Expedición de Drake y Hawkins para niños
Datos para niños Expedición de Drake y Hawkins |
||||
---|---|---|---|---|
Parte de la Guerra anglo-española (1585-1604) | ||||
![]() Fuerte de San Felipe del Morro a la entrada de la bahía de San Juan de Puerto Rico, desde el que se dispararon las primeras salvas contra la flota de Drake la noche del 22 de noviembre de 1595.
|
||||
Fecha | Septiembre de 1595–abril de 1596 | |||
Lugar | 1.º Islas Canarias, España 2.º Isla Guadalupe, Mar Caribe 3.º San Juan de Puerto Rico 4.º Panamá 5.º Isla de Pinos, Cuba |
|||
Resultado | 1.º Victoria española 2.º Victoria española 3.º Victoria española 4.º Victoria española 5.º Victoria española Final: Victoria decisiva española en el escenario americano. Francis Drake y John Hawkins resultan muertos. |
|||
Beligerantes | ||||
|
||||
Comandantes | ||||
|
||||
Fuerzas en combate | ||||
|
||||
Bajas | ||||
|
||||
La expedición de Drake y Hawkins fue un viaje militar, liderado por Francis Drake y John Hawkins en 1595. La Reina Isabel I de Inglaterra ordenó esta operación contra los asentamientos españoles en el Mar Caribe. Esta expedición fue parte de la Guerra anglo-española (1585-1604).
Francis Drake, quien en 1589 había dirigido una expedición inglesa que no tuvo éxito contra la Península ibérica, había estado en un puesto menos importante por seis años. Como la guerra no iba bien para Inglaterra, Drake propuso a la reina Isabel un plan para atacar el Caribe español. Su idea era tomar los asentamientos españoles y establecer una base inglesa permanente en Panamá. Sin embargo, las defensas españolas se prepararon para el ataque. La operación terminó mal para los ingleses, y tanto Drake como Hawkins fallecieron. Esto confirmó el poder de España en el Caribe.
Contenido
¿Por qué se realizó la expedición?
Después de algunos éxitos iniciales de Inglaterra en la Guerra anglo-española (1585-1604), la situación cambió. En 1590, la flota española había vencido a una inglesa en las Islas Azores. La guerra se estaba volviendo más favorable para España. A pesar de muchos intentos, los ingleses no habían logrado capturar ninguna de las flotas de tesoros españoles ni tomar tierras de Felipe II de España.
La guerra se había convertido en un conflicto largo y difícil. España, que era el país más poderoso en ese momento, tenía más posibilidades de ganar. Drake, que estaba en un puesto secundario, propuso a la reina Isabel enviar una expedición al Mar Caribe. El objetivo principal era establecer una base inglesa permanente en Panamá. Desde allí, podrían amenazar el control español de América.
La reina aceptó la propuesta de Drake, un famoso corsario (un capitán que atacaba barcos enemigos con permiso de su gobierno). Pero, como no confiaba del todo en su experiencia anterior, puso una condición: el mando debía ser compartido con el respetado marino John Hawkins. Además, el general sir Thomas Baskerville estaría a cargo de las tropas de desembarco.
Así, se formó una flota con seis galeones reales: el Garland, el Defiance, el Bonaventure, el Hope, el Foresight y el Adventure. También se unieron unos 20 barcos de diferentes tamaños y muchas barcazas. El grupo estaba formado por unos 1500 marinos y 3000 soldados. Aunque el tamaño de la flota era normal para Europa, era la más grande enviada contra las posesiones españolas en América hasta ese momento.
Drake, que había tenido éxitos notables en su expedición anterior contra las Indias españolas entre 1585 y 1586, estaba seguro de que esta vez, con una fuerza mucho mayor, la victoria sería segura. El 7 de septiembre de 1595, la flota inglesa zarpó de Plymouth.
Ataque a las Islas Canarias (4-6 de octubre de 1595)
Poco después de salir de Inglaterra, la flota inglesa empezó a quedarse sin comida y agua. No podían llegar a América en esas condiciones. Hubo una discusión sobre si debían atacar las Islas Canarias, en el oeste de África, aunque eso significara perder el factor sorpresa. Drake quería atacar, pero Hawkins pensaba que el factor sorpresa era demasiado importante para perderlo en una pequeña batalla en Canarias.
Thomas Baskerville aseguró que sus tropas podrían tomar Las Palmas de Gran Canaria en menos de 4 horas. Esto resolvería el problema de los suministros y animaría a sus soldados. Finalmente, los ingleses decidieron atacar y se dirigieron a Las Palmas el 4 de octubre.
