Agricultura intensiva para niños
La agricultura intensiva es una forma de producir alimentos que busca obtener la mayor cantidad posible de productos en un espacio pequeño. Para lograr esto, se utilizan herramientas y técnicas especiales como fertilizantes, semillas de alta calidad, sistemas de riego y maquinaria moderna.
Este método aprovecha la tierra al máximo, cultivándola a menudo dos veces al año: una vez en primavera-verano y otra en otoño-invierno. Gracias al uso de fertilizantes, productos para proteger los cultivos y maquinaria, se necesita menos terreno para producir la misma cantidad de alimentos que con otros métodos. La agricultura intensiva requiere un ambiente controlado que cumpla con las necesidades específicas de cada cultivo para que crezca bien. Una de las razones principales por las que este tipo de agricultura ha crecido tanto es la gran demanda de alimentos en el mundo.
Es importante saber que lo que pasó en las décadas de 1980 y 1990 no fue una intensificación nueva, sino un cambio dentro de la agricultura intensiva. Un ejemplo de esto es la etapa conocida como la «la revolución verde», que significó un gran avance en la forma de cultivar.
También existe una agricultura intensiva que es amigable con el medio ambiente, como el método del «bancal profundo». Este método no daña la naturaleza y se usa en huertos pequeños, como los de las escuelas o los familiares, porque requiere mucho trabajo manual.
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Ejemplos de agricultura intensiva
- En cultivos que necesitan mucha mano de obra, como los de hortalizas (por ejemplo, el espárrago), donde la maquinaria se usa poco.
- En cultivos que requieren muchos productos especiales, como las flores, que necesitan cuidados para llegar perfectas al mercado.
- Los cultivos que necesitan una gran inversión de dinero y un ambiente muy controlado, como los que crecen sin tierra (cultivo hidropónico) dentro de invernaderos.
En este tipo de agricultura, se producen grandes cantidades de un solo tipo de producto en espacios reducidos. Es muy común en las zonas cercanas a las grandes ciudades de todo el mundo, ya que su objetivo es alimentar a la población de esas áreas.
Historia de la agricultura intensiva
El desarrollo de la agricultura en Gran Bretaña entre los siglos XVI y XIX hizo que la producción de alimentos aumentara muchísimo. Esto ayudó a que la población creciera como nunca antes y a que muchas personas pudieran dejar el campo para trabajar en las fábricas, lo que impulsó la Revolución Industrial. Los historiadores destacan inventos como el cercado de tierras, las máquinas agrícolas, la rotación de cultivos y la cría selectiva de animales como los cambios más importantes.
La agricultura industrial, tal como la conocemos hoy, surgió con la Revolución Industrial. A principios del siglo XIX, las técnicas de cultivo, las herramientas, las semillas y las variedades de plantas habían mejorado tanto que la cantidad de alimentos producidos por cada pedazo de tierra era mucho mayor que en la Edad Media.
Avances en maquinaria y fertilizantes
La primera etapa de este desarrollo fue la mecanización, es decir, el uso de máquinas. Inventos como la cosechadora McCormick y la desmotadora de algodón cambiaron la forma de cosechar y procesar los cultivos. Luego, llegaron las trilladoras y los tractores impulsados por vapor. En 1892, se creó el primer tractor con motor de gasolina, y en 1923, el International Harvester Farmall se convirtió en el primer tractor que servía para muchas tareas, marcando el momento en que las máquinas empezaron a reemplazar a los animales de tiro. Después, se inventaron cosechadoras, sembradoras y trasplantadoras mecánicas, que revolucionaron aún más la agricultura. Todas estas máquinas aumentaron la producción y permitieron a los agricultores trabajar en campos cada vez más grandes.
El descubrimiento de que el nitrógeno, el fósforo y el potasio (conocidos como NPK) son muy importantes para el crecimiento de las plantas llevó a la fabricación de fertilizantes artificiales, lo que aumentó aún más la producción de los cultivos. En 1909, se mostró por primera vez un método para crear nitrato de amonio. El uso de estos fertilizantes NPK generó las primeras preocupaciones sobre la agricultura industrial, ya que podían causar problemas como la compactación del suelo, la erosión del suelo y la disminución de la fertilidad del suelo en general. También surgieron inquietudes sobre los productos químicos que podían llegar a los alimentos.
El descubrimiento de las vitaminas y su importancia en la nutrición a principios del siglo XX permitió que algunos animales de granja se criaran en interiores, protegiéndolos del mal tiempo.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el uso de fertilizantes artificiales creció muy rápido.
Salud animal y distribución de alimentos
El descubrimiento de antibióticos y vacunas hizo más fácil la cría de animales al reducir las enfermedades. Los avances en la logística (cómo se transportan las cosas) y la refrigeración, junto con las nuevas tecnologías de procesamiento, hicieron posible distribuir alimentos a lugares muy lejanos. Hoy en día, se usa un método llamado manejo integrado de plagas para reducir al mínimo el uso de productos químicos y hacer la agricultura más sostenible.
