Cambio climático y agricultura para niños
El cambio climático y la agricultura están muy conectados. El cambio climático afecta la forma en que cultivamos nuestros alimentos, y la agricultura también contribuye al cambio climático.
El cambio climático trae consigo un aumento de la temperatura promedio, cambios en las lluvias, más eventos climáticos extremos como sequías, inundaciones y olas de calor. También aumenta el dióxido de carbono en el aire y causa el deshielo. Todos estos factores afectan la producción de alimentos y pueden poner en riesgo la disponibilidad de comida para todos.
Por otro lado, las actividades agrícolas y ganaderas liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera, como dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Cuando hay demasiados de estos gases, la Tierra tiene problemas para mantener su temperatura normal, lo que lleva al calentamiento global y al cambio climático.
El cambio climático ya está afectando la agricultura, y se espera que estos efectos sean más fuertes en el futuro. Las consecuencias pueden variar mucho según la región, el tipo de cultivos y cómo se maneja la tierra. Los periodos largos de sequía, las olas de calor, la falta de agua o el exceso de lluvias pueden reducir lo que se cosecha y afectar la salud de los animales, lo que a su vez disminuye la cantidad de alimentos disponibles. Esto es una amenaza para la seguridad alimentaria, especialmente para las comunidades más vulnerables.
Sin embargo, si usamos bien el conocimiento científico sobre el cambio climático, podemos encontrar formas de reducir las emisiones de gases y adaptar la agricultura. Esto nos ayudaría a producir más alimentos y a tener sistemas agrícolas más resistentes a los cambios del clima.
Contenido
- ¿Cómo afecta el cambio climático a la agricultura?
- Proyecciones futuras
- Disminución en la producción de granos
- Impactos en la pobreza
- Modelos de desarrollo de cultivos
- Efecto potencial de la temperatura en el período de crecimiento
- Efecto del aumento del dióxido de carbono en cultivos
- Tierras agrícolas y cambio climático
- Erosión y fertilidad
- Efectos potenciales del cambio climático en plagas, enfermedades y hierbas no deseadas
- Desaparición y retroceso de los glaciares
- Ozono y rayos UV
- El Niño
- ¿Cómo contribuye la agricultura al cambio climático?
- Galería de imágenes
- Véase también
- Referencias
¿Cómo afecta el cambio climático a la agricultura?

Aunque tenemos avances tecnológicos como el mejoramiento genético de cultivos, plantas modificadas, sistemas de riego y herramientas digitales, los factores más importantes para la productividad agrícola siguen siendo la biodiversidad, la calidad del suelo y el clima.
Desde hace mucho tiempo, la agricultura ha dependido del clima y ha sufrido sus cambios. Pero el cambio climático actual aumenta mucho el riesgo de problemas graves en las zonas agrícolas más sensibles. Poco a poco, el cambio climático modificará las condiciones ecológicas de las áreas donde se cultiva y se crían animales.
Los efectos del cambio climático en la agricultura son diferentes en cada lugar, porque cada región tiene sus propias características, tipos de cultivos, formas de criar animales y prácticas de manejo. Por eso, es importante estudiar estos efectos a nivel local.
El Tercer Informe de Evaluación del IPCC señaló que los países con menos recursos serían los más afectados, con una reducción en la producción agrícola en muchas regiones tropicales y subtropicales. Esto se debe a la menor disponibilidad de agua y al aumento de nuevas plagas de insectos o enfermedades. En África y América Latina, muchos cultivos ya están cerca de su límite de temperatura, por lo que su rendimiento podría disminuir incluso con pequeños cambios en el clima. Se calcula que en el siglo XXI, la productividad agrícola podría bajar hasta un 30%. La vida marina y la pesca también se verán afectadas en algunas zonas.
Según el Servicio meteorológico del Reino Unido, se espera que las áreas de cultivo se reduzcan en un 50% en Pakistán, mientras que la producción de maíz en Europa podría aumentar en un 25% si las condiciones de agua son buenas.
