robot de la enciclopedia para niños

Emboscada para niños

Enciclopedia para niños

Una emboscada es una táctica militar que consiste en un ataque sorpresa. Se realiza contra un grupo enemigo que está en movimiento o que se ha detenido temporalmente en un lugar. Generalmente, ocurre después de observar al enemigo por un tiempo. Es un combate rápido y cercano, y no busca capturar o mantener el terreno.

El ejército estadounidense ha clasificado las emboscadas de varias maneras:

  • Improvisadas: Suceden cuando una patrulla encuentra al enemigo sin ser vista y decide atacar en ese momento.
  • Deliberadas: Son planeadas con mucho cuidado en un lugar específico.

También se pueden dividir por la forma en que se ataca:

  • Puntuales: Hay una sola "zona de muerte" donde se concentra el ataque.
  • De área: Hay dos o más zonas de ataque.

Y por la formación de los atacantes:

  • Lineales: Los atacantes se colocan en línea paralela al camino del enemigo, a menudo en terreno abierto para que no puedan escapar.
  • En forma de L: Un grupo de ataque se pone paralelo al camino del enemigo y otro grupo de apoyo forma un ángulo, creando un punto de presión. Esta es común en senderos.

¿Cómo se usan las emboscadas y qué las hace difíciles?

Esta táctica a menudo se combina con una retirada fingida (simular que se huye para atraer al enemigo). Las emboscadas pueden planificarse con mucho tiempo, y las más pequeñas suelen ser las más exitosas. Sin embargo, algunas se pueden hacer con poca preparación, poco después de ver al enemigo, por decisión de los comandantes en el terreno.

Es una de las tácticas más antiguas y se usa mucho en la guerra de guerrillas. Permite causar muchas bajas al enemigo con poco riesgo, detener su movimiento y obtener información importante.

Para que una emboscada funcione, se necesita:

  • Conocer las rutas del enemigo, dónde consiguen agua o comida, y dónde guardan sus cosas.
  • Saber dónde la vegetación permite esconderse para elegir el mejor lugar para atacar.
  • Averiguar qué hace el enemigo, qué planes tiene y qué armas posee. Esto ayuda a elegir el terreno y las armas adecuadas.
  • Preparar todo con mucho detalle, pensando en todas las situaciones posibles.
  • Tener un plan y órdenes sencillas.
  • Evitar que el enemigo sepa lo que se planea.
  • Camuflar a todas las unidades o vehículos que se usarán.
  • Tener la mayor fuerza de ataque posible para sorprender al enemigo.
  • Que las propias tropas sean muy disciplinadas para no cometer errores que revelen la emboscada.
  • El comandante debe poder controlar a sus hombres en todo momento.

¿Qué puede salir mal en una emboscada?

Uno de los mayores problemas es ser descubierto antes de tiempo. Como se dice: "La mejor defensa contra una emboscada es evitar caer en una".

Durante las guerras samnitas, el cónsul romano Quinto Fabio Máximo Ruliano iba con su ejército. Sus exploradores vieron a los samnitas escondidos en las laderas cerca de Tiferno, un valle estrecho. Para cruzar, los romanos formaron un cuadro de infantería. Los samnitas, al darse cuenta de que habían sido descubiertos, salieron a luchar en el valle. Las legiones romanas ganaron la batalla.

Otro ejemplo es el rey de Dacia, Decébalo. Él intentó emboscar al emperador Trajano. Construyó una barrera para bloquear la salida de un valle estrecho y escondió arqueros y jinetes en los montes. Pero el emperador se dio cuenta del plan. Mandó a la mitad de sus legiones a limpiar los montes de enemigos, mientras el resto atacaba la barrera.

En tiempos más recientes, como en la guerra de Vietnam, los soldados estadounidenses ponían a varios hombres en los lados de sus columnas para protegerse y evitaban marchar solos.

Otra dificultad es la falta de disciplina de las tropas que atacan. Cuando el líder de los queruscos, Arminio, intentó emboscar al legado Aulo Cecina Severo, los germanos sorprendieron a los romanos cruzando un pantano. Estaban a punto de ganar, pero prefirieron saquear las pertenencias de los romanos. Esto permitió a las legiones llegar a terreno firme y construir un campamento. Arminio luego ordenó acosar a los romanos durante el resto de su marcha, pero sus lugartenientes prefirieron atacar el campamento. Los legionarios se dieron cuenta y contraatacaron, dispersando a los germanos y permitiéndoles retirarse sin problemas.

