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Alimento espacial para niños

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Archivo:ISSSpaceFoodOnATray
Paquete de alimentos usado en la Estación Espacial Internacional. Es interesante ver cómo usan imanes, muelles y velcro para sujetar la cubertería y que no flote en la cabina.
Archivo:STS-104 Zvezda galley
Cocina espacial.

El alimento espacial es la comida especial que los astronautas llevan y consumen durante sus viajes al espacio. Su objetivo principal es darles la energía y los nutrientes que necesitan para mantenerse sanos y fuertes fuera de la Tierra. Hoy en día, es muy importante estudiar la nutrición en el espacio, especialmente porque se planean viajes espaciales cada vez más largos.

A finales del siglo XX, la popularidad de los alimentos deshidratados creció mucho, en parte gracias a la era espacial. El propósito de la comida espacial es que los astronautas reciban los nutrientes necesarios y que, además, disfruten de sus comidas, como lo harían en la Tierra. La alimentación espacial ha mejorado mucho en las últimas décadas.

Actualmente, los alimentos espaciales son un campo importante en la tecnología de los alimentos. A menudo, se deben crear comidas con características muy específicas. Por ejemplo, en un ambiente de microgravedad (donde no hay gravedad), algunos alimentos pueden soltar migas o las bebidas pueden formar gotas que flotan y podrían dañar los equipos de la nave. Además, los astronautas experimentan cambios en su cuerpo antes, durante y después de los vuelos, y la comida espacial debe ayudarles a enfrentar estos desafíos. Los alimentos espaciales se preparan y sirven de forma similar a las raciones militares listas para comer.

Historia de la comida espacial

La historia de la comida espacial comenzó con el primer vuelo humano al espacio, el Vostok 1, el 12 de abril de 1961. Aunque el cosmonauta soviético Yuri Gagarin fue el primero en orbitar la Tierra, fue su compañero Gherman Titov quien comió por primera vez en el espacio en agosto de 1961. Un año después, John Glenn se convirtió en el primer estadounidense en comer en el espacio durante el proyecto Mercury, probando una salsa de manzana. Al principio, los científicos no estaban seguros de si sería posible tragar sin gravedad. Con el tiempo, los sistemas de las naves mejoraron y la nutrición se volvió más importante a medida que los viajes espaciales se hacían más largos.

Los primeros alimentos llevados al espacio eran muy nutritivos por dos razones: había suficiente agua para rehidratarlos (las naves Apolo y Shuttle producían agua) y se conservaban por más tiempo. Hoy en día, muchos alimentos en las estaciones espaciales ya están hidratados. Al principio, lo más importante era que los alimentos fueran prácticos, por eso se envasaban en tubos o cubos. Pronto surgió la pregunta: ¿Cuánta energía necesita un astronauta? ¿Cambia su cuerpo en el espacio? La comida espacial ha evolucionado mucho en pocas décadas, desde pequeñas raciones preparadas en la Tierra hasta la posibilidad de cocinar en el espacio. Esta evolución es natural, ya que los viajes se han alargado y las naves son más cómodas, incluso con hornos. Los sistemas de soporte vital futuros podrían permitir cultivar alimentos en el espacio.

¿Cómo era la comida en el Programa Mercury?

Archivo:Borsch-tube
Tubo de la época espacial soviética que contenía una sopa rusa: borscht. Los cosmonautas lo llamaban "vodka" de broma.

Durante las misiones del programa Mercury (1961-1963), no se necesitaban grandes cantidades de comida porque los vuelos duraban muy poco, apenas una hora y media. Las comidas se tomaban antes del despegue. Este proyecto fue uno de los primeros intentos de Estados Unidos de enviar un hombre al espacio. Sin embargo, se hicieron experimentos para ver si se podía masticar, tragar y beber en microgravedad, y se obtuvieron las primeras conclusiones. John Glenn fue el primer estadounidense en comer en el espacio, usando un tubo de aluminio con salsa de manzana. La primera mujer en comer en el espacio fue la astronauta rusa Valentina Tereshkova en el Vostok 6.

Los alimentos se diseñaron para que no soltaran migas ni contaminaran los equipos electrónicos de la nave. Eran muy ricos en calorías, es decir, mucha energía en poco espacio. Más tarde, se intentó mejorar su sabor para que fueran más agradables.