Los efectos positivos para los cultivos dependen en gran parte del aumento de dióxido de carbono, que puede ayudar al crecimiento de las plantas y a que usen el agua de forma más eficiente. Sin embargo, la disminución de cultivos podría ocurrir por la reducción del tiempo de crecimiento, la falta de agua y una mala vernalización (proceso que necesitan algunas plantas para florecer).
A largo plazo, el cambio climático podría afectar la agricultura de varias maneras:
- Productividad: Cambios en la cantidad y calidad de los cultivos.
- Prácticas agrícolas: Modificaciones en el uso del agua (riego) y en el uso de productos como herbicidas, insecticidas y fertilizantes.
- Efectos en el medio ambiente: Cambios en la frecuencia de lluvias, el sistema de drenaje de suelos, la erosión y la reducción de la diversidad de cultivos.
- Espacio rural: Pérdida o ganancia de tierras cultivadas y cambios en los servicios de agua.
- Adaptación: Las plantas y animales podrían volverse más o menos competitivos. Los humanos también podrían necesitar desarrollar variedades de cultivos más resistentes, como arroz que soporte la sal o las inundaciones.
Muchas de estas predicciones son inciertas, especialmente por la falta de información detallada en regiones específicas. También hay dudas sobre la magnitud del cambio climático, los efectos de los avances tecnológicos, la demanda mundial de alimentos y las muchas formas de adaptación. El cambio climático está causando un aumento en el número de personas que se ven obligadas a moverse de sus hogares.
Muchos expertos en agricultura creen que la producción agrícola se verá afectada principalmente por la gravedad y la velocidad del cambio climático, más que por cambios lentos. Si el cambio es gradual, la naturaleza tendría tiempo para adaptarse. Pero si el cambio es muy rápido, podría amenazar la agricultura en muchos países, sobre todo en aquellos que ya han sufrido cambios climáticos, ya que tienen menos tiempo para adaptarse.
Proyecciones futuras
En 2001, el IPCC destacó que los países más pobres serían los más afectados, con grandes reducciones en el rendimiento de los cultivos en muchas regiones tropicales y subtropicales, debido a la dificultad para conseguir agua y a la aparición de nuevas plagas de insectos.
Aunque en algunas regiones (como Siberia) podría haber beneficios locales por el calentamiento, las pruebas más recientes indican que el rendimiento global de los cultivos se verá afectado negativamente.
En 2007, Schneider y sus colegas predijeron que un aumento de 1 a 3 °C reduciría la producción de algunos cereales en zonas cálidas y la aumentaría en zonas frías. En general, la producción mundial aumentaría hasta un calentamiento de 3 °C, pero probablemente disminuiría si supera los 3 o 4 °C. Muchos estudios sobre la agricultura mundial no incluyen factores importantes como los eventos climáticos extremos o la propagación de plagas y enfermedades. Tampoco consideran el desarrollo de nuevas técnicas o tecnologías de adaptación. En 2007, el aumento de incentivos para que los agricultores cultivaran productos no alimentarios para biocombustibles, junto con otros factores (como el aumento de los costos de transporte, el cambio climático, la mayor demanda de consumidores en China e India, y el aumento de la población), causó escasez de alimentos en Asia, Oriente Medio, África y México, y un aumento de los precios de los alimentos en todo el mundo. En diciembre de 2007, 37 países enfrentaban crisis alimentarias y 20 habían establecido algún tipo de control de precios para los alimentos.
Otro punto importante es que las hierbas no deseadas también se benefician del aumento de dióxido de carbono. Como la mayoría de estas hierbas son plantas C3 (que tienen un tipo de fotosíntesis), podrían competir más con cultivos C4 (como el maíz). Sin embargo, algunos estudios sugieren que los herbicidas podrían ser más efectivos con el aumento de la temperatura.
El calentamiento global podría aumentar las lluvias en algunas zonas, lo que llevaría a más humedad en el aire y temporadas de lluvia más largas. Esto, junto con las altas temperaturas, podría favorecer el desarrollo de enfermedades causadas por hongos. Por ejemplo, el estado Barinas (Venezuela) está sufriendo este efecto en el cultivo de la yuca. También, el aumento de temperatura y humedad está favoreciendo el incremento de plagas de insectos.
