Jean Fouquet para niños
Datos para niños Jean Fouquet |
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![]() Autorretrato sobre esmalte. Museo del Louvre, París.
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Información personal | ||
Nacimiento | ca. 1415/1420 Tours, Francia |
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Fallecimiento | h. 1478/1481 Tours |
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Nacionalidad | Francesa | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor, iluminador, diseñador e ilustrador | |
Cargos ocupados | Pintor de cámara | |
Movimiento | Renacimiento | |
Género | Retrato y pintura religiosa | |
Obras notables |
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Jean Fouquet (nacido entre 1415 y 1420 en Tours, Francia, y fallecido entre 1478 y 1481 en la misma ciudad) es considerado uno de los pintores más importantes del Renacimiento temprano. Él transformó la pintura francesa del siglo XV.
Fouquet aprendió en la tradición del gótico internacional francés. Sin embargo, desarrolló un estilo nuevo. Combinó los colores intensos del gótico con la perspectiva y las formas voluminosas del arte italiano. También añadió las innovaciones realistas de los pintores flamencos. Sus obras más famosas son el Díptico de Melun y las miniaturas del Libro de horas de Étienne Chevalier.
Fue muy valorado en su época, pero su trabajo fue olvidado por un tiempo. En el siglo XIX, los artistas románticos franceses y alemanes, interesados en el arte medieval, lo redescubrieron. Su obra fue reconocida de forma definitiva en una exposición en París en 1904. Esta exposición, organizada en la Biblioteca nacional de Francia, permitió reunir y conocer muchas de sus obras que estaban dispersas.
Contenido
- ¿Cómo era el mundo del arte en la época de Fouquet?
- ¿Quién fue Jean Fouquet?
- ¿Cómo pintaba Fouquet?
- ¿Qué influencias artísticas tuvo Fouquet?
- Obras destacadas de Jean Fouquet
- Véase también
¿Cómo era el mundo del arte en la época de Fouquet?
A finales del siglo XIV, un nuevo estilo de pintura se extendió por Europa. Se le llamó gótico internacional. Este estilo combinaba el realismo de los pintores de Siena (Italia) con la elegancia de las miniaturas francesas. París se convirtió en el centro de la creación de miniaturas en Europa. Los hermanos Limbourg, grandes artistas de miniaturas, trabajaron allí. Entre 1411 y 1416, crearon la obra maestra Las muy ricas horas del Duque de Berry.
En Flandes, en 1422, comenzó a trabajar Jan van Eyck. Él fue una figura clave en la historia del arte. Innovó la pintura al desarrollar una nueva forma de representar la realidad. Durante el siglo XV, la técnica del óleo se hizo muy popular en Flandes. Usar óleo permitía colores más fluidos. Al aplicar capas finas, se lograban muchos tonos de color y luz. Esto permitía representar cada detalle de un objeto. Los artistas flamencos también usaban la perspectiva de forma experimental. Su perspectiva se parecía más a cómo vemos las cosas en la vida real. Lograban esto con la "perspectiva aérea", que hacía que los objetos lejanos se vieran más azulados y difuminados.
En Italia, en este mismo periodo, estaba naciendo el Quattrocento, el primer Renacimiento. Este arte se centraba en el ser humano. La perspectiva era una herramienta clave para crear la ilusión de profundidad. En Florencia, en 1427, el pintor Masaccio y el arquitecto Brunelleschi resolvieron los desafíos de la perspectiva en el cuadro de la Trinidad. Más tarde, Leon Battista Alberti escribió sobre estas ideas en su obra De Pictura. Otros artistas como Paolo Uccello, Andrea del Castagno, Piero della Francesca y Andrea Mantegna continuaron desarrollando este nuevo estilo.
