Batalla del cabo Celidonia para niños
Datos para niños Batalla del cabo Celidonia |
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Guerras habsburgo-otomanas Parte de guerras hispano-otomanas |
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![]() Combate naval y turcos saltando al abordaje por Juan de la Corte (1597–1660), Museo Naval de Madrid.
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Fecha | 14-16 de julio de 1616 | |||
Lugar | Cerca del cabo Gelidonya, costa meridional de Anatolia | |||
Resultado | Victoria española | |||
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La batalla del cabo Celidonia fue un importante enfrentamiento naval que ocurrió entre el 14 y el 16 de julio de 1616. Tuvo lugar cerca del cabo Gelidonya, en la costa sur de lo que hoy es Turquía. En esta batalla, una pequeña flota española, liderada por el capitán Francisco de Ribera, se enfrentó a una flota mucho más grande del Imperio otomano.
A pesar de que los barcos otomanos eran muchos más, los españoles lograron una gran victoria. Esta batalla fue muy importante porque demostró que los galeones y otras naves de vela, que eran más grandes y tenían más cañones, eran superiores a las galeras, que eran los barcos principales de la flota otomana. La victoria española marcó un cambio en la forma de combatir en el mar Mediterráneo.
Contenido
¿Qué pasó antes de la batalla?
En el año 1615, el rey Felipe III de España tomó una decisión que afectó al Duque de Osuna, quien era el virrey de Sicilia. El Duque de Osuna había logrado tener una flota naval muy fuerte. Esto lo había conseguido realizando ataques sorpresa a barcos enemigos, algo que se conocía como corso.
El Duque de Osuna quería seguir con sus actividades navales. Por eso, decidió probar nuevas formas de combate en el mar. Él creía que los barcos de vela, como los galeones, eran mejores que las galeras. Las galeras eran barcos que se movían con remos y eran muy comunes en el Mediterráneo.
Para demostrar su idea, el Duque de Osuna formó una nueva flota. La pagó con su propio dinero para que todo fuera más rápido. Puso al mando de esta flota al capitán Francisco de Ribera. La flota se llamó Las Cinco Llagas, aunque en realidad eran seis barcos:
- Dos galeones: el Concepción (el barco principal de Ribera, con 52 cañones) y el Almiranta (con 34 cañones).
- Dos naos (otro tipo de barco de vela): la Buenaventura (27 cañones) y la Carretina (34 cañones).
- Una urca (barco de carga): la San Juan Bautista (30 cañones).
- Un patache (barco pequeño y rápido): el Santiago (14 cañones).
Para probar la fuerza de esta flota, Ribera hizo una incursión en el puerto de La Goleta en 1615. Fue un gran éxito, hundiendo un barco enemigo y capturando otros tres con muy pocas pérdidas. Con este buen resultado, la flota de Ribera, con unos 1600 soldados a bordo, zarpó el 15 de junio de 1616. Su misión era atacar barcos y puertos otomanos entre la isla de Chipre y la región de Cilicia.
¿Cómo se prepararon para el combate?
Los barcos españoles llegaron a Chipre, que en ese momento estaba bajo el control otomano. Allí, la flota de Ribera capturó 16 barcos mercantes y hundió o quemó diez barcos de guerra en el puerto de las Salinas de Chipre. También destruyeron las defensas de ese puerto.
El gobernador otomano de Chipre pidió ayuda al sultán Ahmed I. Así, el bey de Rodas (un líder otomano) fue enviado con unas 40 galeras a la isla de Quíos. Allí esperaron más refuerzos. Ribera se enteró de esto y decidió preparar una emboscada cerca del cabo Celidonia. Sabía que la flota otomana tendría que pasar por allí.
Pocos días después, el 14 de julio, apareció la flota otomana. Era mucho más grande de lo esperado: 55 galeras con unos 275 cañones y 12.000 soldados. A pesar de la gran diferencia en número, Ribera decidió luchar.
¿Cómo se desarrolló la batalla?
