Historia de la Catedral de Santa María de Sevilla para niños
La historia de la Catedral de Santa María de la Sede en Sevilla es muy larga, ¡más de ochocientos años! Todo empezó en el año 1172, cuando se construyó una gran mezquita. Con el tiempo, esta mezquita se transformó en la catedral gótica más grande del mundo.
De la antigua mezquita, que se inauguró en 1182, todavía se conservan algunas partes importantes. Estas son la Giralda, el Patio de los Naranjos y la Puerta del Perdón. Esta puerta era la entrada principal al recinto.
Cuando el rey Fernando III de Castilla conquistó Sevilla el 23 de noviembre de 1248, la mezquita principal se convirtió en la catedral de la ciudad. El rey ordenó que se añadiera una Capilla Real. Allí fueron enterrados el rey Fernando, Alfonso X y Beatriz de Suabia.
A finales del siglo XIV, la antigua mezquita fue demolida. En su lugar, se empezó a construir un nuevo templo con estilo gótico. El 8 de julio de 1401, los responsables de la Catedral decidieron construir una iglesia nueva. Esto fue porque un terremoto en 1356 había dañado mucho la estructura anterior. Las obras de construcción duraron hasta el año 1506. La catedral gótica de Sevilla se convirtió en una de las más impresionantes de España y de Europa. Se cree que su primer arquitecto pudo ser Charles Galter de Ruan, de origen francés.
La catedral es enorme, con siete naves y una gran altura. Tiene casi cien ventanas. Su diseño incluye naves escalonadas, apoyadas por fuera con muchos arbotantes y contrafuertes. Estos están decorados con pináculos en la parte superior.
Poco después de terminar la construcción gótica, se decidió añadir nuevas partes. Estas se hicieron con el estilo renacentista. Se construyeron la Sacristía de los Cálices y las Capillas de los Alabastros. También se mejoró la Giralda, cuyas obras terminaron en 1593.
A partir del siglo XVII, se vio la necesidad de modernizar la catedral. Se quería que estuviera acorde con los estilos artísticos de la época. Entre 1618 y 1663, se construyó la Iglesia del Sagrario. Esta iglesia tiene un estilo barroco y está junto a la catedral. Durante los siglos XVIII, XIX y XX, los trabajos en la catedral se centraron en restaurar y terminar lo que faltaba. La primera gran restauración fue entre 1762 y 1797, dirigida por Fernando de Rosales. En 1825, comenzó un largo proceso de reparación. Este proceso duró hasta 1928 y buscaba arreglar los daños causados por el tiempo. Las obras las inició Rosales y las continuaron Javier de Luque y Demetrio de los Ríos.
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La Mezquita Almohade: El Origen de la Catedral
En el año 1151, el Imperio almohade tomó el control de Sevilla. Esto marcó el inicio de un periodo de gran desarrollo cultural y social para la ciudad. Para mostrar su poder, el califa Abu Yaqub Yusuf ordenó construir una gran mezquita. Esta mezquita se levantó en el mismo lugar donde hoy está la catedral.
Desde marzo de 1172 hasta abril de 1198, muchos artesanos y trabajadores ayudaron a construir este gran edificio. Aunque no estaba terminada, la mezquita se inauguró en 1182.
Ahmad Ben Baso, un arquitecto muy conocido de la región, fue el encargado de diseñar la mezquita. Se inspiró en los palacios de Buhayra, que él mismo había construido. La mezquita tenía una forma rectangular de 113 por 135 metros. Su superficie era de más de 15.000 metros cuadrados. Tenía diecisiete naves decoradas con arcos de herradura. A la mezquita se entraba por la actual Puerta del Perdón. Dentro, había un gran jardín que hoy conocemos como el Patio de los Naranjos.
El Templo Gótico: Una Nueva Era para la Catedral
La conquista de Sevilla por las tropas cristianas del rey Fernando III de Castilla en 1248 cambió mucho la ciudad. La mezquita principal se adaptó para el culto católico. Así se mantuvo hasta la segunda mitad del siglo XIII, cuando se empezó a pensar en demolerla.
El gran terremoto de 1356 dañó mucho la vieja mezquita. A pesar de esto, no se presentaron planes para reemplazarla de inmediato. Era común usar las mezquitas de las ciudades conquistadas como iglesias cristianas. Sin embargo, esta costumbre fue cambiando a finales del siglo XIII. Finalmente, en 1401, se decidió construir una nueva catedral.
