Justo José de Urquiza para niños
Datos para niños Justo José de Urquiza |
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![]() Daguerrotipo de Charles Fredricks, c. 1852
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![]() 1.° presidente de la Confederación Argentina |
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5 de marzo de 1854-5 de marzo de 1860 | ||
Vicepresidente | Salvador María del Carril | |
Predecesor | Él mismo (como director provisional de la Confederación Argentina) |
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Sucesor | Santiago Derqui | |
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![]() Director provisional de la Confederación Argentina |
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31 de mayo de 1852-5 de marzo de 1854 | ||
Predecesor | Vicente López y Planes (Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1827) |
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Sucesor | Él mismo (como Presidente de la Confederación Argentina) |
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![]() 30.º gobernador de Entre Ríos (y desde julio de 1852 también de Buenos Aires y por ende, encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina) |
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7 de abril de 1842 - 11 de septiembre de 1852 | ||
Predecesor | Francisco Dionisio Álvarez | |
Sucesor | Territorio federal | |
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![]() 19.º gobernador de Buenos Aires (también de Entre Ríos, además de ser encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina) |
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26 de julio - 4 de septiembre de 1852 | ||
Predecesor | Vicente López y Planes | |
Sucesor | José Miguel Galán | |
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![]() 26.º gobernador de Entre Ríos |
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1 - 29 de enero de 1842 | ||
Predecesor | Vicente Zapata | |
Sucesor | Pedro Pablo Seguí | |
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![]() 31.er gobernador de Entre Ríos |
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1 de mayo de 1860 - 1 de mayo de 1864 | ||
Predecesor | Territorio Federal | |
Sucesor | José María Domínguez | |
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![]() 33.er gobernador de Entre Ríos |
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1 de mayo de 1868 - 11 de abril de 1870 | ||
Predecesor | José María Domínguez | |
Sucesor | Ricardo López Jordán (hijo) | |
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Información personal | ||
Nacimiento | 18 de octubre de 1801 Estancia Talar de Arroyo Largo a las orillas del actual arroyo Urquiza (comandancia general de los partidos de Entre Ríos de la intendencia de Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata) ![]() |
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Fallecimiento | 11 de abril de 1870 Palacio San José (cerca de la estancia Santa Vicenta, provincia de Entre Ríos) ![]() |
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Causa de muerte | Homicidio | |
Nacionalidad | Argentino | |
Etnia | Blanco (vasco) | |
Religión | Cristiano católico | |
Familia | ||
Padres | José Narcisco de Urquiza Maria Cándida Garcia |
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Cónyuge | Dolores Costa | |
Educación | ||
Educado en | Colegio Nacional de Buenos Aires | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Rango militar | General | |
Conflictos | Guerras civiles argentinas | |
Partido político | Partido Federal | |
Justo José de Urquiza (nacido en Talar de Arroyo Largo, Virreinato del Río de la Plata, el 18 de octubre de 1801 y fallecido en Palacio San José, Caseros, Entre Ríos, el 11 de abril de 1870) fue un importante militar y político argentino. Fue gobernador de la provincia de Entre Ríos en varias ocasiones, líder del Partido Federal y el primer presidente de la Confederación Argentina entre 1854 y 1860.
En 1852, Urquiza lideró el Ejército Grande. Con este ejército, derrotó a Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros, poniendo fin a sus 17 años de gobierno. Al año siguiente, Urquiza convocó a un Congreso Constituyente. Este congreso aprobó la primera constitución nacional argentina, la Constitución de 1853. En 1854, fue elegido como el primer presidente de la Confederación Argentina. Ocupó este cargo durante seis años, convirtiéndose en el primer presidente constitucional del país. Sin embargo, en ese momento, la provincia de Buenos Aires se había separado y no formaba parte de la Confederación.
Contenido
¿Quién fue Justo José de Urquiza?
Sus primeros años y familia
El padre de Justo José, Joseph Narciso de Urquiza y Álzaga, era un colono español de origen vasco. Su madre, María Cándida Ramón-García y Monzón, tenía raíces portuguesas e hispano-argentinas.
Sus padres se establecieron en la intendencia de Buenos Aires, en lo que hoy es la provincia de Entre Ríos. Allí se dedicaron a la vida rural y a la función pública. Después de la Revolución de Mayo en 1810, la familia se mudó a la Banda Oriental (actual Uruguay) para mantenerse leales a España.
Regresaron en 1812. Cinco años después, Justo José fue enviado a estudiar al Colegio de San Carlos en Buenos Aires.
En 1819, se instaló en la villa Arroyo de La China, hoy Concepción del Uruguay. Allí se dedicó a la actividad rural y comercial, mostrando una gran habilidad. Su hermano mayor, Cipriano de Urquiza, fue secretario y ministro de Francisco Ramírez, un importante líder de Entre Ríos.
Urquiza tuvo una familia numerosa. En la década de 1820, ya con una buena fortuna, comenzó a interesarse en la política. En ese tiempo, Entre Ríos vivía un período de muchos cambios. Como muchos jóvenes de las provincias, Urquiza se unió al Partido Federal.
En 1826, fue elegido diputado para representar a Concepción del Uruguay en el congreso provincial. Allí se opuso a la Constitución Argentina de 1826, que fue rechazada por su provincia.
El comienzo de su carrera militar
Desde 1828, Urquiza fue el comandante militar y civil de Concepción del Uruguay. En 1830, apoyó una invasión a su provincia liderada por el general unitario Juan Lavalle. Cuando esta invasión fracasó, Urquiza tuvo que refugiarse en Santa Fe.
Al año siguiente, acompañó a Pascual Echagüe en una campaña militar que lo llevó a ser gobernador de Entre Ríos. Bajo el gobierno de Echagüe, la provincia vivió un tiempo de paz. Esta paz se fortaleció por la influencia de Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires. Rosas gobernó como un líder fuerte y extendió su poder sobre otras provincias. Echagüe apoyó a Rosas en su idea de no sancionar una constitución nacional por el momento.
