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Facundo Quiroga para niños

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Datos para niños
Facundo Quiroga
Facundo Quiroga por Fermepin.JPG
Retrato póstumo de Quiroga por Alfonso Fermepin, 1836.

5.º gobernador de la provincia de La Rioja
provisional
28 de mayo-22 de julio de 1823
Predecesor Nicolás Dávila
Sucesor Baltasar Agüero

Información personal
Nombre en español Juan Facundo Quiroga Argañaraz
Apodo El Tigre de los Llanos
Nacimiento 27 de noviembre de 1788
San Antonio de los Llanos, La Rioja, Virreinato del Río de la Plata
Fallecimiento 16 de febrero de 1835

Barranca Yaco, Córdoba, Argentina
Causa de muerte Herida por arma de fuego
Sepultura Cementerio de la Recoleta
Nacionalidad Argentina
Familia
Padres José Prudencio Quiroga y Juana Rosa de Argañaraz
Cónyuge María de los Dolores Fernández
Hijos
  • Juan Ramón Quiroga
  • Jesusa (María del Corazón de Jesús) Quiroga
  • Juan Facundo Quiroga
  • María de las Mercedes de los Dolores Quiroga
  • Fátima Celina Quiroga
  • José Norberto Quiroga
Información profesional
Ocupación Ganadero, minero y militar
Años activo 1814-1835 (como militar)
Lealtad Flag of the Argentine Confederation.svgConfederación Argentina y Bandera de la Provincia de La Rioja La Rioja
Rama militar Ejército Federal
Rango militar Brigadier general
Conflictos Campaña de Rosas al Desierto
Guerras civiles argentinas:
batallas de La Rioja, El Puesto, El Tala, Rincón de Valladares, Córdoba, La Tablada, Oncativo, Rodeo de Chacón y La Ciudadela
Partido político Federal

Juan Facundo Quiroga (nacido en San Antonio, Virreinato del Río de la Plata, el 27 de noviembre de 1788 – fallecido en Barranca Yaco, Córdoba, Argentina, el 16 de febrero de 1835) fue una figura importante en la historia argentina del siglo XIX. Fue un político, militar, gobernador y caudillo (un líder regional con gran influencia) que apoyó la idea de un gobierno federal para su país.

Quiroga vivió durante un período de conflictos internos en Argentina, después de que el país declarara su independencia. Para el año 1835, había logrado una gran influencia y liderazgo en varias provincias, incluyendo La Rioja, San Juan, Catamarca, Tucumán, San Luis, Mendoza, Salta y Jujuy.

Orígenes y primeros años de Facundo Quiroga

Facundo Quiroga nació en La Rioja, en una zona llamada San Antonio de los Llanos, en 1788. Sus padres, José Prudencio Quiroga y Juana Rosa de Argañaraz, tenían una buena posición económica y una familia con historia. Juana Rosa era descendiente de Francisco de Argañaraz y Murguía, quien fundó la ciudad de San Salvador de Jujuy en 1593. El padre de Facundo era un hacendado de San Juan que se mudó a La Rioja, estableciendo su estancia en la región de Los Llanos. También fue comandante de las milicias locales varias veces.

La educación de Facundo fue bastante buena para las oportunidades que ofrecía la provincia en ese tiempo.

Alrededor de 1815, viajó a Buenos Aires, donde recibió un breve entrenamiento militar.

En 1817, se casó con María de los Dolores Fernández, con quien tenía un parentesco. Tuvieron seis hijos: Juan Ramón, Jesusa, Juan Facundo, María de las Mercedes de los Dolores, Fatima Celina y José Norberto.

Ese mismo año, fue nombrado jefe de las milicias de su región con el rango de capitán. Participó en las luchas por la independencia, organizando grupos militares, buscando a quienes abandonaban el ejército y enviando ganado para apoyar al Ejército del Norte y al Ejército de los Andes. Colaboró especialmente con el comandante Nicolás Dávila, segundo al mando de la columna del Ejército de los Andes que ayudó a liberar Copiapó.

¿Por qué le decían "El Tigre de los Llanos"?