África
La geografía de África la hace muy vulnerable al cambio climático. El 70% de su población depende de la agricultura de secano (sin riego) para vivir. Un informe de Tanzania sugiere que las zonas que suelen tener dos temporadas de lluvia al año podrían tener más, y las que tienen solo una, podrían tener menos. Se espera que esto resulte en un 33% menos de maíz, que es el alimento principal del país. Se cree que el cambio climático regional, especialmente la disminución de las lluvias, ha contribuido a la escasez de recursos en algunas zonas. La combinación de sequías prolongadas, la desertificación y el aumento de la población ha llevado a que la gente se mueva en busca de agua y tierras, lo que puede generar tensiones por los recursos.
El IPCC concluyó que la variabilidad y el cambio del clima afectarían gravemente la producción agrícola y el acceso a los alimentos. Algunos estudios indican que el sur de África podría perder más del 30% de su cultivo principal, el maíz, para 2030. En el sur de Asia, las pérdidas de alimentos básicos como el arroz, el mijo y el maíz podrían llegar al 10%.
América
El IPCC (2007:14) predijo que en las zonas secas de América Latina, la producción de algunos cultivos y ganado disminuiría, afectando la disponibilidad de alimentos. En zonas templadas, los cultivos de soja crecerían. Se espera que durante el siglo XXI la productividad caiga más del 30%. La industria pesquera también se verá muy afectada en muchos lugares.
En Estados Unidos, el aumento de la temperatura y las precipitaciones podría no tener efectos importantes en los cultivos más grandes. Según el IPCC (2007:14-15), se prevé que en las primeras décadas de este siglo, un cambio climático moderado aumentaría la producción de los cultivos que solo reciben lluvias en un 5-20%, pero con mucha variación entre regiones. El mayor desafío será para los cultivos que están cerca de su límite de temperatura o que dependen de recursos hídricos muy utilizados.
Asia
Con probabilidades medias, el IPCC proyectó que a mediados del siglo XXI, en el este y sureste de Asia, los cultivos aumentarían en un 20%, mientras que en el centro y sur de Asia, se reducirían en un 30%. En general, se predijo que el riesgo de escasez de alimentos sería muy alto en varios países. En el sur de Asia, las pérdidas de productos básicos como el arroz, el mijo y el maíz podrían llegar al 10%.
Europa
El IPCC (2007:14) predijo que en el sur de Europa, el cambio climático reduciría la producción de cultivos. En el centro y este de Europa, se espera que disminuya la productividad forestal. En el norte de Europa, el efecto inicial del cambio climático será un aumento en la producción de cultivos.
España es un gran productor mundial de cereales, verduras, frutas y aceite. Los cereales de secano en España han adelantado sus etapas de crecimiento en primavera en las últimas tres décadas debido al cambio global, que en la Península se ha manifestado con un aumento de la temperatura media y una ligera disminución, pero mayor intensidad, de las precipitaciones. El trigo y la avena han adelantado sus fases de aparición de la hoja y floración en un promedio de tres y un día por año, respectivamente. Estos cambios pueden tener un gran impacto en la producción final. La floración del olivo también se está viendo afectada, lo cual es grave porque está muy relacionada con la producción de la cosecha. También se ha reportado un adelanto en la actividad de insectos que se alimentan de savia, como pulgones y araña roja, debido al adelanto de las temperaturas primaverales al mes de febrero, especialmente en la zona mediterránea.
Oceanía
En Oceanía, si no hay una futura adaptación al cambio climático, los impactos en la agricultura serían considerables. Para 2030, la producción agrícola y forestal se reduciría en el sur y este de Australia y algunas partes del este de Nueva Zelanda. Se proyecta que los beneficios iniciales serán ríos más grandes en el sur y oeste.
Polos (Ártico y Antártida)
Brown informó en 2005 cómo el cambio climático había afectado la agricultura en Islandia. Las temperaturas más altas permitieron cultivar cebada, algo que no se hacía desde hacía 20 años. Este calentamiento se produjo por un cambio en las corrientes oceánicas del Caribe, lo que también afectó la pesca.
