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Plaga de Justiniano para niños

Enciclopedia para niños

La Plaga de Justiniano fue una enfermedad muy grave que afectó a muchas personas en el Imperio bizantino, también conocido como Imperio romano de Oriente. Esta enfermedad se extendió por Constantinopla y otras partes de Europa, Asia y África entre los años 541 y 750. Fue el comienzo de la primera gran pandemia de peste de la que se tiene registro.

Se calcula que, durante esos años, la población de esos continentes perdió entre 25 y 50 millones de personas. Esto significó que entre el 13% y el 26% de la gente que vivía en el siglo VI falleció. Por eso, se considera una de las enfermedades más devastadoras de la historia.

Se cree que la causa fue la peste bubónica, y estudios recientes confirman que es la misma enfermedad que conocemos hoy o que causó otras epidemias en la Edad Media. Hubo al menos dieciocho brotes de esta peste que se extendieron por la cuenca del Mediterráneo y llegaron a lugares tan lejanos como Persia e Irlanda entre los años 541 y 750. El primer brote importante ocurrió entre 541 y 544 en el Mediterráneo, y se extendió hasta el 549 en el norte de Europa.

Esta enfermedad reapareció varias veces cerca de los puertos del Mediterráneo hasta el año 750, y tuvo un gran impacto en la historia de Europa. Los historiadores modernos le dieron el nombre de "Plaga de Justiniano" en honor al emperador romano Justiniano I, quien gobernaba el Imperio bizantino en ese momento. El impacto de esta plaga en la sociedad de la época de Justiniano ha sido comparado con el de la Peste negra siglos después. Algunos historiadores de la época decían que la plaga afectó a todo el mundo conocido, incluyendo Asia, África y Europa. Aunque tradicionalmente se pensaba que la enfermedad llegó a Europa desde el este de África, estudios genéticos recientes sugieren que el origen de la bacteria podría haber estado en China.

¿Qué características tenía la enfermedad?

La causa más aceptada de esta pandemia es la peste bubónica. Esta misma enfermedad, pero con una variante diferente, causaría más tarde la famosa "Peste negra" en el siglo XIV.

La Plaga de Justiniano fue causada por una bacteria llamada Yersinia pestis. Los científicos comenzaron a investigar esta bacteria en 1998. Un grupo de biólogos, junto con arqueólogos e historiadores, extrajeron ADN de dientes de personas que fallecieron en Marsella entre 1590 y 1720. Descubrieron que estas personas habían sufrido una enfermedad causada por Yersinia pestis. Más tarde, hicieron estudios similares con restos de personas del siglo VI encontrados en Alemania, y llegaron a la misma conclusión.

Archivo:Yersinia pestis wayson
Yersinia pestis, la bacteria que causó la enfermedad.

Esta enfermedad es transmitida de roedores a humanos. El animal que más la transmite es la rata negra o Rattus rattus, porque vive cerca de las personas. Generalmente, la plaga pasa de las ratas a los humanos, y a veces, entre humanos. Las pulgas suelen infectar a las ratas y otros roedores. La bacteria Yersinia pestis se aloja en el estómago de la pulga. Cuando el estómago de la pulga se bloquea por la bacteria, la pulga no puede alimentarse bien y muerde varias veces a su huésped, pasando la bacteria a su sangre. Todos los mamíferos pueden contraer la enfermedad, pero los humanos, los gatos y algunos roedores son más propensos a enfermarse, mientras que los perros son más resistentes.

Se cree que esta plaga fue la primera epidemia de peste bubónica de la que se tiene registro escrito. Es posible que hubiera brotes anteriores, pero no dejaron documentos. Este primer brote afectó a Europa, África y Asia desde el año 541 hasta el 750. Después, la enfermedad desapareció de Europa hasta el siglo XIV, cuando se propagó la "Peste negra". Esa segunda ola de peste bubónica afectó a Europa hasta el año 1720, cuando se registró el último brote en la ciudad de Marsella. La última gran pandemia de peste bubónica ocurrió a mediados del siglo XIX y se extendió hasta 1893-1923, desde China e India al resto del mundo.

La bacteria Yersinia pestis se reproduce mejor en el estómago de la pulga a temperaturas por debajo de 27.5 °C. Esta temperatura se dio en el este y centro de África después de un cambio climático en los años 535-536. Las temperaturas más frescas ayudaron a que la enfermedad se propagara rápidamente.

¿Dónde se originó la Plaga de Justiniano?

