Historia de Sacavém para niños
La Historia de Sacavém es la historia de una localidad que, por su situación estratégica —situada en la encrucijada de los caminos que, viniendo del norte y del este, se dirigían a Lisboa— estuvo presente en casi todas las fechas claves de la Historia portuguesa. Sacavém es una freguesia perteneciente al municipio de Loures, muy cerca del concejo de Lisboa, atravesada por el Río Trancão y limitando al sur con el Mar de la Paja.
Es una población antiquísima, existiendo en tiempos de los romanos un puente que subsistió, por lo menos, hasta el siglo XVI (según el relato de Francisco de Holanda). De la época de la ocupación mora quedó, aparentemente el topónimo de origen árabe (شقبان, Šaqabān); inmediatamente después del cerco y posterior conquista de Lisboa por los cristianos en 1147 parece que tuvo lugar en esta localidad un combate (la Batalla del Río Sacavém), aunque hoy es considerado legendario.
Durante la Edad Media, Sacavém constituyó un señorío de realengo, del cual serían beneficiarios el almirante Manuel Pessanha, la reina Dª. Leonor Teles, y más tarde el Condestable Nuno Álvares Pereira. Tras la muerte de este, esta posesión pasó a la Casa de Braganza, bajo cuyo dominio se mantendría hasta la Revolución del 5 de octubre de 1910 y la proclamación de la República Portuguesa.
Severamente damnificada durante el Terremoto de 1755, Sacavém entró en un lento declive que se prolongó durante cerca de un siglo, hasta 1850, cuando se inició su industrialización – donde destaca la fundación de la famosa fábrica de lozas de Sacavém, que expandió el nombre de la ciudad por todo el país y por zonas del extranjero – así como se construyó la línea de ferrocarril. Esta situación contribuyó a un aumento poblacional hasta mediados de la década de los 70 del siglo XX, favoreciendo además el desarrollo de varias asociaciones y clubes deportivos.
A finales de la década de los 80, la freguesia gana su configuración geográfica actual, con la separación de Portela de Sacavém y de Prior Velho. El 4 de junio de 1997, Sacavém ve finalmente reconocido todo su valor potencial, siendo elevada a la categoría de ciudad. Meses más tarde se inauguró el Puente Vasco da Gama que une la localidad con la de Montijo, convirtiéndose en una obra de referencia en el paisaje urbano de la población.
Prehistoria, dominio romano y germánico
Neolítico / Edad del Cobre
La presencia humana en la región de Sacavém ha sido probada desde hace varios siglos. Sobre esto escribió Pinho Leal en su monumental obra Portugal Antigo e Moderno (Portugal Antiguo y Moderno):
«Sacavém es indudablemente una población antiquísima, y ya existía en tiempos de los Romanos.»
En efecto, parece haber sido ocupada ya en la prehistoria (durante el periodo del Neolítico y, con mayor probabilidad, durante la Edad del Cobre, de la cual parecen datar tres hachas de piedra pulida); hay noticias de la existencia de una gruta bajo el Largo do Terreirinho, junto a al Santuario de Nuestra Señora de la Salud, la cual, al ser excavada durante la década de los 80 del siglo XX reveló la existencia de vestigios prehistóricos.
Ocupación romana
A finales del siglo III a. C., llegan a la península ibérica los romanos. OLISSIPO (antiguo nombre de Lisboa), se alía a las legiones romanas, siendo rápidamente absorbida por el Imperio, y recompensada con la atribución del estatuto de MVNICIPIVM (esto es, de ciudadanía plena, estando por ese motivo exenta del pago de impuestos a los que sí estaban sometidos otros territorios conquistados con la fuerza de las armas) y el nombre de FELICITAS IVLIA (en honor a Julio César).
Administrativamente, el municipio olissiponense se integraba en el CONVENTVS SCALLABITANVS, y este, por su parte, formaba parte de la provincia de HISPANIA VLTERIOR y, a partir del 27 a. C. (por la división decretada por Augusto), de la LVSITANIA, con capital en AVGVSTA EMERITA (correspondiente a la actual Mérida, en Extremadura España).
Este MVNICIPIVM abarcaba un extenso territorio rural, cubriendo una distancia aproximada de cincuenta kilómetros alrededor del área urbana (lo que estaba destinado a su autosuficiencia), por lo que lógicamente el lugar donde se alza la actual Sacavém se hallaba integrado en él.
Sobre Sacavém en concreto, solo se puede afirmar con rotundidad que en el siglo I pasaba un trozo común de dos calzadas romanas:
- La VIA XV, que unía OLISSIPO con la capital provincial de AVGVSTA EMERITA, pasando por la ciudad de SCALLABICASTRVM, la moderna Santarém, en la época capital del CONVENTVS SCALLABITANVS;
- La VIA XVI, que unía OLISSIPO con BRACARA AVGVSTA, capital del CONVENTVS BRACARENSIS, en la provincia de GALLÆCIA, correspondiente a la actual Braga.
Aún hoy en día subsisten vestigios de esta red viaria bajo el pavimento de las calles António Ricardo Rodrigues y José Luís de Morais (que más tarde constituirían el hecho fundamental a partir del cual se llevó a cabo la urbanización de la población, uniendo Sacavém de Cima (Sacavém de arriba) y Sacavém de Baixo (Sacavém de abajo)).
Ya en esta época se puede apreciar la importancia de Sacavém y de su río; en efecto, los romanos habrían construido un puente sobre el Río Trancão, el cual existiría aún en el siglo XVII, según diversos relatos — especialmente los de Francisco de Holanda (que a él alude en su obra Da Fábrica que Falece à Cidade de Lisboa, de 1571, en la cual apunta la necesidad del rey — en la época D. Sebastián — de proceder a la reconstrucción del puente, haciendo de él un esbozo en el que aparece representado por quince arcos, por lo que los historiadores suponen que el caudal del río era mayor en la antigüedad) y de Miguel Leitão de Andrada (en el «2.º Diálogo» de su Miscelânea, datada en 1629). Este puente (que actualmente constituye el elemento central del escudo de la localidad) era la continuación natural de la vía seguida por las calzadas anteriormente citadas, uniendo Sacavém con la margen norte de su río.
Si se admitiese que el célebre Itinerario de Antonino se basaba en trayectos llevados a cabo por Antonino Pío, y atendiendo al hecho de ser mencionadas en la obra las vías anteriormente citadas, es natural que dicho emperador hubiese pasado por la población y por su puente sobre el Trancão…
Hay noticias de que en Sacavém existía una inscripción en piedra (cuyo paradero es actualmente desconocido) que rezaba lo siguiente:
SILVIVS
MAG • I • TER
F • DAR • MAG
P • E • LIIII • P • V
No se ha conseguido llevar a cabo una traducción plausible de esta supuesta inscripción que se encontraba previsiblemente en un monumento.
Alanos y visigodos
A los romanos les sucede la ocupación de los pueblos bárbaros, durante sus migraciones hacia occidente: primero se asentaron los alanos (ocupando todo el sudoeste peninsular durante cinco años, no dejando por este motivo ningún vestigio de su presencia en la zona), y después los visigodos (que habrían edificado en la actual Sacavém una capilla dedicada a Nuestra Señora de los Placeres, sobre cuyas ruinas se encuentra edificada la actual Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria).
Dominio musulmán
Conquista y cohabitación
A partir de 711, se dio inicio a una nueva época en la historia de la península ibérica, el dominio musulmán. Lisboa (al-Ušbuna) fue tomada en 716 por fuerzas bereberes bajo las órdenes de Abd al-Aziz ibn Musa ibn Nusayr (que en la fecha ejercía el cargo de gobernador de Ândalus en nombre del Califa de Damasco, siendo hijo del gobernador de la provincia de Ifriquia, Musa ibn Nusayr), cayendo durante el mismo año las poblaciones que integraban el término de Lisboa (entre las cuales se encuentra Sacavém), así como otras localizades cercanas como aš-Šantara (Sintra).
Tal como ocurrió en las demás regiones del Ġarb al-Ândalus (el «Occidente de Ándalus», región que se corresponde, grosso modo, a la antigua Lusitania romana y que incluía, por tanto, la mayor parte del moderno Portugal), un número significativo de hispanorromanos y visigodos de la región de al-Ušbuna, aunque se hubieran arabizado (pasando a ser bilingües de árabe — la nueva lengua de la administración — y de latín vulgar medieval que mantenían como lengua de culto), no se islamizaron (o lo hicieron tardíamente), mantuvieron su fe cristiana; entre ellos, estarían algunos habitantes de la zona de Sacavém que, de acuerdo con la tradición, pudieron mantener su culto en la Iglesia de Nuestra Señora de los Placeres, a cambio del pago de la yizia, pasando así a convertirse en mozárabes, es decir, cristianos viviendo bajo el dominio moro y siendo su máxima autoridad el obispo mozárabe de Lisboa — algo que era posible debido a la tolerancia religiosa que se predicaba en el Islam Clásico para las denominadas «Gentes del Libro» (Ahl al-Kitab), es decir, judíos y cristianos.
Se cree que la torre medieval de Sacavém de Cima que se encuentra en el Largo do Terreirinho, frente a la Capilla de Nuestra Señora de la Salud, en el centro histórico de la población, tiene origen musulmán y sería ahí donde, de acuerdo con la tradición, los cristianos pagaban la yizia a las autoridades moras. Pese a haberse llevado a cabo labores de restauración durante la Edad Media, actualmente se encuentra en estado de semiruina.
Sacavém en al-Ándalus
De acuerdo con el relato de una fuente musulmana (el geógrafo sirio Abu Abdallah Yaqut ibn-Abdallah al-Rumi al-Hamawi), Sacavém era «una de las poblaciones de Lisboa, a oriente de ella», siendo la localidad clasificada como qarya (palabra que se puede traducir, precisamente, como alquería, pequeño poblado, villa.
A semejanza de otras varias pequeñas poblaciones alrededor de Lisboa, Sacavém fue integrada administrativamente en la Kura de al-Ušbuna (siendo la kura una unidad administrativa territorial musulmana, que coincide básicamente con la misma delimitación geográfica de los antiguos CONVENTI romanos, abarcando varias localidades aunque con diferencias en las competencias atribuidas), al frente de la cual se encontraba un qadí, gobernador con funciones militares designado, primero por el wali de Córdoba, la capital de al-Ándalus, como representante del califa de Damasco y, más tarde por los emires (756–929) y luego califas (929–1031) Omeyas que gobernaron al-Ándalus desde aquella ciudad.
A lo largo del dominio emiral y califal, varias sediciones contra los Omeyas tuvieron lugar en Ġarb al-Ândalus (donde se incluía, como se explicó previamente, Sacavém), destacando la revuelta promovida por los banu Marwan de Mérida/Badajoz o la de Umar ibn Hafsun, de Bobastro, sofocadas a finales de la década de los 20 del siglo X (de hecho, durante la segunda mitad del siglo IX y hasta enero de 929, fecha en que 'Abd al-Raḥman III se proclama Amir al-Mu'minin (Príncipe de los Creyentes), es decir, Califa — precisamente tras vencer a los banu Marwan —, pasando a un periodo de mayor flaqueza del poder central, el Gharb solamente formaba parte del emirato Omeya de forma nominal, habiéndose convertido en una especie de principado autónomo con sede en Batalyaws, es decir, Badajoz).
Tiempo después, durante las últimas agitaciones que llevaron a la caída del califato en 1031, y subsecuentemente a la formación de los reinos taifas, Sacavém terminó por ser integrada en el reino de Badajoz (excepto por un pequeño lapso temporal en la década de 1020 en el que existió un taifa con sede en Lisboa bajo las órdenes de 'Abd al-Aziz ibn Sabur y 'Abd al-Malik ibn Sabur, hijos de Sabur al-Jatib, un antiguo siervo de origen eslavo, que servía al califa al-Hakam II y que lanzó el grito de revuelta del Ġarb al-Andalus contra el califato en 1009, gobernando el taifa de Badajoz hasta ser depuesto por los banu'l-Aftas), después de lo cual regresó la soberanía al rey aftasí de Badajoz.
En 1093, a cambio de auxilio contra los invasores almorávides venidos del Magreb, el emir de Badajoz cede al Imperator totius Hispaniae, Alfonso VI de León y Castilla, la posesión de los castillos de al-Ušbuna y aš-Šantaryin (Santarém), pasando Santarém a manos cristianas. El dominio leonés duró poco tiempo: en 1095, ante el inexorable avance de las tropas almorávides lideradas por Yusuf ibn Tašfin, el conde Raimundo de Galicia fue derrotado y la frontera pasó del Tajo al río Mondego, retornando Sacavém a manos musulmanas.
Al final, el dominio de los rigoristas almorávides, aunque fuerte durante los primeros años, estaba ya en profunda decadencia poco tiempo antes de la conquista definitiva de Lisboa en octubre de 1147 por Alfonso I de Portugal; a partir de 1144, todo el Garb, liderado por Ibn Qasi, se levanta contra el dominio almorávide, dando inicio el periodo llamado período de los segundos taifas. El valle del Tajo se unió para formar la taifa de Santarém — efímera, puesto que su fin llegó tres años más tarde, con la reconquista cristiana de las dos principales poblaciones de frontera del Tajo por los portugueses.
Al-Šaqabāni, o el Sacavenense
De acuerdo con el ya citado Yaqut al-Hamawi, se relaciona con Sacavém el poeta y místico Taytal ibn Isma'īl, llamado al-Šaqabāni (literalmente, e Sacavenense), del cual se conservan algunos fragmentos de poemas.
