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Sitio de Castelnuovo para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Sitio de Castelnuovo
Guerras habsburgo-otomanas
Parte de guerra turco-veneciana de 1537-1540
Pierre Mortier - Golfo di Cattaro.jpg
Vista de Castelnuovo y las Bocas de Kotor hacia 1700, por el grabador neerlandés Pieter Mortier (1661–1711)
Fecha 18 de julio — 7 de agosto de 1539
Lugar Castelnuovo, en el actual Bandera de Montenegro Montenegro
Coordenadas 42°27′10″N 18°31′52″E / 42.45277778, 18.53111111
Resultado Victoria pírrica otomana
Beligerantes
Bandera otomana Imperio otomano Bandera de España España
Comandantes
Bandera otomana Jeireddín Barbarroja Bandera de España Francisco de Sarmiento 
Fuerzas en combate
• 50 000 hombres
• 130 galeras
• 70 galeotas
•4000 hombres
Bajas
20 000 muertos Todos muertos o ejecutados excepto 100 hombres hechos prisioneros

El asedio de Castelnuovo fue una importante batalla que ocurrió entre el 18 de julio y el 7 de agosto de 1539. Fue parte de las Guerras habsburgo-otomanas, una serie de conflictos por el control del mar Mediterráneo. Castelnuovo, que hoy se llama Herceg Novi y está en Montenegro, había sido capturada por soldados españoles un año antes. Estos soldados formaban parte de los famosos tercios, unidades militares de élite del ejército español.

La ciudad amurallada fue rodeada por tierra y mar por un gran ejército del Imperio otomano, liderado por el almirante Jeireddín Barbarroja. Barbarroja ofreció a los defensores españoles una rendición con condiciones honorables. Sin embargo, el comandante español, Francisco de Sarmiento, y sus capitanes rechazaron la oferta. Ellos sabían que la flota cristiana no podría ayudarlos, pues había sido derrotada en la batalla de Préveza.

Durante el asedio, los soldados españoles resistieron con gran valentía. Causaron muchas bajas a los otomanos. A pesar de su resistencia, después de tres semanas de ataques constantes, Castelnuovo cayó. Casi todos los españoles, incluido Sarmiento, murieron defendiendo la ciudad. La pérdida de Castelnuovo significó el fin del intento de las potencias cristianas de recuperar el control del Mediterráneo oriental. La valentía de los tercios españoles fue muy admirada en toda Europa y se convirtió en tema de poemas y canciones.

¿Por qué fue importante el asedio de Castelnuovo?

El contexto de la lucha por el Mediterráneo

En 1538, el Imperio otomano era una gran amenaza para Europa. Los ejércitos del sultán Solimán el Magnífico habían sido detenidos en Viena en 1529. En el mar Mediterráneo, una gran flota cristiana intentó detener a los turcos en 1535. Una armada liderada por Don Álvaro de Bazán y Andrea Doria capturó Túnez. Así, expulsaron al almirante otomano Jeireddín Barbarroja del Mediterráneo occidental.

El sultán llamó a Barbarroja a Constantinopla y lo nombró comandante de una gran flota. Su misión era atacar las posesiones de la República de Venecia en los mares Jónico y Egeo. Barbarroja tomó varias islas y saqueó ciudades italianas.

Archivo:Elderly Karl V
El Emperador Carlos V con armadura, por Tiziano (c. 1550)

La República de Venecia estaba muy preocupada por la pérdida de sus territorios. Por eso, inició una campaña diplomática para crear una alianza, la Liga Santa. Esta alianza buscaría recuperar los territorios y expulsar a los barcos otomanos del mar. En febrero de 1538, el papa Paulo III logró formar esta liga. Estaba compuesta por la Santa Sede, Venecia, el imperio español, el archiducado de Austria y los caballeros de Malta.

La flota aliada debía ser muy grande, pero solo lograron reunir 130 galeras y unos 15 000 soldados. La mayoría de estos soldados eran españoles. El mando oficial de la flota lo tenía Andrea Doria. El comandante del ejército era Ferrante I Gonzaga, virrey de Sicilia.