Cuando vieron los barcos ingleses, las autoridades españolas de Gran Canaria, lideradas por el gobernador Alonso de Alvarado, solo pudieron reunir a 1500 hombres para la defensa. La mayoría eran civiles sin experiencia en combate. En la playa se colocaron seis cañones pequeños. El Castillo de la Luz y el torreón de Santa Ana se prepararon para la batalla.
Quince barcos ingleses atacaron el Castillo de Nuestra Señora de la Luz. Los demás se concentraron en el de Santa Ana. Mientras tanto, 47 barcazas con 500 soldados se dirigieron a la playa. Allí fueron recibidos con muchos disparos de mosquetes. Después de una hora y media de lucha, los ingleses se retiraron. Habían perdido unos cuarenta hombres y cuatro barcazas. Sus barcos sufrieron daños importantes. Los españoles tuvieron pocas bajas.
Después de esto, Baskerville dijo que, aunque no pudo tomar Las Palmas en cuatro horas, lo haría en cuatro días. Pero Drake y Hawkins, especialmente Hawkins, se negaron.
La flota inglesa no había resuelto sus problemas de suministros. Siguieron navegando cerca de la costa buscando un lugar para abastecerse. Las autoridades españolas ordenaron a patrullas a caballo seguir a la flota enemiga por los caminos costeros. Al llegar a la bahía de Arguineguín, los ingleses enviaron un bote a la costa para conseguir agua. Pero una patrulla española los sorprendió en la playa. Mataron a ocho y tomaron dos prisioneros.
Los prisioneros fueron interrogados de inmediato. Así se descubrió el plan inglés. Esto fue muy importante, porque el gobernador Alvarado envió avisos a las Indias y a España. El resto de la flota siguió hasta la isla de La Gomera. Allí se acercaron a una zona sin gente para conseguir agua y leña. Después de eso, se dirigieron a América el 6 de octubre.
Ataque a San Juan de Puerto Rico (22-25 de noviembre de 1595)
Después de un viaje sin problemas, la flota inglesa llegó al Mar Caribe en noviembre de 1595. Allí, Drake se enteró de que un galeón español, el Nuestra Señora de Begoña, había tenido que separarse de su grupo de barcos debido a una fuerte tormenta. El barco, comandado por don Sancho Pardo Osorio, había llegado con dificultad a San Juan. Llevaba un gran tesoro de 3 millones de pesos de plata. Sin perder tiempo, Drake ordenó ir a Puerto Rico. Don Sancho había enviado un aviso a España sobre su situación el 23 de mayo.
La llegada de Pedro Téllez de Guzmán
Cuando la corte española se enteró del incidente, rápidamente preparó una pequeña flota de guerra para el rescate. Estaba al mando de don Pedro Téllez de Guzmán. La flota estaba formada por cinco barcos pequeños de un nuevo diseño, llamados fragatas. Eran rápidos, fáciles de manejar y tenían mucho poder de ataque.
Gracias a la velocidad de estos nuevos barcos y al gran conocimiento de los marinos españoles sobre las corrientes y vientos del Océano Atlántico, la flota de Téllez de Guzmán llegó al Mar Caribe al mismo tiempo que la flota inglesa. Se encontraron con la parte trasera de los barcos de Drake cerca de la isla Guadalupe. El capitán español ordenó atacar de inmediato al grupo de nueve barcos ingleses que tenían delante. Hubo un combate rápido en el que murieron cuarenta y cinco ingleses y veinticinco fueron hechos prisioneros. También capturaron el barco Francis.
Después de interrogar al capitán enemigo, Téllez supo los planes ingleses. Consciente del peligro que corrían San Juan y el Nuestra Señora de Begoña, partió de inmediato hacia Puerto Rico. Llegó a la isla el 13 de noviembre, adelantándose a la mayor parte de la flota de Drake. La pequeña guarnición de la ciudad, de unos 400 hombres, recibió refuerzos. Se unieron los 300 hombres del Nuestra Señora de Begoña y 500 más de la flota de Téllez de Guzmán.
Después de una reunión para preparar la defensa, se hundieron varios barcos viejos en la entrada del puerto, incluyendo el galeón dañado. Esto dificultaría la entrada de los ingleses. También se organizaron posiciones de artillería en lugares clave. Las cinco fragatas se colocaron para cubrir la entrada a la bahía con sus cañones, esperando la llegada de Drake.
