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Historia de Almería para niños

Enciclopedia para niños

El puerto de Almería fue muy importante en el siglo X, cuando formaba parte de la base naval del Califato de Córdoba.

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Catedral-Fortaleza de Almería.

Cuando el Califato de Córdoba se debilitó en el siglo XI, surgieron los Reinos de Taifas. Almería se independizó bajo el mando de Jairán y se convirtió en uno de los reinos más prósperos. La ciudad era grande, con muchas puertas y calles laberínticas. Tenía unos 10.000 telares que producían sedas maravillosas, muy famosas en el mundo árabe. Almería también era un centro importante para el comercio de orfebrería y mármol. Su puerto era uno de los más destacados del Mediterráneo durante la época de los califatos, las taifas y los almorávides.

El investigador Florentino Castro Guisasola escribió en 1930 el libro El esplendor de Almería en el siglo XI. La Almería musulmana aparece en muchos textos antiguos, como el Romance del Conde Arnaldo y Las Serranillas. También escritores árabes, como Ibn Jatima en el siglo XIV, elogiaron la ciudad en sus libros.

La Almería musulmana: Un centro de comercio y cultura

El período de mayor esplendor de Almería estaba en su punto más alto cuando el Papa Eugenio III convocó una cruzada contra la ciudad. Cristianos de diferentes partes de Europa se unieron para atacar Almería. Líderes como Ramón Berenguer de Barcelona, Alfonso VII de León, el rey García Ramírez IV de Navarra y Álava y el conde Guillermo VI de Montpellier, junto con fuerzas de Génova y Pisa, se reunieron frente a las murallas de Almería.

Después de una resistencia valiente, las murallas fueron atacadas. Alfonso VII no quiso negociar. Muchos habitantes de la ciudad lograron escapar hacia Murcia, y otros se refugiaron en la Alcazaba. En 1147, Alfonso VII tomó Almería y destruyó gran parte de sus industrias.

El botín de la conquista se repartió entre los soldados. Los líderes genoveses se llevaron el “Sacro Catino”, una fuente de esmeralda. Alfonso VII se llevó partes de la gran mezquita y tejidos valiosos. El conde de Barcelona se llevó las puertas de la Puerta de Pechina.

Después de diez años bajo el control de Castilla (hasta 1157), los almohades recuperaron la ciudad e intentaron devolverle su antiguo esplendor, aunque no lo lograron por completo. Más tarde, los granadinos la convirtieron en su puerto principal. En 1309, las tropas de Jaime II de Aragón intentaron asediarla, pero la resistencia de Almería fue muy fuerte. En esta época, Almería fue escenario de muchas batallas entre cristianos y musulmanes.

Durante el siglo XV, hubo luchas por el trono del reino de Granada. Abdalá El Zagal se proclamó rey de Almería por un corto tiempo. Finalmente, el 26 de diciembre de 1489, los Reyes Católicos conquistaron la ciudad y El Zagal les entregó las llaves de Almería.

La Almería musulmana estaba dividida en tres barrios principales:

  • La Medina, el centro original.
  • El barrio de Al-Hawd (El Aljibe), que hoy son los barrios de La Chanca y Pescadería.
  • El barrio de La Musalla, que se extendía desde la actual calle de La Reina hasta la Rambla Obispo Orberá.

Después de la conquista, la prosperidad de Almería disminuyó bruscamente. Además, sufrió una serie de terremotos muy fuertes. El de 1518 destruyó la zona musulmana de Vera, y el de 1522 devastó casi por completo la ciudad, incluyendo la antigua catedral. Estos terremotos y la disminución de la población hicieron que Almería fuera poco mencionada hasta el siglo XIX, cuando su puerto resurgió gracias a la minería y la exportación de uva. Fue designada capital de su provincia a finales de ese siglo.

Historia antigua: Desde los fenicios hasta los visigodos

Archivo:Cuenco de Los Millares
Cuenco de Los Millares.