Al-Šaqabāni, que había estudiado en Córdoba, capital del Califato homónimo, se convirtió en un místico ligado al Sufismo (una corriente contemplativa dentro del Islam que parece que tuvo gran difusión entre los habitantes de Ġarb al-Ándalus — cítese el ejemplo de Ibn Marwan, el fortificador de Marvão), instituyendo un ribat en Šaqabān, destinado a la Yihad (concepto que no se relaciona con la lucha exterior, teniendo en cuenta la propagación de la fe islámica, sino con la lucha a nivel personal, del propio creyente con el fin de lograr su total autocontrol), marchándose luego a un lugar yermo en las proximidades donde fundó una az-zāwiya (que en portugués pasó a denominarse azóia y posiblemente sea este el origen del topónimo de la vecina Santa Iría de Azóia, entonces conocida como az-zāwiya at-Taytal, es decir, Azóia de Taytal), donde se entregaría a la reflexión mística.
Contribuciones técnicas y toponímicas
Además de ciertas técnicas para mejorar los cultivos de la zona (como el uso de la noria), y de la introducción de ciertas culturas agrícolas (como los cítricos) por todo el territorio peninsular, el principal vestigio musulmán en Sacavém es precisamente su topónimo (aunque otra teoría proponga que es de origen francés — teoría obviamente más tardía, eventualmente de la época de la Reconquista— para el nombre de la freguesia).
Šaqabān, Sacabis
Durante mucho tiempo, los filólogos estimaban que el término derivaba del árabe šaqabi (que significa «próximo» o «vecino» — entiéndase de la ciudad de Lisboa, que ya entonces asumía considerable importancia), latinizado en la tercera declinación en sacabis, -is (lo que formaría en el acusativo sacabem, y de ahí provendría el nombre moderno «Sacavém»); Pese a todo, nunca consiguieron citar una fuente árabe que corroborase tal teoría.
Más recientemente, se descubrió, también en la obra de Yaqut (el Kitab Mu'jam al-Buldan o Libro de los Países, c. 1228, una descripción geográfica del mundo entonces conocido), una referencia más precisa al término usado por los árabes para designar a la población — Šaqabān (en árabe, شقبان), el cual se asemeja mucho, sin duda, con la pronunciación moderna.
Çaca dé Uen
También sobre el origen del topónimo Sacavén, el insigne lingüista portugués José Pedro Machado escribió, en su Diccionario Onomástico-Etimológico de la Lengua Portuguesa, que había estado pensando sobre el nombre de esta población, diciendo que un juglar gallego, Pedro Amigo de Sevilla (activo en la corte de Alfonso X de León y Castilla, es decir, en la segunda mitad del siglo XIII), compuso una Cantiga de escarnio (CBN n.º 1687; CV n.º 1199) en la cual satiriza a un compañero trovador (Pedro García de Ambroa), desdeñando su piadosa intención de querer ir a los Lugares Santos de Jerusalén en peregrinación, pero quedándose no obstante por Sacavém… La cantiga galaicoportuguesa reza lo siguiente:
Marinha Meiouchi, Pero d’Ambroa
diz el que tu o fuisti i pregoar
qué nunca foy na terra d'Ultra-mar;
mays non fezisti como molher boa,
ca, Marinha Meiouchi, sy hé sy,
Pero d'Anbroã sey eu ca foy lh'y,
mays queseste lh'y tu mal assacar.
Marinha Meiouchi, sen nulha falha
Pero d'Ambroã en 'Çaca dé Uen'
filhou a cruz pera Iherusalen
e, depois d'aquesto, sé Deus mi ualha,
Marinha Meiochi, com'é, romeu
que uen canssado é tal o ui end eu
tornar, é dizes que non tornou en.
Maria Meiouchi, muytas uegadas
Pero d'Anbroã ach end eu mal,
mays sé té colhé d el logar atal
com andas tu assy pelas pousadas,
Marinha Meiouchi, a mui gram sazon,
Pero d'Anbroã, se th achar enton,
gram med ey que ti querra fazer mal.
Según Machado, la locución Çaca dé Uen (Léase Saca dé Ven) sería una derivación de Sacavém, proponiendo el estudioso el origen francés del término, hipótesis generalmente preferida frente a la teoría arábiga. De hecho, durante la Edad Media existía en Anjou (Francia) la cofradía vinícola du Sacavin, término derivado precisamente de saca (significando odre para depositar vino, aceite, o líquidos en general), y vin (fr. para «vino»), término que en ciertos dialectos franceses (como el angevino) se pronuncia ven (/vẽ/), por lo que, de aceptar esa tesis, Sacavém significaría «odre de vino» — hipótesis que a pesar de todo, no es del todo descabellada pues la localidad se convertiría en un importante lugar vitivinícola (como el resto de la región circuncidante) a lo largo de la Edad Media.
Reconquista
De acuerdo con la tradición, Sacavém fue arrebatada a los moros por Alfonso I de Portugal en 1147, tras la casi legendaria Batalla de Sacavém (cuyos primeros relatos datan tan solo del siglo XVI, y que, aunque corregidos en el siglo XVII, han sido considerados como un mito desde Alexandre Herculano.).
Edad Media
siglo XII
Tras la conquista, Sacavém pasó a ser un realengo de la corona portuguesa, experimentando un importante incremento de la agricultura; las principales plantaciones de la población, como en el resto de la Estremadura eran mediterráneas, destacando la viña, los olivos y el trigo. Por otro lado se debe destacar la explotación de las salinas, abundantes en el territorio hasta el siglo XVIII, así como el transporte fluvial de varios productos agrícolas oriundos del interior del territorio de Lisboa hacia la futura capital del reino, que irían a caraterizar a la población de los siglos venideros. En ese contexto comenzará a ganar forma un puerto fluvial en la confluencia del Tajo con el Trancão, el cual tuvo una relativa importancia hasta el siglo XVIII como puerto interior. La historia de Sacavém giraría en torno a su río, su puente romano y su puerto durante muchos siglos.
La primera referencia histórica escrita en la que se hace referencia a la localidad es un documento eclesiástico fechado el 1 de mayo de 1191 (esto es, cuarenta y cuatro años después de la conquista de Lisboa); ahí se alude a la división de los bienes hecha por el rey Sancho I para resolver las frecuentes contiendas entre el Obispo de Lisboa, Soeiro Anes, y su cabildo. A través de este documento, el obispo cedía las prebendas de la iglesia de São Pedro de Alfama al cabildo, y reservaba para sí las de las iglesias de Sacavém, Frielas, Unhos y Vila Verde dos Francos.
Se conoce que la Iglesia Matriz de Santa Maria de Sacavém era una de las colegiadas eclesiásticas del Término de Lisboa (a la par de Nossa Senhora do Carvalho de Bucelas, São Julião de Frielas, São João Baptista do Lumiar y São Silvestre de Unhos). Por ese motivo, hasta hoy el título oficial del párroco de Sacavém es el de prior y no el de presbítero (vulgarmente padre).
Siglo XIII
Del siglo XIII existen referencias sobre la existencia de un santuario dedicado a San Andrés, asociado a una capilla dedicada al mismo patrón, así como sobre un hospital/albergue, construido por Gonçalo Vaz, para los pobres (en la época, las varias funciones asistenciales eran ejercidas por las mismas instituciones — esencialmente corporaciones religiosas que se unían bajo una misma devoción — y así no se ocupaban solamente de los peregrinos, sino también de los pobres y leprosos). El abastecimiento de agua potable, era hecho a tanto a través del Trancão como de un pozo — el Poço dos Trapos.
Los repartos llevados a cabo por Alfonso III durante su reinado dan cuenta de que las salinas existentes en la población pertenecían a la Orden de Santiago.
Según Pinho Leal, durante esta época, la freguesia tendría 900 fuegos, número que parece claramente exagerado para una pequeña población como la Sacavém de la Edad Media.
Aun así, la población debió haber sido ya un centro urbano de relativa importancia en el término de Lisboa. Una ley de Dionisio I, datada en 1287, da cuenta de un impuesto general aplicado a los notarios de una parte significativa de Portugal (con exclusión de la comarca de Antre Tajo y Odiana y Além-d’Odiana — regulada por ley posterior —, del Reino del Algarve, así como otros lugares específicos — Braga, Oporto o Alcobaça). En ella aparecen citadas, entre otras poblaciones de la diócesis de Lisboa (Lisboa, Alenquer, Arruda dos Vinhos, Óbidos, Porto de Mós, Povos, Santarém, Sintra, Torres Novas, Torres Vedras y Vila Nova de Ourém), la parroquia de Sacavém, contando con un notario, pero sin conocerse el valor del impuesto (situación, de resto, también verificada en el caso de Alenquer, Arruda, Sintra y Torres Vedras). Como en Porto de Mós y Vila Nova de Ourém, existiendo dos notarios, éstos pagaban 45 libras anuales a la corona y se supone que la contribución de Sacavém también fuese la misma — aunque, por ejemplo, el concejo de Povos, en el norte de Vila Franca de Xira, con apenas un notario, pagaba un valor superior a 60 libras; ese número, sin embargo, fue más tarde reducido a 24 libras anuales.
A finales de este siglo (1288), el prior de la parroquia sacavense surge entre los nombres de los varios religiosos que piden al Papa Nicolás IV la creación de un studium generale en la ciudad de Lisboa: en ella figuran también como cofirmantes los nombres del abad del Monasterio de Alcobaça, los priores del Monasterio de Santa Cruz de Coímbra, el de Iglesia de São Vicente de Fora, de Santa Maria de Guimarães y de Santa Maria da Alcáçova de Santarém, así como los rectores de las iglesias de São Leonardo de Atouguia (da Baleia), São Julião de Santarém, São Nicolau de Santarém, Santa Iría de Santarém, Santo Estêvão de Santarém, São Clemente de Loulé, Santa Maria de Faro, Santa Maria e São Miguel de Sintra, Santo Estêvão de Alenquer, Santa Maria e São Miguel de Torres Vedras, São Pedro de Torres Vedras, Santa Marinha de Gaia, Santa Maria da Lourinhã, Santa Maria de Vila Viçosa, Santa Maria da Azambuja, Santa Maria de Sacavém, Santa Maria de Estremoz, Santa Maria de Beja, Santa Maria de Mafra y Santa Maria de Mogadouro.
siglo XIV
Sacavém en el patrimonio del almirantado
Después del inicio del siglo XIV, por un contrato celebrado el 1 de febrero de 1317, Dionisio I encarga al genovés Manuel Pessanha reorganizar la Armada Portuguesa, atribuyéndole en recompensa el título de Almirante de Portugal, así como una pensión anual por valor de 3000 libras «en dineros de la moneda de Portugal», repartidas por tres prestaciones de igual valor a devengar en los meses de enero, mayo y septiembre y sacadas de las rentas de realengo de Sacavém (así como de Unhos, Frielas, Camarate y, posteriormente, a partir del 24 de septiembre de 1319, de la de Algés y también de Odemira). Este contrato vendría a ser sucesivamente confirmado en la persona de Manuel Pessanha a través de cartas de merced de 10 y 23 de febrero de 1317, 14 de abril de 1321, 21 de abril de 1327, y en la de su hijo y heredero al frente del almirantado, Lançarote Pessanha, el 20 de septiembre de 1356, y de nuevo en 1368, 1370, 1371 y 1372.
Es comprensible que Sacavém fuese una de las tierras donadas al almirante Pessanha, ya que, a nivel eclesiástico, tenía una de las mayores prebendas del concejo y término de Lisboa; en efecto, según un documento del 25 de marzo de 1325 – del cual se conoce el traslado efectuado en 1747 por el ingeniero del reino y guarda de la Torre do Pombo, Manuel da Maia (el reconstructor de la Baixa) y después transcrito por Fortunato de Almedia en su monumental obra História da Igreja em Portugal (Historia de la Iglesia en Portugal) –, los jueces ejecutores de la ciudad y concejo de Lisboa tasaron la iglesia de Santa Maria de Sacavém por un valor de 650 libras y «el común de los racioneros de ella, con respectivos préstamos», en 180 libras, siendo apenas tasadas en valor superior la mesa episcopal (18.000 libras) y la mesa capitular (12.742 libras) del obispado, así como el Monasterio de São Vicente de Fora (1.300 libras), el convento del mismo monasterio (1.850) libras y el Monasterio de Odivelas, con las iglesias anexas de São Julião de Santarém, Santo Estêvão de Alenquer y São Julião de Frielas con la respectiva veguería (2.000 libras) – lo que prueba la riqueza de la freguesia de Santa Maria de Sacavém en la Edad Media; en forma de ejemplo, la iglesia vecina de São João Baptista do Lumiar pagaba apenas 300 libras, y sus racioneros 80; la de Loures, otras 300; la de Tojal, apenas 100; la de Santa Maria de Bucelas, 250, y la de São Silvestre de Unhos, 300, con los respectivos racioneros a pagar de 80 libras.
Sacavém tierra de realengo
Pese a la donación al Almirante, el rey continuaba manteniendo sus privilegios en Sacavém, ya que se trataba de un territorio de realengo. El 13 de marzo de 1338, en un contrato de aforamiento «de huũa courela de vinha na pelaçam, freguesia de freelas», alude el rey Alfonso IV a un tal Gonçalo Martinz, «meu scriuam dos meus Regaengos de Sacauem e de ffreelas»; de ahí se desprende que el realengo de Sacavém y Frielas debió haber continuado manteniendo su importancia relativa dentro de las freguesias del término de Lisboa, pudiendo desprenderse de la referencia a la existencia de dos notarios, Afonso Braz (notario de Sacavém) y Gomes Peres (notario de Frielas), en ese mismo documento. En otros dos instrumentos de compra y venta de un pajar en Frielas por el rey, datados el 17 de junio del año siguiente, ya se hace referencia al mismo Gomes Peres como el único «tabaliom de ffreelas e Sauauem [sic]».