Durante la conquista de la Galia, el ejército de Cayo Julio César fue emboscado cerca del río Sambre por los nervios. Ellos estaban escondidos en una colina boscosa al otro lado del río. Probablemente esperaban atacar a César mientras marchaba o cruzaba el río. Afortunadamente para César, él decidió detenerse y construir un campamento en su orilla. Esto debió sorprender a los nervios, que decidieron atacar de todos modos. Los disciplinados legionarios formaron y resistieron sin esperar órdenes. César, con calma, fue a la primera línea para animarlos y finalmente contraatacaron, convirtiendo una posible derrota en una gran victoria.

Tampoco se debe subestimar la habilidad del líder y la disciplina de los atacados. En la Tercera Cruzada, Saladino intentó emboscar a Ricardo Corazón de León. Ricardo lideraba una columna de cruzados por un camino entre el mar y un bosque donde se escondían los musulmanes. Los atacantes lanzaron flechas e intentaron rodear a los cristianos por delante y por detrás. Pero el rey inglés logró resistir el ataque y organizar una carga de caballería que atrapó a los musulmanes entre los cruzados y el bosque, dispersándolos.

En Vietnam, muchas emboscadas del Vietcong fallaban porque atacaban en las carreteras a convoyes estadounidenses de vehículos blindados y mejor armados. En cuanto eran atacados, los vehículos respondían y pedían ayuda a la artillería y refuerzos en helicópteros.

Ejemplos famosos de emboscadas

Durante la segunda guerra púnica, Aníbal Barca sabía que el cónsul Cayo Flaminio lo seguía. Cuando Aníbal recorrió un camino estrecho entre montañas y el lago Trasimeno, escondió a sus hombres en las montañas durante la noche. A la mañana siguiente, Flaminio entró en el camino sin explorar y con las montañas cubiertas de niebla. Los púnicos los atacaron desde arriba. Los romanos no pudieron formar en ese espacio y Flaminio murió. Muchos de sus hombres intentaron escapar por el lago, donde perecieron por el peso de sus armaduras. Se considera la emboscada más grande de la Historia.

Poco después de la Batalla de Cannas, los romanos sufrieron otro desastre militar. El cónsul Lucio Postumio Albino fue sorprendido y muerto por los boyos. Las legiones iban por un camino en un bosque. Los boyos dejaron caer árboles, aplastando a la mayoría. Los boyos habían cortado los troncos y los mantenían de pie con cuerdas escondidas. Los romanos que sobrevivieron intentaron huir, pero fueron masacrados cuando los boyos los atacaron.

En la guerra de las Galias, el jefe de los eburones, Ambiórix, convenció a 15 grupos de soldados romanos de salir de su fuerte para ayudar a otra guarnición. Los romanos entraron en un valle estrecho. A la salida encontraron un ejército de galos, y al intentar retroceder, encontraron más galos en la entrada. Además, desde las laderas boscosas les lanzaron proyectiles. Los romanos, con su mando dividido, intentaron escapar atacando por todos lados, pero fracasaron y fueron masacrados.

Arminio emboscó al legado Publio Quintilio Varo en el bosque de Teutoburgo. Fue otro caso en que un ejército completo fue destruido en una emboscada. Se cree que la batalla duró unos cuatro días, con ataques constantes a las legiones hasta su aniquilación. Sin embargo, una nueva teoría sugiere que la lucha duró solo unas horas.

Durante el reinado de Domiciano, el prefecto del pretorio, Cornelio Fusco, fue enviado a someter al rey Decébalo. Los romanos entraron por un desfiladero llamado las Puertas de Hierro. A la salida estaba la ciudad de Tapae, donde fueron emboscados y masacrados.

En la península ibérica, esta táctica se usó por miles de años. Líderes como Viriato y Quinto Sertorio, y más tarde el carlista Tomás de Zumalacárregui, la usaron para compensar la falta de recursos y hombres. Aprovechaban su conocimiento del terreno montañoso y la guerra de guerrillas.

Durante la Reconquista, en el año 794, el rey Alfonso II de Asturias emboscó y destruyó en un desfiladero de la cordillera Cantábrica a un ejército del Emirato de Córdoba que regresaba de saquear Oviedo. Durante su reinado, varias columnas musulmanas que iban a atacar tierras cristianas fueron emboscadas: en Calahorra (796), Conchas del Arganzón (801) y Hoces del Pisuerga (805). Un siglo después, tras la derrota en Simancas, los musulmanes se retiraron acosados por los campesinos cristianos, que emboscaron a su retaguardia en un barranco, masacrándola.

El emperador Basilio II fue emboscado por Samuel de Bulgaria en la Puerta de Trajano. Su ejército fue destruido y solo él regresó vivo a Macedonia gracias a su guardia. Dos siglos antes, el emperador Nicéforo I lanzó una gran campaña contra el Primer Imperio búlgaro. Saqueó su capital, Plisca, y rechazó las ofertas de paz del líder búlgaro Krum. Cuando regresaba por los Balcanes, encontró grandes barreras que bloqueaban ambas salidas del paso de Vărbica. Esa noche, los búlgaros los atacaron desde las laderas y los romanos huyeron o intentaron escalar las barreras. El cráneo del emperador fue convertido en una copa por el líder búlgaro.