Anisimov y otros (2007:655) estudiaron el clima de esta región. Con una probabilidad media, concluyeron que los beneficios de un clima menos severo dependerían de las condiciones locales. Uno de estos beneficios sería el aumento de oportunidades para la agricultura y la silvicultura.
Islas pequeñas
En un estudio, Mimura y otros (2007:689) concluyeron con una alta probabilidad que la agricultura de subsistencia (para consumo propio) y la agricultura comercial en las islas pequeñas se verían gravemente afectadas por el cambio climático.
Disminución en la producción de granos
Entre 1996 y 2003, la producción de granos se mantuvo en unos 1800 millones de toneladas. En 2000, 2001, 2002 y 2003, las reservas de granos disminuyeron porque la producción mundial no fue suficiente para el consumo.
A finales de los años setenta, la temperatura promedio de la Tierra ha estado aumentando, con nueve de los 10 años más cálidos desde 1995. En 2002, India y los Estados Unidos sufrieron una disminución importante de cultivos debido a temperaturas inusuales y sequías. En la primavera y el verano de 2003, Europa sufrió escasez de lluvias y el calor dañó la mayor parte de los cultivos del Reino Unido y Francia en Europa Occidental, así como los de Ucrania en el este. Los precios del pan han estado subiendo en varios países de la región. Estudios en Aragón (España) muestran que algunas zonas productoras se están volviendo menos productivas, lo que dificulta la planificación de los cultivos debido a las mayores restricciones del cambio climático.
Impactos en la pobreza
Investigadores del Overseas Development Institute han estudiado cómo el cambio climático podría afectar la agricultura y la lucha contra la pobreza en los países en desarrollo. Sugirieron que los efectos de un cambio climático moderado serían diversos en esos países. Sin embargo, la vulnerabilidad de las personas con menos recursos en los países en desarrollo ante los efectos a corto plazo del cambio climático, especialmente el aumento de la frecuencia y gravedad de climas adversos, probablemente tendrá un impacto negativo. Según ellos, esto debería considerarse en las políticas agrícolas.
Modelos de desarrollo de cultivos
Los modelos que estudian el comportamiento climático a menudo no son concluyentes. Para estudiar a fondo los efectos del calentamiento global en la agricultura, se pueden usar otros tipos de modelos, como los de desarrollo de cultivos, predicciones de la producción y cantidades de agua y fertilizantes consumidos. Estos modelos resumen el conocimiento del clima, los suelos y los efectos observados de diversas prácticas agrícolas. Así, sería posible probar estrategias para adaptarse a los cambios del medio ambiente.
Como estos modelos simplifican las condiciones naturales (a menudo asumen que las hierbas no deseadas, las enfermedades y las plagas están controladas), no está claro cuán realistas son estos estudios. Sin embargo, algunos resultados se aceptan parcialmente a medida que aumenta el número de experimentos.
También se usan otros modelos, como los de desarrollo de insectos y enfermedades, que se basan en proyecciones climáticas. Por ejemplo, simulan la reproducción de áfidos o el desarrollo de la septoriosis, una enfermedad de los cereales.
Se utilizan escenarios para estimar los efectos del cambio climático en el desarrollo y rendimiento de los cultivos. Cada escenario se define como un conjunto de variables meteorológicas basadas en proyecciones generalmente aceptadas. Por ejemplo, muchos modelos realizan simulaciones con el doble de dióxido de carbono, un aumento de la temperatura de 1 °C a 5 °C y un aumento o disminución de las precipitaciones de un 20%. Otros parámetros incluyen la humedad, el viento y la actividad solar. Los modelos de escenarios de cultivos evalúan la adaptación de las granjas, como cambiar la fecha de siembra, usar especies adaptadas al clima (que necesitan vernalización y resistencia al frío y al calor), adaptar el riego y los fertilizantes, y la resistencia a las enfermedades. Los modelos más avanzados se relacionan con el trigo, el maíz, el arroz y la soya.
