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Secretario de Estado (Antiguo Régimen en España) para niños

Enciclopedia para niños

El cargo de secretario de Estado o secretario de Estado y del Despacho fue el nombre que tuvieron en España los ayudantes directos del rey desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XIX. Después, este título fue reemplazado por el término "ministro", que usamos hoy.

Es importante saber que a los Secretarios de Estado y del Despacho de Estado, que se encargaban de las relaciones exteriores (asuntos con otros países), se les llamaba comúnmente Secretarios de Estado. Aunque tenían el mismo nivel que otros secretarios, el de Estado solía ser el más importante, presidiendo las reuniones y manejando los temas más relevantes.

Este cargo surgió de los secretarios del Consejo de Estado en el siglo XVI. Pero con los cambios que hizo el rey Felipe V, el sistema de muchos Consejos fue perdiendo fuerza. La Secretaría de Estado y del Despacho se volvió la institución más importante en el gobierno, encargándose de temas específicos desde 1714.

¿Qué era un Secretario de Estado en España?

Un Secretario de Estado era una persona de confianza del rey que le ayudaba a gobernar. Su función principal era manejar la comunicación entre el rey y los diferentes órganos de gobierno, asegurándose de que las decisiones del monarca se llevaran a cabo. Con el tiempo, su poder e influencia crecieron mucho.

Los primeros secretarios del Rey

La idea de tener un secretario para el Rey comenzó a principios del siglo XIV. En las Cortes de Valladolid de 1312, el rey Fernando IV decidió que cuatro escribanos (personas que escribían documentos) se encargarían de firmar y validar las órdenes y favores que el rey daba directamente. Antes, esto lo hacían otros funcionarios.

Cuando la dinastía Trastámara llegó al poder a mediados del siglo XIV, se empezó a hablar de los "secretarios". Eran escribanos que trabajaban en el círculo más cercano y personal del rey. Por ejemplo, Miguel Ruiz con Enrique II y Juan Martínez del Castillo con Enrique III. Con Enrique III, los secretarios también empezaron a tener tareas importantes en el gobierno y en la diplomacia. Estos funcionarios solían ser de la nobleza media o baja.

Durante el reinado de Juan II, la función principal de los secretarios se definió mejor: manejar todos los documentos que salían de la Cámara del Rey. Esto significaba seguir las instrucciones del rey, organizar los papeles, redactar los documentos y, una vez firmados, validarlos.

El papel de los secretarios en los Consejos Reales

Cuando los Reyes Católicos ganaron la guerra de sucesión castellana, el poder del rey se hizo más fuerte. El Consejo Real de Castilla, que ya existía, se convirtió en una herramienta clave para el gobierno y la administración. Se encargaba de aconsejar al rey en nombramientos, de la justicia como tribunal supremo y de supervisar el gobierno.

Con el tiempo, los asuntos de gobierno se hicieron más complejos y los territorios de la Monarquía crecieron. Fue necesario separar el gobierno de la Casa Real de la administración de los territorios. Los reyes crearon grupos de consejeros para temas específicos, que fueron el inicio de los "Consejos".

El Consejo de Estado y sus secretarios

Durante los reinados de Carlos I y Felipe II, se crearon muchos Consejos. Algunos eran para territorios (como Aragón, Indias) y otros para temas específicos (como Hacienda, Guerra). De todos ellos, el Consejo de Estado se creó en 1521 para aconsejar al rey en cualquier tema importante, especialmente en la política exterior.

Desde el inicio de este sistema, los secretarios personales del Rey, aunque al principio no tenían un poder definido, ganaron mucha influencia. Eran el enlace entre el Rey y los Consejos. Resumían para el Rey los asuntos que los Consejos le presentaban, anotaban la decisión del monarca y redactaban la respuesta. Como contaban con la confianza del rey, a menudo tomaban decisiones por su cuenta.

Cada Consejo tenía sus propios secretarios, pero estos dependían del Consejo y no tenían acceso directo al Rey. El secretario personal del Rey era quien conectaba al Rey con todos los Consejos.

Cuando se creó el Consejo de Estado, el rey lo presidía personalmente. Su secretario (el del Consejo de Estado) pasó a depender directamente del Rey. Esto hizo que el Secretario de Estado se volviera una figura muy importante, con acceso continuo al Rey y a los secretos del gobierno. Podía aconsejar al rey y guiar sus decisiones, aunque no venía de la alta nobleza.

Archivo:Ricardo Wall
Retrato del político y militar de origen irlandés Ricardo Wall (1694-1777), que fue teniente general del ejército español y Secretario de Estado y de Guerra durante el reinado de Carlos III de España. Lluce la venera de la Orden de Santiago, de la que era caballero, y la cruz y la banda de la Orden de San Jenaro.