Francia estaba en medio de la guerra de los Cien Años (1337-1453) contra Inglaterra. En 1415, Enrique V de Inglaterra derrotó a los franceses en la batalla de Azincourt. Tomó París y capturó al rey francés Carlos VI. Esto causó un gran caos y la actividad artística en Francia casi desapareció. Cuando Carlos VI murió en 1429, su hijo, Carlos VII, fue coronado rey. Él estableció su corte en Bourges. Francia no se liberó completamente de los ingleses hasta 1453. Carlos VII falleció en 1461, y su hijo Luis XI lo sucedió, estableciendo Tours como la capital de Francia.
¿Quién fue Jean Fouquet?
Jean Fouquet nació en Tours entre 1415 y 1420, y murió en la misma ciudad entre 1478 y 1481. No se sabe mucho sobre su vida y su formación artística. Se cree que aprendió en talleres de miniaturistas, quizás con el Maestro de Bedford.
Se piensa que el Maestro de Bedford era Haincelin de Haquenan, quien a su vez aprendió de Jacques Coene, un pintor flamenco que vivía en París. Después de que el duque Jean de Berry, un gran protector de las artes, muriera en 1416, y los ingleses ocuparan París en 1418, muchos talleres de artistas flamencos, italianos y franceses se fueron de la ciudad. Haincelin de Haquenan fue uno de los que se quedaron. Es posible que el joven Fouquet llegara a su taller cuando París fue liberada. Sin embargo, esto es solo una suposición, y no se ha confirmado que Fouquet continuara la tradición de los iluminadores franceses ni que los hermanos Limbourg influyeran en sus primeras obras.
Entre 1443 y 1447, Fouquet viajó a Italia. Allí pintó un retrato del papa Eugenio IV que se perdió. En Italia, conoció y quizás trabajó con Fray Angélico, cuya influencia se puede ver en sus obras posteriores. Es probable que también visitara Florencia, donde conoció el trabajo de los grandes artistas toscanos. Posiblemente estuvo en Mantua, donde pintó el Retrato del bufón Gonella. Según Giorgio Vasari, Fouquet era muy admirado en Italia. En Roma, pudo ver la reconstrucción de villas y la excavación de antigüedades. En Florencia, pudo estudiar las obras de Brunelleschi y Donatello, y contactar con Masaccio, Uccello y Piero della Francesca. En Padua, pudo conocer a Castagno y en Venecia a Jacopo Bellini. La influencia del Quattrocento italiano en Fouquet fue muy importante. Aprendió sobre la forma de representar el espacio, la decoración y los interiores. También adoptó su uso de colores vivos y cálidos, y desarrolló la construzione legittima (una forma de perspectiva) descrita por Leon Battista Alberti.
Fouquet regresó a Francia entre 1448 y 1450. A partir de entonces, trabajó principalmente en Tours. También trabajó para la corte de Carlos VII, a quien quizás pintó alrededor de 1450. Lo que sí es seguro es que en esta época recibió un encargo importante de Étienne Chevalier, el tesorero de Francia. Este encargo dio lugar a sus obras maestras: el Díptico de Melun y las miniaturas de su libro de horas. La fecha del retrato de Carlos VII es un tema de debate. Algunos expertos creen que fue pintado antes de su viaje a Italia, ya que no muestra influencia italiana. Otros piensan que la inscripción "muy victorioso Rey" indica que fue pintado después de la victoria sobre los ingleses en 1450 o 1453.
A partir de 1459, Fouquet tuvo un excelente ayudante, conocido como el Maestro de Boccace de Múnich. Es probable que fuera uno de sus hijos, Louis o François, quien trabajó activamente en el taller familiar. Entre 1460 y 1470, pintó El retrato del canciller de Francia Jouvenel des Ursins y La Pietà de Nouans. En 1461, Carlos VII murió y su hijo, Luis XI, se convirtió en rey. Fouquet fue su pintor oficial a partir de 1475. Alrededor de 1475, recibió el encargo de Jacques de Armagnac de terminar las Antigüedades judías de Flavio Josefo. Esta obra había quedado incompleta tras la muerte del duque Jean de Berry. Esta obra, la primera de Fouquet que se ha confirmado completamente, ha ayudado a identificar todas las demás obras del pintor. Jean Fouquet murió entre 1478 y 1481.
