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Sitio de Algeciras (1342-1344) para niños

Enciclopedia para niños

El sitio de Algeciras de 1342 fue una importante operación militar. Las tropas de Castilla, lideradas por el rey Alfonso XI, junto con las flotas de Aragón y Génova, buscaron conquistar la ciudad musulmana de Algeciras. Esta ciudad era el puerto principal en la orilla europea del estrecho de Gibraltar.

El asedio duró veintiún meses, desde el 3 de agosto de 1342 hasta el 26 de marzo de 1344. La población de Algeciras, que incluía unas 30.000 personas entre civiles y soldados bereberes, sufrió mucho por el bloqueo. Este bloqueo impedía que los alimentos llegaran a la ciudad. Finalmente, el 26 de marzo de 1344, el ejército del Reino de Granada que intentaba ayudar a la ciudad fue derrotado cerca del río Palmones. Algeciras, que era la capital europea del Imperio meriní, se rindió y pasó a formar parte de la Corona de Castilla.

Datos para niños
Sitio de Algeciras de 1342
Parte de Batalla del Estrecho; Reconquista
Algeciras satelite.jpg
Imágenes satelitales de Algeciras.
Fecha 3 de agosto de 1342 - 26 de marzo de 1344
Lugar Algeciras (EspañaBandera de España España)
Coordenadas 36°07′39″N 5°27′14″O / 36.1275, -5.453889
Resultado Victoria decisiva castellana
Cambios territoriales Algeciras es anexionada a Castilla
Beligerantes
Benimerines
Reino de Granada
Estandarte de la Corona de Castilla.png Corona de Castilla
Flag of Genoa.svg República de Génova
Royal Banner of Aragón.svg Corona de Aragón
Flag of the Kingdom of Portugal (1248–1385).svg Reino de Portugal
EstandNavarra.png Reino de Navarra
Cross-Pattee-red.svg Cruzados europeos
Comandantes
Abu al-Hasan
Yusuf I
Estandarte de la Corona de Castilla.png Alfonso XI
EstandNavarra.png Felipe III   (M.P.H.)

El Gran Asedio de Algeciras (1342-1344)

Aunque el asedio y la toma de Algeciras fueron muy importantes en su época, no hay muchas fuentes escritas que cuenten lo que pasó. La principal fuente es la Crónica de Alfonso XI. Se cree que esta crónica fue escrita en el campamento cristiano por los escribas del rey.

La crónica describe en detalle los eventos vistos desde fuera de la ciudad. Dedica un capítulo a cada mes del asedio. Otras obras castellanas son el Poema de Alfonso Onceno y las Cartas de Mateo Merced. Todas estas fuentes cuentan la historia desde el punto de vista de los atacantes. No se han encontrado escritos musulmanes que narren el asedio desde dentro de la ciudad.

¿Por qué era importante Algeciras?

Durante los primeros años del siglo XIV, la ciudad de Algeciras estuvo bajo el control de los meriníes y los granadinos. En 1329, el Reino de Fez la conquistó y la convirtió en la capital de sus territorios en Europa.

En 1338, Abd-Al-Malik, hijo del rey de los Benimerines, atacó territorios de Castilla. En una de estas batallas, el rey de Algeciras murió y fue enterrado en la ciudad. Su padre, Abu-l-Hassan, cruzó el estrecho en 1340. Derrotó a una gran flota castellana y desembarcó en Algeciras. Allí juró sobre la tumba de su hijo que vencería al rey castellano. Luego, puso sitio a la ciudad de Tarifa.

El rey de Castilla, Alfonso XI, estaba preocupado por los ataques de esta nueva fuerza del norte de África. Para evitar perder Tarifa, preparó un ejército con la ayuda del rey de Portugal, Alfonso IV. Los ejércitos de Castilla y los meriníes se encontraron cerca de la playa de Los Lances de Tarifa. Allí tuvo lugar la Batalla del Salado. La derrota musulmana animó al rey cristiano. Se dio cuenta de que era necesario tomar Algeciras, ya que era la principal entrada de tropas desde África.

