Cruzada contra la corona de Aragón para niños
Datos para niños Cruzada aragonesa |
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Guerra de las Vísperas sicilianas Parte de guerra de las Vísperas sicilianas y conflictos militares |
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![]() Pedro III de Aragón en el collado de las Panizas.
Óleo de Mariano Barbasán, 1891. (Diputación Provincial de Zaragoza). |
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Fecha | 1284-1286 | |||
Lugar | Aragón, Cataluña, Languedoc e Islas Baleares | |||
Resultado | Victoria de la Corona de Aragón Tratado de Arascón (1291) Tratado de Anagni (1295) |
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Cambios territoriales | Aragón anexiona el Señorío de Albarracín y ocupa Ibiza y Mallorca; Francia ocupa temporalmente el Valle de Arán | |||
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La Cruzada Aragonesa fue un conflicto militar que ocurrió entre 1284 y 1286. Fue una extensión de la Guerra de las Vísperas Sicilianas. El Reino de Francia atacó la Corona de Aragón porque el rey Pedro el Grande había intervenido en los asuntos de Sicilia. Esta acción no gustó al Papa Martín IV ni a Francia.
El Reino de Francia, con la ayuda del Reino de Mallorca, lideró esta campaña. Aunque hubo oposición interna, el rey Felipe III de Francia invadió Cataluña en 1285. La mayoría de los combates tuvieron lugar en Cataluña, pero los primeros enfrentamientos fueron en la frontera entre Navarra y Aragón. Como respuesta, la Corona de Aragón atacó Mallorca y la región de Occitania en Francia.
Pedro el Grande tuvo que enfrentarse a un ejército muy fuerte. Este ejército estaba formado principalmente por tropas de Francia, el Reino de Mallorca y la República de Génova. Pedro solo contaba con las tropas de Cataluña y Valencia, ya que la nobleza de Aragón no quiso participar.
Aunque los franceses tuvieron algunos éxitos en tierra, la flota de Aragón logró controlar el mar. Un ejército francés, muy debilitado por enfermedades, tuvo que retirarse en otoño de 1285. La derrota francesa puso fin a los combates. Aragón y el Papa firmaron la paz con el Tratado de Tarascón en 1291.
Contenido
¿Qué llevó a la Cruzada Aragonesa?
Antes de la Cruzada Aragonesa, la Corona de Aragón enfrentaba varios desafíos. Los territorios conquistados por Jaime I de Aragón tenían muchos habitantes de origen musulmán. Además, los gastos militares eran muy altos. También había tensiones con los nobles y con los reinos vecinos.
Rebeliones internas y el impuesto de bovaje

En 1275, algunos nobles catalanes y aragoneses se rebelaron. Querían más dinero, tierras y privilegios. El líder de esta rebelión fue Fernán Sánchez de Castro, hijo de Jaime I el Conquistador. Pedro, que entonces era infante, derrotó a Fernán, quien intentó escapar pero fue capturado y falleció.
Los gastos de guerra de Jaime el Conquistador habían afectado las finanzas del reino. Cuando Pedro III de Aragón se convirtió en rey, pidió a los catalanes que pagaran el impuesto de bovaje. Esto causó mucho descontento entre la nobleza catalana. Varias familias nobles, lideradas por el conde Roger Bernardo III de Foix, se rebelaron. Pedro III, con el apoyo de nobles leales de Valencia y Cataluña, los derrotó en el sitio de Balaguer en 1280.
En 1283, la nobleza catalana formó la "Unión". Pidieron el "Privilegio General" y otros privilegios locales, como eliminar el bovaje. También querían que las Cortes Catalanas se reunieran cada año en Cataluña. El rey Pedro III tuvo que aceptar estas demandas en las cortes de Barcelona para obtener ayuda militar contra la amenaza de la invasión francesa.
El conflicto por Sicilia
La política de Jaime el Conquistador había dejado a la Corona de Aragón un poco aislada. Las posibilidades de expansión en la península ibérica y en el sur de Francia estaban limitadas por tratados. Por eso, el rey puso su mirada en Sicilia para expandir el territorio.
Manfredo de Sicilia se convirtió en rey de Sicilia en 1258. En 1262, su hija Constanza II de Sicilia se casó con el infante Pedro. Esta unión no gustó al Papa Clemente IV, quien excomulgó a Manfredo.