Archivo:Justinian
Mosaico que muestra a Justiniano, Emperador del Imperio bizantino, durante cuyo gobierno ocurrió la plaga que lleva su nombre.

Los estudios más recientes han ayudado a entender mejor cómo la enfermedad pasó de roedores a humanos. En el verano del año 541, se detectó por primera vez un brote de peste bubónica (Yersinia pestis) en la ciudad portuaria egipcia de Pelusium. Esta ciudad conectaba el Imperio con el Mar Rojo. Desde allí, la enfermedad se extendió rápidamente hacia el este, por la costa hasta Gaza, y hacia el oeste, hasta Alejandría. Según los escritos de la época, en la primavera del 542, la bacteria ya había llegado a Constantinopla y se había extendido por Siria, Anatolia, Grecia, Italia y el norte de África.

Archivo:Indo-Roman trade
Las zonas comerciales del este de África son los lugares más aceptados como origen de la epidemia.

Según las fuentes, la epidemia comenzó en algún lugar del este de África y desde allí se movió al Alto Egipto y al Mediterráneo. Uno de los posibles lugares de origen pudo ser Rhapta, en Tanzania. Este lugar era un importante centro comercial, según el geógrafo griego Claudio Ptolomeo. Allí se comerciaba con marfil, conchas de tortugas y cuernos de rinocerontes. La ciudad estaba cerca de un río y del mar. Comerciantes árabes del Yemen dominaban este lugar, casándose con mujeres locales e importando grano, vino, hierro y vidrio. Rhapta era uno de los centros comerciales más al sur de África. Otros puertos importantes eran Opone (la actual Ras Hafun), Essina y Toniki en Somalia.

Opone estaba en una isla conectada a la costa por arena y tenía cientos de habitantes. Fue abandonada en el siglo VI, cuando se datan los últimos restos de cerámica. Hasta entonces, era un punto clave en las rutas comerciales entre el Mediterráneo, la India y África.

Los puertos de Essina, Toniki y Raphta no se han encontrado con excavaciones, lo que sugiere que, como Opone, pudieron desaparecer en el siglo VI.

El siglo VI fue un período difícil en la historia del este de África, ya que muchos centros comerciales importantes desaparecieron. Esto coincide con la disminución de la población en Europa durante el mismo siglo, a causa de la Plaga de Justiniano. Además, el este de África es un lugar donde viven naturalmente los animales que transmiten la peste bubónica.

En el sitio de Unguja ukuu en Zanzíbar se han encontrado pruebas de que zonas tan lejanas de África tenían contacto con el Imperio romano. Se halló cerámica romana del norte de África, datada en la segunda mitad del siglo VI. También se encontraron huesos de ratas negras (Rattus rattus) y otros roedores, que los habitantes usaban como alimento. Todo esto creó las condiciones para que la enfermedad se propagara.

Hoy en día, se sabe que la peste bubónica es común en el Himalaya, el centro y este de África, y las estepas asiáticas. La epidemia del siglo VI parece haberse originado en África, no en Asia. No hay registros de peste bubónica en Asia hasta el siglo VII. China fue afectada por la epidemia, pero cien años después, posiblemente desde Persia, que a su vez fue infectada por su contacto con el Imperio bizantino. Además, no hay pruebas de peste bubónica en las estepas asiáticas hasta bien entrada la Edad Media.

Fuentes antiguas, como Evagrio Escolástico, indican que la epidemia venía de África, específicamente de Etiopía. Según estas teorías, las primeras zonas afectadas fueron Etiopía y el Yemen, alrededor del año 540.

David Keys sugiere que la propagación de la epidemia en esa época está relacionada con cambios climáticos que ocurrieron entre los años 535 y 536. Estos cambios incluyeron una disminución de la luz solar debido a que el sol se oscureció. Según el autor, esto causó problemas como hambrunas, enfermedades, migraciones e inestabilidad en muchas regiones del mundo, incluyendo África, Europa, Asia, Mesoamérica y Sudamérica. En cuanto a la epidemia, los cambios climáticos provocaron lluvias excesivas seguidas de sequías, lo que favoreció la expansión de los animales que transmitían la enfermedad. En el este de África hay muchas especies que pueden propagar la epidemia, como ratones o gerbilinos. Los gerbilinos pueden moverse varios kilómetros e infectar a otros roedores, extendiendo la enfermedad. Estos roedores pudieron contagiar la enfermedad a la rata negra (Rattus rattus), que es uno de los principales transmisores.

