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Historia del Buen Retiro para niños

Enciclopedia para niños

El Real Sitio del Buen Retiro fue un gran complejo real en la ciudad de Madrid. Incluía un palacio, un monasterio de monjes jerónimos, un teatro y unos enormes jardines. Era uno de los lugares favoritos de los reyes de España y su corte para el descanso y la diversión.

Los parques del "Buen Retiro" comenzaron a desarrollarse en la segunda mitad del siglo XV. A finales del siglo XIX, pasaron a ser propiedad del Ayuntamiento de Madrid. Se integraron en el plan de crecimiento de la ciudad. Los jardines del Buen Retiro se convirtieron en el origen de uno de los parques públicos más grandes de Madrid.

¿Cómo surgió el Real Sitio del Buen Retiro?

El origen de este lugar real se debe a la Orden de San Jerónimo. Ellos construyeron un monasterio fuera de las murallas de la ciudad. Con el tiempo, este monasterio se convirtió en un lugar donde los reyes de España se quedaban, especialmente en épocas de descanso o reflexión.

Más tarde, en el siglo XVII, el Conde Duque de Olivares propuso construir un gran complejo residencial para los reyes. Este complejo se llamó el Palacio del Buen Retiro. El lugar, rodeado de jardines y otras construcciones, fue diseñado para que el rey y la corte pudieran relajarse y divertirse.

El Monasterio de los Jerónimos: Un inicio real

A finales del siglo XV, el rey Enrique IV de Castilla solía visitar mucho Madrid. En 1460, mientras cazaba cerca de los Campos del Pardo, recibió a unos visitantes importantes. Para celebrar, organizó un torneo. Como agradecimiento, el rey ofreció a la Orden Jerónima fundar un monasterio. Este se ubicó en la zona que hoy se conoce como Ermita de San Antonio de la Florida.

El Monasterio de los Jerónimos se llamó al principio Santa María del Paso. Fue inaugurado el 6 de mayo de 1465. Enrique IV hizo muchos regalos a la orden. Después de la muerte del rey, los monjes enfermaron por las condiciones del terreno. Por eso, pidieron a los Reyes Católicos que les permitieran trasladarse.

Los monjes eligieron una zona al este de la ciudad, cerca del actual Museo del Prado. Este lugar era más saludable, con arroyos, manantiales, huertas y vientos frescos de la sierra. Usaron materiales del antiguo monasterio. Fernando el Católico celebró reuniones importantes en el nuevo Monasterio entre 1510 y 1512. Se construyeron habitaciones para que los reyes descansaran después de las ceremonias religiosas.

Felipe II de España encargó a Juan Bautista de Toledo la remodelación del "Cuarto Viejo de San Jerónimo". Añadió varias estancias y financió mejoras en el monasterio. Las primeras imágenes detalladas del monasterio aparecen en mapas de 1635. Estos mapas muestran el Prado de Recoletos y una calle directa desde la Puerta del Sol hasta el monasterio.

En la corte de Felipe III de España llegó Gaspar de Guzmán y Pimentel, el Conde Duque de Olivares. Se convirtió en una persona muy poderosa en España. Los nobles querían terrenos cerca del Monasterio para estar cerca del rey. El Conde-Duque tenía un aviario con aves exóticas. Este aviario fue regalado a Felipe IV de España y la gente lo llamaba el «gallinero».

El Palacio del Buen Retiro: Un lugar de ocio real

Archivo:Palacio Buen Retiro
El Palacio del Buen Retiro en 1636–1637; dibujo del siglo XVII.
Archivo:Casón del Buen Retiro (Madrid) 05
El Casón del Buen Retiro.

Muchos nobles vivían cerca del Monasterio de los Jerónimos. Por eso, se decidió construir un nuevo Palacio en esa zona. Las obras de ampliación del "Cuarto Viejo o Real" fueron impulsadas por el Conde Duque de Olivares. En 1630, Juan Bautista Crescenzi supervisó el proyecto. Sin embargo, las obras fueron pequeñas.

El Conde-Duque fue nombrado encargado del Cuarto Real ese mismo año. Las obras se hicieron deprisa y sin un plan arquitectónico claro. Se cree que el Palacio no fue pensado como residencia principal, sino como un lugar para estancias cortas. Se usaron muchos obreros con poca experiencia y materiales de baja calidad, como ladrillos de San Isidro. Esto hizo que el Palacio no tuviera un estilo uniforme.

Felipe IV de España le dio al nuevo palacio el nombre de «Real Sitio del Buen Retiro» el 1 de diciembre de 1633. Para esa fecha, la parte principal del edificio ya estaba terminada. El Conde-Duque celebró varios banquetes. A los madrileños de la época no les gustó mucho la nueva construcción. La popularidad del Conde-Duque disminuyó por ello.