Primer día de combate
La batalla comenzó a las 9 de la mañana. Las galeras otomanas formaron una media luna para intentar rodear a los barcos españoles. Ribera ordenó a sus barcos mantenerse juntos para no ser atacados uno por uno. El galeón Concepción iba al frente.
Los otomanos empezaron a disparar desde lejos. Pero Ribera esperó a que se acercaran lo más posible antes de dar la orden de abrir fuego. Esta táctica se conocía como "fuego a la española". Los españoles usaron diferentes tipos de balas, incluyendo balas incendiarias y balas encadenadas (que unían dos balas con una cadena para causar más daño). Mantuvieron a raya a los otomanos hasta el anochecer. Al final del día, ocho galeras otomanas estaban a punto de hundirse y muchas otras estaban muy dañadas.
Segundo día de combate
El ataque se reanudó a la mañana siguiente. El bey de Rodas dividió su flota en dos para intentar capturar el Concepción y el Almiranta. Lograron acercarse lo suficiente para que los soldados otomanos pudieran usar sus mosquetes. Sin embargo, el fuerte cañoneo de los barcos españoles les impidió abordar.
Algunas galeras otomanas lograron engancharse a la Carretina con arpones. Pero la San Juan se interpuso y las atacó con su artillería. Otra parte de la flota otomana que intentó ayudar fue rechazada por el Concepción. Al final del día, los otomanos tuvieron que retirarse con otras 10 galeras dañadas.
Los españoles también sufrieron daños. El bote de remos del Concepción se perdió, y tuvieron que trabajar toda la noche para reparar mástiles y velas rotas. Ribera fue herido en la cara, aunque no de gravedad. Algunos barcos españoles empezaban a quedarse sin munición. Sin embargo, la flota otomana tenía miles de muertos y la mitad de sus barcos estaban dañados.
Tercer día de combate
El tercer y último día, los otomanos atacaron con mucha fuerza. De nuevo, lograron enganchar la Carretina. Pero los soldados otomanos, llamados jenízaros, no pudieron subir al barco español debido a su altura. Esto los dejó expuestos al fuego de los cañones pequeños españoles, llamados falconetes.
Mientras tanto, otras galeras otomanas intentaron acercarse al barco principal de Ribera, el Concepción, por su punto ciego. Pero Ribera ya había pensado en esto y ordenó al Santiago que se moviera a la proa de su barco. Esta maniobra expuso de nuevo a las galeras otomanas al fuego de la artillería española, que siguió causando estragos. Al mediodía, los otomanos finalmente se retiraron.
La flota otomana sufrió enormes pérdidas: 1200 jenízaros y 2000 marineros y remeros muertos. Además, 10 galeras fueron hundidas y otras 23 quedaron inutilizadas. Los españoles tuvieron 34 muertos y 93 heridos. Sus barcos, el Concepción y el Santiago, sufrieron daños y tuvieron que ser remolcados para ser reparados. Después de las reparaciones, Ribera regresó con 15 barcos capturados y mucho oro.
¿Qué consecuencias tuvo la victoria?
Gracias a esta victoria, el rey Felipe III ascendió a Ribera a almirante y le dio un importante reconocimiento. La fama de Ribera creció mucho. Un famoso escritor español, Luis Vélez de Guevara, escribió una obra de teatro en su honor.
Esta batalla fue muy importante porque demostró que una pequeña flota española podía derrotar a una gran flota otomana en su propio territorio. Los otomanos no lograron adaptarse a las nuevas tácticas de combate naval. Esto hizo que la diferencia tecnológica entre las marinas de Europa y las del Imperio otomano aumentara con el tiempo.
La victoria en Celidonia ayudó a España a mantener su poder en el centro del Mediterráneo. Poco después, otras flotas españolas continuaron atacando a los otomanos. Incluso se realizó un audaz bombardeo de Constantinopla, la capital otomana. A pesar de estas victorias, el control total del Mediterráneo siguió dependiendo de la habilidad y el poder del Duque de Osuna.
Galería de imágenes
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Combate naval y turcos saltando al abordaje por Juan de la Corte (1597–1660), Museo Naval de Madrid.