Posteriormente, en una carta de donación del convento de Chelas que data de 1347, se alude de nuevo a la figura del notario público («Gómez Pérez Tabellíom de Sacauẽ», probablemente el notario anteriormente citado como estando en Frielas), figurando éste entre los testigos de dicha donación. Por esta época, además, los monjes agustinos del Monasterio de Chelas debían detentar varios predios urbanos y rurales; cultivando en estos últimos vides y olivos.
Además del notario real, el realengo de Frielas-Sacavém disponía también de un oficial regio responsable de la recaudación de los tributos, lo que viene a desmostar una vez más la importancia de esta rica tierra de realengo: a través de un documento del 15 de agosto de 1312, Dionisio I, deseando hacer gracia y merced al Real Monasterio de Odivelas, fundado por el mismo, le concede la posesión de una salina que pertenecía a un oficial de justicia de su padre (Vicente Pássaro), nombrando responsable de ese negocio jurídico a Silvestre García, su amojarife en Frielas-Sacavém, y Estêvão Vicente, su escribano en el mismo realengo, para que luego procediese a la transferencia de la propiedad a su nuevo donatario.
De este periodo se conoce también el nombre del Prior de la Iglesia Sacavense, un tal Petrus Iohannis (vulgarmente, tal vez fuera conocido como Pedro Joanes o Pedro Eanes o más probablemente Pedro Anes), que acumulaba el cargo con las funciones de canónico de las catedrales de Braga y Coímbra, figurando su nombre en la descripción de un sello pendiente presente en un traslado en forma pública de una búsqueda, relativa a una cuestión sobre la Lezíria (zona agrícola) de Atalaia, en el término de Santarém, e incluida en el libro 5 de la cancillería de Dionisio I (el conocido como Libro de las Lezírias). En el sello se puede leer: «Sigillum Petri Iohannis Bracarensis Colimbriensis canonicj et prioris sancte Marie de Sacauen», o sea Sello de Pedro Eanes, canónico bracarense y coimbrense y prior de Santa Maria de Sacavém.
A principios del reinado de Pedro I (1357), el monarca procede a la confirmación de varios de los privilegios de las villas y poblaciones del reino, que databan de reinados anteriores, encontrándose en este contexto dos referencias distintas al realengo de Sacavém y Frielas en su cancillería. De esta forma, el 11 de septiembre de ese año, el monarca confirma y otorga «todos seus priujlegios foros liberdades e boons custumes que sempre ouuerom, etc.» (todos sus privilegios, fueros, libertades y buenas costumbres que siempre poseyeron) a los concejos (esto es, a la asamblea de hombres buenos de las villas o poblaciones reunidos en concejos) de Besteiros, Covilhã, Guarda, Leiría, Mendiga, Monsaraz, Montalegre, Sacavém y Frielas, Santa Comba Dão, Serpa, Serró Ventoso y Soure, así como a los Monasterios de Alcobaça y Arouca, al Obispado de Oporto, a las Órdenes del Hospital y Santiago, al Estudo Geral de Coimbra y a las comunidades judáicas de Coímbra y Beja. En octubre del mismo año, vuelve a confirmar los privilegios a otras localidades, y esta vez se refiere solamente al «concelho do reguengo de Sacauém» (concejo del realengo de Sacavém), junto con la aldea de Cuba, término de Beja, los concejos de Asseiceira y Atalaia, y a los moradores de Azeitão.
Sacavém en las crónicas de Fernão Lopes
… en la Casa de las Reinas
Aún a finales del siglo XIV, D. Fernando I donó solemnemente a través de una carta de arras, a su esposa D. Leonor Téllez de Meneses, por ocasión de su matrimonio en Leça do Balio (1371), los realengos de Sacavém, Camarate, Frielas, Melres de Riba Douro y Unhos, así como las villas de Abrantes, Alenquer, Almada, Atouguia da Baleia, Aveiro, Óbidos, Sintra, Torres Vedras y Vila Viçosa, pasando todas estas localidades a formar parte de la Casa de las Reinas (conforme relata Fernão Lopes).
… en las Guerras Fernandinas
El mismo Fernão Lopes, en el prólogo a la misma crónica alude al río de Sacavém, diciendo que llegaban a Lisboa muchos navíos de «desvairadas partes» (varios lugares), y que «estavam à carga no rio de Sacavém e à ponta do Montijo, da parte de Ribatejo, sessenta e setenta navios em cada logar, carregando de sal e de vinhos» (estaban siendo cargados en el río de Sacavém y en la punta de Montijo, de la parte de Ribatejo, sesenta y siete navíos en cada lugar, cargando sal y vino). De esta forma se puede intuir la importancia que tenía el puerto fluvial de Sacavém en aquella época.
También en la misma crónica, Fernão Lopes afirma que, durante la tercera guerra fernandina (1381–1382), un escuadrón inglés destinado al auxilio del rey portugués en sus pretensiones al trono de Castilla, fondeó en el Tajo, a lo largo de Lisboa; pese a ello, su comandante el Conde de Cambridge Edmundo de Langley (futuro Duque de York, hijo de Eduardo III y hermano de Juan de Gante), avisado de la eminencia de la llegada de una flota castellana procedente de Sevilla y comandada por el almirante Fernando Sánchez de Tovar, decidió conducir a su armada hacia un puerto seguro, habiendo acordado con D. Fernando con él «que era bem que aquela frota e outros navios que hi jaziam, que se fossem todos a Sacavem, que som duas legoas da cidade, e ali se lançassem todos por jazerem seguros» (que lo mejor era que aquella flota y otros navíos que ahí se encontraban se fuesen a Sacavém, que está a dos leguas de la ciudad y ahí se juntasen todos para estar más seguros). La unión de la flota portuguesa e inglesa en la desembocadura del Trancão debería generar un efecto disuasorio en los castellanos, de tal forma que efectivamente «quando chegaram ante a cidade, acharom o mar desembargado de navios, e souberom como todos jaziam em Sacavem; e quando allá forom e virom o rio guardado e as naos estar d'aquela guisa, tornarom-se, e nom acharom em que fazer damno segundo seu desejo, e forom-se pera Sevilha» (cuando llegran a la ciudad, encontraron el mar sin navíos y supieron que todos se encontraban en Sacavém; y cuando allá fueron y vieron el río y las naves juntas, tornaron y sin encontrar la forma de hacer un daño efectivo, retornaron a Sevilla). Las naos inglesas estuvieron ancladas en Sacavém desde finales de agosto hasta el 13 de diciembre de 1381, fecha en que pusieron rumbo de nuevo a Inglaterra.
… en la crisis de 1383–85
Fernão Lopes vuelve a citar a la localidad en la Crónica del-rei D. João I, en el contexto de la crisis de 1383–1385 y del cerco que los castellanos impusieron a Lisboa en 1384:
«Una barca en la que iba Gonçalo Gonçalves Borjas, decidió marchar hacia Restelo, y el viento contrario la llevó por la fuerza camino de Sacavém.».
Donación al Santo Condestable
Pese a pertenecer al patrimonio de Leonor Téllez, Sacavém se posicionó a favor de Juan I, siendo como recompensa sustraída (a la par de Unhos, Frielas y Camarate) de la Casa de la Reina, y reintegrada en la jurisdicción civil y criminal del Término de Lisboa, el 4 de mayo de 1384; el 7 de abril de 1385, un día después de su elección como rey en las Cortes de Coímbra, D. Juan I entregaba los realengos de Sacavém, Camarate, Frielas y Unhos al Condestable del Reino D. Nun’Álvares Pereira, con todos sus términos, salinas, y demás derechos, quedando ese patrimonio adscrito a los bienes del Condado de Ourém, al cual Nun'Álvares había accedido por gracia del rey.
Mientras tanto, en mayo de 1393, según se relata en la Crónica do Condestabre de Portugal, el condestable procedió a una repartición de beneficios y tierras a los caballeros que habían auxiliado en la guerra contra Castilla y al servicio del Maestre de Avis, cediendo para tal su usufructo, aunque mantuviese la nuda propiedad de los mismos. El «barco de Sacavém» fue de esta forma entregado a João Afonso de Alenquer (descrito como «contador de su Casa»), y que luego pasaría a ser Ministro de Finanzas de Juan I y uno de los principales benefactores de la conquista de Ceuta en 1415.
A través de la hija del condestable, Beatriz Pereira de Alvim, que se casaría con D. Afonso, Conde de Barcelos, hijo ilegítimo del nuevo monarca y futuro Duque de Braganza, este patrimonio acabaría por convertirse en un honor de la poderosa Casa de Braganza (la actual Quinta de São José también se incluyó en el patrimonio de los Braganza en el siglo XVII), la cual incluía también las freguesias de Apelação, Charneca, Camarate, São João da Talha y Unhos.
En 1387, la población de São João da Talha (hasta esa época denominada Sacavém Extra-Muros) logró su autonomía frente a Sacavém, quedando también integrada en esa honra señorial; por fin, en 1397 se separó de Sacavém la nueva freguesia de Santa Maria dos Olivais, por obra del arzobispo de Lisboa, D. João Anes.
siglo XV
A principios del siglo XV, con el aumento del número de judíos en Portugal, según los estudios llevados a cabo por varios historiadores, aumentó también el número de comunidades judáicas, que pasaron de ser cerca de 30 en el siglo XIV a casi ciento cuarenta en el siglo XV. Una de ellas se situaría en Sacavém, quedando la judería construida en las inmediaciones de la población.
Muerte de la reina Felipa de Lancaster
En las crónicas de Rui de Pina y Duarte Nunes do Leão, hay alusiones a Sacavém, afirmando el último que a esta población se retiró la familiar real cuando se inició un foco de peste en la capital, en 1415, en las vísperas de la Conquista de Ceuta. Según estos cronistas, fue en la ermita de los Mártires de Sacavém donde habría fallecido víctima de la peste la reina Felipa de Lancaster, justo antes del embarque del rey Juan I y de sus hijos hacia Marruecos. Sin embargo, según Gomes Eanes de Zurara (en la Crónica da Tomada de Ceuta), la familia real habría procurado escapar hacia Odivelas, con el fin de evitar la peste, estableciendo de esta forma que el óbito de la reina hubiera sido en el Monasterio de San Dionisio de Odivelas, y no en Sacavém — versión que terminó aceptándose como la más acertada.
La regencia del infante Pedro
A finales de la década de 1430 y principios de la siguiente, debido a las desavenencias entre Leonor de Aragón, la reina viuda (a la que Eduardo I dejó encargada de la regencia del reino), y el infante Pedro, Duque de Coímbra, su cuñado, que algunos grupos sociales deseaban verlo al frente de la regencia, durante la minoría de edad de D. Afonso V, la región de Sacavém fue palco de intensa actividad diplomática por parte de los co-regentes. La reina regente se estableció junto con sus hijos el rey Alfonso V, el príncipe heredero Fernando y las restantes infantas en la población a principios de agosto de 1439, existiendo numerosos documentos regios firmados en la localidad; D. Pedro habitaba entre Lisboa (donde mantenía su residencia) y Sacavém, a fin de suscribir esos documentos.
Esta situación se mantuvo hasta principios de septiembre, datando del día 16 de ese mes la última carta firmada por los dos (en la vecina población de Camarate, donde acabó por establecerse durante algún tiempo, debido a la mayor proximidad con Sacavém), antes de que el infante Pedro partiera hacia su palacio señorial en Tentúgal. La reina permaneció en Sacavém hasta el 25 de septiembre, fecha en que se mudó para Alenquer; sobre este hecho escribió Rui de Pina que «a Raynha se partió com ElRey e seus filhos e sua Casa pera Alanquer, muyto revosa dos movimentos e alvoroços de Lixboa, e pouco segura em Sacavem onde estaba, por ser Aldea fraca e tam perto da Cidade» (La reina partió con el rey y sus hijos y su casa a Alenquer, muy alejada los movimientos y alborotos de Lisboa y poco segura en Sacavém por ser una pequeña aldea cerca de la ciudad).
Para resolver la cuestión de la regencia, se convocan Cortes en Lisboa en 1439, en las cuales los tres Estados deciden atribuir la regencia al infante. A principios de 1440 pasó el duque de Coímbra cerca de mes y medio en Sacavém (23 de febrero a 6 de abril), conforme se desprende de varias cartas por él firmadas, relativas a decisiones tomadas en las cortes del año anterior.
Sacavém, honor de la Casa de Braganza
El 4 de abril de 1422, poco antes de ingresar en el Convento do Carmo (que fundara años antes en Lisboa como Frei Nuno de Santa Maria, O.Carm.), Nun'Álvares Pereira procedió a una nueva repartición de sus bienes, habiendo donado el Condado de Ourem a su nieto Alfonso; en ese mismo documento se declara también que el condestable procederá a la donación de la «barca de Sacavém», con todas sus rentas y derechos a un tal Gil Airas, su escribano. La ejecución del testamento de Nun'Álvares, que falleció en 1431, confiriendo el realengo y el barco de Sacavém a su nieto D. Alfonso fue confirmado por el rey Eduardo I a través de una carta fechada el 24 de noviembre de 1434.
Con la muerte del conde Alfonso en 1460, sin hijos legítimos, su patrimonio pasó a pertenecer a su padre, D. Alfonso, duque de Braganza, el cual, falleciendo tras algunos meses (1461), legaría a su hijo más joven, D. Fernando, conde de Arraiolos y futuro duque de Braganza, la posesión de ese territorio. El nuevo jefe de la Casa de Braganza congregaba así, de nuevo, la penitud del patrimonio adquirido por Nuno Álvares Pereira tras el comienzo del reinado de Juan I.