Efecto potencial de la temperatura en el período de crecimiento
La duración de los ciclos de crecimiento de los cultivos está relacionada principalmente con la temperatura. Un aumento de la temperatura acelerará el crecimiento. En el caso de un cultivo anual, el período entre la siembra y la cosecha se acortará (por ejemplo, el tiempo antes de la cosecha del maíz podría reducirse entre una y cuatro semanas). Esto podría afectar negativamente la productividad porque la senescencia (envejecimiento de la planta) ocurriría antes.
Efecto del aumento del dióxido de carbono en cultivos
El aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera podría afectar a los cultivos de diferentes maneras. Un nivel más alto de CO2 aumenta la producción de los cultivos porque mejora la fotosíntesis y reduce la pérdida de agua al cerrar los estomas (pequeños poros en las hojas). Los efectos de un aumento de dióxido de carbono serían mayores en cultivos C3 (como el trigo) que en los cultivos C4 (como el maíz). Las plantas CAM serían las menos beneficiadas, lo que reduce el consumo de agua.
Según el IPCC, "La importancia del impacto del cambio climático en la calidad del forraje y el grano surge de investigaciones recientes. Para el arroz, el contenido de amilosa del grano (que determina la calidad de cocción) aumenta con el CO2. El grano de arroz cocinado es más firme si las plantas crecen en ambientes con alta concentración de CO2 que en las condiciones actuales. Sin embargo, disminuirían las concentraciones de hierro y zinc, importantes para la nutrición humana. Además, el contenido de proteínas del grano se reduciría si aumentan la temperatura y el dióxido de carbono".
Tierras agrícolas y cambio climático
El cambio climático podría aumentar la cantidad de tierra cultivable en regiones de alta latitud, debido a la disminución de las zonas heladas del planeta. Un estudio de 2005 afirma que, desde 1960, la temperatura en Siberia ha aumentado en promedio 3 °C (mucho más que en el resto del mundo). Sin embargo, informes sobre el impacto del calentamiento global en la agricultura rusa indican efectos contradictorios: mientras que en las tierras del norte se espera que aumenten las tierras cultivables, también se advierte de posibles pérdidas en la productividad y un mayor riesgo de sequía.
Se espera que para 2100 el nivel del mar aumente un metro, aunque no hay un acuerdo total al respecto. La elevación del nivel del mar causaría pérdidas de tierras de cultivo, especialmente en el Sureste Asiático. La erosión, la inundación de las costas y la salinidad del agua subterránea debido al aumento del nivel del mar, podrían afectar la agricultura al inundar tierras bajas.
Si el nivel del mar sube a esos niveles, tierras bajas como Bangladés, India y Vietnam tendrían mayores pérdidas en los cultivos de arroz. Vietnam, por ejemplo, depende mucho de la zona sur del país para sembrar arroz. Cualquier aumento del nivel del mar de no más de un metro inundaría varios kilómetros cuadrados de cultivos de arroz, lo que haría que Vietnam no pudiera producir y exportar su principal cereal.
Erosión y fertilidad
Se espera que las altas temperaturas atmosféricas de la última década se conviertan en ciclos de agua más intensos, incluyendo lluvias más extremas. Es probable que se produzcan erosiones y degradaciones del suelo. La fertilidad de los suelos también se vería afectada por el cambio climático. En los próximos 50 años, el aumento de la erosión en la agricultura por actividades humanas puede causar pérdidas de hasta un 22% del carbono existente en el suelo. Sin embargo, como la relación entre el carbono orgánico en el suelo y el nitrógeno se mantiene casi constante, duplicar el carbono implicaría un almacenamiento mucho mayor de nitrógeno orgánico en los suelos, lo que daría más nutrientes a las plantas y produciría mejores cultivos. La necesidad de fertilizantes con nitrógeno disminuiría, lo que permitiría cambiar estrategias de fertilización costosas.
