Pedro de Mena para niños
Datos para niños Pedro de Mena y Medrano |
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![]() Busto de Pedro de Mena en la Calle Afligidos de Málaga, junto a la que fue su casa-taller.
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Información personal | ||
Nacimiento | Agosto de 1628 Granada, ![]() |
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Fallecimiento | 13 de octubre de 1688 Málaga, ![]() |
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Sepultura | Abadía del Císter, Málaga | |
Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Padres | Alonso de Mena | |
Cónyuge | Catalina de Vitoria Urquízar | |
Educación | ||
Educado en | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Escultor barroco | |
Movimiento | Barroco | |
Pedro de Mena y Medrano (nacido en Granada en agosto de 1628 y fallecido en Málaga el 13 de octubre de 1688) fue un importante escultor del estilo barroco en España.
Pedro de Mena se dedicó principalmente a crear imaginería religiosa, que son esculturas de figuras sagradas. Su padre, Alonso de Mena, también era escultor y Pedro heredó su taller en Granada. Además, tuvo otro taller en Málaga durante treinta años. Se mudó a Málaga para trabajar en una de sus obras más famosas: la sillería del coro de la Catedral de Málaga. En esta ciudad, realizó muchos trabajos, especialmente para órdenes religiosas.
Sus obras se distinguen por varios detalles: las caras y rasgos alargados de sus figuras, las ropas con pliegues muy finos y los colores intensos que usaba (policromía). También destacaba el realismo en la piel de las figuras, que se ve claramente en sus esculturas de la Magdalena Penitente, las "Dolorosas" y los "Ecce Homo". Gracias a la gran impresión que causó su escultura de San Francisco de Asís para la Catedral Primada de Toledo, fue nombrado maestro principal de escultura de esa catedral.
Contenido
La vida y carrera de Pedro de Mena
Pedro de Mena fue bautizado el 29 de agosto de 1628 en Granada. Sus padres fueron Alonso de Mena, un escultor reconocido, y su segunda esposa, Juana de Medrano. Pedro aprendió el oficio en el taller de su padre, donde también trabajaban otros aprendices como Pedro Roldán.
Cuando su padre falleció en 1646, Pedro, con solo dieciocho años, se hizo cargo del taller. A partir de 1652, compartió el taller con Alonso Cano, quien regresó a Granada desde Madrid. Pedro de Mena y Alonso Cano trabajaron juntos, y esta colaboración fue muy importante. Gracias a ella, Mena aprendió técnicas más avanzadas y una nueva forma de ver el arte, lo que le ayudó a mejorar su técnica y a crear obras con mucho realismo.

El 5 de junio de 1647, Pedro se casó con Catalina de Vitoria y Urquízar, de Granada, que tenía 13 años. Tuvieron seis hijos antes de mudarse a Málaga, de los cuales tres se hicieron religiosos. En Málaga, tuvieron ocho hijos más, pero solo dos sobrevivieron: José, que fue capellán real en Granada, y Juana Teresa, que se hizo monja en el Císter, donde ya estaban sus hermanas Andrea y Claudia Juana. Pedro de Mena era muy creyente y pidió ser enterrado entre las dos puertas de la iglesia del Císter para que su lápida fuera pisada por todos los fieles que entraran.
Pedro de Mena tuvo una fuerte conexión con varias cofradías religiosas y fue líder de la hermandad de artistas del Santísimo Corpus Christi, Ánimas y Misericordia.
En 1678, logró ser aceptado como "familiar" de una institución importante de la época. Esto significaba un gran avance social, ya que era un reconocimiento público de su buena reputación y le otorgaba algunos privilegios, como no tener que pagar ciertos impuestos. Sus amigos más cercanos eran principalmente personas de la iglesia.
Pedro de Mena permaneció en Granada hasta 1658, cuando el obispo de Málaga, Diego Martínez de Zarzosa, lo llamó para que hiciera la sillería del coro de la Catedral de la Encarnación de Málaga. En esta ciudad, excepto por una estancia en Madrid entre 1662 y 1663, Pedro de Mena estableció su taller definitivo. Tuvo mucho éxito con sus encargos hasta su fallecimiento en octubre de 1688.