En la guerra de Arauco, el líder mapuche Lautaro rodeó en los bosques de Tucapel al gobernador español Pedro de Valdivia. Lautaro enviaba grupos de guerreros constantemente para reemplazar a los que luchaban y así cansar a los españoles. Valdivia, al ver todo perdido, ordenó una carga desesperada para romper el cerco, pero terminó en un pantano. Fue capturado y ejecutado.

Su sucesor, Francisco de Villagra, marchó contra Lautaro, quien lo emboscó en Marihueñu, una llanura estrecha entre el mar y un bosque. Usando la misma táctica para desgastar a sus enemigos, Villagra fue herido y casi capturado, teniendo que retirarse. Décadas después, otro gobernador, Martín García Óñez de Loyola, decidió acampar en Curalaba sin dejar guardias. El líder Pelantaro lo mató a él y a sus hombres por sorpresa. Unos años más tarde, Pelantaro emboscó al capitán Juan Rodulfo de Lisperguer cerca de Boroa, matando a casi todos los españoles. Los europeos también usaron esta táctica contra los indígenas, como en Mataquito, donde mataron a Lautaro, o en Curanilahue.

En épocas más recientes, destaca Domstadtl en la guerra de los Siete Años. Un gran convoy que debía llevar suministros al ejército prusiano que asediaba Olomouc pasó por un lugar con valles, colinas y pequeños bosques. Gran parte de los carros con suministros fueron capturados y los prusianos tuvieron que abandonar el asedio.

Durante su primera guerra con los afganos, el mayor general William George Keith Elphinstone ordenó la retirada de su columna desde Kabul hasta Yalalabad. La mayoría de sus hombres eran soldados indios y los acompañaban sus familias. Tuvieron que marchar en pleno invierno por las montañas durante una semana, siendo constantemente acosados por los afganos de Wazir Akbar Jan. Solo el cirujano William Brydon y algunos soldados indios lograron llegar vivos a Yalalabad.

Posiblemente la mayor emboscada en tiempos recientes ocurrió en Abagana durante la guerra de Biafra. Un convoy de 6000 nigerianos y 106 vehículos blindados, de transporte de tropas y tanques de combustible, al mando del coronel Murtala Mohammed, fue atacado por los biafreños. Un proyectil hizo explotar un camión de combustible, creando una llama que quemó todo en 400 metros a la redonda. Esto causó pánico y los nigerianos huyeron en todas direcciones, pero los esperaban los soldados biafreños y pocos sobrevivieron.

Sin embargo, durante el siglo XX, la emboscada se convirtió en una táctica usada principalmente por y contra unidades pequeñas. En Vietnam, la mayoría de los enfrentamientos fueron de menor escala. La guerrilla evitaba grandes batallas donde los estadounidenses pudieran usar su mayor poder de fuego y movilidad. Preferían el combate cercano para evitar el uso de artillería o aviones.

El ERVN (survietnamita) describió seis tipos de emboscadas del Vietcong: de pequeñas unidades, de patrullas, de convoyes de vehículos, de cruces de ríos, de unidades de limpieza y desde posiciones subterráneas. Era su táctica favorita, con el lema: "pelear una pequeña acción para lograr una gran victoria".

Si sus exploradores detectaban una columna enemiga cerca, el Vietcong formaba grupos de ataque con fusiles AK-47 y ametralladoras RPD. Cuando algún estadounidense en la cabeza de la columna activaba una trampa explosiva, se generaba confusión. Los guerrilleros aprovechaban para atacar lo más cerca posible e intentar rodear la columna. Cuando el mayor poder de fuego de los estadounidenses se hacía evidente, se retiraban rápidamente, llevándose a sus muertos y heridos. Realizaban sus emboscadas preferentemente de noche y camuflándose en la selva. Se retiraban rápido al lograr sus objetivos para no dar tiempo a los enemigos a contraatacar.

Los guerrilleros también tenían una cadena de mando eficiente. Cuando emboscaban a una unidad estadounidense y se retiraban, luego enviaban un grupo más grande que tomaba posiciones para emboscar a la nueva unidad que los estadounidenses solían enviar en respuesta. Para apoyar sus acciones, el Vietcong usaba su conocimiento del terreno, trampas, estacas punji, minas M18 Claymore y extensos sistemas de túneles. Cuando una unidad estadounidense avanzaba por la jungla, francotiradores con ametralladoras podían dispararles por sorpresa desde algún punto y luego desaparecer por un túnel sin dejar rastro, varias veces. Probablemente la mayoría de sus emboscadas eran improvisadas, mientras que para las preparadas usaban señuelos para atraer a los estadounidenses a zonas peligrosas donde atacarlos.