Almería fue un lugar importante para culturas antiguas como la de Cultura arqueológica de Los Millares (hace unos 5.500 años) y la de El Argar (hace unos 3.200 años).

Estas culturas de la Edad de los Metales tuvieron contacto con otras civilizaciones del Mediterráneo. Por ejemplo, los fenicios fundaron colonias en el siglo VIII a.C., como Abdera (Adra) y Baria (Villaricos), que eran centros de comercio y pesca. Más tarde, los cartagineses tomaron el control, hasta que los romanos los vencieron en el año 209 a.C. Se conservan muchos restos de la época fenicia y cartaginesa en Vera, Los Vélez y Dalías.

Almería pasó a manos de Roma durante la campaña de Escipión el Africano. Los romanos la llamaron Portus Magnus y se convirtió en uno de los puertos más importantes del sur de Hispania. Roma trajo organización, caminos e impuestos, y explotó los recursos mineros, como el mármol de Macael. El comercio creció, especialmente el del garum, una salsa de pescado muy valorada. En Adra, Torregarcía y en la capital, se conservan restos de salinas y fábricas de salazón de esta época. Otros hallazgos importantes incluyen el Dionisio de Chirivel y el sarcófago de Berja.

Más tarde, Almería fue ocupada por vándalos y visigodos. Después de un breve período bajo control bizantino, Suintila integró Almería al reino visigodo en el año 621.

Período musulmán: El auge de Almería

La gran historia de Almería realmente comienza con la ocupación musulmana en el año 713. Los nuevos habitantes, principalmente bereberes y árabes, mejoraron mucho la agricultura.

El origen de la capital de Almería está en Pechina. Poco después de su fundación, se creó un asentamiento costero y una torre de vigilancia llamada Al Mariyyat Bayyana. Pechina, a orillas del río Andarax, fue la capital de la Cora y tuvo su mayor esplendor entre los siglos IX y X. Tras un ataque, Abderramán III decidió en 955 amurallar el poblado original de la ciudad, La Medina, que se había formado alrededor de la torre de vigilancia, y ordenó construir una fortaleza para defender la ciudad. Almería se convirtió en una ciudad grandiosa y, después de Córdoba, fue una de las más influyentes y prósperas de la península y del mundo islámico. En 965, se construyó una Mezquita Mayor. El almirante de la flota, que vivía en Almería, era el segundo poder en la España de la época y tenía 300 naves en el puerto, el más importante del califato.

El período musulmán se divide en dos fases, separadas por una breve ocupación cristiana entre 1147 y 1157. La primera fase va desde la fundación oficial de la ciudad en 955 hasta 1147, y la segunda desde 1157 hasta 1489.

Antes de la fundación oficial, a principios del siglo VIII, se estableció un asentamiento en la desembocadura del río Andarax, llamado Bayyana (la actual Pechina). Su ubicación estratégica la convirtió en un próspero centro de comercio, dando origen a la República Marítima de Pechina. Pechina también fue un importante centro de sufismo (una corriente mística del islam).

Se ha discutido mucho sobre el origen del nombre de la ciudad. Algunos pensaban que Al Mariyyat significaba "Espejo del Mar", pero es más probable que provenga de la palabra "al miraya", que significa "torre vigía". Al Mariyyat funcionaba como puerto y defensa de la próspera Bayyana.

La fundación oficial de la ciudad en 955 ocurrió cuando Abderramán III ordenó construir la Alcazaba, una fortaleza para defender la zona de la amenaza del Califato Fatimí. La Alcazaba se convirtió en la fortaleza musulmana más grande de España y Europa, con 43.000 metros cuadrados, capaz de albergar a 20.000 hombres, palacios y refugios para la población. Fue remodelada y ampliada por reyes musulmanes y los Reyes Católicos.

Archivo:Location map Taifa of Almería
Taifa de Almería

La desintegración del califato de Córdoba en el siglo XI dio lugar a los reinos de taifas, incluyendo el de Almería, cuyo primer rey fue Jairán, quien remodeló la Alcazaba.

