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Historia de la música en el cine para niños

Enciclopedia para niños

La historia de la música en el cine recoge el papel de la música en las películas como parte de su banda sonora, para crear ambientación o como acompañamiento de la proyección.

La música en el cine mudo o cine silente

Lejos de lo que pueda parecer, la música en el cine ya existía bastante antes de la aparición del sonido en el mundo del cine. Ya en el cine mudo la idea de acompañar las películas con música había sido utilizada. Es por ello que en las salas de cine de principios del siglo XX había un piano, un gramófono o incluso una pequeña banda u orquesta. Sin embargo, es importante remarcar que, al menos en un primer momento, la idea de acompañar las películas con música no iba dirigida a reforzar la acción cinematográfica sino a apaciguar, dentro de lo posible, el ruido que hacían las bobinas de las cintas.

Más adelante, sin embargo, sí que surgió la idea de elegir la música en función de lo que se estaba viendo. Así, comienza a utilizarse música de grandes clásicos conocidos por el público, como Mendelssohn, Beethoven o Chopin, y aunque todavía no se podía llamar banda sonora, fue un primer paso muy importante.

Las primeras bandas sonoras

En 1908 fue creada la primera banda sonora original de la Historia. Durante ese año, dos compositores, Camille Saint-Saëns y Mikhail Ippolitov-Ivanov, fueron los encargados de crear bandas sonoras originales para las películas El asesinato del duque de Guisa y Stenka Razin. Este hecho, sin embargo, más que ser visto como un ejemplo, fue aceptado simplemente como algo original. Así pues, el resto de películas aún siguieron siendo acompañadas por música conocida por la mayoría del público, para causar una mejor emoción al oírlas de fondo.

Este acompañamiento en directo, desaparecería con la llegada definitiva del cine sonoro el 6 de octubre de 1927 con El cantante de jazz, con música incidental de Louis Silvers, considerado el primer compositor para el cine.

En 1914, lo que antes había sido puramente anecdótico empezó a coger fuerza, ya que fueron cuatro las películas creadas con un fondo musical específico. La más emblemática de las cuatro fue Cabiria, que contó con la participación del músico compositor Joseph Carl Breil considerado uno de los primeros profesionales de bandas sonoras. En 1915, el número de películas con fondo musical creado específicamente para ellas aumentó hasta diez, cuatro de las cuales fueron compuestas por dicho Breil, que realizó la partitura de una producción emblemática al tiempo que controvertida: El nacimiento de una nación.

A partir de este momento se empiezan a generalizar las composiciones de este tipo, hasta el punto en que cada estudio acabara teniendo sus propios compositores.

Hacia finales de los Años Veinte, llegó el cine sonoro, muy revolucionario por ese entonces. Así pues, aunque hubo opositores como Charles Chaplin, podemos decir que con el sonido comienza una nueva etapa en el cine.

Etapas de la música en el cine

Existen tres tiempos con marcas de diferencia en la evolución de la música en el cine.

Sinfonismo clásico (1930-1950)

Durante los Años Treinta la música sufrió algunos cambios y pasó de ser un acompañamiento constante a una utilización más selectiva para remarcar ciertos momentos de la película. Una característica fundamental de los treinta es que hubo una profesionalización de la música en el cine con Erich Korngold y Max Steiner como máximos exponentes. De hecho, fue este último quien, siendo discípulo de Gustav Mahler en Viena, decidió transformar King Kong en una obra musical instrumental. Esta decisión, en conjunto con el productor, transformó la historia del cine, pues desde allí las BSO fueron de extrema importancia.

Esta etapa está caracterizada por el desarrollo de piezas largas, concebidas para la película, carácter descriptivo o épico. También aparecen temas singulares.

La música en el cine comienza realmente con la obra de aquellos europeos exiliados que llegan a Estados Unidos buscando trabajo, y lo consiguen en el naciente cine sonoro. Korngold, Steiner, Waxman, Tiomkin, Rózsa son nombres recordados en la historia del cine

El tema principal (1951-1971)

Un tema domina toda la película, repitiéndose varias veces durante el metraje.

