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Califato fatimí para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Califato fatimí
الدولة الفاطمية
ad-Dawlah al-Fāṭimiyya
Califato islámico
909-1171
FatimidCaliphate969 (orthographic projection).svg
Califato fatimí en el año 969
Capital Kairuán (909-972)
El Cairo (972-1171)
Entidad Califato islámico
Idioma oficial Árabe
 • Otros idiomas Bereber, copto, arameo, siciliano
Superficie  
 • Total 9 100 000 km²
 • 969 5 100 000 km²
Población hist.  
 • 969 est. 6 200 000 hab.
Religión Islam chií (ismailita)
Moneda Dinar
Historia  
 • 5 de enero
de 909
Proclamación califal de Ubayd Allah
 • 972 Fundación de El Cairo
 • 17 de junio
de 1171
Muerte de Al-Adid
Forma de gobierno Monarquía
Califa
• 909-934
• 1160-1171

Ubayd Allah
Al-Adid
Precedido por
Sucedido por
Califato abasí
Dinastía ayubí
Imperio almohade

El Califato fatimí fue un importante imperio islámico que existió desde el año 909 hasta el 1171. Fue el único califato chií de la historia, específicamente de la rama ismailita. Este califato controló gran parte del norte de África.

Al principio, su capital estaba en Túnez. Más tarde, en la segunda mitad del siglo X, trasladaron su centro de poder a Egipto. En su momento de mayor extensión, el Califato fatimí abarcó Egipto, partes del Magreb (que incluye países como Marruecos, Argelia y Túnez), Sudán, Sicilia, la región del Levante mediterráneo (como Siria y Líbano) y la zona de Hiyaz en la Península arábiga.

Historia del Califato Fatimí

¿Cómo surgieron los fatimíes?

La idea principal del Califato fatimí venía de un movimiento religioso chií llamado ismailismo. La dinastía comenzó gracias a un predicador chiita llamado Abu Abd Allah. Él se estableció entre los bereberes kutama en el año 893. Los kutama, que vivían en las montañas de Cabilia, formaron el primer ejército fatimí. Ellos fueron el apoyo principal de la dinastía hasta su final.

Los fatimíes decían ser descendientes de Fátima, la hija del profeta Mahoma, y de su primo Alí. Creían que, por su linaje y por ayuda divina, eran imanes (líderes religiosos infalibles). Su objetivo era reemplazar a la dinastía abasí, a quienes consideraban ilegítimos. También eran rivales de los omeyas, que gobernaban en la península ibérica.

En el año 899, Ubayd Allah al-Mahdi Billah se convirtió en el líder del movimiento fatimí. Sus seguidores empezaron a debilitar el emirato aglabí en el 893. Abu Abd Allah se estableció entre los kutama, donde la autoridad aglabí era débil. Los kutama, que vivían en el oeste de Ifriqiya (parte de la actual Argelia), no querían a los abasíes y eran independientes de los emires aglabíes. Los campesinos bereberes, que habían sufrido bajo el gobierno aglabí, apoyaron la rebelión.

Al-Chií levantó a la Pequeña Cabilia contra los aglabíes. Rápidamente, conquistó ciudades como Mila, Sétif, Kairuán (en marzo del 909) y Raqqada, la capital aglabí. Las antiguas fortalezas bizantinas no pudieron detener el avance fatimí.

Abu Abd Allah llamó a Ubayd Allah después de las primeras victorias. Ubayd Allah viajó desde Oriente Próximo, cruzando Egipto, Libia e Ifriqiya. En lugar de ir directamente con Abu Abd Allah, fue a Siyilmasa, capital de un señorío en los oasis de Tafilalet. Allí, fue encarcelado por el emir, quien lo vio como una amenaza. Ubayd Allah y su hijo huían de la persecución de los abasíes, que veían sus creencias ismailíes como peligrosas.

Al-Chií envió un ejército al oeste, tomó Tiaret y luego Siyilmasa, donde Ubayd Allah estaba prisionero. El señor de Siyilmasa fue derrotado. Ubayd Allah fue liberado y se convirtió en el líder del nuevo Estado. Se proclamó imán y califa en Kairuán el 5 de enero del 910. La gente de Siyilmasa mató a la guarnición kutama y devolvió el poder a los líderes locales.