Debido a los climas extremos que podrían resultar, el aumento de las precipitaciones incrementaría el riesgo de erosión, mientras que al mismo tiempo se tendrían tierras con mejor hidratación, dependiendo de la intensidad de la lluvia. La posible evolución de la materia orgánica en el suelo es un tema debatido: mientras que el aumento de la temperatura causaría una mayor tasa de producción de minerales, reduciendo el contenido de materia orgánica en el suelo, la concentración atmosférica de CO2 tendería a incrementarse.
Efectos potenciales del cambio climático en plagas, enfermedades y hierbas no deseadas
Es importante destacar que las malezas (hierbas no deseadas) también experimentarán la misma aceleración del ciclo de vida y se beneficiarían del aumento de dióxido de carbono. Como la gran mayoría de las malezas son plantas C3, probablemente competirían aún más que ahora contra las plantas C4 en cultivos como el maíz. Por otro lado, algunos resultados sugieren que los herbicidas serían más efectivos con el aumento de la temperatura.
El calentamiento global produciría un aumento de las precipitaciones en algunas áreas, causando un incremento en la humedad atmosférica y la duración de la estación lluviosa. Combinado con altas temperaturas, esto podría favorecer la propagación de enfermedades causadas por hongos. Igualmente, debido a las altas temperaturas y la humedad, podría haber un incremento en la propagación de insectos y vectores biológicos (organismos que transmiten enfermedades).
Desaparición y retroceso de los glaciares
El continuo retroceso de los glaciares tendrá diferentes impactos. En regiones que dependen mucho del agua de los glaciares que se derriten en la temporada de verano más cálida, el retroceso actual eventualmente agotará el hielo glacial y reducirá o eliminará significativamente el flujo de agua. Una reducción de este flujo afectará la capacidad de regar cultivos y disminuirá el agua necesaria para mantener llenas las represas y diques.
Aproximadamente 1300 millones de personas viven en las cuencas de los ríos del Himalaya. India, China, Pakistán, Afganistán, Bangladés, Nepal y Birmania podrían experimentar inundaciones seguidas de graves sequías en las décadas posteriores. Solo en India, el río Ganges provee agua para beber y para la agricultura, beneficiando a más de 1300 millones de personas. La costa Oeste de Norteamérica, que obtiene gran parte del agua que necesita de glaciares y montañas como Rocky Mountains y Sierra Nevada, también se vería afectada.
Ozono y rayos UV
Algunos científicos creen que la agricultura podría verse afectada por una disminución de la capa de ozono, ya que los radiación ultravioleta de onda media (UVB) aumentarían, lo cual es peligroso para los seres vivos. Un exceso de este tipo de radiación puede afectar directamente la fisiología de las plantas y producir muchas mutaciones, e indirectamente cambiar el comportamiento de los polinizadores. Sin embargo, aún no se ha confirmado si un aumento en los gases de efecto invernadero haría disminuir la capa de ozono.
Lo que sí se sabe es que un posible efecto del aumento de la temperatura son niveles significativamente más altos de ozono en la troposfera (la parte más baja de la atmósfera), lo que haría que los cultivos tuvieran rendimientos mucho menores.
El Niño
Durante las últimas décadas el número de eventos de El Niño aumentó, aunque se necesita un período de observación mucho mayor para detectar cambios robustos. En 2014 se informó en Nature sobre una robusta tendencia al aumento en Los Niños extremos.
Varios estudios de datos históricos sugieren que la reciente variación de El Niño está vinculado al calentamiento global, pero no hay consenso sobre este aspecto. Por ejemplo, incluso después de restar la influencia positiva de la variación decenal, se demuestra que está posiblemente presente en la tendencia ENOS, la amplitud de la variabilidad ENOS en los datos observados todavía aumenta, por tanto como 60% en los últimos 50 años.
Puede ser que el fenómeno observado de eventos de El Niño más frecuentes y más fuertes se produce solo en la fase inicial del calentamiento global y luego (por ejemplo, después de que las capas inferiores del océano también se calienten) El Niño será más débil de lo que era. También puede ser que las fuerzas estabilizadoras y desestabilizadoras que influyen en el fenómeno finalmente se compensarán entre sí. Se necesita más investigación para proporcionar una mejor respuesta a esa pregunta. Sin embargo, los nuevos modelos publicados en la revista Nature en 2014 indicaron que el calentamiento global no mitigado afectaría particularmente las aguas superficiales del Pacífico Oriental ecuatorial y duplica la ocurrencia de Los Niños extremos.