El Real Sitio ocupaba unas 110 hectáreas. Se podía entrar por seis puertas. En algunos de los grandes patios interiores se hacían corridas de toros. Dentro del Palacio, destacaba el Casón. Este edificio fue diseñado por Alonso Carbonell en 1637 para ser un salón de baile de la Corte. Algunas partes del Palacio se convirtieron en teatro.

El lugar se llenó de zonas de ocio, como la Casa de Fieras (un zoológico), el Juego de la Pelota, la Casa de Burlas y el "Gallinero". En 1599, se construyó la antigua Puerta de Alcalá para celebrar la llegada de Margarita de Austria-Estiria.

Los Reales Parques: Un espacio de naturaleza y diversión

Archivo:Buen Retiro - Puerta de Felipe IV 02
La Puerta de Felipe IV es una de las más antiguas del Retiro (1690).

Los parques alrededor del Palacio eran tres veces más grandes que el edificio. Tenían varias zonas. Al norte, había un estanque llamado de las Campanillas. Al sur, estaban los olivares y huertas del santuario de Atocha. Al este, se encontraba el Estanque Grande, el Campo Grande y el Cazadero de liebres.

El Estanque Grande ya existía desde la época de Felipe II. En 1638, se construyó un "Río Grande" que permitía navegar en barcas de recreo desde el Estanque Grande. Era común hacer naumaquias, que eran batallas navales simuladas, en este estanque.

Por el parque había estanques más pequeños con fuentes de mármol y estatuas. También había varias ermitas, como las de San Pablo, San Antonio de los Portugueses, Santa María Magdalena, San Juan, San Isidro, San Bruno y San Blas.

Para cuidar los jardines, el Duque de Pastrana contrató a los mejores jardineros y fontaneros de Italia. En 1626, llegaron Cosme Lotti y Pietro Gandolfi para encargarse de los jardines. Las mejoras incluyeron la llegada de nuevas especies de plantas de toda España e Italia. Esto hizo que los jardines tuvieran más árboles frutales y pequeños bosques.

En los jardines se hacían juegos acuáticos con góndolas y falúas. En 1639, un ciclón dañó algunas instalaciones. El 23 de enero de 1643, el Conde-Duque recibió la orden de Felipe IV de retirarse. El Conde-Duque no era popular, y el Retiro tampoco. Las fiestas que se hacían allí no eran del agrado del pueblo.

La afición de Felipe IV por el teatro hizo que se instalara un teatro. Allí se estrenaron muchas obras de los mejores escritores del Siglo de Oro español. También actuó María Calderón, conocida como La Calderona. El rey tuvo un hijo con ella, llamado Juan José de Austria.

La llegada de Carlos II de España trajo pocos cambios al Retiro. Para recibir a su segunda esposa, Mariana de Neoburgo, se construyó una puerta monumental, la Puerta de Felipe IV. Esta puerta se conserva hoy, aunque en un lugar diferente.

El Retiro bajo los Borbones

Archivo:Salón de Reinos (Madrid) 01
Escudo de Felipe V de España en la fachada del Salón de Reinos del Retiro.
Archivo:Madrid Vue Perspective du Palais Royal et des Jardins du Buen Retiro
Perspectiva del Retiro y del Palacio desde el Jardín de la Reina.

Cuando Felipe de Anjou fue proclamado rey de España como Felipe V, llegó a Madrid el 18 de febrero de 1701. Visitó el Buen Retiro y recibió las llaves. Los jardines estaban descuidados. Sin embargo, se celebraron allí los festejos de su coronación el 8 de marzo. Los planes de mejora se retrasaron por la Guerra de Sucesión Española.

Al retomar el reinado, Felipe V encargó la restauración a Teodoro de Ardemans. Se repararon los jardines, se abrieron espacios para el juego del mallo (un juego de pelota), se arreglaron muros y el pavimento de la Plaza Grande. Las dependencias del Palacio fueron encargadas al arquitecto francés René Carlier. Una de las reformas más importantes fue la transformación del Jardín Ochavado en un Parterre al estilo francés, similar a los jardines de Versalles.

En 1714, la reina María Luisa de Saboya falleció en el Palacio. Esto causó una gran tristeza a Felipe V. El rey decidió casarse de nuevo con Isabel de Farnesio. A esta nueva reina no le gustaba el Buen Retiro. Por eso, influyó para que se detuvieran las obras y se dedicaran los esfuerzos a La Granja de San Ildefonso.

Un incendio en el Real Alcázar de Madrid en la Navidad de 1734 hizo que la familia real se mudara al Palacio del Retiro. Este incidente hizo que se retomara la idea de renovar los jardines y el Palacio. Las renovaciones estuvieron a cargo del arquitecto Santiago Bonavía.

Durante las obras, Felipe V falleció el 9 de julio de 1746. En uno de los jardines del Buen Retiro, se proclamó rey a su sucesor, Fernando VI de España. El nuevo rey apoyó las reformas de Santiago Bonavia. Sin embargo, el arquitecto tuvo que retirarse por acusaciones de uso indebido de dinero.