Archivo:Battle of Preveza (1538)
Jeireddín Barbarroja derrota a las naves de la Liga Santa dirigidas por Andrea Doria en la batalla de Préveza (1538). Pintura de 1866 de Ohannes Umed Behzad.

Los desacuerdos entre los comandantes cristianos afectaron su efectividad. Esto se vio claramente en la derrota en la batalla de Préveza, en el golfo de Arta. A pesar de esta derrota, la flota de la Liga Santa apoyó el desembarco de soldados en la costa de Dalmacia. Así fue como conquistaron Castelnuovo. Esta era una pequeña ciudad costera con una fortaleza estratégica.

Después de tomar Castelnuovo, Venecia reclamó la ciudad. Sin embargo, el rey Carlos I de España, cuyas tropas la habían tomado, se negó a entregarla. Este desacuerdo puso fin a la Liga Santa.

La guarnición española en Castelnuovo

Castelnuovo fue defendida por unos 4000 hombres. La mayoría eran del tercio español, una unidad de soldados muy experimentados. Estaban dirigidos por el maestre de campo Francisco Sarmiento de Mendoza. Este tercio, llamado Tercio de Castelnuovo, estaba formado por quince compañías. Incluía soldados de los tercios de Florencia, Lombardía, Nápoles y Niza.

La guarnición también tenía 150 unidades de caballería ligera, algunos soldados griegos y artillería. El capellán de Andrea Doria, Jeremías, se quedó en Castelnuovo con cuarenta clérigos y comerciantes. Fue nombrado obispo de la ciudad.

Esta fuerza importante se desplegó en Castelnuovo porque se planeaba usar la ciudad como base para atacar el corazón del Imperio otomano en los Balcanes. Sin embargo, el destino de estos hombres dependía del apoyo de la flota. La flota había sido derrotada por Barbarroja en Préveza antes de la toma de Castelnuovo. Además, Venecia se retiró de la Liga Santa. Sin los barcos venecianos, la flota aliada no podía enfrentarse a Barbarroja, quien ahora contaba con la ayuda de otro militar experimentado, Turgut Reis.

El asedio de Castelnuovo: La batalla por la fortaleza

Preparativos y primeros enfrentamientos

Archivo:Italienischer Meister von 1580 001
Jeireddín Barbarroja en un retrato del siglo XVI

El sultán Solimán el Magnífico ordenó a Jeireddín Barbarroja que preparara su flota para la primavera de 1539. Los barcos turcos llevaban 10 000 soldados de infantería y 4000 jenízaros, que eran las tropas de élite otomanas. Las fuerzas de Barbarroja, con unos 200 barcos y 20 000 combatientes, bloquearían Castelnuovo por mar. Al mismo tiempo, el gobernador otomano de Bosnia, Ulamen, asediaría la fortaleza por tierra con 30 000 hombres.

Mientras tanto, el comandante español Sarmiento dedicó los meses previos a mejorar las defensas de la fortaleza. Reparó las murallas y los bastiones y construyó nuevas fortificaciones. Los españoles pidieron refuerzos, pero no llegaron. Andrea Doria, que estaba en Otranto con 47 galeras, recibió noticias de la situación en Castelnuovo. Decidió que sus fuerzas eran muy pocas y le aconsejó a Sarmiento que se rindiera.

En junio, Barbarroja envió treinta galeras para bloquear la entrada del golfo de Cattaro. Los barcos llegaron a Castelnuovo el 12 de junio. Desembarcaron mil soldados para buscar agua y obtener información. Los españoles se enteraron y Sarmiento ordenó a tres compañías y a la caballería que intervinieran. Después de un duro combate, las tropas otomanas tuvieron que huir a sus barcos. Regresaron esa misma tarde, pero Sarmiento los esperaba y los derrotó de nuevo, causando muchas bajas.

Barbarroja llegó a Castelnuovo el 18 de julio con el grueso de sus fuerzas. Inmediatamente, empezó a desembarcar hombres y artillería. Días después llegó Ulamen con su gran ejército. Los zapadores otomanos pasaron cinco días cavando trincheras y construyendo rampas para 44 cañones pesados. También nivelaron los campos alrededor de la fortaleza para facilitar los movimientos militares. Castelnuovo también fue bombardeada desde el mar por diez cañones. Los tercios españoles hicieron varias salidas para obstaculizar los trabajos de cerco. Causaron muchas bajas, incluyendo la de Agi, uno de los capitanes favoritos de Barbarroja.