Almería se volvió mucho más importante que Bayyana y se convirtió en una nueva ciudad califal, con una mezquita mayor (la actual iglesia de San Juan, que aún conserva la qibla y el mihrab originales) y un puerto muy activo, que con el tiempo sería el más importante de al-Ándalus. Este siglo fue el primer gran momento histórico de Almería. Era una ciudad amurallada con un diseño urbano árabe clásico y tres barrios diferenciados: Al Hawd, La Musalla y La Medina.

Durante la segunda mitad del siglo, reinó Almotacén (1052-1091), el rey poeta, que atrajo a literatos y científicos a su corte. Se mejoraron los sistemas de riego, y la ciudad prosperó con baños, mezquitas y un activo comercio de seda, aceite y uva en el puerto.

La primera reconquista de Almería en 1147

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Dinar emitido en Almería bajo Alí ibn Yúsuf, en el siglo XII.

La taifa de Almería terminó con la invasión almorávide, pero la ciudad siguió siendo un importante centro comercial muy deseado por los cristianos. Fue entonces cuando Alfonso VII de León decidió tomar la ciudad con la ayuda del rey de Pamplona García Ramírez, el príncipe de Aragón y conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, el señor de Montpellier Guillermo VII, los caballeros del Temple de Castilla y Aragón, y el apoyo naval de las repúblicas de Pisa y Génova (estos últimos dieron su nombre a la playa donde desembarcaron, en el Cabo de Gata). Los ejércitos entraron en la ciudad el 17 de octubre de 1147. Como ya se mencionó, fue un período corto de ocupación (1147-1157).

Almería fue recuperada por los musulmanes con la llegada de los almohades. En el siglo XIII, pasó a formar parte del reino nazarí de Granada. El gobernador Abbu-i-Abbas intentó reconstruir la ciudad, pero no tuvo mucho éxito, en parte debido a una sequía que comenzó en 1227 y afectó gravemente la agricultura y el comercio.

De la época musulmana se conservan muchos restos. Además de la Alcazaba y los restos de la mezquita mayor, están los aljibes de Jairán, que abastecían de agua a la ciudad, y las murallas construidas por el mismo rey. También quedan partes de la muralla del puerto y restos de la puerta de Pechina. En la Almería musulmana no solo florecieron ciudades, sino que también se pueden encontrar baños, mezquitas y castillos dispersos por las montañas.

En 1489, los Reyes Católicos reconquistaron Almería. La mayoría de las poblaciones se rindieron pacíficamente, con algunas excepciones de rebeliones.

Conquista cristiana y Edad Moderna

El siglo XVI fue un período de retroceso y abandono para la ciudad y la provincia. Varios factores contribuyeron a esto: Almería estaba lejos de las rutas comerciales americanas, por lo que no se benefició de las riquezas del Nuevo Continente. Además, hubo muchos terremotos y ataques de piratas berberiscos y turcos como Barbarroja. Los terremotos redujeron la población y los ataques obligaron a la gente a moverse hacia el interior.

Archivo:Terremoto de Almería de 1522
Impreso sobre los daños del Terremoto de Almería de 1522

El terremoto de 1522 fue especialmente devastador, destruyendo casi por completo la ciudad y reduciendo su población a solo 700 habitantes, que se asentaron alrededor de la nueva catedral.

La Catedral de Almería es un gran ejemplo de edificio defensivo de la época. El primer templo se levantó en 1496 sobre la antigua mezquita, pero el terremoto de 1522 lo destruyó. Entonces, el obispo Fray Diego Fernández de Villalán ordenó construir la catedral actual. Su aspecto exterior es claramente militar: tiene fuertes contrafuertes, torres defensivas, muros gruesos y pocas vidrieras. Las tres naves tienen la misma altura, lo que permitía usar la azotea para cañones y vigilancia. Solo la embellecen dos portadas renacentistas y el Sol de Portocarrero. Sin embargo, las bóvedas y la sacristía son espléndidas. La catedral contiene obras de artistas famosos como Alonso Cano, Murillo y Ribera.