Ubayd Allah detuvo las revueltas de los kutamíes y, en enero del 911, ejecutó a Al-Chií. Esto molestó a los kutamíes. En el 912, Ubayd Allah tuvo que enviar un ejército contra los cenetes del Magreb central, que se habían rebelado. Recuperó Tahart, que había perdido por un tiempo.

En el 916, se estableció una nueva capital en Mahdía (al-Mahdiyya). Ubayd Allah no se sentía seguro en Kairuán. Mahdía era una ciudad estratégica con almacenes para la flota y astilleros, además de un castillo protector.

Expansión en el Magreb y Egipto

El periodo en el Magreb

Al-Mahdi y los primeros desafíos
Archivo:Mosquee al-akim le caire 1
Mezquita de al-Hâkim en El Cairo. Su construcción comenzó bajo el califa al-Azîz Billâh y terminó en 1013, bajo el reinado de su hijo al-Hâkim, de quien toma el nombre.

La ejecución de Al-Chií causó mucho descontento entre los kutama. En el 912, hubo una rebelión en Trípoli. Un año después, la flota fatimí fue destruida por el gobernador de Sicilia, que también se había rebelado. A pesar de estos problemas, los fatimíes lograron vencer a los sicilianos más tarde.

Los fatimíes intentaron expandirse hacia el este, hacia Egipto. En enero del 914, el primer ejército fatimí partió hacia Egipto. El líder, Habasa ibn Yúsuf, tomó Sirte, Ajdabiya y Barca. Derrotó a las fuerzas egipcias abasíes en marzo. Ese mismo año, antes de que llegaran más tropas, Ibn Yúsuf conquistó Alejandría. Sin embargo, sufrió dos derrotas y tuvo que retirarse al Magreb. Ibn Yúsuf fue ejecutado por Al-Mahdi a su regreso.

La autoridad fatimí entró en crisis: Cirenaica, Sicilia y Trípoli se rebelaron. Los jariyíes (otro grupo religioso) también causaban problemas. Un segundo intento de conquistar Egipto se hizo en mayo del 919. La vanguardia fatimí llegó a Alejandría, que había sido abandonada. Pero un ejército abasí llegó, y en marzo, la flota fatimí fue destruida cerca de Rosetta. Alejandría fue recuperada, y el ejército fatimí, debilitado por una enfermedad, se retiró. Debido a estos fracasos, no se intentó conquistar Egipto de nuevo hasta el año 969.

En el oeste del Magreb, el lugarteniente fatimí, Masala ibn Habus, extendió la autoridad del califa. Conquistó el Emirato de Nekor en el 917. Derrotó a Yahya IV en el 922 y 923, quitándole Fez y luego conquistó Siyilmasa. En el 924 y 925, los fatimíes perdieron Fez y Tahart. Pero a partir del 927, recuperaron Fez y destruyeron Nekor. Cuando los omeyas tomaron Ceuta en el 931, Musa ibn Abi l-Afiya cambió de bando. El califa fatimí reaccionó y lo derrotó, recuperando Fez.

Mientras tanto, en el 918, los fatimíes tomaron Regio de los bizantinos. Las incursiones en el sur de Italia continuaron después del fracaso de la expedición a Egipto. En el 922-923, conquistaron una fortaleza cerca de Reggio. Al año siguiente, llevaron un gran ejército a Sicilia. Los acuerdos con los bizantinos, que incluían el pago de un tributo, no detuvieron los ataques. En el 927-28, hubo otra incursión fatimí en Calabria. En el 928, una flota fatimí saqueó Tarento. En el 929, hubo una importante batalla naval donde los fatimíes vencieron al gobernador bizantino de Calabria.

La siguiente expedición naval fatimí atacó Génova en el 934, y también las costas de Córcega y Cerdeña.