Preparativos para la Batalla

Archivo:Estrecho arabe
Estrecho de Gibraltar durante el Sitio de Algeciras.

Desde 1341, Alfonso XI empezó a preparar sus tropas para el asedio. Mandó construir barcos y se aseguró el apoyo de la flota de Génova, dirigida por Egidio Boccanegra. También contó con las flotas de Portugal y Aragón. En tierra, tendría a las tropas de Castilla, Aragón y muchos cruzados europeos. Además, recibió apoyo de los reyes de Inglaterra y Francia. Para pagar todo esto, se estableció un impuesto llamado alcabala en todo el reino.

Alfonso XI se reunió en El Puerto de Santa María con el almirante portugués Carlos Pezano. También recibió noticias de Don Pero de Montada, almirante de la flota de Aragón. Luego, el rey se dirigió a la ensenada de Getares, a pocos kilómetros de Algeciras, para revisar sus galeras (barcos de guerra).

Archivo:Tower Near Algeciras
Torre de los Adalides.

En Getares, Pero de Montada informó al rey que había interceptado barcos que llevaban pan a Algeciras. Las galeras de Portugal y Génova habían luchado contra ochenta galeras musulmanas. Capturaron veintiséis y obligaron al resto a refugiarse en puertos africanos. Los leales al rey de Castilla pensaron que era el momento perfecto para sitiar la ciudad, ya que debía tener pocos suministros. Sin embargo, el rey creyó que aún tenía pocas tropas, pues la mayoría estaban en Jerez esperando sus órdenes. Las tropas de Algeciras ya estaban avisadas de su llegada.

Al regresar a Jerez, el rey de Castilla reunió a su consejo. Les informó sobre la situación de la ciudad. También ordenó a los almirantes en Getares que interceptaran cualquier barco que intentara abastecer Algeciras. Debían capturar a algún habitante de Algeciras para obtener información. También envió a sus almogávares (soldados de frontera) para hacer lo mismo por tierra. Los adalides (guías militares) del rey le aconsejaron dónde establecer el "real" (campamento principal del rey y los nobles). También le indicaron los puntos débiles de la ciudad.

Para trasladar las tropas a Algeciras, se construyeron puentes en el Río Barbate y cerca de Jerez. Se colocaron barcos en el Río Guadalete para transportar alimentos. El 25 de julio de 1342, Alfonso XI salió de Jerez con sus tropas y caballeros. Llegaron a Getares el 1 de agosto, con 1600 soldados a caballo y 4000 ballesteros y lanceros. El 3 de agosto, el campamento principal se estableció en una colina al norte de Algeciras. La Torre de los Adalides, como se llamó desde entonces, ofrecía una excelente vista de la ciudad musulmana y sus caminos.

La Ciudad de Algeciras en el Siglo XIV

Archivo:AlgecirasArabe2
Plano situación de las villas de Algeciras.

Algeciras, o Al-Ŷazīra al-Jaḑrā', fue la primera ciudad fundada por los musulmanes en la península ibérica en el año 711. En el siglo XIV, la ciudad tenía dos villas separadas por sus propias murallas y defensas, con un perímetro total de 4.600 metros. Entre ambas villas pasaba el río de la Miel. En su desembocadura, formaba una bahía que servía de puerto natural, protegida por la Isla Verde.

La Villa Norte, llamada Al-Madina o Villa Vieja por los castellanos, era la parte más antigua. Estaba rodeada por una muralla con torres y un foso profundo. La entrada desde Gibraltar estaba protegida por una gran puerta, la del Fonsario, que era el punto más débil pero mejor defendido. La Villa Sur, Al-Binya, fue construida por los meriníes en 1285. Estaba en una meseta, lo que facilitaba su defensa. La Villa Nueva, como también se le llamaba, albergaba el alcázar (fortaleza) y las tropas.