En Vietnam, los guerrilleros elegían el momento y lugar de los combates. Esto obligaba a los estadounidenses a buscar formas de imponer su estilo de guerra y tomar la iniciativa. Se obsesionaron tanto que al iniciar un combate informaban que habían sido emboscados, aunque hubieran sido enviados sabiendo que el Vietcong estaba allí. Para responder, los estadounidenses organizaban emboscadas planeadas. Movían a sus compañías por la noche en vehículos blindados M113 hasta encontrar un lugar adecuado. Allí dejaban a la infantería y los vehículos regresaban a zonas seguras, formando un círculo como defensa. Los soldados elegían un lugar para la emboscada y puntos de reunión si algo salía mal. Luego vigilaban el sitio de la emboscada para evitar exploradores. Enviaban dos parejas de soldados, una hacia arriba y otra hacia abajo del camino, a cierta distancia, para eliminar exploradores, avisar si venían guerrilleros y cuántos eran, para no atacar unidades demasiado grandes. Después, instalaban minas Claymore a lo largo del sendero, desplegaban el equipo de ataque listo para detonarlas y esperaban uno o dos días hasta que el Vietcong apareciera. Cuando llegaba el jefe de la unidad, ordenaba las detonaciones y luego usaban los fusiles M16 para acabar con los guerrilleros restantes. Finalmente, se retiraban rápido y borrando las huellas para evitar ser perseguidos. En otras ocasiones, si los soldados estadounidenses detectaban al enemigo por sorpresa sin ser vistos, formaban una línea de tiro y se quedaban quietos hasta que los guerrilleros se acercaban.

Una emboscada también puede ocurrir en una ciudad, como se vio en la primera guerra de Chechenia y la defensa y reconquista de Grozni. Especialmente en la primera, donde destruyeron muchos vehículos blindados BMP-1, BTR-80, tanques T-62 y T-72 y helicópteros de combate Mil Mi-24. Los rebeldes chechenos formaron unidades de 15 a 20 milicianos armados con AK-47, RPG-7 o RPG-18 para emboscar en las calles estrechas y retirarse rápidamente. Atacaban incluso de noche, aprovechando la poca preparación de los rusos para el combate nocturno. Estos ataques solían ser verticales, desde los sótanos, tejados y pisos superiores de los edificios. Esto les permitía evitar las mejores protecciones de los tanques rusos, que estaban preparados para ataques frontales, y confundir a los soldados, entrenados para combate en terreno abierto. También usaron francotiradores, armas caseras y trampas contra la infantería, y cañones ZSU-23-2 y ametralladoras pesadas KPV contra los helicópteros.

Una emboscada también puede ocurrir en un momento vulnerable para un ejército, como al cruzar un río. Sun Tzu escribió: "Cuando un enemigo que avanza cruza un río, no lo ataques al llegar a la orilla. Es conveniente dejar que la mitad de sus efectivos haya cruzado, entonces ataca". Durante las Primaveras y otoños, el duque Xiang de Song se encontró en Hongshui con un ejército más grande del estado de Chu cruzando un río. Aunque sus ministros le aconsejaron atacar por sorpresa mientras su enemigo aún no terminaba de cruzar, el duque se negó. Cuando el ejército de Chu había terminado de cruzar pero aún no había organizado sus filas, el duque nuevamente se negó a ordenar un ataque. Solo lo hizo cuando el enemigo estaba listo, resultando herido y su ejército diezmado. El episodio se hizo tan conocido que durante la guerra civil china Mao Zedong dijo sobre su forma de hacer la guerra: "Nosotros no somos como el duque de Sung".

En la guerra de Arauco, cuando la vanguardia de los españoles cruzó el río Bueno por un puente de barcas, los cuncos y huilliches escondidos en los bosques cercanos atacaron. Los españoles intentaron enviar refuerzos, pero el puente se derrumbó por el peso excesivo y muchos soldados perdieron la vida.

En tiempos recientes, durante la guerra de Ucrania, los rusos intentaron cruzar el río Síverski Donets usando un puente flotante. Pero los ucranianos detectaron la operación con exploradores, drones e imágenes satelitales y contraatacaron con artillería y drones. Los oficiales rusos no tenían permiso para cambiar los planes de sus superiores y realizaron cinco intentos inútiles, perdiendo más de 80 vehículos y cientos de soldados.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Ambush Facts for Kids

kids search engine
Emboscada para Niños. Enciclopedia Kiddle.