Batalla de San Juan y la muerte de John Hawkins
Finalmente, el 22 de noviembre, la flota inglesa apareció en Punta Escambrón. Drake, al ver cómo estaban dispuestas las fuerzas españolas, decidió no entrar en el puerto de San Juan por el momento. Ordenó a sus barcos anclar para pasar la noche frente a la bahía. Desafortunadamente para ellos, no se dieron cuenta de que estaban al alcance de unas baterías de cañones que se habían adelantado desde el Fuerte de San Felipe del Morro.
Los españoles esperaron a que los barcos ingleses estuvieran quietos. Cuando Drake se preparaba para cenar con sus oficiales, los artilleros españoles abrieron fuego contra la flota inglesa. Una bala entró en la habitación del almirante inglés. Los capitanes Clifford y Brown murieron al instante, aunque Drake salió ileso. Hay diferentes versiones sobre la causa y el momento de la muerte de John Hawkins. Los relatos ingleses dicen que Hawkins murió por enfermedad el 12 de noviembre, cuando se acercaban a Puerto Rico. Pero los relatos españoles aseguran que Hawkins falleció durante este ataque de artillería. En cualquier caso, los ingleses, bajo el fuego de los cañones españoles, levantaron anclas rápidamente y se alejaron a una distancia segura de la entrada del puerto, habiendo perdido a varios hombres. Drake decidió que el ataque final sería la noche del día 23.
El plan inglés era, aprovechando la oscuridad, enviar a varios cientos de hombres en barcazas. Se acercarían en silencio a las fragatas de Téllez de Guzmán y las quemarían con bombas incendiarias. Una vez que los barcos españoles estuvieran fuera de combate, los barcos ingleses entrarían en el puerto y atacarían los fuertes. Mientras tanto, los hombres enviados antes desembarcarían en la ciudad y la tomarían.
Así, al amanecer, se enviaron al menos treinta barcazas con cincuenta hombres cada una. Varias se acercaron en total silencio a las fragatas españolas. Al llegar a ellas, los ingleses usaron sus artefactos incendiarios. Prendieron fuego a tres de los barcos antes de que los españoles se dieran cuenta. Las tripulaciones de dos de las fragatas lograron apagar las llamas. Pero la Magdalena se incendió sin remedio. Cuarenta de sus tripulantes murieron quemados, y el resto se salvó lanzándose al agua.
Pero lo que había empezado como un aparente éxito inglés, pronto mostró el gran error táctico de Drake. De la Magdalena salieron llamas inmensas que iluminaron toda la zona a cientos de metros a la redonda. Las lentas e indefensas barcazas inglesas quedaron al descubierto. Los artilleros de las cuatro fragatas restantes pudieron apuntar con cuidado antes de abrir fuego. Con unas pocas descargas, la flota de barcazas enemiga quedó destrozada. Las tripulaciones disparaban sin parar con sus mosquetes a los náufragos. Los ingleses perdieron unos 400 hombres y el ataque fue desbaratado.
Después de esta nueva derrota, Drake, sin querer rendirse, intentó nuevos desembarcos. Pero las fuerzas inglesas fueron rechazadas sin grandes dificultades. Finalmente, el corsario inglés ordenó la retirada. El 25 de noviembre, partió de Puerto Rico. Por su parte, Téllez de Guzmán, después de esperar un tiempo para asegurarse de que los ingleses no regresaran, embarcó el tesoro de tres millones de pesos. Zarpó el 20 de diciembre y llegó a España sin problemas. Informó a las autoridades españolas sobre la situación en el Caribe, después de poner a salvo el tesoro.
Cuando llegaron a España los avisos de las Islas Canarias y América, se organizó una flota. Estaba al mando de don Bernardino de Avellaneda y don Juan Gutiérrez de Garibay. La flota estaba compuesta por ocho galeones y quince barcos, con un total de 3000 hombres. La escuadra zarpó de Lisboa el 2 de enero de 1596. Su misión era encontrar a los ingleses lo antes posible y expulsarlos de los territorios españoles.