Fue un artista muy versátil. Además de pintor y miniaturista de libros, también trabajó con esmalte, vidrieras y tapices. También organizaba espectáculos para los reyes. Como se mencionó, su vida es poco conocida y se está reconstruyendo a través de escritos de sus contemporáneos. Su aprendizaje, su viaje a Italia, su trabajo en Tours e incluso su obra (que está muy dispersa y a veces se atribuía a otros artistas) siguen siendo temas de debate.
¿Cómo pintaba Fouquet?
Fouquet planificaba sus obras con mucho cuidado. Usaba técnicas especiales para captar la atención del espectador. Sus composiciones se basaban en círculos, el número áureo y polígonos regulares. A menudo usaba un círculo central y otro más pequeño en la parte superior del cuadro. Se puede ver cómo el círculo grande guía la mirada hacia el más pequeño. En el Retrato del bufón Gonella, el círculo grande enmarca el rostro, los brazos y las manos, mientras que el pequeño se centra en el rostro y el gorro. En el retrato del rey, el círculo grande define la posición de las manos, los brazos y las cortinas, y el pequeño enmarca el rostro, el sombrero y el cuello de piel.
En la miniatura de la crucifixión, el círculo grande enmarca la figura de María y un soldado en la parte inferior. El círculo pequeño se centra en las tres figuras crucificadas. La Piedad, que es un cuadro horizontal, fue un desafío para él, ya que la mayoría de sus obras eran verticales. Aun así, aplicó la técnica de los dos círculos, aunque el resultado es un poco diferente.
El número áureo o número de oro es una proporción que se conoce desde la antigüedad y fue muy usada en el Renacimiento. Se consideraba la proporción perfecta. Su valor aproximado es 1,618. Los pitagóricos lo descubrieron a partir de formas geométricas como el cuadrado y el círculo, que ellos veían como perfectas.
Fouquet usaba segmentos áureos para la anchura y altura de sus cuadros. En el retrato del rey, usó dos segmentos áureos para trazar dos líneas verticales que enmarcan el rostro del monarca. En la crucifixión, usó estas líneas verticales para enmarcar las dos figuras centrales de espaldas y una línea horizontal para limitar las personas a caballo en el fondo.
En la miniatura de La coronación de Luis VI, se ve una "perspectiva aérea", que crea efectos de atmósfera. Este cuadro recuerda el paisaje de fondo de La Virgen con el canciller Nicolás Rollin de Jan van Eyck, pintado en 1435. En ambas obras, la luz viene del fondo y las sombras se ven delante. La similitud es tal que Fouquet quizás incluyó un pequeño hombre asomado a la almenara del castillo, como un homenaje a Van Eyck.

La perspectiva aérea se logra degradando el color hacia tonos grises azulados para los objetos lejanos. En el cuadro, se ven estas degradaciones: el muro del castillo tiene hasta cinco tonos de azul a medida que se aleja; los reflejos en el foso se difuminan cuanto más lejos están; el azul del agua se aclara hasta el blanco a lo lejos, y lo mismo ocurre con el cielo. Las sombras de la barca en el agua son más suaves que las del puente levadizo. La torre marrón del puente es más clara que las torres del fondo a la derecha. Incluso en la ventana del castillo se ve un blanco degradado del cielo. Con estos detalles, Fouquet lograba que el espectador sintiera la luminosidad y la sensación de "palpar el aire".