Los primeros alimentos del proyecto Mercury se presentaban de dos formas:

  • Tubos: Eran como los tubos de pasta de dientes actuales. Los alimentos en tubos eran muy usados al principio porque los astronautas podían apretarlos directamente en la boca. Los tubos de aluminio a veces pesaban más que la comida, por eso se intentaron hacer de plástico. El problema era que no se podían meter muchos tipos de alimentos en tubos.
  • Aperitivos deshidratados: Eran pequeños cubos (del tamaño de un bocado) de casi un centímetro cúbico. Se hacían con gelatinas especiales para que las migas no flotaran y dañaran los equipos. Se diseñaron para que se rehidrataran con la propia saliva. Estos cubos estaban hechos con proteínas y tenían muchas calorías y grasas.

El aspecto, la textura y el sabor de estos alimentos del Proyecto Mercury no eran muy buenos, y los astronautas se quejaban a menudo. Muchos alimentos volvían intactos de las misiones. Pronto se dieron cuenta de que las raciones debían ser pequeñas para masticarlas despacio. También se probaron alimentos en polvo que se rehidrataban justo antes de comer.

¿Qué cambios hubo en el Programa Gemini?

Archivo:Astronautennahrung amerikanische, Apfelsaft, Kaffee
Bolsas de comida deshidratada con apliques para inyectar agua antes de comer.

Durante los 10 vuelos del programa Gemini (1964 a 1966), se acumularon casi 14 días de vuelo espacial. Se hicieron mejoras en el empaque y en la variedad de alimentos. Se trabajó para mejorar el sabor y la textura de los alimentos deshidratados. Se incluyeron bebidas como mosto y zumo de naranja. Los envases tenían aberturas para introducir agua con una manguera. Después de comer, se ponían pastillas especiales para evitar que la comida se estropeara durante la misión.

En la misión Gemini, se hizo un gran esfuerzo para reducir el volumen de los alimentos. Se logró empacar unos 0,58 kg de comida deshidratada por astronauta al día, repartida en tres almuerzos, y el menú cambiaba cada cuatro días. Los menús se diseñaban para que cada astronauta consumiera 2500 kcal al día. Los controles de higiene llevaron a un método de procesamiento de alimentos que aún se usa hoy en la industria de alimentación, llamado HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control). Los alimentos en forma de cubos se usaron durante el programa Gemini, pero los astronautas los aceptaban tan poco que algunos perdían peso.

¿Cómo comían los cosmonautas soviéticos (Soyuz)?

Los soviéticos fueron los primeros en aprender sobre la experiencia de comer en el espacio. Además, sus misiones solían ser más largas que las de Estados Unidos. Se investigó mucho sobre cómo vivir y alimentarse en el espacio. Las estancias en la estación espacial Mir demostraron que los humanos podían vivir en microgravedad por más de un año. Gran parte de la comida diseñada por la Roscosmos (agencia espacial rusa) se llevaba en latas.

¿Qué novedades trajo el Programa Apolo?

Las experiencias de los proyectos Gemini y Mercury ayudaron a mejorar la comida en la misión Apolo (1968 a 1972), que logró llevar al hombre a la Luna. Al principio, los alimentos se distribuían de forma similar al proyecto Gemini (rehidratando con agua), pero la variedad del menú era mucho mayor. Por primera vez, aparecieron recipientes que mantenían la temperatura de los alimentos.

La comida de un astronauta para una semana ocupaba el espacio de tres cajas de zapatos. A medida que la nutrición y la duración de los viajes mejoraron, se incluyeron alimentos en latas y envases flexibles esterilizados que podían guardarse a temperatura ambiente por mucho tiempo. Los astronautas del programa Apolo fueron los primeros en tener agua caliente para rehidratar sus alimentos y mejorar su sabor. El uso de cubertería, como cucharas especiales, se usó por primera vez en el Apolo 8 y luego en otros programas. Además, los alimentos servidos en el programa Apolo fueron los primeros en ser tratados con irradiación para conservarlos.

Las barras alimenticias se introdujeron por primera vez en el programa Apolo. La idea era que no tuvieran que usar las manos para comerlas. Estas barras estaban hechas de frutas y cereales prensados en una capa de almidón comestible. Se hizo un gran esfuerzo para que los alimentos tuvieran una forma familiar y fueran más apetecibles. Los astronautas que fueron a la Luna comían, por ejemplo, café, trozos de beicon, cornflakes, huevo revuelto, galletas de queso, sándwiches de ternera, pudding de chocolate, butterscotch, ensaladas de atún, mantequilla de cacahuete, estofado de ternera, spaghetti y salchichas.

¿Cómo se comía en el Skylab?