Aparecen temas externos no creados para la película, pero que se integran en ella de manera significativa, dándole un nuevo carácter: La música del folcklore norteamericano, o de cualquier otro país. el jazz o el rock and roll comienzan a aparecer en el metraje de las películas como efecto de la naciente industria discográfica, los discos en LP o en Single, que dan nacimiento a un nuevo producto de consumo.

Aunque desde los años 1960 la música del cine comenzó a funcionar como un fin comercial para vender discos (especialmente tras el éxito de los Beatles), la mayoría de las películas no dejaron de tener bandas sonoras «incidentales» que fueran complemento de la acción dramática. Así lo hicieron compositores que habían alcanzado sus obras maestras en los años anteriores, ahora realizando aportes interesantes, pero quizás menos valorados. Este es el caso de Bernstein, Raksin y sobre todo Bernard Herrmann, probablemente el gran genio de la música cinematográfica.

Nuevo sinfonismo (1972-2022)

Vuelta al sinfonismo clásico, con mezcla de contenidos.

En los últimos 30 años algunos compositores de renombre le han dado nuevas valoraciones por parte del público a las bandas sonoras. Ejemplos de esto son John Williams,Jerry Goldsmith, Alan Silvestri, Joe Hisaishi, Hans Zimmer, James Newton Howard, Danny Elfman, Basil Poledouris, James Horner, Vangelis, Nicola Piovani, o Ennio Morricone.

Algunos discos aún siguen vendiéndose por millones, como El rey Escorpión y la canción de I Stand Alone de Godsmack, Chariots of Fire y Blade Runner de Vangelis o La pantera rosa de Henry Mancini.

Música diegética y no diegética

En un principio la música solía reproducirse tan sólo en aquellos trozos en los que quedaba justificada por la presencia de un gramófono, de una orquesta o de una radio (ya especificados previamente en el guion).

Este tipo de música creada para ilustrar una imagen cinematográfica en la que existe una fuente visible de emisión de sonidos (un tocadiscos, una orquesta de baile, un clarinetista ...) se la conoce con el nombre de Música diegética. Esta música debe contener necesariamente los instrumentos que aparecen en la imagen para dar credibilidad a esta. Por el contrario, no es muy difícil prever la existencia de una música no diegética, la composición de la cual no está subordinada a la presencia de alguna fuente sonora en la pantalla. En este segundo tipo, pues, el compositor tiene la libertad de escoger los instrumentistas que quiera. Es importante remarcar que este segundo tipo de música, a diferencia de la primera que tenía como finalidad dar credibilidad a las imágenes, tiene como objetivo principal subrayar el carácter poético y/o expresivo de las imágenes proyectadas.

Hablando en clave de cine actual, cabe decir que la relación entre estos dos estilos de música no es, ni mucho menos, de antagonismo, sino complementarias. La música diegética se convierte en no diegética cuando su presencia hace desaparecer la imagen que la originaba. Así, la música gana un nuevo papel a nivel discursivo. Del mismo modo ocurre en el sentido contrario: una música no diegética se convierte en diegética cuando aparece en la imagen del instrumento u objeto que generaba la música anteriormente. Por lo tanto, es frecuente encontrar música diegética y no diegética simultáneamente.

Elementos de la música en el cine

Pistas temporales

En algunos casos, el director ha pedido a los compositores de la música para imitar un compositor o estilo específico presente en la pista temporal. En otras ocasiones, los directores se han adherido tanto a la música temporal que deciden utilizarla y rechazar la partitura original escrita por el compositor. Uno de los casos más famosos es el de 2001: Una Odisea del Espacio, donde Kubrick optó por las grabaciones existentes de obras clásicas, incluidas las piezas del compositor György Ligeti en vez de la partitura de Alex North, aunque que Kubrick también había contratado a Frank Cordell para componer la música. Otros ejemplos son: Cortina rasgada (Bernard Herrmann), Troy (Gabriel Yared), Piratas del Caribe: la Maldición de la Perla Negra (Klaus Badelt), King Kong de Peter Jackson (Howard Shore) y The Bourne Identity (Carter Burwell).