En el detalle del rostro de la Virgen del Díptico de Melun, se nota que el rostro es ovalado. La luz lo divide en dos partes: una más pequeña con sombras y relieves marcados, y otra más grande casi sin sombras, que parece plana. El modelado no es uniforme: las sombras son muy fuertes a la derecha, disminuyen hacia la izquierda y desaparecen en el extremo izquierdo. Incluso zonas de la izquierda que deberían tener sombras, el artista las elimina a propósito. Así, la parte izquierda del rostro se ve plana, contrastando con la profundidad de la parte sombreada de la derecha. También es notable cómo están resueltos los ojos, casi cerrados, con tres puntos de luz sobre ellos, y la zona de los labios.
¿Qué influencias artísticas tuvo Fouquet?
Fouquet estudió las novedades de los pintores flamencos y las incorporó a su técnica. Conoció y asimiló colecciones de dibujos flamencos que circulaban en los talleres de los iluminadores franceses. Se puede ver cómo usaba estas influencias en dos ejemplos. En el retrato del papa Eugenio IV, se inspiró en el cuadro Timoteo de van Eyck. Van Eyck terminó su Timoteo el mismo año que el Políptico de Gante, mostrando su gran habilidad. En Timoteo, un hombre está iluminado por la izquierda sobre un fondo negro, con un falso antepecho de piedra en la parte inferior. La mano derecha está en una posición que parece salirse del cuadro.
En la copia del retrato del papa, el falso antepecho es más pequeño. El artista lo definió con una línea de luz que contrasta con la sombra del brazo izquierdo, creando profundidad. La mano derecha no sale del cuadro, pero también está en una posición que ayuda a crear profundidad. El cuerpo del papa es más grande y su cabeza más pequeña. Ambas figuras tienen una expresión tranquila y una mirada profunda. Sin embargo, en el caso del papa, se percibe una personalidad más compleja. La expresión seria de Eugenio IV se logra marcando la rigidez de los músculos de la cara y con un modelado intenso de luces y sombras. El resultado es un cuadro muy diferente.
En el segundo caso, se compara la miniatura de la Crucifixión de las Horas de Chevalier con un cuadro de van Eyck y otro de Fray Angélico. Los expertos señalan la influencia de Fray Angélico en esta obra.
La Crucifixión de van Eyck es pequeña (56,5x19,7 cm) y forma pareja con un Juicio Universal. Muestra una multitud a pie y a caballo junto a las cruces, con personas vestidas con ropa de la época. El fondo tiene una perspectiva atmosférica. En primer plano, hay un grupo de mujeres llorando, la Virgen y san Juan.
Fouquet creó un cuadro similar pero diferente. Hay muchas semejanzas. La Virgen de azul y san Juan de rojo están en primer plano, aunque Fouquet los representó mirando hacia Cristo. San Juan parece la misma persona en ambos cuadros. Los caballos, tan bien pintados por van Eyck, son menos numerosos en Fouquet, pero igual de bien representados. La capa del jinete con el borde de piel aparece de otra forma en Fouquet. Las lanzas en el cielo se usan para crear perspectiva, alineándolas de forma decreciente. La ropa marrón clara del soldado de espaldas con los correajes de la espada aparece en ambos cuadros, incluso su brazo izquierdo está en la misma posición. Fouquet también deja libre la zona de la cruz para mostrar una ciudad y montañas azules al fondo, usando también la perspectiva aérea. Le dio un tono general azulado, a diferencia del original que era rojo.
Respecto al cuadro de San Marcos de Fray Angélico, Fouquet debió conocer y admirar la excelente disposición de las cruces. Con pocos recursos, Fray Angélico logra un efecto de profundidad gracias a la posición de los maderos horizontales de las cruces de los ladrones, realzado por la posición de los brazos de ambos. Además, las cruces estaban muy altas, casi en la parte superior del cuadro, separando a los crucificados de sus acompañantes. Fouquet hace lo mismo: incluye cruces muy altas que resaltan a las tres figuras sobre el azul del cielo, especialmente a Cristo.
Por lo tanto, Fouquet reelaboraba ideas de otros maestros. No ocultaba su inspiración y a menudo hacía guiños y homenajes a las obras originales.
