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Escultura del Renacimiento en Aragón para niños

Enciclopedia para niños

La escultura del Renacimiento en Aragón (España) tiene características especiales que la hacen diferente de otras regiones de España. En las esculturas, los rostros, la ropa y las posturas son tranquilas y hermosas, con un toque del estilo gótico anterior. Esto se ve claramente en la obra de Damián Forment, un escultor muy importante de Valencia. Esta época fue de gran esplendor para la escultura aragonesa, y junto con la escuela de Castilla, aportó lo mejor de este arte a España.

Aunque Aragón e Italia tenían buenas relaciones, no llegaron muchos artistas italianos a trabajar allí, a diferencia de Castilla y Andalucía. La única excepción fue Juan de Moreto, un artista de Florencia que se estableció en Aragón. La única obra importada de Italia fue el sepulcro de Bellpuig en Cataluña, hecho por el escultor italiano Giovanni da Nola.

¿Cómo empezó la escultura renacentista en Aragón?

Archivo:Zaragoza - La Seo - Retablo mayor
Retablo mayor de la Seo de Zaragoza.

Aragón ya tenía una gran tradición en la escultura. Durante todo el siglo XV, se habían creado obras góticas muy buenas. Por ejemplo, la decoración de piedra blanca de la capilla de los Corporales en Daroca, el banco del retablo de alabastro para el palacio arzobispal de Zaragoza, y la obra más importante: el gran retablo mayor de la Seo de Zaragoza. Este retablo se empezó en 1434 por Pere Johan, continuado por Francí Gomar y Hans Piet Dansó, y terminado en 1488 por Gil Morlanes el Viejo.

Maestros y obras importantes: ¿Qué las hace especiales?

Archivo:La Audiencia o Palacio de los Condes de Luna
Palacio de los Condes de Morata o palacio de los Luna.

Una característica de los maestros escultores en Aragón es que a menudo trabajaban en equipo. A veces, incluso se pasaban los proyectos entre ellos, aunque ya hubieran firmado contratos. Estos artistas influyeron mucho en la escultura de Navarra y La Rioja antes de la llegada de Juan de Ancheta, especialmente Damián Forment y Gabriel Yoly.

Otra característica es que, mientras los artistas de Castilla llevaban sus obras a Andalucía, los de Aragón se quedaron principalmente en Zaragoza y sus alrededores. Dieron mucha importancia a sus talleres, donde colaboraban sin necesidad de viajar. Los talleres eran muy importantes y a menudo formaban grupos para trabajar juntos. Dentro del taller, el maestro escultor que dirigía el trabajo era clave, y se valoraba mucho su estilo y sus diseños. El taller de Damián Forment fue un gran ejemplo de colaboración y calidad, y fue famoso desde el principio.

A partir del primer tercio del siglo XVI, los clientes en Aragón preferían las obras "a lo romano" en lugar de "a lo moderno". "A lo moderno" se refería al arte gótico, mientras que el Renacimiento se inspiraba en las obras clásicas de los romanos. La obra más solicitada era el retablo. En esta época, se renovaron muchos retablos en catedrales y monasterios. También se encargaron grandes sepulcros, aunque la mayoría de ellos ya no existen. Destaca el conjunto de la capilla funeraria de Hernando de Aragón en la Seo de Zaragoza, de 1550.

La escultura aragonesa está muy relacionada con la arquitectura de edificios civiles. Se puede ver en las entradas de palacios, como el de los condes de Morata en Zaragoza (conocido como palacio de los Luna), en patios y en fachadas.

Los materiales más usados eran la madera y el alabastro. La madera se usaba sin pintar para las sillerías de coro (asientos de los coros de las iglesias) o pintada para los retablos. El alabastro era muy común porque había muchas canteras de gran calidad en la región. El taller de Damián Forment alcanzó el nivel más alto con sus obras hechas en este material.

Archivo:Portada de Santa Engracia
Portada renacentista de Santa Engracia de Gil de Morlanes el Viejo.

A principios del siglo XVI, destacó en Aragón Gil de Morlanes el Viejo, de Daroca. Él había empezado su carrera como escultor en el estilo gótico y desde 1493 fue el "Escultor de Fernando el Católico". Este rey le encargó los sepulcros de Juan II y Juana Enríquez en el monasterio de Poblet (1496-1499). Morlanes supo adaptarse muy bien a las nuevas formas del arte renacentista, siendo quien realmente introdujo este cambio en Aragón. Las esculturas del retablo del Juicio Final de la abadía de Montearagón son un buen ejemplo de su trabajo renacentista. Su última obra fue la entrada principal del monasterio de Santa Engracia, encargada por la realeza, en 1515. No pudo terminarla por su edad avanzada y la obra pasó a su hijo, Gil de Morlanes el Joven.