La época de los "validos" y los secretarios

El reinado de Felipe III trajo un gran cambio: la aparición de la figura del "valido". Como los reyes no se dedicaban tanto a los asuntos de gobierno, se necesitaba a alguien que coordinara la política. El valido era una persona de la nobleza, de la confianza del rey, que tomaba decisiones en su nombre.

Los validos intentaron limitar la influencia de los Secretarios de Estado, ya que estos tenían acceso a información importante. El valido controlaba el Consejo de Estado y se encargaba de hablar directamente con el rey, dejando al Secretario de Estado solo con tareas más administrativas. El Secretario de Estado se limitaba a presentar los asuntos del Consejo y recibir la respuesta ya lista.

Con Carlos II, la época de los validos terminó. El gobierno pasó a ser dirigido por un "primer ministro". Este no dependía tanto de la confianza personal del rey, sino del apoyo de grupos de poder. Ante el desorden, la figura del Secretario de Estado y del Despacho se hizo más importante, siendo el intermediario entre el Rey y su primer ministro.

El Secretario de Estado y del Despacho se encargaba de presentar los asuntos diarios al rey, resumirlos y transmitir las respuestas. También podía recibir información secreta de otras autoridades para agilizar trámites y hacer pagos con fondos reservados del rey.

Las reformas de los Borbones en el siglo XVIII

Con la llegada de la nueva dinastía, los Borbones, el rey Felipe V amplió el Despacho (la forma de gobernar) con un Consejo de Despacho. Este consejo, al principio, incluía a personas importantes como Manuel Arias y el cardenal Portocarrero. La idea era que el rey de Francia, abuelo de Felipe V, pudiera controlar el gobierno español.

En 1705, debido a la gran cantidad de trabajo, el rey dividió la secretaría en dos oficinas: una para asuntos de Guerra y Hacienda, y otra para "todo lo demás" (principalmente justicia y asuntos religiosos).

La división de las Secretarías

En 1714, se implementó un sistema ministerial similar al francés, estableciendo cuatro secretarías de Despacho:

  • Estado y Negocios Extranjeros: para asuntos con otros países.
  • Negocios Eclesiásticos, Justicia y Jurisdicción: para asuntos de la Iglesia, universidades y justicia.
  • Guerra: para asuntos militares.
  • Marina e Indias: para la armada y los asuntos de América.

Los nuevos secretarios de Despacho unieron las funciones de los antiguos secretarios de Estado (como enlaces con el rey) y las de los secretarios del Despacho Universal (como canalizadores de las comunicaciones del rey). Así, el título de "secretario de Estado" se añadió a cualquier secretario que despachara con el monarca, convirtiéndose en las figuras más importantes de la administración.

A partir de 1714, se institucionalizó la figura de "secretario de Estado y del Despacho", a la que se añadía el departamento específico. Por ejemplo, el ministro de Guerra era el "secretario de Estado y del Despacho de Guerra". El Secretario del Despacho de Estado se destacó sobre los demás, manejando los asuntos de mayor importancia.

Estos secretarios de Estado y del Despacho fueron el origen de los ministros actuales. Tenían acceso directo y privilegiado al rey, lo que significaba que podían decidir y resolver asuntos con él, y luego poner esas decisiones por escrito. También asumieron las funciones de los antiguos Consejos.

A lo largo del siglo XVIII, la organización de las secretarías cambió varias veces, pero generalmente se mantuvieron cinco secretarías especializadas: Estado, Gracia y Justicia, Marina e Indias, Hacienda y Guerra. A veces, una misma persona ocupaba dos o más secretarías.

De secretarios a ministros: el camino hacia el gobierno moderno

Las cinco secretarías de Estado y del Despacho se mantuvieron durante el resto del gobierno absoluto del rey. Al final del reinado de Fernando VII, se añadió el Ministerio de Fomento General del Reino en 1832. Este nuevo ministerio se encargaba del gobierno interior, incluyendo la educación pública, la prensa y las academias.

El gobierno absoluto del rey se interrumpió con la llegada de nuevas leyes como el Estatuto de Bayona y la Constitución de 1812, que cambiaron la estructura ministerial. Estas leyes establecieron varios ministerios con funciones más específicas.

Durante el reinado de Carlos III, se creó la Junta Suprema de Estado en 1787. Era una reunión de todos los secretarios para discutir asuntos que afectaban a varias secretarías. Fue disuelta en 1792. No fue hasta 1823 cuando se formó definitivamente el Consejo de Ministros o gabinete, presidido por un presidente del Consejo (o jefe de Gobierno), similar a como funciona hoy.

Véase también

  • Valido
  • Presidentes del Consejo de Ministros de España
  • Instituciones españolas del Antiguo Régimen
  • Secretario de Estado de España (Administración Pública) es redirec. hacia Secretario de Estado (España)
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