Según Domingo Faustino Sarmiento, un escritor y político que fue su adversario, Facundo Quiroga se hizo famoso por dos sucesos. Uno de ellos cuenta que, mientras estaba en el campo, fue perseguido por un yaguareté (conocido como "tigre" en esa época), lo que lo obligó a refugiarse en un árbol. Con la ayuda de unos gauchos, Quiroga logró acabar con el animal, y así recibió el apodo de "el tigre de los Llanos". Sin embargo, la mayoría de los historiadores creen que esta historia es una invención.

El otro suceso ocurrió en 1819, en San Luis. Quiroga estaba prisionero por un asunto menor, quizás una pelea, junto a muchos oficiales realistas. Se dice que cuando los jefes realistas intentaron un levantamiento, Quiroga los enfrentó y causó la muerte de varios, usando como arma los mismos grillos (cadenas) que llevaba puestos. Este evento se conoció como la sublevación de los prisioneros de San Luis. Otros historiadores sugieren que Quiroga estaba preso por razones políticas y que usó un "asta" como arma, aunque no está claro qué tipo de asta era.

Quiroga como gobernador provisional de La Rioja

En ese tiempo, el poder en la provincia de La Rioja estaba en disputa entre dos familias importantes: los Ocampo y los Dávila. Quiroga apoyó al gobernador Nicolás Dávila. Cuando la provincia fue invadida por fuerzas de San Juan, Quiroga participó en el combate de la Posta de los Colorados, donde las fuerzas riojanas fueron derrotadas. Quiroga se retiró a los Llanos, mientras la capital era ocupada. Luego regresó con 80 hombres y derrotó al coronel Francisco Aldao el 16 de octubre de 1820, en el combate de La Rioja. Después de esto, Quiroga no reconoció la autoridad de Ocampo y logró que la legislatura eligiera a Nicolás Dávila como gobernador. También fortaleció su poder militar al incorporar a sus fuerzas a los "Auxiliares de los Andes".

Sin embargo, una vez en el gobierno, los Dávila empezaron a desconfiar de Quiroga debido a su creciente prestigio. Después de un enfrentamiento con Miguel Dávila en la batalla de El Puesto, Facundo Quiroga asumió el gobierno provincial de forma provisional. Aunque renunció unos meses después, desde ese momento se convirtió en el líder indiscutible de los riojanos.

El caudillo federal y el gobierno central

Una vez establecido un gobierno federal, Quiroga aumentó su riqueza gracias a una concesión del gobierno local. Junto con grupos de La Rioja y porteños (de Buenos Aires), obtuvo permiso para explotar minas de cobre y plata en la región. Esto le permitió acuñar su propia moneda entre 1821 y 1823, y luego entre 1824 y 1837. Estas monedas fueron muy populares y se usaron en varias provincias argentinas.

En ese momento, Facundo era un militar destacado, pero no era conocido por ser violento. Su estrategia principal era simular un ataque, luego retirarse para que el enemigo lo persiguiera, y entonces dar la vuelta y atacar de frente, mientras una tropa de reserva atacaba por la espalda. Esta táctica siempre le funcionó, excepto contra el general Paz. Quiroga no se inclinaba claramente por los federales o los unitarios al principio. Más tarde, dijo que era unitario por convicción, pero se hizo federal porque esa era la voluntad de la gente. Aunque lideró La Rioja por más de diez años y tuvo gran influencia en provincias cercanas, solo fue gobernador oficial de La Rioja por unos cuatro meses.

Cuando Bernardino Rivadavia, ministro de gobierno de la provincia de Buenos Aires, concedió la explotación de esas minas a inversores británicos sin tener derecho sobre ellas, Quiroga se unió a los opositores de Buenos Aires para defender sus intereses mineros.

También consideró que la autonomía de su provincia se veía afectada por el reclutamiento forzoso de soldados que el coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid realizó en Tucumán y Catamarca para la Guerra del Brasil.

Además, Quiroga consideró que el tratado de Buenos Aires con Gran Bretaña, que establecía la libertad religiosa, era perjudicial para la Iglesia católica. Por estas tres razones, decidió participar en la lucha entre unitarios (que querían un gobierno central fuerte en Buenos Aires) y federales (que defendían la autonomía de las provincias). En varias ocasiones, llevó una bandera negra con la frase "Religión o Muerte" para mostrar su oposición a las políticas religiosas de Rivadavia. Se cuenta que Facundo era un cristiano católico devoto que leía la La Biblia todos los días. Su consejero era fray Pedro Ignacio de Castro Barros, quien había sido diputado por La Rioja en el Congreso de Tucumán en 1816.