Los tres grandes escultores de esta primera etapa fueron Damián Forment, Gabriel Yoly y Juan de Moreto. Con ellos y sus seguidores, terminó la primera fase de la escultura renacentista aragonesa. El periodo siguiente no tuvo figuras tan destacadas. La mayoría de los alumnos de Forment trabajaron fuera de Aragón. El hijo de Moreto, Pedro de Moreto, continuó el taller por un tiempo después de la muerte de su padre en 1547, realizando varios encargos, como la decoración de la capilla funeraria de San Bernardo en la Seo de Zaragoza. Sin embargo, este escultor murió muy pronto. También trabajaron en varios encargos los escultores Bernardo Pérez y Juan de Liceire, quienes no aportaron grandes novedades.

Los tres grandes escultores: Damián Forment, Gabriel Yoly y Juan de Moreto

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Retablo del monasterio de Poblet, de Damián Forment.

Damián Forment fue el verdadero creador de una escuela renacentista en Aragón. Hizo muchas obras por encargo y también creó un taller donde trabajaban y aprendían muchos ayudantes y futuros artistas. Fue un gran maestro que formó escultores muy capaces que siguieron sus enseñanzas. En su taller tenía colaboradores de Flandes y Francia, además de los españoles. Un hecho muy importante para Forment fue su amistad con el impresor Jorge Coci, quien le permitió conocer la obra del pintor Durero, que fue una gran inspiración para el escultor.

Su primera obra importante fue el retablo mayor de la Basílica del Pilar en Zaragoza en 1509. Este retablo aún tiene toques góticos, especialmente en la parte superior. En la parte baja del retablo, se pueden ver medallones esculpidos con los rostros de Damián Forment y su esposa, hechos por el propio Forment.

Archivo:Virgen con el Niño (Gabriel Yoly)
Gabriel Yoly, Virgen con el Niño (1527), procedente de la Iglesia de Villafeliche (Zaragoza).

Su obra maestra final fue el retablo para el monasterio de Poblet, terminado en 1529. En esta obra, el escultor muestra un Renacimiento completo, sin rastro del estilo gótico. Está organizado con un banco, un sotabanco y tres cuerpos con tres calles, usando un nuevo lenguaje clásico y decoraciones de frutas y guirnaldas en los extremos, que reemplazan las antiguas decoraciones góticas. Esta obra fue clave para introducir las formas renacentistas en el arte de Cataluña.

Gabriel Yoly fue el segundo gran maestro de la escultura aragonesa, muy influenciado por la obra de Forment. Trabajó en Aragón y Navarra. Colaboró estrechamente con el escultor Gil Morlanes el Joven, tanto que desde 1520 y durante cuatro años compartieron todos los contratos. En Teruel, hizo retablos en varias iglesias, obras de gran inspiración y belleza. Destaca uno de sus últimos trabajos, el retablo mayor de la Catedral de Teruel, tallado en madera sin pintar en 1536.

Juan de Moreto, un escultor de Florencia, tuvo una gran influencia en la consolidación de las nuevas formas renacentistas en Aragón. Aunque no tenía una personalidad artística muy marcada, su arte es correcto y hermoso. Casi siempre trabajó en colaboración con otros maestros. Gran parte de su obra se ha perdido, pero un buen ejemplo de su trabajo es la estructura del retablo del obispo Conchillos en la catedral de Tarazona (1535). Las esculturas de este retablo son de Gabriel Yoly, y la pintura y el dorado de Antón de Plasencia y Francisco de la Puente. Su última obra fue la decoración de los respaldos de la sillería del coro de la basílica del Pilar, donde colaboraron los escultores Nicolás Lobato y Esteban de Obray. La obra de Moreto está firmada con las palabras: "Iuan Moreto Florentin me fecit" (Juan Moreto Florentino me hizo).

El taller de Damián Forment: Un centro de arte

Este taller fue el más importante de la época. En él trabajaron muchos profesionales y aprendices, todos bajo la dirección de Forment y siguiendo sus diseños, modelos de barro y dibujos. El taller tenía mucha actividad debido a la gran demanda de obras. Forment lo dirigía y supervisaba la talla de la mayoría de las obras encargadas, aunque las esculturas principales salían de su propia mano. El taller se formó y creció mucho con el encargo del retablo mayor de la Basílica del Pilar.