Archivo:S73-20236
Astronautas del Skylab durante el almuerzo.

El Skylab (1973 a 1974) fue la primera estación espacial de Estados Unidos, y allí se estudió mucho el cuerpo humano en el espacio. En el Skylab se instaló un horno eléctrico, lo que permitió preparar comidas por primera vez en el espacio, creando la primera cocina espacial. Se intentaba dar a cada astronauta unas 2.800 kcal al día. Se analizaron 37 nutrientes diferentes en menús que cambiaban cada 56 días. Los alimentos del Skylab en 1973 eran los más agradables diseñados por la NASA hasta ese momento, con un menú de 72 platos que rotaban cada seis días.

La mayoría de los alimentos se enlataban en recipientes de aluminio que duraban dos años y estaban diseñados para soportar cambios de presión. Los alimentos enlatados mantenían sus propiedades incluso a temperaturas de hasta 54 °C. El Skylab fue la primera nave con neveras para guardar alimentos, lo que permitía comer helado, bebidas frías e incluso alimentos congelados como langosta o filetes. La cubertería era más variada, incluyendo tijeras (para cortar los envases) y tenedores. La cuarta misión del Skylab duró de 56 a 84 días, y las barras alimenticias, muy ricas en calorías, aportaron casi la mitad de la energía que consumieron los astronautas.

¿Qué pasó con la comida en el Programa del transbordador espacial?

El programa del transbordador espacial (1981 hasta 2011) volvió al sistema de alimentos sin refrigeradores ni neveras en las naves. Los vuelos eran más cortos que los del Skylab. Se regresó al sistema de alimentos deshidratados, que se rehidrataban con agua caliente o fría según el producto. El resto de los alimentos eran termoestabilizados, irradiados, presentados de forma natural (nueces, galletas) o parcialmente secos (fruta seca). Las bebidas venían en polvo y se rehidrataban justo antes de beber. La novedad de este programa fue la inclusión de productos comerciales, lo que hacía la comida más atractiva para los astronautas al ser "más familiar".

El menú del Shuttle fue el más variado de todos los programas anteriores, con casi 350 tipos de alimentos (y 20 tipos de bebidas). Se mejoró la presentación basándose en encuestas a los astronautas. Se diseñó un menú estándar para todas las misiones que permitía cambios personales según las preferencias de cada astronauta. Cada menú era revisado por un dietista para asegurar que cumpliera con los requisitos nutricionales de la misión. A pesar de este esfuerzo, las comidas no eran muy populares, quizás debido al estrés de las misiones.

¿Cómo se colabora en la Estación Espacial Internacional?

En la Estación Espacial Internacional (EEI), los astronautas estadounidenses y rusos pudieron colaborar en la creación de menús. Las primeras misiones conjuntas con la Mir y Estados Unidos permitieron estancias largas en el espacio. Una de ellas, llamada LDM-1, tuvo a dos cosmonautas y un astronauta conviviendo entre 112 y 188 días en 1998. Se usaron algunos diseños del Shuttle y se exigió que los alimentos duraran al menos 9 meses. Por primera vez, las etiquetas de los alimentos incluían la fecha de caducidad. En la Mir, había dos calentadores donde se podía calentar el pan.

En las primeras misiones conjuntas, había un problema: la temperatura máxima que alcanzaban los alimentos del Shuttle no era compatible con los calentadores de la Mir (65 °C). Se diseñó un plan de cuatro comidas (etiquetadas A, B, C, D) en un menú que rotaba cada seis días. Los rusos planificaron un consumo de 2500 kcal en total, repartidas en tres comidas principales y un extra de 500 kcal en aperitivos. Cada 90 días, la tripulación recibía suministros a través de un sistema logístico llamado MPLM.

Los menús venían con las bandejas y todos los componentes listos para no perder tiempo montándolos durante la misión. A diferencia del Shuttle, la energía eléctrica en la EEI proviene de los paneles solares, lo que significa menos agua disponible. Por eso, en las misiones de la EEI no se usan tantos alimentos deshidratados, y se prefieren los alimentos termoestabilizados.

Nutrición en el espacio

Archivo:Astronautennahrung amerikanische
Lista de alimentos envasados al vacío: 1. té, 2. chocolate instantáneo, 3. huevos revueltos, 4. vainilla instantánea, 5. fideos con pollo; Technik Museum Speyer.