Urquiza fue nombrado coronel y comandante de toda la costa del río Uruguay. Durante esa década, se convirtió en uno de los hacendados y comerciantes más ricos del país. También construyó una red de apoyo económico que le sería muy útil en su carrera política.
Las guerras civiles en Argentina
Entre Ríos era un lugar muy importante por su ubicación. Estaba cerca de Buenos Aires, de la Banda Oriental (Uruguay), del Imperio del Brasil y de la provincia de Corrientes. Por eso, fue escenario de grandes batallas.
A mediados de 1838, la paz en Entre Ríos se vio afectada por una rebelión en Uruguay. También ese año falleció Estanislao López, y Echagüe ayudó a que su hermano Juan Pablo López fuera gobernador de Santa Fe.
La primera provincia en rebelarse contra Rosas fue Corrientes. Su gobernador, Genaro Berón de Astrada, le declaró la guerra a Rosas y a Echagüe. Berón enfrentó solo el ataque de Echagüe, donde Urquiza era uno de los jefes.
Los ejércitos se encontraron en la batalla de Pago Largo, el 31 de marzo de 1839. Fue una victoria completa para los federales, y Urquiza tuvo un papel destacado. Después de la batalla, muchos prisioneros perdieron la vida.
Después de poner un gobernador federal en Corrientes, Echagüe fue con su ejército a Uruguay. Allí fue derrotado en la batalla de Cagancha. Desde ese momento, las relaciones entre Urquiza y Echagüe empeoraron.
Mientras Echagüe estaba ausente, Lavalle invadió Entre Ríos. Urquiza controlaba la costa del Uruguay. Echagüe lo enfrentó en dos batallas sin un ganador claro. Urquiza derrotó a un coronel unitario en Arroyo del Animal. Poco después, Lavalle se dirigió a Buenos Aires, pero fue derrotado y tuvo que huir hacia el norte, donde finalmente falleció.
Meses después, Echagüe invadió Corrientes, dejando a Urquiza protegiendo su retaguardia. El nuevo comandante de Corrientes, José María Paz, derrotó a Echagüe en la batalla de Caaguazú, el 28 de noviembre de 1841.
Urquiza como gobernador de Entre Ríos
Su llegada al gobierno y la guerra continua
Poco después de la derrota de Echagüe, el 15 de diciembre de 1841, la legislatura de Entre Ríos eligió a Justo José de Urquiza como gobernador. Urquiza no dejaría el poder en la provincia hasta su muerte, casi treinta años después. Fue gobernador por 18 años, a lo que se suman seis años de federalización de la provincia bajo su presidencia, y cuatro años de un gobernador de su confianza. En total, gobernó por 28 años.
La situación era muy difícil. Urquiza emitió un mensaje diciendo que había sido puesto al frente de la provincia en circunstancias muy complicadas.
Urquiza se retiró a la isla del Tonelero, un lugar protegido, donde organizó un ejército con miles de voluntarios de Entre Ríos. Entre ellos estaba un joven llamado Ricardo López Jordán.
José María Paz fue elegido gobernador de Entre Ríos por un tiempo, pero la falta de apoyo lo obligó a cruzar la provincia. En el camino, perdió casi todo su ejército, que se unió al de Urquiza. Urquiza ocupó Paraná sin resistencia y comenzó una campaña en el interior de la provincia.
Al mismo tiempo, Manuel Oribe regresó del norte y derrotó al gobernador de Santa Fe, Juan Pablo López. Echagüe asumió el gobierno de Santa Fe y Oribe cruzó el Paraná hacia Uruguay.
Fructuoso Rivera tomó el mando del ejército unido de Uruguay y los unitarios. Urquiza se unió a Oribe, y juntos derrotaron a sus enemigos en la batalla de Arroyo Grande, el 6 de diciembre de 1842.
Mientras Oribe avanzaba hacia Montevideo, Urquiza invadió Corrientes. Allí puso un gobernador federal, Pedro Cabral, y dejó una guarnición en Goya.
Luego, Urquiza acompañó a Oribe en el sitio de Montevideo, lo que marcó el inicio de la Guerra Grande en Uruguay.
En Corrientes, una rebelión liderada por Joaquín y Juan Madariaga tomó el poder y expulsó a las fuerzas de Entre Ríos. Atacaron Entre Ríos, y una rebelión interna en la provincia causó la muerte de Cipriano de Urquiza, su hermano. Los correntinos se retiraron de Entre Ríos, y Urquiza pudo continuar sus campañas en Uruguay. Allí derrotó a Rivera y el 27 de marzo de 1845 lo venció definitivamente en la batalla de India Muerta.
Los bloqueos de ingleses y franceses, junto con las acciones de corsarios (barcos piratas al servicio de un gobierno) que apoyaban a Montevideo, afectaron al gobierno de Entre Ríos. El capitán italiano Giuseppe Garibaldi saqueó Gualeguaychú.
Campañas en Uruguay y Corrientes
En Corrientes, los Madariaga habían puesto al general Paz al frente de su ejército. Urquiza invadió la provincia y derrotó a Juan Madariaga en la batalla de Laguna Limpia, tomándolo prisionero. Urquiza se dio cuenta de que Paz quería llevarlo a una trampa, así que regresó a Entre Ríos.
Desde allí, Urquiza comenzó a negociar con el gobernador de Corrientes. Paz se opuso e intentó derrocar a Madariaga, pero fracasó y huyó. Urquiza firmó el Tratado de Alcaraz con Corrientes. Este tratado establecía la paz y devolvía a Rosas el manejo de las relaciones exteriores. También se preveía la convocatoria a un congreso para crear una constitución.