El Papa Clemente IV ofreció el reino de Sicilia a Carlos I de Anjou, hermano del rey Luis IX de Francia. Carlos de Anjou derrotó a Manfredo y fue coronado rey de Sicilia. Bajo su gobierno, la capital se trasladó de Palermo a Nápoles, lo que causó descontento en el sur de la isla.
El 30 de marzo de 1282, una revuelta conocida como las Vísperas Sicilianas estalló en Palermo. Miles de franceses fueron asesinados. Los sicilianos ofrecieron el trono a Pedro el Grande, ya que era yerno de Manfredo I. Esto llevó a la división del reino de Sicilia: una parte bajo el control de Anjou (el Reino de Nápoles) y otra bajo el control de Aragón (el reino de Sicilia insular).
Pedro el Grande, con apoyo económico, llegó a Sicilia en septiembre. Levantó el asedio de Mesina y su flota derrotó a la flota de Anjou en el combate de Nicótera. También atacó Calabria. La flota de Aragón, bajo el mando de Roger de Lauria, derrotó a Carlos de Anjou en el combate de Malta en 1283.
Debido a estas acciones, el Papa Martín IV declaró que el rey Pedro III había perdido sus reinos. El 27 de agosto de 1283, el Papa nombró a Carlos de Valois, hijo del rey Felipe III de Francia, como nuevo rey de Aragón, Valencia y conde de Barcelona.
La situación en los reinos vecinos
El Reino de Aragón y sus fueros
Los nobles aragoneses no quisieron apoyar al rey contra el ataque francés. En una reunión en Tarazona en 1283, presentaron sus demandas. Querían mantener sus privilegios, evitar nuevos impuestos y cambiar la forma de gobierno. También pedían que las leyes de Aragón se aplicaran en el Reino de Valencia. En las Cortes de Zaragoza de 1283, Pedro III concedió el "Privilegio General". Este documento fue un paso importante para establecer las leyes entre el rey y el país.
El Reino de Mallorca y su independencia
Cuando Jaime I el Conquistador murió en 1276, su hijo Jaime II de Mallorca heredó el Reino de Mallorca. Este reino se convirtió en un estado independiente, pero en 1279, por el Tratado de Perpiñán, Jaime II se declaró vasallo de su hermano Pedro el Grande. Esto significaba que el rey de Mallorca era señor de sus tierras, pero al mismo tiempo, su hermano era su señor.
La situación de Jaime II de Mallorca se volvió complicada durante el conflicto de las Vísperas sicilianas. Él consideró que sus lazos con Pedro el Grande se habían roto debido a la decisión del Papa.
El Reino de Valencia y sus leyes
Durante el siglo XIII, el ejército de Jaime el Conquistador fue ocupando el Reino de Valencia y parte del Reino de Murcia. Las fronteras con el Reino de Castilla se fijaron en el Tratado de Almizra (1244). Más tarde, en 1304, tras una guerra con Castilla, el Reino de Valencia obtuvo más territorios.
Pedro el Grande logró la paz en Valencia al derrotar la última revuelta musulmana en 1277. Con la ayuda de los valencianos, en las cortes de Valencia de 1283, el rey confirmó y otorgó a los valencianos unas leyes propias. Estas leyes fortalecieron la identidad de Valencia frente a los demás reinos.
La muerte sin hijos de Sancho VII de Navarra y su hermana Berenguela de Navarra puso fin a la dinastía Jimena en el Reino de Navarra. Una nueva dinastía, la Champaña, llegó al poder. Esta dinastía se acercó a la monarquía francesa a través de matrimonios.
Finalmente, la reina Juana I de Navarra se casó con Felipe IV de Francia, lo que unió a Navarra con la corona francesa. En 1276, Roger Bernardo III de Foix invadió Navarra para apoyar a los franceses en las luchas por la sucesión.
La Corona de Castilla y sus problemas
El hijo mayor del rey Alfonso X de Castilla, Fernando de la Cerda, murió antes que su padre. Alfonso X dejó en su testamento que el reino debía pasar a su nieto, Alfonso de la Cerda. Sin embargo, su segundo hijo, Sancho, se rebeló y fue coronado rey en 1284. Sancho fue reconocido por el pueblo y los nobles por su defensa contra los ataques de los benimerines. A pesar de esto, el reinado de Sancho estuvo lleno de inestabilidad y revueltas.