Rivadavia fue elegido presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1824, aunque sin una constitución que lo respaldara. Su política era muy centralista y buscaba imponer su autoridad a las provincias que se oponían, sin respetar a líderes como Quiroga. Esto, sumado a las acciones del general unitario tucumano Aráoz de Lamadrid contra los federales, hizo que Quiroga liderara la rebelión de las provincias del interior. Esto ocurrió durante la Guerra del Brasil, cuando Argentina necesitaba estar unida. Quiroga se negó a enviar tropas y alimentos para la guerra contra Brasil y continuó con los conflictos internos para establecer gobiernos afines a su causa.

En 1825, en la provincia de Catamarca, Quiroga medió para evitar un conflicto entre el gobernador Gutiérrez y sus opositores. Sin embargo, Gutiérrez rompió el acuerdo, reiniciando la guerra civil y provocando la intervención de Quiroga. Este invadió Catamarca, derrocó a Gutiérrez con el apoyo de fuerzas de Córdoba (enviadas por Juan Bautista Bustos) y Santiago del Estero (enviadas por Juan Felipe Ibarra), y puso en el poder a Pío Isaac Acuña.

El gobernador depuesto pidió ayuda a Lamadrid, quien se había apoderado del gobierno de Tucumán. Lamadrid invadió Catamarca y repuso a Gutiérrez.

Quiroga volvió a marchar sobre Catamarca, expulsó a Gutiérrez, repuso a Acuña y siguió hacia Tucumán. Cerca del límite entre ambas provincias, Quiroga derrotó a Lamadrid en la batalla de El Tala, el 27 de octubre de 1826. Creyendo que Lamadrid había fallecido, Quiroga dio por terminada la campaña.

De allí, Quiroga fue a San Juan, donde aseguró el poder para el partido federal, nombrando gobernador a un pariente suyo, el coronel Manuel Quiroga Carril. En 1826, el Congreso aprobó una constitución unitaria, que fue rechazada por la mayoría de las provincias. Solo Salta y Tucumán la aceptaron. El enviado del Congreso para presentar la constitución a Quiroga lo encontró en San Juan, descansando en el campo. Quiroga, sin levantarse, escribió "Despachado" en la primera hoja y envió al diputado de regreso a Buenos Aires.

Cuando Quiroga supo que Lamadrid había sobrevivido y que nuevamente gobernaba Tucumán, además de haber repuesto a Gutiérrez en Catamarca e invadido Santiago del Estero, volvió a la campaña. Pasó por Santiago del Estero, unió sus fuerzas con las del gobernador Juan Felipe Ibarra, y se dirigió a Tucumán. Allí derrotó por completo a Lamadrid en la batalla de Rincón de Valladares, el 6 de julio de 1827. Impuso una fuerte contribución a la provincia para cubrir sus gastos. Como la legislatura se negó a pagar, les escribió una carta firme, y ante la amenaza, cobró lo exigido sin problemas y estableció un gobierno federal en Tucumán. La batalla de Rincón aceleró la renuncia del presidente Rivadavia. Desde entonces, Quiroga controló la política de las provincias de Cuyo, La Rioja y Catamarca, y tuvo una gran influencia en Santiago del Estero y Córdoba.

Las batallas de La Tablada y Oncativo

En 1829, el general unitario José María Paz invadió la provincia de Córdoba y derrocó a su gobernador, el líder federal Juan Bautista Bustos. Bustos pidió ayuda a Quiroga, quien reunió fuerzas de las provincias que controlaba e invadió Córdoba. Evitando al ejército de Paz, Quiroga logró tomar la capital de la provincia. Sin embargo, para proteger a la población, la abandonó para enfrentar a Paz en la batalla de La Tablada, el 22 de junio. La habilidad de Paz con su artillería le dio la victoria. Paz también superó un efecto de guerra psicológica que Quiroga usaba, ya que las tropas de Quiroga eran temidas y se les llamaba "capiangos" (seres mitad hombres, mitad yaguaretés).

Al día siguiente, cuando Paz regresaba a la ciudad, Quiroga lo atacó de nuevo. Paz describió esto como "la operación militar más atrevida de la que he sido testigo". Quiroga fue derrotado otra vez y tuvo que huir a su provincia.