El gran asalto y la resistencia española

El 23 de julio, el ejército de Barbarroja estaba listo para un gran asalto. Su artillería estaba lista para derribar las murallas de Castelnuovo. Barbarroja, con una clara ventaja numérica, ofreció a la guarnición española una rendición honorable. Les ofreció paso seguro a Italia, conservar sus armas y banderas, y veinte ducados a cada soldado. A cambio, Sarmiento debía entregar toda su artillería y pólvora.

Dos soldados españoles que lograron escapar a Nápoles años después, Juan Alcaraz y Francisco de Tapia, escribieron su relato. Contaron que la respuesta española fue que "el maestre de campo consultó con todos sus capitanes, y los capitanes con sus oficiales, y decidieron que preferían morir al servicio de Dios y de su Majestad".

Archivo:Cannon battery at the Siege of Esztergom 1543
Cañones otomanos en el asedio de Esztergom en 1543. Pintura de Sebastian Vrancx, siglo XVII.

Poco después, comenzó el gran asalto. Duró todo el día y murieron muchos hombres. Los otomanos usaron infantería y artillería al mismo tiempo, lo que causó bajas tanto por fuego amigo como por los defensores. Durante la noche, los españoles mejoraron sus defensas y taparon los agujeros en las murallas. Cuando el ataque se reanudó al día siguiente, el obispo Jeremías se quedó con los soldados para darles ánimo. Unos seis mil otomanos murieron en este asalto, mientras que solo cincuenta defensores españoles fallecieron en el momento.

Animados por su defensa, cientos de soldados españoles decidieron contraatacar en el campamento otomano. Una mañana, seiscientos españoles sorprendieron a los turcos. Muchos turcos huyeron, incluyendo algunos jenízaros, que corrieron por todo el campamento, incluso por la tienda de Barbarroja. La guardia personal del almirante lo llevó a su galera por seguridad.

Archivo:Battle of Vienna.SultanMurads with janissaries
Jenízaros otomanos

En los días siguientes, los cañones turcos se concentraron en un fuerte de la ciudad alta. Barbarroja lo consideraba un punto clave. El 4 de agosto, el comandante otomano ordenó un asalto sobre las ruinas del fuerte. Sarmiento había reforzado la guarnición y evacuado a los heridos. La batalla duró todo el día. Al anochecer, los españoles restantes se retiraron hacia las murallas, dejando las ruinas a los turcos. Fue un día muy sangriento. Entre los pocos supervivientes capturados por los otomanos, encontraron tres desertores. Estos le dijeron a Barbarroja que los españoles habían sufrido muchas bajas, les faltaba pólvora y balas, y estaban heridos y agotados.

La caída de Castelnuovo

El 5 de agosto, se lanzó un nuevo ataque contra las murallas. Barbarroja estaba seguro de que Castelnuovo caería pronto. Todos los jenízaros restantes y la caballería desmontada se unieron al ataque. A pesar de la enorme diferencia numérica, los experimentados soldados españoles resistieron el ataque otomano. Ese día, solo una torre de la muralla cayó en manos del enemigo. Sarmiento ordenó a sus zapadores que prepararan una mina para derrumbar la torre, pero el intento falló por una explosión accidental de pólvora.

Al amanecer del día siguiente, una lluvia inesperada arruinó las llaves de mecha de los arcabuces españoles, los pocos cañones restantes y toda la pólvora. Así, la defensa de las murallas se hizo con espadas, picas y cuchillos. Incluso los soldados heridos tuvieron que participar. A pesar de todo, los pocos españoles restantes volvieron a rechazar los ataques turcos.

El último y definitivo ataque de los sitiadores comenzó la mañana del 7 de agosto de 1539. Francisco de Sarmiento, a caballo, fue herido en la cara por tres flechas, pero siguió dirigiendo a sus hombres. Las murallas estaban demolidas por los bombardeos y eran indefendibles. El comandante español ordenó la retirada general a los 600 hombres que le quedaban. Su plan era defender un castillo en la parte baja de la ciudad, donde estaba refugiada la población civil.