Siendo parte del patrimonio de los Braganza, Sacavém pasó momentos de grandeza (pero también de desgracia) conforme se desarrollaba la historia de esa dinastía. Así, cuando se ejecutó al tercer duque, D. Fernando II, en Évora (20 de junio de 1483), y subsecuentemente se confiscaron sus bienes, el honor de Sacavém retornó a la corona como realengo (una carta regia de 28 de julio de 1483, suscrita por Juan II en Setúbal, daba a un tal João da Guerra un cuarto de la fruta, del diezmo y del pescado de los realengos confiscados al duque de Sacavém, Unhos, Camarate, Frielas y Charneca).
Cuando D. Manuel I ascendió al trono en 1495 restauró la Casa de Braganza y le devolvió los bienes que otrora detentase, entre los cuales se incluía naturalmente el honor de Sacavém. Hasta el fin de la monarquía en 1910, el duque de Braganza (y, a partir de 1640 el rey de Portugal) sería el señor de Sacavém y en esa condición detentaría varios privilegios, como los peajes pro atravesar el río así como los tributos del pueblo.
Otra referencia indirecta a la población se encuentra en un pedido de los procuradores de la Cámara de Lisboa a las Cortes de Leiría de 1348, conforme a un documento existente en el famoso Libro dos Pregos (Libro de pedidos), según el cual se pedía que los puertos fluviales del Tajo (entre los que se encuentra Sacavém), donde hacía mucho se llevaba a cabo el transporte de mercancías, debiesen ser limpiados para evitar que perdieran calado.
Edad Moderna
siglo XVI
Periodo de desarrollo sin parangón
Durante este periodo, Sacavém vio ampliada su superficie urbana, tanto en dirección a Olivais (a través de la Rua Direita, actual Rua Almirante Reis, orientada en sentido Lisboa), como en dirección al Tajo y al Trancão, por la Rua dos Mastros (actual Rua José Luís de Morais), que también servía de conexión Sacavém de Cima y de Baixo, y conducía al puente que unía ambas márgenes del río. En esencia, las conexiones viarias fundamentales permanecieron prácticamente inalteradas hasta mediados del siglo XX.
Por los dos ríos, el Tajo y el Trancão pasaba gran parte de la actividad comercial de Sacavém; el Trancão era de hecho la principal vía de explotación de los productos de la zona de saloia en el término de Lisboa, estando repleto de embarcaciones hasta que tuvo lugar el Terremoto de Lisboa. En las márgenes del Trancão, donde existía ya un puerto fluvial con muelles de atraque, se instaló, durante el periodo de los descubrimientos, un astillero naval en el cual se construirían, quillarían y arreglarían navíos, no solo mercantiles sino también de guerra. Tanto el puerto como el astillero estuvieron activos hasta el siglo XVIII, habiendo contribuido intensamente a la importancia económica de Sacavém, paralelamente con la producción de las más variadas especies hortícolas y frutícolas de sus quintas, elogiadas en varios relatos y que, a lo largo de dos siglos permitió el abastecimiento de Lisboa con productos frescos de la tierra.
De hecho, aunque Sacavém hubiese vivido en gran parte a costa de su río, no menos importante era el papel que la actividad agrícola tenía en la economía: de una carta datada el 26 de enero de 1501, sabemos que el realengo de Sacavém producía en igual proporción, el trigo y la cebada.
Los difíciles años del siglo XVI: la crisis de sucesión
En el último cuarto del siglo XVI se mantuvo la prolífica actividad en Sacavém donde Miguel de Moura poseía una quinta. Miguel de Moura era escribano del rey Sebastián I, así como miembro del consejo de gobernadores del reino en tiempos de Felipe III. También era uno de los patrones del Convento de Nuestra Señora de los Mártires y de la Concepción, de la orden de las Clarisas, que mandara a fundar junto con su mujer Brites da Costa, y en el cual ella se recogería tras enviudar.
Tras la muerte del cardenal Enrique I, asume el poder un consejo de gobernadores del reino de Portugal, por él nombrado; la población, deseando no ver la corona nacional unida a España, aclama en Santarém, el 19 de julio, al Prior de Crato D. Antonio como rey. El día 21, acompañado por quinientos hombres a pie y caballo, se pone en marcha hacia la capital, llegando el 23 a Sacavém, a las puertas de Lisboa, siendo acogido en medio de un gran entusiasmo. Pese a ello, «à passagem do cortejo por Sacavém sucedia o primeiro episóido dramático do seu reinado: um tiro desgarrado, que alguns supunham ser dirigido contra o próprio monarca, foi atingir em cheio o fidalgo D. Francisco de Almeida, que caiu redondamente no chão» (al pasar el cortejo por Sacavém sucedió el primer episodio dramático de su reinado: un tiro desgarrado, que algunos suponen que iba dirigido contra el propio monarca, fue a dar de lleno al hidalgo Francisco de Almeida, que cayó redondo en el suelo).
Durante esa época, cuando estaba en curso la integración del Reino de Portugal en la Corona de las Españas, las potencialidades de Sacavém y su puerto no pasaron desapercibidas a uno de los principales militares castellanos enviados a Lisboa, el almirante Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz de Mudela, el cual, en una carta al rey Felipe II de España (conservada en la Sección de Guerra y Marina del Archivo General de Simancas), afirma que:
«[...] tener las naos en este rio de Lisboa no conviene pues se menoscaban y gastan más de amarras con los tiempos tormentosos que en él ay que otras naos ganan y que sería mejor tenerlas en el rio de Sacaven, que es dos leguas desta ciudad adonde con dos cabos de esparto y dos hombres estarían seguras y sin menoscabarse, ni con riesgo de perderse por no entrar allí mar que les pueda hazer daño y tener mucho abrigo que las naos que usan por se tan grandes no pueden entrar en el dicho río ni tampoco dexarían de entrar en los puertos de la Indias y hazer la navegación más a fín de estar allá el verano por negociar y despacharse sin riesgo. [...]».
Tras la batalla de Alcántara, que tuvo lugar junto a la población homónima, en los arrabales de Lisboa, el 25 de agosto de 1580, el Prior do Crato, derrotado por las fuerzas del Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, es herido de gravedad pero decide encabezar la resistencia en el norte del país, partiendo de Lisboa rumbo a Santarém, la villa que primero aclamó su realeza. Aunque no se conozca el itinerario exacto de la fuga, Joaquim Veríssimo Serrão sugiere que, en la fuga de Lisboa, D. António habría pasado o por Sacavém o por Tojal, dos freguesias bañadas por el río Trancão y donde existían puentes que conducían a Vila Franca de Xira, donde tomaría el camino de la Azambuja hasta Santarém.
La gran epidemia de peste de 1599
En el final del siglo (1599), durante una gran epidemia de peste, fue descubierta la estatua de Nuestra Señora de la Salud, pasando a partir de entonces a ser venerada con especial cariño por los sacavanenses y colocada en la Capilla de San Andrés que pasó a denominarse Capilla de Nuestra Señora de la Salud y de San Andrés.
siglo XVII
Ruina del puente romano
Mientras tanto, con la ruina del puente romano (al que aún en 1570 se le había hecho referencia), sin haber sido jamás reconstruido, por desidia de los gobernantes, la travesía de personas y bienes a través del río de Sacavém tuvo que realizarse arduamente mediante una barca; el Duque de Braganza, donatario de la población y sus derechos, alquiló a los barqueros del Trancão el peaje a cambio de 300 mil reales anuales. Inicialmente, cada caballero pagaba 3 reales de peaje; más tarde, el duque decidió aumentar el valor del impuesto, pasando a cobrar 5 reales a los peatones (que hasta entonces estaban exentos), 20 reales a los caballeros y animales de tiro y 40 reales por el transporte de carruajes. Estos precios exagerados llevaron al monarca (entonces Felipe III de Portugal) a compararlo con las tasas fijadas para el cruce de otras vías fluviales, concluyendo que eran demasiado onerosos para los habitantes de la región. Por lo tanto se emitió un regimiento (Datado el 25 de mayo de 1628) que procuró favorecer a las poblaciones, regresándose a valor de los 3 reales de peaje, aplicado a todos los individuos.
Como alternativa, muchas personas preferían trasladarse un poco más, hacia Tojal y ahí atravesar el Trancão a través de un puente en mejor estado.
Sacavém en las coreografías seiscientistas
En 1620, Fray Nicolau de Oliveira, en su obra Libro das Grandezas de Lisboa alude de esta forma a Sacavém: «Passando o rio, ficam da parte de Lisboa as freguesias seguintes: Sacavém, onde há um mosteiro de religiosas franciscanas capuchas descalças, em número de trinta, sem terem servidoras; todas servem nas tarefas comuns do convento. Este lugar tem uma freguesia, com duzentos e sessenta fogos, e setecentas pessoas» (Pasando el río, quedan por la parte de Lisboa las freguesias siguientes: Sacavém donde hay un monasterio de religiosas franciscanas capuchinas descalzas, en número de treinta, sin tener servidoras; todas sirven en las tareas comunes del convento. Este lugar tiene una freguesia, con doscientos sesenta fuegos y setecientas personas).
Años más tarde, en 1629, Miguel Leitão de Andrada da a la estampa en su obra Miscelânea a la aparición de la imagen de Nuestra Señora de la Luz del Pedrógão Grande, con muchas curiosidades y poesías diversas, en la cual alude sucintamente, en un registro vivo y curioso, luego en las primeras páginas de su «2.º Diálogo» (mantenido entre los personajes Galácio y Devoto), a la barca del Trancão (hablando sobre la anteriormente mencionada cuestión del pago del peaje para utilizar el puente), sobre el puente de Sacavém (entonces en ruinas, lamentando la desidia de la cámara de Lisboa), al puerto donde atracaban las naves, al convento de Nuestra Señora de los Mártires y a la Batalla del Río Sacavém:
-
- Diálogo Segundo
- Se da razón del Monasterio de Nuestra Señora de los Mártires de Sacavém. Y del puente de piedra que allí había y podría haber ahora. […]
- Galácio: Ya que hasta aquí vinimos andando por todo ese vuestro honrado sitio del Convento de Nuestra Señora de la Luz, apretemos el paso, que parece que va desamarrando esta barca de Sacavém.
- Devoto: Oh de la barca!
- Galácio: Paciencia, que habemos de esperar que torne.
- Devoto: Esta es una cosa que yo la pierdo, haber de estar Lisboa como frenada por con esta barca, tanto contra su nobleza y comodidad de sus moradores y caminantes, pudiendo tan fácilmente haber aquí un puente de barcascomo en Sevilla, a poco costo o sin ningún.
- Galácio: Alguna cosa debe haber en eso de por medio, pues si no se hace, siendo notoriamente tan necesario y útil.
- Devoto: Ninguna que yo sepa, si no fuese por no perjudicar a la renta que el Duque de Braganza obtiene de esta barca, que se le alquila en trescientos mil reales cada año, teniéndola visto muchos que hoy son vivos, andar arrendada en diez o doce mil reales cada año, y pagar a tres reales cada persona y caballo ahora a venir, por el gran descuido de la Cámara de Lisboa.
- Galácio: No parece que deba ser a causa de eso que decís del Duque, que siendo un príncipe tan grandioso, no le deben venir en consideración esas poquedades en respecto del bien común y grandeza de Lisboa, la cual si se lo pidiese ensancharía muy fácilmente esta barca.
- Devoto: Si esto no es, menos debe ser lo que dicen, que por causa de las naos a las que este río da cobijo, porque además de que ya aquí no se le da, sino en la ribera de allí; era fácil abrir ese puente, y pasada la nao cerrarlo, o hacerse donde las naos no les pudiesen dar esos golpes por la banda del mar. Ni menos lo debe ser el pasaje de los barcos, que navegan río arriba, que podrían tirar los contrapesos y pasar, cuanto más, que los de este río son tan pequeños, que con ellos podrían pasar por debajo del mismo puente; por lo que la razón del duque me parece considerable si alguna o causa o impedimento, y podrá eso tener remedio más fácil. Que con ese medio que llaman agua, que nuevamente se impone para la traída de agua al rocío, en cada cuartillo de vino y real en cada pedazo de carne, se podría satisfacer al duque y fabricarse aquí un puente de barcas.
- Galácio: Pese a todo, me parece demasiado costoso haberse de sustentar ese puente, además del tallaje del mismo.
- Devoto: No sería si no muy poco; porque, que cosa son seis o siete barcas, que pueden durar treinta o cuarenta años? Cuando más que sólo las cabalgaduras a tres reales bastaba bien a ese costo, porque también acudirán los ganados a ese paso.
- Galácio: También habría dificultades y quejas sobre ese pago.
- Devoto: Si en la barca eso no acontece, menos sería en el puente; cuando además, se podría poner en la entrada una puerta, y cesaría el inconveniente. Y yo digo esto en caso de que la ciudad no pudiese sustentar de gracia, lo que fuese gran nobleza de Lisboa, a la que primero se hubiera de acudir, que a otras cosas menos necesarias y menos nobles. Pues vemos que cuando Lisboa era nada, en comparación con lo que es hoy, tenía aquí un puede de piedra, según ahora parece apreciarse de los pedazos de pilares que de él ves, en esta ribera y en la otra.
- Galácio: Eso sería hace muchos miles de años, en tiempos en que este río sería más estrecho y menos hondo.