En los años del asedio, Algeciras contaba con unos ochocientos caballeros, doce mil ballesteros y arqueros. El gobernador era Mahommad Ben al-Abbas. Los prisioneros informaron al rey de Castilla que había unas treinta mil personas en la ciudad.

El Comienzo del Asedio

Archivo:Algeciras Arabe grande6
Principales construcciones y lugares nombrados en el texto.

Desde el 3 de agosto, el rey de Castilla ordenó a sus ingenieros que revisaran los lugares donde debían situarse las tropas. El objetivo principal era impedir que las tropas salieran de la ciudad y que llegaran refuerzos desde Tarifa y Gibraltar. La idea era que Algeciras se rindiera por hambre, no por la fuerza de las armas.

Los defensores de Algeciras, al ver que el asedio aún no estaba bien organizado, enviaron trescientos hombres a caballo y mil a pie. Atacaron al Maestre de Santiago, Joan Alfonso de Guzmán, Pero Ponce y el consejo de Sevilla, que estaban en la Puerta del Fonsario. Los hombres del Conde de Lous, al no esperar a los otros cristianos, murieron bajo una lluvia de flechas al acercarse demasiado a la muralla.

Después de ver el daño que podían sufrir sus hombres, el rey ordenó construir una zanja (cava) alrededor de la Villa Norte. Solo se dejaron tres pasos para impedir la salida de la ciudad. Se construyeron torres de madera (cadalsos) junto a las zanjas, donde los soldados podían hacer guardia sin miedo a ser atacados. El rey también movió su campamento (real) más cerca de la ciudad. Ordenó a algunos de sus hombres conquistar la Torre Cartagena, desde donde podían observar los movimientos de los meriníes de Gibraltar.

Desafíos y Estrategias

A principios de septiembre, la flota de Aragón tuvo que abandonar el asedio debido a una guerra inminente. Esto hizo más difícil el bloqueo marítimo, y la ciudad podría recibir suministros desde Gibraltar. Se decidió usar máquinas de asedio cerca de la puerta noroeste de la ciudad. Allí, dos grandes torres protegían a los defensores. Aprovechando la construcción de estas máquinas, algunos defensores salieron de la Puerta de Xerez para impedirlo. La estrategia de los de Algeciras era provocar a los atacantes para que se acercaran a las murallas. Esta técnica, que ya les había permitido matar al Conde de Lous, era nueva para muchos caballeros cristianos. Por eso, muchos caballeros murieron en los primeros meses del asedio. En esta incursión, murieron el escudero del Rey, Joan Niño, y el Maestre de Santiago, entre otros.

Archivo:Puente merini2
Puente de acceso a la Puerta del Fonsario.

El asedio se alargaba, y el rey de Castilla envió a algunos de sus hombres a pedir ayuda. El Arzobispo de Toledo fue a hablar con el rey de Francia, y el Prior de San Juan con el Papa Clemente VI. Los sitiadores estaban teniendo más problemas de los que esperaban. A principios de octubre, una gran tormenta azotó Algeciras. El campamento del noroeste se inundó, convirtiéndose en un lodazal. Los de Algeciras aprovecharon el caos para atacar de noche, causando grandes daños. Las inundaciones obligaron a mover el campamento principal a la desembocadura del río Palmones, donde permanecieron hasta noviembre. Poco después de cambiar de lugar, los de Algeciras intentaron un ataque desesperado contra los cristianos. Lograron llegar al campamento y matar a varios caballeros.

Archivo:Algeciras Sitio de Alfonso XI
Situación del real de Alfonso XI durante el cerco y de sus tropas.