En mayo de 1663, fue nombrado maestro principal de escultura de la catedral de Toledo por iniciativa del cardenal Baltasar Moscoso y Sandoval. Allí se encuentra su obra San Francisco de Asís, considerada una de las mejores. Al regresar a Málaga, Pedro de Mena demostró ser un buen empresario. Dejó un representante en Madrid para conseguir nuevos encargos y conseguir los materiales que necesitaba para su trabajo.
Sus obras se hicieron conocidas por toda España. Se cree que su hijo Alonso, que era jesuita, le ayudó a que sus esculturas llegaran a templos de esta orden en ciudades como Alcalá de Henares, Madrid, Marchena, Sevilla e incluso en Ciudad de México y Lima.
Pedro de Mena era muy trabajador y tenía buenas habilidades para los negocios. Esto le permitió tener una vida cómoda y una posición respetable en la sociedad. En 1679, fue nombrado teniente de alcalde de la fortaleza de Gibralfaro. Ese mismo año, meses después, enfermó de peste. Redactó su tercer y último testamento, donde detalló que poseía seis casas y donó al convento de Santa Ana del Císter dos bustos, una Dolorosa y un Ecce Homo, a cambio de ser enterrado allí. No murió de la peste, pero la enfermedad le dejó secuelas. A partir de entonces, su discípulo Miguel Félix de Zayas se hizo cargo del taller. Se cree que en sus últimos años, Mena solo dibujaba y hacía bocetos, repitiendo modelos, pero siempre cumpliendo con los encargos. Fue enterrado, como deseaba, en el convento del Císter el 14 de octubre de 1688.
En 1876, la abadía del Císter en Málaga fue demolida y sus restos fueron encontrados en una caja de pino. Fueron trasladados a la iglesia del Santo Cristo de la Salud, y en 1996, se movieron de nuevo a la actual iglesia del Císter, muy cerca de donde vivió y murió. Allí sigue enterrado en una pequeña capilla, junto a los bustos de la Dolorosa y el Ecce Homo que él mismo había creado y donado.
El estilo artístico de Pedro de Mena
En sus primeras obras, se puede ver claramente el estilo de su padre, que Pedro fue cambiando poco a poco. La gran influencia de Alonso Cano en su arte se nota en que las caras de sus figuras femeninas se hicieron más ovaladas, los cuellos más largos, las narices más finas y las bocas más pequeñas.
A partir de su estancia en Málaga, su estilo se volvió mucho más realista y naturalista. También mejoró mucho su técnica en la talla y en la policromía (el uso de colores). Al conocer las obras de artistas de Castilla, simplificó las formas y volúmenes de sus figuras, pero les dio un contenido espiritual más profundo. Fue en esta etapa cuando creó sus mejores obras. En su última etapa, los modelos se hicieron más sencillos, pero su maestría y habilidad técnica eran tan grandes que, sin mucho esfuerzo, seguía creando obras muy valiosas.
Los temas y modelos que usaba en sus esculturas no eran siempre ideas propias. Se inspiraba en las obras de su padre, Alonso de Mena (su gran maestro), Alonso Cano, Gregorio Fernández y Pablo de Rojas. También se inspiraba en pinturas o grabados. Sin embargo, en las obras de Mena, lo más importante era la calidad de la técnica. Esto hacía que los bordes de las túnicas y mantos parecieran telas muy finas y que las caras expresaran una gran espiritualidad. Casi toda su producción fue de tema religioso, excepto las imágenes de los Reyes Católicos para las catedrales de Granada y Málaga.
Aunque fue una época de gran crecimiento para las hermandades de Semana Santa, solo se sabe de una escultura que hizo para ellas: un Nazareno en 1679 para la ciudad de Lucena. Esta escultura no gustó a la cofradía porque no tenía un mecanismo para mover el brazo que debía bendecir. Mena se dedicó sobre todo a esculturas de tamaño pequeño, con temas como el Niño Jesús, Santos, Inmaculadas, Dolorosas y Ecce Homo. Solo se conoce un Crucificado suyo, que ya no existe. El Cristo de la Buena Muerte del convento de Santo Domingo es de tamaño más grande que el natural, pero el resto de sus Cristos son más pequeños.