En esta famosa batalla, Ángel Vicente Peñaloza (conocido como El Chacho), un joven valiente y leal, formaba parte de la escolta personal de Facundo Quiroga.

Al llegar a La Rioja, Quiroga encontró a algunas personas celebrando su derrota. Ordenó la ejecución de diez personas y que toda la población de la ciudad se mudara a los Llanos con sus animales, destruyendo todo lo que no pudieran llevar. A partir de ese momento, Quiroga se volvió más severo. Varios de sus enemigos, como Lamadrid, también actuaron con gran dureza. El propio Paz ordenó la ejecución de varios prisioneros de La Tablada y envió expediciones para "pacificar" las sierras de Córdoba, lo que resultó en la ejecución de muchos federales.

Quiroga decidió enfrentar a Paz nuevamente. Le escribió una carta diciendo que las armas no se guardarían hasta que hubiera esperanza de que los pueblos no fueran invadidos de nuevo. Quería una batalla decisiva para que uno de los bandos ganara definitivamente.

Luego, invadió Córdoba por segunda vez, dividiendo sus tropas en dos grupos. Uno, bajo su mando, avanzó desde San Luis por el sur, mientras el otro, dirigido por el gobernador riojano Benito Villafañe, marchaba por el norte. Paz decidió interceptar a Quiroga. El gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, envió mediadores para evitar la batalla, pero Paz los usó para engañar a su enemigo: los envió al campamento de Quiroga y de inmediato avanzó hacia el ejército federal. Creyendo que aún había una tregua, Quiroga fue sorprendido y derrotado el 25 de febrero de 1830, en la batalla de Oncativo (también conocida como Laguna Larga).

Quiroga huyó hacia Buenos Aires. Mientras tanto, Paz invadió las provincias que Quiroga había controlado y formó la Liga Unitaria o Liga del Interior, de la cual Paz era el líder militar y político. Rosas lo recibió como a un vencedor, pero Quiroga se mantuvo alejado de los asuntos militares.

La victoria federal

El general Lamadrid, que no había podido enfrentar a Quiroga en la batalla, fue nombrado gobernador de La Rioja. Villafañe, por su parte, se exilió en Chile. Lamadrid se dedicó a perseguir a los federales y a ejecutar a muchos de ellos. También saqueó los bienes de Quiroga, incluyendo dinero escondido, que obtuvo mediante sobornos y métodos coercitivos. Lamadrid incluso obligó a la madre de Quiroga a barrer la plaza de La Rioja encadenada.

En respuesta, Quiroga decidió retomar la lucha. Le pidió a Rosas fuerzas para volver al combate. Como Rosas y Estanislao López (gobernador de Santa Fe) estaban invadiendo Córdoba, Rosas solo pudo darle unos 450 hombres con antecedentes. Facundo los entrenó con cuidado y pronto los convirtió en soldados.

A principios de 1831, Quiroga avanzó por el sur de Córdoba hacia Cuyo. En el camino, se le unieron soldados que habían desertado del ejército de Paz en la batalla de Fraile Muerto. Ocupó la ciudad de Río Cuarto después de una batalla intensa, y poco después derrotó al coronel Juan Pascual Pringles cerca del río Quinto. Pringles, un héroe de la campaña del general José de San Martín al Perú, fue muy respetado por Quiroga. Cuando un oficial mató a Pringles porque no quiso rendirse, Quiroga lo reprendió con enojo.

Pocos días después, Quiroga enfrentó al gobernador José Videla Castillo en Mendoza, en la batalla de Rodeo de Chacón, el 22 de marzo de 1831. Quiroga dirigió la batalla desde una diligencia, ya que el reuma no le permitía montar a caballo. Con esta victoria, obtuvo el control de San Luis y Mendoza, mientras sus seguidores recuperaban San Juan y La Rioja.

Días después, recibió la noticia de que su amigo, el general Villafañe, había sido asesinado por un oficial unitario mientras intentaba regresar de Chile. Quiroga, afectado por la noticia, ordenó la ejecución de veintiséis prisioneros de Río Cuarto y Rodeo de Chacón que estaban en el cuartel. Este fue el único evento de este tipo que ordenó Quiroga, a pesar de la leyenda creada por Sarmiento.