Archivo:Huesca - Catedral, interior 26 (Retablo Mayor)
Retablo mayor de la catedral de Huesca.

En septiembre de 1520, Forment firmó un contrato para hacer el retablo mayor de la catedral de Huesca. Este trabajo era tan grande que el escultor trasladó todo su taller y a su familia a esta ciudad. Además, aumentó el número de aprendices y colaboradores. Los documentos mencionan nombres como Esteban de Solórzano, Diego García, Pedro Muñoz, Juan de Lorena, Sebastián Ximénez de Alfaro, Luis Muñoz, Andrés de Bles, Paulo de Huert, Guillaume Tomás, Guillén de Robays, Juan de Frías y Juan de Caranz. La obra duró hasta 1532, y por ello, Huesca se convirtió en un importante centro de actividad artística. El retablo de Huesca es considerado hoy la segunda gran obra de Forment, por su calidad y tamaño. En ese momento, el obispo de Huesca era Juan de Aragón y de Navarra, miembro de la casa real, quien fue el gran patrocinador de este proyecto. El contrato especificaba claramente que debía seguir el modelo del retablo mayor de la Basílica del Pilar de Zaragoza, tanto en el diseño como en la calidad, y seguir un programa de imágenes bien definido (aunque sufrió algunos cambios durante la ejecución).

El éxito del retablo fue rotundo incluso antes de su terminación. La fama de Forment y su taller se extendió rápidamente por toda la Corona de Aragón. Esto llevó a un aumento de contratos y, por tanto, a una mayor actividad en el taller. Localidades como Epila, San Mateo de Gállego, La Almunia de Doña Godina y Zaragoza encargaron obras. Todas se hicieron al mismo tiempo que se seguía trabajando en el retablo de Huesca. Desde Mallorca, le encargaron en 1524 un retablo para Valldemosa. Ese mismo año, Damián Forment tuvo que contratar a su antiguo alumno Juan de Salas para que le ayudara a hacer imágenes. Fue este escultor quien difundió en las islas Baleares las enseñanzas y el estilo de Forment.

A partir de 1526, el trabajo en el taller aumentó de nuevo con pedidos para Cataluña: Vallbona de las Monjas, monasterio de Poblet, la ciudad de Lérida y la catedral de Tarragona. El retablo de Poblet fue un encargo muy importante, tanto que para realizarlo, un grupo de trabajadores del taller, que estaba en Huesca en ese momento, se trasladó cerca del monasterio. El abad Pedro Caixal se comprometió a darles alojamiento y comida. Este retablo se terminó y se instaló en 1529, antes de la fecha prevista, lo que demuestra el gran trabajo realizado por el taller. En este retablo, Forment abandonó por completo cualquier recuerdo del gótico, organizándolo con un lenguaje clásico y superposición de órdenes. Reemplazó las tradicionales decoraciones góticas por temas decorativos italianos de guirnaldas, angelotes y frutas colgantes. Esta obra fue decisiva para la introducción de las formas renacentistas en Cataluña.

La importancia del retablo mayor de la iglesia del Pilar

Archivo:Retablo del Pilar
Retablo mayor de la basílica del Pilar de Damián Forment (1518). Las figuras y la predela muestran un carácter claramente renacentista.

Este retablo es considerado una de las obras escultóricas más importantes del Renacimiento español. Para su creación, se contó con un gran equipo de buenos profesionales dirigidos por Damián Forment, todos trabajando en su taller. Este equipo estaba formado por personas de diferentes partes de España, además de los propios aragoneses y otros de origen francés. Forment también usó un sistema de subcontratación con Miguel Arabe (o Árabe), un tallador de piedra. A este escultor le encargó en 1515 los dos tabernáculos de las calles laterales. Arabe murió sin terminar la obra, y Forment contrató a Juan de Segura.

El sistema de diseño fue muy importante para el trabajo colectivo en el taller. En una pared de este gran establecimiento, había una muestra del retablo dibujada con carbón. También había otra muestra en un lienzo colgado en una pared de la iglesia del Pilar. Era el diseño aprobado.