Estructura

Las películas a menudo tienen temas musicales diferentes para personajes, eventos, ideas u objetos importantes, una idea a menudo asociada con el uso del leitmotiv de Wagner. Estos se pueden reproducir en diferentes variaciones según la situación que representen, dispersos entre la música incidental. Un ejemplo de esta técnica es la música de John Williams para la saga La Guerra de las Galaxias y los numerosos temas relacionados con Darth Vader, Luke Skywalker y la princesa Leia (véase la música de La Guerra de las Galaxias para obtener más detalles). La música de la serie El Señor de los Anillos utiliza una técnica similar, con temas recurrentes para muchos personajes y lugares destacados. Michael Giacchino empleaba temas para personajes en la banda sonora de la película animada Up (2009), por la que recibió el Premio de la Academia a la Mejor Banda Sonora. Su banda sonora orquestal para la serie de televisión Lost también dependía en gran medida del personaje y también de situaciones específicas.

En 1983 se formó la Sociedad para la Preservación de la Música de Cine, una organización sin ánimo de lucro con el objetivo de preservar los "subproductos" de la creación de una partitura para el cine: los manuscritos de música (música escrita) y otros documentos y grabaciones de estudio generados en el proceso de composición y grabación que, en algunos casos, han sido descartados por los estudios de cine. Se debe preservar la música escrita para tocarla en conciertos y para hacer nuevas grabaciones. A veces sólo después de décadas se ha publicado una grabación de archivo de una partitura de cine en CD.

Fuentes de la música

La mayoría de las películas contienen entre 40 y 120 minutos de música. Sin embargo, algunas películas tienen muy poca o ninguna; otras pueden tener una banda sonora que se reproduce casi de forma continua. El Dogma 95 es un género que sólo tiene música dentro de la propia película, como de una radio o una televisión. Esto se llama "source music" ("música de origen") porque proviene de una fuente que se puede ver en la pantalla o bien que se puede deducir (en la teoría del cine académico, esta música se llama "diegética"). Un ejemplo de "source music" es el uso de la canción "Can not Take My Eyes Off You" de Frankie Valli en The Deer Hunter de Michael Cimino. El thriller de Alfred Hitchcock, Los pájaros (1963), es un ejemplo de una película de Hollywood sin ningún tipo de música no diegética.

La aparición de la televisión

A pesar de la gran variedad de compositores, durante la siguiente década, los años cincuenta, Alfred Newman pero con un Bernard Herrmann que empezaba a hacer crecer su prestigio colaborando con Orson Welles tenían el dominio absoluto. De todos modos, Miklós Rózsa y Dimitri Tiomkin continuaron trabajando con bastante éxito compitiendo cada vez con más compositores que subían al carro de las bandas sonoras. Esta vez la mayoría eran procedentes del mundo del jazz, como Elmer Bernstein, Georges Delerue, Ernest Gold, Maurice Jarre y el conocido Henry Mancini.

Mientras otros compositores esperaban su oportunidad, entre los que se encontraban John Barry, Jerry Goldsmith y John Williams, estos habían comenzado a hacer música para la televisión, la gran amenaza de la industria del cine.

El rápido desarrollo de la televisión en Estados Unidos hizo que este país tuviera que ser el primero en idear nuevas armas para luchar contra aquel espectáculo casero que le robaba los espectadores a pasos agigantados. Para hacernos una idea, los 4.680 millones de espectadores de 1947 redujeron a 2.478 millones de espectadores en 1956 (a pesar del crecimiento demográfico del país). Las cifras hablan por sí solas: algo menos de la mitad de espectadores.

La televisión había comenzado su era comercial en 1946, año durante el cual existían 11.000 receptores en funcionamiento ya pesar de la "congelación" del número de emisoras decretada por el gobierno entre 1948 y 1952, durante este año el número de receptores había aumentado hasta 21,2 millones.

Tantos aparatos de televisión hicieron que las taquillas bajaran en picado, y por ello en 1948 la industria cinematográfica comenzó a tomar medidas contra aquella amenaza y estableció un bloqueo de alquileres de películas en la televisión con la esperanza de conseguir su asfixia. Sin embargo, la gran guerra contra la televisión no fue entregada hasta 1952.