Poco a poco, la situación se volvió difícil tanto en la ciudad como en los campamentos. En el campamento cristiano, escaseaban los alimentos después de las inundaciones. Además, la gran cantidad de tropas y animales, junto con las malas condiciones de higiene, provocaron enfermedades. En Algeciras, faltaban alimentos debido al bloqueo marítimo. Durante estos primeros meses, los castellanos lanzaron piedras contra los muros de la ciudad. Los de Algeciras, por su parte, usaban balistas, que disparaban grandes flechas. En diciembre, llegaron refuerzos al campamento cristiano. Se comenzaron a colocar muchas máquinas de asedio traídas por los genoveses. Desde la ciudad, se lanzaban flechas a quienes instalaban las máquinas.

Archivo:Bolaños
Bolaños localizados en el actual Parque arqueológico de las murallas meriníes correspondientes al sitio de la ciudad de 1342.

En enero de 1343, las luchas continuaron, debilitando a ambos bandos. Se construyó una gran bastida (torre de madera) frente a la Puerta del Fonsario. Desde allí, se podía disparar por encima de la muralla. Esta bastida fue incendiada por una expedición de la ciudad, pero fue reconstruida y siguió atacando.

Mientras tanto, desde Granada, el rey Jusef ben Ismael preparaba ayuda para Algeciras. Ante la amenaza de las tropas granadinas, los ataques contra la Puerta del Fonsario se intensificaron. Alfonso XI ordenó construir nuevas zanjas cubiertas para acercarse a las murallas. Desde Algeciras, se lanzaban piezas de hierro con armas que usaban pólvora, las primeras artillerías en la península. Estas armas causaban grandes daños. Las bastidas y zanjas continuaron construyéndose hasta rodear toda la ciudad. Desde el campamento castellano, se lanzaban grandes piedras con trabucos (máquinas de asedio). Tantas piedras se lanzaron que en 1487, el rey Fernando el Católico mandó recuperarlas de las ruinas de Algeciras para usarlas contra Málaga.

En este tiempo, llegaron más refuerzos al campamento cristiano, incluyendo a los caballeros Juan Núñez III de Lara y Don Juan Manuel. Esto permitió reemplazar a muchos soldados heridos o debilitados.

A partir de febrero, se empezó a construir una barrera en el mar para impedir la llegada de alimentos desde Gibraltar. La idea era rodear toda la costa de Algeciras con cadenas y toneles flotantes. Estos se mantendrían en su lugar con piedras de molino sumergidas y mástiles de barco. Este bloqueo marítimo, apoyado por las flotas cristianas, se extendió por dos meses. A principios de marzo, el paso de barcos a la ciudad de Algeciras quedó completamente cortado. Era cuestión de tiempo que el hambre obligara a la ciudad a rendirse.

La Ayuda Llega a Algeciras

Archivo:Torrelamirante
Torre del Almirante, residencia durante el Sitio de Algeciras de Egidio Boccanegra y de las escuadras castellana y genovesa.

En mayo de 1343, un gran ejército del rey musulmán de Granada se acercó a Algeciras. El rey cristiano rápidamente reunió a sus guías militares para decidir cómo enfrentar esta nueva amenaza. Alfonso XI envió mensajes al rey granadino, ofreciendo levantar el asedio si se le pagaba un tributo. El rey granadino ofreció una tregua, pero no fue suficiente para los castellanos.

En el mismo mes de mayo, llegaron al asedio de Algeciras muchos caballeros europeos, atraídos por la importancia de la empresa. Vinieron de Alemania, Inglaterra (Enrique Plantagenet, duque de Lancaster), Francia (Gastón de Bearne) y Reino de Navarra (el rey Don Felipe) con alimentos y tropas.

Mientras tanto, las tropas de Granada no se movían, esperando el momento adecuado para acercarse a la ciudad. Durante junio y julio, la situación en el asedio se mantuvo igual: se construían zanjas y bastidas, y se combatía. Desde la ciudad, se usaban balistas, cabritas (similares a catapultas) y, sobre todo, los "truenos" (las nuevas armas de pólvora musulmanas), que causaban grandes daños.