Obras destacadas de Jean Fouquet
Retratos: Capturando la personalidad
Los retratos eran una parte fundamental de su trabajo. En ellos, Fouquet mostraba su gran habilidad para captar la personalidad de las personas. En esa época, el retrato, que antes no era muy común, empezó a convertirse en un género importante. De ser principalmente religioso, pasó a ser también de personas comunes, buscando mostrar su forma de ser.
En el Retrato del rey Carlos VII, Fouquet pintó al rey de frente, rodeado de cortinas. Siguió la tradición francesa de pintar al rey sin los símbolos de su poder y sin aparecer como una figura intermedia. El resultado es una figura con influencias flamencas, con un análisis muy detallado del rostro. El reinado de Carlos fue complicado. Tuvo que reconquistar el país de los ingleses y fue clave en la reorganización del estado. A pesar de esto, el artista lo retrató sin atributos reales, aunque hizo sus hombros más anchos para darle un aspecto más majestuoso. Algunos expertos creen que esta es una de sus obras más antiguas, pintada antes de su viaje a Italia. Argumentan que el retrato del rey recuerda al Arnolfini de Van Eyck, y que el rey está en una actitud de oración, como Fouquet pintaba a todas sus figuras. También señalan que todas sus otras pinturas muestran influencia italiana, y esta es la excepción.

En el retrato del bufón Jester Gonella, pintado en Italia, Fouquet colocó la figura muy cerca del espectador, dejando gran parte del cuerpo fuera del cuadro. Así, toda la atención se centra en el rostro, logrando transmitir la profunda humanidad del personaje. Se demostró que este retrato, atribuido durante mucho tiempo a van Eyck y también a Brueghel, fue pintado por Fouquet.
En la copia del retrato desaparecido de Eugenio IV, hecho en Roma, el artista se concentró en transmitir la personalidad del papa: poderoso, pensativo y enérgico.
En su autorretrato, de 1450, Fouquet se muestra joven, con el rostro ligeramente ladeado, una expresión segura y una mirada directa al espectador. Es un pequeño círculo de cobre esmaltado de 6,8 cm de diámetro, lo que demuestra que conocía otras técnicas de pintura. Este círculo formaba parte del Díptico de Melun y muestra que Fouquet era consciente de la importancia de esta obra. Los expertos ven en este retrato a un hombre que se consideraba un humanista.
Alrededor de 1465, pintó el retrato del canciller Guillaume Juvénal des Ursins. Es la parte izquierda de un díptico o tríptico religioso, cuya parte derecha se perdió. Lo presenta en actitud de oración. La figura es grande y está en una posición inclinada. Este retrato es diferente al de Chevalier, porque aunque es parte de un díptico y está en oración, ya no aparece con su santo protector. El aspecto religioso ha disminuido en el cuadro. Fouquet se preocupó primero por transmitir su honestidad y su buen carácter. En segundo lugar, destacó sus características como alto funcionario del reino. El retratado era una persona de alto rango, algo a lo que el pintor dio mucha importancia. La vestimenta, la bolsa en el cinturón, el cojín y las ricas pilastras doradas transmiten esta importancia.
Díptico de Melun: Una mezcla de estilos
Alrededor de 1450, Fouquet pintó el Díptico de Melun, encargado por Étienne Chevalier. En ambas tablas, combinó elementos flamencos, italianos y góticos. Por ejemplo, los detalles del trono y la corona de la Virgen son flamencos. Las figuras grandes de Étienne y san Esteban, y la arquitectura con perspectiva son italianas. Sin embargo, el retrato de Chevalier es flamenco, los ángeles son góticos y la composición general es renacentista.
En la tabla de la izquierda, el donante está orando, protegido por su santo patrón, San Esteban, vestido como diácono. Encima del libro, san Esteban lleva una piedra puntiaguda que simboliza que fue lapidado. La luz y las sombras están muy trabajadas, y la forma en que las figuras se sitúan en el espacio real muestra una clara influencia italiana. Sin embargo, el interés por captar las telas, los mármoles y la piel, recuerda la influencia flamenca de Jan Van Eyck.