En Europa, una de las primeras fuentes que mencionan este cambio climático es el historiador Procopio de Cesarea, quien dice que durante esos años el Sol parecía apagado y sin luz, lo que causó mucho miedo. Este cambio climático pudo favorecer la expansión de las pulgas y roedores, y su movimiento a diferentes partes del mundo. Según Keys, el cambio climático pudo ser causado por una gran erupción volcánica o algo similar que liberó millones de toneladas de polvo a la atmósfera. Keys basa sus pruebas en el estudio de los anillos de los árboles (dendrocronología) de lugares como Escandinavia y Europa occidental. Observó que los anillos se hicieron más delgados entre los años 536 y 542, y no recuperaron su tamaño hasta el año 550. Estas alteraciones explicarían las anomalías climáticas en lugares como Britania entre 535 y 555.

La epidemia en el Imperio bizantino

La epidemia se extendió desde el año 541 por todo el Imperio bizantino. Hay descripciones de cómo la enfermedad afectó a la capital, Constantinopla. La primera ciudad afectada fue el puerto de Pelusium, un centro comercial por donde llegaban mercancías de Egipto y África. Esta ciudad era una entrada natural al Mediterráneo. Después de afectar a Pelusium, la epidemia se movió a Alejandría siguiendo las rutas comerciales. Desde Alejandría, posiblemente a través del transporte de trigo, la enfermedad llegó a Constantinopla y Antioquía.

El historiador y religioso Juan de Éfeso cuenta cómo la gente se enfermaba con fiebre y otras señales. Las personas solían morir en dos o tres días, después de un período de confusión. Juan de Éfeso destaca la rapidez del contagio, siendo los lugares públicos como iglesias y mercados donde había más víctimas. Sin embargo, algunas personas se recuperaban, aunque a menudo morían por otras infecciones después. Para el historiador, el origen de la plaga era un castigo divino por los pecados de la humanidad. Él quería informar a las futuras generaciones sobre los posibles castigos de Dios. Nos habla del primer brote de peste en Bizancio entre los años 541 y 543.

Juan de Éfeso describe cómo la peste dejó muchas partes del Imperio desoladas y sin habitantes, afectando por igual a ricos y pobres, y dejando pueblos y ciudades vacías. El principal problema en la capital, según él, eran los cuerpos sin enterrar en las calles, iglesias y esquinas. El autor menciona cifras de muertos diarios: 5000, 7000, 12.000, lo que sumaría unas 300.000 muertes al final de la epidemia. Aunque estas cifras son debatidas por otros autores, esta gran cantidad de muertes paralizó la ciudad y su abastecimiento. El historiador bizantino Procopio de Cesarea registró que, en su peor momento, la peste llegó a matar hasta 10.000 personas al día en la ciudad, aunque esta cantidad no se puede verificar.

Las autoridades imperiales respondieron contando los muertos y organizando cementerios especiales. Juan cuenta que había barcos que sacaban los cuerpos de la ciudad y los llevaban a lugares especiales. Al principio, los cuerpos se lanzaban al mar. Luego, el emperador Justiniano decidió hacer grandes fosas comunes para los cuerpos al otro lado del mar, en las afueras de la ciudad, al norte del Cuerno de Oro. El encargado de esta tarea fue el Referendarii Teodoro, un importante funcionario. Justiniano le dio mucho dinero e instrucciones precisas. Teodoro gastó grandes sumas para contratar personas que cavaran las fosas y transportaran los cuerpos.

Según Procopio en su Historia Secreta, el primer brote de la epidemia causó algunos problemas políticos. El emperador Justiniano se enfermó, lo que llevó a discusiones sobre quién lo sucedería. Este problema se resolvió porque Justiniano se recuperó de la enfermedad.

¿Cómo se expandió y repitió la epidemia?

Archivo:Justinian555AD
La reconquista de Justiniano devolvió al Imperio el control del Mediterráneo, pero también ayudó a la rápida expansión de la epidemia.

La pandemia se extendió por los puertos del Mediterráneo, y luego por Europa, llegando al norte a Dinamarca y al oeste a Irlanda. Uno de los principales transmisores fue la rata negra, que vive cerca de las personas en granjas, almacenes, mercados, puertos y barcos. A veces se le llama "rata de los barcos" o "rata de las casas". En buenas condiciones, una pareja de ratas negras puede tener muchos descendientes al año. Es una especie adaptable y come de todo: insectos, carne, huesos y frutas. Las ratas eran transportadas en los barcos, y con ellas viajaba la enfermedad.