En agosto de 1343, mientras las negociaciones continuaban, los cristianos supieron que el rey Abu al-Hasan 'Ali de Marruecos preparaba una flota para ayudar a Algeciras. Para los cristianos, era necesario acelerar la conquista de Algeciras.

Al mismo tiempo, Alfonso de Castilla recibió noticias de que el Papa prestaría 20.000 florines para los gastos. El rey de Francia también enviaría 50.000 florines. Con este dinero, los castellanos pudieron pagar a los mercenarios genoveses, que llevaban tiempo exigiendo su pago. Las dificultades que pasaban los cristianos y la inminencia del combate eran conocidas en todo el reino. El propio rey de Castilla tuvo que empeñar su corona y fundir objetos de plata después de un incendio que destruyó los almacenes de harina.

Aragón envió nuevas naves para ayudar. El vicealmirante valenciano Jaime Escribano llegó con diez galeras, uniéndose al vicealmirante Mateo Mercer. Los barcos de Jaime Escribano y quince navíos castellanos, al mando de Egidio Boccanegra, fueron enviados a Ceuta. Su objetivo era dañar la flota del rey de los Benimerines, que esperaba allí a la flota granadina.

En un primer encuentro, los cristianos intentaron sorprender a la flota musulmana. Enviaron solo los quince barcos castellanos, mientras las naves aragonesas simulaban ir en ayuda de los benimerines. La estrategia casi funcionó, pero un marinero castellano fue capturado y advirtió a los musulmanes. Los barcos de Ceuta regresaron rápidamente al puerto, y la flota cristiana tuvo que volver a la bahía de Algeciras. Egidio Boccanegra colocó veinte de sus naves en el puerto de Getares, esperando noticias y para interceptar a los magrebíes.

Las tropas de Fez cruzan el estrecho

En octubre, la flota benimeriní cruzó el estrecho de Gibraltar y llegó a la ensenada de Getares. Tan pronto como los cristianos vieron las señales de fuego, cuarenta barcos castellanos y aragoneses se colocaron en la entrada sur de la ciudad.

Pero los barcos de África no se dirigieron a Algeciras, sino que se refugiaron en el puerto de Gibraltar. La flota genovesa, al ver la amenaza de combate, empezó a cargar sus pertenencias para marcharse. El almirante Egidio Boccanegra dijo al rey que si no les pagaban los cuatro meses de soldada (salario) que se les debía, se irían. Se sabía que los marineros genoveses habían estado en contacto con los meriníes de Gibraltar y Ceuta. Se temía que, al no ser pagados, los genoveses ayudaran a los musulmanes. El rey decidió pagar con sus propios recursos, contentando a los soldados, que decidieron quedarse. Además, los préstamos de los comerciantes genoveses eran muy importantes para el rey de Castilla.

Las dos flotas no se encontraron en la bahía. Los barcos del emir de Fez atracaron en Gibraltar, dejando allí un gran número de soldados: cuarenta mil infantes y doce mil a caballo.

En noviembre, el rey de Granada y el príncipe benimeriní llegaron a las orillas del río Palmones. Los movimientos de las tropas desde Gibraltar al Palmones fueron protegidos por una flota benimeriní. Esta se situó en el centro de la bahía para impedir que la flota cristiana desembarcara tropas. El campamento castellano ordenó incendiar las naves enemigas lanzando material inflamable y flechas encendidas, aprovechando el fuerte viento de levante. Sin embargo, los musulmanes evitaron el incendio cubriendo sus barcos con velas mojadas y usando largas pértigas.

En el campamento de Castilla, la llegada de las tropas fue advertida rápidamente desde la Torre de los Adalides. Las tropas islámicas enviaron un primer grupo a cruzar el río para reconocer el terreno. Alfonso XI ordenó que ninguno de sus caballeros atacara hasta que todas las tropas musulmanas hubieran cruzado el río. Los musulmanes también conocían el terreno. Después de una primera inspección y un pequeño choque con un grupo cristiano, regresaron a su lado del río. En el campamento granadino no tenían prisa, pues esperaban refuerzos de la capital.