El retablo no solo abrió el camino profesional al escultor Forment, sino que fue un ejemplo a seguir para los artistas escultores de Aragón. Sobre todo, fue esencial el ejemplo de cómo trabajar en equipo en un taller. El éxito del retablo del Pilar y los muchos encargos que surgieron después, llevaron al establecimiento definitivo de Damián Forment en Zaragoza. El momento histórico era muy favorable para el trabajo, ya que se esperaba la llegada de Carlos I y su Corte a la ciudad, lo que significaba un gran movimiento de personas importantes, artistas e intercambio cultural.

Últimos años del taller de Forment

A partir de 1534, comenzaron los últimos años de trabajo de Damián Forment y su taller. En esta última etapa, renovó a sus aprendices y colaboradores con una larga lista que incluía nombres como Gaspar de Pereda, Arnao de Bruselas, Francisco Navarro, Natuera Borgoñón y Bernal Forment (su sobrino).

En estos últimos años, se crearon obras magníficas como:

  • El sepulcro de Juan de Lanuza, un importante oficial de Aragón. Fue hecho al estilo romano. Estaba en la Santa Capilla de la antigua iglesia de Santa María la Mayor, que hoy es la Basílica del Pilar. Actualmente, esta obra se ha perdido, y solo quedan dos esculturas de Virtudes que se guardan en el Ayuntamiento de Alcañiz.
  • El retablo mayor de Santo Domingo de la Calzada, un proyecto grande y costoso impulsado por Alonso de Castilla. Se contrató en 1537 y se entregó en 1539. Fue un gran trabajo de taller, donde algunos de sus colaboradores trabajaron como verdaderos creadores de imágenes. Tal fue el caso del escultor Gaspar de Pereda, a quien Forment pagó especialmente por algunas de sus imágenes. Damián Forment murió en diciembre de 1540, y con él desapareció su taller, que había sido el más importante de Aragón y uno de los más activos en el resto de España. De este taller salieron muchas y muy buenas obras, siempre a partir de los dibujos y modelos de barro de su director, el escultor renacentista Damián Forment.

La segunda mitad del siglo XVI: ¿Quiénes continuaron el legado?

Archivo:Veruela - Sepulcro del abad Lope Marco
Sepulcro del abad Lope Marco del Monasterio de Veruela, de Bernardo Pérez y Pedro Moreto.

A partir de mediados del siglo XVI, destacados artistas continuaron el legado escultórico de Forment, Yoly y Juan de Moreto. Uno de los artistas más prometedores fue Pedro Moreto, aunque su muerte temprana le impidió mostrar todo su talento. Formado con Juan Pérez Vizcaíno, un alumno de Yoly, estaba destinado a cambiar la escultura en Aragón, como lo demuestra su buen trabajo en el sepulcro del arzobispo Hernando de Aragón en La Seo.

Otro artista importante fue Bernardo Pérez, quien, en colaboración con Pedro Moreto, se encargó del sepulcro de alabastro del abad Lope Marco del Monasterio de Veruela. Este trabajo sigue el estilo usado en el importante monumento funerario del arzobispo aragonés y su madre Ana de Gurrea en la capilla de San Bernardo de la catedral de Zaragoza. El sepulcro de la madre del prelado fue hecho por Juan de Liceire, alumno de Forment y uno de los artistas más famosos en Aragón en esta segunda mitad del siglo. En 1559, Liceire hizo un sepulcro para el conde de Aytona en Avingañá, en la actual provincia de Lérida. Al año siguiente, terminó el retablo mayor de la catedral de Barbastro, que Forment había empezado. De su mano son las escenas de la Oración del Huerto, el Prendimiento, el Ecce-Homo, Cristo con la cruz a cuestas y la Piedad.

Muy activo en estas fechas estaba Juan Martínez de Salamanca, quien dirigió un importante taller en Calatayud y continuó los diseños de Pedro Moreto en el retablo mayor de Ibdes, que incluía pinturas de Pietro Morone. De Calatayud también era el escultor Pedro Martínez, quien también abrió un taller en la ciudad. Contrató el retablo mayor de La Muela y trabajó en los retablos mayores de la catedral de Barbastro y la de Tarazona. En Zaragoza, trabajaron mucho Jacques Rigalte y sobre todo su hijo Juan Rigalte, o Jerónimo de Mora. En el sur de Aragón, siguiendo el estilo del último Yoly, trabajó Cosme Damián Bas, quien renovó el lenguaje artístico de su maestro Gabriel Yoly en el retablo mayor de la catedral de Albarracín.