Rosas rechazó el tratado, y Urquiza se vio obligado a invadir Corrientes de nuevo. Derrotó a los Madariaga en la batalla de Vences o de Rincón de Vences, el 27 de noviembre de 1847.
Los Madariaga huyeron a Brasil, y Urquiza puso a su amigo Benjamín Virasoro en el gobierno de Corrientes. La guerra había terminado.
¿Cómo fue el gobierno de Urquiza en Entre Ríos?
El gobierno de Urquiza fue muy particular. Gobernó sin consultar directamente al pueblo, pero buscando su beneficio. Dirigía desde Concepción del Uruguay o desde su campamento militar. Se parecía a otros líderes de la época.
Urquiza impulsó la ganadería y la instalación de saladeros (lugares donde se procesaba la carne). Mejoró caminos y puertos, instaló molinos y ayudó a pequeñas industrias. Mantuvo un control muy estricto, pero también muy severo, sobre la seguridad.
Llevó la contabilidad con gran precisión. Controló los gastos públicos y exigió dedicación a los funcionarios. Publicaba mensualmente los gastos e ingresos.
Su principal interés fue la educación. Amplió las escuelas primarias y fundó nuevas escuelas secundarias, públicas y modernas. El Colegio Nacional de Concepción del Uruguay se convirtió en uno de los más avanzados de su tiempo.
Se publicaron periódicos, se fundaron teatros, escuelas para mujeres y bibliotecas públicas. Urquiza invitó a su provincia a muchos exiliados, tanto federales que no estaban de acuerdo con Rosas, como unitarios. El ambiente en Entre Ríos era mucho más libre que en Buenos Aires.
Esta libertad llamó la atención de muchos, como Sarmiento y el general José María Paz. Empezaron a pensar que Urquiza sería el líder que convocaría un congreso constituyente y terminaría con el poder de Rosas.
Urquiza y la Organización Nacional
Urquiza, Rosas y Brasil
Aunque Montevideo estaba sitiada y en guerra con las provincias argentinas, Urquiza logró mantener abiertos los puertos de su provincia para el comercio con esa ciudad. Rosas consideraba esto contrabando, pero lo permitía porque necesitaba a Urquiza.
Rosas decía que el país no estaba en paz, por lo que no era el momento de crear una constitución. Sin embargo, muchos pensaban que Rosas mantenía el conflicto para posponer la constitución.
A mediados de 1850, cuando Montevideo estaba a punto de caer, el Imperio del Brasil decidió apoyar a los sitiados. Rosas se preparó para una guerra contra Brasil. Algunos opositores interpretaron que Rosas abría un nuevo conflicto para seguir retrasando la constitución. Urquiza estuvo de acuerdo con esta idea, pero no lo demostró de inmediato.
Rosas nombró a Urquiza comandante del ejército contra Brasil y le envió armas. Pero también le exigió que suspendiera el comercio con Montevideo.
Urquiza empezó a contactar a los exiliados en Montevideo y a los representantes de Brasil. Para enfrentar a Rosas, necesitaba dinero y apoyo. A principios del año siguiente, Brasil le proporcionó mucho dinero. Entonces, Urquiza hizo su primer movimiento.
El Pronunciamiento de Urquiza
Las relaciones entre Rosas y Urquiza eran tensas. Rosas nunca confió completamente en Urquiza, quien ascendía rápidamente en el ejército y acumulaba poder en Entre Ríos. La provincia de Entre Ríos, bajo Urquiza, tenía una fuerte organización y un tesoro provincial abundante.
El 5 de enero de 1851, un periódico de Concepción del Uruguay publicó un artículo que hablaba de la necesidad de organizar el país y reunir una asamblea. Rosas protestó, pero Urquiza respondió que en su provincia se respetaba la libertad de prensa y que lo publicado le parecía legítimo. Esto marcó el inicio de la ruptura con Rosas. El 5 de abril, Urquiza envió una nota a todos los gobernadores, invitándolos a salvar a la Confederación.
El 1 de mayo de 1851, se realizó el Pronunciamiento de Urquiza en la legislatura de Entre Ríos. Urquiza afirmó la necesidad de aceptar la renuncia que Rosas presentaba cada año para dirigir las relaciones exteriores. También llamó a un congreso constituyente. En un acto simbólico, se cambió la frase "¡Mueran los salvajes unitarios!" por "¡Mueran los enemigos de la organización nacional!". Esto fue una reacción contra el dominio político y económico de Buenos Aires.
El Pronunciamiento significó la ruptura definitiva entre Urquiza y Rosas. Solo Corrientes apoyó a Urquiza. Los mayores apoyos para Urquiza vinieron de su alianza con Brasil y con el gobierno de Uruguay.
La invasión a Uruguay
A fines de mayo, Entre Ríos, el gobierno de Montevideo y Brasil firmaron un tratado. Acordaron una alianza para expulsar a Oribe, convocar elecciones libres en Uruguay y enfrentar juntos a Rosas.
En julio de ese año, el ejército de Entre Ríos cruzó el río Uruguay. Se les unió la mayor parte del ejército de Oribe y las tropas brasileñas. El ejército avanzó sin resistencia. El 8 de octubre, se firmó un acuerdo por el cual las fuerzas de Oribe se unían al ejército de Urquiza. Oribe se retiró.
Urquiza incorporó a la fuerza a su ejército a las tropas argentinas que sitiaban Montevideo, pero dejó escapar a sus jefes.
El congreso uruguayo tuvo que firmar un tratado con Brasil. Este tratado reconocía el derecho de Brasil a intervenir en la política interna de Uruguay y le entregaba una gran parte de su territorio.
La Batalla de Caseros
Rosas declaró públicamente la guerra a Brasil, lo que permitió a Urquiza firmar una nueva alianza contra Rosas.