Al-Qa'im y la rebelión de Abu Yazid

Las fuerzas de Al-Qa'im recuperaron Fez en el 935 y Nekor en septiembre del mismo año. Los idrisíes reconocieron su autoridad. Al-Qa'im buscó el apoyo de los bereberes cenhegíes para contrarrestar el poder de los cenetes, que se acercaban a los omeyas.

Después de la revuelta de los kutama en el 912, el segundo califa, Al-Qa'im, enfrentó una nueva amenaza: la rebelión de Abu Yazid (conocido como «el hombre del asno») en el 943. Esta rebelión fue apoyada por los omeyas cordobeses. Fue la mayor amenaza para los fatimíes en el Magreb y duró hasta el 947. Abu Yazid no tenía barcos, pero los fatimíes usaron su armada para abastecer la capital desde Sicilia y Trípoli cuando los rebeldes la sitiaron. Abu Yazid, que había estado predicando desde el 928-929, se levantó contra los fatimíes con gran apoyo bereber en el 943. Rápidamente tomó ciudades importantes de Ifriqiya y en enero del 945 sitió Mahdía, donde el califa se había refugiado. Derrotó varias veces a los ejércitos fatimíes.

Mientras los fatimíes luchaban contra Abu Yazid, los bizantinos aprovecharon para fomentar otra rebelión en Sicilia. Esta fue sofocada después de que Abu Yazid fuera derrotado. Al-Qa'im falleció antes de esto, en el 946.

Al-Mansur y la victoria
Dinares magrebíes
Dinar típico de Isma'il al-Mansur bi-Nasrillah, tercer califa fatimí, con inscripción central.
Dinar típico del cuarto califa, Ma'ad al-Muizz Li-Dinillah, con punto central.

El tercer califa, Isma'il al-Mansur Bi-Nasrillah (946-953), logró aplastar la rebelión de Abu Yazid. Por esta hazaña, adoptó el título de al-mansur bi-nasr allah («el Victorioso por la Victoria de Dios»). Ismaíl llegó al trono en un momento difícil, pero derrotó a Abu Yazid. Cuando la flota cordobesa llegó al Magreb oriental en el 947, los fatimíes ya habían desbaratado la rebelión. Las tribus bereberes abandonaron al rebelde cuando fracasó el asedio de Mahdía. Abu Yazid fue capturado en marzo del 947 y murió pocos meses después. Ismaíl se proclamó califa el día que ordenó ejecutar a Abu Yazid. La dinastía presentó esta victoria como prueba de su legitimidad. Primero conquistó Tiaret y en enero de 948 retomó Kairuán.

En el 950-951, los fatimíes atacaron de nuevo Reggio. En el 951, capturaron al jefe de la flota enemiga, pero poco después se firmó la paz.

Ismaíl también comenzó la construcción de una nueva capital, Al-Mansuriya, que era circular, como la abasí de Samarra. Además, cambió la forma de las monedas, que ahora tenían una inscripción central rodeada de tres bandas.

Al-Muizz y la conquista de Egipto

El cuarto califa, Ma'ad al-Muizz Li-Dinillah (953-975), redujo la propaganda sobre la llegada del mesías. Continuó la construcción de Al-Mansuriya. También modificó las monedas, que ahora tenían un punto central con una inscripción chiita alrededor.

En el 955-956, hubo un enfrentamiento directo entre fatimíes y omeyas. Un barco fatimí fue capturado por uno de Abderramán III, lo que llevó a una rápida represalia de la escuadra fatimí, que atacó la base naval enemiga en Almería. Los omeyas respondieron enviando una gran flota contra La Calle y Susa.

Los bizantinos intentaron usar la rivalidad entre los dos califatos para debilitar a los fatimíes. Esto causó nuevas batallas navales alrededor de Sicilia, que terminaron con una tregua en el 957-958. La tregua se mantuvo a pesar de la invasión bizantina de Creta en el 960. Aunque los cretenses pidieron ayuda al califa fatimí, este solo amenazó al emperador y no envió fuerzas. En el 964, las hostilidades se reanudaron por la invasión bizantina de Sicilia. Los barcos bizantinos fueron incendiados, y al año siguiente, las tropas terrestres fueron derrotadas. Esto llevó a los bizantinos a pedir una nueva paz en el 966-967, que el califa concedió para concentrarse en la conquista de Egipto.

