Juan de Ancheta para niños
Juan de Ancheta (o Anchieta) (Azpeitia, Guipúzcoa, h. 1533 – Pamplona, Navarra, 30 de noviembre de 1588) fue un escultor español de estilo romanista. Sus obras en madera y alabastro influyeron en el área del actual País Vasco, Navarra, Burgos, La Rioja y Aragón. No confundir con el músico Juan de Anchieta.
Vida y obra
Nacido presumiblemente en 1533 en Urrestilla, «en una pintoresca casa-torre tardogótica, situada en un alto, que ha sobrevivido al paso de los siglos». La familia llegó a emparentar, tras varias rivalidades, con los Loyola.
Se cree que se formó en Italia, porque su estilo delata influencias de importantes maestros italianos; pero no hay documentación que apoye tal estancia. Hacia 1565 Ancheta estaba en Valladolid, pero poco después ya debía de estar en Briviesca, presumiblemente ayudando a Gaspar Becerra en un retablo para la iglesia del convento de Santa Clara. El estilo de Ancheta delata la influencia del manierismo de Becerra, enriquecido con el clasicismo de la escultura que se hacía en Roma.
Ancheta había trabajado posiblemente con Becerra hacia 1558, en un retablo de la catedral de Santa María de Astorga. Siguió trabajando en el área de Valladolid y Burgos, y fue nombrado por Juan de Juni en su testamento como el único escultor capaz de terminar su retablo en Santa María de Mediavilla, en Medina de Rioseco. Finalmente, dicho retablo sería concluido por otro artista, Esteban Jordán. Regresó al País Vasco y se casó en su lugar de origen con Ana de Aguirre, hacia 1570. Pronto se trasladaron a Pamplona, pasaron por Aragón y se establecieron definitivamente en Pamplona.
En 1571 terminó las delicadas figuras del retablo de la capilla de los arcángeles de san Miguel, Gabriel y Rafael de la catedral zaragozana, mandada construir por el destacado financiero judeoconverso Gabriel Zaporta.
Hacia 1575-78 Ancheta trabajó en la capilla de los Trinitarios de la catedral de Jaca; una figura de Dios Padre se inspira directamente en el Moisés de Miguel Ángel.
Antes de 1579 (probablemente hacía 1577), realiza para la catedral de Pamplona un magnífico cristo crucificado por encargo del Cabildo, a razón de 100 ducados. Esta obra se considera una de las mejores tallas de crucificado del siglo XVI, junto con el de Pompeyo Leoni de San Lorenzo de El Escorial.