La gran demanda de proyectos de escultura hizo que en Aragón se recurriera en 1557 al antiguo ayudante de Forment, Arnau de Bruselas, que estaba trabajando en La Rioja. Se le pidió que hiciera una obra de gran interés: la decoración del trascoro de la Seo de Zaragoza. Hizo los relieves de la parte de los pies y el grupo del Calvario, probando posturas del estilo manierista en el grupo del martirio de San Vicente, donde también demostró un perfecto estudio de la anatomía del cuerpo humano. Esto fue un adelanto de lo que sería años después la corriente romanista. Pero Arnau de Bruselas no se quedó en Aragón y, al terminar su trabajo, regresó a La Rioja en 1560.

También acudieron a satisfacer la cantidad de obras requeridas los navarros Pedro González de San Pedro, Nicolás de Berástegui y su hijo Juan de Berroeta, quienes se encargaron entre 1571 y 1591 de hacer la sillería del coro de la catedral de Huesca. Asimismo, se solicitaron en Aragón los servicios del escultor romano Andrea Fortunato de Peregrinis.

En los últimos años del siglo XVI, comenzó el lento cambio hacia la escultura romanista con la figura de Juan de Ancheta. Él terminó en 1571 las delicadas figuras del retablo de la capilla de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael de la catedral de Zaragoza, encargada por el destacado financiero Gabriel Zaporta. La llegada de este maestro, formado en la escuela de Valladolid, dio un nuevo impulso a la escultura en Aragón. En Ancheta se unía la fuerza expresiva de un Juan de Juni con la potencia anatómica inspirada en Miguel Ángel. Su Cristo Crucificado del Hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza (1570-1575) es magnífico.

Archivo:Zaragoza - Patio de la Infanta
Patio de la casa de Gabriel Zaporta en un grabado de 1850.

Obras más importantes

  • Retablo mayor de la Basílica del Pilar: Aunque su estructura es gótica, las imágenes son puramente renacentistas. Es obra de Damián Forment.
  • Portada principal del monasterio de Santa Engracia: Obra de Gil Morlanes el Viejo, muy admirada por el pintor y escritor aragonés del siglo XVII Jusepe Martínez.
  • Imagen de Santa Engracia en la cripta de la basílica actual: Obra en alabastro de Morlanes el Viejo.
  • Patio de la casa de Gabriel Zaporta: Un comerciante y banquero del emperador Carlos V. Hoy forma parte del edificio central de Ibercaja en Zaragoza.
  • Fachada de la lonja-ayuntamiento de Tarazona (1558-1565): Con un interesante friso que representa la coronación de Carlos V en Bolonia.

Patrimonio en otros lugares

Muchas obras renacentistas no están en su lugar original por diversas razones. Algunas se pudieron recuperar y colocar en otros sitios, como iglesias o museos. Esta es una pequeña muestra:

  • Retablo del Juicio Final: Procede de la abadía de Montearagón, obra de Gil de Morlanes el Viejo. Se encuentra en el Museo Diocesano de Huesca.
  • San Onofre: Procede del convento de Santo Domingo y se guarda en el Museo de Zaragoza. Es obra de Forment.
  • Retablo de madera de la antigua parroquia de San Juan de Vallupié: Esta iglesia medieval amenazaba ruina, por lo que su culto se trasladó a la Iglesia de San Juan el Real (Calatayud). La imagen principal también se trasladó. El resto del retablo está en la parroquia de Sediles; se atribuye a Damián Forment y a Juan de Moreto.

Patrimonio que se ha perdido

Muchas obras renacentistas han desaparecido por diversas causas, como robos, incendios, destrucción o guerras. Al igual que en la sección anterior, lo que sigue es una pequeña muestra:

  • Sepulcro de Juan de Lanuza y Pimentel: Un importante oficial y almirante de Sicilia. Estuvo en el claustro de la Santa Capilla del Pilar de Zaragoza.
  • La mayor parte de los sepulcros realizados, como el del canciller Selvagio del monasterio de Santa Engracia, cuyos autores fueron Vigarny y Alonso Berruguete.
  • Sepulcro de alabastro y retablo: Encargo de Jaime Conchillos, obispo de Lérida, quien fue un gran patrocinador. Obra de Forment.
  • Retablo de San Joaquín y Santa Ana, en alabastro: Encargo de los herederos de Jaime de Luna. Desapareció en el siglo XVIII. Obra de Forment.
  • Portada de piedra de la antigua parroquia de San Juan de Vallupié, de Calatayud. Obra de Forment.

Ver también

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Escultura del Renacimiento en Aragón para Niños. Enciclopedia Kiddle.