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Guerra de la Valtelina para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Guerra de la Valtelina
Parte de Bündner Wirren y guerra de los Treinta Años
Sacro Macello.jpg
Un levantamiento en Tirano que marcó el inicio de la guerra.
Fecha Julio 1620-mayo 1626
Lugar Valtelina
Coordenadas 46°10′00″N 9°52′00″E / 46.16666667, 9.86666667
Razón para la guerra Control del valle de la Valtelina
Resultado

Victoria española

  • Reducción de la autoridad de los Grisones sobre la Valtelina
Participantes
Armes Trois Ligues GR.png Ligas grisonas
Royal Standard of the King of France.svg Reino de Francia
Flag of Savoie.svg Ducado de Saboya
Flag of Most Serene Republic of Venice.svg República de Venecia
Flag of the Duchy of Milan (1450).svg Ducado de Milán
Bandera de España Imperio español
Banner of the Holy Roman Emperor (after 1400).svg Sacro Imperio Romano Germánico
Flag of Genoa.svg República de Génova
Líderes importantes
Royal Standard of the King of France.svg Bonne de Lesdiguières
Royal Standard of the King of France.svg Antoine d'Estrées
Bandera de España Álvaro de Bazán y Benavides
Bandera de España Duque de Feria

La Guerra de la Valtelina fue un conflicto que ocurrió entre 1620 y 1626. Fue parte de la Guerra de los Treinta Años, un gran conflicto europeo. La Valtelina es un valle en los Alpes (montañas de Europa), en el norte de Italia.

A principios del siglo XVI, la Valtelina, habitada por personas católicas, pasó a ser controlada por las Tres Ligas suizas, que eran en su mayoría protestantes. Este valle era muy importante porque conectaba los territorios de los Habsburgo de Austria con los de España en Italia. Por allí pasaba el "Camino Español", una ruta clave para que las tropas españolas se movieran entre Italia y Flandes (actuales Bélgica y Países Bajos).

En julio de 1620, los católicos de la Valtelina se levantaron contra el gobierno protestante de las Tres Ligas. España envió sus soldados para apoyar a los católicos y tomó el control de varias fortalezas en los Alpes. Francia no estuvo de acuerdo con esto.

El embajador francés en Madrid logró que España firmara el Tratado de Madrid en 1621. Este tratado decía que la Valtelina volvería a las Tres Ligas, pero que la religión católica sería la única permitida. Sin embargo, este acuerdo no se cumplió y no dejó contentos a nadie.

Más tarde, se firmó el Tratado de Aranjuez en 1622. Este acuerdo puso las fortalezas bajo el control del Papa hasta que se llegara a una solución definitiva.

En noviembre de 1624, un ejército de Francia y Suiza atacó para quitarle las fortalezas al Papa y devolver el territorio a los protestantes. El Papa pidió ayuda a España, que logró mantener una fortaleza, pero las demás fueron tomadas.

Finalmente, España y Francia firmaron el Tratado de Monzón en 1626. España aceptó que las Tres Ligas tuvieran autoridad sobre la Valtelina. A cambio, se garantizó que los católicos podrían practicar su religión libremente y que las tropas francesas se retirarían del valle.

En 1635, Francia declaró la guerra a los Habsburgo. El Cardenal Richelieu, un importante ministro francés, envió tropas a la Valtelina y la ocupó. Sin embargo, las Tres Ligas dejaron de apoyar a Francia y se aliaron con España y el Imperio. En 1637, las tropas francesas tuvieron que irse.

En 1639, se firmó el Tratado de Milán. En este acuerdo, España reconoció la autoridad de las Tres Ligas sobre la Valtelina. Se estableció que la religión católica sería la principal en la región. Además, las tropas españolas obtuvieron el derecho exclusivo de pasar por el valle. A cambio, España daría beneficios económicos a la región.

¿Por qué era tan importante la Valtelina?

Las Tres Ligas grisonas y sus territorios. Se ve lo estratégico que era el valle entre el Milanesado, el Tirol, Suiza y la República de Venecia.                      Frontera suiza moderna                      Fronteras jurisdiccionales Tres ligas:      Liga Gris (1424-)      Liga de las Diez Jurisdicciones (1436-)      Liga de la Casa de Dios (1367-)      Zonas sometidas a las Tres Ligas (1512-1620, 1639-1797) Zonas perdidas antes de 1797: * Untercalven: perdida de 1616 * Tre Pievi: 1512-1524

La Valtelina es un valle por donde pasa el río Adda, desde donde nace hasta el lago de Como. Desde el siglo XIV, pertenecía al Ducado de Milán, pero en 1512 pasó a estar bajo el control de las Tres Ligas suizas.

