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Asedio de Cefalonia para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Asedio de Cefalonia
3.ª guerra turco-veneciana
Parte de guerra turco-veneciana de 1499-1503
Kephalonia.png
Vista satelital de Cefalonia.
Fecha 8/nov. a 24/dic. de 1500
Lugar Isla de Cefalonia (GreciaFlag of Greece.svg Grecia)
Coordenadas 38°12′N 20°30′E / 38.2, 20.5
Resultado Victoria aliada
Beligerantes
Pendón heráldico de los Reyes Catolicos de 1492-1504.svg España

Flag of Most Serene Republic of Venice.svg Venecia

Pavillon royal de la France.png Francia
Flag of the Ottoman Empire (1453-1844).svg Imperio otomano
Comandantes
Pendón heráldico de los Reyes Catolicos de 1492-1504.svg El Gran Capitán Flag of the Ottoman Empire (1453-1844).svg Gisdar †
Fuerzas en combate
101 naves
9.000 españoles
2.000 venecianos
600 franceses
700 jenízaros
Bajas
Al menos 340 peones y 16 artilleros españoles muertos Toda la guarnición

El asedio de Cefalonia fue una importante batalla que ocurrió entre el 8 de noviembre y el 24 de diciembre del año 1500. En este enfrentamiento, las tropas del Imperio otomano se enfrentaron a una alianza de fuerzas de Venecia, España y Francia. La batalla tuvo lugar en la Isla de Cefalonia, que forma parte de las Islas Jónicas en Grecia. Al final, la victoria fue para la alianza de países europeos.

¿Por qué ocurrió el asedio de Cefalonia?

La paz entre los países cristianos de Europa y el Imperio otomano se rompió en 1495. Esto sucedió después de la muerte de un príncipe otomano llamado Cem, que estaba bajo la protección del Papa Alejandro VI. A partir de ese momento, el sultán otomano, Bayaceto II, comenzó a atacar las tierras de Venecia en el Mar Jónico y en las costas de Albania y los Balcanes.

Avance otomano y la llamada de auxilio

Los otomanos lograron tomar varias ciudades importantes en el Peloponeso, como Patrás, Modona y Corone. Luego avanzaron por la costa del Mar Adriático y conquistaron Durazzo. Su objetivo era bloquear el Estrecho de Otranto para aislar a la República de Venecia.

Las derrotas de Venecia preocuparon mucho a su líder, el dogo Agostino Barbarigo. En el año 1500, pidió ayuda al Papa y a los Reyes Católicos de España. Les propuso formar una gran expedición para detener el avance otomano. Los venecianos decían que toda la Cristiandad estaba en peligro si no actuaban rápido. Sin embargo, lo que más les preocupaba era perder sus importantes centros de comercio en el este.

La formación de la alianza

El dogo Barbarigo sugirió que la expedición fuera liderada por el militar español Gonzalo Fernández de Córdoba. Este general era muy conocido por sus victorias y lo llamaban el Gran Capitán. Los reyes de España aceptaron ayudar y confirmaron a Córdoba como el líder principal de las fuerzas de tierra y mar. Le dieron mucho poder para dirigir la misión en el Mediterráneo oriental.

Francia también se unió a la alianza, aunque con una ayuda más pequeña. El Papado contribuyó pagando una parte de los gastos. Venecia preparó 53 barcos: 18 galeazas (barcos grandes), 25 galeras (barcos de remos) y 10 naos (barcos de vela).

Preparativos y viaje de las tropas aliadas

El ejército español, que iba en 57 barcos, salió del puerto de Málaga el 4 de junio de 1500. Navegaron por la costa de la península ibérica y pararon en Valencia, Palma de Mallorca y Cagliari (en Cerdeña). Luego se dirigieron hacia Sicilia. El viaje fue muy lento porque no había viento, y se quedaron sin agua, lo que causó la muerte de algunos hombres y caballos.

En Italia, algunos grupos de soldados españoles causaron problemas por la falta de pago. Después de dos meses, se logró restablecer el orden. En ese tiempo, se unieron 2.000 hombres más para proteger los puertos y ciudades.