En el Magreb occidental, una gran campaña de los vasallos de Al-Muizz y uno de sus generales terminó en el 959 con la conquista de todo el territorio, excepto Ceuta y Tánger, que quedaron en manos omeyas.

A partir del 965, Al-Muizz preparó la conquista de Egipto. Cuando el señor de Egipto, Kafur, falleció en abril del 968, se presentó la oportunidad. Egipto fue conquistado fácilmente, con la ayuda de muchos de sus líderes. A diferencia de los intentos anteriores, los abasíes no pudieron evitar que los fatimíes tomaran el territorio. Los ejércitos fatimíes eran mucho más poderosos en ese momento. El 5 de julio del 969, el general Chauhar al-Siqilí entró en Fustat. El califa Al-Muizz llegó a Egipto el 10 de junio del 973.

Dos años antes, en el 971, los ejércitos fatimíes ya habían comenzado la conquista del Levante. Los bizantinos estaban recuperando territorio allí. Los principales enfrentamientos entre las dos potencias ocurrieron en el norte de la región. Las bases principales de la Armada fatimí estaban cerca de Fustat, para evitar ataques bizantinos. Durante los siguientes cuatro reinados, las operaciones navales se limitaron a apoyar a las tropas terrestres en el Levante y el norte de Mesopotamia. El dominio del Mediterráneo occidental pasó a los bizantinos en la segunda mitad del siglo X.

El control del Magreb

El califato fatimí creció para incluir Sicilia y se extendió por el Norte de África, desde el océano Atlántico hasta Libia. Ubayd Allah al-Mahdi pronto controló todo el centro del Magreb, gobernando desde Mahdía, su nueva capital en Túnez. Al-Mansuriya, cerca de Kairuán, fue la capital durante los reinados de Isma'il al-Mansur Bi-Nasrillah (946-953) y Ma'ad al-Muizz Li-Dinillah (953-975).

En su expansión hacia el oeste, los fatimíes amenazaron las rutas comerciales que traían oro y esclavos desde el Sáhara central a al-Ándalus. Esta fue una de las razones de su conflicto con los omeyas andalusíes. En el 921, los fatimíes tomaron temporalmente Siyilmasa, un centro importante del comercio transahariano. La lucha entre las dos dinastías continuó hasta que la capital fatimí se trasladó a Egipto en el 969.

En el 955, la flota fatimí atacó a la omeya en Almería y le causó grandes daños.

El periodo en Egipto

La conquista de Egipto y su impacto

Bajo Ma'ad al-Muizz Li-Dinillah, el general Chauhar al-Siqilí conquistó Egipto a la dinastía ijshidí. Fundó una nueva capital al norte de Fustat, Al-Qáhira (El Cairo), en el año 969. El nombre se refería al planeta Marte, "el Invicto", que se veía en el cielo cuando comenzó la construcción. El Cairo fue diseñado como una ciudad real para el califa fatimí y su ejército. La capital administrativa y económica de Egipto siguió siendo Fustat hasta 1169. Después de Egipto, los fatimíes continuaron sus conquistas hasta gobernar desde Túnez hasta Siria, y también Sicilia. Una vez fundado El Cairo, el interés político de los fatimíes se centró en el Oriente Próximo.

Con la conquista del 969, comenzó el largo gobierno fatimí de Egipto, que duró 202 años. Los fatimíes impusieron el ismailismo como religión oficial, pero la mayoría de la población egipcia siguió siendo suní. La fe oficial influyó en la justicia y en las fiestas públicas.

Bajo los fatimíes, Egipto se convirtió en el centro de un imperio que incluía el norte de África, Sicilia, Palestina, Jordania, Líbano, Siria, la costa africana del mar Rojo, Tihamah, Heyaz y Yemen. Egipto prosperó, y los fatimíes desarrollaron una gran red comercial en el Mediterráneo y el océano Índico. Sus relaciones comerciales y diplomáticas llegaron hasta China. Sin embargo, los fatimíes se enfocaron menos en la agricultura y descuidaron el sistema de riego del Nilo.

