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Batalla de Somosierra para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Batalla de Somosierra
Guerra de la Independencia Española, dentro de las Guerras Napoleónicas
Parte de Guerra de la Independencia Española
La bataille de Somo-Sierra.jpg
Batalla de Somosierra, obra de Louis-François Lejeune, 1810. Óleo sobre lienzo
Puerto de Somosierra ubicada en España
Puerto de Somosierra
Puerto de Somosierra
Localización de la batalla de Somosierra
Fecha 30 de noviembre de 1808
Lugar Puerto de Somosierra (España)
Coordenadas 41°07′57″N 3°34′54″O / 41.1325, -3.58167
Resultado Victoria francesa
Consecuencias El camino a Madrid queda abierto a los Ejércitos franceses.
Cambios territoriales Napoleón conquista Madrid.
Beligerantes
Bandera de Francia. I Imperio francés
Flag of Poland.svg Ducado de Varsovia
España napoleónica
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Reino de España
Comandantes
Bandera de Francia. Napoleón I
Flag of Poland.svg Jan Kozietulski
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Benito de San Juan
Fuerzas en combate
Ejército Napoleónico
• 45 000 infantes
• 125 jinetes ligeros polacos
Ejército español
Exercito de Castilla la Nueva
• 9000 infantes
• 16 cañones
Bajas
Flag of Poland.svg 100 jinetes
Bandera de Francia. Bajas ligeras de infantería
250 heridos o muertos
3000 prisioneros
Resto del ejército desertado
Toda la artillería capturada o destruida (16 cañones)

La batalla de Somosierra fue un enfrentamiento entre las tropas españolas al mando del general española Benito de San Juan y las fuerzas francesas del Grande Armée bajo el mando directo de Napoleón durante la Guerra de la Independencia Española. La batalla tuvo lugar el 30 de noviembre de 1808 en el puerto de Somosierra, en la sierra de Somosierra.

A pesar de que el general San Juan había escogido una posición defensiva extremadamente fuerte, la batalla resultó en una impresionante y totalmente inesperada victoria francesa, gracias completamente a la caballería polaca al servicio de Napoleón que realizó una carga sorpresiva contra un punto débil de las líneas españolas.

Como resultado de la batalla, la ciudad de Madrid quedó totalmente abierta e indefensa al avance francés y cuando Napoleón sitió rápidamente la ciudad y la bombardeo, la ciudad subsecuentemente se rindió de manera incondicional el 1 de diciembre de 1808.

Contexto

Después de la catastrófica derrota francesa a manos de lo españoles en la batalla de Bailén, el ejército francés decidió realizar una retirada estratégica y cruzaron la frontera hispano francesa regresaron a Francia para reagruparse; esto motivo a un furioso Napoleón a realizar una segunda invasión de España que él mismo dirigiría en persona.

Napoleón desarrollo entonces una brillante estrategia que consistió en rodear por dos direcciones distintas a todos los ejércitos españoles a lo largo de toda la frontera entre Francia y España. La ofensiva resultante fue completamente devastadora para España y obligó a todos sus ejércitos a replegarse ante el avance francés; la operación napoleónica ha sido descrita como "una avalancha de fuego y acero".

Cuando la se dio la ofensiva dirigida por Napoleón en persona contra Madrid a finales de 1808, San Juan fue apresuradamente elegido como comandante de un recién formado Exercito de Castilla la Nueva, unidad que dirigió en la Somosierra.

Después de consultar con sus oficiales subordinados y de analizar la situación, San Juan decidió tratar de detener a Napoleón en un paso de montaña conocido como Somosierra, en una posición defensiva increíblemente fuerte y que en teoría parecía ser totalmente impregnable; más aún, el terreno era increíblemente difícil y escarpado por lo que una carga de caballería parecía ser imposible.

Durante su avance hacia Madrid, las fuerzas de Napoleón se vieron bloqueadas en el valle de Somosierra por unos 9000 españoles, procedentes de algunas divisiones de los ejércitos de Extremadura, Andalucía y Castilla, recién incorporados al Ejército del Centro y bajo el mando del general San Juan.

Para defender Madrid ante el avance de los 45 000 hombres del Grande Armée, la fuerza armada más poderosa del mundo, el militar encargado con la defensa de Madrid, el general Eguía, disponía de unos 21 000 hombres con poca experiencia o disciplina. Eguía envió a San Juan al mando de unos 12 000 hombres al puerto de Somosierra, la entrada más directa a Madrid. A su vez, San Juan envió a 3000-3500 hombres a Sepúlveda, a 30 kilómetros de Somosierra, y estableció otra barricada, formado por unos cientos de milicias en Cerezo de Abajo, a unos 10 km de Somosierra. A lo largo de un camino ascendente habían sido situadas cuatro baterías de cuatro cañones de 12 libras cada una para batir a la infantería francesa durante el ascenso hacia el puerto de montaña. Por otra parte, Eguía envió unos 9000 hombres del Ejército de Extremadura, bajo el general Heredia, a proteger el puerto de Guadarrama, unos 100 kilómetros al oeste, otra eventual vía del Sistema Central por la que Napoleón podría avanzar hacia Madrid.