Urquiza regresó a Entre Ríos y reunió el "Ejército Grande". Este ejército estaba formado por tropas de Entre Ríos, Corrientes, exiliados unitarios, soldados argentinos del sitio de Montevideo y tropas de Brasil. Con ellos, cruzó el río Paraná en barcos brasileños. Aprovechando que varias unidades del ejército de Rosas se unieron a él, Urquiza derrocó al gobernador de Santa Fe, Echagüe.
En el camino hacia Buenos Aires, un regimiento del ejército de Rosas se unió a las fuerzas de Buenos Aires, y algunos oficiales perdieron la vida.
Rosas puso al general Ángel Pacheco al mando de las fuerzas de la provincia. Pero Pacheco no actuó como se esperaba y dejó avanzar al ejército de Urquiza hacia Buenos Aires. Entonces, Rosas cometió un error estratégico: asumió él mismo el mando de su ejército y esperó a Urquiza cerca de su campamento.
El 3 de febrero de 1852, los 24.000 hombres de Urquiza se enfrentaron a los 23.000 de Rosas en la batalla de Caseros.
Después de pocas horas de batalla, Urquiza obtuvo la victoria. Hubo muchos castigos severos, y algunos oficiales fueron ejecutados.
Rosas se exilió en Inglaterra. Urquiza asumió el gobierno provincial y dos días después de la batalla nombró gobernador a Vicente López y Planes. Rosas recibió una ayuda económica de Urquiza para vivir en Londres.
El 20 de febrero, el comandante brasileño anunció un desfile triunfal en Buenos Aires. Pero Urquiza recorrió la ciudad sin esperar al ejército brasileño, ya que era una fecha importante para Argentina (aniversario de la victoria de Ituzaingó).
El Acuerdo de San Nicolás
Apenas llegó la noticia de Caseros a Montevideo y a otros países vecinos, los exiliados regresaron a Buenos Aires. Los seguidores de Rosas, por su parte, no querían perder su posición. Así se formaron dos grupos políticos: los federales o urquicistas, que apoyaban la organización nacional bajo un poder federal, y el Partido Liberal, que quería la separación de Buenos Aires de la Confederación.
Urquiza envió una misión a las provincias para explicar su intención de restablecer el Pacto Federal y organizar el país. Las provincias delegaron en Urquiza el manejo de las relaciones exteriores y aceptaron el proyecto de organización nacional.
El 6 de abril, representantes de Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe firmaron el Protocolo de Palermo. Este protocolo restablecía el Pacto Federal, delegaba en Urquiza el manejo de las relaciones exteriores y le encargaba la reunión de un Congreso Constituyente. Para acelerar la reunión del congreso, Urquiza invitó a los gobernadores de todas las provincias a una reunión en San Nicolás de los Arroyos.
El 31 de mayo se firmó el Acuerdo de San Nicolás. Este acuerdo establecía la vigencia del Pacto Federal de 1831 y la reunión de un congreso constituyente en Santa Fe a partir de agosto de ese año. También se creó el cargo de Director provisorio de la Confederación Argentina, que fue ocupado por el general Urquiza.
Problemas en Buenos Aires
Todas las provincias ratificaron el Acuerdo, excepto Buenos Aires. Allí, la Sala de Representantes (el poder legislativo), con mayoría liberal, rechazó el acuerdo. Argumentaron que el poder otorgado a Urquiza era demasiado grande.
El gobernador López y Planes renunció, y en su lugar fue nombrado Manuel Guillermo Pinto de forma provisional. Pero Urquiza reaccionó rápidamente: el 24 de junio ordenó a su ejército ocupar la capital, disolvió la Sala de Representantes, repuso a López y ordenó la detención y el exilio de varios opositores.
El 26 de julio, ante una nueva renuncia de López, Urquiza asumió personalmente el gobierno de Buenos Aires. Como director provisorio de la Confederación, convocó al Congreso Constituyente, prohibió la confiscación de bienes por delitos políticos y declaró que los ingresos de las aduanas exteriores eran de la Nación.
También reconoció la independencia de Paraguay y declaró la libre navegación de los ríos.
En septiembre de 1852, Urquiza partió hacia Santa Fe para iniciar las sesiones del Congreso Constituyente, dejando a José Miguel Galán como su delegado.
La Revolución y el sitio de Buenos Aires
El 11 de septiembre de 1852, estalló un levantamiento militar y civil contra la autoridad de Urquiza y su delegado. La Sala de Representantes de Buenos Aires no reconoció al Congreso Constituyente y reasumió el manejo de sus relaciones exteriores.
Urquiza ocupó San Nicolás de los Arroyos, pero al darse cuenta de que la revolución tenía mucho apoyo, regresó a Entre Ríos.
Desde ese momento, el Estado de Buenos Aires funcionó como un país independiente de la Confederación. En octubre, Valentín Alsina fue nombrado gobernador.
El general José María Paz fue nombrado comandante de las fuerzas en San Nicolás. Los planes del gobierno de Buenos Aires de ir a la guerra contra la Confederación causaron una rebelión de oficiales en el interior de la provincia. El 1 de diciembre, el general Hilario Lagos se pronunció contra el gobierno de Alsina.
Las tropas federales sitiaron la ciudad de Buenos Aires. Urquiza se trasladó al sitio con algunas divisiones de Entre Ríos, y la flota de la Confederación bloqueó la ciudad.
El gobierno de Buenos Aires resolvió la crisis mediante el soborno: convenció a varios jefes federales de abandonar el sitio y sobornó al comandante de la flota de la Confederación, John Halstead Coe, para que entregara sus barcos. En julio de 1853, el ejército sitiador se disolvió y Urquiza regresó a Entre Ríos.