Al-Muizz en Egipto

Inmediatamente después de tomar Egipto, los fatimíes comenzaron a extender su autoridad por la costa del Levante. Entre el 970 y el 975, tomaron Ascalón, Jaffa, Acre, Tiro, Sidón, Beirut y Trípoli. Al mismo tiempo, intentaron tomar ciudades importantes del interior, como Damasco. Los bizantinos invadieron la región en el 975 y les quitaron temporalmente Beirut, pero no pudieron hacer lo mismo con Trípoli.

Poco después de tomar Egipto, un enviado fatimí viajó al sur para reclamar beneficios a los gobernantes nubios.

Al-Aziz y la reforma militar

Durante el reinado de Abu Mansur Nizar al-Aziz Billah (975-996), el ejército fue reformado. Comenzaron a incluir soldados turcos, tanto libres como esclavos. Estos combatían principalmente como arqueros y jinetes, a diferencia de los bereberes que formaban la mayor parte del ejército hasta entonces. El aumento de soldados turcos se debió a la victoria fatimí sobre Alptakin en el 978. Alptakin, que había apoyado una rebelión en Damasco en el 975, fue quien introdujo a los nuevos soldados de origen oriental (turcos y persas) en las fuerzas del califa.

En el 991, sus ejércitos tomaron Damasco, que mantuvieron a pesar de una derrota ante los bizantinos a finales del 995 durante el sitio de Alepo.

Al final de su reinado, en el 996, envió una flota para apoyar al gobernador de Damasco, que había sido derrotado por los bizantinos.

Al-Hákim y los conflictos internos

Al-Hákim bi-Amrillah sucedió a su padre siendo muy joven, con poco más de once años. Quedó a cargo de un líder kutamí que intentó devolver el poder a los bereberes. Esto provocó la reacción de las nuevas tropas turcas, que lograron quitarle el poder. El gobierno pasó a un eunuco hasta que fue asesinado en el año 1000, momento en el que el califa tomó el control. El reinado de este califa estuvo marcado por luchas internas y un ambiente de miedo. Los líderes kutamíes fueron ejecutados, y la represión contra los bereberes causó una rebelión (1005-1006).

El resurgimiento bereber al principio de su reinado provocó una rebelión en Damasco. El ejército enviado desde Egipto derrotó a los damascenos cerca de Ascalón en el 997. Mientras tanto, estalló otra rebelión en Tiro, que los fatimíes sofocaron en mayo-junio del 998. Luego, vencieron a un ejército bizantino cerca del río Orontes. El mismo ejército recuperó Damasco, pero el control del califa sobre la ciudad fue inestable. A pesar de esto, el poder militar fatimí en el Levante disminuyó a principios del siglo XI. Una rebelión entre el 1010 y el 1014 dejó Palestina a merced de los ataques de los beduinos.

En el 1005, un líder libio se rebeló contra el califa. Después de derrotar a varios ejércitos, sitió El Cairo por un tiempo, hasta que fue vencido al año siguiente.

Al-Hákim finalmente perdió el poder debido a una conspiración de su hermana Sitt al-Mulk, quien contó con la ayuda de algunos bereberes. El califa desapareció entre enero y febrero del 1021.

Al-Mustánsir y la crisis del califato

Al-Mustánsir, cuya madre era una esclava, obtuvo el trono en el 1036 gracias a la habilidad de su futuro visir, quien sobornó a los soldados. La rivalidad entre un comerciante, la madre del califa y su tercer visir, causó una grave crisis política y militar que el débil Al-Mustánsir no pudo resolver. Los rivales por el poder usaron las tensiones entre soldados bereberes y turcos para obtener el control, lo que llevó a enfrentamientos.

En el 1048-1049, el califato perdió el control de Ifriqiya. En el Levante, las expediciones de 1045-1046 y 1048-149 fueron costosas y poco exitosas.

En el 1059, uno de los jefes militares de Bagdad se sometió al califa fatimí. Como no podían enviar un ejército, mandaron a un predicador fatimí con una gran suma de dinero, lo que redujo el tesoro califal. Esa misma década, el gobierno tuvo que repeler ataques beduinos en Behera (1052-1053). El país sufrió varios años de hambrunas (1052-1055) por las bajas crecidas del Nilo. La crisis causó muchas muertes y redujo los ingresos por impuestos.