El santoral en Almería es rico en leyendas. San Indalecio es el patrón de la ciudad. Fue uno de los Siete Varones Apostólicos, quienes, según antiguas tradiciones, acompañaron a Santiago el Mayor en la evangelización del sur de España en el siglo I d.C. Otro santo presente en Almería es San Valentín, cuyos restos se cree que están ocultos en algún lugar de la catedral.

Los moriscos y sus desafíos

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Retrato de Abén Humeya.

La segunda mitad del siglo XVI estuvo marcada por el levantamiento y posterior expulsión de la población morisca en toda la provincia. Los moriscos, una gran comunidad de religión y cultura musulmanas a la que se le había permitido quedarse en la península tras convertirse al cristianismo, veían sus derechos limitados. A pesar de la llegada de nuevos pobladores cristianos, los moriscos eran la mayoría en muchas regiones de la provincia, como las Alpujarras. Fue en la Alpujarra Almeriense donde en 1568 se rebeló Abén Humeya (nacido Fernando de Válor y convertido al islam). La insurrección se extendió por toda la provincia. En su retirada, Abén Humeya fundó en Purchena una competición de juegos deportivos y culturales, similares a los Juegos Olímpicos, que incluían lucha, carreras y poesía. Estos juegos han sido recuperados hoy en día. Abén Humeya fue asesinado por sus propios colaboradores. Poco a poco, la resistencia morisca se desvaneció. El rey Felipe II envió a su mejor militar, Juan de Austria, quien puso fin al breve reino morisco. Así se reanudó la expulsión de la población musulmana, que culminaría con Felipe III.

Uno de los episodios más difíciles para los moriscos ocurrió en Níjar. Cientos de familias moriscas se refugiaron en el castillo de Inox. Los cristianos reunieron un ejército que tomó la fortaleza, capturando a muchas personas. Este evento dio nombre a una zona cercana, La Matanza.

La expulsión de los moriscos fue un golpe muy duro que sumió a la provincia en su época más difícil, el siglo XVII. Se fueron quienes habían enseñado técnicas de cultivo, tejido de seda, riego y carpintería. La provincia quedó despoblada y la capital se redujo a 7.000 habitantes. Los intentos de repoblación cristiana no fueron suficientes, y los terremotos y ataques piratas mantuvieron a la provincia en la sombra durante los siguientes 100 años.

Es importante mencionar a otro gran morisco almeriense, Yuder Pachá. Nacido en Cuevas de Almanzora como Diego de Guevara, fue llevado al palacio del sultán de Marruecos. Allí, Yuder Pachá ascendió en el ejército. En 1590, el sultán Al Mansur le encargó crear un gran imperio en África Occidental. Yuder Pachá partió con 4.000 hombres y cañones, cruzó el desierto y derrotó a los askia, tomando Tombuctú, capital del mítico Imperio Songhai (actual Malí). Así se estableció una comunidad andalusí en la Curva del Níger, que mantuvo su poder hasta 1737. Aún hoy, sus descendientes, llamados "arma", recuerdan su origen andaluz y a Yuder Pachá.

Siglos XVII y XVIII: Recuperación lenta

Los siglos XVII y XVIII son quizás los menos conocidos de la historia de Almería. El siglo XVII comenzó con una gran despoblación, sumada a terremotos, sequías y la constante amenaza pirata en la costa. La repoblación cristiana, principalmente de Jaén, Granada, Castilla-La Mancha, Levante y Aragón, no fue suficiente para aumentar la población de la ciudad ni de la provincia. Las malas comunicaciones y el aislamiento persistieron.