En sus primeros años, Pedro de Mena se encargaba él mismo de terminar sus esculturas y de aplicar los colores. Con el tiempo, dejó esta tarea a pintores especialistas, pero siempre bajo su supervisión. Aquí también se nota la influencia de Alonso Cano. Al principio, usaba una técnica de color llamada estofado, con diseños ricos y bordes decorados, y los tonos de piel eran más oscuros. Después de colaborar con Cano, dejó el estofado y prefirió colores lisos y contrastados, y un realismo en las ropas sencillas de los santos franciscanos. Los tonos de piel se hicieron más claros, y añadió detalles como pelo natural, pestañas, dientes de marfil y ojos de cristal.
Obras importantes de Pedro de Mena
Período en Granada

Entre sus primeras obras, realizadas en el taller de su padre en Granada, se encuentra un San Francisco Solano. Fue encargado en 1647 para un convento franciscano en Montilla. Es una escultura de tamaño natural que se conserva en la parroquia de Santiago de esa ciudad.
Las mejores obras de este primer período son San Pedro y San Pablo del convento de San Antón, de tamaño mediano (123 cm). Tienen ropas con pliegues finos y muy naturales, colores muy ricos y caras con tonos más oscuros.
La llegada de Alonso Cano al taller y su colaboración hicieron difícil saber con exactitud quién hizo cada obra. En la iglesia de los santos Justo y Pastor, se pueden ver cuatro evangelistas que tienen colores de gran calidad, al igual que el San Juan Bautista del convento de San Antón de Granada. Se dice que Mena hizo las imágenes de San José y San Antonio con el Niño, San Diego de Alcalá y San Pedro de Alcántara, que hoy están en el museo de Bellas Artes de Granada. Estas esculturas destacan por su elegancia y por su capacidad de captar las figuras de forma individual, con el realismo que lo caracteriza.
En la capilla de Nuestra Señora del Carmen en la catedral, se encuentra la imagen de San Elías. Es una escultura muy expresiva y con mucho movimiento, que muestra al profeta con una espada en una mano y un libro en la otra. Su rostro es el de un anciano con arrugas, delgado y enérgico, con barba y cabello largo.
Período en Málaga
Pedro de Mena era una persona con ganas de crecer y ambición. Aceptó con entusiasmo la invitación del obispo de Málaga, Diego Martínez de Zarzosa, para hacer la sillería alta del coro de la Catedral de Málaga. Su idea era regresar a Granada después de terminar este trabajo. Sin embargo, la gran fama y el prestigio que consiguió con esta obra, junto con la poca competencia en Málaga y el aumento constante de encargos, lo llevaron a establecer su taller allí y quedarse hasta su muerte.
La sillería de la catedral
En 1658, el obispo Martínez Zarzosa le encargó a Pedro de Mena que terminara la sillería del coro de la Catedral de Málaga. Esta obra había sido iniciada en 1630 por el escultor Luis Ortiz de Vargas, continuada por José Micael y Alfaro y se había detenido en 1650. Mena fue elegido para reanudarla en 1658.
El contrato para esta obra se firmó el 25 de julio de 1630. Se acordó hacer cuarenta paneles con imágenes de santos, incluyendo mártires, padres de la Iglesia, fundadores de órdenes religiosas y otros, todos colocados en la parte alta de la sillería.
En este trabajo se nota mucho la influencia de Alonso Cano. Por un lado, hay imágenes muy serenas y clásicas, como San Lucas, que sirvió de modelo para presentar al obispo, y San José con el Niño, inspirado en un dibujo de Cano. Por otro lado, las obras posteriores muestran más realismo y detalles naturales, como San Ignacio de Loyola, San Agustín o los patronos de Málaga, San Ciriaco y Santa Paula. Las anatomías de San Sebastián y San Jerónimo son de gran calidad. Esta es una de sus obras más importantes y mejor logradas. Un pintor y escritor de la época, Antonio Palomino, consideró el coro de la catedral de Málaga como "la octava maravilla del mundo".