Los problemas del califa llegaron a su punto máximo en el 1058-1049, cuando la destitución del visir causó caos en la administración. El gobierno central empezó a perder el control de las provincias y sus ingresos. A partir de entonces, hubo muchos cambios de visires y aumentaron los enfrentamientos entre tropas negras y turcas (1062-1067). En estas luchas, los turcos ganaron y empezaron a favorecer sus intereses. Los intentos de las tropas negras por impedirlo fracasaron, y finalmente huyeron al Alto Egipto. Luego, los turcos tomaron directamente los ingresos del estado y buscaron eliminar a sus rivales.

Las disputas entre diferentes grupos turcos permitieron al califa unirse a algunos de ellos y expulsar a la facción principal de la capital. Pero esto tuvo el costo de perder completamente el poder y sufrir el saqueo de sus aliados. Después de más combates, el califa quedó bajo el control de su rival en el 1071-1072. Solo las nuevas divisiones entre los vencedores le permitieron deshacerse de él. Al-Mustánsir pidió ayuda a Badr al-Jamali, el gobernador fatimí más poderoso del Levante. En el 1073-1074, Badr al-Jamali acudió con su ejército y restableció el orden. Impuso la autoridad califal con fuerza, derrotando a los beduinos, las tropas negras del Alto Egipto y los grupos turcos. En el 1077, aplastó un ejército selyúcida que había invadido el país.

¿Por qué decayó el Califato Fatimí?

Aunque el ejército fatimí solía ganar batallas, sus divisiones internas por el origen de sus soldados empezaron a afectar la política. Los bereberes tradicionalmente tenían más poder, pero los turcos, al hacerse más fuertes, empezaron a cuestionar esto. Además, hacia el 1020, hubo graves problemas entre las tropas africanas negras, que se enfrentaron a una alianza bereber-turca. El califa Al-Hákim había promovido a los soldados negros para controlar a los turcos. En el siguiente reinado, el de Al-Zahir, aumentaron los motines de las tropas negras, principalmente por las dificultades que pasaban en un momento de crisis del Estado.

Entre 1065 y 1072, Egipto sufrió una gran hambruna. Al mismo tiempo, en 1062 y 1067, la lucha entre las tropas turcas y sudanesas se convirtió en una guerra abierta, con victoria para los turcos y sus aliados bereberes. Los bereberes en Egipto empeoraron los problemas del país, destruyendo diques y canales, y buscando reducir las capitales y distritos cercanos por el hambre.

En 1072, el califa fatimí Al-Mustánsir, para salvar Egipto, llamó al general Badr al-Jamali, gobernador de Acre. Badr al-Jamali llevó a sus tropas a Egipto y logró controlar a los grupos rebeldes, eliminando a muchos turcos en el proceso. Aunque el Califato se salvó de la destrucción inmediata, la década de rebelión devastó Egipto, y nunca recuperó su antiguo poder. Como resultado, Badr al-Jamali se convirtió en el visir (una especie de primer ministro) del califa fatimí. Fue uno de los primeros visires militares que dominarían la política fatimí. La Mezquita de Juyushi fue construida por Badr al-Jamali en 1085. Esta mezquita también conmemoraba la restauración del orden por el visir. Como los visires militares se hicieron los verdaderos jefes de Estado, el califa se convirtió en una figura simbólica. El hijo de Badr al-Jamali, Al-Afdal Shahanshah, lo sucedió como visir.

Después de la muerte del califa Al-Mustánsir, una rama ismailí, los Nizari, nombró a su hijo Nizar como sucesor. Otra rama, los Mustaali, apoyó a su otro hijo, Al-Musta'li. La dinastía fatimí continuó con Al-Musta'li como imán y califa hasta el imán XX, Al-Amir Bi-Ahkamillah (1132). A la muerte del imán Amir, una facción Mustaali afirmó que había transferido el Imanato a su hijo Al-Tayyib Abi l-Qasim, de dos años. Otra facción dijo que Amir murió sin heredero y apoyó al primo de Amir, al-Hafiz, quien se proclamó califa e imán. Los seguidores de al-Hafiz se hicieron conocidos como ismaelitas Hafizi. Los partidarios de Tayyeb se convirtieron en los ismailíes tayyibíes.