Aunque la retirada se hizo con orden, Sarmiento y sus hombres encontraron las puertas del castillo cerradas. Sus ocupantes le ofrecieron una cuerda a Sarmiento para trepar los muros, pero él se negó. Respondió que "Dios nunca querría que yo me salvara y mis compañeros murieran sin mí". Dicho esto, se unió a los capitanes Machín de Munguía, Juan Vizcaíno y Sancho Frías para liderar la última defensa. Rodeados por el ejército otomano, los últimos soldados españoles lucharon hasta el final. Al terminar el día, Castelnuovo estaba completamente en manos otomanas.

¿Qué pasó después del asedio?

Héroes gloriosos, pues el cielo
os dio más parte que os negó la tierra,
bien es que por trofeo de tanta guerra
se muestren vuestros huesos por el suelo.
Si justo es desear, si honesto celo
en valeroso corazón se encierra,
ya me parece ver, o que sea tierra
por vos la Hesperia nuestra, o se alce a vuelo.
No por vengaros, no, que no dejastes
A los vivos gozar de tanta gloria,
Que envuelta en vuestra sangre la llevastes;
Sino para probar que la memoria
De la dichosa muerte que alcanzastes,
Se debe envidiar más que la victoria

—Soneto 217 de Gutierre de Cetina (1520–57) titulado «A los huesos de los españoles muertos en Castelnuovo».

Casi todos los cuatro mil jenízaros y otros 16 000 soldados otomanos murieron en el asalto a Castelnuovo. Algunos rumores dicen que las bajas turcas pudieron ser hasta 37 000. Entre los defensores españoles, solo sobrevivieron doscientos hombres, la mayoría heridos.

Uno de los prisioneros fue el capitán Machín de Munguía. Barbarroja le ofreció la libertad y unirse a su ejército. El almirante otomano conocía el gran valor de este militar español, demostrado en la batalla de Préveza. Allí había defendido con éxito un barco veneciano que se hundía del ataque de varios barcos otomanos. Sin embargo, Munguía rechazó la oferta y fue ejecutado en la galera del almirante turco. La mitad de los prisioneros y todos los clérigos también fueron ejecutados. Esto fue para calmar la ira de las tropas otomanas, que estaban muy enojadas por las grandes pérdidas sufridas.

Los pocos españoles supervivientes fueron enviados a Constantinopla como esclavos. Sin embargo, veinticinco de ellos lograron escapar de prisión seis años después. Navegaron hasta el puerto italiano de Mesina.

Aunque Sarmiento perdió la fortaleza, la valiente defensa de los tercios españoles en Castelnuovo fue elogiada por muchos poetas de la época. Fue admirada en toda la Europa cristiana. Los soldados españoles que lucharon contra fuerzas mucho más grandes fueron comparados con los héroes de la mitología grecorromana. Solo algunos enemigos del rey Carlos I, como el humanista paduano Sperone Speroni, se alegraron por la derrota del tercio de Castelnuovo.

La caída de Castelnuovo puso fin a la campaña de la Liga Santa contra el poder del Imperio otomano en el Mediterráneo oriental. Carlos I de España intentó negociar con Barbarroja para que se uniera a sus filas, pero no tuvo éxito. Los esfuerzos del imperio español se centraron entonces en una gran expedición contra Argel en 1541. Querían reducir la influencia otomana en las costas de Berbería. Esta ofensiva española, conocida como Jornada de Argel, fracasó. Una tormenta dispersó la flota y las tropas tuvieron que regresar después de sufrir muchas bajas.

En 1543, se firmó una tregua entre el emperador Carlos y Solimán. Castelnuovo estuvo bajo gobierno otomano durante los siguientes 150 años. Fue recuperada en 1687 durante la guerra de Morea. El capitán general del mar de la armada de Venecia, Girolamo Cornaro, en alianza con los montenegrinos, derrotó a los turcos cerca de la ciudad. Así, la fortaleza volvió a estar bajo control veneciano.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Siege of Castelnuovo Facts for Kids

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Sitio de Castelnuovo para Niños. Enciclopedia Kiddle.