Estancia en Madrid
Pedro de Mena viajó a Madrid y Toledo entre 1662 y 1663. Quería conocer las obras de Alonso Cano de su etapa en Madrid y las de otros artistas. También, aconsejado por Cano, quería darse a conocer en la corte. Poco después, regresó a Málaga, donde había dejado a su familia, con nuevos encargos y dejando un representante en Madrid para futuras obras.
San Francisco de Asís
En la sacristía de la Catedral Primada de Toledo se encuentra la imagen de San Francisco de Asís, de 83 cm. Es una escultura magnífica. Aunque ya se hablaba de ella como obra de Pedro de Mena, durante mucho tiempo en el siglo XIX se le atribuyó a Alonso Cano. La escultura representa al santo tal como se describió cuando fue visto en 1449 en su tumba: de pie, cubierto con una capucha, mirando al cielo con las manos ocultas y mostrando el pie descalzo con la llaga. Este descubrimiento se difundió mucho y llegó a España, donde varios artistas lo representaron. Mena ya había trabajado este tema en la sillería de la catedral de Málaga. Quedaron muy contentos con su obra, por lo que lo nombraron maestro principal de escultura de la catedral de Toledo, gracias al cardenal Moscoso y Sandoval. El tema de San Francisco de Asís fue uno de los más frecuentes en su trabajo, con pequeñas variaciones, como las esculturas del Museo de la Ciudad de Antequera (Antequera) y la de la iglesia de San Martín de Segovia.
Obras de su etapa de madurez
María Magdalena penitente
Pedro de Mena es especialmente conocido por sus esculturas de María Magdalena en actitud de súplica, a la que se le llama Magdalena Penitente.
La Magdalena de Mena es una mujer joven, aunque delgada por la penitencia. Su cara es ovalada y muestra un gran sentimiento, con una nariz afilada, la boca pequeña y entreabierta, y una mirada triste. Una gran cabellera le cae sobre los hombros. El dramatismo se ve en su mano derecha abierta sobre el pecho, siguiendo la mirada de la figura hacia el crucifijo que sostiene en la mano izquierda. Su cuerpo está cubierto con una tela de palma hasta los tobillos, atada con una soga en la cintura. Está de pie, con los pies descalzos asomando por debajo de la ropa y el izquierdo adelantado, como si fuera a dar un paso. Es una obra muy realista que transmite un profundo valor espiritual, mostrando la influencia de la escultura de Gregorio Fernández.
Esta escultura pasó por varios lugares a lo largo de la historia. Después de ciertos eventos históricos, fue trasladada al Museo de la Trinidad y luego al Museo del Prado. En 1933, por orden del gobierno, fue depositada en el Museo Nacional de Escultura en Valladolid. Esta obra excepcional fue restaurada y regresó al Museo de Valladolid en 2008.
Ecce Homo y Dolorosas
El Ecce Homo es la representación del momento en que Jesús, después de ser azotado, con una corona de espinas, un manto y una soga al cuello, es mostrado por Poncio Pilato al pueblo. Según el evangelio de Juan (19, 5), Pilato dice: Ecce Homo, que significa "este es el hombre", y de ahí viene el nombre de esta iconografía (tipo de imagen). Aunque hay obras anteriores, es durante el Barroco cuando más artistas, tanto pintores como escultores, crearon estas imágenes. Mena, sin embargo, eligió hacer bustos de Ecce Homo. Estas esculturas eran para la devoción en familias o conventos, y todas son de tamaño relativamente pequeño. Además del Ecce Homo que está en el Museo Catedralicio de Valladolid, hay otros dos en el Museo Nacional Colegio de San Gregorio.
