tiempo, la "Junta Superior de León" se había establecido en Ponferrada, llamándose "Junta Suprema de Castilla y de León". Esta Junta estaba bajo la influencia de la combativa Junta de Galicia, que firmó el "Tratado de unión entre los reinos de Castilla y León y Galicia" (10 de agosto de 1808). Esto introdujo un elemento de soberanía que no agradó al capitán general, ya que desafiaba su autoridad sobre las juntas. La respuesta de Cuesta fue formar una nueva Junta Superior de León, negando la validez de la Junta Reunida.

Para la representación en el congreso convocado en Aranjuez, donde se formaría la Junta Central Suprema, la Junta de León envió representantes por Galicia, León y Castilla (Lugo, 5 de septiembre de 1808). García de la Cuesta y sus seguidores consideraron este acto ilegal, especialmente porque él ya había declarado ilegal a esa Junta.

Así, el 25 de septiembre, entre los delegados de las juntas de diez reinos, dos principados y una provincia, figuraban por Castilla la Vieja dos representantes, con mandatos de Lugo. Cuesta, para contrarrestar esta representación, decidió que la "Junta de Armamento de Valladolid" enviara dos representantes por Castilla a Aranjuez.

Esta fue una de las fases más intensas del conflicto entre Cuesta y el poder de las juntas. La propuesta política del capitán general, expresada en el consejo de generales de Madrid (5 de septiembre) y en la entrevista con Charles Stuart, el enviado británico (15 de septiembre), era suprimir las juntas, fortalecer la autoridad de los capitanes generales, chancillerías y audiencias, y establecer una Regencia con varios miembros, apoyada por un liderazgo militar.

En Aranjuez, los dos representantes de Valladolid intentaron ser aceptados en las discusiones. Al ver que no sería fácil, se dedicaron a deslegitimar a la otra delegación de Castilla, convirtiéndose en portavoces del capitán general. Al darse cuenta de que su estatus no iría más allá de ser una delegación secundaria, criticaron la forma en que se había organizado la Junta Central, denunciando que la representación de las dos Castillas y León era desigual y reducida en favor de otras regiones.

El "Reglamento de las Juntas Superiores Provinciales" (1 de enero de 1809) confirmó el triunfo del centralismo en la revolución española. Limitó tanto la autoridad y capacidad de las juntas que las convirtió en poco más que oficinas de reclutamiento, algo que el capitán general deseaba. Sin duda, la "Junta de Armamento de Valladolid" cumplió perfectamente su función.

Finalmente, el 25 de septiembre de 1808, en una ceremonia en la Capilla del Real Palacio de Aranjuez, se formó oficialmente la "Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino". Esta Junta se encargaría de los poderes ejecutivo y legislativo de España durante la ocupación.

En noviembre de 1808, Napoleón invadió España con un ejército de más de 250.000 soldados, conocido como la Grande Armée. El 10 de ese mes, derrotó al ejército español en la Batalla de Gamonal (Burgos). El 30 del mismo mes, obtuvo una gran victoria en la Batalla de Somosierra, lo que le permitió entrar sin oposición en Madrid el 2 de diciembre.

Segunda ocupación francesa y guerrillas (noviembre de 1808-julio de 1812)

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Puente de Cabezón del Pisuerga. Este puente, junto con otros como el Puente de Simancas, Puente de Tordesillas, Puente Duero o el Puente Mayor de Valladolid, sufrieron daños por ambos bandos para dificultar el avance del enemigo.
Archivo:Juan Martín Díez
Juan Martín Díez, conocido como «el Empecinado», fue uno de los líderes guerrilleros que lucharon contra el ejército de Napoleón durante la Guerra de Independencia (1808-1814).
Castillo de Mota del Marqués, destruido por los franceses en 1810.
Castillo de Villagarcía de Campos, destruido por los franceses en 1810.

La provincia de Valladolid estuvo libre de tropas hasta la llegada de la Grande Armée comandada por el propio Napoleón durante su ofensiva de finales de 1808. Como dato curioso, Valladolid fue la capital no oficial del imperio de Napoleón durante once días en enero de 1809.

Antes, en la Navidad de 1808, el propio Napoleón se alojó en el Monasterio de Santa Clara (Tordesillas) la noche del 25 al 26 de diciembre debido a una fuerte nevada. Allí perdonó a tres prisioneros.

A partir de entonces, se desarrolló una guerra de guerrillas con pequeñas batallas, como la Batalla de Carpio el 23 de noviembre de 1809. En estas luchas, los soldados franceses se enfrentaban a los guerrilleros, destacando en la provincia Juan Martín Díez, "el Empecinado", quien luchó por toda la cuenca del río Duero.

Breve liberación (julio-agosto de 1812)

En 1812, una ofensiva desde Portugal y Salamanca llevó a la Batalla de los Arapiles (22 de julio). Valladolid fue liberada el 30 de julio por tropas al mando de Lord Wellington. Durante esta campaña, Wellington estableció su cuartel general dos veces en Rueda. Sin embargo, fracasó al intentar tomar Burgos, que estaba en poder francés, y tuvo que retirarse.

Tercera ocupación francesa (agosto-septiembre de 1812)

Un contraataque del general Bertrand Clauzel provocó que los franceses ocuparan el territorio entre el 12 de agosto y el 6 de septiembre.

Otra breve liberación (septiembre-octubre de 1812)

De nuevo, las tropas de Wellington liberaron Valladolid el 6 de septiembre. Pero la ciudad fue recuperada por los franceses pocas semanas después (28 de octubre) en un nuevo avance liderado por el general Souham, que permitió a José I volver a entrar en Madrid el 2 de noviembre.

Cuarta ocupación francesa (octubre de 1812-junio de 1813)

Los franceses recuperaron Valladolid otra vez el 28 de octubre. Pero su situación militar se volvió cada vez más difícil debido a la Invasión napoleónica de Rusia, que comenzó en junio de 2012. Esta campaña consumió muchos recursos y soldados valiosos del imperio. Muchos de los soldados franceses que lucharon en Rusia fueron trasladados desde España, lo que debilitó el control francés. El Primer Imperio francés comenzó a mostrar signos de colapso.

Liberación definitiva (junio de 1813)

Durante 1813, comenzó la retirada definitiva de los franceses. En el caso de Valladolid, la retirada final ocurrió el 4 de junio. El 21 de ese mes, se libró la Batalla de Vitoria, que terminó con una grave derrota francesa y demostró que la retirada de los franceses de la península era irreversible. En diciembre, Napoleón firmó el Tratado de Valençay, por el que se retiraba totalmente de España. En marzo de 1814, Fernando VII regresó a España, iniciando la Restauración absolutista en España.

Durante toda la guerra, desde mayo de 1808 hasta junio de 1813, Valladolid y los demás municipios de la provincia cambiaron de manos siete veces. La mayoría de estos cambios ocurrieron en el año 1812.

Galería de imágenes

Véase también

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Guerra de la Independencia en Valladolid para Niños. Enciclopedia Kiddle.