Desarrollo de la batalla

La batalla en sí comenzó cuando Napoleón ordenó al mariscal Victor, al mando de la vanguardia que atacara el puerto al amanecer del día 30. La mañana trajo una densa niebla que no se levantaría hasta mediodía. El desigual duelo artillero que se trabó en las primeras horas de la batalla puso de manifiesto que el fuego francés de contrabatería era algo completamente ineficaz a la hora de tomar la posición española. Las baterías españolas, además de bien servidas, eran muy superiores en alcance y potencia a sus contrapartes francesas, que solo contaban con artillería de campaña de un calibre de 6 y 8 libras. No obstante, la posición de las baterías españolas no se había protegido por obras, tierra, parapetos, caballos de frisia, cestones, ni ninguna otra previsión que pudiera estorbar un avance directo y decidido hacia ellas, lo que luego se demostraría clave en el desenlace de la batalla.

Archivo:Stanisław Bagieński - Somosierra
Somosierra, carga de la caballería ligera polaca en el valle de Somosierra. Obra de Stanisław Bagieński.

Ante las evidentes dificultades al flanqueo de la posición gracias al buen trabajo de la infantería española, apoyada por guerrillas y milicias, Napoleón, impaciente, ordenó avanzar por el estrecho desfiladero a sucesivas columnas de infantería de línea, que fueron martilleadas por el constante fuego de las baterías españolas causando la metralla una auténtica carnicería que obligó a retroceder una y otra vez a los regimientos de línea franceses. El estrecho puente que necesariamente tenían que cruzar los franceses antes de poder desplegar sus regimientos en línea de fuego hacía muy dificultoso el avance bajo el fuego de la artillería española. Decididamente San Juan había elegido un terreno excelente para plantear una batalla defensiva. La jornada avanzaba, eran las 11 de la mañana y al levantar la niebla Napoleón constató lo difícil y costoso que estaba resultando el ataque. Como era típico en él, ordenó otro ataque frontal, en este caso una carga a la compañía de Cazadores a Caballo que lo acompañaba como escolta. Esta carga fue deshecha por la artillería española a poco de comenzar, con grandes pérdidas. Es entonces que al parecer se recurrió al Tercer Escuadrón del Regimiento de Caballería Ligera Polaca de la División de Caballería de Lasalle, ese día de servicio junto al emperador.

Eran 150 jinetes liderados por Jan Kozietulski, que recibieron la orden de tomar a toda costa las posiciones fortificadas de artillería española. Napoleón dio la orden a pesar del distinto parecer de sus asesores, que juzgaban imposible tomar la posición con una carga directa. Los polacos, deseosos de demostrar su valía ante el emperador, se lanzaron a la carga a través del puente, y después por un camino ascendente de fuerte pendiente. A pesar de la pérdida de dos tercios de los jinetes, éstos consiguieron que los españoles perdieran su posición defensiva y los obligaron a retirarse del paso con ayuda de la División de Dragones de La Houssaye, que cargó en apoyo de los polacos.

La carga polaca pareció titubear en un principio ante el tupido fuego enemigo; sin embargo, Kozietulski los increpo gritando: Naprzód psiekrwie, Cesarz patrzy; frase que se traduciría en "¡Adelante desgraciados, el Emperador nos está viendo!".

Después de todo esto, Kozietulski perdió a su caballo mientras atacaba la primera batería española y después de esto se unió al ataque a un segundo escuadrón de caballería liderado por el teniente polaco Andrzej Niegolewski, quien dirigió personalmente el ataque hasta el final.

Archivo:January Suchodolski, Bitwa pod Somosierrą
Batalla de Somosierra. Obra de January Suchodolski.

Consecuencias

La derrota causó que el resto de las tropas españolas huyeran de inmediato mientras que todos los oficiales españoles (incluyendo todos los coroneles y todos los tenientes coroneles) fueron capturados por los franceses. Por su parte, San Juan trató sin éxito de detenerlos y reorganizar una nueva posición defensiva.