El Cristo puede representarse de medio cuerpo, con una altura de unos 95 cm, cortando la imagen por debajo de las caderas, con las manos cruzadas y con los elementos de la corona de espinas, la soga y la caña, como los ejemplos de Budia en Guadalajara y el de las Descalzas Reales en Madrid. Otro modelo es el busto hasta el pecho, con los brazos y las manos atadas y los elementos correspondientes, como el de las Madres Mercedarias de Madrid. Finalmente, el tipo más común es el busto corto, que llega hasta el inicio de los brazos, con la soga colgada del cuello y la corona de espinas. El impacto principal de estas obras se logra con los colores del rostro. Entre ellos están el del convento de la Concepción de Zamora y el de la casa Profesa de Ciudad de México.

Al igual que los Ecce Homo, las Dolorosas (imágenes de la Virgen María sufriendo) se hicieron con los mismos tipos y tamaños. El más común es el de medio busto, donde la Virgen aparece con los brazos completos, como la que se guarda en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, la del Museo de Bellas Artes de Granada, o la de las Descalzas Reales también de Madrid. Esta última es de medio cuerpo, con túnica roja, velo blanco y manto azul, con una mano sobre el pecho y la otra extendida. En el rostro, los ojos están entrecerrados, la boca entreabierta y hay lágrimas en las mejillas, mostrando un dolor contenido. El modelado es sencillo y la talla de los paños es muy fina.
Una de las creaciones especiales de la escultura de Granada, atribuida a Mena, es la de hacer parejas de estos dos bustos. Entre estas parejas destacan las del monasterio de las Descalzas Reales, de 1673, las de la iglesia parroquial de Valdestillas que se guardan en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid, las de la iglesia de San Luis de los Franceses de Sevilla o las de la iglesia de San Pedro de Lima.
Esculturas de los Reyes Católicos
De todas las obras de Pedro de Mena, las esculturas de los Reyes Católicos para las catedrales de Granada y Málaga son las únicas que no tienen un tema religioso.
El contrato para las figuras de los reyes en actitud de oración, que debían colocarse en la capilla mayor de la catedral de Granada, se firmó el 26 de agosto de 1675. El escultor acordó una cantidad de 3000 ducados por la obra, incluyendo los colores. El trabajo se terminó y las esculturas se colocaron el 29 de diciembre de 1676. Mena recibió el último pago el 11 de enero de 1677. Las imágenes, hechas de madera de cedro, miden 146x126x157 cm y están colocadas a unos ocho metros del suelo. Se muestran arrodillados sobre un cojín, con las manos unidas, en actitud de oración ante el tabernáculo central de la capilla. Para el rostro de Isabel, parece que Mena usó como modelo su propia Virgen de Belén, mientras que el de Fernando parece inspirado en el cenotafio real de Domenico Fancelli. La calidad de las vestiduras, talladas con los más mínimos detalles, se realza con los magníficos colores. La reina lleva un vestido y un manto con ricos adornos vegetales, predominando los colores rojos y dorados. El rey está vestido con un manto rojo forrado de armiño y decorado con símbolos de los monarcas. La pintura fue realizada por Luis de Zayas.
En 1676, probablemente al ver las esculturas anteriores, se le encargó a Mena otra pareja real, también en actitud de oración, para la capilla de la Virgen de los Reyes de la catedral de Málaga. Estas esculturas son más pequeñas que las de Granada, sus vestiduras son más sencillas y las cabezas de los monarcas están inclinadas hacia arriba para orar en dirección a la imagen de la Virgen con el Niño que se encuentra en un plano superior.
Obras destacadas
- Inmaculada Concepción de Alhendín (Granada)
- Inmaculada Concepción, Liebieghaus Skulpturensammlung Frankfurt (Alemania)
- San Antonio, Convento de San Antonio Montefrío (Granada)
- Virgen de la Sangre (1672), Hermandad de la Vera Cruz. Rute (Córdoba) (atribución).
- Soledad y Quinta Angustia. Cabra (Córdoba) (atribución).
- Magdalena penitente. Museo Nacional Colegio de San Gregorio (Valladolid).
- Magdalena penitente. Real Iglesia de San Miguel y San Julián de Valladolid.