La Constitución de 1853
En 1852, Justo José de Urquiza creó una comisión para redactar códigos legales. Pero la revolución del 11 de septiembre de ese año, que separó a Buenos Aires de la Confederación, impidió que el proyecto se completara.
En noviembre de 1852, se inauguraron las sesiones del Congreso Constituyente en Santa Fe. Urquiza no pudo asistir debido a la invasión de Buenos Aires a Entre Ríos. Los diputados fueron elegidos con el acuerdo de Urquiza, quien influyó en las discusiones.
La tarea de redactar el proyecto recayó en el diputado Benjamín Gorostiaga. Presentó un texto muy similar al propuesto por Juan Bautista Alberdi en su obra Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina. Este texto se inspiró en la Constitución de los Estados Unidos de América y en constituciones argentinas anteriores. Aunque la Constitución llamaba al país Confederación Argentina, establecía una república federal.
El 1 de mayo de 1853, se sancionó la Constitución. Fue jurada en asambleas públicas en las capitales de las provincias.
Hasta la reunión del Congreso Nacional, el Congreso Constituyente se encargó del Poder Legislativo. Entre las leyes más importantes que sancionó, se destaca la que designaba a Paraná como capital provisoria del país. También se aprobó un tratado de libre navegación de los ríos con Francia e Inglaterra.
La Presidencia de Urquiza
Después de las elecciones, Justo José de Urquiza fue elegido presidente, y Salvador María del Carril como vicepresidente. La capital provisional se estableció en Paraná, la capital de Entre Ríos. Para esto, todo el territorio de la provincia fue federalizado, pasando a ser gobernado directamente por el presidente. Así, Urquiza seguía gobernando su provincia.
¿Qué hizo Urquiza como presidente?
Urquiza asumió la presidencia el 5 de marzo de 1854. Poco después, viajó a Córdoba para presidir una reunión de gobernadores de provincias vecinas. Con esto, quiso mostrar la unión entre ellas, que estaban amenazadas por la política de Buenos Aires y por divisiones pasadas.
Una vez en Paraná, Urquiza convocó a elecciones de diputados y senadores. Las primeras sesiones del Congreso Nacional se inauguraron el 22 de octubre de 1854. La organización del Poder Judicial fue más difícil por la falta de personal capacitado. Aunque el presidente nombró a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, la Justicia Federal no llegó a funcionar completamente.
Nacionalizó el Colegio y la Universidad de Córdoba y el Colegio de Concepción del Uruguay. También hizo construir edificios públicos en Paraná.
La Confederación no tenía muchos recursos para grandes proyectos. Uno de sus mayores logros fue la creación de un ejército nacional. Las fuerzas provinciales se mantuvieron independientes, pero el gobierno logró organizar regiones militares.
Durante casi la mitad de su gobierno, Urquiza no vivió en Paraná, sino en el Palacio San José, que se estaba construyendo cerca de Concepción del Uruguay. Durante sus ausencias, lo reemplazó Del Carril, pero este tenía malas relaciones con el ministro del interior, Santiago Derqui.
Se intentó construir un ferrocarril para unir Rosario con Chile. Los primeros estudios no fueron buenos, así que se pensó en combinarlo con un ferrocarril a Córdoba. Sin embargo, el gobierno de la Confederación no tuvo los recursos financieros para llevarlo a cabo.
Para mejorar las comunicaciones, se crearon "mensajerías". Eran empresas privadas que transportaban pasajeros, correo y cargas valiosas en galeras, conectando la mayoría de las ciudades del país.
En las provincias de la Confederación, los dueños de tierras no tenían acceso a préstamos. Por eso, el crecimiento de la producción agrícola se impulsó con la creación de colonias agrícolas. Estas colonias atrajeron a inmigrantes europeos. La primera colonia exitosa fue Esperanza (Santa Fe), fundada en 1855 con inmigrantes suizos. Muchas otras colonias se fundaron en Santa Fe y Entre Ríos, como la Colonia San José, fundada por Urquiza en 1857.
Relaciones con otros países
La división entre la Confederación y Buenos Aires fue un problema para los diplomáticos extranjeros. Aunque reconocían la autoridad de Urquiza sobre todo el país, la mayoría de sus intereses comerciales estaban en Buenos Aires. Por eso, tenían representantes en Paraná y cónsules en Buenos Aires, tratando de mediar por la unión nacional.
La prioridad del gobierno fue lograr que España reconociera la independencia argentina. Juan Bautista Alberdi representó a la Confederación ante la Corona española, logrando la firma de un tratado el 9 de julio de 1859. Este tratado fue rechazado por Buenos Aires.
Gran Bretaña logró anular un tratado anterior que reconocía la soberanía argentina sobre sus ríos interiores.
También se restablecieron las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, con la que Argentina no tenía contacto desde hacía años.
Las relaciones con Brasil se centraron en la navegación de los ríos y en las relaciones con Paraguay. La relación con Paraguay fue tensa debido a su firme actitud ante potencias extranjeras, especialmente con Estados Unidos. La buena resolución de un problema con Estados Unidos facilitó la mediación paraguaya para resolver los conflictos entre Buenos Aires y la Confederación en 1859.
La situación económica
La Confederación comenzó su etapa constitucional con serios problemas económicos. Faltaban recursos, dependía del puerto de Buenos Aires para el comercio exterior, había obstáculos internos por las aduanas provinciales y dificultades en las comunicaciones. La agricultura estaba poco desarrollada y la industria artesanal estancada. La recaudación de las aduanas exteriores era baja y no había un sistema de impuestos eficiente, lo que causaba problemas económicos al gobierno. Tampoco se logró crear un sistema bancario confiable, por lo que los préstamos eran muy caros.
Un proyecto del ministro de Hacienda, Mariano Fragueiro, llevó a la creación del Banco Nacional de la Confederación en 1854. Este banco emitió papel moneda, pero no tenía respaldo, por lo que se tuvo que declarar de uso obligatorio. Sin embargo, las provincias y los comerciantes lo rechazaron. El banco tuvo que cerrar y el papel moneda se retiró de circulación.