Llegada al Mar Jónico

El 27 de septiembre, la flota española salió de Mesina hacia el Mar Jónico. El 2 de octubre, tomaron la isla de Corfú sin resistencia, ya que los otomanos la habían abandonado al verlos llegar. Después, hicieron lo mismo con Santa Maura y finalmente llegaron a Zante, el punto de encuentro de todas las fuerzas aliadas.

Debido al mal tiempo, solo un barco francés de los cuatro esperados llegó a Zante. La contribución de Francia fue casi simbólica. Venecia, en cambio, tenía la mayoría de sus barcos listos para la campaña.

El sitio de San Jorge en Cefalonia

Al principio, habían acordado ir a Modona, pero como ya era invierno y había tormentas, el almirante veneciano Benedetto Pesaro, que conocía bien la zona, sugirió al Gran Capitán cambiar de planes. Propuso atacar Cefalonia, que estaba un poco más al norte y tenía menos tormentas. Si tomaban Cefalonia y la cercana Ítaca, los aliados podrían vigilar mejor las entradas al Golfo de Corinto y al Mar Adriático.

A principios de noviembre, la mayor parte de la flota cristiana entró en el Golfo de Argostoli en Cefalonia, donde estaban a salvo de las tormentas. El resto de los barcos se distribuyó por la isla. Al final de la ensenada estaba la fortaleza de San Jorge, donde se encontraba la guarnición otomana de la isla. Eran entre 300 y 700 jenízaros (soldados de élite otomanos). Este sería el objetivo principal.

Primeros intentos y resistencia otomana

El Gran Capitán intentó negociar con el enemigo para evitar la batalla. Envió dos mensajeros al castillo. El capitán de la guarnición, un albanés llamado Gisdar, aunque sabía a quién se enfrentaba, rechazó rendirse. Le hizo saber a su rival que resistiría hasta el final. Como un gesto de respeto, pero también de desafío, le regaló al comandante español un arco y un carcaj con flechas en bandejas de oro.

El terreno alrededor del castillo era muy empinado y rocoso, lo que dificultaba colocar la artillería. Sin embargo, los atacantes lograron poner algunos cañones detrás de un montículo frente a la puerta. Más atrás estaban las tiendas de los líderes.

La artillería hispano-veneciana comenzó a disparar contra las murallas con cañones grandes como basiliscos y bombardas. Pero los disparos no tuvieron el efecto esperado porque el suelo era inestable. Entonces, entró en acción Pedro Navarro, un militar que se hizo famoso por usar minas. Esta fue una de las primeras veces que las utilizó. Con ellas, logró derribar una parte de la muralla, abriendo el paso a la infantería. Pero los defensores habían construido una segunda muralla detrás, al descubrir dónde estaban las minas. A pesar de esto, se siguió intentando el asalto con escaleras, pero sin éxito.

Los jenízaros de San Jorge eran arqueros muy hábiles. Rechazaron varios ataques lanzando flechas incendiarias y envenenadas. También arrojaban piedras, aceite hirviendo y usaban garfios para levantar a los enemigos y luego dejarlos caer. Además de defenderse con fuerza, también hacían salidas nocturnas al campamento cristiano, que eran detenidas por los arcabuceros españoles. Incluso cavaron un túnel desde el castillo hasta el campamento enemigo para hacer explotar barriles de pólvora, pero fueron descubiertos antes de lograrlo.

Después de muchos días de ataques sin éxito por parte de los españoles, los venecianos también lo intentaron. 2.000 de ellos atacaron con todas sus fuerzas, pero tampoco lo lograron.

La fuerte resistencia otomana estaba haciendo que la estancia en Cefalonia se alargara más de lo previsto. Las condiciones eran muy difíciles: mal tiempo, mucha humedad, problemas de salud para los heridos y enfermos, y escasez de alimentos. Para conseguir comida, Gonzalo de Córdoba envió dos barcos a Calabria y Sicilia, que regresaron semanas después con provisiones. Mientras tanto, el cargamento de avellanas y castañas de un barco mercante que naufragó cerca ayudó a aliviar el hambre de las tropas.