La nutrición en el espacio es un tema con muchas áreas de estudio. Las necesidades de nutrientes de una persona en el espacio no son las mismas que en la Tierra, en parte por la ausencia de gravedad. Por eso, es un campo de interés para la investigación en áreas como la endocrinología, el sistema inmunitario y los músculos y huesos. Se sabe que los astronautas necesitan menos energía de lo que se pensaba en la Tierra. En algunos casos, beben menos líquidos de lo normal. La experiencia del Skylab y la estación espacial rusa Mir ha demostrado que la variedad y calidad de los alimentos son muy importantes en los sistemas cerrados. Estar mucho tiempo en el espacio causa cambios en el cuerpo humano, como una disminución de eritrocitos (glóbulos rojos) en la sangre, un debilitamiento del sistema inmunitario, falta de apetito y cambios en el corazón.

Desde un punto de vista social, en un ambiente de estrés como el de las misiones espaciales, los astronautas a veces prefieren comer aperitivos en lugar de comidas completas. El esfuerzo y las condiciones de vida en el espacio pueden hacer que pierdan el apetito y que sus necesidades nutricionales cambien por completo. Durante los primeros días de vuelo, pueden surgir problemas digestivos porque es difícil liberar gases en microgravedad, lo que afecta el apetito. Las diarreas son un problema común entre los astronautas. También se ha visto que las paredes del intestino son menos eficientes para absorber nutrientes.

Algunos informes indican que los astronautas notan cambios en el sabor de los alimentos. Se hicieron experimentos con los cinco sabores y se detectaron cambios en cómo los percibían, quizás influenciados por la congestión nasal causada por la microgravedad. La disminución de plasma en la sangre hace que, antes de regresar a la Tierra, los astronautas beban un litro de solución salina. Las condiciones de baja gravedad afectan la composición de los huesos, que pierden minerales. Por eso, las dietas de los astronautas son más ricas en calcio y en elementos que ayudan a fijar el calcio (vitamina D y magnesio). No se han detectado diferencias en la nutrición por el género.

Las misiones de menos de 30 días tienen requisitos energéticos muy claros: un astronauta debe consumir 2800 kcal por día, con 1 gramo de proteína por cada kilogramo de peso corporal y una cantidad de grasas que le permita mantener su peso, pero limitada a 150 gramos por día. El consumo de carbohidratos se reduce para evitar fermentaciones intestinales y disminuir la cantidad de desechos. Las necesidades de agua son un poco mayores que las de una persona en la Tierra.

Retos actuales de la comida espacial

Las misiones espaciales futuras durarán años, y se está investigando la posibilidad de cultivar alimentos en el espacio. Los requisitos principales para estos sistemas de alimentos son que ocupen poco espacio, sean nutritivos, agradables al paladar y generen la menor cantidad de basura posible. La nutrición para estas misiones largas debe considerar cualquier problema que pueda surgir, como pérdida de peso, deshidratación, desequilibrio de electrolitos, pérdida de calcio o disminución de eritrocitos. También debe tener en cuenta la ingesta específica de micronutrientes: por ejemplo, en Estados Unidos, la dosis diaria recomendada de calcio es de 1000 mg, pero en el espacio debe aumentarse a 1200 mg. Por el contrario, la ingesta diaria de hierro debe disminuirse de 18 mg a 10 mg.

Los sistemas de alimentación diseñados no solo deben cubrir las necesidades físicas, sino también los posibles problemas psicológicos, como cambios de humor, irritabilidad o estrés. La comida debe ser lo suficientemente sabrosa como para ser un elemento de convivencia y disfrute en las misiones. Se sabe que las misiones futuras durarán cerca de 2,5 años, y el reto es proporcionar alimentos que puedan durar comestibles hasta tres años. Esto obliga a repensar los sistemas de almacenamiento y enlatado.

Las misiones tripuladas de larga distancia implican años de permanencia en el espacio. Esto significa aproximadamente 1000 días. Si un astronauta come casi un kilogramo de comida al día, se necesitaría una tonelada de comida por astronauta para satisfacer las necesidades de una tripulación. Este requisito ha llevado a pensar en los sistemas de soporte vital que podrían incluir la producción de alimentos en el espacio mediante la agricultura o la entomofagia (comer insectos), entre otras opciones.

Se han investigado materiales alimenticios como la formosa (una mezcla compleja de azúcares). Otras investigaciones pasadas, realizadas por científicos alemanes, han explorado la conversión de lípidos (grasas) a partir de dióxido de carbono e hidrógeno.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Space food Facts for Kids

  • Sistemas de soporte a la vida
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Alimento espacial para Niños. Enciclopedia Kiddle.