Este valle tiene varios pasos de montaña que permiten cruzar los Alpes, como el Splügen y el Stelvio. En el siglo XVII, estos pasos eran vitales para conectar los territorios de los Habsburgo: el Tirol y el Vorarlberg (en Austria) con el Milanesado (en Italia, bajo control español).

Controlar la Valtelina significaba tener un camino directo entre el norte de Italia y las tierras alemanas del Sacro Imperio Romano Germánico. Si las Tres Ligas controlaban el valle, los ejércitos de los Habsburgo necesitaban su permiso para pasar.

Para Francia, la región también era muy importante. Le permitía comunicarse con Venecia, que era su aliada. Venecia también temía que la Valtelina cayera en manos de los Habsburgo, ya que esto le impediría recibir ayuda de otros países y cortaría su conexión con Francia.

En 1601, un tratado entre Francia y Saboya hizo que España perdiera una ruta importante entre el norte de Italia y Flandes. Esto hizo que la Valtelina fuera aún más valiosa, ya que era la única ruta segura entre el Milanesado, el Franco Condado y los Países Bajos españoles. Su importancia creció aún más cuando terminó una tregua de doce años, lo que significaba que se necesitaría enviar más ejércitos de Italia a Flandes. Por eso, España intentó muchas veces tomar el control de la región.

Los Grisones, que eran protestantes, dominaban la Valtelina, cuya población era mayoritariamente católica. Los Habsburgo, que defendían el catolicismo, aprovecharon estas diferencias religiosas para apoyar a los habitantes de la Valtelina. Esto les ayudaba a conseguir sus intereses políticos de controlar los pasos de montaña. Francia y las ligas grisonas se opusieron a esto.

La lucha por el control de la Valtelina

El levantamiento inicial

Archivo:Robustelli
Giacomo Robustelli, líder del levantamiento católico en la Valtelina contra el control de las Tres Ligas.

Los habitantes de la Valtelina habían estado mucho tiempo bajo el control de los Grisones. El valle era muy fértil y producía trigo y vino, lo que lo convertía en una fuente importante de alimentos para los Grisones.

Representantes españoles animaron a los habitantes del valle a levantarse contra sus gobernantes. Los valtelinos empezaron a ver con malos ojos a los jueces que les enviaban desde las montañas, quienes no conocían sus leyes y los trataban con autoridad. Sintieron que sus derechos y su religión no eran respetados, y se rebelaron.

Un noble del valle, Robustelli, entró en la Valtelina el 19 de julio de 1620 con tropas católicas. Tomó varias poblaciones y atacó violentamente a los protestantes de la zona. Las tropas de los Grisones, con ayuda de sus aliados de Berna y Zúrich, recuperaron el valle en ocho días.

Sin embargo, los rebeldes pidieron ayuda al gobernador español de Milán, el duque de Feria. Él envió soldados que les devolvieron el control del valle sin luchar, y al mismo tiempo lo ocuparon. Este levantamiento permitió que el valle se gobernara de forma más independiente, pero con fuertes lazos con la Lombardía española.

Los Grisones, al sentirse débiles frente al duque de Feria, pidieron ayuda a Francia. La intervención francesa fue lenta. Al principio, solo usaron la diplomacia. El Tratado de Madrid, firmado en 1621 entre Francia y España con la ayuda del Papa, decía que la Valtelina volvería a los Grisones y que las fortalezas españolas serían destruidas. La única condición era que solo se permitiera la religión católica en el valle.

Una larga disputa por el control

El Tratado de Madrid nunca se aplicó. Los representantes españoles se opusieron al acuerdo, y los suizos se negaron a dar las garantías que pedía el tratado. La corte española dijo que su gobernador actuaba por su cuenta, pero los ministros franceses siguieron con negociaciones que no llevaban a nada.

Los Grisones, cansados de la situación, intentaron someter la Valtelina por la fuerza, pero fueron derrotados. El archiduque Leopoldo, hermano del emperador, tomó varias ciudades y entró en Coira. Venecia pidió a Francia que interviniera, pero Francia se negó. Los Grisones, abandonados por sus aliados suizos, aceptaron negociar con Leopoldo.

En 1622, Leopoldo impuso nuevas condiciones a las Tres Ligas en Milán: debían romper su alianza con Francia, ceder algunas tierras y permitir la ocupación de Coira y Mayenfeld por doce años. También debían renunciar a la Valtelina y hacer una nueva alianza con Milán y con él mismo. La falta de acción de Francia molestó a los protestantes suizos.

Sin embargo, la paz en Francia permitió que en noviembre de ese año, el rey Luis XIII y sus ministros se reunieran con el duque de Saboya y el embajador de Venecia. Acordaron devolver la Valtelina a los Grisones, quitándosela a los españoles. Después de largas negociaciones, se firmó el Tratado de París en 1623 con Venecia y Saboya. Pero los cantones suizos se negaron a unirse a la alianza, por la influencia de los católicos y la falta de confianza en Francia y Saboya.