Por su parte, Paz fue capturado por las fuerzas de Estanislao López, y el mando unitario pasó a Lamadrid. Este se retiró a Tucumán para fortalecerse en su provincia. Quiroga lo persiguió hasta allí y lo venció (por tercera vez) en la batalla de La Ciudadela, el 4 de noviembre de 1831. Esta batalla puso fin a la Liga Unitaria.

Estando en Tucumán, Quiroga envió a la esposa del general Lamadrid (quien se había refugiado en Bolivia) a su encuentro, sin molestarla y con escolta oficial. También le envió una carta, recordándole cómo él había tratado a su madre. La carta terminaba con una despedida característica de Quiroga: "¡Adiós, general, hasta que nos podamos juntar para que uno de los dos desaparezca!, porque esta es la resolución inalterable de su enemigo Facundo Quiroga." Lamadrid siempre valoró este gesto de Quiroga y le respondió agradecido.

Ideas de Quiroga sobre la organización del país

El control de la Confederación Argentina pasó a manos de los federales, especialmente de Rosas, López y Quiroga. Aunque Rosas mantuvo buenas relaciones con ambos, Quiroga y López comenzaron a tener diferencias. Quiroga quería tener influencia en Córdoba, donde López había nombrado gobernador a José Vicente Reinafé, quien, junto con sus hermanos, formaba un grupo que gobernaría la provincia por más de tres años. También tuvieron un problema por un caballo que había sido de Facundo pero estaba en poder de López.

Quiroga pasó los años siguientes en Buenos Aires, donde tuvo un papel importante. Allí se discutía si el país debía tener una Constitución federal. Quiroga estaba a favor de una organización nacional rápida, pero otros líderes, como Rosas, no estaban de acuerdo, argumentando que aún no era el momento adecuado.

Las ideas de Quiroga sobre la constitución se pueden ver en una carta que le envió a Pío Isaac Acuña, un líder federal de Catamarca. En ella, Quiroga explica que las leyes deben ser creadas por las legislaturas, sin la intervención de los militares. Él creía que los militares deben obedecer y defender las leyes, no dictarlas. También mencionó que las constituciones deben poder cambiarse si la razón y la justicia lo requieren, y que el conocimiento práctico del país y sus necesidades es fundamental para su creación.

La Campaña al Desierto

Quiroga fue el comandante nominal de la Campaña al Desierto que el exgobernador Rosas llevó a cabo contra las comunidades indígenas en 1833. Sin embargo, en la práctica, la campaña fue realizada por el gobernador de Mendoza, José Félix Aldao, los gobiernos de San Luis y Córdoba, y el propio Rosas, quien fue el que más beneficios obtuvo de ella.

Los hermanos Reinafé y el final de Quiroga

El comandante de la columna central de la Campaña al Desierto, José Ruiz Huidobro, había acompañado a Quiroga en su campaña de 1831. Al regresar, intentó derrocar a los Reinafé, pero fue derrotado y encarcelado. Como era evidente que Quiroga estaba detrás de Ruiz Huidobro, los Reinafé consideraron a Quiroga un peligro para ellos y para su jefe, Estanislao López.

En Buenos Aires, Quiroga se dedicó a administrar una estancia que compró en San Pedro. Sus descendientes aún viven en esa zona. Durante su estancia en Buenos Aires, fue el único que se atrevió a visitar al expresidente Bernardino Rivadavia en el barco en el que regresaba, a quien no se le permitió desembarcar y fue enviado de nuevo al exilio.

¿Qué pasó después de la muerte de Quiroga en Barranca Yaco?

El 8 de enero de 1836, la viuda de Quiroga pidió el cuerpo de su esposo. Rosas envió a su ayudante, el coronel Ramón Rodríguez, quien trajo los restos de Córdoba a Buenos Aires con gran ceremonia.

El gobierno decretó honores fúnebres. El 7 de febrero, el cuerpo de Quiroga fue depositado en la iglesia de San José de Flores. El 19 de febrero de 1836, sus restos fueron homenajeados en la iglesia de San Francisco y luego trasladados al Cementerio de la Recoleta.

Archivo:Recoleta 036
Tumba de Facundo Quiroga en el Cementerio de la Recoleta.