- Devoto: La anchura es la misma, según muestran los vestigios de los pilares que ves, que llega el río a ellos y no pasa; y sobre la profundidad, aunque sea más, lo que no sabemos, bien se pudiera rehacer de pierda, que en el fondo deben estar las baces de los pilares; sobre todo, que el arte de la arquitectura con dinero mucho alcanza y puede, para hacerlo de un solo arco: pues dicen, que es infinita esta arte sin término. Y vemos que en aquel tan famoso río Danubio, está todavía en pie el puente que mandó hacer el emperador Trajano, con casi todos los pilares internos por encima del agua ciento cincuenta pies, los veinte de ellos, que se parecen, y cada uno de sesenta pies de groso, y el vano de cada arco de ciento sesenta pies […] Por donde digno era de la grandeza de Lisboa, haber aquí un famoso puente de pierda, aunque se gastase para eso todo el reino.
- Galácio: Ya nos contentaríamos con el de barcas.
- Devoto: Y de ese os trato. Sobre lo que dijiste de si se podía haber ensanchado este río, lo que aquí no se hizo, bien se, que los ríos van comiendo y rebajando las tierras, y tengo para mí que esos valles grandes y pequeños y esas vegas espaciosas fueron causadas por las aguas de los ríos e inundadas por ellos, y de las lluvias, que van comiendo y llevando la tierra y descubriendo esas osamentas que el sol fue creando y llevando a la tierra de ella misma. […] Además aquí no hay esos millares de años, que cuidáis había este puente: porque en tiempos en el que rey don Alfonso Henriques, primero de Portugal, cercó Lisboa y la tomó a los moros, estando sobre ella tuvo aviso de cómo la venían a socorrer los moros de la comarca de Alenquer. Y sabiendo que habían de pasar por este puente de Sacavém, les mandó tomar el paso con gente de caballo (que no podía ser mucha), a los cuales encontrando ya a los moros, que casi todos lo tenían pasado, tuvieron con ellos una muy peligrosa y desigual batalla, porque siendo muy pocos y los moros muchos, ya no se podían excusar sin perderse, y de ellos hubo una muy señalada victoria en este plano. Donde dijeron después los moros vieron una mujer que los cegaba y los desbarató, que fue la Virgen Nuestra Señora, a cuya honra y por memoria de esta victoria se edificó aquella iglesia que ahí veis. La cual estos años reedificó Miguel de Moura, que fue uno de los cinco gobernadores que el Rey Felipe, primero de este reino, dejó en él, fundado allí aquel monasterio tan religioso de capuchinas. Y esta iglesia de Nuestra Señora de los Mártires, por los caballeros que ahí fueron sepultados que aquí en esta batalla peleando fueron muertos; como la iglesia de Nuestra Señora de los Mártires de Lisboa, que los ingleses fundaron en este cerco […] para enterrar a sus muertos. […]
- Galácio: Por ese cuento no habrán pasado muchos cientos de años, que aquí había este puede, pues ese cerco y la toma de Lisboa fue en el año de 1147, según se ve en los letreros que están en la Catedral de Lisboa y lo dicen los cronistas todos, y el padre fray Bernardo de Brito, después de ellos; y si ese puente en ese año estaba íntegro que se pasaba por él como de esa batalla y pasada de los moros y de la tradición antigua y memorias, que dices hay en esta iglesia; y no debiendo luego acabarse, andes durar muchos años, o cientos de años que durara ese puente, y lo había aquí. Donde considero tres cosas: primero, la fuerza del tiempo en gastar y consumir todo hasta la memoria de lo que fue. Es que hasta las piedras tienen también su edad, pues vemos acabadas sin memoria alguna, ni rastro, tantas cosas y tan grandes, que sabemos que hubo edificios y ciudades. Y cuan deprisa se acabó la memoria de todo, y de cómo la de ese puente, del que parece no hay otra cosa, si no eso que me contáis con estos pedazos que de él vemos, por culpa de nuestros pasados ordinarios de aquel tiempo, sepultaron cosas grandes en las entrañas del olvido, contentándose con sólo la honra presente de obrarlas.. […].
Sacavém y la restauración de la Independencia
Según el Dicionário Histórico, Corográfico, Heráldico, Biográfico, Bibliográfico, Numismático e Artístico de Portugal, el nombre de la población está citado en una engimática carta codificada de uno de los conjurados de 1640, el doctor João Pinto Ribeiro, que dirigió al duque de braganza Juan IV, habiéndose decidido el día 25 de noviembre que la revuelta debía tener lugar de ahí a seis días, João Pinto Ribeiro fue requerido para comunicar el hecho al futuro monarca portugués, escribiéndole que sería el 1 de diciembre siguiente estableciendo «que se devia de resolver o caso dos freires de Sacavém» — (que se debía resolver el caso de los monjes de Sacavém), localidad que era, como ya ha sido dicho, uno de los honores de la Casa de Braganza, y donde se situaba el Convento de Nuestra Señora de los Mártires y de la Concepción, fundado por Miguel de Moura y su esposa Brites da Costa a finales del siglo anterior y, al cual, el duque había eximido del pago de ciertas obligaciones; tal alusión al caso de los monjes de Sacavém presupone que hubiese, tal vez, alguna contienda que opusiese al monasterio y el Duque de Braganza muy probablemente sobre obligaciones fiscales. Fue a través de este mensaje codificado como se alertó al duque de la necesidad de poner al día las aportaciones económicas para contribuir a la Independencia de Portugal.
Tras la Restauración de la Independencia, surgió la idea (especialmente en los reinados de Juan IV y Alfonso VI, con motivo la guerra contra España), de unir el río Trancão con el Océano Atlántico, haciendo que desembocase en la Playa de Baleal, mediante lo cual se creaba un curso de agua desde Sacavém hasta Peniche que constituiría una línea de defensa natural de la capital; el proyecto nunca fue llevado a cabo, y se fue desvaneciendo gradualmente, aunque volviera a recuperarse la idea cuando, a principios del siglo XIX, se constituyeron las Líneas de Torres Vedras para detener a los invasores franceses.
Del último cuarto de este siglo, según Joaquim Veríssimo Serrão recoge en su obra História de Portugal, hay noticias de haber una creciente falta de pescado no solo en el Estuario del Tajo, sino también en sus ríos tributarios, dentro de los cuales se encuentra el Río Trancão. Esta carencia de peces se debe al uso masivo de redes de pesca muy finas (los chinchorros), lo que llevó a las autoridades lisboetas a invocar una normativa municipal de 1591 que prohibía la utilización de chinchorros; aunque los pescadores se amotinaron contra los responsables del abastecimiento urbano en 1687, la prohibición se mantuvo.
En 1690, durante el reinado de Pedro II, el soberano financió parcialmente la reconstrucción de la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria a medias con José Galvão de Lacerda (futuro canciller del reino, durante el reinado de su hijo Juan V), y contando también con la contribución de las masas populares.
Siglo XVIII
En el siglo XVIII, se celebraron en Sacavém grandes corridas de toros, durante el mes de septiembre, como homenaje a Santa Ana. A esto se refiere un curioso documento conservado en la Biblioteca Nacional de Portugal titulado Festas de Sacavem em obsequio da Senhora Sta. Anna: descripção dellas em o terceiro día em que forão os Cavalleiros combatentes Francisco de Mattos e Jozé Roquete (Fiestas de Sacavém en obsequio de la Señora Santa Ana: descripción de ellas en el tercer día en que fueron los caballeros combatientes Francisco de Mattos y Jozé Roquete), cuya autoría se atribuye a Tomás Galo.
En la primera mitad del siglo XVIII, los torreones del Palacio Nacional de Mafra atravesaron el Río Trancão en embarcaciones hasta Tojal, a partir de donde serían transportados por tierra hasta su destino final.
Por orden de Juan V, el matemático Bento de Moura (1706–1776) fue encargado de reformular la barca del Trancão, según relata el padre João Baptista de Castro en su obra de geografía Mappa de Portugal Antigo, e Moderno (1763). Este hecho provocó que Pinho Leal escribiese que había sido construido un puente de barcas, supuestamente anterior al puente de barcas más conocido del país, aquel que unía Oporto a Gaia. Sin embargo, parece tratarse de un fallo de interpretación de Pinho Leal, no habiendo existido nunca un puente de barcas en Sacavém, pues lo que de Castro escribe en dos puntos de su obra es: «Por ordem de D. João V se reformou a barca de passagem deste rio pela admirável idéa do nosso insigne maquinista Bento de Moura, com grande commodidade para os passageiros» (Por orden de Juan V se reformó la barca de pasajeros de este río por la admirable idea de nuestro insigne maquinista Bento de Moura con gran comodidad para lo pasajeros) y «existe hoje uma barca de carreira, que por invenção engenhosa de Bento de Moura, facilita muito a passagem de huma para outra parte» (existe hoy una barca de carrera, que por invención ingeniosa de Bento de Moura, facilita mucho los traslados de una parte a la otra).
Sacavenenses ilustres
También según Pinho Leal, el 16 de diciembre de 1741 falleció en Sacavém aquella que habría sido una de las mujeres más longevas de la Historia de Portugal — una tal Ana da Silva, natural de Santa Maria dos Olivais, donde naciera en enero de 1626 (teniendo, por tanto, 115 años en la fecha de su óbito). Esta señora, según un estudioso decimonónico, se había casado dos veces y había dejado una importante prole, sin haberse sometido jamás a una sangría o una purga (lo que, irónicamente, bien podría explicar su longevidad, en una época en que los cuidados médicos eran, en la mayoría de los casos, una importante causa de muerte). Durante los últimos veinticinco años de su vida, sirvió a los pobres y enfermos del hospital de Sacavém, participando también en una peregrinación al santuario del Señor de la Piedra en el norte del País, cuando contaba con 113 años de edad. Parece haber conservado tan buena memoria, que próxima a su muerte, recordaba aún con gran exactitud y minuciosidad los sucesos ocurridos en Lisboa el 15 de diciembre de 1640 con la proclamación de Juan IV.
En Sacavém nació, el 7 de septiembre de 1754, Luís António Furtado de Castro do Rio de Mendonça e Faro, el Conde de Barbacena, el cual se convertiría en gobernador de Minas Gerais, poseyendo una propiedad señorial en la localidad que, a partir del siglo XIX pasaría a ser conocida como Quinta do Rio; debido a que su heredero Francisco, tomó partido de Miguel I, el título terminó por no ser revalidado y la Quinta do Rio, con su capilla dedicada a San Roque, acabó por caer en ruinas.
También los Condes de Alvor tuvieron una quinta en la zona, pero el título acabó en manos del español D.Diego Canalejo de Ulía, en 1759 debido al Proceso de los Távora ya que el conde era primo del Marqués de Távora. Hoy en día el título se encuentra en propiedad de D. Rafael J. Canalejo, empresario español, descendiente de la casa de Sevilla, que posee el título de manera honorífica.
El Terremoto de 1755
Sacavém, que con la pérdida de Camarate en 1511, vio amputada una parte considerable de su territorio, no dejó de crecer en términos de población; apenas se registraron decrecimientos puntuales, debido a la peste (1599) y al Terremoto de 1755, que la dejó prácticamente destruida. La primitiva iglesia matriz de Santa María, situada en Largo da Saúde, quedó derruida totalmente (sin ser reconstruida, pasando la matriz, a lo largo de un siglo a la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, muy afectada también); desaparecieron igualmente con el terremoto los últimos vestigios del puente romano sobre el Trancão.
Para solucionar los problemas de urbanismo de la capital y prevenir una mortandad tan grande en caso de terremoto, el ingeniero mayor del reino, Manuel da Maia, previó una solución, en la que se incluía a Sacavém y al valle de su río, dentro de la Terceira parte da Dissertação sobre a renovação de Lisboa (tercera parte de la disertación sobre la renovación de Lisboa):
«8.º - A esta consideración de conservar las calles de Lisboa libres de los estorbos que las hacen inmundas, en lo que participará la mayor anchura de las calles y menor altura de los edificios, no excediendo de dos pisos sobre las tiendas, sigue necesariamente otra no menos importante, y consiste en determinar mejor lugar en que puedan los tales estorbos ser lanzados con menores inconvenientes; y porque me ocurre uno más libre de ellos de los ya observados, y promete una gran conveniencia al bien público, presentar semejante plan en este lugar. Consiste en que tales estorbos se van a lanzar dentro del Río de Sacavém, para que con estos restos se llegue a formar en él un valle a imitación del de Chelas, en que las aguas saladas llegarán en un tiempo al templo de la Virgen de Vestales, hoy convento de religiosas de San Agustín; por que si este pequeño valle socorre tan agradablemente a la corte con sus hortalizas y frutas, cuando mejor lo hará el Valle de Sacavém con su muchas veces mayor grandeza, y sin poder decir que los estorbos ahí lanzados puedan causar algún impedimento en la desembocadura, como se puede temer de cualquiera de los otros modos en los que son lanzados desde tierra: puede esta consideración tener contra sí el llenado del refugio de las embarcaciones en tiempo en que se recogen a buscarlo; pero a eso se puede que ni las embarcaciones necesitan de todo el río para refugiarse, ni sería justo que se les impidiese el refugio, pero que sólo se formase en valle aquello que no lo impida y que siempre será de grandeza muy provechosa.»