A pesar de todo, la actividad minera recibió un impulso con la explotación de hierro en los Filabres, plomo en Gádor y mármol en Macael. Esto llevó a la tala masiva de árboles en las sierras, contribuyendo a la deforestación actual del territorio.

Este aislamiento y las condiciones difíciles contrastan con una creciente actividad cultural y etnológica que se desarrolló lentamente durante estos siglos. Muchas de las costumbres, tradiciones, juegos y vestimentas actuales tienen su origen en estos 100 años.

En 1640 se publicó el primer libro en Almería. En el siglo XVIII, los gobernantes de la ciudad comenzaron a recopilar información sobre la población y el trabajo, y se crearon asociaciones culturales como la Sociedad Económica de Amigos del País de Vera.

En el ámbito artístico, se construyeron dos templos importantes: la iglesia de la Encarnación en Vélez-Rubio y el Santuario del Saliente en Albox. También llegaron muchas imágenes religiosas de artistas como Francisco Salzillo, que aún se veneran hoy en la Semana Santa.

El siglo XIX: Una nueva era

El siglo XIX marcó la lenta recuperación iniciada en los dos siglos anteriores. Almería vivió una segunda época de prosperidad, especialmente a finales de siglo, gracias a la apertura comercial y la consolidación de la minería y la agricultura.

La Guerra de Independencia Española también afectó a Almería. Aunque la amenaza parecía lejana, los franceses ocuparon la ciudad el 15 de marzo de 1810. En 1812, los franceses se retiraron de Almería tras ser vencidos.

En 1814, Fernando VII regresó al poder, trayendo consigo el absolutismo. En este contexto, ocurrió uno de los episodios históricos más conocidos de la capital: el Pronunciamiento de los Coloraos. En 1824, un grupo de soldados de Gibraltar, apodados "coloraos" por el color de sus casacas, desembarcó en Almería para proclamar la libertad. Fracasaron en su intento y 22 de ellos fueron fusilados. Años más tarde, se levantó en su honor el monumento a los Mártires de la Libertad en la Plaza Vieja, conocido como el "pingurucho".

El siglo XIX también fue un siglo de avances en la organización territorial, el urbanismo y las infraestructuras. Los liberales, al llegar al gobierno, promovieron una reestructuración administrativa del país, de la que nacieron las provincias actuales. Gracias a las gestiones del Conde de Ofalia, Almería se convirtió en provincia en 1834, separándose del antiguo Reino de Granada.

La ciudad cambió drásticamente, pasando de ser una ciudad con muchos conventos a una ciudad más moderna. Las murallas fueron derribadas casi por completo en 1855. Se urbanizaron los terrenos de los monasterios, creando plazas como la de San Francisco (actual San Pedro). La ciudad obtuvo un sistema de alcantarillado y agua potable. Se trazaron nuevas calles, se abrió la nueva Puerta de Purchena, se canalizó la Rambla de Belén y el centro de la ciudad se trasladó al nuevo Boulevard, de inspiración francesa, que hoy es el Paseo de Almería.

Archivo:1891-09-30, La Ilustración Española y Americana, La inundación de Almería
Aspecto de la calle del Gran Capitán, después de la avenida del 11 de septiembre de 1891 (La Ilustración Española y Americana).

El 11 de septiembre de 1891, una riada causó al menos 10 muertes. Después de este suceso, se realizaron obras en las ramblas de la zona.

El lugar que ocupa la actual provincia de Almería es, según el historiador Luis Siret, "un impresionante museo natural". Esto se debe a las tres culturas neolíticas que se desarrollaron en el territorio: la de Almería, la de Los Millares y la de El Argar. En el período clásico, muchas poblaciones íberas y colonias fenicias y cartaginesas fueron importantes en Almería. Destacan poblaciones como Urci (junto a Villaricos), Abdera (Adra), Murgi (El Ejido), Baria (Vera) o Tagilis (Tíjola). El puerto de la actual capital de Almería (Portus Magnus) ya era utilizado y valorado por los comerciantes romanos.

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