Existen preocupaciones sobre si la agricultura industrial es sostenible a largo plazo y sobre los efectos que los fertilizantes y productos químicos tienen en el medio ambiente. Esto ha impulsado el movimiento orgánico y ha creado un mercado para una agricultura intensiva más sostenible, además de financiar el desarrollo de tecnología apropiada.
¿Qué necesita la agricultura intensiva?
La agricultura intensiva requiere mucha energía solar y combustibles como el petróleo. También se usan productos químicos como fertilizantes y plaguicidas. Las características principales de la agricultura intensiva son:
- Produce mucho en poco espacio.
- Usa un solo tipo de semillas para el cultivo.
- Se ubica en llanuras con suelos ricos en nutrientes.
- Necesita mucha mano de obra humana.
- Utiliza productos para proteger los cultivos de insectos u hongos, aunque esta práctica está disminuyendo gracias a métodos de control biológico de plagas.
- Gasta grandes cantidades de energía.
Beneficios de la agricultura intensiva
La agricultura intensiva permite producir más alimentos, asegurando que haya comida disponible mientras la población mundial crece y se necesita menos tierra para cultivar.
El aumento de la producción, junto con el uso de máquinas en el campo, ha hecho que menos personas trabajen en la agricultura. Esto permitió que, al quedar libres de las tareas del campo, pudieran trabajar en la industria (como ocurrió en España en los años 60).
Los alimentos como verduras, frutas y productos de ave se han vuelto más económicos, lo que beneficia a las personas con menos recursos económicos.
Un estudio en África mostró que dar a los pequeños agricultores productos como fertilizantes o nuevas variedades de cultivos, o capacitarlos, mejora sus ingresos y la cantidad de alimentos que tienen. Por ejemplo, la introducción de la batata de pulpa anaranjada ha mejorado su nutrición. Esto demuestra que los pequeños agricultores en África quieren aprender y están dispuestos a usar nuevas técnicas agrícolas.
Desafíos de la agricultura intensiva
La agricultura industrial enfrenta varios desafíos para la sociedad y el medio ambiente. Estos desafíos son parte de una historia de miles de años de buscar cómo alimentar a una población que no deja de crecer.
Crecimiento de la población y alimentos
A lo largo de la historia, la forma de obtener alimentos ha cambiado mucho para poder alimentar a más personas:
- Hace unos 30.000 años, los cazadores-recolectores alimentaban a 6 millones de personas.
- Hace 3.000 años, la agricultura primitiva alimentaba a 60 millones de personas.
- Hace 300 años, una agricultura más intensiva alimentaba a 600 millones de personas.
- Hoy, la agricultura industrial intenta alimentar a 8 mil millones de personas.
Entre 1930 y 2000, la productividad agrícola en Estados Unidos aumentó un 2% cada año, lo que hizo que los precios de los alimentos bajaran. El porcentaje del dinero que las familias estadounidenses gastaban en comida preparada en casa disminuyó del 22% en 1950 al 7% a finales de siglo.
Impacto en el medio ambiente
La agricultura industrial utiliza grandes cantidades de agua y energía. Aunque produce mucho más que la agricultura tradicional, también agota más el suelo. El uso constante de productos para proteger los cultivos puede hacer que las plagas se vuelvan más resistentes. Las prácticas de la agricultura industrial son una de las principales causas del calentamiento global, contribuyendo entre el 14% y el 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Muchos de los efectos negativos de la agricultura industrial pueden sentirse lejos de los campos. Por ejemplo, los compuestos de nitrógeno de las granjas pueden viajar por los ríos y afectar la vida marina en lugares lejanos, creando lo que se conoce como "zonas muertas" en el océano.
Muchas especies de plantas y animales silvestres han desaparecido en algunas regiones, y el funcionamiento de los ecosistemas agrícolas ha cambiado mucho. La intensificación agrícola incluye la pérdida de paisajes naturales, el aumento del tamaño de las granjas y campos, y el mayor uso de productos químicos. Algunos de estos productos se han relacionado con la desaparición de colonias de abejas, lo cual es preocupante porque las abejas son muy importantes para polinizar muchas frutas y verduras.
El cultivo de un solo tipo de producto en grandes extensiones (llamado monocultivo) aumenta el riesgo de que las cosechas fallen debido a plagas, mal tiempo o enfermedades.
Impacto social
Un estudio en Estados Unidos encontró que existe una "relación negativa" entre el aumento del tamaño de las granjas industriales y las condiciones sociales en las comunidades rurales. El monocultivo agrícola también puede traer riesgos sociales y económicos.
Véase también
En inglés: Intensive farming Facts for Kids
- Revolución verde
- Manejo integrado de plagas
- Inseminación artificial