El fin del Califato Fatimí

Archivo:Califadofatimida-es
Extensión del califato fatimí en el 1025, durante su periodo egipcio.

En 1042, los bereberes ziríes (gobernadores del norte de África bajo los fatimíes) abandonaron la fe chií y reconocieron al califa abasí de Bagdad. Esto llevó a que los fatimíes enviaran a los Banu Hilal para castigarlos. Después de 1060, los fatimíes solo controlaban la costa del Levante y partes de Siria. Su dominio de estos territorios terminó con las invasiones de los turcos selyúcidas en 1073 y los cruzados durante la Primera Cruzada en 1099. El territorio fatimí se redujo hasta que apenas les quedaba Egipto. Los fatimíes perdieron gradualmente el Emirato de Sicilia ante Roger I, quien controló completamente la isla en 1091.

La dependencia del sistema de iqta (tierras dadas a oficiales militares) también debilitó la autoridad central fatimí. Cada vez más oficiales militares recibían tierras en los extremos del imperio y se volvían semiindependientes, causando problemas.

Después de la decadencia del sistema político fatimí en la década de 1160, el gobernante zanguí Nur al-Din envió a su general Shirkuh para tomar Egipto. Lo logró al derrocar al visir Shawar en 1169. Shirkuh murió dos meses después de tomar el poder, y el Estado eligió a su sobrino, Saladino, como sucesor. Esto marcó el comienzo del Sultanato ayubí de Egipto y Siria.

Administración y cultura fatimí

A diferencia de otros gobiernos de la época, en el Califato fatimí, los puestos importantes en el Estado se obtenían más por mérito que por el linaje o las intrigas. Personas de otras ramas del islam, como los sunníes, podían ser nombrados para cargos de gobierno al igual que los chiíes. Esta tolerancia se extendía incluso a los no musulmanes, como cristianos y judíos, quienes ocupaban altos cargos gracias a su capacidad. La tolerancia también facilitó las contribuciones económicas que ayudaron a financiar el gran ejército califal, que incluía muchos mamelucos (soldados esclavos) traídos por comerciantes. Hubo algunas excepciones a esta tolerancia, especialmente durante el reinado de al-Hákim bi-Amrillah, una figura controvertida.

Califas fatimíes

  • al-Mahdi (909-934; fundador de la dinastía fatimí)
  • al-Qa'im (934-946)
  • al-Mansur (946-952)
  • al-Muizz (952-975; Egipto es conquistado durante su reinado)
  • al-Aziz (975-996)
  • al-Hákim (996-1021)
  • al-Zahir (1021-1036)
  • al-Mustansir (1036-1094)
  • al-Musta'li (1094-1101)
  • al-Amir Bi-Ahkamillah (1101-1130)
  • al-Hafiz (1130-1149)
  • az-Zafir (1149-1154)
  • al-Faiz (1154-1160)
  • al-Adid (1160-1171)

Los califas fatimíes eran conocidos por su amor a los libros y por apoyar el conocimiento. Algunos de ellos incluso escribieron sus propios textos. Apoyaron estudios de filosofía e historia.

Los fatimíes también eran famosos por sus hermosas artes. Un tipo de cerámica, la loza dorada, era muy común. La cristalería con diseños metálicos también era popular. La arquitectura fatimí usaba bloques de piedra, diferentes tipos de columnas, bóvedas y muchos nichos. Hoy en día, quedan muchos ejemplos de arquitectura fatimí en El Cairo, como la Universidad de Al-Azhar y la Mezquita Al-Hakim. La Universidad Al-Azhar fue la primera universidad en el este y quizás la más antigua de la historia. Fue fundada como una mezquita por el comandante fatimí Jawhar, bajo las órdenes del califa Al-Muizz, cuando fundó El Cairo. Fue ampliada por Al-Aziz Billah y Al-Hákim bi-Amr Allah. Los califas fatimíes siempre animaron a los estudiosos a tener sus círculos de estudio en esta mezquita, convirtiéndola en una universidad que sigue funcionando.