La epidemia se movió del este de África al Imperio bizantino debido al comercio. El marfil era un objeto de lujo muy deseado por las clases altas bizantinas. Con él se hacían tablas para escribir, juguetes y obras de arte. Durante el siglo VI, los elefantes del mar Rojo y Eritrea estaban casi extintos por la caza excesiva, pero en Kenia y Tanzania todavía había muchos elefantes. Por eso, eran la fuente principal de marfil para el Imperio bizantino. El Imperio importaba unas cincuenta toneladas de marfil al año del este de África, lo que significaba la muerte de cinco mil elefantes.

La pandemia continuó con brotes locales y esporádicos hasta aproximadamente el año 750. La enfermedad se extendió a Persia después de afectar al Imperio bizantino, debido a las campañas militares entre ambos imperios.

La peste bubónica es una enfermedad que se transmite entre humanos en varios ciclos o brotes a lo largo del tiempo. El escritor de la iglesia Evagrio Escolástico vivió durante cuatro de estos grandes brotes, que se repetían cada 8 o 10 años. En su obra, cuenta cómo en el primer brote de peste bubónica (541-543) él se enfermó cuando era estudiante, y cómo en los brotes siguientes fue perdiendo a su esposa, a sus hijos y a toda su familia. Escribió esto a los 58 años en la ciudad de Antioquía. Esta variante de la peste bubónica afectó a varias partes del mundo y no se registran brotes hasta el año 543, desapareciendo hasta el siglo XIV.

Primer brote

El primer brote apareció entre 540 y 541 y duró hasta 547 o 548, dependiendo de cómo se daten las epidemias en las islas británicas. El primer brote siempre es el más grande y mortal. Afectó a Etiopía, el norte de África, Europa oriental y occidental, el Imperio persa, el Imperio bizantino y el Yemen. Las primeras zonas afectadas fueron Etiopía y Yemen alrededor del año 540, luego el Imperio bizantino y Persa entre 541 y 543, y finalmente llegó a Europa Occidental a partir de 543-544.

Segundo brote

Según el abogado y escritor Agatías, entre 558 y 561 hubo un nuevo brote. Este brote fue especialmente grave en la primavera de 558 en Constantinopla, donde murieron muchas personas.

Otros brotes

Evagrio nos informa de la presencia de la peste bubónica en el año 594 en Antioquía. Según la fuente Los milagros de San Demetrio, la ciudad de Tesalónica, como otras partes del Imperio bizantino, fue devastada por una epidemia en el año 597, aunque no se sabe exactamente qué enfermedad fue. Tesalónica fue especialmente afectada porque en ese momento estaba siendo atacada por un grupo de ávaros.

¿Qué consecuencias tuvo la Plaga de Justiniano?

Consecuencias económicas y en la población

El Imperio bizantino estaba en guerra con los vándalos en la región de Cartago, con los ostrogodos en la península italiana y con el Imperio sasánida. Además, se habían invertido grandes sumas en la construcción de iglesias importantes como la iglesia de Santa Sofía. La peste tuvo efectos muy negativos en la economía, ya que disminuyeron los impuestos, el comercio se paralizó y muchos asentamientos y ciudades dedicadas a la agricultura, vitales para el Imperio, quedaron devastados. Esto causó graves problemas. No hay que olvidar que la rata negra, uno de los principales transmisores de la epidemia, se siente atraída por los cultivos o los almacenes de cosechas.

Juan de Éfeso describe cómo la epidemia afectó tanto al campo como a las ciudades. Señala que los campos y el ganado quedaron abandonados, lo que muestra el gran impacto en las zonas rurales. Otro ejemplo de esta devastación en el campo son las plagas de langostas que se extendieron por el Mediterráneo en este período. Estas invasiones fueron frecuentes entre 570 y 670 en Europa Occidental y el Próximo oriente. En 576, una plaga de langostas atacó Siria e Irak. En el año 578, según el cronista Gregorio de Tours, una plaga de langostas devastó Hispania, siendo muy fuerte cerca de la capital Toledo. Gregorio cuenta cómo atacaron las vides, frutas y cualquier planta, destruyéndolo todo. El autor dice que este problema duró unos cinco años y luego la nube de langostas se extendió por el resto de las provincias del Reino visigodo. Las plagas de langostas son comunes en tierras de cultivo abandonadas. Esto sugiere que los extensos territorios abandonados pudieron ser consecuencia de la epidemia. Las langostas prefieren lugares con muchas variedades de plantas, lo cual es común en antiguos terrenos agrícolas sin cultivar, lo que les da más alimento y favorece su reproducción. Se estima que el Imperio bizantino perdió entre el 13% y el 26% de su población.