El Señorío de Albarracín
Albarracín era un señorío con raíces musulmanas. Pedro Ruiz de Azagra, de Navarra, ayudó militarmente al gobernante de Valencia y recibió el señorío de Albarracín. Este territorio quedó en una situación legal incierta, y sus señores buscaron una especie de independencia. Juan Núñez I de Lara intentó capturar a Pedro el Grande para entregarlo al rey de Francia. Pedro el Grande no perdonó esto y finalmente conquistó el señorío.
Desarrollo de la Cruzada

Mientras Pedro el Grande regresaba de un encuentro en Burdeos, el gobernador del Reino de Navarra, Eustaquio de Beaumarchais, atacó la frontera aragonesa con tropas francesas. Conquistaron castillos y destruyeron villas. Se acordó una tregua con Navarra hasta febrero de 1284. Semanas después, Eustaquio de Beaumarchais ocupó el Valle de Arán en 1283, pero no pudo avanzar más.
Finalmente, Carlos de Valois fue coronado por el Papa en París el 27 de febrero de 1284. En el contraataque de Aragón y Cataluña en 1284, los catalanes sitiaron Tudela mientras las tropas francesas huían.
Con la ayuda del Papa Martín IV y de Jaime II de Mallorca, hermano del rey, un ejército francés, liderado por Felipe III de Francia, invadió el norte de Cataluña en 1285. Las tropas francesas se reunieron en Narbona para marchar hacia Barcelona.
La defensa en el Ampurdán
En Barcelona, hubo una revuelta de artesanos pobres contra los ricos. Esto se debió a las deudas, las malas cosechas y el aumento de impuestos y precios por la guerra. La revuelta fue controlada, y su líder, Berenguer Oller, fue ejecutado.
Una vez que la casa de Aragón estuvo más tranquila, Pedro el Grande fue al Rosellón para preparar la defensa contra la invasión. Su hermano Jaime II de Mallorca se había unido a los franceses. Por eso, la defensa se organizó en los Pirineos, en el collado de las Panizas, para impedir el paso de las fuerzas invasoras.
Mientras tanto, el infante Alfonso preparaba una flota de barcos para defender las costas. Se llamó a Roger de Lauria de Sicilia y se pidió apoyo a las órdenes militares. Las tropas se concentraron en Figueras en abril.
Resistencia en el Rosellón
En 1285, los franceses entraron por el territorio del Rosellón, que pertenecía a Jaime II de Mallorca. Aunque su rey estaba con los franceses, la gente del Rosellón se resistió. Los primeros combates fueron en el sitio de Salses, donde los franceses necesitaron tres ataques para tomar la ciudadela.
Solo las fortalezas de Laroque-des-Albères y Les Cluses permitieron el paso. Los ciudadanos de Perpiñán se rebelaron y cerraron las puertas a los franceses, pero finalmente se rindieron. La resistencia terminó con el sitio de Elna, que fue quemada, causando una masacre. Los franceses acamparon en Elna y Perpiñán, mientras los catalanes, en el Collado de las Panizas, impidieron su avance durante un mes.
Los franceses finalmente cruzaron los Pirineos por La Massana en junio, y su flota llegó a Rosas. Los catalanes, con menos soldados, se retiraron a Perelada para evitar ser rodeados. El infante Alfonso, comandante del ejército, ordenó evacuar la villa por falta de comida. Salieron con 5000 almogávares hacia Gerona, quemando Perelada y dejando tropas en los castillos.
Los franceses ocupan el Ampurdán
Los franceses entraron en Castellón de Ampurias y luego sitiaron Gerona del 27 de junio al 10 de septiembre. La ciudad sufrió hambre y enfermedades. Mientras tanto, los franceses ocuparon Figueras, Rosas, San Feliu de Guíxols y Blanes.
Pedro el Grande salió de Barcelona a principios de agosto con un ejército para atacar a los franceses que sitiaban Gerona. Se dirigió al Monasterio de Montserrat y luego a Hostalric. El 15 de agosto, los ejércitos se encontraron cerca de Gerona. Los almogávares atacaron por su cuenta y tuvieron que retirarse.