La guerra parecía inevitable. España intentó seguir negociando, proponiendo una solución intermedia: cedió las fortalezas del valle a las tropas del Papa Gregorio XV, quienes las ocuparían hasta que se resolviera el conflicto. Luis XIII aceptó esto, lo que no gustó a la oposición en Francia ni a sus aliados.

El sucesor de Gregorio XV, Urbano VIII, continuó la misma política. Propuso un tratado que devolvería la Valtelina a los Grisones. España no quería renunciar a los pasos alpinos y argumentó que no podía dejarlos en manos de "herejes" (protestantes), y que había prometido a los valtelinos que no volverían a estar bajo el "yugo protestante".

Las negociaciones se alargaban. Urbano VIII hizo un último esfuerzo para evitar la guerra: en 1624, propuso un acuerdo donde los españoles conservarían los pasos de montaña, se limitarían los derechos de los Grisones, y los reyes de Francia y España protegerían la Valtelina. Francia rechazó esta propuesta.

Richelieu, el ministro francés, convenció al rey Luis XIII de que ceder los pasos de la Valtelina a España fortalecería demasiado a los Habsburgo y excluiría a Francia de los asuntos de Italia. La propuesta del Papa fue rechazada, y la guerra se hizo inevitable.

La intervención de Francia

Francia hizo una maniobra para distraer a España en Italia y así facilitar la conquista de la Valtelina. Génova era el puerto principal para los españoles en el norte de Italia y sus banqueros financiaban a la corte de Madrid. Si Francia tomaba Génova, podría aislar el Milanesado de España y quitarle dinero al enemigo.

Richelieu pidió al Papa que devolviera las fortalezas de la Valtelina a los españoles, para no tener que enfrentarse a las tropas papales. El Papa se negó. Entonces, el gobierno francés ordenó un ataque rápido a la Valtelina. Los franceses contaron con el apoyo de los suizos protestantes, ya que se presentaban como defensores de sus aliados Grisones.

Las tropas francesas y grisonas entraron en la Valtelina en noviembre de 1624. Las tropas del Papa apenas ofrecieron resistencia. Los franceses trataron bien a los soldados papales, devolviéndoles sus banderas y liberando a los prisioneros. El jefe de las tropas papales pidió ayuda al duque de Feria, quien solo pudo enviar refuerzos para mantener una fortaleza.

Mientras tanto, un levantamiento en Francia en 1625 impidió que la expedición a Italia tuviera el mismo éxito que la de la Valtelina. Aunque los franceses y sus aliados ganaron algunas batallas, no lograron bloquear Génova ni cortar las comunicaciones entre Génova y Milán. La campaña contra Génova fue un fracaso.

El Papa no aceptó perder el control de las fortalezas de la Valtelina. Envió a su sobrino a Francia en 1625 para pedir su devolución, pero los franceses se negaron. El Papa propuso una tregua, que fue rechazada. Luego pidió que la Valtelina se independizara de los Grisones por la diferencia de religión, pero los franceses respondieron que eso no era razón para que un pueblo se rebelara contra su gobernante. Finalmente, el Papa se fue sin conseguir nada.

Francia logró el apoyo de los cantones suizos en 1626. Todos aprobaron que la Valtelina volviera a los Grisones, siempre que se protegiera el catolicismo en el valle. La necesidad de España de comunicar el Milanesado con el Imperio, la insistencia del Papa en recuperar el control y la negativa suiza a permitir el paso de tropas a quienes se oponían a los Grisones, hacían prever que el conflicto continuaría.

Las nuevas negociaciones llevaron a la firma del Tratado de Monzón en 1626 entre Francia y España, sin la participación de los Grisones, Venecia o Saboya. Este nuevo acuerdo redujo la autoridad de los Grisones sobre la Valtelina. Solo recibirían un pago anual y tendrían el derecho de confirmar a los jueces elegidos por los habitantes del valle. La religión católica sería la única permitida, y los protestantes extranjeros no podrían vivir de forma permanente en el valle. Los pasos de montaña permanecerían cerrados a los españoles.

¿Qué pasó después?

Richelieu, el ministro francés, no solo impidió que España y Austria cruzaran los Alpes. También envió agentes a Suiza y Alemania para debilitar la influencia de los Habsburgo. Intentaron convencer a líderes locales de que se separaran del Imperio y se sometieran a la protección de Francia.

Los ejércitos españoles pudieron pasar por el valle sin problemas en 1632 y 1633.

Finalmente, España y los Grisones llegaron a un acuerdo en 1639. El valle seguiría siendo católico y quedaría bajo el control de los Grisones.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Valtellina War Facts for Kids

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Guerra de la Valtelina para Niños. Enciclopedia Kiddle.