Los califas fatimíes dieron puestos importantes a los estudiosos en sus cortes, animaron a los estudiantes y crearon bibliotecas en sus palacios. Así, los estudiosos podían aprender y beneficiarse del trabajo de sus predecesores.

Una característica muy importante del gobierno fatimí fue la libertad de pensamiento y razón que se daba a la gente. Podían creer lo que quisieran, siempre que no afectaran los derechos de otros. Los fatimíes tenían lugares separados para diferentes grupos islámicos, donde los estudiosos podían expresar sus ideas libremente. Apoyaron a los estudiosos y los invitaron de todas partes, gastando dinero en ellos, incluso si sus creencias eran diferentes. La historia de los fatimíes, desde este punto de vista, es una historia de conocimiento, literatura y filosofía, y de la libertad de expresión.

El ejército fatimí

El ejército fatimí estaba formado en gran parte por guerreros de las tribus bereberes kutama, que fueron clave en la conquista de Egipto. Siguieron siendo una parte importante del ejército incluso después de que Ifriqiya empezara a independizarse. Después de establecerse en Egipto, se incorporaron fuerzas locales, formando un ejército con soldados del norte de África, desde Argelia hasta Egipto. En la etapa magrebí de la dinastía, también había elementos cristianos y negros en los ejércitos del califa. Durante los primeros reinados en Egipto, los kutamíes siguieron siendo fundamentales en el ejército. Sin embargo, su importancia disminuyó con la conquista del Levante en el 968, donde se vieron sus limitaciones. La llegada de nuevas fuerzas de origen oriental a partir del 978 y la dificultad para reclutar más kutamíes redujeron su papel principal en el ejército fatimí.

Las tropas negras existían desde los primeros tiempos del califato, pero aumentaron mucho durante el reinado del califa Al-Hákim.

Un cambio importante ocurrió cuando el califa fatimí intentó entrar en Siria a finales del siglo X. Los fatimíes se enfrentaron a las fuerzas turcas que dominaban al califa abasí y se dieron cuenta de los límites de su poder militar. Así, durante los reinados de Abu Mansur Nizar al-Aziz Billah y Al-Hakim bi-Amr Allah, el califa empezó a incluir soldados turcos y luego más africanos negros (y más tarde, incluso tropas de otros orígenes, como armenios). Las unidades del ejército se organizaban según su origen cultural. Los bereberes solían formar la caballería y los exploradores de infantería. Los turcos (conocidos como «mamelucos») se concentraban en los arqueros a caballo y la caballería pesada. Los africanos negros, sirios y árabes se usaban en la infantería pesada y los arqueros de infantería. Esta división por grupos culturales y el origen de muchos soldados como esclavos continuaron incluso después de la caída del Estado fatimí.

Los fatimíes usaron todo su poder militar para defender el imperio cuando estaba en peligro. Por ejemplo, durante el gobierno de Al-Muizz li-Din Illah, el Imperio Bizantino, gobernado por Nicéforo II, destruyó el Emirato musulmán de Chandax en 961 y conquistó varias ciudades. Nicéforo tuvo menos éxito en sus guerras en Occidente. Después de dejar de pagar tributo a los califas fatimíes, envió una expedición a Sicilia (964-965), pero tuvo que abandonar la isla tras derrotas en el mar y en tierra. En 967, hizo la paz con los musulmanes de Kairuán y se volvió contra el Emperador del Sacro Imperio Romano Otón I, que había atacado las posesiones bizantinas en Italia.

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Véase también

Kids robot.svg En inglés: Fatimid Caliphate Facts for Kids

  • Aglabí
  • Asedio de Ascalón (1099) y (1153)
  • Sitio de Jerusalén (1099)
  • Batalla de Ramla
  • Kutama
  • Grandes palacios fatimíes
  • Dinastía fatimí
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Califato fatimí para Niños. Enciclopedia Kiddle.