Cuando se supo quién había sido el responsable de la muerte de Quiroga, Rosas aprovechó para culpar a los hermanos Reinafé. Estos fueron derrocados y ejecutados años después, junto a Santos Pérez. Los opositores a Rosas lo acusaron de estar detrás del suceso. Quizás fue un acto de venganza, o para beneficiar a Estanislao López; si fue así, el plan no funcionó. López perdió el control de Córdoba y Entre Ríos, y también gran parte de su prestigio. Todo el poder en Argentina pasó rápidamente a Rosas, quien se convirtió en el único líder del Partido Federal y controló la situación política en muchas provincias argentinas, incluyendo Córdoba y La Rioja ese mismo año.

La trágica muerte de Facundo Quiroga inspiró canciones populares, obras literarias y leyendas, tanto entre los gauchos que lo admiraban y temían, como entre las personas cultas. La leyenda de Facundo, que comenzó en Barranca Yaco, perduró. En el siglo XX, Jorge Luis Borges y otros autores lo recordaron en sus escritos.

El cuerpo de Facundo Quiroga, por decisión de su familia, se mantuvo en el Cementerio de la Recoleta. Su monumento funerario se conservó, pero su ataúd fue escondido en una pared después de la caída de Rosas en 1852, para evitar actos de venganza.

En 1877, se construyó un pequeño monumento de mármol blanco cerca de la entrada del Cementerio, con una placa que dice: “Aquí yace el general Juan Facundo Quiroga. Luchó toda su vida por la organización federal de la República”.

Su cuerpo fue redescubierto el 9 de diciembre de 2004.

Legado e importancia histórica de Facundo Quiroga

Archivo:FACUNDO QUIROGA- MONUMENTO- PLAZA DE LAS JUVENTUDES
Monumento de Quiroga en el parque Las Juventudes, La Rioja.

Juan Facundo Quiroga fue un militar muy valiente, decidido y capaz. Su mayor desafío fue enfrentarse dos veces al único general enemigo que lo superó: José María Paz.

Quiroga se volvió más severo con el tiempo, influenciado por las acciones de sus enemigos, especialmente Lamadrid, quien había tratado mal a sus familiares. También influyó la frustración de las derrotas. Quiroga usó el temor que su imagen generaba a su favor.

Como político, era un federal convencido que defendió la autonomía de su provincia y de las provincias vecinas. Sin embargo, nunca se decidió a luchar por una organización constitucional rápida del país. Al final de su vida, se vio envuelto en complejas luchas por el poder a nivel nacional, rodeado de situaciones difíciles que él mismo había ayudado a crear.

La imagen de Facundo se hizo muy conocida gracias al libro de Domingo Faustino Sarmiento, "Civilización i Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga" (publicado en 1845), más conocido como "Facundo: Civilización y Barbarie". Esta obra popular es un texto político que, aunque tiene algunas imprecisiones históricas, ataca a Rosas a través de quien había sido su aliado. El objetivo de Sarmiento era mostrar que las guerras civiles argentinas eran un conflicto entre la "civilización" (representada por países occidentales) y la "barbarie" (identificada con los pueblos originarios, los españoles y figuras como Rosas y Quiroga). Más allá de su valor literario, el relato de Sarmiento se ajusta a este objetivo. Basándose en la obra de Sarmiento, se creó una "leyenda negra" sobre los federales, que los presentaba como símbolos de arbitrariedad, violencia y tiranía.

En respuesta a esta visión, los historiadores revisionistas del siglo XX crearon otra perspectiva, aunque menos extendida, en la que Facundo Quiroga aparece como alguien que actuaba con dureza solo por necesidad.

El historiador Félix Luna comentó sobre Quiroga: "Ciertamente, muchas cosas buenas y algunas malas pueden decirse del brigadier general Juan Facundo Quiroga: Pero todas deben decirse en el tono mayor de lo épico, porque el tigre de los Llanos fue un hombre excepcional y su vida también lo fue." Luna también destacó que Sarmiento, a pesar de sus errores, logró captar la naturaleza única y poderosa de Quiroga.

Entre los descendientes de Facundo Quiroga se encuentran su nieto, el ingeniero Alfredo Demarchi; su bisnieto, el escritor Horacio Quiroga; sus tataranietos, el naturalista José María Gallardo y los hermanos Leopoldo y Facundo Suárez; y su tatara-tataranieto, el político Facundo Suárez Lastra.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Facundo Quiroga Facts for Kids

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Facundo Quiroga para Niños. Enciclopedia Kiddle.