Adicionalmente, Madrid quedó abierta e indefensa a un avance por parte de los franceses que es lo que Napoleón hizo: El anuncio de la derrota de Somosierra causó pánico en Madrid, donde las autoridades formaron improvisadamente la Junta Permanente de Defensa para dirigir la defensa de la ciudad que evidentemente estaba a punto de ser sitiada lo cual sucedió rápidamente; cuando Napoleón llegó a la ciudad el 1 de diciembre, comenzó a negociar su rendición con la junta pero pronto perdió la paciencia e inició un breve pero intenso bombardeo de la ciudad tras lo cual la junta se rindió incondicionalmente el día 4 de diciembre de 1808. Madrid entregaría 2,500 soldados regulares y 20,000 milicias y guerrilleros que fueron posteriormente desarmados y desbandados.

Por su parte, San Juan también se vio obligado a retirarse junto a sus hombres y sufrió varias heridas durante el combate, pero también trató sin éxito de detener la huida de sus tropas y montar una segunda defensa de la capital; al final se retiró a un convento cercano para recuperarse de sus heridas. Pero el 7 de enero de 1809, San Juan fue llevado a la muerte por sus propios soldados. En este motín milagrosamente salvó la vida el famoso general Castaños, héroe de la batalla de Bailén.

La carga de caballería de Somosierra

Se cuenta que fue tal la proeza que la caballería polaca llevó a cabo aquel día que el propio Emperador impuso al oficial al mando de la misma la Orden de la Legión de Honor en el mismo escenario del combate, e incluso hoy el lugar de la batalla es recordado con una placa conmemorativa colocada por la República de Polonia y por otra placa que recuerda a todos los caídos en esta batalla, españoles y polacos, en la ermita de la Soledad, colocada por la Asociación Voluntarios de Madrid. que hoy se levanta en el lugar donde concluyó la batalla con la clamorosa victoria francesa. Al terminar la batalla, Napoleón elogiaría a los sobrevivientes diciendo "los proclamo mí caballería más valiente".

Napoleón también convertiría a varios de los polacos en nobles y miembros de aristocracia, además de también entregar una larga cantidad de condecoraciones y medallas.

Archivo:01 campañasfrancesasenespana
Campañas francesas de la invasión de la península entre 1808 y 1812.

Desde el punto de vista del análisis de la táctica militar, es difícilmente comprensible que el ejército español perdiera de esa forma una batalla en una posición tan ventajosa. La carga de la caballería polaca (posteriormente lanceros, pero entonces todavía armados con sables) contaba con pocas posibilidades, a poco que la posición se hubiera apoyado algo más decididamente con defensas pasivas, unidades de infantería de línea o unidades ligeras de caballería. Según testimonios de los jinetes, aun a pesar de que la carga alcanzó las piezas de la primera batería, los polacos dudaban de continuarla al comprobar el coste en vidas que habían tenido que pagar y lo terrible de la carnicería. No obstante, los supervivientes dijeron que la alocada huida de los españoles les animó a proseguir hasta que, sorprendidos, se vieron dueños de toda la posición artillera. Sin duda, las tropas españolas que fueron desplegadas en Somosierra no eran las mismas de la jornada de Bailén, y se ha comprobado que en gran medida estaban compuestas de soldados sin la debida instrucción y de voluntarios: San Juan disponía de seis batallones de tropa regular, dos batallones de milicias y siete batallones de hombres de alistamiento. Igualmente, la moral de los españoles estaba bajo mínimos debido a la escasez de medios, las derrotas de fechas recientes, el aura de la presencia de Napoleón en persona y la desunión del mando propio. Muchos factores que influyeron en que una acción con tan pocas probabilidades acabara teniendo tan rotundo éxito. No obstante, ni siquiera estos factores eximen de responsabilidad a los mandos españoles, que con mayor previsión habrían podido evitar una acción que no volvió a intentarse en la historia militar hasta la batalla de Balaclava en 1854, donde a pesar de lo épico de la carga de caballería británica, la lógica se impuso y esta no tuvo éxito.

Por la parte francesa, la medida puede considerarse igualmente precipitada pues lo más probable es que aumentando la presión sobre los flancos españoles, estos habrían terminado por ceder ante las más numerosas y más disciplinadas fuerzas francesas. Pero Napoleón era impaciente por naturaleza y ante todo no deseaba prolongar la batalla ni mucho menos permitir que la llegada de la noche permitiera a los españoles reforzar la posición.

Ya desde el mismo siglo corrían diferentes versiones sobre lo ocurrido allí como se refleja en su novela Napoleón en Chamartín obra perteneciente a la serie de los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós. Adicionalmente, más representaciones artísticas de la batalla y, especialmente, la carga de caballería polaca.

Véase también

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Batalla de Somosierra para Niños. Enciclopedia Kiddle.