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Embajador para niños

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Un embajador es una persona muy importante que representa a su país en otro país, o a veces, en una organización internacional. Imagina que es como el "enviado especial" de un país. Generalmente, el embajador vive en la capital del país extranjero donde trabaja.

El lugar donde vive y trabaja el embajador se llama embajada. La embajada y el embajador tienen un estatus especial. Esto significa que el territorio de la embajada, el personal que trabaja allí y sus vehículos tienen algo llamado inmunidad diplomática. Esto es como una protección especial que les dan las leyes internacionales, para que puedan hacer su trabajo sin problemas.

Cuando un país tiene un embajador en otro, se encargan de muchos asuntos importantes. Estos pueden ser temas de comercio, cultura, turismo, o cualquier cosa que ayude a que los dos países se lleven bien y trabajen juntos. Por ejemplo, pueden negociar acuerdos o ayudar en intercambios de ideas. Cada país tiene sus propios embajadores en diferentes partes del mundo.

Si hay pocos ciudadanos de su país viviendo o visitando el país extranjero, el embajador también puede ayudarles con sus problemas o necesidades. Se aseguran de que los ciudadanos de su país estén seguros y bien tratados. Además, el embajador es como un mensajero entre el gobierno de su país y el gobierno del país donde reside.

Antiguamente, a finales del siglo XIX, los embajadores en los países occidentales usaban uniformes muy elegantes, parecidos a los de un general, con bordados y sombreros especiales.

¿Para qué sirve un embajador?

El gobierno del país donde un embajador va a trabajar debe primero aceptar a esa persona. Si por alguna razón el gobierno anfitrión no está de acuerdo con el embajador, puede declararlo persona no grata, que significa "persona no bienvenida". Si esto ocurre, el embajador debe regresar a su país. Gracias a acuerdos internacionales como la Convención de Viena de 1961, los embajadores y el personal de la embajada están protegidos y tienen seguridad personal mientras viven en el extranjero.

Proteger a los ciudadanos en el extranjero

Hoy en día, el mundo está más conectado gracias a la tecnología. Por eso, es muy importante que los países tengan personal en las capitales extranjeras para ayudar a sus ciudadanos que viajan o viven allí. El embajador, como parte del servicio exterior, tiene la misión de proteger a los ciudadanos de su país en el país donde trabaja.

Fomentar el comercio y la economía

Con el aumento de los viajes, también ha crecido el comercio entre países. La economía de la mayoría de los países está conectada con la economía global. Esto significa que hay más oportunidades para vender y comprar productos con otras naciones. Cuando dos países hacen negocios, es útil tener un embajador y su equipo en el otro país. Ellos actúan como intermediarios, ayudando a que los negocios entre ambos países funcionen bien.

Trabajar por la paz mundial

Una de las tareas más importantes de los embajadores es trabajar para mantener la paz. Esto puede incluir luchar contra el terrorismo internacional, el soborno y otras actividades que afectan la seguridad de las personas. Los embajadores ayudan a detener estas acciones, lo que beneficia a personas de todo el mundo. Estas actividades son muy importantes y a menudo se coordinan con el Ministerio de Defensa de su país.

En algunos lugares, como Argentina, existen grupos de voluntarios y organizaciones que también trabajan por la paz entre las personas, incluso sin tener objetivos políticos o económicos directos. Por ejemplo, el Centro de Formación e Investigación en Derechos Humanos entrega una distinción especial a quienes se postulan como "Embajadores de Paz", buscando que más personas se involucren en promover la buena convivencia, la solidaridad, la empatía y el respeto desde temprana edad.

El origen de la diplomacia moderna

Archivo:Accademia - Arrivo degli ambasciatori inglesi presso il re di Bretagna di Vittore Carpaccio
Llegada de los embajadores ingleses de Vittore Carpaccio, pintado entre 1495 y 1500. Esta obra muestra cómo se desarrollaban las prácticas diplomáticas en la República de Venecia en esa época.
Archivo:AmbassadorSchwarz,Bush
Antes de empezar su trabajo, un embajador debe presentar sus credenciales. Aquí, el embajador sudafricano Harry Schwarz entrega sus credenciales al presidente estadounidense George H. W. Bush en 1991.

El sistema moderno de diplomacia, con embajadores, comenzó a desarrollarse en Italia durante el Renacimiento italiano, alrededor del año 1300. En el siglo XV, usar embajadores se convirtió en una estrategia política importante en Italia. Como muchos estados italianos eran pequeños, eran vulnerables a los más grandes. Los embajadores ayudaban a compartir información y a proteger a los estados más pequeños.

Esta forma de trabajar se extendió por toda Europa durante las Guerras Italianas. El uso de embajadores en el siglo XV en Italia tuvo un gran impacto en Europa y en cómo la diplomacia y la política se desarrollaron en el mundo. Hoy en día, Europa sigue usando muchas de las reglas y procedimientos para los embajadores que se establecieron en el siglo XVI. Un embajador era el representante de su estado para negociar y compartir información, buscando mantener la paz y establecer buenas relaciones con otros estados.

Actualmente, los embajadores son muy comunes. Los países y otras organizaciones usan representantes diplomáticos para resolver cualquier problema que surja en el mundo. Hoy en día, los embajadores suelen vivir en el país al que son asignados por mucho tiempo. Esto les permite conocer bien la cultura y la gente local, lo que les ayuda a ser más efectivos en su trabajo y a generar confianza para lograr los objetivos de su país.

También existen muchos casos de embajadores que buscan promover el intercambio cultural y las relaciones humanas positivas. A ellos se les llama "Embajadores Culturales".