El realismo de esta tabla contrasta mucho con el otro panel del díptico. En este, se logra una composición muy idealizada que parece irreal, y la luz juega un papel importante. La atmósfera celestial se opone a la terrenal. La Virgen aparece como una mujer muy hermosa y elegante, con piel blanca y perfecta y una frente muy ancha. Lleva una capa de armiño y su pecho está representado de una manera que simboliza a María como protectora de la humanidad. El trono y la corona están adornados con perlas y gemas. Los ángeles están dispuestos de modo que cada rostro está en una posición diferente: los azules son querubines y los rojos son serafines, según las creencias de la época. Los ángeles monocromos, rojos y azules, contrastan fuertemente con el blanco de la Virgen. Se cree que la Virgen es Agnès Sorel, una figura cercana al rey Carlos VII, de quien Chevalier era amigo. Se decía que Agnès era la mujer más hermosa de Francia. El Díptico se colocó en la capilla funeraria de Agnès Sorel en la catedral de Melun, para ayudarla a entrar al Reino Celestial. Sin embargo, también hay debate sobre si realmente es Agnès Sorel, ya que algunos defienden que es la esposa del pintor, Catherine Bude.
Los críticos destacan el contraste entre la textura blanca y brillante de la Virgen y el niño, los ángeles monocromos rojos y azules, y los colores suaves de Chevalier y san Esteban. También contrasta la posición frontal de la Virgen y el niño con las figuras de perfil del donante y su acompañante. Finalmente, resalta la mezcla de estilos gótico y renacentista, nórdico e italiano. Los dos paneles se vendieron por separado durante la Revolución francesa. Actualmente, la tabla izquierda está en la Gemäldegalerie de Berlín y la derecha en el Museo de Bellas Artes de Amberes. Del díptico también proviene el pequeño tondo (cuadro redondo) con el autorretrato del artista, que ahora está en el Louvre.
Piedad de Nouans: Emoción y detalle
Entre 1470 y 1480, Fouquet pintó la Piedad de Nouans, una obra de gran tamaño (146 cm x 237 cm). Es una obra clave de la última etapa de su carrera. La perfección en la forma en que están ordenadas las figuras es claramente renacentista. Es posible que sus hijos, Louis y François, quienes se cree que trabajaron en su taller al final de su vida, ayudaran en esta pintura.
Este gran cuadro es diferente al resto de su producción, y es importante destacar que esta obra monumental fue hecha por un miniaturista. Aunque la obra tiene algunos pequeños defectos debido a su gran tamaño, se considera una de las más bellas del pintor. Es una Piedad diferente. Aquí, el sufrimiento de la Virgen no es el tema central del cuadro, como en la Pieta de Avignon. La Virgen observa a Cristo, a quien dos discípulos colocan delante de ella. San Juan también mira la escena, protegiendo a María. Cuatro mujeres y otros dos discípulos observan los acontecimientos con emoción. A la derecha, se encuentra el donante acompañado por su santo patrón Santiago, lo que sugiere que el donante se llamaba así.
Llama la atención la similitud de los dos discípulos que sostienen a Cristo. Probablemente sea el mismo modelo pintado en diferentes posiciones. La emoción contenida y el sufrimiento de todas las figuras es quizás el aspecto principal del cuadro. También destaca el retrato del donante, a menudo considerado uno de sus mejores retratos. El detalle en las manos del donante, de María y de una de las mujeres, es comparable a las manos de Chevalier en el díptico o las del retrato de Juvénal.
Miniaturas: Pequeñas obras de arte
Fouquet también fue un gran iluminador y miniaturista. Logró una precisión increíble en los detalles y combinó la elegancia de las líneas francesas con el sentido de volumen italiano.