- Magdalena penitente. Iglesia de la Magdalena de Valladolid.
- San Pedro de Alcántara. Museo Nacional Colegio de San Gregorio (Valladolid).
- Bustos en pareja de Ecce Homo y Dolorosa. Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid.
- Bustos en pareja de Ecce Homo y Dolorosa. Museo del Císter, Málaga.
- Bustos en pareja de Ecce Homo y Dolorosa. Museo de Bellas Artes de Málaga.
- Bustos en pareja de "Ecce Homo y Dolorosa". Iglesia de San Pedro Apóstol. Budia (Guadalajara)
- San Francisco de Asís, en el Museo de Antequera en Málaga.
- Sillería alta del coro de la Catedral de la Encarnación de Málaga.
- San Francisco de Asís en la Catedral de Toledo.
- Los Reyes Católicos. Catedral de Granada.
- Los Reyes Católicos. Catedral de Málaga.
- La Dolorosa, en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.
- San Pascual Baylón. Museo catedralicio de Málaga.
- Inmaculada. Iglesia de San Nicolás de Bari (Murcia).
- María Santísima de la Esperanza. Pontificia y Real Archicofradía del Dulce nombre de Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza Coronada. Basílica de la Esperanza (Málaga)
- Inmaculada. Museo del Císter, Málaga.
- Inmaculada. Seminario de Málaga, (recientemente descubierta).
- San Juan Bautista Niño, (1674), Museo de Bellas Artes de Sevilla.
- Grupo escultórico del Sagrado Lavatorio. Ermita de Dios Padre de Lucena.
- Cristo de la Buena Muerte y Ánimas (Cristo de Mena). Iglesia de Santo Domingo (parte de una pierna no quemada completamente de la escultura original se exhibe en el museo del Palacio Episcopal, y el pie lo guarda la Congregación de Mena)
- Virgen de Belén. Iglesia de Santo Domingo
- Ecce homo y Dolorosa. Parroquia del Carmen
- La Soledad. Parroquia de San Pablo
- Virgen de las Lágrimas. Parroquia de los Mártires
- San Pedro de Alcántara. Iglesia de los Santos Mártires
- Bustos de jesuitas. Parroquia de Santiago Apóstol
- San Juan de Dios. Parroquia de Santiago Apóstol
- Dolorosa de las Servitas. Parroquia de San Felipe Neri
- Santa Ana. Parroquia de San Felipe Neri
- San José. Parroquia de San Felipe Neri
- San Joaquín. Parroquia de San Felipe Neri
- Dolorosa. Iglesia de San Agustín
- Dolorosa. Basílica y Real Santuario de Santa María de la Victoria (Málaga).
- Dolorosa de la Catedral de la Encarnación de Málaga.
- Niño en la cuna. Museo del Císter, Málaga.
- Aparición de la Virgen a San Antonio de Padua. Museo de Bellas Artes de Málaga.
- Busto de Dolorosa. Convento de San José de Málaga, similar a la Dolorosa de Cuenca.
- Busto de Dolorosa. Sacristía de la Catedral de Cuenca.
- San Elías. Iglesia de la Encarnación. Alcaudete (Jaén)
- Bustos en pareja de Ecce Homo y Dolorosa. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.
- Dolorosa. Museo Fitzwilliam, Cambridge (Reino Unido).
- San Diego. Museo de Arte de San Diego, San Diego (California).
- Inmaculada Concepción. Museo de Arte Sacro San Antolín, Tordesillas, (Valladolid).
- Bustos de un Ecce Homo y una Dolorosa, que se encuentran en el convento de las puras de Almería.
Galería de imágenes
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Mater Dolorosa, una escultura de madera policromada que se encuentra en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid).
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San Pedro de Alcántara. Museo Nacional de Escultura. Valladolid.
-
Magdalena penitente en el Museo Nacional de Escultura, Valladolid.
-
Ecce Homo y Mater Dolorosa. Museo Metropolitano de Nueva York.
Véase también
En inglés: Pedro de Mena Facts for Kids