Tras el terremoto, tras los informes de la juntas de evaluación enviadas por Sebastião José de Carvalho e Melo (futuro Conde de Oeiras y Marqués de Pombal), entonces Secretario de Estado del Reino, a todas las parroquias del país (1757), para saber los estragos causados por el seísmo y que tuvo como respuesta las célebres memórias paroquiais, se puede afirmar la existencia de 353 fuegos. De acuerdo con esas mismas memorias parroquiales, se puede también observar la relativa dimensión del puerto de Sacavém en el marco de los puertos fluviales del Tajo: el prior sacavenense menciona la existencia de tres muelles de atraque: el de Nossa Senhora, el de la Barca y el de Peixe. Sin embargo, la importancia que este puerto tenía entró en declive; a lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, el Trancão, que hasta entonces era navegable hasta Tojal, comenzó a entallarse en un inexorable fenómeno que desde entonces impide, hasta hoy, la navegación en el mismo. De hecho, se convirtió en un «puerto muerto», de acuerdo con la expresión usada por el naturalista francés Théodore Monod, en un estudio titulado L'île d'Arguin (Mauritanie). Essaie historique, consagrado a la antigua factoría portuguesa en la isla de Arguin, hoy en Mauritania, donde afirma que el puerto que servía la fortaleza portuguesa en la costa magrebí tenía las aguas tan calmadas como el puerto de Sacavém…
La política de fomento industrial y comercial seguida por Pombal, conducente a la creación de nuevas industrias en el reino, llevó a que el gobierno subsidiase un préstamo de 6.480 cuentos de real a un tal William Macormick, para que instituyese una manufactura textil en Sacavém— una fábrica que tuvo mucha fama durante todo el siglo XIX.
Bocage y las playas de Sacavém
A finales del siglo XVIII, Sacavém mereció una referencia en el soneto de Bocage, el cual no quedó del todo indiferente ante la belleza de la localidad:
«Praias de Sacavém, que Lemnoria,
Orna c’os pés nevados e mimosos,
Gotejantes penedos cavernosos,
Que do Tejo cobris a margem fria.
De vós me desarreiga a tirania
Dos ásperos Destinos poderosos,
Que não querem que eu logre os amorosos
Olhos, aonde jaz minha alegria.
Oh funesto, oh penoso apartamento!
Objecto encantador de meus gemidos,
A sorte o manda assim, de ti me ausento.
Mas inda lá de longe os meus gemidos
Guiados por Amor, cortando o Vento,
Virão, ninfa querida, a teus ouvidos.»
«Playas de Sacavém, que Lemnoria,
Orna con los pies nevados y mimosos,
Goteantes peñas cavernosas,
Que del Tajo cubrís la margen fría.
De vos me desarraiga la tiranía
De los ásperos Destinos poderosos,
Que no quieren que yo logre los amorosos
Ojos, donde yace mi alegría.
Oh funesto, oh penoso apartamento!
Objeto encantador de mis gemidos,
La suerte lo manda así, de ti me ausento.
Pero yendo allí de lejos mis gemidos
Guiados por Amor, cortando el Viento,
Irán, ninfa querida, a tus oídos.»
Edad Contemporánea
siglo XIX
Guerra peninsular y Guerras Liberales
En el siglo XIX Sacavém gana importancia debido al constante crecimiento geo-demográfico de Lisboa.
Durante la primera invasión francesa, el comandante del ejército francés, Junot, pasó por Sacavém el 29 de noviembre de 1807, procedente de Santarém y con dirección Lisboa (al llegar a Belém, pudo observar las embarcacones portuguesas poner rumbo a Brasil donde la corte se establecería hasta 1821). Fue en Sacavém donde Junot recibiría a una legación portuguesa compuesta por miembros de la regencia del reino nombrada por el Príncipe Juan, miembros individuales ligados a la masonería así como miembros de la Academina de las Ciencias de Lisboa— entre ellos, hombres como Francisco de Borja Garção Stockler (futuro barón da Vila da Praia) y Luís António Furtado de Castro do Rio de Mendonça e Faro (el vizconde de Barbacena), un natural de la localidad.
Tras el final de la Guerra, se siente la urgencia de fortificar la capital del reino. Es en ese sentido que comienzan obras como la Estrada Militar (carretera militar), ligando Benfica a Sacavém y, más tarde, la construcción del Forte de Sacavém (Fuerte de Sacavém), en el lugar donde se erguía un tosco fuerte en el marco de las Linhas de Torres Vedras, y donde hoy se encuentra la Direcção-Geral dos Edifícios e Monumentos Nacionais (DGEMN) (Dirección General de los Edificios y Monumentos Nacionales).
El 2 de octubre de 1820 pasa por Sacavém, en cortejo rumbo a la plaza del Rossio, en la capital, la Junta Provisional del Gobierno Supremo del Reino, formada inicialmente en Oporto en la secuencia de la Revolución liberal de Oporto del 25 de agosto anterior, con el objetivo de gobernar el país y convocar cortes constituyentes, la cual se unirá en Alcobaça con otra junta provisional formada en Lisboa el 15 de septiembre, tras la fuga de los gobernadores del reino. En este cortejo participaron ilustres figuras del movimiento liberal como Manuel Fernandes Tomás, Manuel Borges Carneiro, José Ferreira Borges o José da Silva Carvalho, todos ellos destacados miembros del sinedrio, organización secreta que luchaba por la institución de un régimen constitucional en Portugal.
También pasó por la localidad el regimiento de infantería 23, destinado a proteger la frontera de Beira contra los ataques de las fuerzas reaccionarias insurrectas apoyadas por España y que brindó vivas a Miguel I como rey absoluto en la vecina población de Vila Franca de Xira — en un proceso que se conoce como la Vilafrancada.
Por fin, el 12 de octubre de 1833, parte de las fuerzas de Miguel I, tras ser expulsadas de Lisboa por el duque de Saldaña y derrotadas en un breve encuentro cerca de Loures, se dirigen a Sacavém, con el fin de tomar la calzada rumbo a Santarém, hacia donde huían; tras atravesar el Trancão prendieron fuego al puente de madera que unía las dos márgenes y que había sido reconstruido poco después del terremoto de 1755. Solo en 1842 sería construido un nuevo puente, esta vez en piedra y hierro. Una litografía de ese puente, de la autoría de Tomás José da Anunciação, fechada en 1850, puede ser consultada en la Biblioteca Nacional de Portugal (aquí).
Industrialización y progreso
Del mismo modo, esta localización geográfica en los arrabales de Lisboa la condujo, inevitablemente a la terciarización de la localidad. Se instalaron innumerables industrias en la región, como la de tintes en la Quinta das Penicheiras, o la afamada Fábrica de Lozas de Sacavém, fundada en 1856 (funcionando ininterrumpidamente hasta 1983). A ella están ligados nombres indisociables de la historia de Sacavém, como John Stott Howorth (el Barón de Sacavém), James Gilman o Herbert Gilbert. Fue gracias a ella y a sus lozas que Sacavém pasó a ser conocido el Portugal y el gran parte del mundo quedando en la memoria histórica la frase: «¡Sacavém es otra loza!».
En 1852, extinto el término de Lisboa, Sacavém pasó a pertenecer al recién creado municipio de Olivais. El nuevo ejecutivo municipal tuvo que lidiar con los problemas de un vastísimo concejo, en una época de grandes cambios a nivel económico, social y jurídico y no es de admirar por eso, que en medio de la vasta correspondencia intercambiada, se encuentre un pedido de la junta de la parroquia de Sacavém, solicitando que la cámara nombrase a un guardia para vigilar el cementerio de la población, pues aquel era «devassado e profanado por animais em consequência de se não achar devidamente preparado» (devastado y profanado por animales por motivo de no encontrarse debidamente preparado), hecho que daba pie a que, en violación de las leyes aprobadas pocos años antes relativas a los entierros en los cementerios, se continuase «n’aquela paróquia, com detrimento da saúde pública» (en aquella parroquia, con detrimento de la salud pública), enterrando a los difuntos en las iglesias.
El 28 de octubre de 1856, se inauguró el tramo inicial de la línea ferroviaria del norte, entre Lisboa y Carregado, pasando por Sacavém y atravesando su río, a través de un puente construido en Inglaterra y trasladado posteriormente a Portugal. Ya antes, el primer viaje experimental, llevado a cabo el 8 de julio de 1854 tuvo lugar entre Sacavém y Vila Franca.
La futura primera marquesa de Rio Maior (María Isabel de Lemos), que entonces contaba con apenas quince años, consagró en su diario, una referencia a la inauguración y al (poco honroso) paso del tren por la localidad — de hecho, la locomotora fue perdiendo vagones a lo largo del trayecto:
«Algunos, de invitados, en Olivais. el "wagon" del Cardenal-Patriarca, y del Cabildo, se quedó en Sacavém; uno más, lleno de dignatarios, se detuvo en Póvoa […].»
También Eça de Queirós menciona la población y su estación ferroviaria en su obra Correspondência de Fradique Mendes, continuando así con la demostración de la importancia que a mediados del siglo XIX mantenía el Trancão para la población local:
«Llegamos a una estación que llaman de Sacavém — y todo lo que mis ojos llenos de legañas vieron de mi país, a través de los cristales húmedos del vagón, fue una densa niebla, de donde moribundas surgían aquí y allí lucecitas remotas y vagas. Eran linternas de falúas durmiendo en el río [...].»
El desarrollo del cultivo de la ostra en el Estuario del Tajo en el siglo XIX, llevó a la demarcación de zonas para la explotación de aquel recurso natural; por una ley del ministerio del marqués de Sá Bandeira, del 9 de septiembre de 1868 (confirmada por dos reglamentos del gobierno del duque de Loulé el 10 de noviembre de 1869 y el 26 de enero de 1870, respectivamente), fueron establecidas en la margen norte del río, como zonas de cultivo de ostras, toda la ribera que iba desde Vila Franca de Xira hasta Olivais, incluyendo también partes de Alhandra y de la Póvoa, pero excluyendo la desembocadura del Trancão. A final del siglo, debido a los depósitos de materiales, la práctica había sido, en gran parte, abandonada.
Mientras tanto, el desarrollo industrial condujo a un gran crecimiento demográfico y urbano. La población aumentó mucho en medio siglo (trabajando más de la mitad solo en la fábrica de lozas), y Sacavém ganó nuevos contornos; las viejas quintas arruinadas fueron dando lugar a villas operarias. Paralelamente a la fábrica de loza, muchas otras industrias se fueron creando en la región, especialmente las de transformación de corcho, textil, transformación de tintes químicos y de alimentos, y ya en el siglo XX y de los productos de higiene.
Muchos de sus habitantes vendrían, bien de Beiras, bien del Alentejo, en busca de trabajo, en un movimiento poblacional continuo que se mantuvo hasta mediados del siglo XX — todavía hoy los sacavenenses se enorgullecen de sus antepasados y aún hoy se mantienen abiertas asociaciones como la Liga dos Amigos da Mina de São Domingos, o da Associação dos Amigos e Naturais de Loriga (ANALOR); destacando también la Semana Serrana y la Semana do Alentejo, que son iniciativas culturales y gastronómicas realizadas anualmente respectivamente por aquellas dos organizaciones anteriormente citadas y que atraen a un número considerable de locales y de otras regiones del país especialmente de la Sierra de la Estrella y del Alentejo.
No obstante, en la segunda mitad del siglo XIX, la población mantenía aún parte de su carácter rural y pintoresco; no hay por ello que admirar que, el 16 de mayo de 1875, haya ido inaugurada en Sacavém un plaza de toros particular, por ocasión de una de las mayores festividades locales — la feria del Espíritu Santo, que se realizaba durante el domingo del Espíritu Santo. En ese mismo año, el 15 de septiembre, se dio inicio a la colocación de farolas para la iluminación pública, a lo largo de la Estrada de Sacavém, que ligaba la freguesia a Olivais y a Lisboa.
Población de cara a la aristocracia
Hasta el fin de la monarquía, la población, a la par de otras freguesias vecinas (como Camarate) continuó siendo una de las preferidas por la nobleza de la capital para establecerse (en el tercer cuarto del siglo XIX, se contaban aún cerca de cincuenta quintas señoriales en Sacavém). Tal fue el caso de la familia Braamcamp (de la que era miembro Anselmo José Braamcamp, líder del Partido Progresista y primer ministro de Portugal entre el 29 de mayo de 1879 y el 23 de marzo de 1881), que aquí poseía tres quintas (la Quinta das Pretas, del propio Anselmo Braamcamp, y las de la Vitória y de la Horta do Meio, que pertenecían a José Augusto Braamcamp), habiendo además adquirido las ruinas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, tras la nacionalización de los bienes de la Iglesia (además, el Palacete Braamcamp, que hoy en día se encuentra al lado de ese templo). Además, el nombre de otros dos miembros de la familia (José Augusto Braamcamp y Maria Luísa Braamcamp), siguen dando nombre a una carretera, una avenida y un callejón en Sacavém.
Además de eso, en un marco de distribución de títulos nobiliarios por la monarquía portuguesa, fue atribuido, el 16 de julio de 1885, el título de Barón de Howorth de Sacavém a John Howorth, administrador de la Fábrica de la loza, y el 30 de julio de 1874, José Joaquim Pinto da Silva fue nombrado vizconde de Sacavém. El heredero de este último le sucedió en el título, hoy honorífico, y en propiedad del español Rafael J. Canalejo de Palma. El Palacio del vizconde de Sacavém alberga hoy el museo de la cerámica.
En la década de los 80 del siglo XIX, el conocido artista plástico y caricaturista Rafael Bordalo Pinheiro ejecuta en la Fábrica de Loza de Sacavém algunas de sus piezas cerámicas, tras lo cual pasará a ejecutarlas en las Caldas da Rainha.