Ataque a Panamá y la muerte de Francis Drake (6-15 de enero de 1596)
Los ingleses se dirigieron a Panamá con el objetivo de establecer una base permanente. Desde allí, querían amenazar las posesiones españolas en América. Desesperados por la falta de comida, desembarcaban en cada pueblo español que veían. Pero la noticia de su presencia ya se había extendido por todo el Caribe. Por eso, los colonos españoles habían abandonado los pueblos sin defensa. Se llevaron todas las provisiones y formaron grupos de guerrilla en las junglas de Centroamérica. Drake, impotente, ordenaba quemar todos los asentamientos abandonados que encontraba. El único resultado fue más bajas debido a los ataques de las guerrillas. Además de la falta de suministros, las enfermedades empezaron a afectar a las tropas inglesas.
Siguieron navegando hasta Cartagena de Indias. Pero el gobernador de la ciudad, don Pedro de Acuña, había recibido aviso de la presencia inglesa. Había preparado cuidadosamente las defensas para el inminente ataque de Drake. El almirante inglés, después de ver las defensas de la ciudad, decidió no atacar y siguió navegando hacia Panamá.
El 6 de enero de 1596, los ingleses llegaron a Nombre de Dios. Pero el asentamiento también había sido abandonado por sus habitantes. El capitán general de la región, don Alonso de Sotomayor, había pensado que Drake intentaría atacar subiendo por el río Chagres. Sabía que los ingleses tenían muchas barcazas. Sotomayor envió la mayor parte de sus pocas fuerzas a la fortaleza del Chagres. Pero, previendo un posible ataque por tierra, mandó construir un pequeño fuerte de madera, llamado San Pablo. Estaba en una loma en el camino que venía de la costa de Nombre de Dios. Allí destinó 70 hombres al mando del capitán Juan Enríquez.
Como había supuesto el capitán general español, Drake ordenó el desembarco de unos 1000 hombres al mando de Baskerville. Ellos avanzarían por tierra. Después, Drake se dispuso a subir el río Chagres con una flota de barcazas. La intención era atacar por dos lados y tomar Panamá. Así, después de dos días de marcha, las tropas de Baskerville llegaron al fuerte de San Pablo. Estaba defendido por los setenta hombres del capitán Enríquez.
Al amanecer del 8 de enero, los ingleses lanzaron el asalto al fuerte español. Pero los hombres de Enríquez, bien protegidos y manteniendo una disciplina de fuego estricta, lograron resistir. A mediodía, el capitán Hernando de Liermo Agüero llegó con un pequeño refuerzo de cincuenta hombres. Agüero, después de analizar la situación y ver la gran superioridad enemiga, ideó una estrategia exitosa. Ordenó a sus cincuenta hombres formarse en una zona de mucha vegetación cerca de los combates. Repartió entre sus soldados todos los tambores y clarines que tenía su pequeña fuerza. Después, ordenó avanzar a través de la maleza haciendo el mayor ruido posible. Así, daría la impresión de que el refuerzo español era mucho más grande de lo que realmente era. Los ingleses, desanimados por los ataques fallidos al pequeño fuerte y afectados por las enfermedades tropicales, cayeron en la trampa. Baskerville ordenó la retirada inmediata.
Durante los tres días que tardó Baskerville en regresar a sus barcos, los ingleses sufrieron muchas bajas. Esto se debió a los ataques de las guerrillas españolas, las enfermedades e incluso los ataques de indígenas hostiles. Al regresar a Nombre de Dios, las tropas inglesas habían perdido 400 hombres entre muertos, heridos, desaparecidos y enfermos graves.
Cuando Drake se enteró del fracaso de Baskerville y regresó al lugar donde estaba anclada la flota inglesa, comprobó la magnitud de la nueva derrota. Ordenó zarpar el 15 de enero, después de incendiar Nombre de Dios. Estaba enfermo y desanimado. Poco después, mientras intentaban recoger agua, un grupo de habitantes del pequeño pueblo de Santiago del Príncipe sorprendió a los ingleses. Mataron a treinta y siete de ellos. Después de nuevos intentos de conseguir provisiones y más bajas por las guerrillas españolas y las enfermedades, el famoso corsario inglés, Francis Drake, falleció el 28 de enero de 1596. Murió a causa de una enfermedad intestinal, contraída por beber agua en mal estado. El cuerpo de Drake fue arrojado al mar en un ataúd con peso, cerca de la costa panameña.
El mando de la flota inglesa recayó entonces en sir Thomas Baskerville. El general inglés sabía que la misión había fracasado. Además de los dos almirantes, Drake y Hawkins, habían muerto quince comandantes y capitanes y otros veintidós oficiales. Los barcos tenían pocas tripulaciones, y las enfermedades tropicales reducían día a día a los expedicionarios ingleses, que no estaban acostumbrados al clima. Por eso, Baskerville decidió ir a la Isla de Pinos para hacer reparaciones y prepararse para regresar a Inglaterra.