Entonces se decidió atacar la estructura económica que beneficiaba a Buenos Aires. La Ley de Derechos Diferenciales, sancionada en 1856, buscó aumentar el comercio de la Confederación con otros países y perjudicar los intereses de Buenos Aires. Esta ley establecía que las mercancías extranjeras que llegaban a la Confederación después de haber pasado por otro puerto del Río de la Plata pagarían el doble de impuestos.
Sin embargo, estas medidas no dieron los resultados esperados. Aunque el comercio aumentó en el puerto de Rosario, Buenos Aires seguía siendo el centro financiero del país. La necesidad de dinero se solucionó con nuevos préstamos, pero los intereses eran muy altos. Urquiza llegó a la conclusión de que la única forma de resolver los problemas económicos de la Confederación era que Buenos Aires se uniera al resto del país.
Buenos Aires y las provincias del interior
Durante el gobierno de Pastor Obligado, la provincia de Buenos Aires, que estaba separada, tuvo un rápido crecimiento económico.
Después de la derrota de Lagos, la mayoría de los federales de Buenos Aires se habían mudado a Paraná, Rosario o Montevideo. Desde allí, planeaban regresar invadiendo su provincia. En enero de 1854, Lagos ocupó brevemente el norte de la provincia. En noviembre del mismo año, el general Jerónimo Costa avanzó con 600 hombres, pero fue derrotado.
En diciembre de 1855 hubo un nuevo intento. El gobernador Obligado dictó la pena de muerte para los oficiales involucrados en esa invasión. Flores logró escapar, pero Costa fue derrotado cerca de San Justo. La mayoría de los soldados perdieron la vida al rendirse, y los oficiales fueron ejecutados dos días después.
Los federales pidieron venganza, pero Urquiza decidió ser más prudente. Firmó un Tratado de Pacificación con Buenos Aires, lo que permitió tres años de paz.
Durante el gobierno de Valentín Alsina, elegido en 1857, Buenos Aires adoptó una política más agresiva. Rechazó la Ley de Derechos Diferenciales y dejó de lado los tratados de paz. Para debilitar a la Confederación, apoyó movimientos en las provincias para que se unieran bajo su dirección. La prensa de Buenos Aires incitaba a la guerra contra la Confederación o a la independencia definitiva.
Las provincias del interior sufrían revoluciones periódicamente. Las más estables eran Santiago del Estero y Corrientes, cuyos gobiernos se inclinaban más hacia Buenos Aires que hacia Urquiza.
Hacia una nueva guerra civil
El asesinato, en 1859, del líder de San Juan, Nazario Benavídez, fue celebrado por la prensa de Buenos Aires. Sarmiento lo vio como un triunfo de la "civilización". El presidente Urquiza envió una intervención federal y descubrió que los revolucionarios tenían muchos vínculos con el gobierno de Buenos Aires.
La intervención de Buenos Aires en la política de otra provincia causó gran indignación en Paraná. En mayo de 1859, el Congreso ordenó la movilización militar y autorizó a Urquiza a resolver el problema de la unidad nacional "por medio de negociaciones pacíficas o de la guerra".
El jefe del ejército de Buenos Aires, coronel Bartolomé Mitre, recibió la orden de invadir Santa Fe.
La Batalla de Cepeda
Ante la inminencia del conflicto, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Paraguay intentaron mediar. Pero ni Alsina ni Mitre aceptaban nada que no fuera la renuncia de Urquiza o la guerra. Urquiza, que siempre había intentado negociar, estaba muy enojado por el asesinato de Benavídez.
Los barcos de guerra de Buenos Aires bloquearon el puerto de Paraná. Pero un motín en uno de estos barcos, que fue entregado al gobierno nacional, obligó a levantar el bloqueo. A mediados de octubre, después de un breve combate naval, la flota federal se presentó frente a Buenos Aires.
El ejército de la Confederación, dirigido por Urquiza, inició la campaña hacia Buenos Aires desde Rosario. Estaba formado por 14.000 hombres.
El ejército de Buenos Aires, bajo el mando de Mitre, tenía 9.000 hombres. Sus fuerzas estaban reducidas porque una parte debía proteger la frontera de las invasiones de los pueblos originarios, algunos de los cuales eran aliados de Urquiza.
El 23 de octubre comenzó la Batalla de Cepeda. Urquiza animó a sus tropas diciendo que quería la paz, pero que el gobierno de Buenos Aires los provocaba.
La infantería de Buenos Aires tuvo una ventaja inicial, pero Urquiza usó hábilmente su caballería y tomó la ofensiva. La noche detuvo la batalla cuando la victoria de la Confederación era clara.
Las fuerzas de Buenos Aires tuvieron muchas bajas: 100 muertos, 90 heridos y 2.000 prisioneros. Los nacionales tuvieron 300 bajas. Mitre se retiró hacia San Nicolás con solo 2.000 hombres. Luego, embarcó todo su ejército hacia Buenos Aires.
El Pacto de San José de Flores
Urquiza avanzó rápidamente hacia la ciudad. Envió mensajes de paz, diciendo que venía a devolver el poder al pueblo y que su única ambición era ver una República Argentina unida y feliz.
Aunque pudo haber entrado a Buenos Aires por la fuerza, prefirió acampar cerca, en San José de Flores. Desde allí, inició negociaciones. Urquiza mantuvo la amenaza de un asalto a la ciudad, lo que llevó a la renuncia de Valentín Alsina el 8 de noviembre.