La defensa de la costa catalana estuvo a cargo de una flota de once barcos. Estos barcos, bajo el mando de los almirantes Ramón Marquet y Berenguer Mallol, derrotaron a los franceses en la batalla de San Felíu de Guixols. Luego, junto con la flota de Roger de Lauria, los derrotaron de forma decisiva en la batalla de Formigues el 27 de agosto. Esta derrota naval permitió a los catalanes recuperar el control de la costa y cortar los suministros del ejército francés.
Ramon Folc VI de Cardona pidió ayuda a Pedro el Grande para salvar Gerona. El Vizconde de Cardona acordó una tregua de veinte días con Roger Bernardo III de Foix, prometiendo entregar la ciudad si el rey no enviaba ayuda. El 7 de septiembre, al no recibir ayuda, Gerona se rindió. La ciudad fue ocupada por Eustaquio de Beaumarchais, quien dejó una guarnición y se retiró con el resto del ejército al Ampurdán.
La retirada francesa
La peste se extendió entre los franceses. Sitiados y enfermos, tuvieron que retirarse del Ampurdán y evacuaron Gerona el 7 de septiembre. Sin embargo, su retirada fue bloqueada en Besalú. Los defensores de la ciudad capturaron a sesenta caballeros franceses y derrotaron a los sitiadores.
En el Collado de las Panizas y La Massana, los catalanes permitieron el paso a los soldados franceses enfermos. Pero una parte del ejército francés intentó cruzar por el Le Perthus sin conocer la orden de paso libre. Fueron aniquilados entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre en la batalla del Collado de las Panizas. El rey Felipe III de Francia, que acompañaba a su hijo Carlos de Valois, logró llegar a Perpiñán donde murió el 5 de octubre. Los franceses mantuvieron la ocupación del Valle de Arán.
Consecuencias de la Cruzada

El mismo año de 1285, Pedro el Grande envió una flota contra su hermano Jaime II de Mallorca. Finalmente, le quitó las Islas Baleares después de que la isla se rindiera sin luchar. Sin embargo, Pedro no pudo ver los resultados de esta expedición, ya que murió pocos días después.
Jaime II de Mallorca conservó el resto de sus territorios, excepto las Baleares. Estas le fueron devueltas en 1295 mediante el Tratado de Anagni, con las mismas condiciones acordadas en 1279 en el Tratado de Perpiñán.
Como venganza, Roger de Lauria lideró una expedición al Languedoc en febrero de 1286. Con una flota y soldados, saquearon y quemaron Valràs y Sérignan. Aunque los franceses de Beziers prepararon un gran ejército, los almogávares los atacaron y los hicieron huir. Roger de Lauria no tenía intención de atacar Beziers, pero sí atacó Agde antes de regresar a Barcelona con un gran botín.
La muerte de Alfonso III de Aragón en 1291 provocó un conflicto entre Aragón y Sicilia. Jaime II de Aragón fue proclamado rey de la Corona de Aragón y dejó el reino de Sicilia a su hermano Federico. El Tratado de Anagni (1295) y el matrimonio de Jaime II con Blanca de Nápoles cambiaron la situación.
Después del Tratado de Argelers de 1298, Felipe IV de Francia cedió temporalmente el Valle de Arán a Jaime II de Mallorca mientras se buscaba una solución diplomática.
En 1302, Carlos de Valois intervino en Sicilia para apoyar a Carlos II de Anjou contra Federico II. La nobleza siciliana recordó la clemencia de Pedro el Grande. Se propuso detener las hostilidades y firmar la Paz de Caltabellotta. Esta paz confirmó la paz entre los angevinos, el Reino de Sicilia y la Corona de Aragón. Carlos II renunció a Sicilia a favor de Federico II a cambio de la devolución de los territorios conquistados al Reino de Nápoles.
El Valle de Arán fue recuperado por Jaime II de Aragón en 1313. Se restituyeron las leyes y costumbres de sus habitantes, que habían sido quitadas por los franceses. Tras la muerte de Jaime III de Mallorca en 1349, el Reino de Mallorca se unió de nuevo a la Corona de Aragón. En 1443, con la conquista del Reino de Nápoles, se completó la unificación del Reino de Sicilia bajo el reinado de Alfonso el Magnánimo.
Más información
Véase también
En inglés: Aragonese Crusade Facts for Kids