El asalto final

La situación no podía durar mucho tiempo, especialmente porque había bases otomanas cerca. Por eso, a mediados de diciembre, el Gran Capitán decidió lanzar un ataque final.

Durante varios días, la artillería disparó con mucha fuerza para dañar las murallas lo más posible. Y de nuevo, Pedro Navarro contribuyó con sus minas. La noche anterior al asalto final, el bombardeo no paró, y también se sumó el fuego de los arcabuces. Esto hizo que los defensores pasaran la noche sin dormir, en máxima alerta, esperando un ataque nocturno en cualquier momento.

Al amanecer del 24 de diciembre, Córdoba animó a sus hombres con discursos llenos de energía, recordándoles las recientes victorias españolas en Nápoles. Luego, él mismo, junto a sus soldados, cargó contra una de las murallas que parecía más débil. Con la ayuda de escaleras y protegiéndose con rodelas (escudos pequeños), lograron llegar a la parte superior de la muralla. Allí comenzó un combate muy duro, donde ambos bandos lucharon con gran ferocidad, y muchos soldados cayeron muertos o heridos.

El general español abrió un segundo punto de ataque en otra parte del castillo, lejos del primero. Esto sirvió para dividir la fuerza de los jenízaros. En ambos lugares, la lucha era muy intensa. Entonces, Córdoba mandó traer un puente de madera que habían construido la noche anterior y lo dirigió a un tercer punto. Por allí, varias compañías de reserva entraron de repente al interior de San Jorge, encontrando poca resistencia, ya que la maniobra sorprendió a los otomanos. El propio general acompañó a sus hombres en la lucha, que una vez dentro del castillo, se inclinó a favor de los cristianos. El capitán Gisdar y otros defensores quedaron acorralados en un pequeño refugio, pero no se rindieron. Lucharon con valentía hasta que el último hombre cayó. Es probable que toda la guarnición otomana muriera en el asedio de Cefalonia, aunque algunas fuentes dicen que hubo unos pocos supervivientes. Las bajas españolas fueron aproximadamente 360.

¿Qué pasó después del asedio?

La flota española salió de Cefalonia (que ya estaba bajo control veneciano) a mediados de enero de 1501. Algunas galeras se quedaron un tiempo en Corfú y el resto de la flota fue a Sicilia. Allí, la falta de alimentos y de pago causó de nuevo problemas entre los soldados, quienes volvieron a tener dificultades de disciplina y comportamiento inadecuado.

Aunque la victoria cristiana en Cefalonia no fue la más importante en el contexto general del Mediterráneo, tuvo consecuencias significativas para los que participaron. Fue un hecho importante porque rompió la idea de que el Imperio otomano era invencible. Desde 1495, los otomanos parecían imparables en su avance por el este de Europa, y esta victoria redujo el miedo que se les tenía. Se logró el objetivo de alejar la amenaza que se cernía sobre Italia y los territorios españoles. Venecia recuperó Cefalonia (que mantuvo hasta 1797) y ganó tiempo para recuperar fuerzas en su lucha contra los otomanos.

Gonzalo Fernández de Córdoba aumentó su fama como militar y recibió muchas felicitaciones y agradecimientos. Especialmente de la República de Venecia, que lo nombró gentilhombre, le dio un sueldo para toda la vida y muchos regalos valiosos.

El asedio de Cefalonia tiene algunas similitudes con el Asedio de Ostia, que también fue dirigido por el Gran Capitán cuatro años antes. La estrategia principal era presionar al enemigo en tres puntos: el primero para confundirlos, el segundo como una trampa para engañarlos, y el tercero para lanzar el ataque final por sorpresa. La decisión que tomó Gonzalo de Córdoba en la isla demuestra su habilidad para encontrar soluciones y ganar batallas que parecían estancadas.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Siege of the Castle of Saint George Facts for Kids

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Asedio de Cefalonia para Niños. Enciclopedia Kiddle.