Integración en el nuevo concejo de Loures
El 22 de julio de 1886 se transfiere la sede del municipio de Olivais, donde Sacavém se encontraba integrado, para la población de Loures, quedando Sacavém repartida en dos freguesias (intramuros y extramuros) por la Estrada da Circunvalação, quedando aquella integrada en Lisboa y está formando parte del concejo de Loures. Como la legislación municipal de Lisboa prohibía los mercados de ganado en el perímetro interior de la Estrada da Circunvalação, el ejecutivo dimisionario de la cámara de Olivais determinó, el 14 de octubre de 1886 (en lo que sería una de las últimas medidas antes de la toma de posesión del primer gobierno del concejo de Loures el 2 de enero de 1887, que el mercado de ganando que se celebraba el tercer domingo de cada mes en la plaza de la freguesia de São Bartolomeu da Charneca (la cual, por hayarse dentro de la línea de circunvalación, quedó integrada en el municipio de Lisboa) pasase a realizarse, a partir del año siguiente, en el Rossio de Sacavém Extra-Muros (la actual Praça da República), «por ser local mais próximo fora da linha de circunvalação em que o dito mercado pode ter lugar» (Por ser el local más próximo fuera de la línea de circunvalación en que dicho mercado puede tener lugar).
Tras pasar poco más de nueve años, el 26 de septiembre de 1985, las dos freguesias de Sacavém fueron reunificadas de nuevo en una, siendo ésta integrada en el municipio de Loures.
siglo XX
El despertar de las colectividades
La corporación más antigua de las que aún existen en Sacavém, es la Associação Humanitária dos Bombeiros Voluntários de Sacavém, fundada el 14 de septiembre de 1897. Las demás asociaciones datan de principios del siglo XX.
En un medio esencialmente industrial no es de extrañar la difusión de ideología defensora de los intereses de las clases trabajadoras, especialmente el socialismo y el republicanismo. Sacavém se convirtió desde finales del siglo XIX en un baluarte republicano (como otras muchas localidades industriales de los alrededores de la capital); en los últimos años de agonía del régimen monárquico, sería ahí fundada una institución política de cariz marcadamente republicano — el Centro Democrático de Sacavém, establecido el 13 de junio de 1909.
Pero desde antes, la fuerza del republicanismo se manifestaba por el surgimiento de asociaciones de operarios, de carácter claramente republicano. Un ejemplo de este asociativismo es el nacimiento de la Cooperativa de Crédito e Consumo «A Sacavenense», fundada en un día histórico — 31 de enero de 1900, exactamente nueve años tras la fracasada intentona republicana en Oporto —, y que experimentó un particular incremento durante la I República. Existiendo aún hoy en día, se trata de una de las cooperativas más antiguas de Portugal, habiendo sido declarada institución de utilidad pública el 11 de octubre de 1924 por el gobierno (publicado en el Diário da República n.º 243, II Serie). Aunque hoy haya perdido mucha parte de su vertiente económica, se mantiene como un importante polo cultural y social entre todos los sacavenenses.
Al cambiar el siglo, existían varias otras asociaciones, que mientras tanto se fueron extinguiendo como el Club Dramático 8 d'Agosto de 1900, la Troupe Familiar o también el Gilman's Football Club (fundado por el propietario de la Fábrica de Loza de Sacavém, James Gilman, para recreo de sus empleados, el cual sería el antecesor del Sport Grupo Sacavenense).
Entre las asociaciones que llegaron hasta nuestros días destacan el Clube Recreativo de Sacavém (fundado el 11 de junio de 1909, bajo el nombre de Clube de Instrução e Beneficiência Sacavenense, habiendo cambiado a su actual denominación el 22 de septiembre de 1928), el Sport Grupo Sacavenense (creado el 19 de marzo de 1910), el Clube dos Caçadores (surgido en 1921), la Sociedade Columbófila de Sacavém y además la Academia Recreativa e Musical de Sacavém (aparecida el 1 de julio de 1927).
Más recientes (segunda mitad del siglo XX) son el Centro Social de Sacavém (inaugurado el 2 de junio de 1979 por el cardenal-Patriarca de Lisboa, D. António Ribeiro, aunque su origen se remonte al 15 de agosto de 1943, cuando el prior Filinto Ramalho instituyó los Serviços de Assistência Materno-Infantil), la Associação Comunitária de Reformados, Pensionistas e Idosos de Sacavém (creada el 6 de noviembre de 1976, funcionando presentemente en la Quinta de São José), la Liga dos Amigos da Mina de São Domingos (fundada el 17 de febrero de 1976), la Associação dos Amigos e Naturais de Loriga — ANALOR (creada el 5 de marzo de 1987), la Associação dos Amigos da Quinta do Património — AQUIPA, el Clube de Jovens o incluso el Núcleo Sportinguista de Sacavém (el cual, fundado el 30 de noviembre de 1983, se constituyó así como la sexta agremiación de socios más antigua del país ligada a aquel club).
La Proclamación de la República y la revolución toponímica
Cuando tuvo lugar la Proclamación de la República Portuguesa el 5 de octubre de 1910, el pueblo prendió el puente sobre el Trancão, para evitar la llegada de refuerzos monárquicos.
Uno de los miembros de la Comisión Administrativa Provisional del Concejo de Loures, que tomó posesión el día 13 de octubre fue el comerciante sacavanense José Pedro Lourenço, destacado miembro del Centro Escolar Republicano de Loures, y que se convertiría posteriormente en el presidente de la Cámara Municipal. Su nombre es, hasta hoy, recordado en la toponimia de Sacavém.
Por otro lado, tras la proclamación del nuevo régimen, por todo el país se asistió a un cambio en la estética y los símbolos para intentar olvidar aquello que los republicanos consideraban que era del pasado monárquico, al mismo tiempo que celebraban la institución del nuevo régimen. En ese contexto, Sacavém no fue excepción y una ola de cambios toponímicos se desarrolló en la ciudad.
Así, por ejemplo, en Sacavém de Baixo, el Largo da Feira (o Terreiro de Sacavém), junto a la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Purificación, fue rebautizado como Praça da República; y junto a esta, la Rua dos Armazéns y la Rua da Estação vieron sus nombres cambiados a Rua Miguel Bombarda (el destacado psicólogo republicano muerto en la víspera de la revolución) y Domingos José de Morais (un conocido industrial local), respectivamente.
En Sacavém de Cima, el Largo da Saúde (conocido también a lo largo de la historia como Terreiro o Largo da Capela), enfrente de la capilla del mismo nombre, fue bautizado como Plaza Cinco de Outubro, y la Rua Direita pasó a llamarse Rua Almirante Reis, en honor al jefe de la revolución republicana que muriera en la mañana del 5 de octubre de 1910 al creer que la sedición había fracasado.
De la República a la institución del Estado Novo y la resistencia a la dictadura
La revolución republicana no resolvió todos los problemas con que los portugueses se enfrentaban. Las clases trabajadoras se sentían particularmente tratadas de forma injusta y la I República sufrió innumerables agitaciones y grandes huelgas generales. Durante la gran huelga de 1912, el gobierno de Duarte Leite mandó detener a los huelguistas y a encarcelarlos en varios fuertes alrededor de Lisboa, entre los cuales se encontraba el Fuerte de Sacavém.
La situación de inestabilidad política a lo largo de los 16 años de la república condujo a la revolución del Movimiento Nacional del 28 de mayo de 1926, que tuvo inicio en Braga bajo la dirección del general Gomes da Costa y luego fue secundada en Lisboa por el comandante Mendes Cabeçadas. Las fuerzas sublevadas en Braga marcharon hasta Lisboa, teniendo lugar el encuentro entre ambos dirigentes el 3 de junio en Sacavém, y una vez ahí, establecieron su cuartel general.
Fue también en Sacavém, donde el 17 de junio de ese mismo año, el general Gomes da Costa se reunió con los comandantes de las unidades que sitiaban la capital durante el Movimiento Nacional del 28 de mayo, siendo deliberado durante ese mismo día forzar al comandante Mendes Cabeçadas — considerado por el ala más conservadora del ejército como un representante de la I República — a renunciar a la presidencia de la república y del ministerio por sí encabezado, confiando el poder al propio Gomes da Costa.
Finalmente, el golpe del 9 de julio, que dio el poder a Óscar Carmona y derribó a Gomes da Costa, fue también preparado en el cuartel general de Sacavém.
Mientras tanto, todo el desarrollo socioeconómico que había tenido lugar desde mediados del siglo XIX habría pesado en el pensamiento de los dirigentes políticos del Estado Novo. Así, tras la elevación de la sede del concejo a villa (el 26 de octubre de 1926), también se atribuyó a Sacavém ese estatuto, a través del decreto n.º 14.676 de 7 de diciembre de 1927 (decreto que confería idéntico valor a la población de Bucelas, igualmente en el municipio de Loures).
Paralelamente, a lo largo de los primeros años de consolidación de la dictadura, el Regimento de Artilharia Pesada 1 (RAP 1), con sede entonces en el Convento de los Mártires, tuvo un papel preponderante en la defensa del régimen — especialmente, en la gran revuelta del 26 de agosto de 1931, en la cual elementos del RAP 1 y de la G.N.R. local, fieles a Salazar, bombardearon unidades revolucionarias en Alverca do Ribatejo, Lisboa y en Loures, donde incluso se llegó a proclamar la reposición de la república democrática depuesta en 1926.
Mientras tanto, los trabajadores de Sacavém (muchos de los cuales ligados al PCP, entonces en la clandestinidad) se manifestaron contra el régimen dictatorial en varias ocasiones, especialmente:
- En 1937, tuvo lugar la «greve dos rapazes» (huelga de los aprendices de la Fábrica de Lozas de Sacavém), a la cual siguió la vigilia de sus madres y esposas así como la subsecuente represión de la policía política del régimen — la PIDE);
- En 1944, tuvo lugar la «marcha da fome» (marcha del hambre), la cual fue encabezada por las mujeres sacavenenses, pidiendo pan y haciendo frente a la G.N.R., marchando hasta la sede del concejo de Loures — situada a unos diez kilómetros de distancia.
De la segunda mitad del siglo XX a los años 80
A mediados del siglo XX, obras como el Aeropuerto de Lisboa (llamado de la Portela de Sacavém), el pedazo inicial de la autopista A1 o de la Autovía 10 favorecieron aún más la fijación, no solo de nuevas industrias sino también de nuevos habitantes. Sacavém conoció una gran explosión demográfica y entre 1950 y 1970 la población se cuadruplicó. A ello asociado, la explosión urbanístico, que se basó en construcciones disgregadas y muchas veces quitando valor al medio envolvente. A partir de los años 80, el crecimiento demográfico se estabilizó, llegando a tener la localidad una población máxima de cerca de 25 mil habitantes.
El 25 de abril de 1974 sobre las cinco de la madrugada, la columna de la escuela práctica de caballería de Santarém, comandada por el capitán Salgueiro Maia, pasa por la autopista del norte a su paso por Sacavém, rumbo a Lisboa, con el fin de apoyar a aquello que luego sería conocido como la Revolución de los Claveles. De resto, en el marco de los eventos consecuentes a la revolución, tuvo de nuevo la villa de Sacavém una participación activa: en efecto, el cuartel del RALIS se encontraba entonces situado en dicha freguesia (actualmente pertenece a la de Portela de Sacavém, desde su separación a mediados de los años 80), y ahí tuvieron lugar importantes acontecimientos al final del Verano Caliente de 1975. — el 15 de noviembre se procedió al célebre juramento de bandera hecho por los militares con el puño cerrado, rompiendo así las normas del ejército; el 25 de noviembre del mismo año, el cuartel fue sitiado por las fuerzas de la facción más moderada del M.F.A., cuyo líder terminaría por ser general Eanes.
A semejanza de lo que ocurrió cuando tuvo lugar la Proclamación de la República en 1910, de nuevo hubo un cambio en la toponimia local: el largo de la Junta (plaza de la junta) pasó a llamarse Largo 1.º de Maio (Plaza 1.º de Mayo) y se bautizaron calles con el nombre de operarios de la industria cerámica que fueron destacados opositores al régimen o con nombres de líderes de la izquierda mundial (v. g., Salvador Allende).
El 2 de junio de 1979 es solemnemente inaugurado, por el Cardenal-Patriarca de Lisboa D. António Ribeiro, el edificio del Centro Social Paroquial de Sacavém, la gran obra de asistencia para la población de Sacavém, fundada originalmente en 1943 por el prior Filinto Ármalo bajo la denominación de Serviços de Assistência Materno-Infantil, y que la población recuerda cariñosamente con el nombre de «Obra do Padre».
Entretanto se asiste, en 1983, al cierre de la Fábrica de Lozas, que funcionaría durante 133 años. Monteiro Pereira, el administrador de la fábrica fue muerto a la salida de su casa en Almada, por una ráfaga de ametralladora, en un atentado perpetrado por el grupo terrorista Forças Populares - 25 de abril); esto llevó consigo el decreto de su ilegalización en los años noventa, así como la venta de sus bienes en subasta pública.
En la segunda mitad de los años 80, debido a la voluntad de las poblaciones, fueron creadas, por desintegración de la freguesia de Sacavém, las freguesias de Portela (1986) y Prior Velho (1989). Esto, de resto, daba secuencia a un movimiento que entonces se verificaba en todo el concejo de Loures, de creación de nuevas entidades administrativas, que aproximasen a los electores de los elegidos. Por esta época nacieron también en el concejo de Loures, las freguesias de Bobadela (sustraída a São João da Talha), Famões, Pontinha y Ramada (derivadas de Odivelas), Olival Basto (nacida de Póvoa de Santo Adrião), o Santo António dos Cavaleiros (disuelta a partir de la freguesia de Loures).