Tipos de embajadores

Archivo:Maria-Pia Kothbauer with Vaclav Klaus
Maria-Pia Kothbauer, princesa de Liechtenstein y embajadora extraordinaria y plenipotenciaria en la República Checa, presentando sus credenciales a Václav Klaus.

En 1815, el Congreso de Viena estableció un sistema formal para los rangos diplomáticos. Se distinguieron tres categorías principales: los embajadores de pleno derecho (que representaban a sus jefes de Estado), los enviados o ministros (también acreditados ante jefes de Estado) y, por último, los encargados de negocios (acreditados ante el ministro de Asuntos Exteriores).

La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 formalizó este sistema y es la ley internacional que se usa hoy. Según esta convención, los embajadores son los diplomáticos de más alto rango. Representan formalmente a su jefe de Estado y tienen plena autoridad para representar a su gobierno. En la actualidad, la mayoría de los embajadores que trabajan en el extranjero como jefes de misión tienen el título completo de "Embajador Extraordinario y Plenipotenciario". Antes, la diferencia entre embajadores extraordinarios y ordinarios era importante porque no todos los embajadores vivían en el país al que eran asignados; a veces solo servían para una misión específica.

Históricamente, el "embajador extraordinario y plenipotenciario" era visto como el representante personal del gobernante. Por eso, todavía se acostumbra enviar embajadores al jefe de Estado y no al gobierno. Por ejemplo, los embajadores del Reino Unido son acreditados ante la Corte de Santiago, que es la corte real. Los embajadores tienen el rango diplomático más alto y tienen prioridad sobre los chargés d'affaires, que son acreditados por el ministro de Asuntos Exteriores.

Los países que forman parte de la Mancomunidad de Naciones (como el Reino Unido, Canadá o Australia) tienen o tuvieron el mismo jefe de Estado. Por eso, no intercambian embajadores, sino que tienen "Altos Comisionados". Estos Altos Comisionados representan al gobierno, no al jefe de Estado. El diplomático que representa a la Santa Sede (el Vaticano) se llama nuncio. Tanto el Alto Comisionado como el nuncio se consideran equivalentes en rango y función a un embajador.

Los embajadores llevan unas cartas de credibilidad formales de su jefe de Estado, dirigidas al jefe de Estado del país anfitrión. Sin embargo, en los países de la Mancomunidad, donde a menudo comparten el mismo jefe de Estado, la acreditación de un Alto Comisionado es una carta más sencilla de un jefe de gobierno (primer ministro) a otro. Por ejemplo, los Altos Comisionados británicos se titulan formalmente "Alto Comisionado del Gobierno de Su Majestad en el Reino Unido", mientras que los embajadores británicos en otros países se llaman "Embajador de Su Majestad Británica".

Mujeres en la diplomacia

Historia de las mujeres embajadoras

Archivo:68875 Alexandra Kollontai at legation in Oslo
La soviética Alexandra Kollontai en su oficina en la Legación de la URSS en Oslo (1923). Fue una de las primeras mujeres embajadoras.

La participación de las mujeres en la diplomacia es antigua, pero por mucho tiempo no fue oficial. Mujeres de la aristocracia o esposas de embajadores a menudo influían en las relaciones internacionales. Algunas, a través de su trabajo por la paz y los derechos de las mujeres, también intentaron cambiar las relaciones entre países, como Bertha von Suttner, quien ganó el Premio Nobel de la Paz en 1905.

Las carreras diplomáticas se abrieron poco a poco a las mujeres después de la Primera Guerra Mundial, aunque hubo resistencia. En 1918, Austria permitió que las mujeres estudiaran diplomacia. En Francia, la primera mujer en unirse al servicio diplomático fue Suzanne Borel en 1930. Aunque al principio no tenían acceso a las mismas carreras que los hombres, después de 1944, cuando obtuvieron el derecho al voto, se les permitió acceder a todas las carreras, pero aún enfrentaban barreras. Gracias al papel de mujeres como Freya Stark durante la Segunda Guerra Mundial, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico abrió sus carreras a las mujeres en 1946, aunque la prohibición de que las diplomáticas se casaran no se eliminó hasta 1972. Irlanda, España (en 1962) e Italia (en 1963) también abrieron sus puertas a las mujeres en la diplomacia después de la guerra.

A principios del siglo XXI, la Unión Europea incluyó la igualdad de género en sus políticas, y en 2009, Catherine Ashton se convirtió en la jefa de la diplomacia europea. Sin embargo, las mujeres embajadoras siguen siendo una minoría en muchos países. Suecia es un ejemplo destacado, con la mayor proporción de mujeres embajadoras en el mundo (48% en 2020), lo que se relaciona con su "diplomacia feminista" impulsada por la ministra Margot Wallström desde 2014.

Los nuevos gobiernos socialistas y republicanos fueron pioneros en nombrar mujeres diplomáticas. En 1918, la húngara Rosika Schwimmer fue nombrada "enviada extraordinaria" en Suiza. En 1922, la Unión Soviética envió a Alexandra Kollontai a Oslo, quien rápidamente se hizo cargo de la misión y fue ascendida a "Ministra Plenipotenciaria" en Noruega, México y Suecia, y finalmente a "embajadora" en 1943. Otras pioneras incluyen a Diana Abgar (Armenia, 1918), Isabel Oyarzábal Smith (España, 1931), Ruth Bryan Owen (Estados Unidos, 1933), Palma Guillén y Sánchez (México, 1935), y muchas otras que abrieron camino para las mujeres en la diplomacia.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Ambassador Facts for Kids

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