Como resultado de las negociaciones, el 11 de noviembre se firmó el Pacto de San José de Flores, también llamado de Unión Nacional. Fue firmado entre Urquiza y el gobernador provisional Felipe Llavallol. El pacto establecía que Buenos Aires se unía a la Confederación y renunciaba al manejo de sus relaciones exteriores. Sin embargo, Buenos Aires revisaría la Constitución de 1853 y propondría reformas. La Aduana de Buenos Aires se nacionalizaba, pero la Nación compensaría a la provincia por la pérdida de ingresos durante cinco años. También se acordó que la reincorporación de la provincia a la Nación se haría después de que terminara el período presidencial de Urquiza.
Muchos federales del interior no estuvieron de acuerdo con el Pacto. Pensaban que Urquiza, siendo el vencedor, había negociado como si hubiera sido el vencido. Uno de los críticos fue el general Ricardo López Jordán.
Los últimos años de Urquiza
El gobierno de Derqui
En mayo de 1860, Urquiza entregó el gobierno nacional a su sucesor, Santiago Derqui.
Poco después, la federalización de Entre Ríos se dejó sin efecto, y Paraná dejó de ser capital federal. Una nueva constitución provincial declaró a Concepción del Uruguay capital de la provincia. Como era de esperar, Urquiza fue elegido gobernador de su provincia nuevamente, solo 50 días después de dejar la presidencia.
Durante la presidencia de Derqui, la Confederación y Buenos Aires acordaron el Convenio Complementario del 6 de junio de 1860 y se realizó la reforma constitucional de 1860. Se propusieron varias reformas, que fueron aceptadas. Entre ellas, se validaron tres nombres oficiales para el país: Provincias Unidas del Río de la Plata, República Argentina y Confederación Argentina. Se eliminó la disposición que declaraba a Buenos Aires como capital de la Nación, y se redujeron las atribuciones del Estado Nacional, aumentando la autonomía de las provincias.
Urquiza continuó su política de promoción de la educación y la colonización, pero se involucró continuamente en el gobierno de Derqui. Para liberarse de su influencia, Derqui se apoyó en Mitre, lo que solo debilitó su gobierno.
Una serie de conflictos con Buenos Aires, incluyendo problemas en San Juan y el rechazo de los diputados de Buenos Aires, llevaron a que Mitre no reconociera el Pacto de San José.
La Batalla de Pavón
Entonces, Derqui se preparó para una nueva guerra contra Buenos Aires. Reunió un importante ejército en Córdoba y lo unió a las fuerzas de Urquiza. Urquiza fue puesto al mando del ejército.
Pero Urquiza no quería pelear. Intentó por todos los medios llegar a un acuerdo con Mitre. Se sentía traicionado por el presidente y decidió que no iba a ganar para darle el triunfo a Derqui.
Mitre se negó a cualquier acuerdo e invadió Santa Fe. Los ejércitos se enfrentaron en la batalla de Pavón, el 17 de septiembre de 1861. Aunque el resultado de la batalla parecía favorecer a Urquiza, este se retiró, dejando la victoria en manos de Mitre.
Sin atender los pedidos del presidente ni de sus propios comandantes, Urquiza regresó a Entre Ríos. Mitre, que se había retirado derrotado, tardó varias semanas en darse cuenta de que había ganado por abandono. Invadió Santa Fe y envió ejércitos a ocupar Córdoba y Cuyo.
Debilitado política y económicamente, Derqui se exilió en Montevideo. Urquiza consideró que el gobierno nacional había terminado, y los demás gobernadores lo imitaron. El vicepresidente Juan Esteban Pedernera renunció en diciembre y declaró disuelto el gobierno.
Mitre asumió el mismo gobierno nacional que había criticado antes. Reemplazó a todos los gobiernos federales de las provincias (excepto Entre Ríos) y meses después fue elegido presidente de la Nación.
Después de Pavón
Urquiza mantuvo la autonomía de su provincia y conservó el cargo de gobernador. Hubo un acuerdo no oficial con Mitre: Mitre nunca amenazaría a Urquiza, y a cambio, Urquiza se mantendría neutral durante las rebeliones federales de esa década. En La Rioja, el general Ángel Vicente Peñaloza mantuvo una larga rebelión hasta que fue asesinado en 1863. Cuatro años más tarde, Felipe Varela y Juan Saá dirigieron otra rebelión, pero fue aplastada. Estas y otras revoluciones federales se hicieron en nombre de Urquiza, y sus líderes le pidieron ayuda, pero Urquiza no actuó.
Gobernó su provincia de manera muy personal, y su gobierno no fue tan progresista como los anteriores. Su provincia se benefició de la política de libre comercio de Mitre, aunque las pequeñas industrias tuvieron que cerrar. Pero la ganadería floreció más que nunca.
Urquiza fortaleció su control: nadie podía vender tierras ni ganado sin avisarle primero, ya que él tenía el derecho de prioridad. De esta manera, pudo aumentar su ya enorme fortuna.
En las elecciones de 1864, apoyó la candidatura de José María Domínguez contra el general López Jordán.
Cuando estalló la "Guerra Chiquita" en Uruguay en 1863, Urquiza también se mantuvo neutral. La mayoría de los federales de Entre Ríos querían ayudar al gobierno uruguayo, pero Urquiza mantuvo su alianza con el presidente Mitre, quien apoyaba abiertamente a Venancio Flores. Cuando la ciudad de Paysandú fue atacada y destruida, muchos federales lucharon a favor de los defensores. Urquiza recibió cientos de cartas pidiéndole que actuara, pero no lo hizo.
La Guerra del Paraguay
La caída del gobierno uruguayo provocó la Guerra del Paraguay. Mitre llamó a todas las provincias a movilizarse contra el gobierno de Francisco Solano López, y Urquiza repitió el llamado al pueblo de Entre Ríos. Los federales de Entre Ríos estaban indignados; escribían contra la guerra y a favor de Paraguay. López Jordán le escribió a Urquiza: "Usted nos llama para combatir al Paraguay. Nunca, general, ese pueblo es nuestro amigo. Llámenos para pelear a porteños y brasileños. Estamos prontos. Estos son nuestros enemigos."