Libro de horas de Étienne Chevalier: Innovación en la iluminación
Libro de horas de Étienne Chevalier Museo Condé, Chantilly. Témpera sobre pergamino |
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El tesorero real le encargó su Libro de horas de Étienne Chevalier, considerado su obra maestra por sus excelentes miniaturas. Realizado entre 1452 y 1460, Fouquet se apartó de la forma tradicional de la iluminación medieval. Eliminó los adornos y ocupó toda la página, convirtiendo la miniatura en un cuadro. Al aplicar nuevas técnicas, renovó el arte de la iluminación. Introdujo la perspectiva, el juego de luces y colores, arquitecturas idealizadas del Renacimiento en representaciones de la Antigüedad, y aplicó el realismo en los temas tradicionales. Todas las hojas tienen el mismo tamaño de 16,5 cm x 12 cm. Se hicieron con témpera sobre pergamino. Algunas estaban en mal estado y necesitaron cuidados especiales para su conservación.
En las fotos de las dos primeras hojas, que se muestran como un díptico, se repite el tema del Díptico de Melun. La nueva versión mantiene algunas ideas y modifica otras. Las figuras principales se mantienen: Étienne es casi una copia, san Esteban se retrasa para dar más importancia a Chevalier, la figura de la Virgen ya no es Agnès Sorel, pero también tiene el pecho representado de una manera que simboliza la maternidad; en este caso, está dando el pecho a Jesús. La diferencia en esta versión es que las dos partes forman una misma habitación. Esto se ve en la continuidad de las paredes del palacio, el suelo, la disposición de los ángeles y el manto rojo de María que se extiende ligeramente hacia la izquierda. Esto sugiere que Chevalier ha llegado al Reino Celestial y por eso está rodeado de ángeles. Las figuras principales ya no aparecen de frente y en mundos separados, sino que se relacionan, mirándose unas a otras. Así, el artista rinde homenaje a su mejor mecenas en un libro para su uso personal.
Fouquet incluyó libremente elementos de la política o arquitectura de su tiempo. Por ejemplo, representó a Carlos VII como uno de los Reyes Magos o usó paisajes franceses en episodios bíblicos. De esta forma, se unió a las ideas del Renacimiento, al presentar al hombre en un contexto divino y acercar a Dios a las personas.
En la lámina de la Epifanía, unió la historia bíblica y la historia de Francia. Gaspar, representado por Carlos VII, adora a Jesús. El rey se distingue claramente por su rostro y su ropa. La alfombra con el símbolo Flor de lys (emblema de Francia) sobre la cual se arrodilla el rey, se extiende en el vestido de la Virgen, uniendo el episodio bíblico y la historia francesa. Los soldados junto al rey indican que Carlos VII pone su ejército al servicio de Cristo. El mensaje es que Francia vuelve a ser un reino importante en la cristiandad. Al fondo se ve el final de una batalla entre franceses e ingleses. Cristo está con Francia y la victoria es de las tropas francesas en la Guerra de los Cien Años.
En la lámina de la Anunciación, donde los expertos ven la influencia de Fray Angélico, se representa un momento muy conocido: "el Arcángel Gabriel le dijo a María: ...y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo que llamarás Jesús... María contestó: ¿cómo será esto?, porque no conozco varón... y respondió el ángel: el Espíritu santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, lo santo que nacerá será llamado Hijo de Dios". El rayo de luz y la paloma simbolizan este momento. En ese instante, María quedó embarazada de forma milagrosa. María está representada con una actitud modesta y piadosa ("He aquí la sierva del Señor". - Evangelio de san Lucas). Aparece con un libro abierto y, a veces, uno cerrado, que representan el Nuevo y el Antiguo Testamento. La Virgen está en la nave central de una catedral gótica. El edificio está representado con precisión y la iglesia está llena de luz. Tanto la arquitectura como la luz tienen un significado simbólico: la Virgen aparece como "Madre de la Iglesia" y se identifica con la iglesia misma.