Años 90
En los años 90, Sacavém ve por fin reconocido todo su valor comercial, siendo elevada a la condición de ciudad el 4 de junio de 1997 (a través de la ley n.º 45/97, de 12 de julio, tras varios años de proyectos presentados a la Asamblea sin éxito), simultáneamente con las hasta entonces villas de Alcácer do Sal, Fátima, Sines y Vila Nova de Foz Côa. Para conmemorar la fecha, se ha celebrado todos los años la elevación de Sacavém a la categoría de ciudad con mucha pompa incluyendo las conmemoraciones de la ' (que ya se realizaba desde 1987 y pasó a ser aprovechada en el marco de estos festejos), así como Regata Tajo-Trancão, en la modalidad de Kayak-Mar (prueba iniciada en 1999, con su final en el río de Sacavém, y que inclusivamente ya está incluida en el calendario oficial de la Federación Portuguesa de Canoas).
Con la parte oriental de su territorio integrado en la zona de la Expo '98 (actual Parque das Nações), se instalaron en la zona los Parque do Tejo y do Trancão, así como accesos a la nueva travesía sobre el Tajo (el Puente Vasco da Gama, inaugurado en marzo de 1998, uniendo Sacavém a Montijo), así como varios nuevos accesos viarios, como la circunvalación interna de Lisboa o la variante de la carretera nacional 10, que contribuyeron especialmente a la reducción del flujo del tráfico en la localidad.
Al mismo tiempo, debido a la realización de estas obras, se cerró la carretera que unía Sacavém directamente a la 2.ª Circular, por la llamada Estrada de Sacavém, con el levantamiento de un muro de hormigón para separar la localidad de Lisboa (conocido como el «Muro da Vergonha» (muro de la vergüenza)), lo que motivó en la época (y continúa suscitándolo hasta hoy) gran consternación por parte de los habitantes de Sacavém.
Este período quedó también marcado por dos tristes crímenes relacionados con la G.N.R. de Sacavém, que chocaron a los savanenenses e indignaron a la opinión pública por la gran repercusión que tuvieron en los medios de comunicación social. El 16 de mayo de 1996 fue encontrada en el valle de Chelas una cabeza humana, que terminó por demostrarse que pertenecía a Carlos Rosa, que fue ejecutado por el capitán de la comisaría de la G.N.R. de Sacavém el 7 de mayo; unos cinco años más tarde, el 12 de junio de 2001, un nuevo crimen ensombreció la localidad, cuando apareció muerto en una celda de la misma comisaría otro joven, Pedro Morgado, tratando los militares de demostrar la falta de responsabilidad en esos hechos, pero terminando por esclarecerse que se trataba de un homicidio. Todo esto provocó que se cerrara la comisaría de la GNR (actualmente transformada en la ATL para los jóvenes), y la apertura de una comisaría de la P.S.P., a finales del mes de junio de 2001.
siglo XXI
Entretanto, en 2000, sería inaugurado el Museo de la Cerámica de Sacavém, destinado a conservar los restos de la antigua fábrica de lozas de la localidad (sobre todo el antiguo horno n.º 18), la única parte de la misma que se conserva, ya que el resto de la instalación industrial se ha convertido en nuevas urbanizaciones; Éste museo fue galardonado por un premio internacional por su reconocida excelencia.
El día 1 de diciembre de 2001, falleció en condiciones trágicas el prior Filinto Ármalo, debido a un incendio desatado en su residencia (contigua a la Iglesia Matriz); Pese a la rápida intervención de los bomberos no fue posible rescatar con vida su cuerpo. Con este incendio desaparecía una gran referencia de la población de Sacavém (ya que fue el párroco de la localidad durante 59 años), hecho que causó una gran consternación; desde entonces, la junta de freguesia y las asociaciones locales han procurado homenajear a esta figura destacada de la vida local.
A finales de 2003, un nuevo escándalo llevó el nombre de la localidad a las portadas de los medios de comunicación, habiendo la policía judicial investigado el contrabando de todo terrenos entre la dirección de los bomberos voluntarios de Sacavém y el empresario Sousa Cintra (hijo del antiguo presidente del Sporting Clube de Portugal con el mismo apellido).
En 2005 se iniciaron, en el ámbito del programa de Recalificación y Ordenamiento de las Áreas Suburbanas de Lisboa (PROQUAL), obras destinadas a beneficiar a la ciudad de Sacavém, debido a que es el principal polo urbano de la ciudad en la zona oriental del concejo de Loures, cofinanciadas por la Cámara Municipal y el Ministerio de Administración Interna. En ese sentido, se iniciaron las obras del nuevo Parque de Bomberos (obra muy deseada no solo por la corporación sino también por la población en general, debido a que las anteriores instalaciones, situadas en el centro de la ciudad, en zonas relativamente estrechas, impedía la prestación de un mejor servicio a las poblaciones servidas por la corporación de bomberos de Sacavém).
Del mismo modo, la Avenida do Estado da Índia (antiguo pedazo final de la Carretera Nacional 10 y hoy principal arteria del tejido urbano sacavenense), está siendo mejorada, a través de la adecuación del pavimento, el reordenamiento del tráfico (con creación de dos carriles en cada sentido y una mediana central) así como mejoras en los accesos a las áreas circundantes.
Por fin, también al abrigo del PROQUAL, y como forma de continuar valorizando el patrimonio cultural de la ciudad, fue inaugurada en junio de 2005 la Casa-Museo José Pedro, en un inmueble de un antiguo operario sacavenense que dejó un vasto patrimonio cerámico.
Gracias a la renovación del mobiliario urbano situado en la zona oriental de la ciudad, en el área del Parque das Nações (los Parques do Tejo y do Trancão), la freguesia ha sido sede de diversos eventos culturales y, sobre todo, musicales. Así, desde 2003 Sacavém ha venido acogiendo, en las noches de verano sesiones de drive-in promovidas por la Cámara Municipal de Loures, y que han traído lo mejor del cine a la desembocadura del Trancão.
Por otro lado, a partir de 2004, se han realizado en el Parque do Tejo, al final de cada primavera, la 10.ª, 11.ª y 12.ª ediciones del Festival Super Bock Super Rock, patrocinado por la conocida marca de cerveza Super Bock, habiendo contado con la participación de varios artistas de pop, rock y hip-hop nacionales e internacionales (como Alice In Chains, Audioslave, Avril Lavigne, Blasted Mechanism, Blind Zero, Boss AC, Bunnyranch, Clã, Da Weasel, David Fonseca, Deftones, Expensive Soul, Fatboy Slim, Franz Ferdinand, Hoobastank, Incubus, Keane, Korn, Lenny Kravitz, Linkin Park, Loto, Marilyn Manson, Massive Attack, Mind da Gap, Moby, Moonspell, Nelly Furtado, N.E.R.D, New Order, Pixies, Placebo, Primitive Reason, Reamonn, Slayer, System of a Down, The Black Eyed Peas, The Gift, The Prodigy, Toranja o Within Temptation).
La polivalencia de estos espacios permitió que fueran escogidos para la realización y celebración del Festival Académico de la XVII Semana Académica de Lisboa, que tuvo lugar los días 3, 4 y 5 de mayo de 2006.
Preocupaciones actuales y desafíos para el futuro
El concejo de Sacavém
Actualmente, entre las preocupaciones que están a la orden del día en Sacavém, destaca la creación del municipio de Sacavém (que incluiría las diez freguesias de la zona oriental del municipio de Loures — Apelação, Bobadela, Camarate, Moscavide, Portela, Prior Velho, Santa Iría de Azóia, São João da Talha, Unhos, y naturalmente, la ciudad de Sacavém, que sería sede de la nueva Cámara Municipal), es una propuesta bastante antigua, puesto que ya a finales del siglo XIX, el 17 de abril de 1897, un diario local (Correio de Sacavém: semanário órgão dos interesses locaes do Concelho de Loures, periódico de corta existencia, ya que dejó de publicarse tras 35 números el 16 de diciembre del mismo año) exigía a las autoridades centrales la descentralización administrativa:
«A la par con la reclamación de las providencias con que el Estado tiene por obligación acudir, conforme las urgencias, ya que es él el señor de todos los servicios públicos, reclamaremos también la descentralización de esos mismos servicios tan necesarios para la buena administración de los pueblos como bien ejercidos.»
Es preciso, mientras tanto, esperar hasta el 17 de mayo de 1914 para que sea suscrita la primera recogida de firmas de los electores de estas poblaciones a favor de crear este nuevo municipio. En la época, el proyecto contó con las firmas de los electores de las freguesias de Apelação, Camarate, Charneca, Sacavém (incluyendo los actuales territorios de Portela y de Prior Velho), Santa Iría de Azóia (que entonces abarcaba las actuales freguesias de Póvoa de Santa Iría, São João da Talha y Bobadela), Unhos, y también la población de Moscavide (en la fecha, integrada en la freguesia de Olivais como mero lugar); solo la disolución del Congreso de la República impidió llevar a buen puerto esta iniciativa.
Desde 1987, han sido de nuevo llevados a la Assembleia da República varios proyectos de ley, presentados por el PCP y por el PSD, en el sentido de viabilizar este deseo de sus poblaciones; si primero contaban con la oposición de ciertos escaños parlamentarios en la Asamblea, más recientemente se han topado con la oposición de algunas Asambleas de Freguesias (especialmente las de Portela y Moscavide).
Cuando tuvo lugar la creación del concejo de Odivelas, en 1998, se llevó a discusión el proyecto de ley del PCP (n.º 490/VII/3, de la autoría de Octávio Teixeira y António Filipe) que contemplaba también la creación del municipio de Sacavém (idéntico a un proyecto ya presentado en la legislatura anterior el n.º 61/VI/1, y suscrito por Jerónimo de Sousa y João Amaral), el cual fue, no obstante, desestimado.
La última propuesta (n.º 39/IX/1), de 2004, fue llevada al parlamento por mano de diputados de la coalición en el gobierno PSD-PP, ocurriendo que, tras la disolución parlamentaria a finales de ese año, algunos meses tras la celebración de las elecciones legislativas del 20 de febrero de 2005, se dio de nuevo entrada a un proyecto de ley idéntico (n.º 99/X/1), esta vez suscrito solo por el diputado del PSD Rui Gomes da Silva.
De ser finalmente creado, el municipio de Sacavém recuperaría el área de influencia del antiguo realengo de Sacavém, con la excepción de las freguesias de Frielas y de Charneca do Lumiar, y la inclusión de la de Santa Iría de Azóia. Sería uno de los municipios más pequeños del país en términos de área (cerca de 35 km²), pero uno de los relativamente mayores en términos de población (con casi 150 mil habitantes), quedando integrado en el área metropolitana de Gran Lisboa, donde superaría los coeficientes poblacionales de concejos como Mafra, Loures, Vila Franca de Xira e incluso de Odivelas.
Proyecto de creación de la freguesia de Oriente
Otra preocupación se desprende de los deseos autonomistas de los habitantes del vecino Parque de las Naciones, que pretenden la creación de la freguesia de Oriente, cuyo límite septentrional, de acabar creándose, sería el Río Trancão — lo que, desde la óptica de los órganos autárquicos de Sacavén, amputaría una parte significativa del territorio de la freguesia. Aunque, en términos funcionales, ese territorio pueda ser considerado como parte integrante de la ciudad de Lisboa — basando así la propuesta de creación de la referida freguesia en la adecuación de la división administrativa a la realidad de las poblaciones — tal designación causa vehemente repudio entre todos los sacavenses que habitan fuera del Parque de las Naciones, habiendo votado la Asamblea de Freguesia de Sacavém por unanimidad un parecer desfavorable a la creación de dicha freguesia.
Además conviene recordar que, el parque inmobiliario construido en el área del Parque de las Naciones, situado en la freguesia de Sacavém es el más diminuto de las tres freguesias por las cuales se extiende (Sacavém, Moscavide y Olivais), siendo como tal, extremadamente reducido el número de habitantes del Parque de las Naciones en el área actualmente ocupada por la freguesia de sacavém; en efectom, la mayor parte del territorio es ocupado por el Parque do Tejo e do Trancão.
Pese a ello, los partidos y organizaciones que suscriben esta alteración administrativa (o sea, la creación de la Freguesía de Oriente dentro del Concejo de Lisboa o, como mínimo, la inclusión de todas las áreas del Parque de las Naciones en la freguesia de Santa Maria dos Olivais) defienden que esta es la forma más racional de regir un espacio como el Parque de las Naciones, que actualmente está dividido en dos concejos y tres freguesias (además de que el concejo de Loures, actualmente no administra el territorio del Parque de las Naciones — por ejemplo, no administra la distribución de agua ni otros servicios municipales, al contrario de lo que ocurre por parte lisboeta — que apenas recibe impuestos municipales a cambio de los servicios, lo que implica un desfase entre quien recibe y quien actúa.).
Una propuesta de diputados del PSD y del CDS-PP, en el sentido de la creación de dicha freguesia fue aceptada a trámite en la Assembleia da República ya en 2004, pero la disolución de la cámara durante ese mismo año, ordenada por el presidente de la República (entonces Jorge Sampaio) provocó la caducidad de la propuesta, aunque en la actual legislatura ha vuelto a ser presentada por el PSD, hallándose de momento en la comisión de ordenación terriotorial para su discusión (proyecto de ley n.º 100/X/1).
Supresión de la freguesia de Sacávem
Fue suprimida el 28 de enero de 2013, en aplicación de una resolución de la Asamblea de la República portuguesa promulgada el 16 de enero de 2013 al unirse con la freguesia de Prior Velho, formando la nueva freguesia de Sacavém e Prior Velho.