Aun así, los trabajos continuaron. Se reformó el Real Coliseo del Buen Retiro, que llegó a dirigir Farinelli. También se restauraron los jardines. En el Gran Estanque volvieron a circular barcas y se hacían serenatas en las noches de verano. Pocos años después, la reina Bárbara de Braganza murió. El rey, que se había retirado a Villaviciosa de Odón, falleció el 10 de agosto de 1759.

Carlos III y la apertura al público

Como Fernando VI no tuvo hijos, el trono pasó a su hermanastro Carlos, que vivía en Nápoles. La llegada del Rey a Madrid fue muy celebrada. La mentalidad ilustrada de Carlos III hizo que en algunos jardines se cultivaran plantas y otras partes se abrieran al ganado.

Archivo:Centro de flores (Porcelana Buen Retiro, MAN 1982-85-5) 02
Centro floral de porcelana elaborado en la Real Fábrica de Porcelanas del Retiro.

Al poco de empezar su reinado, decidió crear una fábrica de porcelanas en el Retiro. Encargó a su hombre de confianza, el Marqués de Esquilache, que trajera expertos de Italia con sus familias y herramientas. El 13 de noviembre de 1759, llegaron más de doscientos expertos a Madrid. Se eligió como lugar para la fábrica la ermita de San Antonio de los Portugueses. Se secaron algunos estanques y se construyó el edificio. Pronto, la fábrica comenzó a producir porcelanas. Era conocida como La China. La fábrica no buscaba ganancias, sino proveer a la Casa Real.

En 1767, los jardines se abrieron al público, aunque con algunas reglas. Por orden del Rey, se restauró la ermita de San Juan para alojar a la guardia Suiza y española. Carlos III vivió cuatro años en el Palacio del Retiro. Durante ese tiempo, lo mantuvo y reparó, pero no hizo ampliaciones. El 1 de diciembre de 1764, se mudó al nuevo Palacio Real de Madrid, dejando el Buen Retiro como residencia.

En 1767, aconsejado por su ministro, el Conde de Aranda, se inició la reforma del Paseo del Prado. Esta tarea se encargó a varios arquitectos como Ventura Rodríguez, Sabatini y Juan de Villanueva. Esta reforma fue muy importante para el urbanismo de Madrid en el siglo XVIII.

Dentro de este gran plan, se renovó la antigua Puerta de Alcalá. El diseño fue encargado a Francisco Sabatini en 1768 y se terminó en 1778. El ingeniero militar José de Hermosilla presentó al Rey la reforma completa del Paseo del Prado, desde Atocha hasta la Plaza de Cibeles. Se diseñó un triple paseo con árboles y fuentes mitológicas: la Fuente de la Alcachofa, la Fuente de Apolo, la Fuente de Cibeles y la Fuente de Neptuno.

La reforma del Paseo del Prado llevó a la creación de un Jardín Botánico en parte del espacio del Buen Retiro, terminado en 1781. En 1875, comenzó la construcción del Gabinete de Historia Natural y Academia de Ciencias Exactas, que hoy es el Museo del Prado.

Los siglos XIX y XX: Cambios y recuperación

Archivo:Madrid (1854)- Vista aérea
Vista aérea de Madrid mostrando el "Real Pósito de Madrid", el Palacio del Retiro y la Puerta de Alcalá en 1854.

El siglo XIX fue muy difícil para el Real Sitio. Durante la Guerra de la Independencia española, las tropas francesas de Napoleón Bonaparte saquearon el monasterio de los Jerónimos. Ocuparon el Palacio como cuartel y almacén, y dañaron mucho el edificio del Museo del Prado. Además, la Real Fábrica de porcelana fue destruida y los jardines arrasados.

Durante el reinado de Fernando VII, se hicieron reparaciones. Pero el estado general del Palacio Real era tan malo que se decidió derribarlo. Solo se salvaron el Casón, que era un salón de bailes con un techo pintado por Luca Giordano, y el ala norte de la construcción principal, el Salón de Reinos.

El monasterio de los Jerónimos también quedó muy dañado. Sufrió un golpe definitivo con la Desamortización de Mendizábal de 1836. Casi todas las dependencias del convento desaparecieron. Solo quedaron, aunque en mal estado, la iglesia y el claustro barroco. El templo se convirtió en parroquia y fue reconstruido casi por completo durante el reinado de Isabel II de España.

El 12 de mayo de 1886, un ciclón con fuertes vientos, granizo y truenos azotó Madrid. Los daños se concentraron en los jardines y el Casón del Buen Retiro. Quedaron destrozados y tuvieron que ser restaurados a fondo.

El 14 de junio de 1924, se abrió al público la estación de Retiro del Metro de Madrid.

Desde 1969, en el Paseo de coches del Retiro se celebra a principios de junio la Feria del Libro de Madrid.

Véase también

Galería de imágenes

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