Urquiza obtuvo un gran beneficio de la guerra: lo primero que hizo fue reunir la mayor parte de los caballos de la provincia y vendérselos a Brasil.
Poco después, ordenó movilizar a todas las fuerzas provinciales. Curiosamente, ordenó movilizar a personas de ciertos grupos de la población entre los 20 y los 30 años. Se presentaron 8.000 voluntarios, la mayoría convencidos de que se unirían a los paraguayos contra los brasileños. Pero al enterarse de que lado iban a pelear, simplemente regresaron a sus casas.
Poco después, logró reunir a su gente de nuevo, pero al llegar al campamento, desertaron en masa otra vez. Esta vez, Urquiza hizo ejecutar a varios, pero aun así no logró reunir un tercer grupo. Entonces envió a los 800 soldados de infantería de su provincia y los embarcó a la fuerza hacia el frente.
El prestigio de Urquiza estaba decayendo rápidamente. El gobierno cerró los periódicos opositores y arrestó a sus directores.
En 1868, se presentó a las elecciones presidenciales como candidato del partido federal, pero perdió contra Sarmiento. Sin embargo, logró ser elegido nuevamente gobernador de su provincia, y en mayo de ese año asumió el gobierno provincial.
En 1870, la Guerra del Paraguay terminaba. Para celebrarlo, Urquiza recibió en su Palacio San José, con grandes desfiles y brindis, al presidente Sarmiento, quien había sido un gran opositor de los federales. Esto fue visto como una señal del acuerdo de Urquiza con los unitarios, y los federales lo tomaron como un insulto.
El asesinato de Urquiza

La oposición decidió no esperar más el apoyo de Urquiza y se lanzó a derrocarlo.
El general López Jordán organizó rápidamente la revolución. El primer objetivo era capturar al gobernador para forzarlo a renunciar o expulsarlo del país. Envió en su búsqueda al coronel Simón Luengo.
En el atardecer del 11 de abril de 1870, un grupo de hombres armados irrumpió en el Palacio San José. Venían a apresar al gobernador. Un grupo de cinco hombres, bajo el mando del coronel Simón Luengo, se dirigió a las habitaciones privadas de Urquiza. El general, sorprendido, gritó y tomó un arma. Los asaltantes se acercaron. Urquiza hizo un disparo que hirió a uno de ellos. Luego, otro le disparó cerca de la boca, causándole una herida mortal. El general cayó, y otros le dieron varias puñaladas. Su esposa, Dolores Costa, y su hija, Lola, tomaron su cuerpo y lo llevaron a una habitación.
Ese mismo día, sus hijos Justo Carmelo y Waldino también fueron asesinados en Concordia. Ellos eran amigos cercanos de López Jordán, lo que sugiere que los asesinos no actuaron por orden directa de López Jordán. Después del asesinato de Urquiza, Sarmiento, al enterarse de que había sido asesinado por razones políticas, atribuyó el crimen a López Jordán, una versión que la historia oficial repitió.
Sin embargo, Juan Bautista Alberdi, en su obra “Escritos Póstumos”, sugiere que Sarmiento pudo haber ordenado la muerte de Urquiza.
El fin del federalismo en Entre Ríos
Tres días después, López Jordán fue elegido gobernador por la Legislatura. En su discurso de asunción, apoyó la revolución.
La mayoría de los federales apoyaron la revolución. Más tarde, López Jordán fue acusado de querer liderar una rebelión contra el gobierno nacional. Un año después, la provincia fue sometida por la fuerza. Los federales perdieron su influencia, y la provincia fue ocupada militarmente, perdiendo la importancia que había tenido.
El asesinato de Urquiza tuvo apoyo popular entre los habitantes de Entre Ríos. Esto se debió a las acciones de Urquiza: su retirada en la batalla de Pavón, su neutralidad durante el bombardeo de Paysandú, su participación en la guerra contra Paraguay, sus maniobras para evitar la elección de López Jordán y la entrega de la recaudación de impuestos a un particular.
Homenajes a Justo José de Urquiza
En vida, Urquiza recibió condecoraciones de Brasil, como la Orden Imperial de Cristo (en 1851) y la Gran Cruz de la Orden Imperial de la Cruz del Sur (en 1856).
Sus restos descansan en la Basílica de la Inmaculada Concepción, en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, República Argentina. Varios pueblos de la zona llevan nombres relacionados con su vida, como: 1.º de Mayo (por el Pronunciamiento de 1851), Pronunciamiento, Caseros (por la Batalla), San Justo y San Cipriano.
Varias localidades de Argentina llevan el nombre de su primer presidente constitucional: Villa Urquiza, en Entre Ríos; General Urquiza, en Misiones; Juan Anchorena, Estación Urquiza, en Buenos Aires; y el barrio de Villa Urquiza, en la Ciudad de Buenos Aires. También el Ferrocarril General Urquiza, varias estaciones de ferrocarril y el Aeropuerto General Justo José de Urquiza, en Paraná, llevan su nombre.
Muchas ciudades del país tienen calles y plazas con su nombre. En varias de ellas hay monumentos y bustos del general. El parque Urquiza en Rosario y el parque Urquiza en Paraná son algunos ejemplos. Además, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, existe una escuela secundaria con su nombre: "Justo José de Urquiza".
Galería de imágenes
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Paso del Paraná por el ejército de Urquiza.
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Nomenclatura de calle en La Plata.
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Pañuelo de Dolores Costa, esposa de Urquiza, donde se puede observar la sangre del caudillo.
Véase también
- Confederación Argentina
- Historia de Entre Ríos
- Surgimiento del Estado argentino