En un futuro, regiones como Indonesia donde el cultivo principal consistente de arroz será más vulnerable al incremento de la intensidad del fenómeno El Niño. David Battisi, profesor de la Universidad de Washington, investigó los efectos de los futuros fenómenos de El Niño de la agricultura de Indonesia usando el informe anual del IPCC del año 2007 y 20 modelos logísticos diferentes que estudian factores climáticos como la presión atmosférica, nivel del mar y humedad, y encontró que la cosecha de arroz experimentará un decrecimiento en sus cultivos. Bali y Java, que poseen el 55% de los cultivos de arroz en Indonesia, probablemente experimentarán 9-10% de menos monzones, los cuales prolongan las temporadas de hambre. La cosecha normal de arroz empieza en octubre y la recolección en enero. Sin embargo, como el cambio climático afecta al fenómeno del Niño, produce un retraso en la plantación de cultivos, así que la recolección será mucho más tarde y en condiciones más secas, produciendo cultivos con menor rendimiento.
La corriente del Niño, a su vez, al interponerse entre el continente y las aguas frías de la corriente de Humboldt, acompañada por los vientos del norte, trae consigo calor y lluvias. Desde fines del siglo XIX se ha intentado establecer una relación entre la corriente cálida del Niño y el fenómeno de El Niño relacionado con el calentamiento del Océano Pacífico, como factor detonante que genera lluvias más intensas y frecuentes en los Andes de Chile, Perú y Ecuador. Con el “Niño costero”, a lo largo del litoral andino, las lluvias sobre laderas desprotegidas provocan copiosas escorrentías y estas caudalosos torrentes, que erosionan las montañas y llevan importantes sedimentos para verterlos al Pacífico sudamericano. Allí, con las aguas del océano turbias, se reduce la eficiencia de la fotosíntesis, y por lo tanto el volumen de plancton. Esto provoca una notable reducción de la población de peces en los bancos de atún y sardinas, y también en la población de aves guaneras que habitan islas y puntas costeras. En últimas, como consecuencia del calentamiento global, con el Niño costero, menos pesca y peores cosechas en el Pacífico sudamericano.
¿Cómo contribuye la agricultura al cambio climático?
El impacto ambiental de la agricultura es el efecto que las diferentes prácticas agrícolas tienen sobre el medio ambiente. El impacto ambiental de la agricultura varía de acuerdo a los métodos, técnicas y tecnologías utilizadas, y la escala de la producción agrícola. La agricultura en general impacta sobre el suelo, el agua, el aire, la biodiversidad, las personas, las plantas y su diversidad genética, la calidad de la comida y los hábitats.
La agricultura contribuye al incremento de gases de efecto invernadero por la liberación de CO2 relacionado con la deforestación, la liberación de metano del cultivo de arroz, la fermentación entérica en el ganado y la liberación de óxido nitroso de la aplicación de fertilizantes. Todos estos procesos juntos componen el 54% de emisiones de metano, aproximadamente el 80% de emisiones de óxido nitroso, y casi todas las emisiones de dióxido de carbono relacionados con el uso de tierras. La agricultura industrial es la principal contribuyente de metano y óxido nitroso a la atmósfera terrestre. Además, la agricultura industrial impacta en el ambiente debido al uso intensivo de agroquímicos o plaguicidas, la contaminación del agua y la aparición de zonas muertas, la degradación del suelo, la producción de desechos y la contaminación genética.