Se cuenta que los canónigos (sacerdotes de la catedral) dijeron: «Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos». Querían que la nueva obra fuera tan buena que no hubiera otra igual. Aunque se pensó que los trabajos empezarían al año siguiente, estudios recientes sugieren que hubo una primera fase de construcción a principios del siglo XV. Luego, un proyecto definitivo, llamado "obra nueva", comenzó en 1433 y se terminó en 1506.
Algunos estudios dicen que Alonso Martínez hizo los planos originales alrededor de 1386. Otros creen que Pedro García tuvo un papel clave antes del proyecto final, que se organizó entre 1433 y 1434. Este proyecto fue supervisado inicialmente por Diego Fernández y Jehan Ysambart. Charles Gauter de Rúan dirigió las obras entre 1435 y 1448. En la última etapa de la construcción, a finales del siglo XV, Alonso Rodríguez fue el maestro principal.
El templo gótico resultó ser mucho más grande y majestuoso de lo que se había planeado. Los constructores no cambiaron mucho el diseño original. Al principio, se pensó en derribar la Giralda, que era un símbolo de la mezquita árabe. Esto se ve en el plano más antiguo de la catedral, de 1480. Pero la idea se descartó. En su lugar, se decidió adaptar la Giralda para que fuera el campanario.
La construcción comenzó por la parte de los pies del templo, respetando la zona oriental donde estaba la capilla real. Las obras llegaron a la cabecera en 1432. El plan original incluía una doble girola, similar a la catedral de Toledo. Pero se abandonó esta idea porque la casa real no quería mover la capilla real. En su lugar, se construyó una nave rectangular que separa el transepto de la Capilla Real.
PERIODO | NOMBRE |
---|---|
1386-1396 | Alonso Martínez |
1421-1440 | Pedro García |
1435-1449 | Maestro Carlin (Carles Galtés de Ruan) |
1454-1472 | Juan Norman |
1478-1496 | Juan de Hoces |
1496-1511 | Alonso Rodríguez |
1513-1519 | Juan Gil de Hontañón |
El Renacimiento: Nuevas Formas y Decoraciones
El 28 de diciembre de 1511, uno de los pilares que sostenían una de las bóvedas centrales se derrumbó. Alonso Rodríguez fue despedido y Juan Gil de Hontañón tomó su lugar. Él diseñó una nueva cúpula que se terminó ocho años después.
En este periodo, que duró unas seis décadas, se añadieron muchas partes a la catedral. Entre ellas, la Sacristía Mayor, la Sacristía de los Cálices y las Capillas de los Alabastros. Todas estas adiciones se hicieron en un estilo renacentista muy elegante, con influencias de la región de Flandes.
El exterior de la catedral también cambió. Varias puertas de la fachada este se decoraron con elementos renacentistas. Lo mismo ocurrió con altares y capillas. La mayoría de las vidrieras que adornan las paredes y cúpulas fueron hechas por Enrique Alemán, Arnao de Flandes y Arnao de Vergara.
La Sacristía Mayor, diseñada por el arquitecto Diego de Riaño, es el mejor ejemplo del Renacimiento en la catedral. Tiene forma de cruz griega y columnas que sostienen una linterna. Está decorada con muchos detalles del estilo plateresco. Sus bóvedas en forma de abanico y sus ventanas elípticas son muy llamativas.
La Sacristía de los Cálices, obra de Martín de Gainza, también tiene muchos adornos renacentistas. Su bóveda central se apoya en arcos de medio punto y nervaduras.
Finalmente, la reforma de la Giralda por Hernán Ruiz el Joven, entre 1557 y 1568, incluyó la adición del cuerpo de campanas que vemos hoy. También se añadió el Giraldillo, una estatua que representa la Fe en la parte más alta. Ruiz también trabajó en la Capilla Real, la Capilla de la Virgen de la Antigua, la Capilla de la Concepción, la Capilla de Scalas, la Capilla del Mariscal, la Capilla de la Estrella, el antecabildo y el Patio de los Naranjos.
Barroco y Academicismo: Cambios y Arte
La reforma barroca de la catedral de Sevilla incluyó la creación de la Iglesia del Sagrario. Este es un espacio separado de la catedral, pero conectado a ella. Destaca su retablo, hecho principalmente por Pedro Roldán y Francisco Dionisio de Ribas. También es notable la bóveda con linterna que cubre todo el edificio.