Batalla de la Isla de Pinos (11 de marzo de 1596)
Al llegar a la Isla de Pinos, los ingleses se dedicaron a reparar sus barcos, limpiar sus fondos y conseguir comida y agua para su regreso a Inglaterra. Por su parte, la flota española al mando de don Bernardino de Avellaneda y don Juan Gutiérrez de Garibay, que había salido de Lisboa el 2 de enero, tuvo que enfrentar una fuerte tormenta en el Océano Atlántico. Los barcos resultaron dañados y se dispersaron. Los españoles se reunieron cerca de Puerto Rico en febrero de 1596. Pero, dado el mal estado de los barcos, decidieron ir a Cartagena de Indias, en la actual Colombia, para hacer reparaciones.
El 2 de marzo, mientras los españoles estaban en Cartagena, recibieron noticias de que la flota inglesa estaba en la Isla de Pinos, cerca de Cuba. Por eso, el almirante Garibay decidió partir de inmediato con 3 barcos en busca de la flota enemiga, aunque no había tenido tiempo de limpiar la quilla de los barcos.
Así, el 11 de marzo, Garibay sorprendió a la flota inglesa anclada frente a la costa de Pinos. Varios botes ingleses aún estaban en tierra, terminando de recoger provisiones antes de regresar a Inglaterra. Inmediatamente, y a pesar de tener solo tres galeones, pero con la ventaja del factor sorpresa, Garibay ordenó atacar a los dieciocho barcos ingleses. Hubo un combate en el que fue capturado un galeón inglés con 300 hombres a bordo, y una pinaza con veinticinco. Además, las tripulaciones de los botes que estaban en tierra también fueron hechas prisioneras. Por su parte, los españoles vieron cómo uno de sus galeones se incendiaba, sufriendo ochenta bajas entre muertos y heridos.
El resto de la flota inglesa cortó las cuerdas de las anclas y huyó. Poco después llegó el almirante Avellaneda, quien persiguió a la flota inglesa. La perdió a la altura del Canal de Bahama, donde los ingleses decidieron arriesgarlo todo. Arrojaron su artillería por la borda y mojaron las velas para ganar velocidad.
Finalmente, después de un viaje difícil en el que las enfermedades redujeron a las tropas inglesas, ocho de los veintiocho barcos que habían salido de Plymouth en 1595 lograron regresar a Inglaterra. Poco después, llegó al puerto español de Sanlúcar de Barrameda la flota de Indias, llevando un cargamento de veinte millones de pesos.
Consecuencias de la expedición
La gran derrota de la expedición de Drake y Hawkins en 1595-1596 significó una victoria muy importante para España en América. Esto ocurrió durante la Guerra anglo-española (1585-1604) de finales del siglo XVI. Después de la victoria decisiva en Europa contra la flota inglesa en 1589, la guerra se inclinó definitivamente a favor de España.
Los efectos en el ánimo de la gente, tanto en España como en Inglaterra, fueron notables. Por un lado, los ingleses perdieron a sus dos marinos más famosos, John Hawkins y Francis Drake, después de una serie de derrotas contra fuerzas españolas más pequeñas. Por otro lado, los españoles demostraron que podían mantener sus territorios en América. Tenían una Armada eficaz, la mejor de su tiempo.
También quedó claro que establecer colonias en América no era tan fácil como enviar cientos de hombres allí, ni siquiera tomando asentamientos ya establecidos por los españoles. Los ingleses, que no estaban acostumbrados al clima, fueron superados por pequeñas guarniciones y grupos españoles. Estos llevaban años acostumbrados a las enfermedades tropicales, conocían el terreno difícil y tenían experiencia con los pueblos indígenas de la zona.
Cuando se supo de la muerte de Drake en España, el famoso escritor Félix Lope de Vega compuso un poema épico. Se tituló La Dragontea (por el apellido de Drake). En él se narra la derrota de Drake a manos de los españoles en la que sería su última expedición. Lope de Vega había sido soldado de la infantería de marina española.
Las negociaciones de paz se llevaron a cabo a petición inglesa en Londres en 1604. Los resultados se plasmaron en el tratado que lleva el nombre de la capital inglesa. En este tratado, España logró todos sus objetivos principales de la guerra. Inglaterra, por su parte, tuvo que cambiar completamente su política exterior y quedó en un segundo plano durante un siglo más.