El sector agropecuario es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, que junto con los efectos del cambio de uso de las tierras y la quema de combustibles fósiles, están entre las principales causas del calentamiento global. Además de ser un importante usuario de tierras y consumidor de combustibles fósiles, la agricultura y la ganadería contribuyen directamente a las emisiones de gases de efecto invernadero por medio de las técnicas empleadas para el cultivo de granos y monocultivos, y la cría de ganado. El sistema agroalimentario global actual es responsable de cerca de la mitad (entre 44 % y 57 %) de todas las emisiones de gases con efecto de invernadero producidas por actividades humanas. Esta cifra se compone de la contribución de las emisiones agrícolas —las emisiones producidas en los campos de cultivo— de entre el 11 y el 15 %; un 15-18 % producidas por el cambio en el uso del suelo y la deforestación ocasionada por la agricultura; entre un 15 y 20 % de emisiones proveniente del procesamiento y el empacado de los productos agrícolas y entre un 3.5 y 4.5 % proveniente de los desechos.
La agricultura conlleva un gran consumo de agua (aproximadamente 2/3 del total) y tierra, lo cual desplaza a otras especies en el proceso. Los fertilizantes, plaguicidas y el estiércol empleados en la agricultura son una de las principales causas de contaminación del agua dulce. La sobrecarga de fertilizantes procedentes de los cultivos que llegan a los lagos, embalses y estanques a través de las aguas subterráneas o cursos de agua, provoca una explosión de algas que reducen el nivel de oxígeno en el agua y suprimen así a otras plantas y animales acuáticos, generando zonas muertas. Los plaguicidas matan hierbas e insectos y con ellos las especies que sirven de alimento a aves y otros animales. Los insecticidas, herbicidas y fungicidas contaminan el agua dulce y el aire con compuestos químicos que afectan al ser humano y a muchas formas de vida silvestre.
Ganadería


La ganadería es una de las actividades humanas con mayor impacto ambiental, dado que representa la primera causa de desforestación y contribuye de forma decisiva a la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la contaminación y eutrofización de las masas de agua y a la degradación del suelo. En determinados contextos locales podría tener no obstante un impacto positivo limitado.
Mundialmente, la ganadería ocupa el 70% de todas las tierras usadas en agricultura, que representan el 30% de la tierra libre de hielo de la Tierra. El 18% de gases de invernadero antropogénicos se podrían deber a las emisiones de la ganadería y actividades relacionadas, tales como la deforestación para establecer zonas de pasto, la erosión del suelo o el sobrepastoreo y el incremento de prácticas intensivas de consumo de combustibles. Las atribuciones específicas del sector ganadero incluye: 9% de las emisiones globales de CO2, 35-40% de las emisiones globales de metano (principalmente debido a fermentaciones entéricas y al estiércol) y 64% de las emisiones globales de óxido nitroso, principalmente debido al uso de fertilizante. Los caminos de acceso también facilitan la destrucción del hábitat y su conversión para formar potreros. Este problema es especialmente grave en las fincas de ganado que se implementan en el bosque húmedo tropical de América Latina, como la cuenca del Amazonas, y no es sostenible a corto plazo.
Otro problema es la desertización. Las fincas de ganado que se establecen en terrenos de pasto naturales, normalmente requieren un control constante de su capacidad para prevenir el pastoreo excesivo durante los años secos. El ganado doméstico inevitablemente debe tomar agua todos los días; por eso es difícil evitar el pastoreo excesivo alrededor de las fuentes de agua. Entonces, el potencial de la utilización del ganado salvaje debe ser estudiado durante la preparación del proyecto, porque no requiere agua todos los días, no sufre picadura de la mosca tsetsé, ni de los insectos, como sucede con el ganado bovino; en consecuencia, no existe ninguna necesidad de insecticida; comen una variedad más amplia de vegetación y también mordisquean, por eso pueden dar más productos, a mediano y largo plazo, que el ganado bovino.
Otros problemas son el exceso de pesticidas y el procesamiento de los afluentes de los mataderos. Para los impactos ambientales del procesamiento de la carne y los otros productos ganaderos, véase Impacto ambiental.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Effects of climate change on agriculture Facts for Kids
- Impacto ambiental de la agricultura
- Calentamiento global
- Agricultura
- Controversia sobre el calentamiento global
- Acuicultura multitrófica integrada
- Dinámica de sistemas
- Sindemia
- Deuda de extinción
Referencias
- El cambio climático a pie de campo Cambios durante los últimos 20 años contados por agricultor.