La Batalla del Río Palmones

El 12 de diciembre, los ataques contra las murallas de la ciudad fueron muy fuertes. Desde la ciudad, se lanzaban "truenos" al campamento cristiano, mientras que desde este se lanzaban muchas flechas. Poco después del amanecer, las armas de asedio cristianas lograron abrir brechas en las defensas. Se atacó la ciudad, aunque los sitiadores no lograron entrar. En ese momento, el miedo se extendió en Algeciras. Se hicieron señales de humo desde la torre de la mezquita mayor para indicar que la situación era insostenible. En el campamento granadino, vieron las señales y oyeron el ruido de los "truenos". Interpretaron que la ciudad estaba siendo atacada. Rápidamente, las tropas de Gibraltar se movilizaron y se unieron a las de Palmones, formando para el combate.

Archivo:Palmones
Marismas del río Palmones.

Desde la Torre de los Adalides, Alfonso XI ordenó a sus ejércitos formarse. Don Joan Núñez se situó en uno de los vados del río. Las tropas musulmanas que cruzaron este vado lucharon contra los castellanos. Al ser superados en número, tuvieron que bajar muchas tropas desde la torre. Bajo el mando del propio rey, todas las tropas cristianas cruzaron el río y persiguieron a los granadinos que se retiraban. Las tropas musulmanas a caballo pronto se vieron reducidas por los ataques cristianos. Los de Granada y Fez tuvieron que huir, desobedeciendo las órdenes de retirarse a Gibraltar. Muchos musulmanes huyeron hacia los montes de Algeciras, otros hacia la torre de Almoraima, y los castellanos los persiguieron.

El rey de Castilla se encontró con pocos soldados, ya que la mayoría perseguía a los granadinos. Decidió esperar el regreso de los soldados y aguardar la noche para volver al campamento. La alianza de tropas granadinas y benimeriníes había sido derrotada. Sin embargo, en las marismas del río Palmones quedaron cadáveres de ambos bandos. No fue una derrota total, y cabía la posibilidad de que los musulmanes se reorganizaran. Los cristianos necesitaban que la ciudad cayera pronto.

La Rendición de Algeciras

Después de la difícil batalla del río Palmones, el rey de Granada quiso preparar un segundo ataque. Pero la moral de sus tropas estaba muy baja. El enviado del emir de Fez convenció al granadino de buscar la paz con el rey de Castilla. Se envió un mensaje al campamento de Algeciras ofreciendo una tregua. Pero Alfonso XI no quería la paz a menos que la ciudad pasara a formar parte de su reino.

Archivo:Algecirasdestruida
Ruinas de Algeciras en un grabado del siglo XVIII.

En enero de 1344, el rey castellano decidió reforzar el bloqueo marítimo. Este bloqueo era a menudo violado por pequeñas embarcaciones de Gibraltar. El nuevo bloqueo se hizo atando grandes toneles a las cadenas, que flotaban. Se mantenían en posición con piedras de molino sumergidas y mástiles de barco que sobresalían del agua. La instalación de este bloqueo duró dos meses. A principios de marzo, el paso de barcos a Algeciras quedó definitivamente cortado. Era solo cuestión de tiempo que el hambre obligara a la ciudad a rendirse o a ofrecer un pacto favorable.

En marzo, la situación en la ciudad era desesperada. No quedaba pan ni ningún otro alimento. Había tan pocos defensores que apenas podían cubrir una parte de la muralla. El domingo 2 de marzo, Don Hazán Algarrafe, enviado del rey de Granada, llegó al campamento castellano. Traía noticias para el rey de Castilla: el rey de Granada aceptaría entregar Algeciras a Castilla. Las condiciones de los musulmanes eran simples: permitir que todos los habitantes salieran con sus pertenencias bajo la protección de Alfonso XI. Se establecería una tregua de quince años entre los reinos castellanos y el rey de Granada y Benimerines. Además, se pagaría un tributo de doce mil doblas de oro al año a Castilla.