Y fue durante la década de los cincuenta que el mundo de las bandas sonoras, junto con Hollywood, comenzó a tambalearse. Los estudios querían melodías y temas fáciles de vender para intentar remontar el descenso de espectadores que había sufrido; temas que muchas veces no tenían nada que ver con las imágenes. Un ejemplo es Moon River de Johnny Mercer y Henry Mancini para Desayuno con diamantes (1961).

Mérito artístico

Los méritos artísticos en la música del cine se debaten a menudo. Algunos críticos la valoran mucho, apuntando a la música como la escrita por Erich Wolfgang Korngold, Aaron Copland, Bernard Herrmann y otros. Algunos consideran que la banda sonora es un género de la música clásica de finales del siglo XX, sólo porque es el tipo de música clásica más escuchada que ninguna otra. En algunos casos, músicas de filmes se han aceptado en el canon de la música clásica. Estos son principalmente trabajos de compositores de renombre que ya han hecho bandas sonoras, por ejemplo, la música de Serguéi Prokófiev para la película Alexander Nevsky o Vaughan Williams por Scott de la Antártida. Otros ven la gran cantidad de música de la película sin mérito. Consideran que mucha música del cine es derivada, tomando prestadas en gran medida las obras anteriores. Los compositores de bandas sonoras suelen componer alrededor de tres o cuatro por año. Sin embargo, las obras más populares de compositores como John Williams y Danny Elfman aún están lejos de entrar en el canon aceptado. Sin embargo, considerando que a menudo son las composiciones de música clásica modernas más populares para el gran público, las orquestas más importantes a veces realizan conciertos de esta música, como también lo hacen las orquestas pop.

John Williams

Aunque en las dos décadas siguientes hubo una renovación importante de compositores, ninguno de ellos pudo resolver la crisis en la que había caído la música del cine con descenso de esta con la aparición de la televisión. Uno de los que consiguió poner remedio a esta situación fue John Williams con sus orquestaciones revolucionarias que, junto con Steven Spielberg, rescataron la música orquestal completa que había caído en un callejón sin salida por culpa de la aparición de la televisión y la crisis de presupuesto que esta generó. El star system, el sistema brillante e infalible de Hollywood se fue debilitando poco a poco con la competencia de la televisión. Los estudios tuvieron que invertir mucho dinero en aparatos como el Cinemascope o el Cinerama, lo que supuso algunos recortes de presupuestos importantes, y en uno de los sectores donde antes se manifestaron estas fue el de la música.

Durante la última década había quedado bastante olvidado lo que era una banda sonora instrumental y original, hecho favorecido con las múltiples canciones que colapsaban las películas (que muchos no creían necesarias) y con los recortes de presupuestos con las que los estudios se vieron afectados. Así pues, fue John Williams quien rescató la música instrumental del pozo donde había caído.

A finales de los años setenta y durante la década de los ochenta la música instrumental se tambaleó de nuevo con la llegada del sintetizador que, a pesar de haberse inventado ya hacía unos años, comenzó a utilizarse masivamente. Los autores más reconocidos que usaron el sintetizador fueron Vangelis, Maurice Jarre y RiÜichi Sakamoto. Sin embargo, las instrumentaciones de Williams no decayeron, lo que hizo ir al alza la música orquestal en la que se sumaron nuevos compositores como James Horner, Hans Zimmer, James Newton Howard y Alan Silvestri.

Hay una anécdota interesante a comentar respecto al sintetizador. De hecho, cuando George Lucas contactó con Williams para que éste fuera el compositor de la música de Star Wars, creía que utilizar el sintetizador sería perfecto, aprovechando el vuelo que éste estaba tomando y que además ayudaría a dar una perspectiva más futurista a la película. Sin embargo, Williams le propuso a Lucas utilizar una orquesta sinfónica completa, y este no muy convencido decidió hacer una prueba: le propuso a Williams que hiciera la música de los créditos iniciales, que entonces juntaría con las imágenes para ver el resultado. El caso es que, cuando Lucas vio las imágenes con esa música orquestal tan imponente, no se lo pensó dos veces y contrató a Williams para toda la película.

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