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Las plagas de langostas fueron una consecuencia de la despoblación que la Plaga de Justiniano causó en el campo.

Durante esta pandemia, a lo largo de los siglo VI y siglo VII, muchos pueblos y villas debieron quedar sin habitantes. Juan de Éfeso y Evagrio coinciden en sus relatos al mencionar este fenómeno. Se han identificado numerosos asentamientos que pudieron quedar sin habitantes o sufrir una gran disminución de su población durante estos brotes, como Anamur, Anazarba, Canbazli, Corcycus y Dag Pazari en el sur de Turquía; El Bara, Sinhar, Deir Sim´an, Serjilla y Kfer en el norte de Siria; y Dougga, Sbeitla, Thuburbo Maius y el norte de Cartago en el norte de África. Esta despoblación afectó tanto a las zonas rurales como a las urbanas. Estudios demográficos de Dougga han mostrado que esta ciudad perdió el 70% de su población entre 550 y 600, y Cartago perdió el 50% entre 550 y 650.

La plaga contribuyó al declive de los mercados urbanos, las comunicaciones y el gobierno en las ciudades. En grandes partes de Asia, la zona más rica del Imperio bizantino, todo esto se vio afectado. Las ciudades dejaron de ser un lugar seguro y de resistencia ante las invasiones, y no pudieron controlar el territorio como antes. Constantinopla, la capital del Imperio bizantino, pudo haber tenido alrededor de medio millón de habitantes antes de la pandemia. Hacia el año 750, el número de habitantes se redujo a unas trescientas mil personas. Sin embargo, esta reducción tan grande (del 40%) se debe a varios factores, no solo a la epidemia, sino también a cambios climáticos y guerras.

También causó problemas en el comercio. La plaga redujo la población y destruyó muchos puertos. El comercio de marfil del Imperio bizantino con el este de África se detuvo. Esto se puede ver en la cantidad de obras de arte de marfil bizantinas que se conservan. Entre los años 400 y 540, se han conservado ciento veinte piezas, pero entre 540 y 700, solo se han conservado seis. A partir del año 540, el comercio de marfil se detuvo y las cantidades de este material que llegaban al Imperio eran mínimas.

En general, según las estimaciones más recientes, el Imperio bizantino redujo sus ingresos por impuestos en aproximadamente un tercio durante los siglo VI y siglo VII.

El primer brote de peste llevó a una mayor sencillez en la corte bizantina, lo que se notó en el ceremonial y la vestimenta.

Consecuencias territoriales

Archivo:The origin and dispersion of Slavs in the 5-10th centuries
Las invasiones eslavas del siglo VI fueron facilitadas por las pérdidas de población que sufrieron el Imperio bizantino y el este de Europa debido a las epidemias.

La plaga afectó los planes de Justiniano de restaurar el Imperio romano y su conquista de los territorios de occidente. También permitió que varios pueblos, conocidos como "bárbaros", iniciaran invasiones y formaran nuevos reinos y estados. En 557 y 558, un pueblo de origen asiático llamado ávaro, de Mongolia, devastó varias partes del este de Europa, como los Balcanes y Grecia. Esta invasión se relaciona con la pérdida de población y la debilidad que sufrió el Imperio romano de Oriente después de muchos años de epidemias y guerras. Hacia 568, los ávaros se habían extendido por el este de Hungría, el oeste de Rumanía, Eslovenia, Moravia, Bohemia, el este de Alemania y el oeste de Ucrania. Sin embargo, las invasiones de los pueblos eslavos, que eran aliados de los ávaros y se establecieron permanentemente en el este de Europa, fueron históricamente más importantes. Las invasiones de estos pueblos cambiaron el mapa político europeo.