El consejo de guías militares del rey recomendó continuar el asedio. Creían que pronto llegarían refuerzos y que las zanjas asegurarían que la ciudad caería por hambre. Sin embargo, Alfonso XI no quería seguir combatiendo. El asedio era muy costoso y ya había perdido muchos soldados. Aceptó las condiciones de los musulmanes, cambiando solo la duración de la tregua a diez años. Así se firmó el Tratado de Algeciras, poniendo fin a veintiún meses de duro asedio.

El 26 de marzo de 1344, los habitantes de la Villa Nueva de Algeciras se trasladaron con sus pertenencias a la Villa Vieja. La Villa Nueva fue entregada al infante Don Juan Manuel. Al día siguiente, víspera del Domingo de Ramos, la Villa Vieja fue entregada al rey Don Alfonso XI, mientras sus ocupantes salían. En las torres de la ciudad se izaron los estandartes del rey y de otros nobles. El obispo de Toledo, Gil Álvarez de Albornoz, celebró la misa en la mezquita mayor de la ciudad. La consagró como catedral, bajo la advocación de Santa María de La Palma. En el asedio habían muerto importantes nobles castellanos.

¿Qué Pasó Después del Asedio?

La toma de Algeciras fue un paso muy importante en la Reconquista. Dio al Reino de Castilla el puerto principal en la costa norte del Estrecho de Gibraltar. La ciudad se convirtió en la base principal para las acciones de los ejércitos cristianos. Para asegurar la prosperidad de la nueva ciudad, el rey Alfonso XI emitió en 1345 la Carta de ordenación de Algeciras. Esta carta ofrecía tierras de cultivo y beneficios fiscales a quienes quisieran establecerse allí. El título de "Rey de Algeciras" se añadió a los títulos de los reyes de España. Se pidió al Papa Clemente VI el traslado de la catedral de Cádiz a Algeciras, creando la diócesis de Cádiz y Algeciras.

Después de perder Algeciras, los benimerines de Fez solo tenían Gibraltar como puerto para comunicarse con sus territorios en África. Todos los esfuerzos de la Reconquista se centraron entonces en tomar Gibraltar. En 1350, Alfonso XI sitió Gibraltar, apoyándose de nuevo en las flotas de Aragón y Génova, que usaron Algeciras como base. Sin embargo, esta vez la suerte de la ciudad no dependió de las batallas. En marzo de ese mismo año, una fuerte epidemia de peste bubónica se desató en el campamento castellano, causando la muerte del rey el 26 de marzo.

Esta muerte inesperada llevó a una guerra civil entre los que querían el trono de Castilla. Las consecuencias en Algeciras no tardaron en llegar. En 1369, en plena guerra entre Pedro I y su hermano Enrique II, la ciudad tenía pocos soldados. El rey de Granada Muhammad V aprovechó esto para reconquistar Algeciras. Los musulmanes reconstruyeron las defensas y establecieron una gran tropa.

Sin embargo, la suerte de la ciudad cambió de nuevo al terminar las disputas en Castilla. En 1379, con los ejércitos cristianos recuperados, los granadinos se dieron cuenta de que no podrían defender la ciudad si era asediada de nuevo. También temían que cayera otra vez en manos castellanas. Por eso, ese mismo año, decidieron destruir la ciudad. Bloquearon el puerto, derribaron las murallas e incendiaron todos los edificios. En tres días, Algeciras quedó completamente arrasada. Permaneció así hasta la conquista británica de Gibraltar en 1704. Entonces, parte de los exiliados de Gibraltar se establecieron en los campos donde estaba la antigua Villa Vieja, alrededor de la capilla de Nuestra Señora de Europa.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Siege of Algeciras (1342–1344) Facts for Kids

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Sitio de Algeciras (1342-1344) para Niños. Enciclopedia Kiddle.