La iglesia representada en la lámina es la catedral de Bourges. Toda la perspectiva se dirige a un punto central del cuadro, que coincide con la estatua de Moisés con las Tablas de la Ley. Se observa la coincidencia del color azul del vestido de la Virgen y del altar. En la siguiente lámina, la venida del Espíritu Santo, que se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York, Fouquet situó el episodio del Nuevo Testamento sobre fieles orando en un paisaje parisino, mostrando el puente de Saint Michel sobre el Sena y la fachada de Notre Dame.
En la lámina Los funerales de Étienne Chevalier, el pintor anticipó los funerales de este personaje. Cuatro monjes de órdenes mendicantes llevan el ataúd de Étienne Chevalier a la iglesia, acompañados por personas con antorchas. En primer plano, aparece un portador con un zapato roto. Es posible que Fouquet representara arquitecturas de los diferentes lugares donde estuvo Chevalier: se ve una torre italiana a la izquierda, una iglesia y un campanario inglés en el centro, y las torres del Louvre de París a la derecha.
El Libro de horas de Étienne Chevalier fue separado y desmembrado alrededor de 1700. Las ilustraciones se montaron en 47 tablas de madera. Hoy en día, estas se encuentran dispersas en seis museos diferentes, aunque la mayoría (cuarenta hojas) están en el Museo Condé de Chantilly. Algunas imágenes sueltas se encuentran en el Metropolitan Museum de Nueva York, el Museo Marmottan-Monet de París, entre otros.
Grandes crónicas de Francia: Historias de reyes
En 1458, le encargaron ilustrar las Grandes crónicas de Francia, posiblemente para el propio rey. Técnicamente, usó un estilo más francés con menos influencias italianas. En los fondos aparecen ciudades que él conocía bien, como Tours, Orleans y París.
Representó imágenes que elogiaban a la monarquía y donde la propaganda era evidente: momentos históricos favorables y entradas triunfales en ciudades. La flor de lys, símbolo de la Casa de Valois, aparece muchas veces. En la primera lámina, el 5 de junio de 1286, Eduardo I de Inglaterra rinde homenaje al rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, en presencia de la corte. Felipe IV fue un político que impulsó la formación de un estado fuerte. Guyena y Gascuña, en Francia, todavía eran posesiones de Eduardo I, por eso le rendía homenaje al rey francés. Más tarde, entraron en guerra. En la segunda lámina, Carlos V, el Sabio, entra triunfante en París por la puerta de Saint-Denis, después de haber sido coronado en Reims el 19 de mayo de 1364. Fue un rey importante para Francia, ya que había comenzado la Guerra de los Cien Años y se esforzó por restaurar el orden en el país y fortalecer el prestigio de la monarquía.
Antigüedades judías de Flavio Josefo: Narrando historias antiguas
Alrededor de 1470 y antes de 1476, recibió el encargo de Jacques de Armagnac, duque de Nemours, de terminar el códice de las Antigüedades judías de Flavio Josefo. Esta obra había quedado incompleta tras la muerte de su anterior dueño, el duque Jean de Berry, y Armagnac la había heredado. Fouquet realizó 12 miniaturas.
Interpretó la historia del pueblo judío con escenas grandiosas y multitudes muy bien organizadas. Generalmente, adoptó un punto de vista elevado que le permitía mostrar grandes paisajes. Para organizar a la multitud, presentaba un primer grupo de personas en un plano cercano. Imaginó paisajes extraordinarios y decorados antiguos, que alternó con recreaciones del valle del Loira. Las casas que aparecen en La toma de Jericó son las casas de Tours. En cada lámina, superponía varios episodios, representándolos en diferentes planos. La Biblioteca Nacional de París conserva nueve miniaturas de las Antigüedades judías de Flavio Josefo.
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Véase también
En inglés: Jean Fouquet Facts for Kids