Las invasiones de ávaros y eslavos se hicieron especialmente fuertes a partir del 541, año que coincide con el primer gran período de muertes de la Plaga de Justiniano. La epidemia redujo la población del Imperio bizantino, por lo que la resistencia a la invasión en el este de Europa fue menor. Las invasiones eslavas ya habían comenzado a ser muy fuertes a partir del año 536. En el año 545, cuando los territorios imperiales acababan de salir del primer ciclo de esta plaga, los eslavos lanzaron otra gran invasión. Procopio de Cesarea describe la dureza de esta campaña. Otra invasión ocurrió entre los años 558 y 559 y devastó Grecia y los alrededores de Constantinopla. En el año 560, ante la negativa del Imperio de darles tierras, estos pueblos invadieron Hungría. En el año 578, los ávaros comenzaron el asedio de Sirmio, una de las ciudades bizantinas más importantes del este de Europa, ya que controlaba las rutas de comunicación entre las partes occidentales y orientales del Imperio. Después de dos años de un largo asedio, la ciudad fue conquistada. En 586, estos pueblos saquearon zonas de Grecia y sitiaron Tesalónica, considerada la segunda ciudad más importante del Imperio. Según la fuente Los Milagros de San Demetrio, la ciudad de Tesalónica estaba en una situación difícil porque había sido afectada por una epidemia, pero se salvó del ataque gracias a la ayuda de su santo patrón, San Demetrio.

Los pueblos ávaros y eslavos se unieron a otro pueblo, los lombardos, que venían de Germania. Estos pueblos, originarios de la actual República Checa y Eslovaquia, terminaron invadiendo los territorios imperiales del norte de Italia y la Toscana.

La disminución de los ingresos por impuestos del Imperio bizantino lo hizo vulnerable a los ataques de pueblos como los ávaros, ya que hasta ese momento el Imperio había podido pagarles para que se retiraran. Los largos años de epidemias, ataques y guerras debilitaron tanto al Imperio Persa como al Imperio bizantino, haciéndolos más fáciles de conquistar por el ejército árabe en el siglo VII. El Imperio bizantino perdió territorios en la península balcánica, una fuente importante de soldados para el ejército. Después de estas pérdidas, el Imperio bizantino solo pudo reclutar un ejército de 30.000 o 40.000 hombres, cuyo mando estaba dividido entre varios generales.

Consecuencias sociales

Los brotes repetidos de la epidemia crearon un ambiente de inestabilidad social que llevó a algunas revueltas. Un ejemplo es la revuelta de Focas contra el emperador Mauricio en el año 602 en el Imperio bizantino. La revuelta contra la familia imperial comenzó, como otras revueltas en el Imperio, en el hipódromo. El gobierno de Focas se caracterizó por la inestabilidad social y las revueltas.

¿Cómo se ha investigado esta epidemia?

Los primeros estudios modernos sobre esta epidemia se remontan al siglo XIX. En 1857, el alemán Valentín Seibel estudió las fuentes griegas y latinas sobre la enfermedad. En 1880, el alemán Alfred von Kremer hizo un estudio similar, pero centrándose en las fuentes árabes.

A partir de los años sesenta, las investigaciones sobre la Plaga de Justiniano avanzaron mucho. Una obra importante es la de 1969 de Jacques Le Goff y Jean-Noël Biraben.

Uno de los principales desafíos de las investigaciones es que el área geográfica afectada es muy grande y culturalmente diversa. Por eso, hay pocos investigadores con los conocimientos necesarios para leer todas las fuentes originales de los lugares donde la epidemia causó estragos. En 1989, el investigador Jean Durliat destacó estos problemas. Este historiador investigó, además de los relatos, la historia del arte, la arqueología, la epigrafía (estudio de inscripciones), la paleografía (estudio de escrituras antiguas) y la numismática (estudio de monedas). Sin embargo, llegó a la conclusión de que el efecto real de la epidemia no fue tan devastador como se había pensado tradicionalmente.

Personajes importantes afectados por la epidemia

  • Justiniano I. Emperador bizantino que se enfermó durante el brote que afectó a Constantinopla y al Imperio bizantino entre 541 y 542. Sobrevivió.
  • Evagrio Escolástico. Historiador de la Iglesia, se enfermó cuando era estudiante durante el primer brote de la epidemia. Sus familiares fueron falleciendo en los brotes posteriores. Él sobrevivió.
  • Pelagio II. Papa. Falleció durante un brote de esta epidemia en el año 590.

Véase también

  • Referendarii Teodoro
  • Peste de Sheroe
  • Cambio climático en los años 535 y 536
  • Reconquista de Justiniano
  • Peste antonina
  • Plaga de Atenas
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Plaga de Justiniano para Niños. Enciclopedia Kiddle.