Varias capillas de la catedral fueron modificadas en este periodo. La capilla de San Pedro es muy importante. Está decorada con algunas de las mejores obras de Francisco de Zurbarán. La Capilla Real, aunque no fue reformada por completo, sí recibió muebles nuevos de la época. Por ejemplo, la urna de plata que guarda los restos de San Fernando, obra de Juan Laureano de Pina. La capilla de Santa Ana y la de la Concepción también se adornaron con hermosas pinturas religiosas.
La pintura se volvió muy importante en la catedral a partir del siglo XVII. Dos de los pintores más famosos de su tiempo, Juan de Valdés Leal y Bartolomé Esteban Murillo, crearon obras para varias capillas. La visión de San Antonio y El nacimiento de la Virgen son dos obras clave de Murillo. Fueron hechas especialmente para la Catedral de Sevilla, aunque fueron robadas durante la Guerra de Independencia. Otros pintores con obras en la catedral son Lucas Valdés y Simon de Vos.
Con la llegada del academicismo a España, en la segunda mitad del siglo XVIII, se quiso hacer el edificio más "monumental". Esto significaba reducir el espacio y adaptarlo al estilo neoclásico de moda. Esta reforma afectó sobre todo la parte suroeste del edificio. Fue realizada por Manuel Núñez y Fernando de Rosales.
Durante la ocupación francesa de Sevilla, en la época de la invasión napoleónica, el tesoro de la catedral de Sevilla sufrió un robo. Las tropas del mariscal francés Jean de Dieu Soult se llevaron varias obras. Entre ellas, la Inmaculada de Soult y el Nacimiento de la Virgen, de Murillo. Al principio, el francés quería llevarse la Visión de San Antonio de Padua. Pero los responsables de la catedral propusieron cambiarla por el Nacimiento de la Virgen. Así, la obra de San Antonio se quedó en la capilla de San Antonio.
Época Contemporánea: Restauraciones y Reconocimientos

En 1825, comenzó un largo proceso de restauración en la catedral. Este proceso duró más de un siglo debido a la falta de dinero y a los cambios en los gustos artísticos. El objetivo principal era reparar las obras góticas, algunas dañadas por el tiempo, y terminar trabajos que estaban incompletos. Fernando de Rosales inició el proyecto. En 1866, Demetrio de los Ríos lo continuó. Finalmente, Adolfo Fernández Casanova terminó la última etapa de restauración, que se centró en mejorar las fachadas del templo. Entre 1895 y 1927, las puertas del lado norte se decoraron con adornos neogóticos y columnas corintias. Esto se hizo para que armonizaran con el estilo gótico que predomina en toda la catedral.
En esta etapa, se instalaron muchas vidrieras en el interior de la catedral. La mayoría se fabricaron en Múnich. Poco después, en la década de 1930, se inició la restauración de los vitrales. Esta fue dirigida por Francisco Murillo Herrera, un historiador de la Universidad de Sevilla.
Aunque en siglos anteriores ya se había usado la catedral como lugar de entierro, fue en el siglo XIX cuando esto se hizo más común. Muchos clérigos importantes y algunos arzobispos de Sevilla eligieron la catedral para ser enterrados. La mayoría de las tumbas, de estilo neoclásico, están decoradas con estatuas de mármol que representan al difunto o a algún santo.
La tumba más famosa que alberga la catedral es la de Cristóbal Colón. Una urna con los restos del famoso explorador fue llevada a Sevilla en 1898. Esto ocurrió después de la Independencia de Cuba. Para guardar estos restos, el escultor Arturo Mélida construyó un monumento. En él, representantes de los cuatro reinos españoles (Castilla, León, Aragón y Navarra) sostienen un féretro.
Existe una discusión sobre si los restos de Sevilla son los auténticos o si lo son los de la Catedral de Santo Domingo. Sin embargo, los últimos estudios de ADN mitocondrial realizados en la Universidad de Granada indican que los restos que están en Sevilla son los verdaderos.
El 11 de diciembre de 1987, la Catedral de Sevilla fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. Esto ocurrió durante una reunión en París del Comité del Patrimonio de la Humanidad. También recibieron este reconocimiento los Reales Alcázares y el Archivo de Indias.